Vacaciones de Placer

Lo que pintaba ser unas vacaciones horribles con mi familia, cambio y se volvio lo mejor de mi vida.

Al fin vacaciones, y muy merecidas por cierto, y que mejor pretexto que éste para hacer un viaje, después de todo, también lo merezco, hice un buen trabajo en la escuela y sin duda a éste paso lograré ser un buen profesionista, pero primero, lo primero, es decir, yo mero.

Dado a la situación comentada con anterioridad, propuse a mis padres me permitieran hacer un viaje, ellos gustosamente accedieron y me dijeron que podría yo escoger el lugar que yo quisiera, pero cual sería mi sorpresa que ellos decidieron el lugar, la fecha de salida y para el colmo ellos irían conmigo, pero eso no es todo, iríamos a ......, un estado de la Republica Mexicana.

Dicho lugar es bello pero lamentable por el hecho de que en ese lugar residen mis gordas tías, mis borrachos tíos y mis detestables primos, a excepción de mis adorables abuelos por supuesto.

Bien, más rápido que de inmediato ya estábamos en el Avión dirigiéndonos hacia nuestro destino y es ahí en el aeropuerto, donde inicia toda mi aventura.

Después de recoger nuestro equipaje y dirigiéndonos a la salida, mis padres buscaban a la persona que nos recogería en el aeropuerto para trasladarnos a la casa de los abuelos, mientras yo trataba de deleitarme la vista con los guapos poblanos, cuando de pronto mi vista se detuvo en uno de los más bellos hombres que alguna vez haya visto, 1.80 de estatura, piel apiñonada, ojos color miel, cabello corto ondulado, sonrisa coqueta y blanca, cuerpo musculoso y estético, -¿acaso los ángeles caen del cielo?- me pregunté, aún recuerdo lo bien que se veía con su suéter de cuello de tortuga, sus jeans, y unos lentes que se quitó cuando dirigió su mirada hacia donde yo me encontraba, rápidamente pensé que era mi oportunidad de ligarme al chico tan guapo que había descubierto.

Debo admitir que tomé la pose de ligue más descarada que pude, la sonrisa más cautivadora y mi mirada más lasciva que pude encontrar en mi, ¡Quería devorarme al chico con la mirada!, ¡Soy culpable!, pero parecía que esa actitud estaba funcionando, me puse empecé a sentir nervioso cuando noté que el chico de piel apiñonada se acercaba hacía mi.

Pero ni todas las mejores poses de ligue podrían evitar el balde agua fría que me cayó cuando el chico abrió sus labios para decir: - ¡Tío!- un minuto, le estaba diciendo tío a mi papá?????????????????????????, le respuesta me llegó cuando escuche decir a mi padre: - Manuelito-. Retomemos la historia 5 años atrás, Manuelito es mi primo, hijo de la hermana de mi papá, hace 5 años, Manuel y yo tendríamos 15 adorables años, él, gordo, asqueroso, molestoso, un asco de chamaco, pero había dejado de ser manuelito, para ser Manuel, el encantador chico del aeropuerto.

Aun no salía de mi Shock cuando me dijo: -¿Marcos?, tanto tiempo sin vernos primo, sólo pude ponerme rojo cual jitomate, y abrazarlo al instante que él lo hizo, una brazo que en otra situación me hubiese encantado.

Todo el camino a casa de los abuelos fue horrible, mis padres y Manuel iban recordando nuestras "travesuras de chiquillos", pero yo iba pensando y mortificándome en si acaso si se habría dado de mis sucias miradas e intenciones de ligármelo, aunque en el fondo deseaba que no, cualquier ciego se hubiera dado cuenta.

Al llegar a casa de los abuelos miré con sorpresa un sinfín de flores, y un cúmulo de numerosos regalos de boda, ahí venía la siguiente sorpresa, ese día era la boda de mi prima (hermana de Manuel), a la cual toda mi familia había sido invitada, y él único que no se había enterado era yo, pues mis hermanos ya tenían todo listo para el pachangón, discretamente dirigí una mirada matadora a mi madre, la cual comprendió que yo no llevaba ninguna vestimenta apropiada para el evento el cual era de mucha importancia para la familia, y social incluso pues se trataba de una boda celebrada con el hijo de un prominente empresario, entonces, se traba de una fiesta de gran pompa.

Mi madre me dio la tarjeta para que comprara un traje, y le pidió el favor a Manuel que me llevase a alguna tienda, el acepto gustoso y durante el trayecto hizo gala de su singular sentido del humor que siempre lo había caracterizado, platicamos acerca de nosotros hasta llegar a tan temida pregunta: -¿tienes novia?-, yo respondí con un tajante no, buscando con ello no seguir la conversación con ese tema, pero él insistió diciendo que como era posible, puesto que era un chico guapo, inteligente, agradable y de buena familia, -sé todo esto por lo que nuestros padres platican, mis papás nunca dejan de compararme contigo- dijo él, -que curioso, mi mamá siempre me compara contigo, y para ser sincero, no me agrada mucho, tiene 5 años que no nos vemos, no se con quien me están comparando- dije yo, el soltó la carcajada, yo en realidad trataba de parecer antipático, y no me funcionó, y el terminó diciendo: -bueno, responde porque un chico tan galán no tiene novia, o novio?-, con lo último, tiró una carcajada, a la cual yo respondí de la misma manera pero no muy entusiasta, y entonces le pregunté que si él tenía novia, y él respondió que no, que no quería novia, -¿y novio?- pregunté yo, y él respondió, devolverla no se vale.

No tardamos en llegar al centro comercial, y aunque fue difícil encontré un traje, mientras esperábamos que la tienda se hiciera cargo de las adecuaciones para mis medidas, él me ayudó a escoger una camisa, escogió una color rosa, me dijo que iba bien con mi tono de piel, y con el traje se vería juvenil. Vaya sorpresa, el primo era una inminencia en moda, me acompañó a comprar ropa interior nueva, una botella de mi perfume favorito y unos zapatos nuevos.

Él desapareció unos minutos y regresó a la tienda donde yo me encontraba esperando, llevaba consigo una bolsa de regalo, la cual me dio diciendo que era un regalo de navidad adelantado, se trataba de unas mancuernillas perfectas para mi atuendo, eran de plata con incrustaciones de piedras blancas, imitación de brillantes, aparte de ser un mangazo, conocedor de moda, mi primo Manuel se había convertido en un niño detallista, dulce y groseramente encantador.

Después de las compras nos fuimos a su casa, la cual era igual a como la recordaba, tenía 5 años sin ir a esa ciudad y aunque en muchas cosas había cambiado, el calor hogareño de mi familia seguía permanentemente, mis padres se colocaron en el cuarto de visitas, mi hermano menor se quedó con el hermano menor de Manuel, y mi hermana se instaló en la que fuese la recamará de la Novia en potencia, yo me acomodé en el cuarto de Manuel.

Su cuarto había cambiado muchísimo, ya no se encontraban los muñecos y posters de Súper Héroes, era una recamará muy acogedora, en colores contrastantes, azul y verde manzana, con lámparas de lava, era un sueño de recamara, aun no terminaba de disfrutarla cuando él me sacó de mi trance con un: ¿No te va a importar que compartamos la cama, verdad?, No logré conseguir un colchón más y con él frió como que dormir en la cama no es muy cómodo-, le dije que no habría problema, total éramos primos, y los dos reímos.

La recamara contaba con su propio baño, él entró primero, salió mojado y con la toalla en su cintura, parecía un Dios griego, vi por primera vez sus músculos, tenía un cuerpo bien trabajado por el gimnasio, brazos fuertes, pectorales marcados al igual que su abdomen, cintura breve y espalda ancha; intentando quitarme esos pensamientos de la mente me metí a bañar, se me olvidó meter mi ropa interior y fue cuando lo pude ver a él ponerse la suya, inmediatamente mi mirada se dirigió a su entrepierna la cual mostraba colgando a algo que aun estando en estado de "bello durmiente" se mostraba grande y grueso, la vista terminó cuando el se terminó de colocar sus bóxer ceñidos en color blanco.

Cuando salí del baño con mi toalla en mi cintura el se encontraba ya poniéndose su camisa, me quité la toalla para ponerme mis pantalones y entonces quedé con mis bóxer negros entallados, la sorpresa fue que él apretó mis glúteos diciendo: -si buena nalga tiene el primo, mira nomás y siguió riendo mientras ponía su corbata.

No conversamos mucho en el trayecto a la iglesia, y en la fiesta mucho menos, la verdad la pasé un tanto aburrido y aunque no acostumbro beber esa noche tomé unos cuantos drinks que no tardaron en subírseme dado a mi inexperiencia como bebedor, mi primo se dio cuenta y se acercó a mi lado y me dijo que el ya se iría a la casa, que estaba cansado, que si gustaba quedarme a seguir tomando o me iba con él, la verdad no tenía sueño y tampoco estaba cansado a pesar del viaje, pero decidí irme, nos despedimos de la familia y nos fuimos a la casa, llegando el sacó dos caballitos, una botella de Tequila, limones, sal y me sirvió un poco, y me dijo: - ¿será cierto lo que dicen?, ¿Que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad?-, y yo le respondí que no sabía, nunca me había emborrachado ( y no mentía, había estado alguna vez ligeramente pasado de copas, pero nunca borracho), le pregunté la razón de su pregunta y él respondió que era simple curiosidad y que un día lo iba a comprobar, estuvimos platicando de muchas cosas y escuchando musical, ¿de qué hablamos? No lo recuerdo muy bien, de la escuela, la vida en mi ciudad, la de él, y con la platica, seguimos con la bebida, de repente empezó a sonar una canción muy típica en los 60`s The Beat Goes On, de Sonny y Cher, el se levantó y empezó a bailar al ritmo de la canción, y fue quitándose la camisa, los pantalones hasta quedar en bóxer, debo admitir que ya estábamos algo borrachines, el me pidió le siguiera el paso e hice lo mismo, me deshice de camisa y pantalones, quedamos los dos en ropa interior, solos y en su recamara, con menos de la mitad de una botella de Tequila.

Estábamos bailando cuando empezó a sonar una canción romántica, los dos reímos y nos sentamos, él me preguntó que porque lo miré de la manera que lo hice en el aeropuerto, ahí pudimos constatar que el dicho es muy cierto, mi conciente me dictaba decir que lo miré tratando de reconocerlo, pero mi inconsciente fue más fuerte y se unió a mi boca de la cual salió: -Pues porque estás buenísimo cabrón, ¿por qué más?.

El silencio nos invadió un buen tiempo, solo se podía escuchar la música y nuestra respiración agitada, agitada porque mi primo empezó a besarme y yo no pude negarme, le abrazaba y aunque se sentía un poco de frío, su cuerpo junto al mío fue calmándolo, acariciaba su espalda, su pecho, sus piernas firmes, gruesas y un tanto velludas, lo contrario a su pecho el cual era totalmente lampiño, el igual me besaba con gran intensidad, acariciaba mi cuerpo, mi espalda, mi pecho, mis piernas, besó mi cuello lo cual me excita de sobremanera, no pude evitar que los gemidos salieron de mi boca, mientras me acariciaba, su boca siguió avanzando a mis pezones, los cuales chupaba, mordía, besaba, con la misma intensidad con La cual sus manos me desprendían de mi ropa interior para liberar mis 18 cm. de gruesa carne dura, sobaba mi pene de arriba abajo, estaba duro, muy duro como muy pocas veces lo sentía, incluso me dolió un poco de tan excitado que estaba, lo sentía más grande y más grueso que nunca, él tomó la iniciativa y se dispuso a probar mi verga, lo hacía delicado, con suavidad, sentía que succionaba como un becerrito amamantando, era deliciosa la sensación y no podía dejar de gemir por tal gusto que me estaba provocando mi primo.

El se acostó sobre la cama, y me hizo hincar cerca de su pecho, él tomó mi verga y la guió hacia su boca, siguió chupando, pero esta vez, le ayude yo con un bombeo en su boca, sentía su calor, y juro que estuve varias veces a punto de venirme. Chupaba como si se tratara de un helado, presionaba con sus labios mi glande, realmente me estaba proporcionando mucho placer.

Era mi turno, yo también quería probar de su verga, la verga que me había impactado apenas unas horas antes por la tarde, y no me equivoqué era enorme, mide cerca de 20 cm. Gruesa y lisa, la cual ya estaba lubricada, era un sabor dulce, y se me llenaba toda la boca al intentar meterla, pero al igual que él, lo hice suave, y con movimientos delicados, me la metía y sacaba, el ahogaba sus gritos con una almohada, tomaba mi nuca y me empujaba su verga, era deliciosa, realmente deliciosa.

De repente el se paró de la cama y saco un condón de su billetera, chupó un rato más mi verga, Dios, mamaba como un endemoniado, sentía que me mataba de placer, juro que era una sensación increíble, cuando sintió lista mi verga de 18 cm. , La cual estaba ya a su máximo, él colocó el condón y empezó sentarse sobre ella, pude ver sus gestos de dolor al ir metiendosela, pero él seguía intentándolo hasta que sentí como su culo se abrió cuando entró el glande en él, se quedó quieto un momento, luego se incorporó y empezó a besarme, y empezó sus movimientos, primero circulares, pero cuando poco a poco fue acostumbrándose a la sensación, empezó con movimientos ascendentes sobre mi verga, se sentaba sobre ella y se levantaba, con esos movimientos podía ver perfectamente como entraba mi verga en su culo, así estuvimos un rato, entonces yo me senté y empecé besar su cuello y su pecho, olía delicioso, el seguía sus rápidos movimientos que me hacían enloquecer, le avisé que terminaría Y el se detuvo de golpe y me dijo: -aun no-.

Hizo una acrobática vuelta para poder colocarnos, ahora el abajo, su puso en cuatro y bajó su espalda, quedando su culo a mi disposición, y empecé con mis movimientos extremadamente rápidos, debo confesar que con la excitación llegué potarme un tanto brusco, pero él lo estaba disfrutando, lo supe cuando él mismo empezó a mover sus nalgas empujando su culo sobre mi verga la cual entraba hasta el fondo de sus entrañas, deseaba sentirlo más y en otras posiciones así que lo volteé hacia a mí, y coloqué sus piernas en mi hombre, me encantaba ver como su culo se devoraba mi verga.

No sé cuanto tiempo habrá durado, pero mi primo me estaba haciendo disfrutar una cogida como ningún otro, se apoderaba de mi boca, me besaba, acariciaba mi espalda, me empujaba hacía él, y disfrutaba enormemente sentirme como era parte de él.

De repente sin avisar y luego de un rato de estarse masturbando él empezó a terminar, terminó con tal fuerza que me llegó su semen hasta mi pecho, entonces empecé a hacerlo más rápido para apoyarle en su placer y así llegar al mío el cual no tardó y empecé a venirme, sentía como su culo se contraía haciéndome disfrutar aún más.

Nos limpiamos y estuvimos besándonos hasta que el sueño lo venció, parecía un ángel. A la mañana siguiente sus besos me despertaron, Se veía aún más hermoso que la noche anterior, a ese beso de buenos días le siguieron otros más candentes, pude entender que era mi turno de sentir su falo dentro de mí, fue una cogida deliciosa la que me dio mi primo, aunque al principio dolió un poco por el tamaño de su miembro, la excitación y el deseo de probarlo me hicieron olvidarlo por completo, mi tomó de mil formas posibles, me besaba, mordía y acariciaba.

Durante mi estancia salimos juntos, nos divertimos en antros de ambiente y de compras, lo curioso es que con sus amigos me presentó como su novio, no como su primo, creo que para no escandalizar a sus amigos, sería un poco extraño que dos primos se besaran y acariciaran furtivamente en los antros, ¿no creen?

Sin duda fueron las mejores vacaciones que he tenido, lo que empezó como una pequeña pesadilla, terminó como un sueño mágico, no puedo esperar que él me visite en las próximas vacaciones, seguro la pasaremos igual o más que increíble.

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