Vacaciones en Cancún

Un relato de fantasia, seduccion, incesto, sexo salvaje, culposo y sobre todo excitante... Mi primer relato. Espero les guste.

Hola mi nombre es Nahomi, soy nueva en esto, fiel lectora pero hasta ahora me he decidido a contarles mis aventuras sexuales. Antes de los 19 años era una chica como cualquier otra, bien portada, de 1.60 m, tez blanca, cabello castaño y ojos del mismo color, delgada, con tetas no muy grandes pero bien formadas y un culo firme, siempre con el gusto por el sexo pero solo lo hacia con mis novios, al cumplir los 19 conocí a un chico en un antro y después de que me sedujo nos fuimos al baño y tuvimos sexo de lo mas salvaje, fue excepcionalmente intenso, extasiante, loco… lujurioso, a partir de ese día decidí dejarme llevar por los instintos y convertirme en una total puta y así es que he llegado hasta aquí.

Pero basta de la introducción, les contare un poco mas acerca de mi relación con mi tío, Juan. Él no me desvirgino, sin embargo a marcado mi vida, puesto que es mi confidente de aventuras, secretos y fantasías, sobre todo fantasías. Todo comenzó un mes después de haber tenido mi aventura en el baño del antro, mi prima Mayra y yo siempre hemos sido muy unidas. Ella sale con uno de los empleados de su papá, obviamente mi tío no esta contento con la relación, así que el día que festejaban el quinto aniversario de la empresa mi tío considero adecuado llevarse a los empleados de viaje a Cancún y me pidió acompañarlos con la esperanza de que ayudara a Mayra a alejarse de Luis (su empleado). El trayecto en avión duro poco y después de transportarnos en autobús del aeropuerto al hotel llegamos completamente agotados pero eufóricos. Como era de esperarse compartí habitación con mi prima, y mi tío al ser viudo, tenía toda una habitación para el solo.

Sé que Juan (mi tío) confiaba en que cuidara a Mayra, pero realmente no llevaba ganas de hacerla de nana en un viaje a una playa hermosa con demasiados chicos calientes, así que le deje la habitación a mi prima para que la disfrutara y salí a dar una vuelta por el hotel con una blusa de tirantes ligera y unos shorts poco debajo de mis nalgas debido al calor infernal del sitio, o bien de mi interior. Llegue al bar y pedí una cerveza, un turista francés se me acerco y comenzamos a platicar, después de una media hora el chico francés me acompañaba a mi cuarto y recordé esa sensación de excitación que había sentido en el antro con aquel desconocido y decidí que no seria malo intentarlo de nuevo, bese al francés en el pasillo, bajo su boca por mi cuello hasta mi hombro al mismo tiempo que llevaba una de sus manos a mi pierna y la alzaba un poco por debajo de su cintura, sujete con una de mis manos su cabello y con la otra alce un poco su playera por la espalda y la baje un poco hasta colocar mis dedos dentro de su pantalón, me sentía hirviendo, necesitaba que me tomara ahí mismo, la mano que no sostenía mi pierna rodeo mi cintura e iba subiendo hacia mi teta, cuando dijo a mi oído - "¿mi cuarto?" – no lo pensé, solo me aleje un poco de el y lo tome de la camisa atrayéndolo hacia mi con una mirada de cachondes intensa y comencé a caminar. Íbamos hacia el elevador cuando escuche la voz de mi tío gritándome:

  • ¡Nahomi! – al parecer se dio cuenta de lo que planeaba hacer, así que por esa noche mi excitación no seria calmada. Aquí fue cuando comenzó todo.

Me llevo a su cuarto para hablar después de que le pidió al francés desaparecer de su vista. Al llegar, me sentó en la cama y comenzó a sermonearme, mientras hablaba me percate de que mi tío no estaba nada mal, a sus 42 años estaba bien conservado. Recorrí con la mirada cada centímetro de él, llevaba puesta una camisa blanca de mangas cortas un tanto pegada a su pecho, fije mi vista en sus brazos delgados pero bien marcados, imaginando la sensación que podría disfrutar al tenerlos recorriendo mi cuerpo, debió percatarse de que lo veía con lujuria pues cruzo los brazos y me mando a mi cuarto. Estaba recostada en la oscuridad pensando en él, cuando abrieron la puerta del cuarto. Era mi prima con Alberto (su novio), ni siquiera prendieron la luz, debieron creer que yo seguía fuera porque comenzaron a despojarse de su ropa entre besos y caricias, una parte de mi quería hablar pero otra parte estaba demasiado caliente y quería seguir viendo el espectáculo. Se tumbaron sobre la cama al otro lado de la habitación, agradecí haber escogido la cama mas separada de la ventana, lejos de la luz, no esperaron más y fueron directamente a la penetración. Alberto abrió las piernas de mi prima que estaba recostada de espaldas sujetando con sus manos la cabecera pidiendo que se la metiera, tengo que decir que me excitaba mucho estar viendo esto, sin despegar la vista de ellos comencé a recorrer mi cuerpo con mis manos, aun mas excitada que antes. Alberto vacilaba un poco antes de meterle la verga a Mayra, metió primero la cabeza y la saco poco después, repitió esto y la tercera vez le metió la verga entera y en un solo movimiento a mi prima, quien a su vez arqueo la espalda echando la cabeza hacia atrás y soltando un quejido de placer, comenzaron el mete y saca, a estas alturas yo tenia dos dedos dentro de mi autosatisfaciéndome, curiosamente pensando en mi tío, lo cual me calentó mas, si es que era posible, con mi tío en mis pensamientos mis manos recorriendo mi cuerpo y los gemidos de mi prima tuve un orgasmo. Después de esto me perdí, no recuerdo haberme quedado dormida ni que Alberto se fuera de la habitación. Desperté cuando mi prima estaba dándose un baño, cambie mis shorts y la blusa de tirantes con los que me quede dormida por una toalla y me uní a mi prima en la regadera, lo habíamos echo toda la vida. Al entrar con ella me sonrió y solo comento que no dijera nada de lo había pasado, le devolví la sonrisa y no hable.

Nos pusimos los trajes de baño de dos piezas el mío negro y el de Mayra morado y los pareos a juego, pasamos a desayunar con mi tío, quien estaba más que sexy con su traje de baño y el dorso al descubierto. Cuando Mayra se paro por más fruta mire fijamente a mi tío y le dije que bien se veía así, acto seguido lamí mis labios lentamente sin quitarle la mirada de encima a lo que se retorció con incomodidad en su asiento pero no hizo comentario alguno. Desde que note lo bien parecido que era mi tío algo en mi me incitaba a seducirlo, una sensación inexplicable pero una fantasía que tenia que cumplir, no solo quería sentir sus labios, lo quería todo, sus caricias, besos, su aliento en mi cuello, su pene en mi interior en un mete y saca interminable… a fin de cuentas estábamos de vacaciones y como dicen "lo que pasa en la playa, en la playa se queda".

Después de desayunar nos fuimos al mar, Mayra dijo que se iría a la sala de masajes, sé que no era cierto pero no dije nada, por mi mejor así podría pasar tiempo sola con mi tío intentando llegar a mi meta. Una vez que estuvimos solos le pedí a Juan que nos metiéramos al mar, el accedió. Dentro de mi se que me deseaba, quien podría resistirse a una chica de mi edad semi desnuda en un lugar donde casi nadie nos conocía. Al meternos al agua buscaba una forma de acercarme a el y aproveche una ola que me empujo contra su pecho, coloque mis manos en sus hombros con una mirada inocente le pedí perdón y aprovechando una nueva ola me restregué mas a el, cambie la mirada de inocencia por una mas seductora e hice un comentario de su verga

  • No sabia que la tuvieras tan grande tío – rodee esta vez su cuello con mis brazos - ¿de que hablas? – me pregunto y subí una de mis piernas poco a poco por su entrepierna hasta llegar a su miembro y con delicadeza comencé a sobarlo. Me tomo por las manos y deshizo mi abrazo separándome de el.
  • ¿Qué planeas hacer? – me pregunto con enojo.
  • Nada que no desees, porque no te dejas llevar, disfruta el viaje – y volví a acercarme. - ¿o es que no consideras que sea guapa? – dije colocando una de mis manos en su pecho y la otra en mi cuello bajándola lentamente hacia una de mis tetas. Por un momento vi la duda en sus ojos, sin embargo me aparto de el nuevamente.
  • ¡Estas loca! ¡eres mi sobrina! ¡¿Qué pasa contigo?! – coloco pensativo una de sus manos sobre esa barba de tres días que me provocaba querer besarlo y luego dio media vuelta y se fue.

Lo admito, me sentí enojada, despreciada, humillada pero no me daría por vencida, el deseo que sentía era mas que las trabas que él pudiera ponerme. Di una vuelta por el hotel después de pasar a mi cuarto a ponerme una mini falda y una tanga negra, dejándome la parte de arriba del traje de baño, y lo encontré jugando solo en una de las mesas de billar del área de entretenimiento, me uní a el viendo una oportunidad mas para que cediera. Me acerque por detrás sosteniendo su hombro y susurrando a su oído.

  • ¿quieres compañía? Te veo muy solo – solo suspiro no dijo nada. Camine alrededor de la mesa de billar mirándolo fijamente viendo como me recorría con esa mirada entre lujuria y protesta. Alce las manos mostrando las palmas – me portare bien, lo prometo – el siguió jugando, así que tome uno de los tacos para "jugar" con el. Le pedí que me enseñara como tirar fingiendo no saber hacerlo. Se coloco detrás de mi inclinando nuestros cuerpos sobre la mesa y poniendo sus manos sobre las mías. Pude sentir como sostenía la respiración e intentaba alejar su verga de mis nalgas, me hice ligeramente hacia atrás para restregar mi culo de nuevo en su miembro, ya no se alejo de mí, al contrario, se pego más a mí.

Estuvimos jugando hasta tarde rosando nuestros cuerpos, cuando anocheció fuimos al bar a beber algo, después de una hora le pedí que me acompañara a mi cuarto. Una vez fuera de la habitación lo invite a pasar, se acerco lentamente a mi me tomo por la cintura y beso mi cuello, después se fue. Me quede parada frustrada fuera de mi cuarto unos 10 minutos cuando decidí ir a su habitación, cuando abrió me dijo que estaba mal lo que estábamos haciendo y se alejo de la puerta, me metí detrás de el en la oscuridad cuando sentí como me aprisionaba con un brazo contra la pared a lado de la puerta mientras cerraba la misma con la otra mano. Ardía en deseo por lo que estaba pasando, ¡al fin había ganado!. Me tomo por el cuello con una mano y con la otra desabrochaba el top de mi traje de baño, baje mis manos para bajar sus shorts, ambas prendas (mi top y sus shorts) cayeron al suelo. Me sujeto por la cintura alzándome, rodee su cintura con mis piernas y me abrace a su cuello. Me besaba de una forma salvaje, me sentía cachondisima. Me llevo cargando a la cama y me azoto tirándome de espaldas contra el colchón, me encantaba esa forma ruda de tratarme, nunca me había sentido tan deseada y excitada. Me jalo a la orilla de la cama se arrodillo, alzo un poco mi falda e hizo a un lado mi tanga –esto es lo que quieres, es lo que tendrás -. Comenzó a lamer mi vulva de una forma tan profesional como solo 42 años de experiencia pueden lograr, yo me retorcía de deseo mordiendo mi labio inferior, era tan delicioso.

  • ¡o por dios! ¡Sigue! ¡ummmmmm! ¡ahhhhhh! – no tarde mucho en venirme de la forma mas deliciosa posible –estas riquísima – me dijo y fue subiendo besando, saboreando cada parte de mí, hasta llegar a mis tetas y empezó a lamerlas, succionarlas, morderlas. Tenía los pezones durísimos. Me besaba el cuello cuando jale de su cabello para quitarlo de encima, cambiamos posiciones ahora yo estaba encima suyo besándolo, bajando poco a poco hasta llegar a su verga comencé a lamerla de abajo a arriba, la tenia dura, gruesa y larga, la metí a mi boca y comencé a mamarsela mientras con una de mis manos tiraba suavemente de sus huevos. Me paro antes de venirse – la mamas como toda una profesional - se puso de pie y volvió a tumbarme de espaldas en la cama esta vez quitándome la falda y la tanga, tomo una de mis piernas y la coloco sobre su hombro con la otra tomo su verga y la coloco fuera de mi vulva, la subía y la bajaba rozándome sin dejar de mirarme con perversión.
  • ¡Métemela! – no soportaba mas, la necesitaba dentro. Sonrió de forma perversa y me la metió hasta el fondo.
  • ¡ahhhhhhhhhhhhhhh! ¡ummmmmmm! ¡siiii! – me curve sobre la espalda, me aferraba con las manos a las sabanas - ¡que rico! – comenzó a meterla y sacarla lentamente y aceleraba poco a poco, se inclino para besarme. Saco su verga y me la volvió a meter en un movimiento, hasta el fondo, ahí tuve mi segundo orgasmo de la noche - ¡ahhhhhhhhhhhhhhhhh!

Cambiamos de posición, se coloco de espaldas sobre la cama y lo comencé a cabalgar. Puso sus manos en mis caderas, me movía al ritmo que me marcaban sus manos, primero lento y después mas rápido, adelante, atrás. Sentía su verga ocupando cada centímetro dentro de mi y no era suficiente, lo necesitaba mas adentro, lo deseaba en todo mi cuerpo. Sin sacármela me volteo y se coloco encima mío, rodee con mis piernas su cintura y me sostuve con las manos a su espalda. En cada embestida soltaba un grito de excitación y arañaba su espalda, sentía su respiración acelerada cerca de mi oído, me sentía en la gloria.

Se separo de mi y me puso a cuatro – ¿la quieres putita? ¿la deseas? – dijo – si, dámela ya – dije entre gemidos. Me embistió por detrás, ¡era delicioso!. Me pellizcaba las nalgas mientras me la metía y sacaba. ¡Que bien me cojia! Antes de venirse, saco su verga y se corrió en mis nalgas. Estaba exhausta. Nos tumbamos en la cama y descansamos unos minutos. Me miro a los ojos y pude ver su culpa, intento hablar pero lo bese de la forma mas apasionada y cachonda posible, baje mi mano y sobe su miembro lentamente, se le puso tiesa al instante, después susurre a su oído – cojeme otra vez, te deseo… - detuvo mi mano, me aparto y se puso de pie nuevamente, me cargo y me llevo al balcón y volvió a metérmela ahí mismo. Fue una noche llena de éxtasis. Cojimos por todo el cuarto.

El resto del tiempo que estuvimos en Cancún fue igual, ni siquiera se preocupo por Mayra, la pasamos como recién casados, cojiendo en todos lados, en la alberca, en la playa, en el elevador, en todos lados. Desde ese viaje nos vemos a escondidas en su casa cuando mi prima no esta y seguimos con nuestra pequeña aventura, cumpliendo mutuamente nuestras fantasías.

Espero que les haya gustado mi relato