Vacaciones en Cracovia
Menudas vacaciones nos hemos chupado, bueno la que se las ha chupado buenas ha sido mi mujer.
VACACIONES EN CRACOVIA
Menudas vacaciones nos hemos chupado, bueno la que se las ha chupado buenas ha sido mi mujer.
Estas vacaciones nos hemos decidido por visitar la ciudad de Cracovia, que la verdad ha sido una experiencia fantástica.
Fantástica por lo que hemos visto, comprado y comido, esto sobre todo.
Las mujeres que se ven en esta ciudad son espectaculares, rubias, altas, con unos cuerpos que quitan el hipo y amables a más no poder, como en casi todos los negocios de hostelería el 90 % son atendidos por mujeres, la vista la tienes completa en toda la estancia, no podéis imaginaros como se te queda el cuerpo después de cada excursión.
Pero lo que ha sido muy bueno, ha sido lo que ha disfrutado mi mujer en el hotel donde estábamos hospedados, tiene una piscina climatizada en los sótanos que después de darnos la paliza en las excursiones, nos venía de miedo para relajarnos y quedar como nuevos para el día siguiente.
Al segundo día de estar en la ciudad, después de una ligera siesta, mi mujer me comentó si bajamos a la piscina a darnos un baño y soltar un poco de estrés en la sauna, me pareció una buena idea y nos bajamos a ver qué tal se nos daba.
Yo la verdad es que con darme un ligero chapuzón tengo más que suficiente, y como no había nadie más, me salí de la piscina y me tumbe en una de las hamacas a descansar, mi mujer se quedó dentro de la piscina disfrutando de los chorros a presión que salen y te dan masajes en la espalda o en las zonas lumbares.
A los pocos minutos aparecieron dos individuos que hablaban en ruso y que eran un poco mastodónticos, también por la manera de hablar eran un poco escandalosos, no sabían hablar en voz baja, no tardaron en meterse en la piscina hablando y dando grandes risotadas.
Mi mujer estaba agarrada al borde de la piscina donde el chorro sale frontalmente y con tanta fuerza que te tienes que sujetar bien para que no te mande al otro lado, llevaba puesto un bikini que la cubría un poco más de lo imprescindible, la parte de arriba cubría sobre sus pezones un ancho de unos ocho centímetros y la parte de abajo, por la parte de atrás un triangulito y casi nada de las cachas del culo y por delante un triángulo algo más grande para cubrir poco más que los labios externos de su coño que siempre tiene depilado.
Uno de los individuos se acercó donde ella estaba y empezó a hablarla en ruso, mi mujer se dio la vuelta y me miro para indicarme con la vista, y este de que va, yo la deje ver que no pasaba nada que no le hiciera ni caso, mi mujer de vez en cuando soltaba algún gritito o se reía por lo que la costaba aguantar la presión del agua sobre su cuerpo, entonces el individuo se acercó por detrás y puso sus dos inmensas manazas sobre los riñones de mi mujer para hacer fuerza y aguantarla contra la fuerza del agua, ella no hizo ningún gesto que indicara al ruso que no lo podía hacer, esto le envalentono y decidió hacer más fuerza, pero arrimando su cuerpo al de mi mujer, al principio con prudencia, no fuera que se llevara un chasco, mi mujer después de haberme mirado de nuevo, seguía con sus risitas cada vez más nerviosas por lo que el ruso estaba empezando a hacer.
Viendo que ella no ponía pegas a su ayuda, decidió ir un poco más adelante, nunca mejor dicho, y se pegó al culo sin quitar sus inmensas manos de la cintura de ella, la fuerza que ejercía el chorro de agua en la parte delantera de mi mujer, empezaba a ser contrarrestada con el empuje que el cuerpo pegado del ruso hacía en la espalda y el culo de ella.
Mi mujer empezaba a disfrutar de lo que yo imaginaba estaba siendo el principal “apoyo” para aguantarla, había dejado de hacer fuerza con las manos en el borde de la piscina y se dejaba arrastrar por la fuerza del chorro de agua contra el cuerpo del ruso que estaba acomodando su posición para encajar en el culo de mi mujer.
En ese momento el ruso dijo en su tono potente algo en su idioma y su compañero que hasta ese momento había estado en un segundo plano, se acercó donde estaban, poniéndose al lado de mi mujer, vi entonces como una de sus manos pasaba por delante de su cuerpo y tanteaba por encima de la tela las tetas de mi mujer que empezaba a disfrutar de los magreos que le estaban dando los dos rusos, cerré los ojos y sin darme cuenta debí quedarme traspuesto unos minutos, cuando los volví a abrir, comprobé que en la piscina había gente, pero no eran ni mi mujer, ni sus dos atentos amigos.
Aquello empezaba a ser serio, me levante de la hamaca y me acerque a los vestuarios, pensé que si estaban en alguno, sería en el de los hombres, al entrar me asomé a las duchas y a los apartados de los inodoros sin ver a nadie, entonces oí un gemido que venía de la sauna, con mucha cautela me acerque y mire a través del cristal de la puerta, para ver lo bien que se lo estaban pasando mi mujer y sus acompañantes.
Uno de ellos estaba sentado en la parte alta de los asientos de madera y mi mujer le chupaba su polla recorriendo de arriba abajo con su lengua hasta llegar a la base del tallo donde chupaba y se metía en la boca la bolsa de sus huevos, el otro, el que primero se había arrimado a mi mujer, la tenía cogida por las caderas y la estaba metiendo en su coño, un instrumento de una dimensión y un grosor espectaculares, se deleitaba viendo como entraba y salía con parsimonia la totalidad de su polla en el coño de mi mujer que gemía cada vez que notaba cuando esta llegaba hasta el fondo.
Entre con tranquilidad a la sauna y mi mujer me dirigió una mirada que decía cuanto estaba disfrutando de la follada que le estaban dando, los dos rusos ni siquiera hicieron ademán por dirigirme una sola mirada, estaban a lo suyo que era disfrutar de mi mujer.
Al momento de entrar y de ver lo que estaban haciendo, mi polla ya se había puesto como un mástil y empecé a darle un poco de recorrido a mi mano para que no bajara su rigidez.
Por el ritmo tranquilo que el ruso estaba usando en el follado a mi mujer, vi que no tenía ninguna prisa por terminar, metía su inmensa polla hasta el final y la dejaba ahí para que la notara en toda su extensión y grosor, momento que aprovechaba para mover su delicioso culo en círculos y poner al ruso si esto era posible, más caliente aún, al mismo tiempo ya había pasado directamente a meterse la otra polla hasta el final de su garganta, tocando con su lengua la funda de los huevos, el tío estaba disfrutando de una mamada de las que mi mujer es una auténtica experta.
Yo estaba contento de ver como mi mujer disfrutaba de aquella manera de dos pollones que la tenían en el sumun de la calentura, la polla del que la estaba follando, relucía de los jugos que mi mujer soltaba y la del que estaba mamando también por lo bien ensalivada que la tenía.
Ni que decir tiene, que estábamos todos sudando la gota gorda por el calor de la sauna y por el de la calentura, nuestros cuerpos era un continuo chorreo de sudores que acrecentaba el placer por la sensación del cuerpo mojado.
Mi mujer no paraba de gemir y dar pequeños gritos de tanto como disfrutaba, entonces el que la estaba follando sacó su tremendo mástil del coño de mi mujer y se sentó con su polla erguida, indicando a mi mujer que montara encima de él, cuando ella iba a meterse de nuevo el tremendo pollón en su coño, este le indico que por ahí no, apunto la cabeza de su polla al agujero del culo de mi mujer y agarrándola por las caderas empezó un lento sube baja que poco a poco conseguía que el culo de mi mujer se fuera dilatando y aceptando la tremenda maroma que le metían hasta conseguir que se la metieran hasta el fondo, chocando los huevos con el agujero del culo, el ruso al que se la había estado mamando, se arrodillo enfrente de mi mujer y comenzó a comerle el coño, metiendo su lengua en el interior del mismo y bebiendo los jugos que no paraba de destilar, se estaba volviendo loca de gusto, una polla ensartándola hasta el fondo y una lengua experta que la estaba subiendo al séptimo cielo.
Yo no podía aguantar más y me puse de pie en el banco donde estaba sentado el que se la clavaba a mi mujer y arrime mi polla a su boca, sacó su lengua y empezó a pasarla a lo largo de toda ella, mojándola para poder chuparla mejor, la sujete la cabeza con ambas manos y con un ritmo lento pero continuo comencé a follar su deliciosa boca.
El que había puesto el coño de mi mujer a cien con la tremenda comida que le había hecho, se puso entre sus piernas y le clavo su polla hasta el fondo de su coño, empezando un mete saca que cada vez ponía más frenética a mi mujer, viendo como se estaba poniendo la cosa, todos incrementamos el ritmo que movía el cuerpo de mi esposa como si de gelatina se tratara, entonces sin solución de continuidad el que la estaba enculando, empezó a bufar como un toro mientras se corría e inundaba su culo de la tremenda lechada que posteriormente pude comprobar, el que estaba follando su coño, agarrado y manoseando sus tetas, echo su cabeza hacia atrás y gritó anunciando que también se estaba corriendo a lo bestia, yo por mi parte empecé a soltar mi lefa en la boca de mi mujer que no permitió que se derramara ni una sola gota de este elixir que a ella le encantaba y ella su tremendo orgasmo tan solo lo pudo manifestar dando unos tremendos sonidos guturales resoplando por la nariz algo que parecía interminable.
Los dos rusos sacaron sus estacas de los agujeros de mi mujer y en su idioma debieron darle las gracias por tan tremenda cogida, saliendo de la sauna a continuación, entonces mi mujer mirándome de una manera tremendamente maliciosa me dijo, por favor cariño podrías limpiarme, yo sabía muy bien a que se refería, no era la primera vez que me lo pedía, entonces poniéndome de rodillas frente a ella, empecé a chupar y tragar todos los jugos que salían de las corridas de su coño y culo, que habían sido super abundantes, hasta dejarlo limpio e inmaculado.