Vacaciones en Boa Vista 1
Unas vacaciones en invierno en la isla de Boa Vista
Como ya os comentamos en nuestro primer relato “el regalo de mi mujer”, somos una pareja, Marta y Fede que nos gusta mucho el sexo. Marta tiene 35 años, es rubia, de 1,56 de altura, ahora ha engordado un poquito, con una 90B de pecho y un culito que me encanta acariciar. Yo tengo 40 años, mido 1,76, peso 90 kg, pelo castaño y de complexión atlética.
EL pasado mes de enero, Marta y yo (Fede) decidimos ir a pasar unos días de vacaciones después de las fiestas de Navidad. Decidimos ir a Cabo Verde, a la isla de Boa Vista y nos alojamos en un hotel en la ciudad, a cinco minutos del centro y junto a una pequeña playa.
Nuestra idea era recorrer las playas de la isla durante una semana, saborear su gastronomía, lo mismo hacemos todos en un viaje, y…. disfrutar de nosotros en las playas. Para ello alquilamos un coche pequeño. Cuando llegamos al aeropuerto de Paria, capital de la isla y del país, nos encontramos con una sorpresa al recoger el coche. Nos estaba esperando para dárnoslo una chica que era una preciosidad. Una chica rubia, de 1,70 m de altura, con unos ojazos azules transparentes preciosos, vestida con su uniforme de trabajo, una falda azul celeste con una blusa blanca. Su ropa hacía que resaltará aún más su cuerpazo, unos pechos que no dejaba de mirar y un culito que deseaba acariciar (Marta se dio cuenta y me dio un codazo y me dijo “…sé un poquito más discreto”). Se llamaba Sandra.
Sandra nos pidió que la acompañáramos fuera del aeropuerto para entregarnos el coche e indicarnos como llegar al hotel y un plano de la isla con sus monumentos y sus playas. Cuando llegamos a donde estaba el coche tuvimos otra grata sorpresa. La estaba esperando una amiga suya en su coche para luego irse las dos a la playa. Nos la presentó, se llamaba Marina, y también hablaba español. Otra preciosidad, morena, de pelo negro, media melena, poco pecho, ojos marrones un cuerpo divino y unas piernas de escándalo. Nos dejó con la boca abierta. Además llevaba una camiseta azul de tirantes, sin sujetador, y un short blanco. Ambas estaban preciosas y les dije que mejor recibimiento no se puede tener.
Nos despedimos de ellas y nos fuimos al hotel a ducharnos, ponernos bien de crema solar y cambiarnos para ir a una playa, es a lo que íbamos. Yo me puse una camiseta y un bañador rojo con estampados de flores y Marta se puso un bikini verde y un pareo amarillo. Metimos las toallas en la mochila y nos fuimos a comprar algo de comida y agua.
Nos fuimos a una playa en la costa oeste, para tener más horas de sol, la de Porto Gouveia. La playa era de arena negra y agua trasparente. Como nos gusta estar tranquilos, aunque había poca gente en la playa, fuimos andando alejándonos de las casas hasta un sitio que nos gustó y pusimos nuestras toallas. Me quito la camiseta, Marta me mira sorprendida y me dice:
- Te has depilado, ¿cuándo lo has hecho?
- ¿Te gusta? No me he depilado entero, he dejado una matita de pelo encima de tu amigo. Lo hice hace tres días y por eso evitaba tener sexo contigo y cambiarme delante de ti. Quería darte una sorpresa, ¡y todavía me quedan algunas!
- ¿Me dejas que te dé crema? Debe ser un placer acariciar tu pecho depilado, todo suavecito, mmmm. Además, yo también tengo alguna sorpresa para ti, y si te portas bien las descubrirás más tarde.
- Antes me gustaría darme un baño.
Marta se quita el pareo y se pone más crema solar, ahora no la apetecía bañarse. Para no quemarse con el sol en la playa, había estado yendo a un solárium durante dos semanas. Estaba muy guapa morenita.
El agua estaba muy buena y transparente. Me puse unas gafas de bucear y me puse a hacer snorkel un rato. Pasado un buen rato, al salir a la orilla me di cuenta que no había nadie cerca de nosotros y quise mostrarla la matita de pelo que me había dejado. Me quito el bañador y salgo con él en la mano. Marta está de espaldas tomando el sol y salgo mirándola. Cuando llego a la orilla me cruzo con una pareja que está dando un paseo, son Sandra y Marina, ¡qué van desnudas! ¡Joder que cuerpazos, totalmente morenos! Se nota que suelen estar desnudas en la playa.
Yo me quedo un poco cortado, bueno, muy cortado. Nos saludamos y noto como mi polla empieza a tomar vida propia y se pone morcillona. Ellas me sonríen y Marina me dice:
- Es bueno que te des bien de crema porque como te quemes y se queme tu amigo lo vas a pasar mal.
- Ahora cuando llegue donde está Marta me lo pondrá ella, les respondo
- Por cierto me gusta cómo te has depilado el cuerpo y te has dejado los pelitos de tu pene, dice Marina.
Tengo que describirlas. Marina tenía un tono de piel muy morena pero sin de ser dorado, no estaba quemada por el sol. Su moreno era espectacular, además sus dos pechos, pequeños pero seguro juguetones, tenían los pezones en punta y tenía totalmente depilado su pubis. Sandra, al ser rubia no estaba tan morena. Tenía una piel de un dorado claro, unos pechos más grandes que los de Marina y tenía una línea vertical de pelitos rubios en su pubis.
Mientras hablábamos veo que Marta se levanta y viene hacia nosotros. Al andar lleva un contoneo sexi que me encanta. Cuando llega adonde estamos, saluda a Sandra y Marina y dice:
- Fede, te ha faltado tiempo para desnudarte. Mmmm, me gusta tu otra sorpresa. Esa matita de pelitos cortos te queda muy bien. Creo que estoy siendo descortés con ellas, yo todavía estoy vestida.
En ese momento Marta empieza a quitarse su bikini de una manera sexi, ya que le gustan mucho los juegos eróticos, empieza por la parte de arriba, y después se quita su parte de abajo y me llevo dos sorpresas. se ha depilado dejándose una línea, como Sandra, ha tomado el sol desnuda en el solárium. No tiene ninguna marca. Yo ya no aguanto más, y mi polla se empina y se pone dura del todo.
Nos dicen que si necesitamos de ellas podemos preguntar por Sandra en su oficina, que está frente a la catedral. Nos despedimos dando dos besos a Marina y a Sandra, noto como me rozan sus pezones y como mi polla roza sus caderas, lo que hace que se me ponga más dura, si cabe.
Marta me dice, cogiéndome por la polla:
- Anda ven conmigo que te voy a dar crema, que creo que te vas a quemar y tienes que bajar ese empalme que llevas.
Marina y Sandra se echaron a reír. Al llegar a la toalla Marta me dice que me tumbe boca abajo. Coge el bote de crema solar y me suelta un gran chorro sobre la espalda, se sienta sobre mi culo y empieza a extenderla, primero de forma firme y luego suave dando un masaje. Luego se sienta en mis piernas, se da crema en las manos y empieza a darme crema sobre mi culo con un suave masaje y pasando sus dedos por mi raja y jugando con un dedo en mi ano. Después terminó con mis piernas suaves y bien depiladitas. Me pidió que me diera la vuelta y vio que seguía bien empalmado. Coge la crema y empieza por las piernas subiendo hasta la ingle. Yo deseaba que siguiera pero no me la tocó y y sentó sobre ella, sin metérsela y empezó a extender la crema por mi pecho. Aquí Marta me puso a mil, se dedicó a acariciarme y a pellizcarme mis pezones y luego me dio un masaje con la crema por mi cara que me relajó mucho, tanto que me desempalmé. Y me dice que ahora que ya está relajada puede darme la crema por ella. Se sienta sobre mi pecho, se da crema en las mano y empieza a darme crema por la ingle, lo que hace que vuelva a cobrar vida mi polla. Cierro los ojos para disfrutar al máximo. Al rato noto como empieza a sobarme los huevos y como suben sus manos por mi polla
- Me encanta que esté todo tan suave -dice Marta. Es un placer extender la crema y acariciarla.
Se incorpora un poco, siento un calor húmedo en la punta de mi polla y un olor familiar. Saco mi lengua y siento su coñito en mi boca. Le doy un beso y empiezo a lamerlo al mismo tiempo que ella me hace una buena mamada. Ambos disfrutamos de un 69 muy especial, en una playa y con personas cerca, que son muy, pero que muy guapas.
Libero mis manos y empiezo a acariciar su culito mientras sigue mi lengua jugando con su clítoris. Marta sigue con su lengua y sus manos haciéndome una de sus mejores mamadas. Marta se incorpora y de golpe se sienta sobre mi polla metiéndosela hasta el fondo, dándome la espalda. Entra muy suave, estamos los dos muy mojados y lubricados. Yo también me incorporo un poca para poder sobarle las tetas y pellizcarla los pezones.
Al abrir los ojos veo que Sandra y Marina nos están mirando. Es la segunda vez que me alguien nos ve follar, y es una sensación que cada vez nos gusta más.
Marta ya no aguanta más y empieza a gemir de placer.
- Cabrón, mmmmm. Como me gusta que me llene tu polla. Dame más fuerte.
Se saca mi polla y se pone a cuatro patas.
- Quiero que me folles fuerte, cabrón. Métemela y haz que me corra.
Le meto mi polla, la agarro por las caderas y empiezo a metérsela y sacarla suavemente, a mi me encanta sentir como la voy llenando de polla.
- Cabrón, dame fuerte
Mi ritmo va subiendo y se la voy metiendo más fuerte, mientras ella se acaricia su clítoris. Levanto la vista y veo que Sandra y Marina están sentadas mirando nos con las piernas abiertas. Marina está detrás de Sandra acariciando sus pechos mientras la besa en el cuello y Sandra tiene una mano en una pierna de Marina y la otra en su coño acariciando su clítoris y metiéndose un dedo. Marta también se da cuenta de que nos miran , lo que hace empiece a embestirme con su culo y comience a tener un tremendo orgasmo.
- Me corro, aggggg, me corro joder …… No pares sigue fuerte, agggg. Sigue, sigue. Quiero que te corras dentro, quiero sentir tu leche, sigue.
- No me voy a correr, hasta que tengas otro orgasmo.
Me salgo y la tumbo de lado en la toalla mirando a nuestras nuevas amigas. La levanto la pierna, coge mi polla y se la mete hasta dentro. La sujeto la cadera con una mano y vuelvo a metérsela de nuevo con fuerza. Ella se lleva una mano a su clítoris y a sus tetas para acariciarlas. Noto como su mano me acaricia la olla cuando la follo y me sujeta los huevos. Con mi mano empiezo a jugar con un pechos, a pellizcarla el pezón y a jugar con su ombligo.
- Sigue, mmmm, me encanta. Juega con mi pezón y mi ombligo.
Ella coge su pecho y se lo lleva a la boca, saca su lengua y empieza a jugar con su pezón. Me pone a mil.
Ahora Marina y Sandra se han sentado juntas y se están masturbando mirándonos. Se pellizcan los pezones y juegan con sus clítoris. Viéndolas me cuesta mucho aguantar correrme, pero quiero que Marta se corra de nuevo.
Saco mi polla y Marta me la coge para darse unos suaves golpes en su clítoris, mientras sigo jugando con su pezón y con su ombligo. Después de azotarse con mi polla se la vuelve a poner en la entrada de su vagina y se la meto de golpe con fuerza lo que hace que gritemos ambos de placer.
Noto que ella está muy cerca de llegar al orgasmo por su respiración. Ella empieza a darse golpecitos con su mano en el clítoris y noto como empieza a ponerse tensa, está de nuevo a punto de correrse. De repente
- Me corro, me corro, sigue fuerte. ¡Dios que orgasmo! Sigue no pares dame fuerte, aaaggg, córrete
Yo ya no puedo más sigo empujando fuerte y me corro echando toma mi leche dentro de su coño
- Aaagggg Marta me corro, aagggg.
Estamos ambos sudando, pero muy relajados. Le agradezco a Marta este polvazo y me da un gran beso en la boca. Miramos hacia Sandra y Marina y ellas siguen masturbándose. Nos encantaría que se corrieran y poder verlo. Marta se levanta se acerca a ellas, y se pone detrás. Yo me quedo alucinado y veo que les dice algo en voz baja y ellas mueven sus cabezas diciendo que sí. Marta entonces empieza a acariciarlas sus pechos con la punta de sus dedos, pasándolos suavemente por encima de ellos y de sus pezones. A ellas parece que les encanta y empiezan a gemir. Marta les pide que se tumben para que puedan masturbarse con ambas manos. Se tumban y Marta empieza a besarles los pezones y baja sus manos hasta sus ombligos para jugar con ellos.
La visión que tengo, dos preciosidades masturbándose delante de mí y mi mujer acariciándolas hace que mi polla vuelva a tenar vida y se vuelva a poner dura y empiece a acariciármela.
Marta se pone en medio de ellas y sigue acariciándolas los pechos y dando besitos a sus pezones. Con un dedo de cada mano empieza a jugar con sus ombligos, como a ella le gusta. Vuelven a gemir de gusto y de placer, debe ser por la nueva sensación. Poco a poco va creciendo esos gemidos y empiezan a moverse, cuando de repente Marina estalla en un tremendo orgasmo y poco después Sandra. Marta baja su cabeza y da un beso a cada una en la boca y oigo que les dice gracias por el placer de ayudarlas a correrse.
Marta mira hacia a mí en hace que me corra por la paja que me he hecho. Me acerco a ella y la beso en la boca. Marina y Sandra se sientan en sus toallas, Marta a su lado y yo me tumbo en la arena con la cabeza apoyada en las piernas de Marta. Nos quedamos mirando hacia el mar y Marta dice:
- No me podía imaginar que esta playa fuera tan buena y sensual. Si esto ha pasado el primer día, estas vacaciones van a ser las mejores.
Todos nos reímos, y Marina dice.
- Si queréis podemos cenar juntos los cuatro
- Es una magnífica idea –decimos Marta y yo. Así os podemos preguntar por buenas playas y nos decís buenos sitios en la isla para comer.
- Si os parece bien, quedamos a las ocho en la entrada de vuestro hotel.
Viendo la hora que es, decidimos recoger todos nuestras cosas ye irnos para descansar y vestirnos para ir a cenar.
Estas vacaciones van a ser muy morbosas. Continuará