Vacaciones de placer para ella (I)
Por fin se hizo realidad mi fantasía de ver a mi mujer follar con otro.
Esta historia ocurrió un verano que nos encontrábamos pasando unos días en nuestro apartamento de la playa.
El apartamento de enfrente estaba ocupado por dos muchachos de unos 20 años, Marcos y Fran, con los que al cabo de unos días habíamos entablado la típica relación de vecinos(nosotros tenemos 35 y 33 años).
Mi mujer, Tere, que es muy extrovertida, bromeaba a menudo con ellos. Pasados cuatro días, Fran tuvo que reincorporarse al trabajo, quedándose Marcos muy apenado por tener que quedarse sólo el resto de la semana. Cómo ya teníamos cierta amistad con el, Tere, propuso que esa noche saliera con nosotros a tomar unas copas a un Púb. muy tranquilo que se encontraba cerca de los apartamentos; al principio, Marcos estaba un poco reacio, ya que, según decía, no quería molestar.
Al final lo convencimos y nos dispusimos a pasar una noche tranquila tomando unas copas y bailando. Una vez en el pub y después de varias copas, Tere propuso que bailáramos, invitación que rehusé, esa noche no me apetecía mucho bailar, ante su insistencia, propuse a Marcos que bailara con ella, a lo que no se hizo de rogar.
He de decir que Tere está muy bien, piernas bien formadas, Tetis en su justa medida y es muy agradable. Esa noche llevaba una minifalda marrón con unos zapatos de tacón a juego y un TOP abrochado al cuello que dejaba al descubierto toda la espalda, no llevaba sujetador.
En fin, estuvieron bailando un buen rato, hasta que se decidieron a volver a la mesa y pedir otra ronda, Tere estaba muy animada y a Marcos que llevaba un pantalón corto se le notaba una considerable erección; supuse que a su edad y bailar con una mujer como ella lo había puesto un poco cachando , pero no le di mas importancia.
Después de no se ni cuantas copas, nos dispusimos a volver a los apartamentos, Tere y Marcos estaban muy animados e iban gastándose bromas por el camino, no cabía duda de que habían congeniado muy bien.
Cuando llegamos, decidí invitar a Marcos a una última copa, y es aquí cuando empezó a cumplirse mi mayor fantasía, ver a otro tío fallándose a mi mujer, idea que yo ya le había propuesto pero que ella no se atrevía a realizar. Bueno, esto fue lo que ocurrió:
Mientras servía las copas, Marcos puso algo de música y Tere empezó a bailar con un estilo, la verdad, bastante insinuante, yo por mi parte volví a notar la erección de Marcos debajo de sus pantalones, me miró como pidiendo permiso y le deje ver que no tenía inconveniente. Seguidamente se colocó detrás de ella y la acompaño en sus movimientos pegando su bulto al trasero de ella.
Tere no parecía darse cuenta de la cada vez mayor erección de Marcos. Parecía que le iban a estallar los pantalones. Al rato el colocó sus manos por delante y empezó a subirlas hasta su pecho, a lo que ella reaccionó dándose la vuelta y recriminando su actitud, él, lejos de cortarse, le dijo que si no le gustaría probar otra polla que no fuera la de su marido, Tere me miró . En ese momento, el la llevó contra la pared y comenzó a besarla en la boca, yo me quedé expectante, dispuesto a actuar si fuera necesario.
En unos segundos, el tenía su lengua dentro de la boca de ella, después de una breve resistencia, ella empezaba a disfrutar del beso, luego el se separó y fue ella quién volvió a besarlo. Desde mi posición podía ver el frenético movimiento de sus lenguas, así estuvieron unos minutos.
Una vez vencida toda resistencia, Marcos comenzó a desabrochar el TOP, lo bajo hasta la cintura de ella y empezó a marear sus Tetis, cuyos pezones estaban ya duros como piedras. Mientras sus manos jugaban con sus Tetis, no paraba de besarla ahogando así los gemidos de placer de Tere. Poco a poco fue bajando con sus labios parándose en sus pezones mordisqueándolos y humedeciéndolos con su lengua, siguió bajando hasta su cintura y comenzó a bajar su minifalda, dejando al descubierto una diminuta tanga de encaje negro. Sin pensárselo tiró de ella con fuerza rompiéndola, siguió bajando con su lengua hasta que llegó a su raja, con violencia le separó las piernas y comenzó a comerle todo su sexo.
Tere no paraba de gemir y agarraba con fuerza la cabeza de el, como queriendo mecerla dentro de ella, para entonces la rosada cabeza de la polla de Marcos empezaba a asomar por encima de su pantalón, parecía tener buen tamaño y era gruesa.
A juzgar por los gemidos de Tere, Marcos manejaba muy bien su lengua, conseguía llevarla hasta el límite del orgasmo para parar y luego volver al ataque.
Después de un largo rato y cuando los jugos de la excitación de Tere llegaban hasta sus rodillas, el se incorporó y le dedicó un beso en el que se mezclaban la saliva de ambos con los jugos del sexo de ella.
Mientras la besaba le introducía dos dedos en su vagina y con la otra mano le pellizcaba los pezones, estaba claro que el chico sabía lo que hacía. Al poco tiempo había conseguido meter hasta cuatro dedos dentro de ella, lo que había aumentado la excitación de Tere, que entre gemidos le pedía que la fallara.
Sin pensárselo, se desabrochó los pantalones apareciendo una polla de unos 18 cm bastante gruesa, con los jugos de ella se lubricó el miembro y con delicadeza comenzó a introducirlo hasta que sus pubis se juntaron. Cuando Tere la sintió toda dentro, se agarró de su cuello, el la cogió por la cintura y ella lo rodeó con sus piernas, luego el la sostuvo por sus duras nalgas y empezó a moverla arriba y abajo recorriendo con su polla desde la entrada hasta lo más profundo de su sexo, provocando en Tere gemidos que retumbaban en la habitación.
Pasado un buen rato de fallársela de pié contra la pared llevándola hasta el borde del orgasmo, la soltó, le dio la vuelta y dejando que sus manos se apoyaran en la pared le volvió a separar las piernas y esta vez de un solo golpe la ensartó desde atrás , soltando ella un grito de dolor que pronto se transformaría en una sucesión de gemidos de placer.
Marcos se movía con lentitud como disfrutando de cada centímetro de vagina que iba abriendo con su polla al tiempo que le decía a Tere lo mucho que le apetecía fallársela desde el primer día que la vio.
Tere no paraba de gemir y le pedía que no parara, el empezó a investir con más velocidad, ella se arqueo, con sus manos apretaba el culo de el contra ella mientras giraba su cabeza en busca de la boca de el.
Súbitamente el paró las envestidas y salió de ella, se dirigió al sofá y se sentó, recreándose en el hermoso cuerpo de mi esposa, al tiempo que se masturbaba. Ella se dirigió hacia el, lo besó en los labios, recorrió su cuello, su torso, deteniéndose a juguetear con sus pezones para luego bajar hasta su miembro, empezó a masturbarlo, pero su cara reflejaba el deseo de volver a tenerlo dentro, el le dedicó una cómplice sonrisa y ella empezó recorrer su enrojecida polla con su lengua para luego rodearla con sus labios y empezar fallársela con su boca. El gemía debido al placer que estaba recibiendo con la mamada que ella le dedicaba.
Por su parte, Tere se recreaba en el miembro , dejó de chuparla, se incorporó, le besó en la boca y al oído le suplicó que volviera a penetrarla, el respondió con otro beso, la acostó con la espalda contra la alfombra, volvió a besarla, ella parecía querer devorarlo, luego el se entretuvo jugando con sus pechos, ella suspiraba, gemía y le suplicaba que la follara, que la partiera en dos.
Quería sentir como su potente miembro se abría paso apartando cada pliegue del interior de su sexo, el seguía bajando con su lengua acercándose a la entrada de su vagina que se encontraba bastante lubricada por el deseo.
Marcos se puso de rodillas, le abrió las piernas, esta vez con suavidad, acerco su grueso glande y comenzó a frotárselo por el clítoris, ella estaba fuera de si, el introducía la cabeza de su polla y la volvía a sacar para luego meterla toda de un golpe, de esta manera estuvo jugando con ella durante unos minutos.
Me estás poniendo a mil, fóllame por favor, suplicaba ella.
El disfrutaba poniéndola en ese estado.
Te deseo, dame tu polla , quiero tenerte dentro, fóllame hasta que no me pueda tener en pié.
Marcos se incorporó, la cogió y la llevó hasta la mesa del salón, la colocó de espaldas a la mesa, con sus brazos separaba las piernas de ella mientras con sus manos le apretaba las Tetis, de una rápida envestida le ensarto la polla hasta que sus testículos chocaron contra el culo de ella, y empezó a follársela con fuerza, como tanto le había suplicado.
Tere jadeaba, estaba fuera de si y por momentos se mordía los labios para no gritar, de pronto sus músculos se tensaron dejó escapar un gemido que parecía provenir desde lo más profundo de su ser y tuvo un gran orgasmo.
Marcos paró sus envestidas, la cogió de las manos, la atrajo hacia el y comenzó a besarla; ella , le rodeó con sus brazos y totalmente entregada recibió la lengua de Marcos que sin descanso exploraba cada rincón de su boca.
Sin sacar su duro miembro, la llevó hasta la cama, la tumbó permaneciendo el encima , le dijo algo al oído, ella sonrió al tiempo que la lujuria volvía a notarse en su mirada. Marcos se incorporó levemente, colocó las piernas de Tere sobre sus hombros y empezó a penetrarla nuevamente; con movimientos lentos, sacaba su polla del todo y volvía a introducirla hasta lo más profundo. Tere masajeaba sus pezones con los dedos y empezaba a gemir levemente.
Por un momento Marcos dejó de moverse, se dio la vuelta quedando ella encima; Tere empezó a moverse, primero lentamente y luego más rápido. Su sexo devoraba la polla de Marcos a un ritmo frenético.
Que polla tienes cabrón, como puede estar tan dura, me vuelves loca.
Haz que me corra replicaba él.
Al cabo de unos minutos, los dos al unísono explotaron en un sonoro orgasmo, ella permaneció tumbada sobre él intentando recuperar el aliento.
Pasaron los días y nuestra relación con Marcos transcurría como si nada hubiera ocurrido aquella noche, a veces, coincidíamos en la playa, charlábamos como viejos conocidos pero nada más.
Llegó el último fin de semana de las vacaciones. El viernes por la noche Tere y yo asistimos a un espectáculo de baile caribeño, ella estaba radiante, su cuerpo bronceado resaltaba bajo un vestido amarillo muy escotado y ligeramente por encima de las rodillas.
Una vez terminado el espectáculo, nos dirigimos a nuestro apartamento; al llegar nos encontramos a Marcos, lo saludamos, el clavó su mirada en mi esposa y comento lo hermosa que se la veía, ella agradeció el piropo dándole un beso en la mejilla.
Seguidamente Marcos nos dijo que su amigo Fran había venido a pasar el fin de semana y que estaban preparando una sangría para refrescarse un poco puesto que esa noche hacía mucho calor.
Me encanta la sangría exclamó Tere. Al oír esto Marcos insistió en que nos uniéramos a ellos. Pasamos a su apartamento, tenían puesta música salsa y nos acomodamos en el sillón mientras Marcos preparaba la bebida.
En ese momento, Fran, que no se había percatado de nuestra presencia, salió del bañó completamente desnudo, se quedó plantado delante nuestro sin saber que decir. Fran debía tener unos 18 años, era mulato y una musculatura bien formada, además poseía un buen pene, un poco más grande que el de Marcos y bastante mas grueso. Cuando por fin reaccionó, se disculpó y fue a vestirse; Marcos no podía disimular su risa y en los ojos de Tere había un brillo especial.
Fueron pasando las horas, la charla era amena y la sangría empezaba a hacer efecto, los dos jóvenes no paraban de dirigir miradas al escote y piernas de mi esposa. Fran, que vestía pantalón corto de deporte y camiseta de tiros, pidió a Tere que bailara con él, yo asentí( imaginaba que Marcos ya le habría contado su experiencia con ella). El se movía muy bien, primero bailaron despegados y a medida que entraban en confianza, sus cuerpos se fueron juntando.
Tere se lo estaba pasando en grande y Marcos de vez en cuando pasaba la mano por encima de su miembro. El baile se fue tornando cada vez más sensual. La bebida se había acabado y yo fui a nuestro apartamento a buscar ingredientes para confeccionar otra sangría..
Cuando regresé los tres estaban bailando, Mi esposa en medio de los dos, con los brazos rodeando el cuello de Fran, este, tenía las manos apoyadas sobre su culo y Marcos por detrás, con las manos en los costados presionando su bulto contra el trasero de ella . Hicieron caso omiso de mi presencia continuando con el baile.
Las manos de ambos chicos recorrían el cuerpo de ella, que se dejaba sobar sin reparos. La música se paró , se separaron y pude ver como la enorme cabeza de la polla de Fran asomaba por un lado de sus pantalones, era realmente gruesa.
Tere también se dio cuenta e instintivamente humedeció los labios con su lengua al tiempo que le miraba a los ojos. El enseguida se dio cuenta de que esa noche acabaría follándosela; se dirigió al estéreo, puso música lenta, se acercó a mi esposa y comenzó a bailar con ella al tiempo que la besaba con suavidad, pasaba la lengua por los labios de ella, quién poco a poco iba abriendo su boca para dejar que el la explorara por completo.
Con sus manos recorría la espalda de Tere, bajó hasta su culo y empezó a subirle el vestido hasta dejarlo al descubierto, lo apretó entre sus fuertes manos mientras ella lo besaba con desenfreno.
Marcos desde el sofá, observaba la escena, se había despojado de su ropa y estaba masturbándose .
Fran, por su parte, de un tirón rompió sus pantalones quedado a la vista su poderoso miembro e hizo lo mismo con las braguitas de ella. Dejaron de bailar, Fran separó un poco las piernas de mi esposa, colocó su polla entre ellas, pero sin penetrarla, y comenzó a moverse despacio rozando la parte superior de su miembro contra el sexo de ella, lo que hizo que de su boca escaparan los primeros gemidos.
Después de unos minutos, Fran se apartó y comenzó a quitarle el vestido, dejando que se deslizara hacia el suelo, le desabrochó el sujetador , la volteó poniéndose detrás de ella y continuó el movimiento al tiempo que magreaba sus pechos y jugaba con sus pezones. Desde mi posición se podía apreciar como sus labios vaginales se abrían y cerraban al paso de su miembro.
Fran hizo una seña a Marcos para que ocupara su lugar siguiendo con el mismo juego, mientras, el observaba.
Marcos cogió a Tere por la cintura y la llevó hasta el centro de la sala, Fran se unió a ellos dejándola en el centro y mientras su amigo seguía frotando su polla por la entrepierna de ella, el se dedicó a trabajarle los pechos con su boca proporcionándole pequeños mordiscos en los pezones provocando en ella gemidos que podían escucharse en cualquier rincón del apartamento. Cuando se hartó de jugar con sus pechos, pidió a Marcos que se sentara en la barra de la cocina, el cogió a mi esposa la llevó hasta donde se encontraba el otro joven , dirigió su cabeza hasta la polla de este y sin dudarlo empezó a mamarla.
Debido a la postura todo su sexo quedo expuesto hacia Fran quién se dedicó follárselo con la lengua al tiempo que con uno de sus dedos le acariciaba el clítoris.
La polla de Marcos en su boca ahogaba sus gemidos, los dos jóvenes decidieron intercambiar los papeles, ahora era Marcos quien con su lengua exploraba el sexo de ella mientras Fran blandía su poderosa polla frente a la cara de Tere que estaba deseosa de probar su sabor, el acercó su miembro, ella tuvo que hacer un esfuerzo para poder metérsela en la boca pero no estaba dispuesta a dejar pasar la oportunidad de saborearla.
Fran estaba en la gloria y aseguraba que nunca se la habían comido tan bien, cuando estuvo a punto de correrse, sacó la polla y pidió a Marcos que le acompañase.
Tere se sentó en el sofá y se dedicó a masturbarse mientras esperaba que los chicos volvieran.
Enseguida aparecieron con el colchón de la cama y lo depositaron en el suelo de la sala, a continuación, Fran ordenó a mi esposa que se tumbara en el colchón, ella lo hizo boca arriba y el le pidió que se diera la vuelta, cogió un par de cojines y se los colocó de bajo del vientre quedando su sexo a total disposición para ser ensartado.
La respiración de Tere comenzó a acelerarse, imaginando el placer que le produciría el potente miembro de Fran abriéndose paso en su interior.
Marcos la follaba con los dedos, preparando el camino para la polla de su amigo. La polla de Fran estaba tan dura que parecía que las venas le iban a estallar, Tere gemía y movía su culo al ritmo de las caricias que le ofrecía Marcos.
Fran apartó a su amigo, se puso detrás de ella, con sus muslos le separó las piernas, cogió su polla y la apuntó hacia la entrada de la vagina; primero la frotó de arriba abajo y jugueteó con su clítoris.
Mi esposa lo miró con deseo y le pidió que la penetrara; Fran obedeció y con mucha delicadeza comenzó a introducir la polla , la cara de Tere reflejaba el dolor que sentía a medida que iba entrando, ya no gemía, aguantaba la respiración.
En unos segundos que parecieron interminables, su sexo había conseguido acoger toda la verga. Fran permaneció inmóvil y comenzó a recorrerle toda la espalda con sus labios hasta conseguir que ella se relajara.
Al cabo de unos minutos, Fran empezó a moverse muy despacio, la expresión de Tere ya no era de dolor, el placer empezaba a invadirla.
El joven detuvo su movimiento, ella le pidió que no parara, Fran sonrió y le dijo que quería oirla suplicar que se la follara. Ella no lo dudó.
Te lo suplico, fóllame sin compasión, quiero sentir como cada centímetro de tu hemosa polla me lleva hasta el éxtasis.
Tere estaba totalmente entregada. Fran aumentó el ritmo de sus envestidas, ella jadeaba como nunca lo había hecho y le pedía más.
Fran sacó su polla, le dio la vuelta y de un golpe se la clavó y volvió a joderla con fuerza; mi esposa se retorcía, sus jadeos se habían convertido en gritos, pero de placer.
Marcos decidió unirse a ellos, se colocó a la altura de la cabeza de ella y le ofreció su polla, Tere la aceptó y comenzó a chuparla como si fuera la última polla en el mundo, Marcos estaba en la gloria, Fran sonreía, se recreaba en la situación, habían convertido a mi esposa en una esclava sexual y le estaban proporcionando más placer del que nunca hubiera soñado.
Marcos no tardó en correrse y calló rendido junto a Tere. Fran pasó sus manos por la espalda, la incorporó, se levantó , la apolló contra la pared y siguió follándosela con violencia; ella lo rodeaba con sus brazos y piernas, no paraba de gritar lo bien que la follaba .
Volvieron a cambiar de postura, esta vez la puso a cuatro patas y la penetró desde atrás, el ritmo de sus envestidas seguía siendo frenético.
Que gusto me das cariño, quiero ser tuya por todo el fin de semana.
Fran aceptó la propuesta.
Vas a pasar el mejor fin de semana de tu vida, te vamos a follar como una hembra como tú se merece.
En ese instante, Tere se estremeció presa de un brutal orgasmo, Fran aceleró el ritmo y a los pocos segundos el también se corrió.
El resto del fin de semana lo pasaron encerrados en el apartamento, los dos jóvenes se turnaban y la follaban sin darle tregua.