Vacaciones con los abuelos

Una linda chica es violada frente a sus abuelos que son obligados presenciar el acto.

Este relato es a petición de una persona que es vecina de los agredidos y que le contaron lo que les ocurrio.

En este pequeño pueblo, todos conocen a Doña Laura una señora ya mayor, tiene 72 años, bastante amigable y un poco entrada en carnes, pero con una salud que le permitía realizar sus diferentes actividades de manera eficiente, también esta su esposo Don Mario nueve años mayor que ella y un poco mas afectado por la edad.

Para poder subsistir este añejo matrimonio se dedica a la venta de tortas, refrescos y helados, en su casa, que ahora esta para ellos solos ya que su hija al casarse se fue a vivir a la ciudad, donde vive con su esposo y sus dos hijos uno mayor que esta en la Universidad y Perla una jovencita, muy bien desarrollada.

Perla tiene una cara bonita, labios delgados y brillantes, un cabello negro largo que cae hasta la mitad de su espalda, una cintura estrecha y unas caderas que empiezan a crecer y tomar forma, pero sobre todo están sus pechos bastante desarrollados que fácilmente pueden ser la envidia de varias compañeras de la universidad e su hermano, y que provocan que mas de uno la piropee y le diga alguna "lindura" en la calle, incluso ha escuchado frases y palabras que aun no alcanza a comprender y que solo atina a adivinar a que se refieren pero sin entender el sentido completamente.

Perla y su familia siempre visitan a los abuelos en la época de vacaciones pasan varios días con ellos y disfrutan a lo máximo, son una familia tranquila que no tiene problemas con nadie,

Fuera de estos días en que Perla los visita, Doña Laura y Don Mario viven una rutina tranquila, todo el pueblo sabe que viven solos pero nadie los molesta y todos les tienen cierto respeto, principalmente por su edad, atiende su negocio, y tratan de disfrutar su soledad, pero esperando entusiastamente la visita de sus nietos.

Este año la visita cambio un poco, al estar su hermano en la Universidad las vacaciones de Perla ya no coincidan con las de él, además sus padres parecían muy ocupados en esta ocasión, lo que provoco que se suspendiera la visita a los abuelos, sin embargo, cuando todos tuvieran tiempo, Perla estaría de regreso a la escuela y no podría visitarlos, por lo que pidió a sus papás que la dejaran ir con a ella sola en este periodo.

Los papás lo pensaron realmente poco, ya que eso los liberaría de la preocupación de que su hija pasara el día sola en la casa o en la calle, con el riesgo de que pudiera ocurrirle algo, así que el fin de semana viajaron al pueblo, pasaron estos días con los abuelos y el domingo en la tarde regresaron a la ciudad dejando a Perla al cuidado de los dos viejecitos.

Los primeros días pasaron si novedad alguna, Perla ayudaba en las actividades de la casa, el negocio y aprovechaba los ratos libre para salir a pasear al parque, donde salvo alguno que otra mirada a sus grandes pechos, por parte de los vecinos, nadie le decía nada, ya que al ser sus abuelos conocidos de todos, a ella la conocían también y le mostraban cierto respeto.

Pero al tercer día algo paso que si bien altero a Perla no le dio mayor importancia, al parecer unos vecinos tuvieron una reunión familiar y vinieron algunas personas de otros pueblos entre ellos un hombre alto moreno poco mas de 30 años, robusto sin llegar a gordo, y sin ninguna peculiaridad que llamará la atención más que la forma en que miraba a Perla, a pesar de estar alejada de él, Perla sintió sobre su cuerpo esa pesada mirada que la hizo voltear a investigar de donde provenía, ella regresaba de su paseo diario, y claramente sintió como aquel extraño la desnudaba con la mirada, a tal grado que por un momento se detuvo y dudo en seguir caminado al tener la sensación de que a cada paso perdía la ropa y mostraba todo sus ya notorios encantos, pero se repuso de inmediato y apresurando el paso se dirigió a la casa, sin dejar de sentir aquella mirada, e incluso percibir la presencia del extraño que la seguía, pero no se atrevía a voltear, hasta que por fin logro llegar a la casa de sus abuelos, una vez dentro se asomo para verificar que venia sola, y al parecer así era ya que la calle se encontraba vacía.

Una vez pasado este pequeño sobresalto, Perla volvió a la normalidad, sintiéndose tranquila y segura por lo que decidió no comentar nada de lo sucedido, ya que realmente, nada había pasado, solo esa molesta sensación de percibir claramente la lujuria del hombre, pero en otras ocasione ya lo había percibido, no tan intenso, pero así era, por lo tanto no valía la pena pensar más en ello.

El cuarto día transcurrió como cualquier otro, al empezar a obscurecer, cerraron el negocio de torta, y comenzaron los tres, Perla y sus abuelos con la limpieza, en eso estaban cuando llamaron a la puerta.

  • A esta hora ya no hay servicio, grito doña Laura

Pero no hubo respuesta solo un nuevo toquido

Yo voy, dijo don Mario, y acercándose a la puerta mientras preguntaba ¿quién?, ¿quién?, pese a no recibir respuesta abrió la puerta

Un fuerte empujón que lo hizo caer terminó de abrir la puerta totalmente para dar paso a tres sujetos. Uno de ellos rápidamente cerro de nueva cuenta la puerta y amago al viejito con una pistola.

Quieto o aquí te mueres pendejo. Le grito mientras los dos restantes reducían fácilmente a doña Laura y a Perla, que por la sorpresa no opusieron mayor resistencia, aunado al hecho de la diferencia de pesos y fuerza era notoria.

Pronto los tres se vieron atados a una silla y amordazados, mientras los rufianes recorrían la casa buscando a alguien más, Perla solo atinaba a llorar y volteaba a ver en cada vez a uno de sus abuelitos, preocupada por que el susto y el golpe no les causara algún daño mayor.

De pronto la voz de uno de ello provoco que Perla volteara para encontrarse con la cara del tipo que el día anterior la había perturbado tanto, entonces… sí, la había seguido!!

Ahora se arrepentía de no haber comentado nada, de haber desechado su preocupación, si no había duda era el mismo, pero que quería? Ellos no eran ricos, todo mundo lo sabía, no tenían objetos valiosos ni joyas, ni nada que realmente pudiera llamar la atención de estos delincuentes, que esperaban obtener de esta invasión? Pronto lo descubriría.

Aquí no hay nada que valga la pena cabron, dijo uno de los maleantes al sujeto que reconoció Perla, y que aparentaba ser el líder del grupo.

Esto solo son chingaderas y una gran pérdida de tiempo a lo pendejo, secundo el otro.

Estos dos tipos eran de complexión normal uno moreno, de unos 35 años, manos gruesas y sucias y cierto olor a gasolina, que parecía indicar trabajaba con coches talvez era mecánico. Y el cabello rebelde, lacio y despeinado, del que después se enteraron le decían "pelos".

El otro era más claro, delgado con varias marcas en la cara producidas tal vez por alguna enfermedad como la varicela, a quien le decían "bache". Y por último aquel que ya conocía Perla "gabo".

El "gabo" acercándose lentamente a Perla, dijo a sus secuaces:

-Están bien pendejos!!, cómo que no hay nada?, pues que no ven esta cosita?, no les dije que aquí encontraríamos algo muy bueno?, y acto seguido apretó fuertemente una de las grandes tetas de Perla, que solo alcanzó a lanzar un pequeño quejido, totalmente ahogado por la cinta que cubría sus labios.

Con los ojos llorosos y reflejando el gran miedo que sentía, Perla vio como los otros dos truhanes se acercaba a ella, y en cuestión de segundos varias manos le apretaban una y otra vez sus pechos.

No supo en que momento le terminaron de rasgar la blusa y quitarle el sujetador fue cosa de niños, solo reacciono cuando sus victimarios se alejaron para poder presenciar el espectáculo que les proporcionaba, dos grandes pechos juveniles, firmes blancos coronados por dos pequeños pezones rosados, virginales, era tal la visión que prácticamente los tres babeaban y por un momento no se atrevían a moverse como temiendo que la visión desapareciera.

Acto seguido los tres se abalanzaron sobre la pequeña, la desataron y acostándola en el sofá le quitaron la falda azul que llevaba, dejando al descubierto unas pequeñas pantaletas blancas, con motitas de colores y un pequeño moñito rosa al frente, era una pantaleta infantil que podía no tener nada de sexy, pero para la mente de esos barbajanes no había mejor aliciente en ese momento, sin más el "gabo" ordeno a lo otro dos que le sujetaran los brazos, y comenzó a bajar lentamente la pantaletita por las blancas piernas de Perla, que pese a sus esfuerzos solo podía a penas moverse y por mas que intentaba luchar no podía evitar que el "gabo", acariciara sus suaves piernas y terminará por sacarle la pantaleta, para dejar al descubierto una preciosa vagina, totalmente cerrada con algunos vellos que, se veía nunca habían sido arreglados, pero que eso no le restaba belleza.

Como si fuera un naufrago hambriento al cual ponen delante de una suculenta cena, el "gabo" comenzó a comerle la vagina, introduciendo fuertemente y lo más que podía la lengua, localizando y mordiendo hasta lastimar el clítoris de la pequeña indefensa, que no hacia más que llorar, mientras los dos restantes aprovechaban para magrear sus lindas tetas, jalar y pellizcar los pezones con tal fuerza que parecía que en cualquier momento los desprenderían, momentáneamente suspendieron el magreo de sus tetas, para liberarse de los pantalones y dejar al aire dos erectas vergas que comenzaron a pasar por las tetas de la chica.

Ahora Perla ya no tenia ninguna duda de que era lo que buscaban, no es posible describir la expresión de asco y espanto que tenia mientras uno le comía la vagina y los otros le embarraban sus vergas por pecho y cara, acercándolas a su nariz lo que le permitir percibir un nauseabundo olor, producto del poco aseo que sin duda tenían estos tipos. A pesar de lo desarrollado de su cuerpo, Perla no tenia experiencia en el sexo, era virgen y a lo más que había llegado era a unos besos y ligeros rozones en sus tetas por parte de sus dos únicos novios, pero nunca permitió algo más y tampoco le atrajo la idea, sin embargo ahora no podía oponerse a conocer el sexo de la peor manera posible.

El "gabo" se enderezó y procedió a bajarse los pantalones de donde salto una gran verga gruesa y venosa que superaba por mucho a las otras dos y de la cual ya goteaba algo de líquido producto de la gran excitación que le producía ese cuerpo virgen y suave que tenia en frente, volteo a ver a los abuelos y pudo notar que estos cerraban los ojos fuertemente para no ver lo que pasaba como si con eso pudieran evitar lo que estaba a punto de pasar.

A ver par de viejos ojetes, abran los ojos y vean bien lo que va a pasar, quiero que disfruten de este espectáculo que preparamos para ustedes y cuidado y no lo hagan (mostrando la pistola) por que a los tres se los carga la chingada, entendieron?

Al no obtener respuesta el "gabo" corto cartucho, y apunto directo a la cabeza de doña Laura, - dije que si entendieron con una chingada!!!- presa del pánico los dos viejecitos movieron la cabeza afirmativamente.

Una vez que obtuvo la respuesta esperada volvió con Perla y sin mas coloca la cabeza de su verga en la entrada la vagina, y comenzó a empujar lentamente, parecía imposible que aquella cosa pudiera entrar, la proporción era bastante desigual, lo cerrado de la vagina comparado con el tamaño del miembro, parecía que de solo intentarlo partiría a la chica, pero gracias a la comida que le habían dado Perla tenia la vagina ensalivada y esto permitió que ese miembro lograra entrar lentamente, apenas llevaba unos cuantos centímetros se detuvo.

esta putita es virgen, acabo de llegar a su barrera!! Grito gustoso, prepárate perrita que en este momento te voy a convertir en una mujer y vas a ser una gran puta por el resto de tu vida...

Sin decir más empujo con más fuerza, rompiendo el himen de la chica, que a pesar de la mordaza se escucho un fuerte quejido producto del dolor que le ocasionaban, esto ocasiono la burla de sus agresores

Miren a la putita esta gozando, se ve que tenia ganas de verga, pues bien hoy vas a tener hasta hartarte.

El "gabo" estuvo bombeando por un largo tiempo, mientras Perla no paraba de llorar, y sus abuelos incrédulos no se movían, parecían petrificados ante la escena de ver como desvirgaban a su nieta.

Finalmente termino inundando la vagina de un viscoso y caliente liquido, blanco, se mantuvo por uno minutos más hasta que se retiro mostrando una flácida y goteante verga manchada de sangre, producto del desvirgamiento y tal vez de algún desgarre ocasionado en la víctima

Una vez cumplida su fechoría el "gabo" se retiro dejando paso al "bache", quien sin más se introdujo totalmente en Perla.

  • Que rica estas mamacita, apretadita, apretadita como me gustan, te podría estar cogiendo todo el día y no me cansaría de esto.

Perla ya sin fuerzas no opuso la menor resistencia, además de que el tamaño de la verga al se menor ya no producía dolor, simplemente la terrible sensación de humillación y suciedad, que no podía evitar sentir.

Mientras tanto el "gabo" salía de la cocina comiéndose una torta y con un refresco en la mano, colocó una silla junto a los viejitos y se sentó a disfrutar de la "película".

El "bache" había inundado nuevamente la vagina de Perla, que ahora se veía roja e hinchada, producto de las fuertes penetraciones que había sufrido, pero faltaba uno más que procedió a voltear a perla dejándola con el culo en pompa, y ayudado por su cómplice empezó a tocar el culo y ano de Perla, esta asustada nuevamente intento oponer resistencia,. Pero la fuerza de sus agresores era mayor aunado al desgate que ya había sufrido, no pudo hacer gran cosa. Después de unos segundos de jugar con ese rico culito, el "pelos" coloco la punta de su verga en el estrecho orificio y comenzó a empujar, Perla demostraba el gran dolor que sufría, a pesar de que su victimario no lograba que su verga entrara debido a lo estrecho del ano. Enfadado fue a la cocina y regreso con una barra de mantequilla, con esta embarro el ano de Perla y la cabeza de su pene, y procedió nuevamente a presionar fuertemente, ayudado por este lubricante, logro que de un solo golpe su mimbro entrara hasta la mitad, el cuerpo de Perla se arqueo como intentando expulsar a ese intruso que le causaba un ardor inimaginable, casí inmediatamente el cuerpo se aflojo, si se había desmayado, a causa del dolor, pero esto no le importo a su agresor quien termino de introducir su verga y comenzó el rítmico mete – saca.

En ese momento el "gabo" había terminado de comer y viendo la escena le dijo a doña Laura:

qué buen espectáculo, verdad viejita? Y ha ti te han dado por el culo, mira como lo goza tu nieta, contéstame!! Te han dado por el culo?

La pobre doña Laura temblando de miedo y con los ojos hinchados de tanto llorar nego con la cabeza,

Pues creo que voy por mi segundo desvirgamiento del día, ja, j aja..

Y tomando a la viejecita la empino de cara a su marido, para que este pudiera observar el rostro de su amada. Le descubrió el culo dejando ver un negro orificio, rodeado de una carnes bastante arrugadas, tomo el resto de la mantequilla que habían dejado y repitiendo la misma operación de lubricación, comenzó a penetrar ese viejo orificio, los ojos de doña Laura, parecían quererse salir de sus cuencas, sus músculos se tensaron al máximo a cada centímetro que ingresaba, el dolor se incrementaba mil veces más, y por el mismo dolor no podía dejar de ver los ojos de don Mario, que no paraban de llorar , finalmente ingreso completamente la gran verga, que le llegaba hasta los intestino, parecía que le habían abierto un canal directo al estomago, sentía que a cada embestida le perforaba más adentro, y cuando termino vaciándose dentro de doña Laura, esta sintió que el estomago s ele inflaba, el "gabo" se retiro y doña Laura no pudo contenerse más y comenzó a defecar en ahí mismo, en la misma penosa posición que la había dejado, vaciando completamente sus intestinos, como si aquella cogida hubiera sido una efectiva lavativa estomacal.

Mitra a tu vieja como goza la cabrona, te digo que a toda las mujeres les gusta que les rompan en culo, todas son bien putas, mira a tu nieta del puro gozo hasta se desmayo, yo creo que ya tenia tiempo que no te cogias a tu vieja verdad, pues ya viste que bien se comió toda mi verga y que rico sintió mi leche dentro de ella?? J aja j aja.

Una vez satisfechos los tres malandrines se vistieron, y se retiraron, no sin antes amenazar a los viejitos que si iban con la policía regresarían a violarlos nuevamente y ahora hasta don Mario participaría en la orgía que les prepararían.

Cuando Perla despertó, sentía un inmenso dolor en todo su cuerpo, estaba en la cama de un hospital, al lado de su abuela, no sabia cuanto tiempo había pasado y no supo como llego ahí, solo recordaba aquel terrible momento que había vivido.

Perla regreso con sus padres, se hicieron algunas investigaciones pero no se dio con los culpables y las victimas no quisieron ahondar en el asunto.

Hoy Perla no ha regresado a pasar la vacaciones con sus abuelos, ellos siguen atendiendo su negocio y al parecer doña Laura esta bastante repuesta de sus daño, sin embargo ahora desconfían de todo extraño, han colocado una alarma en su casa, y tienen un perro, algunos vecinos que se enteraron y aprecian al matrimonio, los visitan constantemente por algunos minutos para verificar que se encuentren bien, sin embargo no podrán olvidar aquella terrible noche en que fueron atacados, en ese tranquilo pueblo, donde todos los conocen pero nadie los cuidaba.