Vacaciones con mi suegra (2)
Continuo la apasionada historia con mi suegra.
Hola a todos, seguiré contándoos lo que ocurrió con mi suegra durante las vacaciones de verano. Los siguientes días en Gandía pasaron normalmente, ni mi suegro ni mi novia notaron nada. Pasaron los días, llegó el día de volvernos al pueblo y así lo hicimos, el día 8 de agosto por la noche llegamos al pueblo.
Esa noche salimos mi novia y yo con los amigos que estaban preparando las fiestas que serian el siguiente fin de semana, para el 15 de agosto, como en muchos pueblos de la zona.
Durante esa semana mi novia y yo pasamos de la abstinencia al desenfreno en nuestras relaciones sexuales. Llegó el jueves, primer día de las fiestas y nosotros hacíamos casi vida en una peña (casa vieja de una amiga donde comíamos teníamos la bebida e incluso dormíamos todos los amigos) salíamos por el pueblo a las actividades que había y por la noche nos lo pasamos lo mejor que podíamos en la verbena. El viernes paso de igual modo, pero el sábado me sorprendió mi novia diciendo que saliésemos un rato con sus padres, ya que su padre era del pueblo y conocía a mucha gente y su madre no y se aburría un poco.
A mí no me gustó mucho la idea, ya que me perdería ratos memorables con mis amigos pero aun así acepte la proposición. A las 11 me dirigí a mi casa, me duché, me vestí un poco más formal y me baje a casa de mi novia. Llamé a la puerta y salió Laura, le di un beso y me fije en su vestuario, llevaba unos pantalones blancos ajustados que le quedaban espectacularmente, resaltando su bonito culo, y un top en el que le se apreciaban fenomenalmente bien sus voluptuosos tetas.
Pasamos y le pregunté por sus padres, diciéndome que no estaban arreglados aun, dicho esto y debido a la indumentaria de mi novia llevaba una erección increíble y empecé a besarla y a meterle mano a discreción, para mi sorpresa mi novia contesto a los estímulos, sobándome enterito y centrándose sobre todo en mi paquete, estuvimos así un rato hasta que oímos la puerta del salón y saltamos como resortes a una posición más decente. Entró Ana en el salón saludándome y diciéndonos que su marido no tardaría mucho. Se sentó en el sofá y dijo que no nos molestásemos, que nos fuésemos con nuestros amigos. Yo le dije que nos apetecía (no era verdad pero por quedar bien) y que lo podíamos pasar bien juntos. Ella al oír esto soltó una pequeña sonrisa y nos lo agradeció. Estando en esto me fijé en la ropa que se había acoplado a su maduro cuerpo, si la hija iba bien arreglada, la madre no lo iba menos. Se puso una faldita negra no muy corta, pero lo suficiente para apreciar sus curvas. Debajo llevaba unas medias oscuras que incentivaban el morbo. En la parte de arriba llevaba una camiseta granate con lentejuelas un poco escotada (y sin sujetador), aunque lo que más me llamo la atención fue su peinado, casi siempre llevaba el pelo liso y recogido en una coleta, esta noche lo llevaba rizado y suelto y debo decir que me pareció una mujer mucho más guapa cambiando estos pequeños detalles, que cuando la había visto otras veces.
Como a las 12:30 de la noche bajó mi suegro y nos dispusimos a subir a la plaza del pueblo, donde se colocaba la orquesta y se desarrollaba la verbena. Llegamos a la plaza y todavía no había mucha gente. Mi suegro nos dijo que si queríamos tomarnos algo, todos asentimos y nos dirigimos a una de las dos barras existentes. Nos pedimos unos cubatas que pagó mi suegro y cuando nos quisimos dar cuenta mi suegro estaba bebiendo copas y de chareta con unos amigos suyos. Nosotros nos separamos los tres y empezamos a hablar de todo un poco, de cómo iban las fiestas, de cómo nos habíamos arreglado esa noche y eso. Estando en estas conversaciones llegó mi mejor amigo y me puse a hablar con el dejando a madre e hija un poco solitarias. Me terminé la copa y nos dirigimos mi amigo y yo a la barra preguntando antes a las féminas si querían tomar algo, dicho lo que querían nos fuimos y pedimos las consumiciones y volvimos. En esto empezó la orquesta a tocar temas, como creo que en todos los pueblos empezaron con cosas como pasodobles, rumbas, etc. A mi amigo y a mí nos gusta mucho bailar al igual que a mi novia, y antes de darme cuenta mi novia y mi amigo estaban bailando un famoso pasodoble. Nos quedamos mi suegra y yo y le propuse echar un baile, a lo que ella a regañadientes acepto. Siguiendo el ritmo de la canción nos fuimos acercando a donde estaban mi amigo (Carlos) y mi novia. Durante esa canción y la siguiente íbamos chocándonos y estas cosillas y nos lo estábamos pasando bien. Cuando terminó la canción nos retiramos un poquito y mi amigo nos pago otra copita. La orquesta empezó a deleitarnos con una rumbita muy movidita, "Se te nota en la mirada", e instintivamente cogí a mi novia y empecé a bailar con ella. La verdad es que me lo estaba pasando bien, debido ya a casi los tres cubatillas que llevaba en el cuerpo estaba un poco desinhibido y bajaba la mano tocándole el culo a mi novia cosa que a ella no le hacía mucha gracia debido a que estaba su madre bailando con mi amigo a pocos metros.
A la 1:30 o así a mi novia le entro ganas de ir al baño y como mi casa estaba más cerca de la plaza nos fuimos allí. Entramos en mi casa y ella paso al baño, cuando salió empecé a meterle mano pero esta vez tocándole las tetas y todo sin cortarme un pelo. Esta vez mi novia no se corto y me saco la polla y empezó a chupármela, ni que decir tiene que la tenia totalmente dura. Cuando empezó a chupármela en el sofá, yo le hice un gesto para empezar un 69 ( ya que considero un acto egoísta que me la chupen sin dar yo nada a cambio) a lo que ella dijo que no que ya tendríamos tiempo luego y que cuando me fuese a correr lo hiciese fuera para que siguiera igual de arreglada.
Laura era una experta mamadora y a los diez minutos me había corrido sobre la toalla del baño. Me recompuse, me coloqué bien la ropa y subí al piso de arriba a meter la toalla en la lavadora.
Tardamos más o menos media hora en subir, al llegar mi suegra y Carlos seguían bailando, mi suegro seguía con sus amigos. Llegamos y a los pocos segundos terminó la canción, se acercaron los dos y mi amigo en broma me dijo_
- Aprovecháis la mínima ocasión para
Ante esta afirmación de mi amigo mi novia enrojeció un poco y mi suegra empezó a reír diciéndonos que hacíamos bien de disfrutar ahora que podíamos.
La noche continuó entre cubatas y bailes, alternando la pareja, mi suegra fue al baño un par de veces a un bar cercano y todo siguió. Mi amigo que en teoría vino para saludarme e irse a la peña se quedo con nosotros alegando que se lo estaba pasando bien.
Cada vez nuestro nivel de alcohol era mayor, la música dio un giro casi radical, empezaron a tocar pop comercial y ya iban metiendo alguna un poco mas cañera, por lo que bailábamos los cuatro casi en corro. Mi suegra fue a por otra copa, al volver tocaron la canción Chiquilla de Seguridad Social, una canción que a mi novia le encanta, y empezó a saltar y a bailar y pillé a mi amigo mirando como votaban las tetas de mi novia. Me quedé mirándolo fijamente y cuando se dio cuenta se volvió hacia mí y me pidió perdón, diciéndome que qué suerte tenia de tener una novia que estuviese así de buena, y a mí lo único que me salió fue una sonora carcajada y al oírme Carlos también rompió a reír.
Ya eran la 4 de la mañana y mi suegra le dijo a su hija que no podía más, y Laura me pasó el parte de guerra. Fui a avisar a mi suegro, pero el optó por quedarse un poco mas allí. Mi novia dijo que bajaba ella a acompañar a su madre y yo le dije que no, que ya bajaba yo, que se quedase bailando. Le dije a Ana que cuando quisiese nos íbamos y dijo que si no me importaba ahora mismo. Ana se despidió de su hija y de mi amigo, me hizo un gesto con la cabeza y enfilamos la calle que nos llevaba a su casa. A los poco metros se agarro a mi brazo diciéndome que iba un poco mareada. Yo le dije que lo que iba era algo borracha y los dos empezamos a reír. Se pego a mí y se notaba su dificultad para andar. Se paró un poco más adelante y mirándome me dijo:
- Laura no tendrá miedo de ir contigo, menudo guardaespaldas.
Me hizo gracia lo que dijo y seguimos andando. Se pegó más a mí notando su pecho en mi brazo. Diez minutos más tarde estábamos en su chalet. Abrimos la puerta de la calle y pasamos al patio, seguimos hacia su hogar, abrió la puerta de dentro y pasamos. Yo me dispuse a despedirme cuando ella me dijo que no, que le ayudase a quitarse los zapatos. Se dirigió a su habitación dando tumbos, llegó al borde de la cama y se sentó en ella.
- Rafa quítame los zapatos que me duelen mucho los pies.
- Ok, Ana- dije dirigiendo mi cuerpo al suelo para quitarle los zapatos.
Estando agachado quitándole los zapatos no pude evitar dirigir mi mirada hacia su entrepierna, pudiendo ver el final de sus medias y para mi sorpresa un tanga negro. Terminé de quitarle los zapatos me levante y me dirigí a la puerta despidiéndome, pero cuando estaba cruzando la puerta oí:
- Rafa, no te vayas tengo algo para ti.
- ¿qué es?
- En Gandía te dije que te debía uno y me apetece dártelo ahora.
- ¿un qué?
- Un orgasmo, me hiciste pasarlo muy bien, tuve tres orgasmos y tu solo dos.
- Ana esto no está bien, yo mejor me voy.
- Nooooo, quédate por favor será la última vez.
Al decir esto se levanto un poco la falda y pude ver ahora si con total nitidez sus medias y su tanga negro, ante esto me abalance sobre Ana y empezamos a besarnos. Fuimos directo al grano y en pocos segundos le había quitado su blusa y ella me había sacado la polla del pantalón, me quite la camiseta y también la parte de abajo por lo incomodo que era. Empecé a comerle los pezones, ella se despegó de mí y se puso a chupármela con su culo en pompa cerca de mi cara. Le terminé de levantar la falda y me puse a jugar con su tanga y su chochito. Verla ahí con sus medias y su tanga con la falda por encima era de lo mas morboso que me había pasado en la vida y el alcohol hacia aumentar aun mas esas sensaciones. Le di un par de azotes en el culo marcándole los dedos, estirando de su culo hacia mi lengua. Una vez estando en un formidable 69 le retiré el tanga y metí mi lengua en su para entonces húmeda zona.
Después de comerle un rato ese pedazo de chochito, mucho más arreglado que la otra vez, la retiré a un lado y me levanté, abriéndola de piernas sobre la cama puse la punta de mi rabo en su coño y empecé a fallármela, ella estaba muy caliente, y yo a pesar de la mamada de mi novia también estaba de lo más caliente. Me dijo que la llevara a la cocina que siempre quiso follar ahí y yo obedecí inmediatamente.
Andar por el pasillo con mi polla dentro del coño de mi suegra fue algo que me ha marcado (cada vez que paso por el pasillo no puedo evitar acordarme de aquello). Llegando a la cocina me hizo ponerla encima de la encimera y empecé a bombearla como un loco, le levantaba las piernas para que le penetración fuese aun más profunda, haciéndola disfrutar más si cabe. De la encimera a la mesa, de la mesa la llevé encima de la lavadora, aquí estuve un par de minutos metiéndosela sin compasión y comiéndole la boca y el cuello, cosa que hizo erizar su casi inexistente vello corporal. Yo estaba disfrutando mucho más que la vez anterior aunque no quisiese reconocerlo y ella por sus expresiones no lo estaba pasando mal, nada mal, que cuerpo se estaba perdiendo mi suegro!!!
Tratando de satisfacer alguna de mis fantasías le dije que a mí me molaría metérsela desde atrás mientras que ella hacia como que cocinaba. Saco una sartén y se puso como a cocinar, verla ahí sin nada en la parte de arriba, con la falda por encima de su culo, las medias puestas y el tanga a un lado es una imagen que cada vez que recuerdo no puedo evitar empalmarme. Hecha esta especie de aclaración seguiremos con el relato que nos ocupa.
Yo llegue por atrás le separe un poco las piernas y se la metí de un golpe, haciendo que mi suegra soltase un grito de placer increíble. A las pocas embestidas le hice saber a mi suegra que me iba a correr, ella me pidió que aguantase un poco que estaba también apunto. Varié mi ritmo haciéndolo menos intenso, después más deprisa y ella grito que se corría. Se corrió como una loca y yo notando también mi leche cerca le saque la brillante polla de aquel increíble lugar de lujuria, retiré a mi suegra a un lado y descargué mis chorros en la sartén.
Ana empezó a reírse al ver mi corrida sobre la sartén y me dijo que eso si era una buena comida. Los dos reímos, nos dimos un beso en los labios y subimos, yo a vestirme y ella a ponerse la ropa de cama. Terminé de vestirme e incauté su tanga por lo cual me dijo que tuviese cuidado, que si lo veía su hija podía tener problemas a lo cual le dije que no se preocupase, le comí la boca por última vez aquella noche, le toque el culo a la vez y me despedí.
Salí del chalet de mi suegra y me dirigí a mi casa a dejar el tanga. Después me dirigí a la verbena para seguir la fiesta con mi novia y mi amigo.
Mi suegra y yo dijimos que iba a ser nuestro último encuentro pero no fue así. Continuara
Agradecería sus comentarios ya que es mi primer relato, y aunque es basado en un hecho real me gustaría saber si es la forma correcta de contarlo o no. Agradezco las críticas siempre que sean constructivas.
Un saludo