Vacaciones con mi hija (2)

Después de la 1ª experiencia en la playa nudista, mi hija me tenía preparada otra, que por las personas implicadas no habría podido imaginarme nunca.

VACACIONES CON MI HIJA  (2)

Después de la 1ª experiencia en la playa nudista, mi hija me tenía preparada otra, que por las personas implicadas no habría podido imaginarme nunca.

Uno de los días de las vacaciones, la hija mayor de mis  amigos que tiene la misma edad que mi hija, vino con sus hijos y nos comentó que los llevaba a un parque acuático, que si queríamos que llevara también a mis nietos y así nos dejaba un poco libres, mi hija le dijo si no la importaba llevárselos sin que ella fuera, ya que no se encontraba demasiado bien, no hay problemas dijo, los traeré después de cenar, así descansas el máximo posible.

En cuanto se marcharon al parque, mi hija con una sonrisa de pura perversión, miro a mi mujer y la dijo, que te parece mamá si nos vamos a la playa a darnos un “ revolcón”, se dice chapuzón dije yo,  tú no decías que te encontrabas mal ?, ya estoy curada y cuando lo veas, me dirás como se dice lo que vamos a hacer.

Este tipo de comentarios a mí, conociendo como se las gasta mi hija, me dejan siempre un tanto mosca, pero también pensé, vamos a la playa con su madre, creo que no se va a desmadrar demasiado.

Cogimos toallas grandes para tumbarnos en la arena y para después de salir del agua y nos encaminamos a la playa, cuando llegamos, de nuevo mi hija pasaba de largo de la playa normal y tomaba el camino de la playa NUDISTA, me la quede mirando y pensando se ha vuelto loca, como va a llevar a su madre a esta playa donde todo el mundo va a follar y pasárselo bien, cuando su madre lo vea la monta un pollo que se va a enterar.

Me acerque a ella y en voz baja la dije, pero que es lo que estás haciendo, que quieres, que tu madre monte un escándalo cuando vea lo que hay en esta playa, tú tranquilo que mama va a montar un escándalo pero no de la manera que tú te imaginas, entonces empecé a preocuparme seriamente por lo que podía pasar a partir de ese momento.

Empezamos a encontrarnos como el día  que habíamos ido con anterioridad, grupos y parejas a la vista o semi ocultos, pero todos en la misma faena, follando como locos y disfrutando a tope del sexo de infinitas maneras y formas.

Observe a mi mujer para ver cuál era su reacción ante este panorama y la reacción la tuve yo, viendo como tenía los ojos como platos y una media sonrisa de vicio viendo las folladas que se encontraba a su paso, una mujer cabalgando a un individuo de pie y colgada a su cuello metiéndose la polla en cada uno de sus saltos hasta el fondo, teniendo el segundo soporte en otro que la penetraba por detrás haciendo que sus subidas y bajadas fueran acompañadas de gritos de placer por todo lo que la estaban haciendo, mi mujer se quedaba embelesada con esta visión, cambiando la dirección de la mirada, vio como 4 individuos haciendo un circulo a una mujer madurita, se dejaban que les chupara las pollas alternativamente, mientras se pajeaban a la espera de correrse encima o dentro de ella, otra, tumbada en la toalla de medio lado, era penetrada por detrás mientras chupaba la polla de otro individuo que estaba de rodillas frente a ella.

La verdad es que mi mujer y mi hija no perdían detalle de todo lo que se encontraban en el camino, se les notaba encendidas y con cara de que también lo iban a disfrutar, yo seguía sin saber cuál iba a ser el final de todo aquello de lo que no tenía la más remota idea.

Llegamos a una zona que tenía algunas plantas de tamaño medio y mi mujer y mi hija acercándose a una de ellas, estiraron las toallas pegadas la una a la otra, antes de sentarse sin tiempo para pensar, ambas se quitaron toda la ropa que llevaban encima y quedándose en pelotas dejando a la vista de todos, incluida la mía, todo lo que tenían intención que disfrutaran los que estaban por los alrededores.

Mi hija me miro y me dijo, tú tienes el mismo papel que el otro día, cuando digamos haces, mientras mira.

Cuando empecé a ver lo que comenzaban a hacer, mi cabeza era un torbellino que no era capaz de asimilarlo, nunca se me había podido pasar por la cabeza que mi mujer estuviera haciendo aquello, en nuestras folladas maritales, la verdad es que cuando estás caliente a tope y en plena faena, dices cosas que no tienes intención o que sabes que de ninguna manera se van a llevar a cabo en la vida, me gustaría verte follar con otros, este coño lo deberían disfrutar otros tíos, te cabe la polla de un caballo de como tienes el coño de grande, estos comentarios no suelen ir más allá del tiempo de la follada, pero ahora me iba a dar cuenta de cuan equivocado estaba.

Se tumbaron una al lado de la otra y empezaron a besarse suavemente con piquitos de corta duración, no me podía creer lo que estaba viendo, mi mujer y mi hija morreándose, poco a poco la intensidad de sus besos iba subiendo y la metida y entrelazado de lenguas empezaba a ponerlas a cien, a ellas a mí y a los seis moscones que se estaban acercando al reclamo de lo que estaban viendo.

La comida de boca estaba acrecentando sus calenturas y los moscones ya se habían situado a una distancia en que no perdían detalle y comenzaban a poner sus armas en alerta, habían sacado sus instrumentos y los estaban trasteando para ponerlos en la mejor situación posible por si en un momento les dejaban utilizarlos, me acerque un poco para calibrar y hacer inventario de que era lo que mi mujer y mi hija se iban a comer o recibir.

Estaba el negro que en la anterior ocasión estaba con la rubia (debía ser asiduo de la zona) y que tenía una tranca de considerables dimensiones en tamaño y grosor, conociendo las fantasías de mi mujer, seguro que no lo iba a dejar escapar sin que le pusiera el cuerpo a tono, para que no tuviera mi hija envidia, también estaba el veterano que tanto la había hecho disfrutar con su polla de 25 cm, las pollas de los otros, estaban en la banda de normales, medianas, largas pero finas, cortas y muy gordas y cabezonas, vamos para todo tipo de prueba y gusto.

La calentura de mis mujeres subía como la espuma y estaban en la labor de masajear sus tetas, mi hija con sus impresionantes mamas y mi mujer que tampoco le iba a la zaga, tan solo era evidente la diferencia de edad, aunque mi mujer se conserva de puta madre, mi hija se mordía el labio gimiendo sin parar por el gusto que mi mujer le daba chupando, ensalivando y mordiendo sus pezones, intercambiaban a menudo estas funciones para que no bajara el nivel de calentura que ambas tenían, en un momento mi hija se puso de rodillas indicando a su madre que abriera bien las piernas y a continuación invirtiendo su postura, colocó su coño encima de la boca de mi mujer, colocando al mismo tiempo su boca en la raja de su madre, ver aquello era demasiado, las lenguas jugaban con los grandes labios externos del coño, chupando y succionándolos, escupiendo para lubricarlos, dando pequeños mordiscos en los clítoris que se habían puesto duros como pequeños penes, sus lenguas endurecidas a propósito, se introducían para follar con ellas los coños de madre e hija, era un espectáculo extraordinario, tenía la polla como una piedra y dudaba que de seguir así, fuera  capaz de aguantar hasta que ellas me dieran permiso sin soltar toda mi leche.

Lo mismo que yo estaba pensando, quedo claro que lo hacían el resto de los que estábamos contemplando aquel espectáculo, no esperaron a que les dieran permiso y el negro de pollón inmenso, como si pudiera haber leído el pensamiento que seguro mi mujer tenía, la hizo abandonar la comida del coño de mi hija y después de haberse tumbado boca arriba, indicó a mi mujer que se pusiera encima de él apuntado aquél inmenso cipote a la entrada, mi mujer intentó acoplarse para recibirlo sin que le causara problemas por su tamaño, comenzó a bajar y subir despacio, metiendo en cada ocasión un poco más, el negro consciente de lo que tenía entre las piernas, no se movía esperando que mi mujer se lo llegara a meter al máximo, cuando faltaba la parte última y más gruesa, tomado impulso se dejó caer de golpe llegando hasta la base de la polla y golpeando contra los huevos, soltó un pequeño grito por el dolor, pero inmediatamente su cara delataba lo que le estaba produciendo aquella clavada, un placer inmenso. Una vez metida hasta el fondo, el negro empezó un sube baja con un ritmo continuo, que volvía loca a mi mujer y la hacia disfrutar a tope de la cabalgada, su lengua empezó a soltarse y animaba a su follador a que se la metiera hasta el fondo y la diera duro, ella se unió al ritmo que tenía el negro y su sincronización era perfecta.

Por su parte al haberse quedado sin lengua que le chupara su coño, mi hija no tardo demasiado en buscarse sustituto, poniéndose boca arriba, abrió con sus manos al máximo los labios de su coño y dijo al veterano, serás capaz de comerte este chocho y hacer que me corra ?, no tardó el veterano en tirarse como si le fuera la vida a una piscina sin agua, agarrando con ambas manos las cachas del culo de mi hija, comía, chupaba, mordía, metía hasta el fondo su boca y su lengua y mi hija movía su cabeza como posesa, proclamando a los cuatro vientos lo que le estaba haciendo disfrutar.

Mi mujer seguía con la follada del negro, pero tan caliente estaba, que solicitó ayuda por parte de los mirones pasivos, indicó a uno de ellos que se pusiera frente a ella con el rabo en ristre y se metió la polla hasta el fondo, al mismo tiempo que subía del mástil que perforaba su coño, se metía la polla en la boca del nuevo acompañante, me resultaba increíble como acompasaba los dos movimientos, la bajada en la clavada del coño, sacaba de su boca la polla que mamaba, la entrada en su boca hasta los huevos, sacaba de su coño la polla del negro, estaba disfrutando como una perra, el negro la ayudaba con sus manos a ambos lados de su cuerpo en las subidas y bajadas que cada vez eran más y más violentas, se mezclaban los ruidos guturales que provocaba su succión y chupada de la polla, con el ruido que hacía la caída sobre los huevos del negro, empezó a ponerse frenética de lo caliente que estaba, su ritmo cada vez era más rápido, el negro soplaba como un toro empezando a dar signos de una inminente corrida, la polla que tapaba la boca de mi mujer estaba dura como el mármol y su propietario agarraba a mi mujer la cabeza para ayudarla en su mamada, como si esto hiciera realmente falta, el que seguía cascándose la polla sin haber aún participado, viendo el cariz que estaba tomando, decidió tomar acción y no quedarse sin catarlo, se colocó detrás de mi mujer, a duras penas chupó y ensalivó la puerta trasera de mi mujer y haciendo una seña al negro para que parara un momento su follada, apuntó, empujó y clavo hasta el fondo de un solo golpe su polla en el culo de mi mujer, que sacándose un instante de la boca su tremendo chupa chups, dio un grito que creo alertó a los vecinos más cercanos, pero no tardó en recuperar su trabajo interrumpido y a un ritmo frenético era penetrada en su boca, clavada en su coño y ensartada por el culo hasta que con un coro de bufidos y expresiones soeces, todos fueron soltando sus cargas de leche en la parte del cuerpo de mi mujer donde estaba situadas, la costaba tragar la leche que soltaba la polla de su boca, mientras su cuerpo también mostraba como se corría con los que la follaban, el que la había petado el culo de mi mujer, al retirar su polla, permitió la salida por este agujero en estos momentos bastante abierto  de gran parte de su leche derramada, y cuando mi mujer se incorporaba sobre la polla del negro que le había llenado su coño, la salida de líquidos fue impresionante, la leche del negro en mezcolanza con los propios jugos de mi mujer, era una autentica catarata que corría por el interior de sus muslos, hasta formar un pequeño charco en la toalla donde había disfrutado de tremenda follada.

Por su parte, mi hija que estaba disfrutando increíblemente del veterano que tenía un gran aguante y de su tremenda polla, así como de la cubana que estaba haciendo con sus increíbles tetas a otro de los mirones, como el tio estaba situado de espaldas a la cara de mi hija mientras frotaba su polla en el canal apretado de sus tetas, esta aprovechaba cuando este reculaba en su movimiento para chuparle los huevos, la calentura de este grupo iba en aumento y paralela a la que se producía en el grupo de mi mujer, el veterano era un pistón que no desfallecía  y que cada vez tenía más revoluciones y como consecuencia mi hija movía su cuerpo para adaptarlo a los embates de él, cuando el veterano aviso que estaba a punto de correrse, el de la cubana se incorporó poniéndose de rodillas junto a la cara de mi hija, gesto que acompaño el último de los mirones que no paraba de cascársela y todos al unísono se corrieron en un maremágnum de gritos y gestos, mientras el veterano vaciaba la bolsa de sus huevos en el coño de mi hija que no paraba de gritar y mover el cuerpo como una loca, los dos moscones que estaba junto a la cara de mi hija, comenzaron a echar toda su leche en la cara y las tetas de mi hija que se relamía y chupaba toda aquella que estaba al alcance de su obscena lengua, yo aprovechando que el veterano había salido del interior del coño de mi hija y sin poder aguantar a la orden que se supone deberían darme mi mujer o ella, le metí la polla hasta el fondo notando las corridas del veterano y mi hija y después de tres empujones comencé a correrme como una bestia, mis huevos se vaciaron ayudando a que empezara a salir del coño de mi hija resbalando hacia su culo, toda la leche que le habíamos metido, mire a mi hija y a modo de disculpa la dije, era imposible a la visto de  esto haber aguantado más.

Una vez que recogimos las toallas y nos dirigimos de nuevo al apartamento, mi hija mirando a su madre y a mí comentó, que veníamos a darnos, un revolcón o un chapuzón y soltó una sonora carcajada.

TEN HIJAS VICIOSAS QUE TE SACRAN LA LECHE A TI Y A TODOS LOS QUE SE ARRIMEN