Vacaciones: cuernos sin limites

Decidimos pasar un verano de forma libre, tenía dudas de mi esposa, pronto se me quitaron cuando la vi con unos jovencitos

Como predije llego un tiempo de inactividad sexual foránea. Lo que no quería decir que nuestra vida sexual no era abundante, porque no parábamos y también notaba a Leticia con grandes deseos de tener una escapada. Ya quedaba muy poco para el verano. Nuestros hijos al acabar las clase se iban todo el verano con los abuelos y nosotros solíamos acercarnos alguna vez, pero no siempre y ese año ya me encargue de mentalizar a los abuelos de que no iríamos, por culpa de excesivo trabajo. Leticia fue imprescindible para que nadie sospechara ni lo más mínimo. Lo que no sabía Leticia era que ya tenía preparado un verano especial. Si era verdad lo que había leído, podría ser un verano de no parar de follar. Insistía en que le adelantase algo y lo único que le adelante y que no le gusto, “este año no vamos a un hotel, vamos a un apartamento”

Se puso como una energúmena, decía que no estaba dispuesta ni a cocinar, ni a limpiar ni a poner lavadoras. Cuando acabo de darme el chorreo, le explique que no lo tendría que hacer, porque eso iba cubierto. No le dije donde seria nuestro destino, se enteraría cuando llegáramos. No cejaba en tratar de sacarme más información, la siguiente y ultima información que le di, mas de 500 km, unas 5 h. de viaje. Se fue al ordenador y empezó a calcular los sitios que podían ser. Era bonito verla así de avispada y como una jovencita preparando una travesura. El apartamento lo reserve para julio y agosto. Aunque nuestras vacaciones eran el mes de agosto. Lo tenía todo previsto, en verano prácticamente trabajaba desde casa, porque el mes de agosto, que era el mes oficial de vacaciones, era raro el día que no trabajaba a distancia. A Leticia le pedí que no pidiera días libres y lo dejara para el mes de julio. La verdad que se hincho a hacer horas. Según nuestros cálculos tendría que trabajar 6 días en julio. Le dieron la oportunidad de hacerlos seguidos y así sus compañeros libraban esos días. Por eso llame a los apartamentos para avisarles que llegaríamos mas tarde, pero que llegaríamos. No quise especificar cuando, porque ya lo teníamos todo pagado y para que no fueran unos “listos”

Salimos a media semana, en el coche palpaba la ansiedad de Leticia. En el momento que vio la carreta que enfilábamos, móvil y a calcular. Me divertía con sus elucubraciones y no daba una. Hicimos una parada para repostar y almorzar. Por sorpresa le di todos los datos de donde íbamos y al retomar el camino. Se puso a mirar en el móvil.

  • ¡EDUARDO! Si eso es un apartamento nudista. O lo estoy viendo mal? Y la playa es también de estar en porretas.

  • Lo estás viendo perfectamente.

  • Claro así no voy a poner lavadoras y de mis maravillosos bikinis, que hago ahora con ellos?

  • Pues no lo sé.

  • Me tenías que haber consultado, no sé, me rompes los esquemas, y si nos ve alguien conocido? A la mierda la discreción. Déjame que lo medite bien.

  • Venga Leti, con ese cuerpazo que tienes, vas a ser la envidia de hombre y mujeres, de jóvenes y mayores, vas a alegrar la vista a muchas personas.

  • Déjate de tonterías.

Ni miro mas el móvil, tampoco hablo mucho mas y llegamos a los apartamentos. Esperaba que fuera como lo que había visto en las imágenes de internet y que los comentarios valieran para algo. Que esa era otra de las preocupaciones de Leticia. Por lo menos la entrada era perfecta. Se asemejaba a la recepción d un hotel. El hall se veía muy limpio y mientras nos tomaban los datos, nos explicaban por encima todo. Había un restaurante, una cafetería y por las noches pub. Servicio en los apartamentos y nos dijeron las zonas donde poder ir desnudos. Leti se puso colorada. Subimos a nuestro apartamento y las imágenes hacían justicia. Teníamos balcón grande a la playa. Me asome y mire a un lado y menuda sorpresa, había un tío de 25 años en pelotas, tumbado en una tumbona y con un rabo considerable, en estado flácido y puesto hacia un lado. Hice que viniera Leti, le gustaron las vistas y sin decirle nada hice que mirara para donde estaba el tío, miro y se echó para atrás de golpe, se puso otra vez colorada. Se recompuso, miro de nuevo y me sonrió.

En la playa se veía a todos desnudos, salvo alguna rara excepción paseando. Habíamos salido temprano y eran las 12, podíamos darnos un buen baño. Se lo propuse y acepto. Se coloco un pareo por encima de su bikini blanco. Al bajar nos encontramos a varias parejas desnudas, que nos saludaron y nosotros respondimos a los saludos. Lo primero que me pidió Leti al llegar a la arena de la playa, era que no quería estar cerca de nadie, porque era verdad le agobiaba que se le pusiera la gente muy cerca. Le di a elegir y nos pusimos en un sitio descongestionado. No había hecho nunca ni top les, exceptuando un verano en un chalet con piscina y que estábamos solos. Estiramos nuestras toallas y me fui a despelotar, “ni se te ocurra, por favor, Eduardo, espera un momento” la vi tan agobiada que no lo hice. Para que se fuera relajando le indique los que no la habían quitado la vista de encima. Algunos eran demasiado evidentes. No decía nada pero sabía que le gustaba y mas desde que se había soltado tanto. La edad de los que allí se veían eran edades mayores a la nuestra. Una pareja joven se puso a unos cuatro metros de nosotros y no tardaron en desnudarse. No eran nada llamativos. Llego un chico solo no llegaba a 25 años. Se desnudo y no dejo de mirarnos con disimulo. Este era llamativo. Estaba completamente depilado y era la primera vez que veíamos a un tío con el rabo y los huevos sin un pelo.

Se estaba luciendo y no era para menos. Estaba todo moreno y tenía un rabo espectacular y estaba circuncidado, dejando a la vista un buen capullo. Después de un poco de lucha la convencí que por lo menos se quitara la parte de arriba, me dijo que me lo prometía pero que le diera un poco más de tiempo. A mí de la playa lo que más me gusta es el agua y tenía ya mucho calor, dije que me iba al agua y Leti me decía que no, que no la dejara sola. Insistí y la invite a venirse conmigo. Como no quería me fui al agua. Estaba nadando ricamente y de vez en cuando miraba hacia donde estaba mi esposa. Una de esas veces, vi que se levantaba el chaval joven y se dirigió a donde estaba Leti. Me quede expectante para ver si Leticia le mandaba a la mierda o que hacía. Leticia hablaba con él y hasta parecían amigos. Él estaba de pie y cerca de Leticia, su rabo estaba en la visual de Leticia de lleno. Los deje un buen rato, cuando calcule que había pasado más de media hora me acerque. Al llegar se me presento, “hola, soy Erik, perdona mi intromisión por hablar con tu mujer, es que no tenía fuego y me he acercado para saber si me podía lumbre” y me enseño un cigarro que llevaba en una de sus manos.

Busque en la bolsa y saque un mechero, se encendió el cigarro me dio las gracias y se fue a su toalla. Los pezones de Leticia me lo decían todo. Hablando entre susurros le pregunte, “que tal el Erik? Te ha gustado?” y su respuesta fue interesante, “si hubiera sido en otro sitio seguro que me hubiera gustado mas, pero aquí en la playa, NOOOO” no quise preguntar mas allí porque no se nos oyera. Miro la hora y era la hora de comer. Nos fuimos y me pidió perdón por no haberse quitado la parte de arriba, le avise de que me lo debía. Comimos y quería ir a la playa, por si seguía Erik en ella, pero Leti insistió que necesitaba dormir una siesta. No me dio tregua nada más llegar empezó a follarme y en nuestra follada involucré a Erik, se ponía cachondísima y se corrió como hacía tiempo que no lo hacía. Estábamos reposando el polvo.

  • Cuéntame que te ha dicho el muchachito?

  • Jajajajajaja, ya estabas tardando.

  • Pues venga porque te ha puesto cachonda.

  • Se levanto con la excusa de pedirme fuego. Joven pero descarado y sabiendo lo que se hace. El pollón me lo tenía casi en la cara. Que ganas de comérmelo.

  • De que hablabais? Que te decía?

  • Voy lo interesante, me decía que era una pena que estuviera vestida, con el cuerpazo que tenía. Que le daba mil vueltas a todas las que estaban allí y que deseaba verme, que por lo menos me quitara la parte de arriba.

  • Mira en eso coincidimos. No le contaste que estabas con tu marido, que no era un amigo ni ningún acompañante?

  • Jajajajaja, eso fue lo mejor.

  • Por qué lo dices?

  • Porque cuando se lo dije, empezó diciéndome que tenía que ser muy tonto por dejarme sola y luego añadió, o le pone cachondo ver cómo le entran a su mujercita. Estará empalmado en el agua?

  • Que le contestaste?

  • Me reí solamente, pero nos ha calado. Cuando vi que venias se lo dije y rápido me dijo, que el próximo día cuando le viera, que le regalara por lo menos el quitarme la parte de arriba.

  • Es que eres irresistible, es por la cara de zorra que pones con los chavales jóvenes.

  • O tu cara de cornudo que se ve a una legua.

  • Seremos los dos. Y que piensas hacer?

  • No pienso hacer nada y ya te lo voy advirtiendo, en la playa ni hoy, ni mañana ni ningún día, voy a tener nada con nadie.

Bajamos mas tarde a la playa y fue todo igual a la mañana, a excepción de que el chaval joven no estaba. Paso el primer día y por la mañana me despertó de “malas” maneras mi esposa, quería ir a la playa pronto, quería ponerse morenita. Tenía varios lugares que visitar y quería hacerlo esa misma noche. Se lo conté a Leti y solo encogió los hombros. Me eche una cabezada. Me desperté por el calor, me di un baño y regrese, Leti se había dado la vuelta. Hoy había más variedad en las edades y había mujeres muy bonitas, pero Leti destacaba sobre ellas o así lo veía yo. Vi acercarse a Erik y avise a Leticia, “se acerca el pollón andante”, hizo un leve movimiento y siguio tomando el sol. Si la conocía como la conocía, sabía que tardaría poco en cambiar de posición para hacerse notar y premio. Se sentó junto a mí y le susurré al oído, “como tendrá el rabo cuando este cachondo, cuanto le medirá?” se echó a reír y me dio un codazo.

Se me olvidaba, ese día yo me había desnudado, aunque mi esposa protesto un poco. Se levanto, fue al agua y se dio una zambullida y salió. Vino completamente mojada y con el bikini mojado era un espectáculo. Paso a la altura de él se saludaron y se puso dándole la espalda, ya que él se giró y se puso boca abajo, sin dejar de mirar a mi esposa. Sin hablar le vocalice, “que puta que eres” me sonrió y me dijo en voz baja, “pues eso no ha sido nada” y a continuación se quitó la parte de arriba, se giró se puso cara al sol y enseñándole las tetas a su “pretendiente” que miraba extasiado, seguro que por lo llamativo de sus pezones. Creía que se había quedado todo en eso, pero me equivoqué. Se dio la vuelta, me miraba con una cara de pervertida y se quitó la parte de abajo y para rematarlo, se puso de rodillas sobre la toalla y se puso a colocar bien la parte donde apoyaría la cabeza, no lo podía ver, pero Erik tenía un primer plano de su culo y de su coño. Me tuve que dar rápido la vuelta, porque mi erección fue muy rápida.

Porque en esa posición era una tentación para reventarle el culo. Me pidió que le pusiera protección y lo hice, de forma muy rápida por todo el cuerpo, pero el culo como estaba blanco, le dedique más tiempo y pase mis dedos por su coño, se le escapo un gemido y estaba completamente cachonda. Esa noche no salimos porque decía que el sol la había dejado muerta. Nos levantamos mas tarde y cuando llegamos a la playa, Erik estaba esperando, aunque no dijera nada. Nos saludamos y nos pusimos a poca distancia de él y Leticia no protesto por ponernos tan cerca. De cómo se desnudó Leticia, de cómo se quitó el pareo y el bikini fue un espectáculo para adultos, eso sí, lo hizo con tanto arte y tanta gracia que pareció casual. Hasta a mí me puso cachondo, no tenía remedio, me dejaba claro que le gustaba exhibirse. Erik se ponía malísimo viéndola, estaba boca abajo y mirando. Hice lo que hago siempre, nada más llegar a la playa y dejar colocado todo me meto en el mar, una mojada y vuelvo, luego cuando me seca el sol ya si vuelvo para darme un baño en condiciones.

Esta vez hice un poco de tiempo, porque vi a Erik apoyado sobre sus brazos, con el cuerpo un poco levantado y a Leticia mover los labios, lo que quería decir que hablaban y veía como ella se echaba a reír más de una vez. Me acerque sin prisas y una vez que llegue, Erik hablo conmigo, preguntándome que tal estaba el agua, me defraudo su simplicidad. No quise ser muy pedante y le conteste que muy buena. Se levanto y tenía su rabo morcillón, hasta me sorprendí yo. Menudo rabo y sin estar en su estado máximo de excitación. Ahora el que se exhibió fue el, iba a ser entretenida la batalla entre ella y el.

  • Que, que te contaba el muchachín?

  • Espera que me recupere de la visión. Madre mía que… es que se me hace la boca agua. Y te has dado cuenta de que no estaba empalmado del todo?

  • Como para no verlo, si se acerca un poco mas nos saca el ojo a uno de los dos.

  • Jajajajajaja, siempre tan bruto.

  • No te hagas la remolona.

  • Que le encantan mis tetas, que mis pezones son para admirarlos y que me quedaría mejor menos pelo en mi monte de venus, como una tirita. Que se ofrecía a recortármelo y que si no, cuando volviera a la playa lo trajera así dedicándoselo a él. Añadió que seguro que a tu marido no le importaría arreglártelo para darme el capricho.

  • Y que le has contestado?

  • Que no dijera tonterías.

  • Te lo piensas follar?

  • Jajajajajaja, ya veremos, de momento le va a tocar sufrir.

Me gustaba porque era como una leona en busca de su presa. Al verle salir del agua, ya se había vuelto más normal y aun así era una preciosidad ver el movimiento del rabo y solo de pensar verlo en el coño de Leticia me ponía cachondo. Leticia no le daba mucha bola, solo la justa para mantener el interés. Nos fuimos a comer y Erik se quedó con ganas de decir algo pero se cortó. A mitad de camino hice que se me caía una cartera y al recogerla, mire de reojo y no nos quitaba la mirada, vamos que no quitaba la mirada del culo de mi esposa. De estar toda la mañana en el sol, después de comer nos fuimos a descansar un poco y no volveríamos ese día a la playa. Después de una hora de siesta, siento que mi esposa me está despertando con una de sus gloriosas mamadas. Estuvimos follando a costa de Erik, Leticia no se quedó todo lo bien que deseaba y le propuse irnos a cenar y luego a visitar uno de los locales de mi lista. Se metió en el baño y creía que se daría uno, pero vino con una toalla y su material de depilación. Me enseño una imagen de un monte de venus, con una tira de pelo como de 1,5 cm. de ancho. Le propuse quitárselo todo y me dijo que no, que le iba a dar el gusto a Erik, quería ponerlo más cachondo, que babeara por ella.

Inicie el arreglo y mientras lo hacía le iba contando como se iba a poner el rabo del muchacho al verla, su coño brillaba de lo cachonda que estaba y cuando acabe me dijo que esa noche necesitaba una polla sin falta. Para salir esa noche se vistió nada discreta, donde fuéramos llamaría la atención seguro. Ya no existía esa mujer que se ponía cosas para que sus pezones no se notaran, ahora le daba igual y le ponía cachonda ver como se los miraban. La cena fue todo un espectáculo, nos atendieron dos camareros sin dejar de visitar nuestra mesa con cualquier excusa y Leticia les regalo momentos muy calientes dejando que miraran bien su escote. Nos fuimos y en el coche Leti me toco por encima del pantalón, estaba empalmado, “por lo que toco, veo que he hecho bien mi trabajo, jajajajajaja” me gustaba tener una esposa tan puta y que me pusiera así. No se las veces que me perdí buscando el dichoso sitio, estaba muy escondido y no conocía por donde andaba. Desde fuera se veía un sitio nuevo y con buena pinta.

Entramos y estaba todo nuevo, daba la sensación de que estaba a estrenar. Habían sin contar nosotros tres parejas más. Bastante mayores que nosotros y dos de ellas extranjeras, difícil entendernos, porque parecían de alguna zona de Rusia. Los trabajadores muy majos, pero algo verdes, nos acabamos enterando que era el primer verano abierto. Las instalaciones eran para dar mucho juego si hubiera mas parejas, más chicos solos. Estuvimos esperando y al final nos quedamos a dos velas. Nos dieron unas invitaciones para volver otro día y también nos las dieron para alguna pareja que conociéramos. Llegamos tarde al apartamento y el vecino de al lado, al que vimos desnudo el primer día tenía una buena fiesta montada. Pudimos ver como habían mas mujeres y hombres desnudos y follando como perros. Lo que le faltaba a Leticia. Follamos en el salón oyendo los gemidos que venían del apartamento de al lado. Me cabree conmigo mismo, por no haber seleccionado bien el sitio.

Me levante el primero y me quede viendo a Leti, dormíamos desnudos, estaba de lado y con las piernas medio abierta y la sabana que tapaba algo, se la veía muy sexual. Viéndola se me ocurrió una travesura que pondría en funcionamiento si todo se daba como esperaba. Lo de todos los días, se levantó, al aseo, ponerse un bikini nuevo, el pareo, coger el capazo y a la playa. Íbamos hablando de que cara pondría Erik al ver su nuevo diseño de su tira de pelo. Leticia me insistió en que me fijara yo bien y luego se lo contase con todo detalle y dijo, siempre que este hoy. No sé a qué hora iría, pero Erik estaba tumbado y parecía que durmiendo. No tuve que preguntar a mi esposa donde nos poníamos, fuimos directos a donde estaba la presa de Leti. Para que se diera cuenta de que estábamos le di un sonoro buenos días. Se giro de golpe y nos saludó.

Clavo sus codos y se puso a hablar con nosotros, para distraer lo hizo mas conmigo y Leticia hacia como si pasara de él y ni le miraba. Lo último que se quito fue la braga del bikini. A Erik se le saltaron los ojos. Puso el capazo en la parte de arriba de la toalla donde iría su cabeza, se puso de rodillas, saco los potingues de ponerse en la playa y regalándole al chaval un primer plano de su coño, la duda la tenía si estaría brillante o no. Se tumbo boca abajo y la cabeza la dejo girada hacia mi lado, me tumbe y me sonreí con mirada de pervertida. Me di el primer remojón y vi que ella no se movía, aunque Erik estaba como el día anterior, apoyado en sus brazos, esta vez no podía saber si hablaban y si ella lo hacía. Me acerque desde un ángulo que no me podían ver, pero no pude percatarme de nada. Leticia me pidió que le pusiera protección en la espalda. Vi su cara y tenía cara de “salida” abrió los ojos me miro, sonrió e hizo un gesto muy claro mordiéndose los labios.

Me senté en la toalla rebusque en el capazo hasta encontrar lo que quería. Tenía varios frascos, algunos que eran como nebulizadores y buscaba uno que era un aceite, lo encontré, un frasco marrón. Erik miraba con interés sabía que venía algo que le debía de poner cachondo. Lo que no sabía era lo que venía, si era decidido. Le mire le hice amago de lanzarle el bote, no tardó en reaccionar y cuando vi que se incorporó, se lo lance suavemente, lo cogió, se sacudió las manos de cualquier resto de arena y se acercó a mi esposa. Que estaba con los ojos cerrados esperando que le pusiera el protector, para recibir ya de paso un masaje y poner cachondo a Erik. Al momento de empezar, Erik le echo un buen chorro de aceite y ella se quejó de lo frio que estaba. Le dije que seguro y entonces abrió los ojos, me vio a su lado y giro la cabeza para ver quien le daba el aceite. Me miro de nuevo y su gesto no era de estar contenta. Pero se dejó, su gesto no cambiaba. El chico no haría muy bien su trabajo. Se acerco mas a ella, a su costado derecho. Sin mover su cuerpo que estaba justo en la cintura de mi esposa, fue dando el masaje en las piernas, la verdad que no perdió mucho tiempo en ellas y se fue a la parte de sus muslos y su culo. Empezó a entretenerse mas con esas zonas.

Leticia empezó a tener cambios en su expresión, abrió los ojos y su mirada decía que estaba cachonda perdida. Su cabeza estaba apoyada sobre sus manos. Erik ya se entretenía casi todo el tiempo, masajeando el interior de sus muslos y por como respiraba mi esposa, debía de estar tocándole el coño. Leti estiro su brazo derecho hasta ponerlo pegado a su costado y vi como luego lo movía, sabía lo que buscaba y abrió los ojos desmesuradamente, sonrió y ya lo había encontrado. Lo supe cuando se pasó su mano por su nalga derecha para que se le mojara de aceite y porque Erik hablo, “venga zorra, si lo estabas deseando, ahora no pares” Leti mordió la toalla que le servía de almohada y se corrió como pocas veces lo había hecho. Lo malo que cuando se corrió, paro de tocar al chico diciendo un basta potente. Erik se quedó cortado y con tranquilidad nos dijo, “detrás de las dunas es muy discreto” la que contesto fue mi esposa diciéndole que ni en sus mejores sueños. Al moverse Erik, vi el rabo que tenía, majestuoso y enorme, que bien elegia mi esposa. A Erik no le dio ningún corte que le vieran empalmado, porque se levantó y se fue al agua.

  • Por qué no has querido que fuéramos a las dunas?

  • Porque se lo que pasaría y a plena luz del día no quiero nada de eso. Que nos fotografíen, que nos graben. Ya te digo que no me arriesgo.

  • Puedo estar vigilando y avisar de cualquier contratiempo.

  • Eduardo en esto no. Por favor me sentiría muy mal.

  • Si quieres le invito a nuestro apartamento.

  • No estoy convencida.

  • Imposible, si te tiene como unas ascuas.

  • Ya lo sé, tiene un pollón impresionante, pero hay algo en el que no lo veo claro. Por eso no le digas nada.

Estire mi mano, acaricie su culo y lleve un dedo a la raja de su coño, estaba como una fuente. No quise decir nada, pero como Erik jugara bien sus cartas, se la follaba hoy sin ningún tipo de duda. Erik salió del agua y ya venía relajado, se tumbó en su toalla sin decir nada, avise a Leti de que me iba a bañar y cuando me fui le guiñe un ojo a Erik. Sabía que no debía haberlo hecho, pero lo hice y ya no tenía remedio. Me bañaba y no perdía detalle de lo que sucedía, que exactamente era nada. Los dos estaban tumbados y ninguno tomaba ninguna iniciativa, eso me empezó a enfriar y me di cuenta de que Leti tenía razón, se veía todo mirases a donde mirases. Hubo un movimiento, Erik se puso como las otras veces, apoyado en sus brazos. Seguro que además de mirar le estaría diciendo algo. Me salí del agua y fui por el mismo sitio hacia ellos. Me quede parado cerca sin que me vieran y como si estuviera secándome de pie al sol. Estaban los dos hablando, a él me costaba menos oírle a mi esposa me costaba más. Di unos pasos hasta que ya la oía.

  • Que no.

  • Tengo la polla que voy a hacer un agujero en la arena por tu culpa. Porque te estoy viendo el coño chorreando y no lo niegues puta.

  • No es todo tener un miembro grande, es saber usarlo. Claro eres muy joven y no lo entenderás.

  • Entiendo que como me sigas tocando los cojones, voy a levantarme y te la voy a meter como estas, que lo pides a gritos y mientras te follo te voy a dar en ese culazo todo lo que te mereces y me va a dar igual el cornudo de tu marido.

  • No sigas por ahí.

  • Es que ninguna tía me ha puesto como me estas poniendo tú, te tenía que dar a base de bien hasta que me pidieras que te follara, seguro que tu marido no sabe que deseas que te castiguen mucho y bien. Verdad puta?

  • Cállate por favor.

  • Elige en las dunas, en tu casa o en mi apartamento.

Al oír ese cállate por favor, sabía que Leti estaba cachondísima su tono me lo dijo. Carraspee y me acerque. Me tumbe junto a ella. Me dijo en ese momento que nos íbamos. Se puso a recoger como si viniera una tormenta. Fuimos a pasos acelerados y a mitad de camino me dijo, “es que si sigo un minuto más le hubiera pedido que me follase allí mismo” le dije que porque no me lo había dicho, le hubiéramos invitado y me dijo que no le iba a suplicar. El apartamento estaba cerquísima y le dije como quedaba tiempo para comer, si reservaba una mesa en un restaurante de playa que solía estar muy lleno, me dijo que si y que ella iba subiendo mientras. En vez de ir hasta el restaurante les llame por móvil e hice la reserva para tres y mientras me encamine a la playa, Erik estaba otra vez con los ojos cerrados, hable con él y le dije si se quería venir a nuestro apartamento, su contestación fue ponerse de pie, ponerse un bañador y venirse conmigo. Le deje claro que Leticia no sabía nada y muy seguro me dijo que le dejara a él. Llegamos al apartamento abrí con cuidado y oímos la ducha. Le dije donde se tenía que colocar y dije que ya estaba. Que a las dos teníamos la reserva. Teníamos un poco más de una hora.

Leti salió con una toalla a la cintura y otra en el pelo. Mientras me hablaba estaba pensando en lo que le había dicho Erik en la playa, que a ella le iba lo duro que tenía pinta y que él era el indicado. Seria verdad? tampoco me extrañaba porque según pasaba el tiempo descubría más cosas en ella como ella las descubrió en mí, era por eso de estar abiertos a todo. Se quedo de espaldas a donde estaba Erik. Cogió el móvil miro la hora y me dijo, nos queda una hora para uno rápido, que me hace falta. Le dije que no, que en todo caso después y me dijo si iba a tener que bajar a buscar a alguien en la playa que le quitara el calentón. Me provocaba porque aunque no decía su nombre sabia a quien se refería, la provoque un poco más. “Por quien lo dices por Erik?” Y ella me dijo un por ejemplo. “No decías que tenía algo que no te gustaba? Ya sabes el que?” y muy seria y estirada pero excitada, “claro que ya lo sé, es muy joven pero es un pervertido y de los que te puedes enganchar, por esa perversión tan especial, por eso no me lo follare”

Pues lo tienes detrás, Leti se lo tomo a cachondeo, pensaba que era una broma mía. Esperaba ver cuál sería su reacción. Hasta que yo no le llamara habíamos quedado que él no saldría. Giro un poco la cabeza y no vio nada. “Que te creías que me lo iba a tragar? No te hubiera dado tiempo” lo que más la podía enfadar era haber hablado como hablo sin saber que estaba Erik. Se echo a reír y me decía si dejábamos de perder el tiempo. Erik salió antes de tiempo y no cuando tenía que salir. Ella oyó algo y miro. Me miro, se giró y dejo caer sus toallas, se fue para él y se engancho a su cuello dándose un morreo, mientras sus piernas se las paso por su cintura. No me esperaba esa reacción. Erik se acercó llevándola en brazos hasta un sillón, la dejo sobre él, la ordeno porque fue una orden que se pusiera a cuatro patas y ella lo hizo apoyándose sobre el respaldo. Se quito el bañador y la camiseta. Tenía el rabo mirando al techo. Leticia se relamía solo de verlo, estaba esperando que se lo metiera ya, sin preámbulos, porque tal como movía el culo era lo que reclamaba. Pero no sería como ella quisiera. Porque él dijo que se lo tenía que pedir, suplicar. Estando así Leti era de hacer lo que le pidieran y esta vez se quedó cayada, no sé si como desafío o como provocación.

Por lo que fuera tuvo su reacción. El chaval no se cortó se acercó a su culo y yo me puse delante para ver su cara. Le lanzo dos azotes que sonaron fuertes, tenía la cabeza agachada, no podía verla, porque si la veía sabría cómo estaba. Él le siguio azotando, la llamaba puta y que sería su puta en esas vacaciones, ella no abría el pico. Levanto su cabeza y tenía razón, su cara de puta esta vez era mucho más que otras veces. “Escúchame zorra, no esperes que el cornudo diga nada, vas a ser mi puta, me vas a pedir que te folle. Nos iremos a comer, harás lo que te diga y volveremos aquí a follar, el cornudo me comerá la polla, la mojara bien para que luego con tranquilidad y sin prisas me folle este culo y ahora solo te follare el coño” los azotes me picaban mi porque Leticia incomprensiblemente gemía y le caía saliva del placer que estaba recibiendo y por fin mirándome a mí, sin quitarme la mirada, “Seré tu puta ahora, fóllame que el cornudo lo vea” y le dio un envión metiéndole todo el rabo. Se agarro al sillón y menudo grito que dio de placer. Que bruto que era, que manera de empotrarla. Logro que se corriera tres veces y el saco su rabo, se quitó el condón y se corrió sobre su espalda, menuda corrida que le dejo.

Erik nos comentó que iba a un sitio ahora y que donde quedábamos, le dije el sitio que lo conocía y quedamos a las dos. Cuando se cerró la puerta le pregunte a leticia que como había sido el primer contacto. “Buaffff, exagerado, por mi hubiera pasado de ir a comer. Es como te he dicho, a pesar de su edad tiene espolones y sabe muuuuuuucho. Piénsatelo porque el muchachin como tú dices, va a hacer lo que quiera y me entiendes” claro que la entendía y por eso le dije que no era yo quien tenía que decidir, lo tenía que hacer ella que era la que iba a “sufrir” las consecuencias. Se echo a reír, se sentó bien en el sillón, dejando el culo fuera abriendo las piernas y diciéndome con cara de lo que era de puta, “cómemelo que soy una sufridora” hice que se corriera de nuevo. Se dio otra ducha sin mojarse mas el pelo, se puso un top ajustado color verde menta, que realzaba sus pechos un montón y se puso sujetador, a pesar del sujetador se le notaban bien los pezones. Una falda corta con vuelo de color blanca y unas sandalias con mucha cuña del mismo color que el top. Se levanto la falda se miró a un espejo y después de unos segundos de dudas, se quitó las bragas y se puso una tanguita minúscula de color blanco, que dejaba libre su culo.

Iba muy feliz a comer aunque me seguía diciendo que me podía haber ahorrado el ir a comer. Al llegar mi mujer se empezó a reír, porque vio que la mesa estaba preparada para tres. “Tan seguro estabas de que no os mandaría a paseo a los dos?” no la conteste porque nos podían oír, pero en el momento que nos sentamos y se podía hablar mejor, porque había pedido la mesa del extremo, le respondí, “con lo cachonda que te has vuelto, me hubieras defraudado mucho” y me confesó que yo si le había dado una sorpresa que ni se le paso que lo podía hacer. Erik llego en seguida y pedimos un arroz con bogavante para los tres. Erik paso su mano por debajo del mantel y la cara de mi esposa cambio, sabía lo que pasaba. Quito la mano y le dijo algo al oído, Leticia se puso colorada y nos trajeron la bebida, dio un pequeño sorbo y nos pidió disculpas y se fue al aseo. Al verla venir tuve claro que se había quitado el sujetador, porque se notaban mas los pezones y por el movimiento de sus tetas. Se sentó y del bolso saco su tanguita y me lo dio, porque Erik se lo había dicho. Metió la mano de nuevo y la cara de Leticia esta vez se congestiono más. Venia el camarero con los platos y Erik se colocó bien y se relamió descaradamente los dedos. Llamaron mis suegros y mi esposa se salió para hablar mejor con ellos. La veíamos desde la terraza.

  • Que mujer mas estupenda que tienes, esta como un tren.

  • Voy a aprovechar para decirte algo. No quiero que te confundas, esto que hacemos es por divertirnos, por salir de nuestra rutina, pero no quiere decir que sea un cheque en blanco para ti.

  • Que me quieres decir? No te he entendido bien.

  • Te lo explico. En privado se puede hacer todo siempre que queramos, sobre todo ella y nada de “sorpresas” sin haberlo consensuado conmigo. Es para que no se te vaya la cabeza. Porque te veo demasiado suelto en este terreno para la edad que tienes. Me has entendido ahora?

  • Perfectamente y está bien que me lo hayas dicho, porque ya había pensado varias cosas y hubiera metido la gamba.

  • Ponme un ejemplo de lo que tenías pensado.

  • Si a tu mujer le gusta estar con más de uno, pues tengo algún amigo que, ya me entiendes.

  • Ves, eso no es mala idea, pero antes habría que saber cómo son, edad, físico, que estén bien dotados.

  • Dotados como yo ya te digo que no, pero hay dos que pueden dar la talla.

Saco su móvil y me enseño varias fotos con amigos suyos y me señalo los dos que me decía. Se les veía físicamente, eran de la misma edad, lo que pasa que uno de ellos de cara no sabía si le gustaría a Leticia, era cuestión de encontrarnos con ellos y ver qué pasaba. Antes de que regresara Leticia quedamos en que esta noche iríamos a tomar una copa a pub de la playa, para que coincidiéramos y ver que le parecía a Leti para quedar la noche siguiente. Erik mando whats a sus amigos que le contestaron al momento que sí. No les dio más detalles. Leti entraba haciendo gesto de “locura” comimos tranquilamente. Estuvo muy moderado Erik y en los postres nos pedimos un flan con helado, menos Leti que pidió un cucurucho. Fue toda una provocación como se comía el helado Leti, nos puso a los rabos duros. Erik le avisaba que si seguía haciéndolo, en vez de azotarla con la mano, lo haría con un cinturón mío. Mi esposa paro y sonriendo empezó de nuevo, pero mas descaradamente. No tardamos en volver al apartamento y al cerrar la puerta se desato la guerra. Erik me pidió un buen cinturón, mire a Leticia para ver que decía, se fue al sillón de la mañana y se puso de rodillas dejando su culo bien colocadito.

De la habitación traje un cinturón negro. Erik seguía en el mismo sitio y Leticia meneando el culo provocando. Me mando que levantara bien su falda, me asombraba que hasta hace bien poco cuando le decía que no llevara ropa interior me mandaba a paseo y ahora estaba como un cerda, mostrando su culo. Erik no se anduvo con miramientos, desde el principio la azoto con ganas, podía ver como se le marcaban sus nalgas y lo mas acojonante los gemidos que pegaba mi esposa. Le tuve que hacer una señal para que parara, porque estaban los dos muy lanzados un pegándola y la otra provocando para que no parara. Erik se empezó a desnudar y aproveche para acariciar el marcado culo de mi esposa y comérselo, tenía hasta los muslos mojados, su coño era una fuente. Ya estaba desnudo, se sentó en una silla y era una imagen más que excitante ver ese rabo así de duro.

“Puta deja al cornudo que estoy aquí esperando” y le miro, se le caía la baba. Se fue con él, hablaron entre ellos y Leticia estaba muy obediente con él, tomo de su mano un condón, “cornudo pónselo, que quiere follarse a su puta, que soy yo” lo decía y se ponía cachonda. Fue una gozada ponerle el condón. Leticia se abría de piernas, se colocaba de pies sobre sus piernas y agarraba el rabo, lo encajaba en su coño, se garraba al cuello de él y se lo follaba. Gimiendo de suave a alto, según se iba metiendo el rabo. Me desnude y me puse a ver su cara, me miraba y desencajada de placer, “Eduardo, menudo pollón es de correrme solo de notarlo, que pena que no puedas sentirlo” se lo había metido todo ya, me puse detrás quería ver como se lo metían, era el mayor espectáculo del mundo, el más maravilloso. No hacía falta que nadie le dijera nada a mi esposa, ella sola ya se apañaba, “venga fóllame, folla a tu puta, que me pones muy cerda, empuja mas, rómpeme, que el cabrón lo vea, que se pajee viéndome tan puta, vamos, vamos” y se corría una y otra vez. Cuando estaba tan excitada, su ardor le llevaba a correrse varias veces seguidas, que la dejaba muy agotada.

Lo malo o lo bueno según se vea, es que otras veces no paraba y quería mas de todo. Me pidió que la follara el culo y aunque la posición no era de lo más cómoda, logre meterle el rabo en el culo y broto toda su excitación, chorreaba como si se estuviera meando. Erik se corrió y rugía, aullaba, bufaba, era un puro animal. Que me hizo correrme al oírle correrse y a como mi esposa se movía más rápido y le repetía una y otra vez que era su puta, que se corriera. Leticia se quedó encima de Erik, con su cabeza apoyada sobre su hombro y sus piernas caídas. Se había quedado laxa. La llevamos a la cama y decía que en un momento estaría y sabía que era verdad, pero le dije a Erik que se fuera y que esta noche nos veíamos, esto se lo dije estando solos. Quiso que le diera mi número de móvil y no se lo di. Leticia me pidió agua, se la lleve y me pregunto por Erik, le dije que se había ido, que ahora descansase y se durmió. A las ocho de la tarde la desperté para que se fuera arreglando e ir a cenar algo. Quería dormir hasta la mañana siguiente y me puse en plan paliza hasta que se levantó renegando y murmurando de todo. Se dio una ducha larga y salió secándose.

  • Solo cena. Lo hacemos aquí abajo y nos subimos.

  • De eso nada. Luego nos vamos a tomar una copa, no seas muermo, que si no otra vez no hay jodienda.

  • Como eres, es que me he quedado o mejor dicho, me habéis dejado destrozada, para el arrastre y nunca me había pasado.

  • Ya me he dado cuenta, eso te pasa cuando estas hiper excitada y con ese chico lo estabas desde hace varios días, que aparte de follar estos días te he oído correrte en el baño. Lo necesitabas y mucho.

  • Que guarro y no me habías dicho que me habías oído, aunque sabes que me da igual que me oigas.

  • Por eso no te he dicho nada.

  • Me portare bien pero una sola copa y nos volvemos, así a ver si el paseo me sienta bien y he dicho lo de paseo, porque tiene que ser cerca y nada de locales de los tuyos.

  • Me parece bien una sola copa y nos volvemos.

  • Y prohibido tratar de convencerme para tomar dos copas. De acuerdo?

  • Una y te traigo a rastras si es preciso.

Me dio un beso pequeño en los labios y se fue a vestir. No me gusto como se vistió, pero no quise decirle nada porque se hubiera dado cuenta. Lo único que llevaba de lo que se puso para ir a comer eran las sandalias. Un pantalón vaquero corto, muy corto, que dejaba ver los inicios de sus nalgas y una blusa blanca. Salvo los pantalones muy discreta, porque la camisa la llevaba abotonada casi hasta el cuello, aunque algún botón parecía que iba a estallar. A las diez estábamos cenando, ella si pidió para cenar y yo pedí para picar. Tuvimos una cena y la conversación fue en relación con la llamada de sus padres. Tenía que hacer un poco de tiempo y me tome hasta dos cafés, con la regañina por parte de ella, porque me decía que luego no podría dormir. Fuimos paseando por el paseo de la playa, una brisa agradable, ella agarrada a mi brazo y mas de un mirón girándose a mirarle el culo. En el sitio nos conocían de ir, busque el lugar más recóndito del pub y me fui a sentar allí. Leticia quería sentarse fuera para que le diera la brisa, fui insistente, la excusa que quería estar sin ruido sin nadie que nos mirara, poder tener un momento de tranquilidad, hizo una mueca no entendiéndome, pero al verme tan serio tan decidido, acepto que nos sentáramos donde quería. No era por tratar de hacer nada, era por poder hablar con tranquilidad y poder ver si eran los adecuados para tener algo el día siguiente. Hablábamos de cosas baladís y sin ninguna importancia, como la referencia que me hizo mi esposa, sobre la música que sonaba, que por lo que se ve era siempre la misma y en el mismo orden, acertó las tres siguientes canciones.

Nos reíamos por sus aciertos y vi llegar a Erik con dos amigos. Me hice el despistado y no dije nada. Se quedaron en la barra, mi duda era si nos había visto o no, que me daba que no, porque estaba muy pendiente de las personas que llegaban y de las que se sentaban fuera. Supe el momento exacto en que Leticia lo vio, sus ojos se abrieron mas de la cuenta, se mordió unos segundos el labio y luego me dijo, “uy si acabo de ver al toro semental” se expresó con picardía, no hizo ademan de nada. Mire hacia la barra como me dijo y al ver que hablaba con los otros, le dije “ah, pero no va solo, seguro que están esperando a alguna chica, no habrá tenido bastante hoy” y Leticia como con rabia, me dijo porque se fue pronto. No le di importancia a nada y me quede como al margen. Ella estaba algo nerviosa, alterada. Para ver cómo estaba di un último viaje a mi bebida y le dije que cuando quisiera nos podíamos ir. Cuando la oí decirme que le dejara acabar con tranquilidad la suya, supe que le apetecía tontear un poquito con los chicos o por lo menos con Erik. Por fin Erik nos vio, levanto la mano, como con sorpresa le dijo algo a sus amigos que miraron y se acercó el solo. Nos saludamos y a Leticia le dio dos besos. Se quedo de pie más cerca de mi esposa que de mí y el paquete que se veía muy generoso, quedaba a la altura de la cara de Leticia. No quise decirle que se sentara, quería que Leti se mojara.

Eso si le pregunte si venia mucho por ese sitio y dijo que de vez en cuando y añadió que era un poco coñazo, porque fuera estaban ya las mesas reservadas y dentro no se ve el panorama y luego mirando a Leticia, “aunque hoy el buen panorama está aquí dentro” sabía que el coño de Leticia tenía que estar ya inundándose. Me piso un poco el pie y sabia para que era y me hice el tonto, “pues nosotros no tardaremos nada en irnos, si queréis podéis aprovechar para sentaros aquí cuando nos vayamos” y el que me seguía el juego me respondió, “este sitio no estando tu gran mujer, no vale nada, no merece la pena, nos iremos a otro sitio” era el momento en el que Leticia tendría que decir algo si no se quería ir y cuando se iba Erik se arrancó, “pues veniros tú y tus amigos aquí, que si nos apretamos un poco seguro que cabemos” y tanto que apretarnos, porque que cabían escasamente cuatro personas. Fue a por sus amigos y nos los presento, eran de su edad. Miguel y José al que llamaban El Negro. Erik se sentó junto a mi esposa y los otros como pudieron. Lleve la conversación y todo fluía con buen clima. Hasta que le pregunte a José porque le llamaban el Negro. Se echaron a reír y José que era el más feo de cara, no de cuerpo, con mucha gracia y mucho cachondeo decía que mejor no contestaba. Erik fue quien lo aclaro, “porque está muy bien dotado y muy moreno como los negros, por eso”

No estaba previsto, porque era tomar una copa, hablar un poco e irnos, el tiempo suficiente para ver que les parecía a Leticia. Erik nos propuso ir a tomar otra copa a otro sitio y me disculpe diciendo que nos teníamos que marchar que mi esposa estaba agotada. Leticia dijo que no, pero que podíamos tomar una copa mas allí. Me miro y con cara de puta busco mi complicidad. Pedimos una ronda mas y mientras la traían, Leticia fue al aseo. Aproveche para levantarme con la disculpa de una llamada y los deje a los tres solos. Llame a mi esposa y no me cogía. Mientras hacía que hablaba por el móvil y me llamo mi esposa.

  • Te respondo, si estoy cachonda.

  • Jajajajajaja, si no te había preguntado nada, Jajajajaja.

  • Pero era lo que me ibas a preguntar y la segunda pregunta que me ibas a hacer, no lo sé, porque es verdad que estoy muy cansada, pero se ven tan ricos, con tanta fuerza.

  • Eso quiere decir que te gustan los tres?

  • Jajajajajaja, es que se me va haciendo habitual ese número. Ahora en serio no sé qué hacer.

  • Ves pensándotelo, que voy a ir al aseo y cuando vuelva me dices lo que quieres y si no mejor, descansas y mañana lo pasaremos mejor.

  • Me parece que tienes razón.

Me cruce con ella mientras iba al aseo. No tuve ninguna prisa y la deje un poco de tiempo para que viera como se desenvolvían sin estar yo y así poder decidir mejor para el día siguiente. A mi regreso Lidia estaba sentada entre Erik y el Negro. Miguel estaba al lado de Erik y a mí me toco sentarme como pude junto a el Negro. Estaban de risas y hablando animadamente, Erik no se sobrepasaba mucho, pero aprovechaba para marcar el territorio delante de sus amigos y mi esposa lo dejaba. Seguro que se hubiera llevado falda Erik ya le habría tocado el coño y era igual de seguro que Leti estaba arrepentido por la elección de la ropa de esa noche. Se palpaba un ambiente cargado de hormonas desatadas, no solo de hormonas masculinas. Leticia se limitaba a darles un poco de cuerda, pero debía de estar en verdad muy agotada, porque no les dio pie a nada mas y Erik se comportó como habíamos quedado, solo un poco de tanteo. Al decir que nos íbamos la cara de mi esposa no fue de agrado ni la de ellos tampoco, pero se levantó y no dudaba que durante el camino de vuelta, me diría que porque tanta prisa, etc. Los chavales se ofrecieron a acompañarnos y se vinieron con nosotros. Me di cuenta de que cuando íbamos a salir Erik siendo muy discreto, le agarro fuertemente el culo a mi esposa y esta se paró para notarlo más, estaba en plan puta.

Eso sí, durante todo el camino de vuelta, el comportamiento físico fue ejemplar, lo que si hubo fue mucha provocación oral y en momentos muy subida de tono y a Leticia no le importaba.

Llegamos al apartamento y llegaron las despedidas. En ese momento mi esposa se puso mas puta que de costumbre, tonteaba con ellos de forma descarada y vislumbraba un polvazo de categoría mundial cuando estuviéramos solos. “Bueno chicos, sois muy majos, me he reído mucho con vosotros, pero es hora de irse a descansar” les dijo Leticia, ellos exclamaban interjecciones de pena y de que la noche estaba en lo mejor. Mi esposa me miro y vi en su mirada mucho vicio, “venga vale, os invitamos a una copa arriba, pero solo una copa y os vais, te parece bien Eduardo?” ese parece bien y esa pregunta eran, “Eduardo me los quiero follar a los tres, estoy cachonda como una perra y quiero ser la más puta” me encogí de hombros y dije que por mí no había inconveniente. En el ascensor 4 entrabamos justos, cinco pareceríamos sardinas en lata. Pues entramos los cinco y antes de darle al botón, se oía la respiración de mi esposa muy alterada. Llegamos a nuestra planta que era una de las mas latas y nos encontramos a nuestro vecino, que se quedó mirándonos y le echo una sonrisa distinta a mi esposa. Cuando paso mire a mi mujer y entendí a mirada, llevaba la blusa desabrochada igual que el pantaloncito. Verla así, con tres chicos jóvenes y el marido, no había que ser matemático para sumar dos y dos.

Nada más entrar, “Eduardo pon algo de beber y ahora vengo, disculparme” seguro que se iba a cambiar y vestirse como una puta cachonda que era lo que le gustaba. Tardo un poco en volver y lo hizo vestida igual. Los deje a los tres en la terraza y me fui a la cocina a hablar con mi esposa. “¿Cómo es que has tardado tanto? Porque ni te has cambiado” su mirada era de darme una sorpresa. Se desabrocho el pantalón se lo bajo un poco, se apoyó sobre la encimera y saco el culo, me llevo un dedo a su culo y que puta que era, se lo había estado lubricando. Luego se volvió a colocar bien el pantalón, em toco mi rabo que estaba durísimo y me dijo, “veo que me has entendido, porque tu polla es como un polígrafo”

Era como si se hubieran enfriado, todo se calmó, el furor que hubo en el ascensor había desaparecido. Estaban sentados en tres sillas de terraza y quedaba una libre. Mi esposa que fue muy “generosa” me dejaba el asiento libre y ella se sentó sobre las piernas de Erik. Lo hizo de una manera nada sexual en principio. La conversación era un disparate, íbamos de un tema a otro sin llevar un orden. Los amigos miraban a Erik que no tardo en maniobrar. Sentó a mi esposa mas encajada sobre él, paso sus manos por los costados de mi esposa y le desabrocho primero el botón y luego bajo la cremallera. Introdujo su mano y Leticia se derretía al sentir esa mano en su coño. Llevaba ya varias copas y sumadas al vino que tome en la cena, que me bebi una botella, porque Leti tomo solo un dedo de vino. Miguel me relleno mi vaso y ya mi conocimiento empezaba a debilitarse, por lo que no acepte mas bebida. Erik invito a sus amigos diciéndoles, “comerle las tetas a esta puta, vais a flipar con sus pezones” se quedaron mirándome y Erik volvió a hablarles, “no os preocupéis por el marido, es un cornudo que le gusta ver a su mujer bien follada, verdad que si puta?” y ante mi asombro pude oír a mi esposa decirles que si, que además era la puta de Erik.

Después de un buen rato decidieron seguir dentro del apartamento. Nunca me había sucedido eso, estar tan pedo. Mi esposa volvió a salir preocupada por mí. Llevaba el pantalón abierto y la blusa también, llevando las tetas fuera del sujetador. Me pregunto, le dije que estaba bien y nos metimos dentro. Al entrar con ella otra vez que se quedaron parados y Leticia no estaba dispuesta. La forma de quitarse los pantalones cortos me lo puso duro has a mí. Era como si estuviera haciendo un striptease, a uno le lanzo el pantalón, a mí la blusa, a otro el sujetador y al último las bragas. Fue divertido ver como se quedaban completamente en pelotas los tres. Erik era el que tenía el rabo mas grande, con diferencia, Miguel mas o menos lo tenía como el mío y el Negro, lo tenía muy oscuro, más corto que mi rabo, pero el grosor era fuera de lo normal. La capullo era estrecho o así lo parecía por el grosor del resto. Mi esposa estaba pajeando los rabos de Miguel y de Erik, el del Negro no lo había visto todavía. Al sentir al negro por detrás mientras los otros la metían mano, sin mirar llevo su mano hacia detrás y toco al Negro, tal fue la impresión que se llevó, que se dio la vuelta y me miro para soltarme una sonrisa muy grande.

Puso un cojín en el suelo, se puso de rodillas y empezó a mamarse los tres rabos. Sin prisas, con dedicación y haciéndoles suspirar lo que nunca en su vida. La llevaron a volandas a la cama. El negro se puso a comerle el coño, los otros dos comían sus tetas y ella les pajeaba, sus gemidos eran rotundos y sonoros, si paraba los chicos de hacer algo, era para decirse entre ellos lo buena que estaba, lo cachonda que era, los pezones tan salidos que tenía y para llamarla sin parar puta. El que le comía el coño lo hacía muy bien por los comentarios que hacia mi esposa, como iba gritando y como se corrió hasta la extenuación. Trataba de hacerme una paja, estaba empalmado pero no era capaz de llegar al final, era como si no pudiera correrme y los parpados me pesaban. Se puso ella a organizar un poco, hizo que el Negro se tumbara, fue todo una odisea clavarse ese rabo en su coño, le costaba pero no se rendía y tanto placer le dio, que tardo en tenerlo todo dentro y cuando lo tuvo se corrió.

Una vez que se había corrido, inicio movimientos suaves, Miguel y Erik le comían las tetas y ella empezó a aumentar sus gemidos, provoco a Erik para que la follara el culo y este se indignó, lo que ella quería y la follo con virulencia, que torpe que era, había entrado en el juego de mi esposa. La follaban muy duro los dos y fue como si perdiera el conocimiento, oía los gritos de ella corriéndose, me desperté y el Negro seguía debajo pero quien le follaba el culo era Miguel. Intente otra vez hacerme una paja, me ponía embaladísimo pero era como si me faltaran las fuerzas. Si embargo allí estaban los tres jóvenes follándola sin descanso. Me quede de nuevo dormido y me desperté porque empezaban a entrar los rayos tenues del amanecer. No se oía nada ya. Mire hacia la cama y había un cuerpo, mire bien y no era el de mi esposa, era el del Negro, estaba tan dormido como lo había estado yo. me levante ya estaba bastante despejado, un pequeño dolo de cabeza. Fui hacia el salón buscando a mi esposa. Me pare, la puerta estaba cerrada. Me metí por la cocina, que por allí podía salir a la terraza y desde allí vería que pasaba.

Habían puesto el sillón individual de cara a un espejo, Leticia estaba de rodillas sobre el Miguel la daba por culo y Erik daba por culo a su amigo. Leticia dominaba la situación, estaba desconocida y le pedía a Erik que fuera un semental, que quería sentir su follada, provocándole para que se follara a su amigo con mas violencia. No les quitaba ojo por el espejo. Leti se corrió gritando más que nunca y ellos se quitaron, se arrancaron los condones y se corrieron en su boca y sobre sus tetas cayo algo. me fui rápido hacia la habitación, me di cuenta de todos los condones que había por el suelo. Algunos con corrida y la mayoría son corrida, por encima conté 11. Me hice el dormido y oía como Leticia les daba boleto, despertaron a su amigo, que al ver a mi esposa desnuda y mientras los otros se lavaban en el aseo. Se puso a follársela como un burro. Era increíble por parte de los cuatro, salieron vestidos del baño y se pusieron a pajearse delante de mi mujer, ella se corrió y los tres le hicieron una corrida triple en su boca y por su cuerpo, era imposible que hubieran podido echar algo, pero bien que lo echaron.

Les acompaño a la puerta y al volver me despertó para que me fuera a la cama. Hice que me desperté y olía a sexo por todos los sitios. Iba a ducharse y no la deje, quería follármela así y ella se reía, llamándome cornudo y poniéndome mas cachondo. Su boca sabia a corridas y me contaba todo lo que había sucedido, que se había comido todas sus corridas o casi todas, que tenía el estómago lleno de leche, me daba detalles de todo lo sucedido y mi cuerpo se pringaba con las corridas que tenía en el suyo. Me detallaba como la habían llevado al salón, como habían hecho un trio de mamadas los tres chicos, lo cachonda que se había puesto viéndoles y la cantidad de veces que se corrió haciéndose varias pajas. Como la llevaron Miguel y Erik al salón, para que pudiera ver gracias al espejo lo que iban a hacer y me lo detallo a la perfección lo que ya había visto desde la terraza. Me decía que no me imaginaba lo cachonda que se había puesto y que su orgasmo fue de los mejores por no decir el mejor de su vida. Nos quedamos dormidos y al despertar esa mañana, nos llevamos una sorpresa, pero esa sorpresa ya la contare.