Vacaciones en Cuernavaca

Estoy convencida que sus planes eran muy diferentes, cuando mi novio me propuso pasar dos semanas de vacaciones en compañía de su amigo, nadie imaginó lo que todos saldríamos ganando con dicha experiencia, yo al menos tuve más sexo del que imagine que se podría llegar a tener en tan poco tiempo.

Mi nombre es Adela y a pesar de que solo tengo 25 años he tenido varias parejas, me encanta el sexo de todo tipo y estoy especialmente dotada para el sexo oral, hace ya un tiempo que tengo la misma pareja, con quien comparto piso y de momento nos va muy bien, nos entendemos en la cama y fuera de ella.

Cuando me habló Cesar de irnos de vacaciones los tres, a una casa que le dejaban a su amigo Fermín en Cuernavaca con piscina y sin costo alguno, le comente que prefería pasar algunos días menos pero a solas con él, pero insistió diciéndome que eran amigos desde hacía tiempo, y ahora que lo había dejado con su chica se encontraba muy solo.

No me hacía gracia, porque siempre que coincidíamos me desnudaba con la mirada y Cesar parecía no darse cuenta, pero accedí solo por la amistad que los une. El sábado antes de la marcha fuimos a un pub-discoteca, después de tomar unas copas y bailar un rato algo que me encanta, Cesar insistió en sentarse pues no es muy amante del baile, poco después apareció Fermín y al verlo Cesar se alegró mucho, le hizo señas para que se acercara, al llegar se abrazaron como amigos que son y a mí me beso en las mejillas, pero muy cerca de los labios y además pegándose mucho, al extremo de hacerme sentir violenta.

Cesar me aclaro que habían quedado, para comentar detalles sobre las vacaciones y como organizarnos para salir al siguiente fin de semana, pidieron unos tragos y mientras los traían fue el mismo Cesar quien sugirió que fuéramos a bailar diciendo que a ambos nos gustaba y él estaba algo cansado ya de tanto baile, no de buena gana pero por no hacerle un feo a Fermín accedí.

De camino al centro de la pista me sujetaba por la cintura y lo llevaba pegado a mi culo, pero cuando llegamos me dio la vuelta y sin darme tiempo a reaccionar, puso sus manos en mis nalgas y me alzo del suelo apretándome contra su enorme corpachón de más de 1.85 de estatura, haciéndome notar la famosa vergota de la que ya había oído hablar en algunas ocasiones, realmente impresionante aunque solo aguanté por no armar un escándalo, me encaro hacia donde estaba Cesar, que lo veía por encima de su hombro y eso que solo mido 1.65, con cara de estúpido tomándose un trago y sin ponernos atención.

Estaba deseando que terminara la pieza para poder salir de allí con cualquier excusa, pero como era música en directo comenzaron un popurrí y la pieza no terminaba, entonces me bajo un poco para poder decirme al oído. Por como tienes de duros los pezones, imagino que estarás mojada como una perra, que ganas tengo de empalarte en cuanto tenga oportunidad.

Me indigne y trate de liberarme de él, misión imposible sin liar un buen follón y que ellos se discutieran, callé y soporté su lenguaje soez sin inmutarme demasiado, al reconocer que a pesar de que no me hacia ninguna gracia reconocerlo, realmente estaba como él decía MOJADA COMO UNA PERRA, en ese momento me sentía una PUTA pues en parte pensaba que quizás era yo quien en algún momento le habría incitado para que pensara algo así.

Por fin termino la interpretación del grupo e hicieron un descanso, regresamos a la mesa de la misma forma que a la ida, sus manos en mi cintura y su vergota contra mi culo, lo cierto es que comencé a culpar a Cesar de la situación, ya que siempre que podía alardeaba de mis pompas que dicho sea de paso es cierto que puedo estar orgullosa de ellas.

Me senté en el sofá frente a la mesita donde estaban las bebidas quedando entre ambos, Cesar a mi derecha coloco una mano sobre mi muslo que con la poca claridad del local no se veía apenas, Fermín se colocó de lado para poder charlar por delante mío con Cesar, con una mano sujetaba el vaso a medio camino entre la mesa y su boca, mientras que la otra mano la metió bajo mi amplia falda sobre el otro muslo, ambas manos iban subiendo camino de mi mojado tanga, para evitar problemas y poco antes de que las manos se encontrasen, me levanté diciendo que iba al baño, para dejarme salir Fermín se puso de pie, pero no se apartó en absoluto por lo que tuve que restregarme con él con lo que eso representaba.

En el baño no sabía muy bien que hacer, opte por darme un poco de alivio y me hice un dedo que al parecer no pasó inadvertido a alguna otra de las usuarias del servicio, pues cuando salí con la cara roja y mi mano pringada, aunque me había limpiado un poco con papel, mientras me lavaba las manos una chica me dijo ¿Lo pasaste bien? Con una mirada de golfa como la que imagino vería cualquiera en mí en ese momento.

De regreso a la mesa, me coloque a la derecha de Cesar y para evitar tener que bailar otra vez, dije que me había torcido el tobillo en el baño y no quería sobrecargarlo. Seguimos allí un rato más y por fin marchamos, nos despedimos de Fermín de igual forma que a su llegada, solo que en esta ocasión no se cortó lo más mínimo y mientras me besaba en las mejillas me sobaba el culo con una mano.

Esa noche creo que fue en realidad cuando comenzó todo a cambiar en mi interior, mientras estaba follando con Cesar imaginaba la vergota de Fermín destrozándome las entrañas, eso me hizo cabalgar sobre Cesar como hacía mucho tiempo, paraba para que no terminara y continuaba otra vez hasta que ya no pudo aguantar más y se vino quedando ambos satisfechos, tanto que no se le ocurrió hacerme sexo anal como solía, pues lo deje escurrido del todo y agotado.

Pasó la semana y por fin marchamos el sábado por la mañana, ninguno de los tres trabajábamos y pudimos salir con el auto de Cesar bien pronto, antes de que comenzara el calor ya habíamos llegado a la casa y realmente era un lugar sensacional, todo el jardín rodeado por una verja y tras ella una hilera del llamado “C

iprés Moctezuma” muy juntos que hacían imposible ver que sucedía en el, alrededor de una piscina enorme había varias tumbonas y más allá una zona de césped.

Pronto deshicimos el equipaje y nos pusimos el bañador, después de darnos un corto baño ellos salieron antes que yo, estaban cuchicheando algo mirándome con insistencia y dándose codazos. Teníamos que ir a comer fuera ese primer día y comprar unas cosas, para poder preparar algunas de las comidas y evitar tener que ir todas las veces al restaurante, y además comprar bebidas porque a los tres nos gusta tomar algunos tragos y a fin de cuentas estábamos de vacaciones.

Después de comer fuimos a hacer las compras, de regreso lo que más apetecía era tomar otro baño, en la habitación me dijo Cesar que ya que estábamos solos podría hacer toples, le replique diciéndole que NO ESTABAMOS SOLOS y él dijo que a Fermín no se le podía considerar un extraño, entonces se me ocurrió decirle para que desistiera de su idea, ¿porque no hacíamos desnudo integral los tres? así ya que estábamos ENTRE MIGOS no pasaba nada, la sorpresa fue cuando accedió sacándose al acto el bañador y gritándole a su compadre la novedad.

Al salir me encontré a Fermín ya sin bañador y ciertamente tenía una vergota que daba impresión, aunque no quisiera, mis ojos se iban directos a ella y en mi mente se creaban una serie de ideas a cual más disparatada. Me zambullí en la piscina de golpe para tratar de sacármelas de la cabeza, pero ellos llegaron junto a mí en unos instantes, mientras Cesar me salpicaba la cara, su amigo aprovechaba cualquier ocasión para tocarme las tetas sin disimulo o restregarse con mi culo sin cortarse.

Llego la noche y prepare unos tacos de queso y salsa verde un poco fuerte como a mí me gusta, los acompañamos con unas cervezas, después tomamos alguna cerveza más mientras disfrutábamos de la estrellada vista que podíamos contemplar ya que estábamos a las afueras de la ciudad, siempre que los veía estaban apostando por algo, sacaron una baraja y nos pusimos a jugar al póker mientras tomábamos unos güisquis con hielo, estábamos cansados al ser el primer día y decidimos retirarnos a dormir.

Estando en nuestra habitación, dejamos la puerta entornada por no pasar demasiada calor y Cesar se puso cariñoso, le dije que no tenía ganas de historias y comenzó a hacerme sexo oral, algo que nos gusta a los dos, cerré los ojos mientras iba lamiendo y chupando y cada vez me encontraba más excitada, llegue al orgasmo pues el muy canalla aprovecho para meterme un dedo en el culo.

Algo que también me gusta y mucho pero que sinceramente no esperaba y menos que lo hiciera de forma tan brusca, abrí los ojos como platos y pude ver en el quicio de la puerta a Fermín pajeándose lentamente, solo se me ocurrió empujar la cabeza de Cesar contra mi pubis para evitar que él también lo viera, el otro me guiño un ojo y tal como vino se fue, mantuve la cabeza allí hasta que llegue a alcanzar un segundo orgasmo, al terminar se tumbó a mi lado, para cuando intente devolverle el favor se había dormido, en parte por el cansancio y también el mucho alcohol consumido.

A la mañana siguiente nos levantamos tarde todos, yo llevaba un fino vestido como única prenda y al terminar de desayunar, el sol ya calentaba lo suficiente como para tomar el baño, salí a la piscina y al despojarme del vestido noté la calidez solar sobre mi piel ya algo morena, después de unos cuantos largos me tumbe para secarme y tomar algo más de color, pedí a Cesar que me pusiera crema y oí como Fermín decía.

Podríamos apostar para ver quién de los dos se la pone.

La mirada suplicante de Cesar hizo que afirmara, como para consentir en participar también y ser el “trofeo” del juego que iban a hacer, que consistió en tres tiradas a “piedra, papel, tijera” que gano Fermín, Cesar se dirigió al interior de la casa diciendo que hacía mucho sol para él, iba a ver un poco la tele y sacaría más tarde unas cervezas fresquitas.

Fermín comenzó a aplicarme crema con mucha delicadeza con sus enormes manos, comenzó por la nuca y fue bajando por la espalda, cada vez que tocaba el espinazo, como una descarga eléctrica recorría mi cuerpo terminando en mi coño que notaba húmedo, al llegar a la altura de los pequeños pero chafados pechos, que por tanto asomaban por los lados de mi cuerpo sobre la tumbona, sus dedos se entretenían en repasar arriba y abajo lo poco que alcanzaban.

Llego a mis riñones y todo mi cuerpo era ya un carrusel de sensaciones, separo con delicadeza las piernas y comenzó a aplicar crema sobre mis pompas, bajando hasta pasada la entrada y llegar al mismo perineo poniéndome a mil. Continúo por la parte trasera de las piernas, hasta llegar a las pantorrillas. Entonces con un susurro, pero de forma imperativa que no dejaba lugar a dudas me dijo.

Date la vuelta, así poder ponerte la crema también por delante.

Pensando que Cesar estaría mirando, y ya que había sido él quien me había puesto en esa situación, me di la vuelta pero cerré los ojos pues no quería ver a Fermín, note su mano sobre mi piel comenzando por el cuello, pero fue bajando hasta llegar a mis pechos, llegando al principio por el canalillo que los separa.

Al no ser demasiado grandes es amplio y desde ahí llegaba hasta las pequeñas areolas primero de la una después de la otra, hasta que se decidió a rodearlas con un agradable masaje, que me endurecieron los pezones de forma exagerada.

Siguió bajando hasta llegar al ombligo, donde jugo un poco con el pirsin que tengo en él pero pronto siguió hacia abajo, separo las piernas otra vez y cuando estaba llegando a la pelvis, desvió su recorrido hacia una cadera y fue bajando por el muslo hasta la rodilla, subió por la parte interior y cada vez me notaba más mojada, repitió la operación en la otra pierna y creí morir de incertidumbre, por un lado lo imaginaba hurgando con su mano en mi sexo hasta alcanzar el clítoris y volverme loca, por otra la simple idea de tenerlo tan cerca me hacía sentir mal por Cesar, pero no tuve oportunidad de elegir.

Sin previo aviso introdujo dos de sus enormes dedos en mí ya muy mojada “pucha” y comenzó a follarme con ellos, me deje hacer sin pensar ya en nada, tan solo en el placer que me estaba proporcionando, me arquee sobre la tumbona disfrutando del inesperado orgasmo que me estaba proporcionando tan solo con sus expertos dedos, aunque tardé bastante en terminar pues no aflojaba y no quería darle la satisfacción de pedirle que parase, lo hizo antes de que me desmayara y lentamente mi respiración se fue normalizando, permanecí con los ojos cerrados hasta que me dijo ¡

MIRA

!

Abrí los ojos, para comprobar como sujetaba la enorme polla apuntándome a la cara mientras se pajeaba, estaba con una pierna a cada lado de la tumbona y de súbito me soltó una descarga que se estrelló contra mis entreabiertos labios, el resto se repartió entre la cara pechos y vientre, de nada había servido la crema que me había puesto, pues me tuve que meter a la piscina para sacarme los restos al oír a Cesar preguntar desde la entrada si nos apetecían unas cervezas, Fermín también se metió en el agua para lo mismo que yo, al salir ambos limpios o casi, sobre la mesa había unos botellines de cerveza y Cesar estaba sentado en una butaca bajo la sombrilla, nos sentamos uno a cada lado suyo y bebimos.

Durante la mañana no sucedió nada más de interés, después de almorzar dormimos un poco la siesta y en esta ocasión fue Cesar el que al parecer no tenía ganas de sexo, algo que agradecí pues no me sentía demasiado bien con lo sucedido. Después de la siesta salimos a la piscina otra vez y pasamos la tarde sin incidencias, tan solo tomamos alguna cerveza y charlamos de tonterías después cuando llego la hora de cenar, prepare una ensalada y puse en el horno una pizza, mientras lo tomábamos les dije que tendrían que colaborar un poco, eso de ser la única que seguía teniendo obligaciones no me parecía justo.

Salió el tema de las apuestas y fue Cesar, quien propuso que quien ganara la última mano de la partida que jugaríamos después, seria quien mandara hasta la noche siguiente y los otros dos obedecerían sin discutir, acordamos que era un buen sistema y después de unas manos y muchos tragos, jugamos “La ultima mano” que ganó Fermín con un trío de dieces, cuando se levantaron de la mesa y mientras recogía los vasos, de forma rápida mire las cartas de Cesar y tenía cuatro Reyes, había perdido expresamente, ya estaba segura que nos había visto por la mañana.

Nos acostamos y lo mismo que durante la siesta no tuvimos sexo, de madrugada le oí decir algo en sueños, al poner atención me pareció entender. “

Lo haremos como digas…… si tú pagas la casa…. Iremos a Cuernavaca

” creí que no se podía ser tan retorcido y me dolió haber sido engañada de esa forma y me propuse tomar venganza de alguna forma.

A la mañana siguiente lunes, después de desayunar Cesar nos recordó que tenía que ir a buscar a Marcela a “Santa Ana” y que entre ir y volver serian unas seis horas, lo dijo como si yo supiera de que iba el asunto, entonces pregunté por la tal Marcela y me recordaron que es una amiga de Fermín que también pasaría unos días con nosotros, pero que el domingo tuvo que ir a la boda de su prima. Cesar me beso en la frente y se fue.

En cuanto oí que el auto partía me dijo Fermín ¿vamos a tomar un baño? además de ir a por la amiga, Cesar me dejaba en manos de su compadre a conciencia de lo que sucedería, yo no pensaba hacer menos de lo que él pudiera llegar a imaginar, pero Fermín se lo tendría que ganar. Salimos a la piscina y me despoje del vestido quedando desnuda, él también se desnudó mostrando su orgullosa y magnifica pija, no me inmuté ante tal visión y me metí en el agua comenzando a nadar con ganas.

Cuando me decidí a salir del agua, Fermín me esperaba con una toalla para que me secara, siendo él quien se dedicó a tan grata tarea y simplemente me deje hacer, los pezones se pusieron a reventar y me notaba mojada y no precisamente del agua de la piscina, cuando me atrajo para besarme retire la cara, me sujeto la cabeza con sus enormes manos diciendo “PUTA” ¿Crees que me vas a dejar así? Y me fue obligando a bajar la cara para que viera como la verga se iba elevando lentamente, alargué una mano y comencé a frotarla.

Me arrodillo enfrente suyo sujetándome ahora por los hombros, esa situación en que los hombres creen que tienen el mando me encanta y con mala cara para que él se sintiera triunfador comencé a besar esa polla por la que en silencio suspiraba desde el primer momento que deje de imaginarla, para contemplarla en directo durante el primer baño. A pesar que tengo la boca chiquita mis labios son carnosos y apetecibles.

No me costó apenas nada meter su capullo en la boca, tenía ganas de ver realmente que podría aguantar él, y para ello me dedique a hacerle una mamada de las que marcan tendencia, son muchas mis amigas que comentan lo difícil que les resulta tragar los “aparatos” de sus parejas, eso es algo sobre lo que nunca he opinado, simplemente porque lo trago TODO sin problemas, desde que con 15 años hice la primera mamada, y descubrí que me gustaban porque son algo sublime, además de hacer que un hombre se sienta el rey.

Le sorprendió que fuera capaz de tragar con tanta facilidad, esa enormidad que seguro le habría causado más de una contrariedad, no fue mi caso y tuvo que pararme pues no quería correrse aun ni así, me levanto sujetándome de los codos pegándome mucho a él, los duros pezones parecía que fueran a despellejarse al frotar contra su piel y yo misma olía mis jugos, imagino que Fermín también que sin consultarme me dio la vuelta, y me empujo con su cuerpo hacia el interior de la casa, mientras mis chiquitas tetas desaparecían en sus enormes manos.

Me llevo a su habitación a pesar de mis protestas, que eran insistentes sin llegar a ser convincentes, me tiro sobre la cama y se echó encima de mí, notaba su enorme cuerpo sobre el mío y como no su verga cada vez más dura si es que eso era posible contra mí cuerpo, así totalmente inmóvil, alargo una de mis manos y la ató con una funda de almohada a una de las esquinas del cabezal, hizo lo mismo con el otro brazo, ya lo tenía preparado y le costó poco hacer lo mismo con los tobillos.

Quede sobre la cama abierta y a su entera disposición, mientras yo le amenazaba con contárselo a Cesar el solo me miraba diciéndome. Calla puta ¿Acaso crees que Cesar no imaginaba lo que pasaría en cuanto se fuera? Pero recuerda lo pactado ayer y que fui yo quien gano la apuesta, soy quien manda hasta esta noche y lo que me apetece es tratarte como lo que los dos sabemos que eres.

Ya estaba tal y como me gusta, indefensa en manos de alguien que cree que tiene el control, para hacerme aquello que más me gusta, sorprenderme con alguna de las animaladas que tanto me hacen gozar. Fermín se arrodillo encima de la cama, apoyando su culo sobre mi sexo, con los pelados huevos sobre mi vientre y llegando su capullo a descansar entre mis pechos.

Cerro los puños y separo los dedos índice, pillándome con las pinzas que quedaron los pezones, comenzó a tironearme de ellos y retorcerlos, como sé que a muchos les gusta ver lágrimas y que supliques, mientras te dicen y hacen sentir una puta lo hice y le vi sonreír como a gran triunfador sin saber que esa era yo en realidad.

Cuando le pareció me dejo los pechos y coloco una almohada bajo los riñones, se arrodillo entre mis piernas y sin delicadeza enfilo su capullo a mi coño comenzando a penetrarme de forma salvaje, me dolía un poco cada vez que chocaba con el cérvix, pero exageraba los lamentos y veía como oírlos le enardecía más todavía, duró hasta que con un fuerte rugido comenzó a eyacular, llenándome las entrañas de semen, cálido espeso y muy agradable. Sé que es una persona limpia y no temía ningún tipo de contagio.

Se derrumbó encima de mí que apenas podía respirar, pero internamente sonreía satisfecha, Cesar había conseguido algo importante para mí, un par de cuernos ganados a pulso y además con su consentimiento expreso, ahora solo me faltaba darle una lección a Fermín y creía saber cómo hacerlo.

Al rato Fermín se apartó de encima de mi y después de soltarme masajeo mis muñecas y tobillos, preguntándome si me había hecho daño, le respondí que no y pregunté si eso era todo lo que pensaba hacerme ese día en que el “mandaba”, de momento si, ya veremos si cuando regrese Cesar con Marcela se me ocurre algo más.

Comimos y después hicimos la siesta por separado, imagine que a media siesta aparecería en mi cuarto para hacerme algo más, pero me convenció de que es un flojo y que con la media mamada y la follada que me había hecho tenía suficiente, poco después de despertarme y mientras nadaba un poco, antes de tumbarme un rato al sol de la tarde oí llegar el auto de Cesar y al poco su voz hablando con Fermín.

Salieron a la piscina y me presentaron a Marcela, que resultó ser una criatura preciosa, que al verme me saludo de forma muy efusiva, tanto que comprendí de inmediato que nos llevaríamos muy bien, me dijeron que la ayudara a instalarse y juntas fuimos a la habitación que quedaba libre, allí después de colocar la poca ropa que había traído, procedió a desnudarse y pude contemplar su cuerpo mientras lo hacía.

Cuando salimos a la piscina ya desnudas las dos, nos jalearon ambos también desnudos, pero nos limitamos a disfrutar del baño y cuando nos decidimos a preparar la cena Marcela me ayudo, en la cocina me abrazo desde detrás y me pregunto mientras acariciaba mis pechos por encima del vestido si eso me violentaba, eche la cabeza atrás para que pudiera besarme el cuello mientras le decía que la estaba esperando.

Después de cenar, como las noches anteriores bebimos mucho y jugamos un rato al póker los cuatro, menos la última partida, donde insistí en que Marcela no tomara parte esa primera noche pues no sería justo, a ella le fue indiferente y al parecer a ellos también, pues aceptaron convencidos de que ellos serían como la noche anterior, quienes harían aquello que les interesara y que quizás ya habían pactado.

Mi hermano me había enseñado algunas cosas de cuando él jugaba, ahora hacia un tiempo que lo había dejado antes de tener algún disgusto, pues en alguna ocasión lo habían pillado haciendo alguno de sus trucos y se había librado por los pelos, repartía yo y me di tres ases, a ellos también les di buenas cartas, pero en el descarte me di un cuarto as y ambos ligaron un full, verles la cara era todo un poema, los dos creían que iban a ganar.

Al mostrar las cartas, sus rostros solo mostraban decepción y cuando les dije que ya podían recoger la mesa, porque estaba con ganas de comenzar a ser quien mandara y esa noche la pasaría con Marcela si a ella no le importaba, se quedaron ambos con cara de estúpido. Mire a mi nueva amiga y le pregunté si le importaba que la hubiera elegido para pasar la noche juntas, me beso en los labios y contesto que lo estaba deseando.

No fue solo por la forma de meter su lengua en mi boca, ni como acariciaba mi cuerpo con sus pezones terminando por restregarlos con los míos, ni siquiera su forma de hacerme sexo oral, o como se colocó para poder juntar nuestros sexos mientras de su boca solo surgían palabras que me recalentaban más si cabe, fue la calma y ternura con que lo hizo todo. Hablamos mientras permanecíamos abrazadas durante una pausa, cuando nuestros cuerpos estaban del todo agotados.

Marcela conoció a Fermín hace ya tiempo y se ven esporádicamente, a pesar de que desde entonces ambos han tenido varias parejas, siempre encuentran la forma de coincidir y ahora ella tampoco tiene pareja ni ganas de tenerla, pero cuando le envió una foto mía y le dijo que pasaríamos unos días aquí, y que si le apetecía estar conmigo ya lo arreglaría, eso la animó a apuntarse.

Fue cuando le aclaré, que era la primera vez que estaba con una chica en algo que fuera más que un juego, me gustaba estar con ella y quería saber si estaba bien conmigo o solo se trataba de cumplir su parte del trato que tuviera con Fermín, sin responderme con palabras lo hizo con un morreo que nos puso en marcha otra vez y de qué modo, amanecía mientras nosotras estábamos aún enredadas y gozando la una de la otra de una forma que nunca imagine que pudiera ser posible.

Poco antes de levantarnos sin haber dormido le conté mi plan y lo acepto sin reservas, mientras desayunábamos y sin darle importancia comenté.

Hemos decidido pasar estos días como pareja, nos ha gustado a las dos la experiencia y ya que vosotros ya habéis tenido parte de lo que queríais, tu Fermín acostarte conmigo y tu Cesar, aún no sé porque ni es algo que me importe en este momento, consentiste y facilitaste que lo hiciera, nosotras haremos esto que es lo que nos apetece, si en algún momento queremos estar con un hombre ya os avisaremos, si estáis disponibles estupendo y si no, no creo que tengamos problemas en encontrar alguno.

Se quedaron los dos pálidos, continúe diciéndoles que si no les parecía bien y querían que abandonáramos la casa, ya había visto unos apartamentos, que aunque no tenían piscina servirían para terminar de pasar las vacaciones como nos apetecía a nosotras. Nos quedamos las dos esperando una respuesta que no tardó en llegar, Cesar agacho la cabeza y Fermín nos dijo que no había ningún problema, si nos encargábamos de la cocina entre las dos.

Ese día los invitamos a comer en el restaurante nosotras y a la vuelta después de un corto baño, hicimos la siesta, poco antes de dormirnos le pregunté a Marcela si alguna vez había tenido sexo anal con Fermín, sonriendo me dijo que si y que si quería tener una experiencia agradable e inolvidable ella me ayudaría, pero que sería después de dormir un rato pues estaba destrozada.

Nos despertamos a tiempo para preparar la cena, las dos en la cocina o donde fuera lo pasábamos estupendamente, después de cenar jugamos al póker pero ya sin apostar nada, después de unas manos ellos dijeron que iban a salir un rato a conocer el ambiente nocturno de la ciudad y nosotras nos acostamos pronto, no para dormir precisamente.

Marcela me sorprendió muy gratamente cuando después de ponerme a mil, comenzó a acariciarme el anillo del ano con delicadeza mientras jugaba con el clítoris, para ello empleo un lubricante muy efectivo, sentía una agradable sensación y para nada la incomodidad que me causaba en ocasiones Cesar cuando teníamos sexo anal, entonces Marcela insistió en que fuera yo quien continuara jugando con el anillo, tratando por todos los medios de enseñarme cómo hacerlo para relajar toda la zona.

Después de un rato siguió ella, primero haciéndome sexo oral y cuando pensé que estaba en el cielo, comenzó a meterme de forma delicada por el ano, un consolador que no había visto de donde había salido, pero que en sus manos hicieron estragos en mí llevándome al paraíso, cuando creí que me dejaría alcanzar el segundo orgasmo, con él casi dentro del todo, comenzó a hacerlo oscilar dilatando la entrada mucho más de lo que ya estaba, sin causarme apenas molestias y si mucha satisfacción, no tan solo por lo que me hacía, sino para qué lo hacía.

Me mostro el envase de

Analyse Me

para que me aplicara un poco, después me beso y guió mi mano, para que introdujera hasta tres dedos con facilidad en el culo, juntando las yemas sin que me molestaran y me lo iba follando con ellos, después fue ella la que continuó, primero con tres dedos con los que me penetro más que yo misma, después fueron dos de cada mano mientras me retorcía de placer pues sentía que algo grande sucedería.

Cuando metió su mano en el culo hasta la muñeca, no lo podía creer, pero ahí estaba y solo notaba el gran tamaño que tenía y eso me convenció que después de eso sería capaz de albergar cualquier cosa, incluso la verga de Fermín sin problemas de ninguna clase, me fue follando con el puño cerrado, hasta que alcance ese tan deseado segundo e interminable orgasmo.

Cuando me dejo terminar, entre lágrimas de emoción y agradecimiento, pude ver su graciosa cara y sus bellos ojos mirándome satisfecha ¿Cómo una criatura tan joven, podía ser tan dulce experta y sensual al mismo tiempo? Creo que eso es lo de menos, lo cierto es que había hecho más en una noche por mí, que muchas otras personas en meses y eso me dejaba en deuda con ella. Trate de compensarla pero estaba agotada, ella lo sabía y me hizo dormir aunque ya clareaba, me dejo durmiendo mientras se encargó de preparar el desayuno.

A medio día me despertaron unas caricias en las mejillas, era ella que me besaba con ternura hasta que desperté y con ojos soñolientos aún, pude ver su eterna sonrisa mientras oía su cálida voz que susurraba. ¿Qué es lo que querías decirles hoy? Me comentaste que querías organizar algo para ellos y están fuera, diles lo que se te ocurra porque te apoyare en todo.

Salí al salón, y vi la mesa puesta para el almuerzo que Marcela había preparado, lo tomamos con abundante sangría y mientras estábamos terminando fui muy directa y breve.

No sé qué os parecerá pero es lo que hay.

Tú y yo Cesar hemos sido pareja por un tiempo y nos entendemos, tal y como quedó claro por tu comportamiento estos días pasados, parece que las normas de pareja aquí no cuentan demasiado y por eso creo que tenemos que olvidarlas hasta el regreso a casa si te parece.

Cesar solo afirmo con la cabeza y continué.

En ese caso si no decís lo contrario, seremos nosotras desde ahora las que decidiremos con quien estar en cada momento, podremos estar con cualquiera de vosotros sin que se creen problemas, o también quedarnos a solas, pero para eso tenemos que tener la seguridad que cumpliréis con el trato.

Ambos aceptaron y fue Marcela quien tomando a Cesar de la mano se lo llevo a una de las habitaciones, quedamos Fermín y yo que me miraba evitando encontrarse con mis ojos, le sonreí y también lo tome de la mano tirando suavemente de él hacia otra de las habitaciones, le bese en los labios y le prometí que no le haría hacer nada que no quisiera.

Eso consiguió arrancarle una sonrisa pues estaba muy serio, ya más relajado comencé a acariciarlo y se animó a participar, comenzó a besarme el cuello y notaba contra mi pierna como se iba calentando, en el bolsillo del vestido llevaba el envase del lubricante que había empleado la noche anterior Marcela, lo deje sobre la mesilla de noche antes de sacarme el vestido, sus pantalones cortos también cayeron al suelo, mostrando que ninguno de los dos llevaba más prendas.

Me tumbe en la cama y en este caso se esmeró con los preliminares, comenzó a darme pequeños besos intercalados de lengüetazos por todo el cuerpo, comenzó por la cara y paso a los pechos, yo solo guiaba su cabeza allí donde más me complacía, llego al ombligo y se entretuvo en él mientras que metía dos dedos en mi coño, que a estas alturas ya chorreaba y ardía de lo caliente que me había puesto.

Alargue la mano para comprobar que también estaba ya en condiciones, pero siguió con insistencia bajando lentamente hasta alcanzar el clítoris, saco los dedos que reemplazo por la lengua y haciéndome una verdadera comida de coño, logro hacerme llegar al que fue el primer orgasmo del día, que gozamos ambos mucho más que los anteriores, pues no existía traba alguna ya que Cesar estaría con Marcela, cuando termine le mire agradecida.

Me di la vuelta y me arrodille cruzada en la cama, de modo que me pudiera enfilarme estando yo de perrito y él de pie en el suelo, pronto note como me iba penetrando a poquitos, cada empujón entraba un poco más, con sus fuertes manos en las caderas al principio, me sentía muy bien aunque no eran necesarias y paso una por debajo de mi vientre hasta poder acariciarme el clítoris llegando ya al fondo en cada largo recorrido.

No tardé mucho en estar otra vez cercana al orgasmo, pensando en su poca resistencia no deje que se corriera, cuando comencé a tener los primeros espasmos me deje caer saliéndose de mí, trato de retenerme pero un enérgico PARA, sirvió para detenerlo en seco y dándome la vuelta me senté en la cama frente a su enhiesta polla, que no dude en acariciar, besar, lamer y tragar hasta llegar con la frente a su pelvis, le di unos cuantos paseos pero solo como muestra de agradecimiento.

Entonces la saque de la boca y ante su mirada atónita comencé a aplicarle un poco de lubricante, repartiéndolo bien, para lo cual lo iba pajeando mientras lo hacía, el capullo brillaba rojo como un rubí y toda ella estaba ya en condiciones, me coloqué en la misma posición que antes sobre la cama, con las rodillas muy separadas y al no notar actividad, gire la cabeza y lo invite a penetrarme el culo con una ancha sonrisa.

Comenzó a acariciarme la entrada con el capullo, pero al notar que estaba muy distendida, apretó un poco y para su sorpresa comenzó a entrar sin apenas dificultad, siguió con cortos caderazos en que cada uno lo llevaban un poco más adentro, yo sentía como se me abrían las carnes, pero aunque llegó más adentro que Marcela, no era tan grueso como su puño lo que me estaba metiendo, al llegar al fondo se detuvo unos instantes, cuando pensó que nuestros cuerpos se habrían adaptado continuó.

Él no sabía que yo estaba preparada para eso y mucho más, y tan solo con el entrenamiento magistral que me había proporcionado estar con mi nueva amiga, fue tomando ritmo y cada vez eran más rápidas sus largas embestidas, pero sin la rabia que había sentido en ocasiones con Cesar, en esta ocasión sí que me deje ir, y llegue a alcanzar un extraordinario orgasmo, los espasmos sobre la polla de Fermín surtieron efecto, pues se corrió de una forma exagerada, inundándome las entrañas de una forma bárbara y llegando al extremo de derrumbarse encima de mí.

Quedamos sobre la cama, yo chiquita y ensartada mientras él trataba de apoyar los brazos para no aplastarme, sin salir de mi se volteó quedando sobre él, que me sujeto de los pechos que acariciaba con mimo, mientras me susurraba que había sido la primera vez que había podido tener sexo anal con una mujer y que esperaba que eso se pudiera repetir.

Esa noche charlamos un poco de diversas cosas, entre ellas de cómo había ido la tarde con los acompañantes que habíamos elegido y como pasaríamos los siguientes días, dejando muy claro que TODO lo vivido allí se quedaría allí.

Terminaron las vacaciones, de regreso a casa Cesar no ha hecho mención a nada de lo sucedido con Fermín o Marcela, tampoco yo he sacado el tema y seguimos juntos como si nada hubiera pasado, pero lo cierto es que pasó. No sé si algún día iré en busca de Fermín, para que me satisfaga como solo él sabe, con Marcela ya he quedado que nos veremos la semana próxima, pero sin los chicos. ¿Para que los necesitamos?