Vacaciones con Maca, Vilma y Elisa

¿Hay algo mejor que unas vacaciones de verano con tu novia y con tu madre?

¡Siempre te pasa lo mismo, Fernando!, ¿no te da vergüenza que incluso una mujer termine de arreglarse antes que tú?

Mi madre, Elisa, casi tenía las maletas hechas y estaba ansiosa. ¡Vacaciones!, esa palabra mágica….dormir, sol, diversión, chicas en la playa, noches de marcha; creo que todos adoramos el verano. Mi madre es una mujer de 37 años. Somos muy amigos, por lo fácil que resulta con una mejor tan joven. Tenemos mucha confianza, así que la veo más como a una compañera de piso que como a mi madre. Y por eso, tampoco puedo tapar los ojos y dejar de ver el bombón que es. De cabello oscuro y ojos miel, tiene un cuerpo más que tentador: curvas en su sitio justo, y sin regatear ni un centímetro. Tiene además mucho estilo a la de hora de vestirse, y sabe enseñar lo suficiente para resultar más que atractiva, más incluso desde que mi padre y ella lo dejaron.

No seas pesada mamá, no quiero olvidarme de nada, como te suele pasar a ti cuando nos vamos de vacaciones.

Está bien, tómate el tiempo que quieras señorita. Me parece que mientras te espero voy a probarme el bikini que me he comprado para estos días y así me dices tu opinión.

La idea me gustó bastante porque preparar las maletas es un coñazo, así que tener a mi madre revoloteando por allí en bikini me servía de distracción.

¿No te parece un poco atrevido? Creo que voy a tener cuidado con la parte de arriba, porque me deja los pechos bastante sueltos y si me descuido se ve demasiado –me dice riendo-.

La verdad es que se había comprado un bikini negro que le sentaba de miedo. Me gustaba que fuese más atrevido que los que tenía. Cuando le pedí que diese una pequeña vuelta para verlo, pude comprobar que la braga descubría parte de sus preciosas nalgas, cosa que me gustó mucho. Así que le dije que me encantaba, y que no se preocupase porque tuviese un escote más amplio.

A mi también es el que más me ha gustado desde el principio. ¡Uy!, ves lo que te decía, en un descuido ya tengo medio pezón de una teta al aire, qué vergüenza.

En cuanto lo dijo, no tarde ni un segundo en fijarme, mientras ella riendo se colocaba bien el sujetador. Como he dicho, mi madre tiene un cuerpo encantador. Así que si ya me ponía bastante caliente verle a medio desnudar las tetas con el nuevo bikini, no os cuento cuento la pequeña escapadita del pezón. Creo que si llega a salirse del todo me da algo. Nunca le había visto las tetas tan generosamente. Y saber que tenías unas areolas marrones y bastante grandes, por el pezón a medio escapar, hacía que incluso me gustasen más.

Anda, provocadora –le dije en broma- …lo mejor que se te ocurre para que termine pronto con las maletas es pasearte así para distraerme.

Mira el puritano…. –me dijo con picardía-. Como si fuese a creerme que ver tan poco te distrae.

Dicho esto salió para ir a cambiarse de nuevo a su habitación mientras yo terminaba con el equipaje. Me reía pensando en lo ingenua que era mi madre por no darse cuenta de lo excitantes que encuentro esas situaciones. Pero que sea tan extrovertida, y que bromeemos a menudo con picardía acerca de su cuerpo con tanta naturalidad y confianza es lo que más me gusto. Y sé que ella también disfruta de que sean sólo juegos morbosos, y de saber que gusta.

Ya estoy listo –dije-. Vamos a por el coche y recogemos a Maca para ir al aeropuerto.

Ay,….cuando se trata de Maca todo son prisas

Maca, la cachonda de mi novia Maca. También venía de vacaciones. En realidad éramos ella y yo los que les habíamos planeado, pero invitamos también a madre porque, como ya he contado antes, para nosotros es como una amiga más y Maca y ella hacían muchas migas.

Pues sí….cuando se trata de Maca todo son prisas, ¡Pero qué menos se puede esperar si uno sale con una mujer rubia de pelo ondulado, ojos verdes, piernas de impresión, talla 100 de pecho y lista y simpática a más no poder! Es lo que uno siempre ha soñado.

Ya empezamos Maca…..-pensé yo-. Si el incidente del bikini no me había calentado lo suficiente, allí estaba Maca esperándonos en la puerta de su casa con una camiseta blanca que marcaba sus pechos golosamente. Se ve que mi viaje va a ser de todo menos tranquilo…-reía para mis adentros, mientras disfrutaba con la idea de pasar las vacaciones con ellas-.

El asiento de copiloto del coche iba ocupado con bolsas de mano, así que Maca subió a la parte de atrás con mi madre. Estaban entusiasmadas con la idea de hacer el viaje y tan pronto se vieron todo fueron besos y abrazos. Yo, mientras tanto, no podía dejar de fijarme en cómo sus tetas se rozaban y tocaban con los abrazos que se daban, y lo que daría por ser yo el que padeciese una tortura así.

Después de comprobar que llevábamos las tarjetas de embarque y no habíamos olvidado nada, la conversación volvió al tema del nuevo bikini de mi madre:

Tengo ganas de que veas el nuevo bikini que he comprado, Maca. Me sienta de maravilla.

No me extraña nada Elisa, pero es que ese cuerpazo que tienes ayuda.

Ay Maca…precisamente ese es el problema, que es muy descocado -dijo mi madre dijo mi madre bromeando-. Si ya antes de salir de casa tenía problemas con el sujetador porque un seno quería saludar a Fernando….

Tranquila que no van a ser las primeras tetas que vaya a ver, ¿a que no, Fernando? –dijo Maca mientras las dos reían con ganas-.

Pero las de su madre…..

Yo de ti no me preocuparía tanto, hoy en día hay bastante gente que hace nudismo con toda naturalidad. Aunque la verdad, la mayoría son hombres. Mujeres hay pocas sin la parte de abajo, pero sin la parte de arriba hay muchas.

¿A ti te importaría hacer topless en este viaje? -preguntó mi madre, mientras yo me ponía cada vez más cachondo con la conversación-.

Me gustaría y creo que no me va a quedar más remedio, porque últimamente Fernando me anima mucho, así que he comprado sólo las bragas de la mayoría de bikinis nuevos que tengo.

Me encantó oirle eso a Maca, llevaba mucho tiempo insistiendo para que hiciera topless en la playa. Y ella sabía la razón. Me encantan sus tetas, y por eso no tiene reparo alguno en enseñármelas, pero sabía que me excitaba todavía más la idea de que mostrase a todo el mundo en la playa esas tetas grandes y esos pezones rosas, que pondrían a los tíos a mil. Y a ella la idea también le gustaba pero, como es lógico, se hacía de rogar para que el juego fuera más excitante.

De todas formas –dijo Maca- no sé qué le parecerá a mi suegra verme con las tetorras al aire.

Pero que me va a parecer…..sabes que soy tan liberal como vosotros, y no va a ser a mi a quien importe ver unas tetas como las tuyas, o ¿crees que no me fijado en que no llevas sujetador?

¿Tanto se nota? –dijo Maca entre sonrojada y complacida-

Pues claro Maca, a ver si te vas creer que no he mirado cómo te marca las tetas la camiseta y que te bambolean mucho más que con sujetador –dijo mi madre mientras las dos reían divertidas. Lo que me dejó más sorprendido fue incluso la proposición que mi madre hizo a continuación-. Mira, Maca aquí sólo hay una forma de saber si puedes hacer topless. Ya sabes, Fernando, echa un vistazo por dentro de esa camiseta y dinos si son esplendidas o no esas tetas.

Yo me quedé de piedra sin saber que hacer. Habíamos estacionado en el parking del aeropuerto, y no sabía si sólo se trataba de una broma y esperaban que bajase a coger las maletas. Salí de dudas cuando Maca se inclinó hacia mi sonriente y, de espaldas a mi madre, separó su camiseta del escote, permitiéndome ver dos tetas turgentes con los pezones pegados a la camiseta.

Son dos melonazos espléndidos –fue lo primero que acerté a decir-. Creo que mi novia debería ser la primera en querer enseñarlos en la playa

Si a ti no te importa que se los vean… -dijo mi madre en broma, sin saber que eso era lo que a mi más me excitaba-. La decisión está tomada. Ya sabes Maca: tetas al aire estas vacaciones.

El viaje en avión fue muy ameno charlando con las dos, viendo en una película y aprovechando para dormir un poco, porque había que reservar fuerzas para los días siguientes. No hay nada mejor que la sensación de estar en vacaciones, sabiendo que tienes que dedicar tu atención a una sola cosa…relajarse. Y las cosas estaban saliendo a pedir de boca.

¿A pedir de boca? No tanto cuando al llegar a nuestro destino se había extraviado la maleta de Maca, y cuando por la tarde, al llegar al hotel, nos encontramos con que sólo había una cama de matrimonio para los tres. Habíamos reservado una habitación con una cama para Maca y para mi, y otra supletoria en la que dormiría mi madre, de forma que nos salía a mejor de precio que con dos habitaciones. Yo me había enfadado pensando que eso supondría el fin de mis aventuras nocturnas con Maca, pero ella parecía tenerlo mejor calculado cuando me dijo: "Si lo que haces es sólo tocarme…no veo porqué nadie tenga que enterarse de nada". En realidad, creo que le excitaba la idea de que hubiese otra persona cuando estuviésemos jugando en la cama, así como la idea de resistirse a perder el control, y estas vacaciones con mi madre eran una ocasión perfecta.

Pero todo quedaba olvidado si teníamos que dormir los tres juntos, por el descuido del Hotel, donde ya no había más camas supletorias ni habitaciones libres durante esos días. Con todo, algo me decía que iban a ser unas vacaciones inolvidables, y como ellas seguían del mismo buen humor de siempre, así que me alegré al pensar que después de todo íba a dormir en la misma cama con dos cachondas, una de ellas mi madre.

Elisa –dijo Maca-, creo que después de lo de la maleta, vamos a tener que compartir tu ropa estos días. No quiero gastar en comprar nada nuevo para unos días solamente. Y nos han dicho que la maleta puede llegar mañana o pasado.

Bueno, bueno, así que me quieres dejar en bolas –dijo mi madre en broma-. Claro que sí, vas a ver lo bien que te sienta. Pero si vamos a salir ahora a tomar algo empieza por ponerte uno de mis sujetadores para no ir provocando tanto al personal por ahí

Eso está hecho, me llevo esté color hueso. Esperadme un momento que voy al baño a ponérmelo y ahora salgo para que me digáis qué tal me queda.

¡Y cómo le quedaba!. Mi madre tiene unos pechos fantásticos que luce en sujetadores de la talla 95, pero como había dicho, Maca lleva una 100. Tenía las tetas presionando el sujetador, con ganas de salir a jugar un poco, y regalándonos parte de sus pezones por encima de las copas.

  • ¿No creéis que me va demasiado justo?

Para nada Maca –dijo mi madre en tono de broma-. No tengas reparo en presumir de pechugas, en eso habíamos quedado, ¿no?

Y para mi sorpresa, añadió después:

Ya nos puedes dar tu opinión, Fernando. ¿Cómo te gustan más los pezones, rositas como los de Maca o más marrones, como los míos?

¿Pero mamá…te parece bien preguntarme eso?

¡Anda! ¿Qué tiene de particular que hayas visto las tetas a tus dos mejores amigas? –dijo riendo-

No, no, no. De vérselas a las dos nada. Sólo conozco por ahora los melones de Maca. Pero ni Maca ni yo hemos visto los tuyos, ni tu conoces los de Maca. Y la razón por la que me quejaba de tu pregunta, es porque me obligues a elegir entre unas tetas como las vuestras. Así que he de ser sincero: –y realmente lo fui, aunque también eché mano de la diplomacia- rosas y marrones, porque a mi lo que me pierde es que sean grandes. Y cualquiera de las dos estáis muy bien dotadas: de teta y de pezones.

Las dos rieron complacidas y encantadas con mi respuesta. Maca se fue al baño a terminar de vestirse del todo y nosotros nos fuimos a recoger los carné de identidad en la recepción del hotel. Pensando que aún tardaríamos un rato en volver, Maca salió del baño en sujetador, pero sin bragas, a buscar el neceser que había olvidado sobre la cama, y cuando oyó abrirse la manilla de la puerta antes de que entrásemos, apenas le dio tiempo de colarse de nuevo en el baño, momento que aprovechó mi madre –quien la vio de espaldas- para bromear:

Vaya, vaya, aquí hay una que no sólo anda bien de teta y de pezones, sino que tiene un culo para enmarcar, ¿eh Maca? –Maca se partía de risa dentro del baño-.

No sé porqué andamos con tantos pudores -dije yo-. Si vamos a pasar juntos varios días, deberíamos tomárnoslo con más naturalidad .

En realidad sabía que no se trataba de falta de naturalidad, pues ninguna sentía pudor de que la otra la pudiese ver en bolas. Sólo que a Maca le gusta al principio enseñar lo justo, para provocar más. Y a mi madre le encantaban estos juegos, como hacía conmigo. Yo por mi parte estaba encantado disfrutando de la situación y pensando en lo excitantes que resultarían las vacaciones.

Por la noche, de marcha, disfrutamos mucho de las terrazas del paseo marítimo, de la conversación tan animada, de las copas y decidimos ir a un último pub a bailar antes de la vuelta. Los contoneos de las dos me estaban volviendo loco, y mi vista se perdía en los escotes de las dos, Maca llevaba una camiseta negra con un generoso escote en V y mi madre una camisa con la que invitaba a mirarle los pechos que asomaban tersos y redondos.

Antes de salir les pedí que me esperasen mientras iba al baño un momento. Allí había un sólo tipo lavándose las manos cuando entré, y yo me fui a uno de los cuartos cerrados que había dentro del baño. Pero la sorpresa fue enorme cuando oigo fuera la voz de Maca:

¿Nos podrías ayudar a mi amiga y a mi? Estamos como locas por saber quien de las dos tienes unos pezones más atractivos. Por ahora no nos han querido ayudar…¿a ti te importaría, ver primero los míos y más tarde entra mi amiga y te los enseña también?

¿Si le importaba? el tío debía pensar que le había tocado esa noche la lotería. No se trataba de ninguna competición, sino que Maca debía estar encantada de ponerme cachondo mientras oía como se exhibía ante otro hombre y a mi madre le apetecía excitarme enseñando a otro las tetas que yo no había visto. Me quedé escuchando tras la puerta:

La verdad es que no sé como empezar…-balbuceó-. No sé si quitarte la camiseta, o mejor

Por lo que Maca me contó después el tío metió la mano por su escote y le sacó una teta fuera, quedándose embobado.

Es la mejor teta que haya visto…que grandes las tienes. Y me cómo cuelgan y después se curvan hacia arriba, con los pezones en punta.

Gracias –dijo Maca complacida, mientras yo estaba a mil escuchando su conversación e imaginando que mi novia se había destetado delante de un desconocido- Creo que es hora de que ésta vuelva a casa y te deje con mi amiga Elisa, para que puedas comparar

Hola –dijo mi madre al entrar-. Así que tú eres el juez del concurso de pezones….espero que me pongas buena nota –dijo mientras empezaba a desabotonarse la camisa- ¿No te quedas Maca?

Sabes que no soy yo quien tiene que verte las tetas, aunque no me iba a causar ningún disgusto –dijo pícaramente-, así que déjate de exhibicionismos. Hasta luego parejita..

Uy, por lo que veo Maca no te ha disgustado…parece que van a estallar esas costuras del pantalón…Anda desabotóname la camisa para que puedas dejar de pensar en eso.

Que sostén más atractivo, me encanta como transparenta los pezones por debajo. Qué grandes los tienes también. Va a ser muy difícil elegir….

Voy a ayudarte quitándomelo para que me puedas ver bien las domingas, así podrás formarte una idea mejor.

Y yo como loco, mientras mi madre las enseñaba. Pero aún había más

Como quiero que los pezones luzcan en todo su esplendor creo que necesitan una pequeña ayuda….¿por qué no les das un mordisquito?

Cuando salimos del pub, entre risas Maca le decía a mi madre que no había jugado limpiado, que de saberlo ella también se habría atrevido a más. El caso es que nos lo pasamos en grande y que el juego nos había excitado muchísimo a los tres.

Mamá, nos encanta que participes de nuestros juegos y que no te corten situaciones con este morbo..

Ya sabes que salimos los tres como amigos, Fernando y que soy bastante deshinbida. Y por otra parte, sólo se trata de jugar un poco a excitarnos, pero tampoco has visto a tu madre en bolas. Con Maca no me daría tanta vergüenza desnudarme, pero con mi hijo me costaría más.

Pero mamá sabes que puede resultar bastante natural que un hijo veo así a su madre, no tiene porqué resultar nada especial –dije mintiendo como un bellaco-

Ah, ¿quieres decir entonces que no te atraigo nada como mujer? –dijo con malicia-.

Los tres nos reímos ante la evidencia, y seguimos dando un paseo hasta el hotel para pasar nuestra primera noche juntos.

Cuando llegó la hora de irse a cama, yo me había puesto una camiseta y los calzoncillos, que es como suelo dormir siempre, pero tenía curiosidad por saber cómo lo harían ellas. La primera en llegar a la cama fue mi madre, que lucía una camiseta rosa bien ajustada y unas bragas que juraría que estaban algo húmedas. De todas formas procuré hacerme el distraído y seguir leyendo en cama como si tal cosa. Pero fue imposible porque apareció Maca en bragas y con el sujetador que le había dejado mi madre, con el que ya había contado que sus pezones quedaban casi al descubierto.

Elisa, espero que no te parezca atrevido, pero este sujetador me va bastante justo y como no quiero dormir con camiseta por el calor, me lo voy a quitar.

Tanto criticarme por exhibicionista…. –se rió mi madre- y ahora eres tú la que quieres dormir con las tetas al aire. ¡Claro que no hay problema!

Reconozco que disfruté del momento como pocas veces en mi vida: Maca, delante de nosotros, busca con sus manos en la espalda el cierre del sujetador, lo desabrocha, caen sus tirantes por debajo de los hombros, lo retira por delante de sus pechos y…..mi madre y yo tenemos delante un paisaje con dos tetas enormes, turgentes, juguetonas mientras se bambolean con los movimientos de Maca, con una ligera caída que luego remontaban para mostrar los pezones hacia arriba…Dios, esos pezones rosas y grandes, que parecen hechos para ser chupados….

Parece que nunca hayáis visto unas tetas..y más tú que deberías estar bastante acostumbrado ya

Maca –dijo mi madre- si fuese por mi opinión, estoy convencida de que deberías haber ganado tú el concurso

Maca se rió y bromeó diciendo que el empate era lo más justo. Y cuando se metió en cama, mi madre, creo que escapando asustada por la excitación, se levantó al baño balbuceando una disculpa; pero esto sólo pudo dejar más a las claras sus pensamientos, porque Maca fue la primera sorprendida cuando pudo fijarse en cómo las bragas de mi madre se veían muy mojadas en la entrepierna. Se rió complacida y para quitar hierro a la situación me dijo a mi:

¿Qué habéis estado haciendo los dos antes de llegar yo a cama?...Tu madre con las bragas empapadas y tú…..a ver….lo que me figuraba, parece que te hayas metido con los calzoncillos en la piscina….

Yo estaba muy excitado por la situación e inmediatamente le lancé un chupetón a uno de su pezones

Para, para…-decía Maca disfrutando entre risas ahogadas-. Ya sabía que no te ibas a resistir. Ay…una que es irresistible –dijo bromeando-.

A dormir, a dormir –dijo mi madre riendo al vernos-. Todos los hombres son iguales Maca, ya ves cómo se ponen sólo con verte las tetas.

Es verdad Elisa, las mujeres reaccionamos de forma muy distinta –le dijo guiñando un ojo-.

La noche transcurrió muy tranquila y dormimos a pierna suelta, yo a un lado, mi madre al otro y Maca en el medio. Sin embargo, yo estaba seguro de la envidia que debía sentir mi madre cuando Maca, ya fuera porque le apetecía o porque daba vueltas en sueños, se echaba encima de mi, con lo que podía sentir perfectamente las caricias y el calor que suponían el contacto de sus pechos.

Ya por la mañana, la luz se filtraba en parte por las cortinas, con lo que había cierta claridad en la habitación. Al despertar me llevé la sorpresa de que plácidamente dormida, en el medio de los dos, estaba Maca mostrando los pechos puesto que la ropa de cama había descendido hasta su cintura. No tardé mucho en imaginar que no era producto de la casualidad, puesto que mi madre se encontraba, como yo, sentada sobre la cama mirando embobada las delicias de Maca.

Buenos días Fer –me dijo. Fer es el diminutivo cariñoso que utiliza conmigo cuando está de muy buen humor-

Shhhh…..habla bajo o vamos a despertar a Maca, le encanta dormir a placer por las mañanas.

No tengo intención de despertarla con esta vista….Ya le daremos después los buenos días, pero primero a ti

Dicho esto mi madre se inclinó hacia mi y me dio un pequeño pico en los labios dejando que los tocase también por un instante su lengua.

Nunca habías hecho esto hasta ahora…..y me ha encantado mamá

Bueno, no veo que tiene de particular, con la confianza que hay entre nosotros. Si tú te encuentras cómodo mientras tu novia muestra los pechos, ¿porqué no lo voy a estar yo dándote un pico?

Eso pienso yo también

¿Siiii?...¿de verdad? –me dijo pícaramente-

Y dicho esto se inclinó de nuevo hacia mi, pero esta vez me dio un beso mucho más prolongado y los dos estuvimos jugando un buen rato con nuestras lenguas. Para terminar, y con ganas de bromear un poco, le acaricié una de sus tetas por encima de la camiseta, y pude notar como el pezón se ponía enseguida erecto.

Me encanta que también te gusten las tetas de mamá, pero si queremos ir a la playa debiéramos despertar a la dormilona, ¿no crees, Fer?

Si, creo que sí. Pero por la experiencia que tengo, no tiene el mejor humor cuando se despierta.

Bueno, creo que todo es cuestión de encontrar la forma más adecuada…y a mi se me está ocurriendo una.

Mientras me decía esto, mi madre se subió la camiseta desnudando una de sus tetas, y empezó a rozar su pezón contra el de Maca. Yo estaba excitadísimo, tanto por ver por primera vez una de las tetas de mi madre, también de un generoso tamaño, como porque con ella estuviese acariciando la de mi novia. Lo que me hizo explotar de placer fue cuando antes de pasarse a la otra teta de Maca decidió mojar generosamente de saliva dos de sus dedos y untarse después con ellos el pezón. Me perdían aquellos pezones marrones de mamá y cómo al enfriarse con el contacto de la saliva la areola se volvía más rugosa. Tras esto se dedicó al otro pezón de Maca con igual suavidad que lo había hecho con el anterior.

Maca seguía dormida pero en sueños empezó a suspirar por el placer que su cuerpo debía estar sintiendo.

Vamos a ver si se despierta de una vez –dijo mi madre guardándose la teta dentro de la camiseta, lo que me hacía pensar que la fiesta se había terminado-. Estaba pensando que a una lo que le apetece por la mañana es desayunar, ¿no?. Y un poco de leche es lo que más apetece….No es que Maca estuviese preñada y acabe de parir, pero vamos a imaginarnos que fuese así, que fuésemos sus dos gemelos recién nacidos que quieren mamar un poco….¿estás de acuerdo?

Como no lo voy a estar….¿pero de verdad te apetece mamar a Maca?

Hiiijoo….¿tú que crees?. Pero suavecito, y en cuanto notemos que se despierta paramos, para que no se dé cuenta de nada

Fue un placer, estar tumbado con la teta de Maca en la boca y viendo al lado a mi madre con su otro pezón, tomando la lechita de Maca. El despertar de ella fue de lo más suave y entre delicados gemidos y suspiros, lo que nos dio tiempo a retirarnos sin que se enterase de nada. Se despertó de un humor buenísimo mientras comentaba al ver tan erectos sus pezones:

-¡Qué radiantes se han despertado hoy! ¿No créeis que tengo las tetas preciosas con por las mañanas?

Maca –dijo mi madre haciendo un mohín y regañándola en broma- estás hecha una vanidosa, ¿crees que nos pasamos el día pendientes de tus tetas?

No le hagas caso –le dije yo haciéndome el cariñoso y le di un beso en los pezones-

Qué peligro tienes ya por la mañana. Confórmate con que te preste mis labios un rato

Después de besarme a mi, como algo totalmente natural entre las dos, Maca rodeó también con los brazos el cuello de mi madre y la besó en los labios, suavemente pero demorándose en su boca. A mi madre también le pareció natural durante ese momento interminable acariciarle los pechos a Maca, que parecía muy a gusto con que lo hiciera e incluso tomó por un momento la mano de mi madre para guiarla hasta su culo por debajo de las bragas. Mi madre y yo sonreímos uno para el otro pensando que Maca creía haber tomado la iniciativa en los juegos al besar a mi madre, sin saber que ya nos había dado de mamar esa misma mañana

Comoquiera que queríamos pasar el día en la playa disfrutando del sol, y por mi parte, dicho sea de paso, también de los topless, teniendo en cuenta que estaban siendo unas vacaciones disfrutando a placer de las tetas de las mujeres, fui el primero en ducharme y prepararme para salir hacia la playa. A mi me siguió mi madre, que se demoró más tiempo en la ducha y en vestirse, lo que estaba impacientando a Maca, que esperaba su turno.

Como no sabía muy bien qué hacer, decidí salir de la habitación a dar una pequeña vuelta para hacer tiempo Y cual no sería mi sorpresa cuando en el pasillo de nuestra planta me encuentro a Vilma, una de las mejores amigas de mi madre, que también está divorciada, y es la madre de un buen amigo, Marco. Es aún más joven que mi madre, tiene 36 años, y está igual de buena. Su cabello es ondulado y pelirrojo, esbelta, con unas curvas que marcan unos senos grandes que deben ser de lo más apetitoso. Siempre nos hemos llevado muy bien, porque te da mucha confianza en el trato

¡Esto sí que es una sorpresa, Fernando! –mientras nos dábamos un abrazo-, ¿y tú por aquí?

Lo mismo estaba pensando yo, me alegra mucho verte.

Pues he venido a pasar unos días de vacaciones con Marco en la playa, y ésta era la zona que más nos apetecía, porque nos gustan los paisajes del norte y este verano el sol y el calor son fantásticos, y por la noche la marcha está garantizada..a ver si encuentro a alguien que se fije en mi

Estarás de broma..lo difícil será que encuentres un hombre que no lo haga

Bueno –dijo riendo- la verdad es que después de notar las miradas con el topless de ayer en la playa, ya tengo más confianza.

Los dos nos reímos y estuvimos charlando un buen rato porque hacía ya un par de meses que no nos veíamos y por eso no sabíamos ninguno de las vacaciones de los otros. Me comentó que también estaba haciendo tiempo para entrar en la ducha, así que le comenté que podíamos acercarnos hasta mi habitación para que pudiese darle una sorpresa a mi madre.

Después de entrar en la habitación, encontré la puerta del baño entreabierta y asomé la cabeza por ella, mi madre estaba en bici aplicándose crema para bajar a la playa y Maca parecía ocupada en preparar las toallas, gel y champú antes de ducharse.

A lo mejor pensabas sorprendernos algo más ligeritas de ropa, espía –me dijo mi madre en broma-.

Me parece que la sorpresa va a ser más bien para ti…¿adivina quién está conmigo?

¡Vilma! –mi madre se llevó una gran alegría al verla, y después siguieron unos cuantos minutos de torbellino de animada conversación entre ella, Vilma y Maca, pues estas dos también se conocían desde hacía tiempo-.

Venga cotorras, que ya nos estamos perdiendo bastante playa por hoy –dijo Maca-.

Es cierto, se me había olvidado por completo que querías ducharte, y yo tengo que terminar de ponerme crema. Pero es una pena dejar los cotilleos

Nadie ha dicho que los dejemos –comentó Maca-, sólo que sigas con lo tuyo que yo me voy a duchar

Claro nena, espera que te dejamos libre el baño...

Lo que no esperaba era que Vilma interviniese tan deshinbida en la conversación, pero se ve que debía ver con buenos ojos a Maca

Creo que tiene más encanto que sigamos los cuatro de cotillas aquí en el baño

Pero Vilma, a lo mejor Maca se siente incómoda mientras tiene que ducharse

Elisa…que le va a importar ponerse en bolas delante de su novio y su madre, si son la de la familia y hay confianza. Y en cuanto a mi, soy una mujer, y ya me conoce desde hace tiempo

Tampoco se prolongó más la conversación, porque Maca, encantada, ya se estaba quitando la camiseta de espaldas a nosotros, quedando desnuda de cintura para arriba. La primera vista de la que pudo disfrutar Vilma fue la de sus tetas bamboleándose al inclinarse sobre el mando de la ducha.

Si ya te pones cachonda, Vilma –dijo mi madre en broma- espera a que se dé la vuelta-….

¡Tachaaan! –siguió Maca la broma volviéndose y exhibiendo tetamen y pezones-Vilma, te presento a mis tetas y a mis pezones rosa clarito.

Vaya tetorras que tiene la niña, Elisa, me están dando sofocones de verlas

¡Que bromistas sois! –dijo Maca-. Como si vosotras no las tuviérais iguales o mejores

Creo que ya no tan duras y bien puestas como tú, nuera –dijo madre sobándole una -. Mira que duras las tiene Vilma, toca, toca..

No sé si debo….

Pero Maca le cogió su mano y se la llevó a la otra teta, así que con la excusa, tenía a mi madre y su amiga, sobándole una teta cada una.

Ya es hora de ducharse, así que fuera bragas. Pero quítamelas tú Fer, que sabes que me gusta

Anda, hijo, haz lo que te pide, que nos tiene intrigadas

Así que me acerqué, y mientras cada una de ellas le sobaba suavísimamente una teta, yo me arrodillé a su lado tomándome todo el tiempo del mundo y…..separé los elásticos, agarré sus bragas a la altura de sus caderas, le pedí a Maca que abriese un poco las piernas , comencé a bajarlas muy despacio, me detuve cuando comenzaron a asomar unos pelillos rizos, continué bajándolas y se las dejé a la altura de las rodillas mientras veíamos un bosque precioso en su coño…y terminé por quitárselas.

Bueno, me voy para la ducha lanzados….

De lanzados nada –bromeó mi madre-, creo que que la has dejado las bragas un poco húmedas eres tú

De eso nada, sólo que a ti te encantaría pensar que lo habéis conseguido

No disimules Maca –dijo Vilma-, o tendremos que comprobar si está húmeda esa rajita

Yo no me opongo –dijo mi novia en el colmo de la excitación-. Pero ese privilegio sólo lo tiene Fer –y me guiñó un ojo cómplice-

Como estaba viviendo el mejor de mis sueños, no lo dudé, y en un instante pasé mis dedos por su suave rajita mientras Maca suspiraba. Estaba empapada de flujos. Para seguir con la broma de la apuesta, acerqué los dedos después a mi madre y a Vilma para que los oliesen

Maca, creo que has perdido la apuesta –dijo mi madre-

Así que tendrás que pagar un precio –dijo Vilma-. Creo que nos debes un pico a cada uno..

Así que Maca encantada, nos dio un brevísimo pero excitante pico con lengua a cada uno de los tres y se metió en la ducha.

Aprovechamos para salir del cuarto de baño y preparar el resto de cosas para meternos en el coche e irnos a la playa a pasar la tarde, hasta que mi madre me comentó:

¿No vas a lavarte a esos dedos?

¿Por qué? –contesté yo mientras los dos esbozamos una sonrisa cuando yo me los llevé a la boca para chuparlos-

La playa…el mar reflejando la luz como un espejo, el calor acariciando la piel, el relax de estar de vacaciones, el haberme encontrado con un colega como Marco y el estar acompañado tres diosas con sus cuerpos listos para disfrutar de la playa…¡que más se podía pedir!

Buscamos un sitio en la arena en el que poner nuestras toallas, mientras yo pensaba esperanzado en que Vilma había comentado que ayer había hecho topless.. Y con toda la naturalidad del mundo, no se hizo nada de rogar..

¿No os importa que me despechugue, verdad? Creo que no son tan bonitas como las de Maca o Elisa, pero quiero broncearme las tetas sin que me queden las marcas del sujetador.

Mentía con coquetería. Se desabrochó el sujetador y saltaron a la vista, de repente, dos tetas enormes, probablemente una talla 100 como la de Maca, saltarinas y juguetonas y con unos pezones jugosos y grandes. Vilma se apoyaba con los codos sobre la toalla mientras fingía poner su rostro al sol, porque lo que deseaba indisimuladamente era hacer una exhibición de sus tetas. La quiso completar más todavía cuando con la excusa de querer refrescarse por el calor que hacía se acercó al agua a mojarse las tetas, regalándonos cuando vovía una preciosa vista de sus pezones bien tiesos.

Vaya sesión de topless que nos estaba dando, especialmente a Marco, al que por tratarse de su madre todavía le resultaba más excitante.

¿Qué pasa Elisa, no quieres tu hijo te vea las tetas?

Creo que con este bikini ya ve más que suficiente, además –provocándome-, puede que Marco sea tan liberal como para disfrutar de las tetas de su madre, pero no sé yo si Fernando

Por mí que quede claro –interrumpí-. Las tres con las tetas al aire.

Todos rieron mi ocurrencia y continuamos todos disfrutando de estar tumbados al sol, y todos, también, de contemplar las tetas de Vilma. Estaba más extrañado de que Maca no decidiese hacer topless después de los juegos que habíamos mantenido en el hotel y de que la hubiésemos visto en bolas; pero no perdía la esperanza ya que los dos sabíamos lo mucho que nos excitaba la idea de que se pusiese a enseñar las tetas a todos los tíos de la playa.

Creo que la misma idea estaba pasando por su cabeza, porque después de un par de horas en la playa

Con este calor que estamos pasando creo que lo mejor es que también haga topless. Además también quiero tener un bronceado integral

Yo ya me relamía de gusto con la sesión de exhibicionismo de la que disfrutaría toda la tarde, pero no imaginaba que Maca todavía quisiese regalarme, sabiendo mis gustos, una situación todavía más picante haciendo participar a Marco, ya que éste estaba a un lado de su toalla y yo al otro:

Marco, por favor….¿podrías ocuparte del nudo de mi sujetador para que me pueda soltar las tetas?

Encantudo, eh..digo, encantado Maca

No te pongas nervioso que son sólo unas tetas,…..¿ves? ¿Qué te parecen?

Son…espectaculares Maca

Graaacias…por cierto, ¿tú crees que me puedo quemar en los pezones con este sol? Los tengo muy sensibles y no sé si será mejor poner un poco de crema

Creo que sería lo mejor –balbuceó él imaginándose la visión de Maca tocándose mientras se embadurnaba de crema las tetas-

Pues entonces lo voy a hacer, pero primero voy a ponerle un poco a las de tu madre, que ya lleva bastante rato al sol. Déjame tu sitio en la toalla que me voy a poner a su lado – mientras se movían, Maca no desaprovechó la ocasión de rozar sus tetas aparentando casualidad contra el cuerpo de Marco-.

Todo esto lo vio Vilma, quien encantada recibió a Maca con una sonrisa. Maca sacó un bronceador de la bolsa y apretó el boté hasta salir un chorrito blanco de crema. Le devolvió la sonrisa a Vilma y le dijo:

No pienses que quiera sobarte las tetas, pero estaba preocupada de que pudieras quemarte

Ya lo sé tonta, ni se me había pasado por la cabeza sospechar de tus intenciones…-dijo entre risas. Mi madre también parecía encantada con la situación-

Maca empezó a masajearle suavemente una de las tetas, palpando con su mano lo grande que era y lo que pesaba. Lo que más parecía disfrutar era del pezón erecto, por lo que con la crema que le escurría por los dedos, simulaba hacer el movimiento de unas tijeras para pellizcárselo y que éste creciese y se endureciese todavía más.

Si yo estaba ya a mil, no os quiero ni contar cuando de reojo pude mirar a mi madre y Marco. Los dos estaban sentados, apoyando Marco su espalda sobre las tetas de mi madre, y la mano de ella no paraba de acariciar por debajo debajo del bañador el pene Marco mientras miraban como Maca le magreaba la teta a Vilma.

Bueno Vilma, como las tienes tan grandes como yo, esto da mucho trabajo, así que ¿por qué no dejas que Marco se ocupe de la otra?

Viendo que iba a llegar su turno, mi madre y él se separaron disimuladamente sin que Maca y Vilma, que ya tenían bastante con lo suyo, se diesen cuenta; y pensando que yo tampoco me había percatado.

¿Qué dices Marco? ¿Te importa ponerle crema en las tetas a mamá?

Ehh..claro que no

Pues ven aquí conmigo

Mientras Marco se ocupaba de la otra teta de su madre, Maca quedó a mi lado, pero más que poniéndose crema en las suyas, sobándoselas mientras disfrutaba con la otra pareja. Tan incapaz era de disimular que, llegado un punto, comenzó a darse tironcitos en los pezones, momento que aproveché yo, que estaba sentado detrás de ella, para hacerle perder todavía más el control….

Deja, Maca, que ya sigo yo ayudándote –le dije yo de espaldas a ella, mientras adelantando mis brazos por delante de ella, empecé a magrearle cada teta con una mano…-

Graaaacias….ya ves lo que hago por complacerte -me susurró-

Tengo la mejor novia del mundo

Después de un momento, paramos para aparentar que todos estos juegos no habían tenido nada de particular y había sido todo de lo más natural. El resto de la tarde aproveché para dar paseos con Maca por la orilla del mar, ambos con una sonrisa en la cara viendo cómo todos los que se cruzaban con nosotros disfrutaban de las tetas de ella, y me prometió que de ahora en adelante haría siempre topless. También nos reímos cuando a mi se me levantaba viéndoselas a las muchas chicas que también lo hacían en esa playa. Incluso me dijo, hablando en broma de mi madre y Vilma, que ahora que estábamos solos, lejos de aquellas golfas calientes, se iba quitar las bragas del bikini, para practicar nudismo. Y así lo hizo. Recorrimos toda la larga playa con las tetas y el coño de Maca al aire para que se los viese todo el mundo; y después de darse algún que otro chapuzón, resultaban ya irresistibles.

Esa noche nos fuimos de marcha como el día anterior, pero esta vez los cinco. Nos lo pasamos todavía mucho mejor al salir en grupo, especialmente mi madre y Vilma, que recordaban sus mamoneos con los tíos por la noche cuando salían juntas. Menos Maca y yo, los demás ya estaban bastante pasados de copas; y en un momento dado que íbamos por el paseo marítimo, a Marco y Vilma se les dio por insistir en que le estábamos haciendo pasar el mejor verano de su vida y tenían que agradecérnoslo. Por eso decían que tenían que darnos un beso. Maca, siempre de broma, se subió la camiseta, y como no llevaba sujetador, le quedaron las domingas al aire mientras dijo:

Ala, Marco, elige una y dale un beso

Marco atacó a la primera que vió y más que un beso le dio varios chupetones y lametazos hasta que Maca, entre risas, volvió a bajarse la camiseta y decir que ya nos dábamos satisfechos, mientras todos nos reíamos con sus ocurrencias.

Al llegar al hotel despedimos a la parejita en su habitación, mientras pensábamos si a pesar de lo cargaditos que iban, se pondrían a hacer algún juego erótico.

Nosotros llegamos a nuestra habitación cargando a duras penas con mi madre, que iba ya dormida después de haberse pasado de copas. Había que ocuparse de su pijama para dormir, de lo que pensé que se ocuparía Maca después de que la dejásemos tumbada en la cama. Pero con mirada lasciva Maca me dijo:

No veo por qué tengo que hacerlo yo sola

Bueno, como las dos sois mujeres pensé que sería lo mejor

Venga ya –me dijo mientras desabrochó por debajo de su espalda el sujetador de mi madre-. Estoy segura de que estás deseando que se lo quite para verle las tetas. No debieras cortarte en decirlo, porque así lo disfrutamos los dos

Quítalo de una vez –le dije mientras le plantaba un beso en los morros-

Maca se lo quitó y aparecieron dos tetas maravillosas, grandes, de enormes pezones de color marrón y rugosos en sus areolas. Aunque estaba tumbada sobre la cama, estaban igual de levantados y potentes.

Anda hombre –dijo Maca-, sácate la picha del pantalón y dale un buen meneo, que estas tetas lo merecen –así lo hice, encantado de cumplir los deseos de Maca-

Cada día la tienes más grande y más dura cariño, me encanta –me dijo ella mientras pasaba su mano por mi glande ya humedecido- . Me encanta el bamboleo que hacen las tetas de tu madre al estar tumbada sobre la cama. No me digas que no tienes ganas de verle el chocho….

¿Crees que debemos?

No me dirás que quieres desaprovechar una situación así

En ese momento Maca le quitó las bragas y apareció la mata de suave de pelos de chocho. Eran muchos, rizos y morenos. Y a los dos nos pareció un coño irresistible.

Creo que si ella va a tener que dormir desnuda…lo mejor es que nosotros también lo hagamos.

Dicho esto nos desnudamos, y antes de arropar a mi madre y meternos en cama, Maca dijo que nos quería dar las buenas noches. A mi me dio una suave mamada durante un ratito y a mi madre un lametazo y un beso en el coño. Nos fuimos a dormir.

Por la mañana esta vez la última en despertarse fue mi madre, que estaba de muy buen humor y no tenía nada de resaca. Estaba sorprendidísima de que estuviésemos los tres desnudos en la cama, pero le explicamos que tal como venía la noche anterior era lo más fácil, y que nosotros, por acompañarla, habíamos hecho lo mismo.

Si os digo la verdad, me encuentro mucho más cómoda y me parece más natural que estemos los tres en bolas –dijo risueña, y con la confianza ya había permitido que la sábana la destapase y le viésemos las tetas-. Lo que quisiera es que me acercases el agua, que está de tu lado Fer.

Por las mañanas ya sabes que no muevo ni un dedo. Y con lo bien que estoy aquí acurrucado, menos –dije yo con toda la intención de que tuviese que ser ella la que se estirase para cogerlo y destapase sus encantos-.

Está bien…-me dijo con una sonrisa

De forma que retiró la ropa de cama y se puso de rodillas, como un perrito, alargando el brazo por encima de nosotros dos para intentar llegar al vaso. A Maca le debió excitar la situación y no desprovechó la ocasión para meter un dedo por el coño de mi madre

¡Maaaaca! Me has pillado desprevenida –dijo relamiéndose de gusto-

Maca se rió con ganas y después de jugar a sacarlo y meterlo unas cuantas veces lo retiró. Mi madre la premió con un buen beso jugando con las lenguas y acariciándole las tetas.

Mira lo que le hace la cachonda de tu novia a tu madre….¿qué te parece? No puedo confiar nada en ti Maca –dijo regañándole en broma-. Estoy segura de que aunque a mi hijo se le presentase una oportunidad mejor, sabría controlarse. – Y dicho esto, siguiendo en la postura de perrito, se puso de espaldas a mi mostrándome su culazo y abriendo un poco las piernas.

¿Ves Maca?..También se puede disfrutar sin que me haga perder la cabeza

Claro –seguí yo con la broma-. Maca y yo vamos a darte gusto tranquilamente para que te relajes ya de mañana.

Lo que hice fue separar las nalgas de mi madre y dejar a la vista el precioso agujerito de su ano. Maca le hizo chupar a mi madre el dedo que había introducido en su coño, y untado de saliva masajeó muy suavemente su ano, sin llegar a introducir el dedo. Yo a continuación le metí suavemente la puntita de mi lengua. Mi madre estaba encantada. A continuación decidimos pasar un rato con Maca chupándole las tetas y yo dándole suaves besitos y lametazos en el coño. Estaba en el paraíso.

Aaay chicos…esto es vida, pero no me parece justo tanta atención sólo para mi. ¡A follar un poco, que lo debéis estar deseando!

Mi madre se tumbó sobre la camá y se quedó encantada mirando como follábamos Maca y yo. Maca decidió ponerse encima, cabalgando sobre mi. Yo la penetraba y penetraba mientras ella se movía incansable. Mi madre reía encantada y aprovechaba de vez en cuando para comerle las tetas a Maca, que la miraba lascivamente mientras era penetrada.

Fue maravilloso.

Ese mismo día, después de ducharnos ya los tres juntos con completa confianza, volvimos a quedar con Vilma y Marco para ir a la playa. Yo estaba encantado con la idea de los nuevos topless de las dos. Pero esta vez mi madre se unió, para regocijo de todos, al club de las tetas al aire. Y no sólo eso eso sino que fue la que propuso:

Creo que a nuestros coños le sentaría bien un poco de aire fresco, así que fuera esas bragas.

Se quitó las suyas y se acercó después a las toallas de Maca y Vilma, que se reían haciéndose las remolonas, pero encantadas de quedarse sin bragas, así que tuvo que ser mi madre quien se las quitó. Pasé el resto de las tarde disfrutando ellas y mi madre quiso usar su cámara digital y llevarse fotos de todas en bolas, bañándose, saliendo del agua, en las toallas, dándose picos, presumiendo de tetas

Cuando nos marchamos de la playa, nos encantaba pensar que era sólo el comienzo de un maravilloso mes de vacaciones.

Y por cierto: Elisa, Vilma y Maca se marcharon después de ponerse sus vaqueros sin bragas, todavía estaban empapadas.