Vacaciones con mi amo

Prepárate a recibir a tu amo, esclava. A partir de mañana, te alimentaré todos los días con mi leche. Te llamaré en cualquier momento solo para que te la bebas porque así lo deseo.

A mi amo y a mí nos separan casi 700 Km todo el año. Durante la segunda quincena de agosto, la distancia se reduce a 76 Km.

Después de nuestro primer encuentro en junio, mi amo me avisó que en este mes pasaríamos todo un día juntos para continuar mi doma en directo. Sin embargo, conforme iban pasando los días y las sesiones a través de Internet y del teléfono, cambió de opinión aunque no me lo dijo hasta el día antes de su llegada:

Prepárate a recibir a tu amo, esclava. A partir de mañana, te alimentaré todos los días con mi leche. Te llamaré en cualquier momento solo para que te la bebas porque así lo deseo. He comprado unas cuantas cosas que probaré en tu cuerpo. Además, ya sabes que te exhibiré, te ataré, te azotaré, te follaré y desvirgaré tu culo que es sólo mío ya que tú eres MI ESCLAVA, MI PERRA, MI PUTA y tendrás que estar dispuesta para encontrarte con tu amo en el momento que yo decida.

Sí, amo, como tu ordenes, tan solo debo avisarte que hoy mismo me ha bajado la regla,- respondí tan sumisa como siempre y algo decepcionada por este contratiempo.

No importa, esclava, tenemos muchos días y seguiré usando el resto de tu cuerpo para mi placer. Esta noche duerme con el collar puesto y dos pinzas en los pezones. Hasta mañana, perrita mía, te llamaré.

Sí, amo, hasta mañana, esperaré ansiosa tu llamada.

Alicante, martes, 16 de agosto

19’17 Horas, suena el teléfono:

Prepárate, esclava, esta noche te llamaré para que te reúnas conmigo y bebas mi leche. También iremos a tomar una copa.

Sí, amo, estaré lista.

Desnuda frente al espejo del baño y excitada ante el inminente encuentro con mi amo, depilé mi sexo aún sabiendo que no sería usado en varios días. Me di una ducha caliente poniendo especial atención en la higiene de mi sexo y mi culo. Me puse un tampón y una tanguita blanca que sé que a mi amo le gustó mucho cuando me lo compré con un salva slip.

Esta vez, dejé mi negra y rizada melena suelta, recogida levemente de los lados con un pasador. Acaricié mi cuerpo de arriba abajo mientras me ponía el body milk que tanto me gusta y me excita. Me perfumé con el perfume a juego y me puse uno de mis vestidos más escotados con unas sandalias negras de tacón.

23’39 Horas:

Te quiero lista a las 00’30 horas. Trae tu collar de perrita y limpia bien tu culo porque te meteré algo que te he comprado.

Sí, amo.

Al preparar mi bolso, no sólo metí mi collar de perrita, guardé también un lubricante que le facilitara la tarea de meterme lo que quisiera por el culo, ya que esta vez no podría utilizar mis propios jugos para ello y a la hora convenida acudí a la excitante cita con mi amo después de mes y medio sin vernos.

Me recibió con un beso profundo que me robó el aliento y me dejó temblorosa, mientras metía una mano por dentro de mi vestido y me pellizcaba un pezón con fuerza. Con la otra mano, me dio un azote en el culo acercándome más a su cuerpo.

Subimos al coche y me ordenó ponerme el collar. Yo iba con el vestido subido mostrándole el tanga, con las piernas abiertas. A los pocos minutos, enganchó mi collar a una correa llevándome bien sujeta.

Nos dirigimos a la zona del puerto y metió el coche en el parking.

Sacó mis tetas del vestido y pellizcó fuertemente mis pezones ya resentidos después de una noche con las pinzas. De uno de los bolsillos de su pantalón, sacó dos pinzas de madera para la ropa. Yo me puse a temblar.

Amo, ¿porqué no me has pedido que trajera yo las pinzas?, esas duelen más que las otras.

Porque quería ponerte estas, aguanta esclava,- me respondió mientras metía dos dedos en mi boca para que se los mojara y así pellizcar mis pezones que ya estaban bien duros, y poniéndome las pinzas a su gusto, masajeando a la vez mis pechos. - Mira lo que te he traído.

Con las tetas fuera, los pezones pinzados y sintiendo como me iba excitando por momentos, contemplé todo lo que iba sacando de la bolsa: unas bolas anales, dos bolas chinas, un pene de látex...

Esta noche estarás con las bolas en tu culo, también he traído vaselina

Yo he traído lubricante, amo

Dámelo. Echa el asiento hacia atrás, date la vuelta y ve chupando las bolas mientras compruebo como se te dilata el culo.

¡RELÁJATE!,- me ordenó mientras azotaba varias veces mis nalgas .

Ummmm, ¡qué bien trabajado está este culo!, me va a gustar mucho follártelo,- me dijo mientras metía sus dedos lubricados dentro .

Luego cogió las bolas y me las fue metiendo despacio. Cuando notaba alguna resistencia, aunque fuera involuntaria, azotaba mi culo. No pude evitar gemir de gusto cuando metió las bolas.

Tienes prohibido correrte esta noche, esclava, ¿las aguantas bien?

Sí amo

Bien, ahora chúpamela un poco,- me ordenó mientras desabrochaba el pantalón y sacaba su polla.

Me dediqué a ello con verdadera pasión. La lamía en todas direcciones, arriba, abajo, trazando círculos en su capullo, me la introducía entera en la boca... Me excitaba tanto hacerlo que cuando la retiró de mi boca me sentí frustrada, como un niño al que acaban de quitarle un caramelo.

Tranquila, esclava, no te irás a casa esta noche sin tu ración de leche, pero ahora vamos a tomar una copa,- me dijo mientras abrochaba su pantalón, me retiraba las pinzas (no pude evitar un ay involuntario), me quitaba la correa y me ordenaba guardar de nuevo mis tetas.

Entre risas, bromas y besos tomamos nuestras bebidas. A mí me gusta el humor de mi amo, se complementa bien con el mío. A él le gusta mi risa, hasta tal punto que ha prometido castigarme muy duramente si alguna vez dejo de hacerlo. Yo me veía reflejada en sus ojos: brillantes los míos, mi sonrisa y en algunos momentos, completamente ruborizada y avergonzada, lo que le causaba a mi amo más diversión.

Volvimos al coche y mientras nos dirigíamos a mi casa, empezó a jugar a con las bolas que había introducido en mi culo. Él tiraba de ellas y yo intentaba que no se saliera ninguna. Pero una de las veces lo hizo tan fuerte que una se salió.

Aparcó en una gran avenida cerca de mi casa.

Me volvió a sacar las tetas y a pellizcar mis pezones. Volví a reclinar el asiento y me di la vuelta dejando mi culo expuesto. Tomó un poco de lubricante y empezó a jugar dentro de mi culo con dos de sus dedos. Metía y sacaba una de las bolas y me azotaba con sus manos de vez en cuando. Yo no podía hacer otra cosa más que gemir quedamente esperando que se compadeciera de mi excitación y me permitiera correrme.

Estas excitada como una perra en celo ¿eh, esclava?....... como mi perra........ NO PUEDES CORRERTE,- me decía una y otra vez sin dejar de follar mi culo con sus dedos ni de azotarme.

Siiiiiiiii, siiiiiiiiiii, amo, estoy muy excitada...... no amo, no me correré,- era lo único que entre gemido y gemido era capaz de articular.

Ahora, me la comerás de rodillas, te tragarás toda mi leche y pobre de ti si dejas caer una sola gota.

Se pasó al asiento de atrás y empecé a chuparsela con deleite, sabía que esta vez no me la quitaría hasta que no me hubiera bebido toda su leche y eso me tenía aún más excitada. De vez en cuando me azotaba, otras veces sujetaba mi pelo por encima de mi cabeza y él mismo me marcaba el ritmo. La saboreé entera con mi lengua, la succioné, le di golpecitos en el capullo, tracé círculos a su alrededor, me la metía hasta el fondo y volvía a jugar con ella. Cuando se aproximaba su orgasmo aceleré el ritmo mientras lo pajeaba a la misma vez y cuando se corrió en mi boca me tragué toda su leche con glotonería, sin dejar de lamerlo y limpiarle bien la polla.

Me ordenó parar y descansar un poco, pero yo no podía dejar de darle besos en los muslos, lamer su polla, besarla de nuevo hasta que se la guardó.

Me dejó en la esquina de mi casa con la orden de dormir con las bolas y no sacarlas hasta por la mañana y la prohibición expresa de correrme, es más, ni siquiera podía tocarme.

Tendré que atarme como hago algunas noches, amo, o me resultará casi imposible no tocarme por lo menos, me mandas a dormir muy excitada.

Lo sé, perrita, lo sé, pero no te preocupes, pronto te ataré yo.

Continuará......