Vacaciones con nuestros amigos (1)

Unos dias de vacaciones con unos amigos nos harán probar cosas nuevas y realizar nuestras fantasías.

La vida de cada uno de nosotros se rige por múltiples momentos de fortuna o mala suerte que nos dirigen hacía un destino que muchas veces no sabemos si controlamos nosotros. En el sexo las fantasías a veces se cumplen cuando menos los esperas y las situaciones más calientes surgen de lo inesperado.

Mi nombre es Luis, tengo 34 años, 1,80, de pelo castaño y con un cuerpo normalito, mis esporádicas  sesiones de gimnasio no me dan para tener tableta pero no me quejo. Mi pareja se llama Raquel. Ella tiene 33 años, es morena, 1,70, pelo moreno y un cuerpo para el pecado. Es una mujer de curvas, se cuida mucho pero su culito y tus pechos resaltan en su figura. Tras años juntos me encanta como al vestir se insinúan sus curvas.

Nuestra vida sexual es de lo más normalita, hacerlo dos o tres veces por semana, buscando a veces nuevas posturas, pero sin grandes atrevimientos. Pese a esto los dos estábamos plenamente satisfechos y si bien teníamos nuestras fantasías, no necesitábamos salir de la pareja para cumplirlas. Lo que os voy a contar sucedió el verano pasado y nos ha abierto a experiencias nuevas os iré contando.

Fuimos invitados por unos amigos a pasar unos días en su casa. Ella se llama Ana, tiene 34 años, es una chica bajita, un poco regordeta, con unos pechos grandes y preciosos. El se llama Antonio y tiene 37 años. Mide como yo mas o menos, y tiene también unos kilitos de más. Ambos son personas muy sencillas y alguna vez que he hablado con el más íntimamente tienen una vida sexual tranquila, creo que similar a la nuestra.

Alguna vez de broma Antonio me ha dicho lo buena que estaba Raquel y la suerte que yo tenía. Ana para mi tenía también su morbo pues era muy divertida y vestía aprovechando todos sus puntos fuertes. A mi no me hubiese importado perderme entre sus sugerentes escotes y descubrir que se escondía.

Lo cierto es que nos invitaron a la casa de los padres de Antonio que tenían en la costa. Esta tenía piscina, y las habitaciones estaban en una segunda planta, con ventanas a la misma.

El primer día salimos a la playa, no era la primera vez que íbamos y creo que Antonio y yo estábamos encantados de ver a nuestras parejas en bikini. A mi me encanta que una chica sugiera, mucho más que enseñe.

Aunque Raquel suele hacer toples cuando vamos solos, con amigos utiliza todo el bikini.

Raquel estaba espectacular con su bikini. Su bikini no era especialmente llamativo, pero su figura resaltaba entre todas las chicas de la playa. Ana en cambio llevaba un bikini que enseñaba mucho más. La parte de abajo era tipo tanga, y se le veía un culazo espectacular. Arriba llevaba un bikini de lazo que a duras penas mantenía ocultas sus tetas.

Me fije en Antonio y no dejaba de mirar a Raquel. Yo por mi parte no podía quitar los ojos de Ana.

-          Hay que ver como están de buenas nuestras novias – le dije yo para romper un poco la tensión.

-          Están impresionantes. Raquel tiene un cuerpo diez, no te podrás quejar.

-          Bueno, tu tampoco, Ana también está muy bien, tiene unas tetas que son la envidia de la playa.

-          No se si llegaré a esta noche con el calentón que llevo.

Y nos reímos los dos

En el agua estuvimos jugando, y yo no podía perder detalle de los pechos de Ana, que en mas de una ocasión salieron de su diminuto bikini, dejando al descubierto unos pezones grandes y rosados que me estaban poniendo a mil. Raquel se dio cuenta que su amiga era más atrevida que ella y en una de las aguadillas que le hicimos creo que a posta también perdió el sujetador. A Antonio se le iban a escapar los ojos, y a mi la situación me provocó una erección que me hizo pasarme un buen rato en el agua. Antonio también estaba como yo. Las chicas salieron del agua y nosotros nos quedamos un rato más. Creo que las chicas se rieron  un buen rato de nosotros.

Nos fuimos de la playa y pasamos el resto del día junto a nuestros amigos dando una vuelta por el pueblo. Por la noche después de cenar, Raquel y yo estábamos cansados del viaje y de nuestro primer día de playa y nos fuimos pronto a dormir. A las tres de la mañana me desperté y me pareció oir ruidos en la piscina. Al mirar por la ventana no daba crédito a lo que veía.

Antonio estaba sentado en el borde y Ana le estaba haciendo una mamada espectacular. Ella estaba dentro del agua y no podía verla, pero se intuía que estaba desnuda.

Tenía un calentón increíble y no pude evitar empezar a tocarme. Mi polla estaba a punto de estallar. En eso Raquel se despertó también y me pillo en la ventana con mi aparato al aire en todo su esplendor. Raquel vino junto a mi a ver el espectáculo que nos estaban dando nuestros amigos. Antonio parecía estar muy bien dotado y Ana a duras penas podía introducírsela totalmente en la boca. Ana salió del agua y comenzaron en el borde de la piscina a hacer un 69. Ella seguía chupándosela y acariciándole los huevos y el empezó a chuparle su rajita, y a la vez a meterle un dedo. Yo estaba que explotaba y cogí la mano de Raquel y la lleve a mi polla.

-          Te voy a hacer algo mejor – me dijo Raquel.

Se agachó y comenzó a hacerme una mamada genial, sin perder de vista por el ravillo del ojo lo que pasaba en la piscina, cuando estaba a punto de correrme le di la vuelta, la puse mirando por la ventana y su culito para mi, le baje el pijama y las braguitas y se la metí hasta el fondo. Con mis manos le masajeaba las tetas. Raquel estaba muy mojada y sus pezones como piedras.

Abajo Antonio y Ana se habían metido en la piscina de nuevo, estaban abrazados y por los movimientos estaba claro que se la estaba metiendo. Las tetas de Ana se agitaban en el agua. Yo no podía más y Raquel parecía llegar también al final. Aceleré mis embestidas y comencé a pellizcar mas fuerte sus pezones.

-          Ya llego, córrete, córrete!!! – Raquel estaba llegando al orgasmo y yo comencé a descargar dentro de ella.

Jamás habíamos tenido una sesión de sexo así ni habíamos destapado nuestro lado voyeur.

Al despertar por una parte estábamos un poco avergonzados pero los dos estábamos muy excitados. Yo tenía una erección increíble de nuevo.

-          Te ha gustado ver follar a nuestros amigos – me dijo Raquel al despertar.

-          Si, mira como sigo, ha sido muy excitante, para ti también, verdad?

-          Verlos me puso a 100 también.

-          Y viste la polla de Antonio, esta muy bien dotado, te gusto?

-          A mi me gusta la tuya, no seas tonto

-          Ya, pero eso no quita que te guste la suya, es mayor que la mía.

-          Jaja, bueno si, no estaba mal, y tu que no le quitabas los ojos de encima a Ana.

-          Con ese espectáculo, como para no fijarse en esas tetas y en ese culo.

-          Es que esto no te gusta…

Raquel entonces se quito el pijama y se sentó encima de mi polla. Comenzó a cabalgarme, estaba muy húmeda, supongo que la conversación nos había puesto calientes a los dos.

Mi cabeza se hundió en sus pechos y comencé a mordisquearle sus pezones, alternado de uno al otro. Mis manos masajeaban su culo y mi polla se hundía más adentro suyo al ritmo que ella me estaba cabalgando. Así hasta que Raquel alcanzó el clímax y al poco yo acabé de correrme en ella.

Abajo Antonio y Ana ya estaban despiertos y nos esperaban para desayunar…..