Vacaciones con mi prima y su nuevo novio (I)

Lo mejor de compartir tiempo con él es su exhibicionismo, no se corta ni un pelo. La primera noche ya comenzó el espectáculo. Se bajó el calzoncillo gris y salió disparada una polla enorme y gorda que olía muchísimo desde mi cama.

Empezaban las vacaciones, una semana en Mallorca. Iba con mis mejores amigos, mi prima y su nuevo novio. En total cuatro chicos y cuatro chicas. Tenía muchas ganas de este viaje por varios motivos, pero uno de ellos porque el nuevo novio de mi prima, Marco, estaba para comérselo. Y aunque fuese hetero, verle en bañador iba a ser un espectáculo.

Tengo 24 años, rubio, delgado. Mis amigos tienen mi edad, menos mi prima y su novio Marco que tienen 26. Marco se está preparando para ser piloto en el ejército del aire, mide 1’85, fibradísimo tirando a musculado, 80kg. De estos brazos y pechos que con camiseta no ceñida notas que la llenan bien del todo.

Él suele vestir muy sencillo, camiseta blanca y vaqueros, nada ceñido, pero se ve como sus brazos llenan las mangas, su pectoral marca la camiseta y el culo que le hacen los pantalones.

Lo mejor de compartir tiempo con él es su exhibicionismo, no se corta ni un pelo (con los tíos, porque con las tías es muy cortado). Está acostumbrado desde pequeño al vestuario del fútbol y  más recientemente al cuartel.

Desde que lo conozco ha sido muy cercano conmigo, supongo que porque quiere caerme bien porque sabe lo importante que soy para mi prima. Cada vez que me ve me abraza, cuando bromea me guiña el ojo, y hay siempre mucha complicidad.

En el campamento de Mallorca al que fuimos las habitaciones se dividían en bungalows de 2 literas y baño. Al no haber cama doble para las dos parejas daba igual la distribución, así que decidimos repartirlo entre chicos y chicas. Las chicas estaban emocionadas con poder dormir juntas, a los tíos les daba igual. Yo por mi parte estaba encantado con el plan. En caso de que alguna pareja quisiera más intimidad, llegaba con que se acercasen por el día solos y aprovechasen.

La primera noche ya comenzó el espectáculo:

Los tíos nos empezamos a cambiar para dormir más cómodos, como hay confianza con los dos que son mis colegas y el otro que tiene cero vergüenza, nos cambiamos allí mismo. Marcos se quitó la ropa de espaldas y se puso un calzoncillo gris más suelto para poder dormir más cómodo. Y nos tiramos ahí en el suelo alrededor de una lamparita a tomarnos la última cerveza y charlar sobre las chicas y el primer día.

La posición relajada de Marcos justo en frente de mí permitía ver un poco de uno de sus huevos sin que él se diese cuenta. A cada movimiento que hacía con sus piernas se veía un poco más. Al igual que en las piernas, no tenía ni un pelo ahí tampoco el cabrón. Tras varios movimientos, su bulto cambia de lado y lo que se le ve ahora es la punta de la polla al fondo del calzoncillo. Está relajada pero alucino con lo gorda que es. A cada movimiento de pierna se le sale un poco más y parece no darse cuenta. Cada vez que echa una carcajada se la puedo ver casi entera.

Acabamos la cerveza y nos acostamos. Marcos y otro colega se pidieron la litera de arriba, por lo que a mí y al otro nos tocó las de abajo. Tenía a Marcos en diagonal.

A la mañana siguiente Marcos se movía mucho por lo que me despertó pero me hice el dormido. Tardó poco en levantarse y bajar para ir al baño, dejando la puerta abierta por lo que se pudo escuchar una meada de chorro fuerte durante 30 segundos. Salió del baño y se situó en medio de las literas donde estaba la taquilla con la ropa.  Sólo podía ver la parte central de su cuerpo ya que la litera de arriba me tapaba su cabeza.

Para mi sorpresa se bajó ahí mismo el calzoncillo gris y salió disparada una polla enorme y gorda de 18cm relajada, con algunas gotas de pis. Olía muchísimo desde mi cama. Era la polla más grande de todos mis colegas y sobre todo la más gorda. Confirmé que se depilaba los huevos porque no tenía ni un pelo. Era una polla preciosa.

Pilló un desodorante y se lo puso en los sobacos mientras su polla se balanceaba muy cerca de mi cama. En mi cabeza deseaba que mi lengua alcanzase hasta rozar al menos uno de sus huevos. En cuanto cogió el bañador se levantó de golpe y una gota de meo salpicó mi cara. El muy cabrón no tenía ningún cuidado. Se acabó de vestir y salió el primero fuera de la cabaña.

Al volver de la playa mis colegas se ducharon de primeros, yo de tercero y después de mí entraba Marcos. Mis colegas acabaron antes así que fueron a espabilar a las chicas mientras yo me vestía y Marcos entraba en la ducha.

Dejando la puerta del baño entreabierta se dirigió a la ducha. Se podía ver toda la escena por una pequeña rendija. Yo me movía para pasar por la rendija y ver de reojo qué pasaba. Una vez el agua empezó a salir caliente se quitó el bañador. Vi parte de su cuerpo desnudo. En cuanto el agua empezó a condensar el baño la mampara de cristal quedó translucida por lo que él ya no me podía ver. Me acerqué entonces a la rendija de la puerta y pude ver la silueta morena de su escultural cuerpo contoneándose para enjabonarse.

Mis 19cm estaban a punto de explotar por lo que tuve que aprovechar el momento para sacármela. Me empecé a hacer un pajote mientras él silbaba en la ducha. Me estaba imaginando que le enjabonaba la espalda a ese militar hetero. Cuando estaba a punto de correrme escucho como cierra el grifo y abre la mampara. Me moví corriendo haciendo un ruido fuerte con la litera.

-       ¿Estás bien? – Pregunta Marcos desde dentro

-       Sí, he tropezado con tus zapatos – Respondo

En esto sale rápido del baño con la toalla en la cintura y me extiende la mano para ayudarme a levantarme. Aún estaba mojado y las gotas cayeron sobre mí. Su brazo se puso en tensión marcando su enorme bíceps mientras me levantaba sin ningún esfuerzo.

-       Gracias tío - Respondo – Pero a ver si dejamos los zapatos debajo de la cama

-        Ya tío, perdona, es que esto es tan pequeño que no se puede uno ni mover

Diciendo esto se movió hacia la taquilla aplastando sin querer con su bulto mi brazo. Noté todo el grosor de su polla pero ni se inmutó. Me senté en la cama para atarme las zapatillas y él aprovechó para sacarse la toalla y secarse la cabeza.

Levanté un segundo la mirada de mis zapatillas y su polla esta vez estaba a 5cm de mi boca ya que no había más sitio entre las camas. Acerqué mi boca y extendí mi lengua hasta casi tocarle la punta, pero antes de que se quitara la toalla de la cabeza volví a bajar la mirada para atar la otra zapatilla y el seguía zarandeándose para secarse. Su polla gorda y flácida bailaba de un lado al otro como un péndulo. Sólo pensaba en que ojalá me golpease sin querer, porque le mordería.

Acabé de calzarme y salí del bungalow ya que ya no tenía excusas para seguir allí mirando.

-       Marcos, voy yendo con las chicas – Le dije desde la puerta

-       OK, ahora os alcanzo – Respondió dándose la vuelta enseñando de frente su rabo mientras se secaba la espalda.

Tardé 5 segundos en reaccionar con mi mirada en su polla.

-       ¿Qué pasa colega? – me dice - ¿tengo algo en la polla? – tragué saliva

-       Que va, es que me acabo de dar cuenta de que te depilas – respondo

-       Jajaja, ya es que a las pibas ahora les mola más así, y la verdad es que se nota más suavecito cuando se meten el rabo o los huevos en la boca – Y se volvió a reir – Mira, toca aquí abajo. Pero sin mariconadas eh.

Dudé por si era coña, pero me agarró la mano y la levó hacia su huevos.

-       ¿A que están suaves? – me dijo mientras se sujetaba la polla hacia arriba

-       Pues sí que lo están. Me lo tendré que plantear yo. Y menudos huevos grandes que tienes cabrón.

-       Jajaja - se rió, mientras se le ponía un poco morcillona la polla y me apartaba la mano con violencia - Vete ya con las chicas, anda. – y eso hice

No podía dejar de pensar en los huevos del novio de mi prima. Qué cabrones son los heteros -pensaba para mí-. Pero claro, él también piensa que soy hetero.

CONTINÚA