Vacaciones con mi amo (2)

La orden de mi amo para dormir parecía sencilla y excitante, sin embargo...

Miércoles, 17 de agosto

Desde las 3 de la tarde que tuvimos tormenta, ha estado lloviendo a intervalos, algo me dice que hoy no veré a mi amo y yo me siento como el tiempo, unas veces con negros nubarrones y otras totalmente despejado.

20’00 horas

Mi amo aparece en mi mesenguer. El corazón se me acelera como siempre. Le pongo la cam. No me permite desnudarme pues está en un ciber. Me ordena ponerme mi collar de perrita que tanto le gusta y escribir su nombre en mi xoxo. Lo hago complacida y excitada delante de él. No tiene mucho tiempo, lee el correo y el último relato que me han publicado ("vacaciones con mi amo"). Le gusta y eso me complace. Me llamará a la noche, aunque no sabe si hoy podremos vernos, en cualquier caso, recibiré instrucciones suyas.

00’33 horas

En Alicante está cayendo una fuerte tormenta. El teléfono suena. Mi amo.

Hoy no podemos vernos, perrita,- me dice dándome las explicaciones oportunas, aunque no tiene porqué hacerlo.

Lo entiendo, amo, no pasa nada,- le contesto intentando ocultar mi decepción, aunque por otro lado me siento aliviada de que no coja el coche con la que está cayendo.

Esta noche, cogerás de la bolsa que te di ayer el pene que te mostré, quiero que lo lubriques bien y duermas con él en tu culo, ¿entendido, esclava?

Sí, amo

Te pones una tanguita para que no se salga. Mañana te llamaré, descansa, putita mía

Hasta mañana, amo, tu también.

Nada más colgar, me dirigí al cuarto de baño, me lavé bien prestando especial atención como siempre a mi xoxo y a mi culo. Me cambié el tampón y me puse una tanguita con el salva slip.

Cogí esa polla naranja que me había regalado y recordé la ilusión que me había hecho. Hacía tiempo que deseaba algo así, pero mi vergüenza a entrar sola a un sex shop me había impedido conseguir una. La observé con detenimiento. Me gusta la forma de su capullo, la imitación de las venas. Huele muy fuerte a látex y sabe muy mal. Mientras le ponía el lubricante, imaginé que era la polla de mi amo. La polla que el día antes había tenido en mi boca y que tanto había saboreado y disfrutado.

Nunca me han gustado las pollas enormes. Prefiero calidad a cantidad, aunque tampoco que sean tan pequeñas que me den la risa. Para mí, la de mi amo tiene el tamaño justo, sin embargo esta de látex me parecía cada vez más grande, demasiado dura y rígida y de un peso considerable.

Desde el momento en que nos conocimos, mi amo exigió mi culito virgen como regalo y durante estos dos meses y medio, nos hemos dedicado a entrenarlo. Al principio era muy molesto dormir con el vibra o con el dilatador metido, pero poco a poco ha llegado a ser hasta placentero.

Mi amo ha sido el único hombre que ha jugado con mi culo. La otra noche fue fantástico, nunca pensé que me daría placer y sin embargo, mientras me metía sus dedos para abrírmelo y luego las bolas chinas me hizo gemir de placer. No quería que parara, pero esa noche no me tocaba correrme.

Con todos estos antecedentes y excitada por el deseo de tener la polla de mi amo en mi culo, me lubriqué bien y con un poco de dificultad me la fui metiendo muy despacio. Poco a poco, se abría paso abriéndome cada vez más. Me senté en la cama para metérmela al máximo, hasta que la sentí tocando casi mis riñones. Subí mi tanguita y me acosté boca abajo dispuesta a dormir.

Imposible. A los diez minutos tenía mi xoxo excitado y mi culo dolorido. Sentía un tremendo ardor, como si me hubieran empalado con algo ardiente.

Empecé a dar vueltas en la cama. Lo intenté todo: excitarme, imaginar otras cosas, relajarme, estar más pendiente de mi xoxo que de mi culo. Pero todo era en vano.

Gruesas lágrimas empezaron a deslizarse por mi cara. Empezaba a ser consciente de que no podría pasar toda la noche así. Me humilla terriblemente no ser capaz de cumplir una orden de mi amo. Siento que le defraudo, que no valgo como sumisa, que no soy nada.

Mi amo tomará mi culo en unos días y yo no soy capaz de dormir con un pene de látex.

Casi a las 2 de la mañana, le hice una llamada perdida (no debo mandarle mensajes, es nuestro acuerdo), confiando en que pudiéramos hablar. Le diría lo que me pasaba, le pediría perdón por no ser capaz de aguantar y le suplicaría que me permitiera sacármelo. Pero mi amo no me devolvió la llamada y yo no me atreví a llamarle de nuevo.

Aguanté todavía una hora más, sintiéndome la más desdichada de las esclavas. Intentaba no pensar lo mucho que se parecía a un castigo. Yo sé que no lo era, que forma parte de mi entrenamiento. Deseaba aguantar con todas mis fuerzas. Pero no pude y me lo saqué.

Esta mañana, aún tengo el culo dolorido, abierto e inflamado. Todavía no he hablado con mi amo y espero poder hacerlo sin echarme a llorar de los nervios que tengo. Odio que cualquier persona me vea llorar, pero aún más que lo haga mi amo.

Es posible que esto me suponga un castigo y esta vez no será a través de Internet y con la cam puesta para que él vea que lo realizo a su gusto. Esta vez, me lo aplicará mi amo directamente, lo que me hace estremecer solo de pensarlo, ya que mi amo me ha castigado muy poco pues soy una buena sumisa y nunca sé lo que puedo esperar en ese sentido.

Continuará...