Vacaciones en autocaravana 2ª parte

Las vacaciones siguieron, depués de una primera noche caliente, subiría aún más la temperatura?

VACACIONES EN AUTOCARAVANA (2)

No sé si fue la excitación de la noche anterior (ver primera parte)  o la luz que se filtraba por los oscurecedores de las ventanas pero hacía rato que me movía entre las sábanas, decidí levantarme ante la falta de movimiento del resto de mis compañeros, salí fuera y el entorno era espectacular, estábamos en la falda de una montaña rodeados de naturaleza. Un pequeño camino que rodeaba la zona reservada para el aparcamiento y acampada de autocaravanas se adentraba hacia un frondoso bosque detrás nuestro, también había una zona con barbacoa y unas mesas y bancos de piedra con una zona infantil

Decidí coger la bici e ir a explorar el pueblo en busca de algo para el desayuno. En una hora ya estaba de vuelta, el pueblo era pequeño y no había mucho por ver, lo realmente bonito era el entorno y la naturaleza que lo rodeaba,  al llegar ví a Iris tumbada en una de las tumbonas y Gisela sentada a su lado, Iris seguía con su camiseta con la que la ví que se iba a dormir y sin sujetador, Gisela se había cambiado, al acercarme las oí reírse, parecía una animada conversación que se volvió silencio cuando me vieron llegar.

Les dejé el desayuno encima de la mesa,  e Iris se ofreció a hacer café, mientras Nico aparecía por la puerta, “¿ya estáis todos despiertos? vaya forma de desperdiciar el día”

salió con su pijama, el pelo alborotado y los ojos medio cerrados y se sentó en una silla que estaba vacía al lado de Gisela, parecía que su cuerpo todavía no se había despertado.

Subí a la autocaravana a buscar unos platos y cubiertos para desayunar, Iris se peleaba con la cafetera que no se dejaba abrir, al pasar a su lado para coger los platos del estante de arriba, se acercó por detrás  para susurrarme “¿te gustó lo que viste ayer? ¿te gustaría ser tú esta vez?” notaba sus pechos duros clavándose en mi espalda y como eso hacía reaccionar mi polla instantáneamente, al apartarse, bajo la mirada y con un gesto de aprobación dijo “ya veo que sí que te gustaría” .

Volví a bajar, con el subidón aún en el cuerpo y  bajo la escudriñadora mirada de Gisela, que solo verme ya sabía que algo me pasaba.

Desayunamos los cuatro, sin prisas, hablando, riendo y aunque nadie sacó el tema de la noche anterior, se notaba que estaba en el ambiente.

Viendo el maravilloso entorno en el que nos encontrábamos, decidimos quedarnos allí, buscamos información en el móvil y encontramos excursiones para realizar no muy lejos y con vistas espectaculares  para hacer ese día.

Dicho y hecho, hicimos bocadillos, nos calzamos las zapatillas de trekking y la mochila a la espalda  empezamos a andar por la pista que salía del aparcamiento.

Algunos kilómetros después de una larga caminata y  bajo un sol de justicia en un entorno incomparable,  nos decidimos a descansar a la sombra de unos frondosos pinos con vistas a un pequeño lago, comimos y descansamos tumbados encima de la hierba, la brisa y la sombra del bosque nos refrescaba pero no parecía suficiente para Iris que propuso bañarnos en el lago, el resto mostramos nuestras reticencias; no dejábamos de ser urbanitas a los que descalzarnos y entrar en el agua con misteriosos y peligrosos bichos desconocidos nos producía un rechazo extremo, también el pudor nos frenaba, aunque la noche anterior seguía en nuestras mentes por mucho que intentábamos hacer ver que no había pasado. A pesar de nuestro rechazo fuimos bajando hacia el lago, a esa hora del mediodía el calor se hacía asfixiante, al llegar a la orilla del lago Iris se descalzó, se quitó la camiseta y se bajó los shorts quedándose en ropa interior, y sin dudarlo por un instante se metió dentro del agua, el resto nos miramos sorprendidos y con cierta envidia, Iris nos gritaba desde el agua diciendo que estaba increíble y que ya estábamos tardando en meternos. Mientras pensaba en hacerlo o no Nico ya estaba en calzoncillos entrando en el agua y Gisela me miraba preguntado ¿qué hacemos? pues nada, todos al agua!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Jugabamos, nadabamos, nos ahogabamos, los juegos hacían que nos tocásemos y rozásemos “inocentemente” bajo el agua, las escenas de la noche anterior aparecían recurrentemente en mi mente, intentaba evitarlas, pero en cada roce me venían inevitablemente las imágenes a mí cabeza.  Podía ver los pechos de Gisela a través de su sujetador que se había vuelto transparente por el agua o los pezones de Iris marcándose claramente en el suyo.  Viendo el bulto que marcaba Nico en sus calzoncillos a él le estaba pasando lo mismo, no disimulaba sus pervertidas miradas hacia mi mujer, el ambiente se estaba caldeando por momentos.

A Gisela se le notaba incómoda y salió del agua con prisas, me esperé unos segundos a que me bajara la erección y la seguí, nos sentamos al sol a secarnos, la bese en los labios y su lengua se abrió paso entre mis labios y empezó a juguetear con la mía, fue un beso agresivo, vicioso y lleno de deseo,  acaricie sus mejillas con ambas manos y separé su cara para mirarla a los ojos, su mirada desprendía lujuria, “estoy muy cachonda” me susurro bajando la mirada, nos habíamos olvidado que no estábamos solos, las carcajadas de Iris nos hizo volver a la realidad, Iris y Nico también habían salido del agua y se acercaban, Gisela se separó de mí de un salto, “venga vamos, todavía tenemos un largo camino de vuelta” dijo apresuradamente.

Volvimos rápido, Iris y Gisela caminaban delante nuestro, se las oía reír y mirarnos de reojo, Nico y yo las seguiamos a poca distancia en silencio. Mi cabeza hervía, me imaginaba follando salvajemente con Gisela y la imagen de Iris de la noche anterior me venía a la cabeza constantemente buff ¿como sería follar con ella? no puedo negar que no me imaginé con esas dos tetazas entre mis manos… entre la noche anterior, el baño en el lago y la caminata llevaba un calentón importante, por fín llegamos a la autocaravana y nos fuimos duchando por turnos, mientras fuimos preparando la mesa y  las sillas de camping, estaba atardeciendo, sacamos unas cervezas y nos relajamos sentados disfrutando de las vistas.

Gisela sugirió jugar a algún juego de mesa para pasar el rato, como si ya supiera de antemano la propuesta,  Iris salió con unas cartas en la mano, mi disconformidad era evidente, nunca me han gustado los juegos de mesa,  Gisela sabiéndolo y viendo mi cara de desaprobación, dijo “venga y en lugar de sumar los puntos y para hacerlo más divertido e interesante podemos pagar una prenda el que más puntos tenga en cada mano”

mis ojos salieron de sus cuencas, pensé que me estaba tomando el pelo, enseguida Iris dijo “vale, todos tenemos que llevar el mismo número de prendas y el que se quede en pelotas pierde y se queda así hasta que acabemos la partida y tengamos un ganador”.

Estaba claro que el viaje de vuelta desde el lago había servido para que las chicas tramaran este juego. Nico y yo nos miramos con sorpresa y excitados ante este inesperado juego… como era de esperar en pocas partidas ya me había quedado sin zapatillas, calcetines y camiseta, solo me quedaban las bermudas y los calzoncillos, el resto todavía conservaban la mayor parte de su vestuario, empezaba a  pensar que me quedaría pronto en pelotas sin poder ver aunque fuera una triste teta.

Por suerte una buena racha hizo que la cosa se fuera igualando a Iris le tocó desprenderse de una nueva prenda y decidió quitarse el sujetador por debajo de la camiseta, los pezones se marcaban debajo de la fina tela de su escotada camiseta negra, ahora era el turno de Gisela, ella decidió quitarse la camiseta y quedarse en sujetador, uno de bonito encaje negro que solo usaba en ocasiones especiales, en las que normalmente no entraban nuestros viajes en autocaravana.

La temperatura empezaba a estar por las nubes y subiendo, las cervezas y el vino iban cayendo y nos ayudaba a deshinibirnos, aunque no nos habíamos cruzado con nadie,  habíamos movido el vehículo  para dejarlo entre el camino y nosotros,  lejos de las miradas de cualquier transeúnte despistado que pasara por allí.

Después de varias manos, quedaba poca ropa por perder, Nico y yo estábamos en calzoncillos y con una erección más que evidente, Gisela en sujetador y tanga a juego, Iris era la que iba ganando, aún conservaba los shorts, sus braguitas (en mi mente no podía dejar de pensar cómo serían)  y la camiseta.

Esa partida fue tensa, de las 4 personas de la mesa 3 podían dejar a la vista alguna parte de su anatomía, el morbo se podía notar en el ambiente, finalmente Iris fue la perdedora, me miró con mirada pícara y en contra de lo que pensaba se despojó de su camiseta dejando su grandes pechos al aire, parecían estar duros como piedras, se los cogió con las dos manos y les dió un buen meneo entre risas, era lo que le faltaba a mi polla para ponerse a punto de reventar, seguimos jugando, ya no podía concentrarme, mis ojos se iban directamente a las tetas de Iris, no sabía ni las cartas que tenía en la mano y lógicamente perdí, tenía que desprenderme de la única prenda que me quedaba, me hice el remolón, el pudor y la vergüenza aún podían un poco más que el alcohol y el morbo. Gisela me obligo a levantarme, estaba plantado a su lado en ropa interior y con una evidente erección, viendo que no me decidía Gisela empezó a bajarme los calzoncillos entre risas y peticiones de Iris, Nico miraba la escena a distancia, agradeciendo no ser él en ese momento. Gisela dió un tirón final dejando mi ropa interior en el suelo y mi polla saltó como si tuviera un resorte y se quedó apuntando a Gisela que la miraba a escasos dos palmos de distancia.

Hubo unos segundos de silencio, que a mi me parecieron horas, hasta que Iris dirigiéndose a Gisela le dijo “sí señora, veo que vas bien servida, ahora entiendo tu alegría esta mañana”

Gisela la miró con cara picarona “pues no  sabes lo que bien que funciona” dijo mientras cogía mi polla y movía suavemente su mano arriba y abajo haciéndome gemir tímidamente y llevandosela entre sus labios, Nico observaba la escena sin pestañear y con la boca abierta, mi polla desapareció dentro de la boca de Gisela que se esforzaba en engullirla, sus manos me cogieron el culo mientras sus labios y su lengua se movía vertiginosamente alrededor de mi verga, Iris se acercó mirando a Gisela pidiéndole permiso con la mirada para participar de ese festín.

No podía creer lo que estaba viviendo, delante mío arrodilladas tenía a mi mujer y a Iris comiendome la polla a dos bocas, a cuatro manos, con una coordinación exquisita.

Iris pasaba su lengua por mis huevos mientras Gisela chupaba la punta de mi polla, sus lenguas se encontraban y se fundían en ardientes besos dejando mi polla a un lado.

Gisela buscó los pechos de Iris y empezó a acariciar sus pezones de forma suave, Iris gemía entre sus labios, cuando la lengua de Gisela se lo permitía.

Gisela cogió de la mano a Iris y la hizo levantar, se la llevó hacia las tumbonas, me dirigió una mirada ardiente, nunca había visto a Gisela tan cachonda, me acarició la polla antes de llevarse a Iris lejos de mí, Nico seguía sentando en su silla, en calzoncillos, mostrando su cuerpo extremadamente delgado pero fibrado, con un piercing en el pezón derecho que mostraba, escondido, su lado más canalla,  estaba tocándose por encima del calzoncillo incrédulo a todo lo que estaba viendo.

Gisela hizo tumbar a Iris, le quitó los shorts dejando a la vista un diminuto tanga negro, empezó a besarla y fue bajando poco a poco, los labios, el cuello, se detuvo un momento para jugar con sus pezones, que se mostraban erectos y húmedos por la saliva de Gisela que seguía bajando, abrió sus piernas y apartó el trocito de tela que se interponía entre ella y su objetivo.

Era la primera vez que Gisela se comía un coño, pero la verdad es que no lo parecía, Iris se revolvía en la tumbona en el momento que la lengua de Gisela recorría sus labios y jugueteaba con su clítoris, Iris se estrujaba sus pechos mientras Gisela seguía entre sus piernas y solo quitaba sus manos de ahí para coger la cabeza de Gisela y hundirla un poco más en su húmedo coño.

El culo de Gisela se nos mostraba en todo su esplendor delante nuestro. No podíamos permanecer más tiempo como simples espectadores, podía correrme en ese mismo momento sin que nadie me tocara de lo caliente que me estaban poniendo.

Vi a Nico que ya se había levantado, se había desprendido de sus calzoncillos y mostraba orgulloso un pollón largo y duro apuntando a nuestras parejas que estaban disfrutando ajenas a nosotros.

Me acerqué a ellas, me puse detrás de Gisela, le acaricié para que notara mi presencia, mientras observaba de cerca la escena, Iris reclinada en la tumbona con las piernas abiertas de par en par dando la bienvenida a la juguetona lengua de Gisela, con sus manos apenas podía coger sus grandes pechos. Al notar mi presencia Gisela levantó su cara y se giró para mirarme, sus ojos eran puro fuego y su boca estaba mojada de los jugos del coño de Iris, un coño con grandes labios, carnoso, totalmente depilado que rápidamente volvió a estar lamido por Gisela, me arrodille detrás de ella y acaricie sus piernas subiendo por sus muslos y buscando entre la tela de su tanga ella me ayudó abriendo un poco más sus piernas y dándome la bienvenida a su húmedo coño, bajé su ropa interior y empecé a lamer toda parte de su cuerpo que se me ponía por delante, una vez la tenía bien humeda me levanté y la penetre con fuerza, la embestí una y otra vez, Nico se acercó a Iris que le pidió que se acercara un poco más, le cogió la polla  y se la metió en la boca, Iris me pareció una experta comepollas, la besaba, mordisqueaba, y lamía sin descanso desde el prepucio a los huevos, era excitante y morboso estar allí follando a Gisela junto a Nico e Iris.

Iris gemía cada vez más rápido tuvo que dejar de chupar la polla de Nico para concentrarse en las sensaciones que le estaba dando la lengua de Gisela en su coño, se cogío a la tumbona con una mano mientras con la otra se pellizcaba el pezón, su respiración se aceleró llegando a su primer orgasmo de la noche, Iris seguía agarrada a la tumbona como si fuera un vehículo circulando a gran velocidad mientras su respiración volvía a la normalidad.

“joder, vaya lengua tiene tu mujercita, no?” me soltó Iris recobrando la compostura, Nico seguía de pie a su lado con la polla más dura que antes, si cabe, Gisela lo vió, se levantó y se acercó a él, “mi boca sabe a tu mujer, ¿te apetece? y le plantó la lengua hasta la garganta, nunca había visto a  Gisela así, tan caliente tan lanzada y tan sexual y me sentía muy excitado de verla así.

Nico cogió a Gisela por la cadera y se la acercó a él, la empujó hacía el lateral de la autocaravana mientras seguía besandola y acariciandola, le tocaba los pechos y le besaba el cuello, ella subió su pierna rodeando la cadera de Nico y facilitando el espacio necesario a su polla para perforarla, fue fácil porque Gisela estaba muy excitada, Nico empujaba con fuerza, golpeando a Gisela contra la pared, el ruido de sus cuerpos chocando y el sonido húmedo de su pene entrando y saliendo del interior de ella nos envolvía, en el silencio de aquel paraje natural..

Iris y yo los observábamos desde la tumbona, Iris me acariciaba la pierna subiendo hasta mi polla, jugando con ella y masturbandome con delicadeza.

Nico aceleró el ritmo y cogió por los muslos y se la subió a horcajadas ella se agarró al cuello de él  con los dos brazos para impulsarse sobre su polla arriba y abajo a un ritmo salvaje que hacía que sus pechos se balancearan delante de la cara de Nico, siguieron así unos minutos ante nuestra atenta mirada, Gisela bajó de encima de Nico,  puso sus manos en la autocaravana mostrando su culo y dejando su vagina de nuevo  a merced de Nico que se acercó por detrás con su polla en la mano, y volvió a a insertarla en el interior de Gisela que no pudo más que intentar ahogar su grito de placer mordiendo su puño que apoyado en el vehículo le ayudaba a aguantar la fuerza de las embestidas de Nico.

Iris seguia masturbandome con suavidad, al tiempo que yo empecé a besarla y bajar mis labios hasta sus pechos, les tenía ganas desde que los ví la noche anterior y más cuando me hizo perder la última mano de cartas, me perdí pasando de pezón en pezón no daba abasto con es par de grandes tetas, no estaba acostumbrado, Gisela no las tenía de ese tamaño, estaba disfrutando mucho pero decidí bajar hacia el tesoro que me guardaba Iris entre sus piernas, estaba húmedo, olía a sexo, a deseo y lujuria.

Ahí estábamos las dos parejas intercambiadas follando, mientras el sol se ponía detrás de las montañas.

Subí mi cuerpo hasta tener a Iris delante y besarla para compartir el sabor de su coño, mi polla se introdujo sin oposición por su raja empezando un desenfrenado baile acompasado por parte de ambos.

Cerca de allí, Nico embestía cada vez más rápido a Gisela que subía el volumen de sus gemidos hasta llegar al clímax, soltó una de las manos para apretar el cuerpo de Nico al suyo y poder sentir su polla más dentro y alargar el orgasmo durante unos segundos más, con el cuerpo aún temblando se giró y besó a Nico se arrodilló delante de él diciéndole “ahora te toca a ti, llename”  empezó a hacerle una mamada, se ayudaba de la mano acelerando y aflojando según sentía latir su polla, Nico gritó un “me corro” y Gisela dejó caer toda su leche encima de sus pechos limpiando con la lengua la verga de Nico.

Iris y yo seguíamos a lo nuestro sin perder detalle del espectáculo que nos brindaba nuestras parejas, Iris se me pidió que se la metiera por el culo, que le encantaba y que estaba muy excitada, sus deseos eran órdenes, estaba muy excitado de cumplir una fantasía más esa noche, nunca había hecho sexo anal, me costaba atinar, estaba nervioso, però Iris parecía dominar más la situación que yo, metió su mano por debajo de nuestros cuerpos y guió mi polla hasta introducirla suavemente en el otro agujero, empecé a empujar poco a poco, costaba más que hacerlo por la vagina, Iris estaba caliente y me ayudaba con su mano, suavemente y poco a poco mi polla se deslizaba con más facilidad hasta poder entrar y salir a buen ritmo, Iris ya no necesitaba ayudar con su mano y aprovechó para jugar con su clítoris.

Nico se acercó junto a Gisela para vernos follar, y diciendo “¿mmm Iris, te gusta que te den por el culo, eh? ¿puede que sea el momento de cumplir tu fantasía que tantas veces me has contado?

“Siiiiiiiiiiiii” respondió Iris.

Sin sacar mi polla del interior de su culo me tumbé quedándose sentada ella encima de mi, yo aún no sabía muy bien a que se se referían, Nico se acercó y besó a Iris, notaba las piernas de Nico cerca de mí, en otro momento me hubiera sentido muy incómodo però estaba muy excitado, empezaba a entender la fantasía de Iris, no sin dificultad y moviéndose para poder encajar como si de un tetris se tratara Nico penetró a Iris por su coño mientras yo seguí perforandole el culo era complicado encontrar el compás entre los tres pero lo excitante de la situación ayudaba, Iris estaba como loca recibiendo las dos pollas a la vez, Gisela se tocaba delante  nuestro y yo podía notar los huevos de Nico chocando con los míos en cada embestida cosa que lejos de molestar me hacía excitarme com nunca antes me había sentido.

No puedo decir si  fueron segundos o minutos però me notaba a punto de reventar, no podía aguantar más, Iris se movía cada vez con más fuerza, estaba a punto de llegar al orgasmo, noté como los músculos de su ano se contraían y gimió con fuerza no aguante más  y llené el culo de Iris con  mi esperma, Nico salió de su interior y le metió la polla en la boca de Iris que estaba ansiosa por recibir toda su leche, se la tragó toda, con su mirada lo decía todo, estaba satisfecha, se acercó a Gisela que acaba de masturbarse viéndolos en acción, la beso compartiendo con ella la leche de Nico, estábamos agotados, ni nos vestimos, entramos en la autocaravana y nos tumbamos en nuestras camas, fue una noche memorable, ¿se repetiría?