Vacaciones con mi amiga (V)

Nuestra protagonista y su amiga se follan al dueño del gimnasio que las riega bien sus agujeros. Más tarde la amiga con su marido y otra pareja hacen una sesión que calienta tanto a nuestra protagonista que corre a buscar al hijo de sus anfitriones y termina haciéndose follar por un equipo completo de fútbol.

Al día siguiente con Carmen nos contamos todo lo que habíamos pasado la noche anterior. Las dos disfrutamos mucho y hablar de ello nos había dejado excitadas a ambas, así que decidimos ir un rato al gimnasio para gastar un poco de energías. En el gimnasio estuvimos un buen tiempo dándole duro a la gimnasia y los fierros, y también apreciando algunos buenos exponentes masculinos que nunca faltan, sobre todo al profesor y dueño del gimnasio que es un tipo espectacular, alto, con un cuerpo musculoso y muy atractivo. Debía de ser por la calentura que traíamos con Carmen, pero ninguna de las dos podía dejar de mirarlo y ambas decidimos que debíamos cogerlo entre las dos.

Nos quedamos esperando la oportunidad en que estuviera solo, tuvimos que esperar un buen tiempo pero finalmente lo vimos irse a su oficina, lo seguimos hasta allí y con la excusa de una consulta, pasamos con él y nos quedamos los tres a solas. Después de algunas preguntas simples, y varias insinuaciones de nuestra parte, Carmen le dijo que quería saber algo de él y le preguntó si todo lo que él tenía era tan grande como el cuerpo que podía ver. A él primero le costó reaccionar pero luego dijo que podíamos comprobarlo por nosotras mismas. Entonces cerré la puerta y nos fuimos a un sillón que tenía en un costado, lo sentamos mientras ambas nos desnudábamos frente a él, su erección se hizo visible, así que una vez desnudas lo empezamos a desnudar a él. Al bajar su pantalón y su slip, de dentro saltó una verga enorme, como de unos 22 cm de largo pero como unos 8 cm de gruesa, entre las dos comenzamos a chuparla, nuestras lenguas la recorrían de arriba abajo mientras el profesor se regocijaba de placer. Nos turnábamos para tenerla dentro de la boca, aunque a ambas nos costaba debido a su grosor, luego dejé que Carmen se encargara de su pija y yo llevé mi concha hasta su boca para que me la chupara, él comenzó a meter su lengua entre mis labios y mi clítoris haciéndome gemir de placer, entre tanto Carmen se paró de espaldas a él, acercó su concha a su pija y se sentó sobre ella cabalgándolo intensamente.

La escena era excitante, él sentado en el sillón con Carmen cabalgando su pija y yo con mi concha enterrada en su cara, esto hizo que ambas tuviéramos un orgasmo casi simultaneo, Carmen explotó sobre la pija que tenía enterrada y yo derramé todos mis jugos sobre su boca y su cara, los cuales él se encargó de degustar. Entonces cambiamos de posición y ahora era yo la que cabalgaba ese enorme miembro, mientras Carmen chupaba sus bolas y mi concha al ritmo que entraba y salía de mí. Sentí que nuestro macho estaba a punto de su orgasmo, por lo que aceleré mis movimientos y al sentir que acababa me enterré su verga por completo sintiendo su descarga de semen caliente muy profundo en mi interior. Entonces me levanté y Carmen tomó la verga chorreando semen y mis jugos y la chupó hasta dejarla limpia y otra vez empalada. Esta vez nos pusimos ambas a cuatro patas sobre el sillón y le pedimos al profesor que nos cogiera un rato a cada una, así lo hizo y durante algunos minutos lo recibía yo y luego lo mismo a Carmen, finalmente le pedimos que nos diera por el culo. Fui la primera en recibirlo, fue un poco doloroso ya que su verga era demasiado gruesa, pero mi ano se fue adaptando y cuando ya tenía media verga adentro, me enterró el resto de un empujón, grité de dolor y placer, pero le pedí más y más, me cogió fuerte enterrándome entera su pija hasta hacerme acabar tan abundante que mis jugos corrían por mis piernas. Ahora era el turno de Carmen, así que sacó su verga de dentro de mi culo y lo dirigió directo al de Carmen, ensartándola casi de una sola vez, ella daba gritos de placer que debieron escucharse en todo el gimnasio, hasta que alcanzó su orgasmo tan intenso como el mío. Como él también estaba a punto de acabar le pedimos que lo hiciera en nuestras bocas, entonces le dio unas ultimas arremetidas al culo de Carmen y cuando estaba a punto lo sacó y nosotras juntamos nuestras caras sobre su pija que empezó a escupir grandes chorros de semen que dieron sobre nuestras bocas y corrieron por nuestras mejillas, las dos terminamos con la cara llena de leche, así que después de limpiarle la pija a nuestro semental, nos limpiamos entre las dos hasta no dejar un solo rastro de leche en nuestras caras. Nos despedimos de nuestro profesor agradeciéndole por la consulta que nos había dado y después de ducharnos y cambiarnos nos fuimos de vuelta a casa.

Al llegar, Manuel estaba con una pareja de amigos que estaba de visita, Aldo salía para su entrenamiento en el club y como yo tenía que hacer un tramite en el Aeropuerto para preparar mi viaje de regreso, él me ofreció su auto y me dijo que podía dejarlo en el club, ý luego ir a hacer mi tramite, lo único que me pedía es que luego pase a buscarlo. Acepté y nos fuimos en su auto, al llegar al club, él bajó y me dijo que lo pase a buscar a las seis de la tarde. Fui a hacer mi tramite, terminé más rápido de lo previsto así que regresé a casa para más tarde ir por Aldo.

Al llegar no encontré a nadie en la parte baja de la casa, pensé que Carmen y Manuel se habrían ido con sus amigos, pero al subir por la escalera comencé a oír gritos y gemidos, entonces me acerqué muy despacio a la habitación de Carmen y allí estaban los cuatro montando una escena alucinante. La amiga de Carmen estaba sentada sobre Manuel que la penetraba por el culo, mientras su marido estaba sobre ella penetrándola por la concha, mientras Carmen le ofrecía su concha para que se la chupe, estuvieron así un rato hasta que luego cambiaron y esta vez era el marido que penetraba a Carmen por el culo, mientras su amiga cabalgaba a Manuel pero ahora por la concha. Ambas llegaban al orgasmo al tiempo que los hombres se derramaban dentro de ellas, ver todo esto me puso a mil, estuve tentada a intervenir, pero no quise entrometerme, sobre todo cuando vi que la escena volví a calentarse y ahora Carmen recibía una doble penetración. No aguanté mas de la calentura que llevaba y decidí a pesar de ser temprano, ir a buscar a Aldo para poder echarme un buen polvo con él.

Llegué al club y me dirigí a los vestuarios ya que me dijeron que la practica estaba terminando, justo llegando me encuentro con Aldo que venía sólo ya que tenía un pequeño dolor en la pierna. Era tal mi calentura que casi no lo dejé decir nada y entré con él al vestuario, lo senté en un banco, saqué su verga afuera y empecé a chupársela, en cuanto la tuvo bien dura, me levanté, me saqué la tanga y levanté mi vestido hasta la cintura y me clavé sobre él, enterrándome su verga en mi concha que ya explotaba de la excitación que venía acumulando, tuve un orgasmo casi de inmediato pero no era suficiente así que seguí cabalgándolo sin parar, hasta que noté algo raro en la cara de Aldo y de pronto escuché voces a mi espalda. Al darme vuelta cual sería mi sorpresa al ver todo el equipo de fútbol de Aldo contemplando cómo me lo estaba cogiendo, incluso algunos ya habían sacado sus pijas afuera y se las estaban meneando. Pero mi calentura pudo más y seguí con mi tarea, en ese momento se acercaron a mí José y Pablo sin problemas después de lo que habíamos pasado antes y comenzaron a chupar mis pechos y a besarme por todo el cuerpo. Esto animó al resto y cuando pude darme cuento tenía frente a mí a 15 chicos totalmente desnudos con sus vergas erectas dispuestos para lo que yo quiera. Como mientras esto sucedía no dejé de cabalgar a Aldo, éste no tardó en acabar dentro de mí al mismo tiempo que yo también lo hacía. Entonces me levanté y les dije que se pusieran en fila frente a mí para poder chupárselas a todos, yo estaba realmente sacada y muy caliente, así que uno a uno los fui chupando, había vergas de todos los tamaños y con cada una disfrutaba. Luego les pedí que me penetraran, así que me acosté en el suelo y mientras uno me cogía a otro le chupaba la pija, así fueron pasando y los orgasmos me empezaban a invadir, a medida que ellos también empezaban a acabar, el primero lo hizo en mi boca y al ver esto el que estaba en mi concha me la inundó con su leche, luego vino una sucesión de acabadas que los chicos me fueron dando, pero como se recuperaban rápido, me puse en cuatro patas y les pedí que me la dieran todos por el culo, me fueron cogiendo uno por uno, algunos acabaron en mi culo, pero yo ya había perdido toda cordura y entonces buscaba más pijas. Así que recosté a uno en el piso, lo monté por la concha y otro se puso encima y me la metió por el culo, mientras tenía a otro en mi boca, estuve así por cerca de una hora, mientras todos fueron pasando por las distintas posiciones y yo tuve incontables orgasmos, ya estaba al limite de mis fuerzas cuando siento que dos pijas entran en mi concha, en ese momento pude ver que eran Aldo y José los que estaban conmigo y repetían el tratamiento que me habían dado antes en casa. Ya casi no podía gemir de placer, porque estaba exhausta, pero mi concha seguía respondiendo con orgasmos. En medio de uno de ellos, los dos salen de mi concha y uno apunta a mi culo y me lo clava, entonces siento como la otra pija también se pone en la entrada de mi ano y comienza a hacer presión, ya no tenía fuerzas ni siquiera para gritar, y al parecer mi ano tampoco para resistirse, ya que se dilató dé tal manera que permitió que aquellas dos vergas se alojaran en él sin mucho esfuerzo. Las dos pijas taladraban mi ano de una forma brutal, provocándome un placer que no había experimentado jamás, lo que me provocó una serie de orgasmos múltiples que culminaron solo cuando las dos vergas explotaron dentro de mí, llenando mi culo con su leche caliente.

Casi me desmayé por todo el placer y el esfuerzo pero la última escena había hecho que las vergas de todos los demás estuvieran otra vez duras, no podía resistir una pija más dentro de ninguno de mis agujeros, entonces los hice formar un circulo y entre chupadas y masturbaciones logré que todos comenzaran a acabar sobre mí, era increíble sentir dos o tres pijas escupiendo leche sobre mi cara y mis tetas y cuando terminaban venían otras dos o tres más, hasta que todos terminaron. Quedé totalmente bañada en leche, por lo que entre Aldo y José me ayudaron a bañarme y finalmente me vestí, me despedí de todos y con Aldo volvimos a casa, al llegar Carmen estaba preparando la comida, le dije que estaba muy cansada y que prefería dormir un rato, llegué a mi habitación y caí rendida sobre la cama, casi no sentía las piernas, mi concha y mi culo estaban realmente ardiendo pero me dormí disfrutando de la sensación que me había dejado la experiencia más salvaje y placentera que había vivido.

Mi tiempo de vacaciones se estaba terminando pero todavía había tiempo para algunas experiencias más, pero eso se los cuento en la próxima historia.

Continuará...

E-mail: angela_lobo@hotmail.com