Vacaciones de fantasía

Planearon unas vacaciones locas donde vale todo.

Era un hermoso y Placido día de verano que discurría sin novedad y hacia un calor agradable, por fin mi deliciosa esposa y yo habíamos comenzado las tan anheladas vacaciones, tumbados sobre las hamacas del hotel tostándonos en la playa, no podía dejar de mirar su escultural cuerpo que brillaba exageradamente debido al protector solar el cual provocaba ese efecto resplandeciente, detalle que no pasaba desapercibido solo para mí ya que los hombres que transitaban a su lado la miraban descaradamente, literalmente se la comían con los ojos desafiando incluso mi mirada fija en ellos, cierto que mi expresión no era celosa sino orgullosa y hasta con un ligero toque de glamour burlón.

Nuestras vacaciones recién iniciadas no podían transcurrir mejor, el olor a mar las gaviotas y el chapoteo de la gente en el mar ponían el ambiente. Pronto llego la hora del almuerzo y prestos nos levantamos, ella se vistió un pareo corto a la cintura lo que hacia destacar un físico espectacular dejando un muslo descubierto y el otro justo cuatro dedos por encima de la rodilla. Y ahí estaba yo admirando esa imagen mil veces vista, haciéndome sentir como cualquiera de los hombres que disfrutaban en ese momento de la belleza de su cuerpo.

Subimos a la habitación para asearnos y vestirnos, ella traspaso la puerta dejando caer el pareo quedándome una vez mas extasiado, mi excitación se disparo hasta tal punto que en el instante que hizo lo propio con la parte superior y el tanga quedándose totalmente desnuda, me situé detrás de ella, la empuje sobre la cama en posición canina y sin mas preámbulos la penetre lentamente, poco a poco, sacando el pene de vez en cuando para acariciar su vulva con mi hinchado glande, la vuelvo a penetrar y repetimos un par de veces mas, hasta que llegamos al borde del clímax, entonces le penetre salvajemente hasta alcanzar el orgasmo, fue un espectáculo soberbio (en realidad siempre lo es)

Una vez repuestos, aseados y vestidos bajamos al comedor donde nos procuramos un buen banquete. Después de los postres y el café, dimos un breve paseo hasta el embarcadero y vimos partir las lanchas que transportaban a los turistas a las diferentes calas, y volvimos como no al dormitorio para hacer honores patrios disfrutando de una buena siesta reparadora, no sin antes un breve, tierno y sosegado raund de amor suave y delicado, sin coito, que propiciaría el meritorio descanso.

Yo me desperté antes que ella, y la observé durante un tiempo tumbada en la cama totalmente desnuda, salí al balcón y disfruté de la preciosa vista  que desde allí se divisaba al tiempo que recordaba como  aquellos hombres la observaban, imaginándome las fantasías de cada uno de los que en la playa disfrutaron del espectáculo de su cuerpo brillando, excitándome con mis pensamientos, con lo que el segundo objetivo de nuestro periplo vacacional se ponía en marcha.

Cuando ella se despertó apareció cual musa del artista en el balcón, caminando esbelta y desnuda se apoyó con las dos manos en la barandilla deleitándose también de la maravillosa vista de nuestra habitación, me di cuenta que nuestro vecino de la terraza contigua babeaba observándola si dar crédito a la escena que se plasmaba ante sus ojos. Arrimándome suavemente por detrás pose suavemente como una brisa las manos en sus caderas haciéndolas resbalar, sintiendo su piel aterciopelada hasta llegar a los pechos regodeándome en ellos el tiempo suficiente para que nuestro alucinado vecino no se perdiera ningún detalle.

El éxtasis sensorial llegó cuando nuestros desnudos y excitados cuerpos se rozaron juntando las sensibles pieles provocándome una ligera sensación de mareo debido a la emoción y el morbo del ocasional espectador. Mientras disfrutaba del suave y delicioso tacto de su cuerpo, coloque mi erecto pene tocando su mojado sexo y la penetre con suma lentitud por detrás, notando como este resbalaba lentamente frotándose contra sus paredes vaginales sintiendo los dos un intenso y calido placer, continué con movimientos suaves y lentos sacándola y volviéndola a meter, ella comenzó a tener espasmos curiosamente de forma violenta debido supuestamente a la lentitud con que la penetraba  provocando que ella se moviese buscando el resto del placer que parecía negársele.

Su cuerpo se contorneaba como una anguila excitándome salvajemente, decidí  seguir con la tortura deteniendo la penetración de vez en cuando y apartándome un metro para observarla como el placer descontrolado le provocaba espasmos y contoneos hasta casi perder la fuerza que la mantenía de pie, después de una sesión interminable por fin llegó a un explosivo descontrolado orgasmo que intensamente disfrutamos como verdaderos bárbaros del sexo, nuestra sorpresa fue mayúscula cuando después del salvaje coito nos giramos y descubrimos a nuestro querido vecino con los ojos entornados cuando se estremecía en los espasmos finales de su orgasmo

Un escalofrió recorrió su cuerpo al abrir sus ojos y descubrir como ambos lo observábamos, sorprendido y sonrojado estaba estupefacto sin saber que decir, Alicie rompió el hielo dirigiéndose a el y comentándole que ese momento que acabábamos de vivir le había provocado un placer muy morboso, disfrutando de ese instante tan placentero, el balbuceo:

-“Lo si... Si... Siento me ha sido totalmente imposible el evitar verlo, ha sido un autentico espectáculo de placer, no se como disculparme”

-“lo siento”

Dijo de nuevo.

-“Pues aceptaremos una copa y se lo perdonamos”

Le dijo ella, a lo que el se apresuro a contestar:

-“Pediré que nos la suban de inmediato”

¿-“¿Dónde les apetece en mi habitación o en la suya?

-“En la nuestra”

Le contestó ella rápidamente.

Pasados unos escasos minutos el hombre llamo a la puerta, al entrar se presento como Sergio, Ella le tendió la mano esbozando una maravillosa sonrisa y a su vez también se presento o mas bien nos presento.

-“Alice encantada, el es Josh”

Dándonos un apretón, una vez hechas las presentaciones, nos sentamos en la terraza y mientras esperábamos el servicio, nos enfrascamos en una alegre conversación.

Sergio se rebeló como un gran tertuliano por lo que pudimos enterarnos que era ingeniero técnico en robótica, estaba alojado en el hotel mientras preparaba una maquina de una fábrica cercana. Su talante alegre y abierto así como liberal fue propicio para pensar que podíamos intentar rematar lo que ya habíamos empezado los tres al principio de todo, el es un hombre guapo alto y fuerte pero no musculoso aun que si tonificado de musculo suave bastante moreno lo que indicaba que va de forma regular a la playa, también nos enteramos que en ese momento no tenía ninguna relación estable dado su trabajo de continuos viajes, entre risas y charlas el tiempo pasó y sin darnos cuenta, la conversación ya transcurría por derroteros calientes, en esos instantes era evidente las miradas con las que Sergio obsequiaba a Alice en cada comentario.

Alice llevaba puesta la bata de raso y se le marcaban los pezones que se le habían puesto duros como piedras, entre las risas y movimientos la bata se le había abierto descubriendo un mas que generoso escote y este hombre debía de estar a punto de explotar, entonces me levante creando un silencio de expectación ante la sorpresa de mi movimiento, acercándome a ella le desabroché el cinto de su bata y ante los atónitos ojos de Sergio se la abrí dejándola desnuda ante su atenta mirada que mantenía fija con los ojos exageradamente abiertos, rompí el silencio y dije:

-“Dejémonos de tonterías no hagamos castillos en el aire y pasemos a la acción, hoy ya has disfrutado de mi mujer de forma visual, tómala ahora en serio y destrózala ante mi para mi disfrute y el vuestro propio, no te reprimas ni tengas miedo pues somos gente sana rómpela en dos, mírala como respira jadeando, ella ya esta preparada”

Este no lo dudo un segundo desnudándose en menos tiempo que lo pensó, se coloco detrás de ella y poso sus manos sobre sus clavículas las deslizo hasta que subieron la suave colina que sus preciosos pechos formaban, el los agarro y los masajeo a fondo, sus pezones continuaban duros y al notarlos en sus palmas, cerro los ojos y disfruto enormemente delatado por sus gestos de placer, siguió un rato acariciando su suave piel aprovechando cada centímetro cuadrado de su cuerpo una vez que se sintió saciado, la ayudo a izarse de la silla, la asió del brazo haciéndola girar hasta quedar uno enfrente de otro la empujo con suavidad hasta sentarla en el borde de la mesa de la terraza y apartando los elementos que se hallaban sobre ella hizo que se tumbase quedando su hermosa vulva totalmente expuesta, luego se inclino sobre ella y comenzó a lamérsela suavemente.

Ella le correspondía con sus deliciosos gemidos y un movimiento rítmico de lo mas sensual yo estaba profundamente excitado, el dibujaba con su lengua sutiles círculos que rodeaban su clítoris dilatándose este por momentos, mantenia sus labios mayores abiertos con sus pulgares y pasaba la lengua por las comisuras humedas de los menores, se paro en la chorreante cueva apoyando su experta lengua en la vagina comenzando a introducirla y sacarla a pequeños empujones, sus paredes vaginales estaban rojas brillantes y gelatinosas, el empezó a introducir la lengua mas al fondo, mientras Alice se retorcía de placer emitiendo sonidos guturales y jadeos entrecortados, extendió su lengua como para dar una pasada sobre un fresco y delicioso helado y recorrió todo el espacio en un movimiento hasta el mismísimo botón presidencial,  presiono fuertemente con la lengua sobre el hinchado y enrojecido órgano y Alice no pudo resistir mas explotando en un largo y brutal orgasmo cuyos espasmos contraían los músculos del su vientre provocando que sus pechos se moviesen al compás, se podía apreciar la gran erección de sus pezones que se arriesgaban a ser mordidos en cualquier momento.

Una vez que las convulsiones cedieron ella se volvió a recostar el demostró una gran experiencia y pericia al comenzar de nuevo a trabajar su sensible y por que no decirlo irritada zona, pero esta vez con unos hábiles y diestros dedos acariciando muy suavemente su zona erógena y produciéndole una pequeña convulsión de placer cada vez que el dedo resbalaba sobre el clítoris que en ese momento era de considerable tamaño, en un breve espacio de tiempo sin aumentar ni disminuir el ritmo de frotación utilizando la otra mano para acariciar su pecho y juguetear apretando y pellizcando el pezón, Alice volvió a perder el control abandonándose a otro intenso orgasmo si cabe con espasmos mas violentos que el anterior.

Ella se quedo inmóvil, estirada, sudorosa y jadeando sobre la mesa un espectáculo brutal maravilloso e inolvidable, en ese instante  Sergio coloco su erecto pene en su húmedo y enrojecido agujero, de un golpe se lo clavo hasta sus mismísimas gónadas que tintineaban metafóricamente hablando como las campanillas que dan las alas a los Ángeles,  yo estaba  totalmente abstraído por la increíble visión de lo anteriormente acaecido, una vez su pene estuvo dentro ella se arqueo mostrando su espectacular cuerpo totalmente expuesto y brillante debido al sudor que la empapaba,  entreabriendo su sensual boca para tomar aire y gemir morbosamente todo esto en un solo movimiento.

El introducía y sacaba lentamente su pene rítmicamente hasta que Alice no se contuvo comenzando a moverse intentando apurar el movimiento para alcanzar el orgasmo que Sergio le negaba al no aumentar el ritmo de penetración consiguiendo que el exceso de placer resultase incluso doloroso, a veces paraba y dejaba reposar dentro de la cálida cueva su erecto falo para su desesperación, otras veces la extraía totalmente frotando con su glande toda su brillante y húmeda zona apretando en círculos sobre el hinchado clítoris, volviéndolo a introducir y sacar de su vagina repitiéndolo en varias ocasiones, la llevo a un limite tal que desesperada imploro para que la destrozase, torturase, lo que fuese pero que la llevase al orgasmo.

-“Por favor acaba conmigo destrózame pero fóllame ya”,

Ella necesitaba correrse sin importarle como pero ya no soportaba esa tortura al limite del placer, en ese instante Sergio entendió que estaba en el punto que el quería y comenzó a subir el ritmo y empujando desaforadamente en cada embestida se notaba como sus carnes se movían por el efecto de los salvajes golpes, hasta que los dos llegaron al orgasmo al mismo tiempo, el se aparto de ella y esta se quedo estirada sobre la mesa jadeando y con fuertes convulsiones de placer haciendo que su desnudo y derrotado cuerpo emitiese brillos provocados por sus inquietos músculos sin control, mi excitación llegó a tal punto al verla en esa situación después de haber sido penetrada, usada y dominada por otro, que me corrí allí mismo sentado en la misma silla desde donde observa todo el fantástico, morboso y erótico espectáculo.

Mientras recuperábamos el aliento los tres, la observaba respirando profundamente sobre la mesa con las piernas colgando y desnuda con los brazos hacia atrás sobre la mesa, no pude contener la erección de mi pene, entonces pedí a Sergio que la cogiese de los brazos para mantenerla estirada, y agarrándola por las caderas me coloque entre sus piernas y de un golpe la penetre brutalmente ella se contrajo elevando su cabeza y mirándome a la cara con su semblante derrotado su vientre estaba tenso y notaba palpitaciones en su vagina, bombee una y otra vez como un salvaje hasta eyacular nuevamente dos miseros pero intensos e incluso dolorosos chorros de semen, las piernas me temblaban era mucho tiempo en tensión, retrocediendo hasta la silla me deje caer mientras el semen fluía de su vulva deslizándose por sus piernas y también goteando en el suelo  al mismo tiempo que Sergio seguía asiéndole los brazos con su frente apoyada en la suya y convulsionando después de haber tenido otro orgasmo, al poco la soltó y se sentó derrotado de placer con los antebrazos apoyados sobre sus muslos y su cabeza gacha.

Alice se fue lentamente incorporando y acercándose a mi se sentó en mi regazo y abrazándome estuvimos un rato callados, hasta ir recuperando el resuello y poder sentarnos a la mesa y tomarnos una copa, en silencio nos mirábamos sonriendo, el comenzó a hablar preguntando si todo estaba bien nos volvimos a mirar sonriendo asintiendo con la cabeza el se levanto y pidiendo permiso para irse se disculpo con la necesidad de descansar dado que por la mañana tenia que madrugar. Yo le acompañe hasta la puerta, y entonces pedimos que en una hora nos subiesen la cena, y rematar un día memorable, poniendo nosotros el broche de oro volviendo a hacer el amor antes de dormir pero esta vez derrochando ternura y amor.