Vacaciones con Clara

La historia siguiente ocurrió hace más de un año pero me marcó tanto que la recuerdo como si hubiese pasado ayer mismo. Era agosto y fui con mi novia Clara a pasar unos días de vacaciones pueblo de la costa.

La historia siguiente ocurrió hace más de un año pero me marcó tanto que la recuerdo como si hubiese pasado ayer mismo. Era agosto y fui con mi novia Clara a pasar unos días de vacaciones pueblo de la costa.

Clara tenía 22 años. Ella es una chica guapa con una gran melena castaña y ondulada. Sus ojos son marrones y dulces. Sin hacer deporte luce un tipazo, tiene unos grandes y firmes pechos y un culito perfecto. Es una chica extrovertida, inocente, amiga de todo el mundo y sencilla. En cuanto al sexo es bastante cortada al principio, pero cuando se anima no hay quien sacie su apetito sexual. Lo que más me gusta de ella son sus grandes y firmes tetas, con sus pezones pequeños. Sus tetas eran muy famosas en el instituto antes de que empezáramos a salir. Y lo que realmente me sorprendió de ella fueron sus mamadas, son increíbles, lo sabe hacer realmente bien, le pone muchas ganas y se nota que a ella le encanta. Yo soy Raúl, entonces tenía 24 años, mido poco más de 1,80, soy castaño, ojos marrones, mi cuerpo está bien cuidado gracias al gimnasio y me encanta practicar el sexo como a todo el mundo.

Llevábamos 4 años de relación y decidimos pasar unas vacaciones juntos en la costa, ningún año teníamos los mismos días libres, y por ello nos hacia bastante ilusión. Los primeros días consistían en relajarnos en la playa, cenar por algún restaurante y echar un polvo en el hotel antes de ir a dormir. Pero el tercer día a ella no le apeteció sexo, y el cuarto y quinto tampoco, sin duda llevábamos muchas horas seguidas juntos, y a ella le agobió un poco, y yo en cambio no podía soportar eso de no tener sexo.

Con mi rallada de no echar polvos llegó el sábado y propuse a Clara salir a tomar algo por algún local y así airearnos un poco. A ella le pareció buena idea ya que le gusta mucho bailar. Yo ya tenía muchas ganas de sexo y sabía que el alcohol era mi gran aliado, cuando se emborracha deja de ser tan inocente y se pone muy y muy cachonda. Además, como las noches anteriores no habíamos tenido sexo, seguro que ella me esperaba también con muchas ganas. Para ir a cenar, ella se puso una faldita de verano finita y blanca, y una camiseta marrón de tirantes ceñida, le quedaba perfecta con sus ojos y su pelo castaño. La camiseta era bastante escotada y enseñaba parte de sus grandes y firmes pechos. Además llevaba un tanga blanco que sabía que a mi me vuelve loco, sin duda para ella también era una noche especial y estaba guapísima.

De camino al restaurante noté que había mucho ambiente por la calle, era una noche calurosa y las terrazas estaban llenas. Los chicos que nos cruzábamos la miraban mucho, sus ojos se dirigían a sus pechos pues al caminar parecían que se le iban a salir de la camiseta. El descaro de los tíos me producía una mezcla de rabia y orgullo. Es difícil no fijarse en una chica así.

Durante la cena pedimos vino y no paré de llenar su vaso, el vino le sube enseguida y ella se pone muy cariñosa. Yo, sin darme cuenta, también me estaba poniendo un poco morado.

Después de cenar fuimos a dar una vuelta por la zona de bares yendo de local en local, tomando copas y bailando. El vino y las copas habían hecho efecto, sus mejillas habían cogido color y bailando nos habíamos puesto bastante cachondos. Todos los pubs estaban a reventar y había mucha gente con alguna copa de más. Clara era objeto de miradas, se la comían con los ojos, pero en cuanto me veían a su lado paraban de tontear con ella. En uno de los pubs Clara fue al servicio y cuando regresó me comentó alterada que un grupo de chicos la habían rodeado para bailar con ella, y todos aprovecharon para meterle mano, incluso le habían metido la mano debajo de la faldita para tocarle el culito. Me dijo que no pudo hacer nada por evitarlo y no era de extrañar pues ya iba bastante borracha. No pude evitar enfadarme con ella, aunque sabía que no era culpa suya.

Yo ya quería volver al hotel pero Clara quería continuar bailando así que fuimos a una discoteca. Allí podríamos bailar un rato más para contentarla. Cuando llevábamos un rato bailando en la discoteca, fui a pedir a la barra y al regresar la vi hablando con dos tipos. Me entraron muchos celos, pero me contuve, sé que le molesta mucho que me ponga celoso. Ella dice que le gusta mucho hablar, conocer gente y hacer amigos. Y yo le digo que lo único que quieren es aprovecharse de ella porque está buena, pero no se da cuenta de ello. Así que no intervine.

Seguían hablando, y el chico más alto que la agarraba de la cintura, bajó la mano lentamente hasta tenerla en su culo. Se estaba regalando con ella, pues la falda era de una tela fina y debajo solo llevaba un tanga. Llevaba ya unos segundos con su mano en el culo de Clara y ella ni se había dado cuenta, así que su amigo, que estaba en el otro lado, empezó a hacer lo mismo. Ahí estaban dos tíos sobándola descaradamente y mi novia sin hacer nada. No aguanté más y me acerqué. Llegué y me presenté. -Hola me llamo Raúl y soy el novio de Clara- dije en tono muy serio. -Ah, cariño, ya has estás aquí, te presento a dos amigos que acabo de conocer, se llaman Carlos y Alejandro, y son de Madrid. -¿Amigos?- me pregunté a mi mismo.

Como podía Clara ser tan inocente, si solo hacían que sobarla. Carlos era alto, atlético y tirando a rubio, con el pelo corto, y parecía un tipo guapo y chulo. Alejandro era un poco diferente, también guapo pero era moreno, más bajo y fuerte. Luego me presentaron a una pareja que había al lado. La pareja se llamaban Fernando y Laura, él era un chico castaño y parecía buen chaval, y su novia era un bombón, una morena con aspecto de pija con unos pechos muy bien puestos y una sonrisa preciosa. Después de los saludos el tipo alto continuo acechando a mi novia y Alejandro no le soltaba la cintura, parecía no importarles mi presencia, o quizás se habían dado cuenta que los dos íbamos muy borrachos. La pareja me empezó a dar conversación, tal vez para distraerme. Me explicaban de donde eran, donde tenían el apartamento alquilado y cuatro tonterías más, pero yo no dejaba de mirar de reojo a Clara y a ese par de buitres. Ya cansado de la situación y de que ese par de individuos se rieran de mí, me acerque a Clara y le dije:

-Clara, marchemos al hotel, que ya es muy tarde. -¡Pero si aun es temprano! Además nos han invitado a su apartamento a jugar a algo, que allí tienen alcohol y aquí es muy caro beber. -¿No te das cuenta que te están sobando todo el rato?- Le recriminé. -Otra vez con tus tonterías y tus celos. ¡Siempre estás igual! ¡Pues te guste o no, yo me voy con ellos que me lo estoy pasando muy bien!- me replicó. Ya se había molestado así que decidí ceder un poco e ir con todos a su apartamento a beber un poco más y por supuesto vigilar a Clara que llevaba un buen pedo. El apartamento estaba cerca, era muy pequeño, tenía una habitación doble, un baño, una cocina, y un comedor algo grande con una mesa redonda en el medio, un sofá grande y un sofá-cama. Nada más llegar nos sentamos en la mesa, empezaron a traer alcohol, y los dos buitres se sentaron uno a cada lado de mi novia. Aquellos tipos me empezaban a caer realmente mal. Yo a mi lado tenía a Carlos y al bombón de Laura. Comenzamos a beber y Alejandro propuso jugar a algo. Un juego que consistía en girar la botella y a quien le tocara debía quitarse prenda o hacer una prueba. Yo miré a Clara y dije: -Lo siento, pero a esto no podemos jugar nosotros. -¡Otra vez con tu mentalidad antigua! Solo es un juego, nada más- me recriminó ella delante de todos.

Quizás tenía razón, además también jugaba la otra pareja y no se habían quejado. La primera ronda la botella giró hacia Carlos, y se votó que se quitara la camiseta, el tío tenía buen cuerpo, estaba fuerte y con un tatuaje en el brazo. La siguiente ronda le tocó a Laura y se votó que se quitara también la camiseta. Era una delicia ver como se la quitaba y lo bien que le quedaba su sujetador blanco, lucía unos pechos no muy grandes pero si redonditos y bonitos, mirarla me había puesto muy cachondo de golpe. En ese momento pensé que el juego tampoco estaba tan mal y que quizás no había sido tan mala idea.

Seguimos y le toco beber a Clara, y por idea de Carlos se tenía que quitar el sujetador, sin tener que quitarse la camiseta. Lo hizo con habilidad y se quedo tal y como estaba, pero sin sujetador. La camiseta era muy escotada y finita, y se le notaban los pezones. No fui el único que se dio cuenta, pues Carlos en seguida empezó a lanzar comentarios sobre sus pechos, diciendo que eran grandes y bonitos. Esos comentarios no me gustaban mucho y Clara solo sonreía tímidamente a sus gracias, ella estaba acostumbrada a esos comentarios sobre sus tetas en el instituto.

Luego me toco beber a mí, y enseguida noté que la bebida que habíamos preparado estaba muy cargada. Me tocó quitarme la camiseta. Volvió a tocarle a Clara y bebió como tocaba. Todos votamos prueba, incluso yo, que sabía que si se quitaba la faldita se quedaría en tanga.

-¡Esto hay que animarlo un poco!- Dijo Carlos- te vendaremos los ojos y te daremos un pico cada uno y si no aciertas quien es tu novio, nos tendrás que dar un rosco a los demás.

En ese momento sentí un poco de celos pero solo se trataba de un pico. Además, al ir un poco tocado por el alcohol incluso me pareció divertido.

Tapamos los ojos a Clara y se puso de pie. El primero fue Fernando que le dio un pico de pocos segundos, se notaba que su novia estaba delante. El siguiente fue Alejandro, que se acercó, la cogió de la cintura y mientras le daba un pico largo fue bajando las manos hasta tenerlas en su culo, entonces abrió las manos y le dio un buen apretón. Me puse rojo de golpe e iba a llamarle la atención pero me hicieron señas de que no podía hablar, así que decidí esperar para echarle la bronca luego. Seguidamente fui yo y le di un pico como los de siempre, para que me reconociera. Y finalmente le tocó a Carlos, que la empezó a besar cogiéndola de la cintura y el muy desgraciado empezó a subir las manos hasta darle una sobada a sus tetas por encima de la camiseta. El tipo se había regalado tocando las enormes tetas de mi novia.

-¡Eh tíos, de que coño vais!- dije como pude, pues el alcohol ya me había dejado tocado. -¡Solo es un juego! ¡No hay que molestarse por ello!-.-dijeron riendo todos. -¡Es verdad!-dijo Clara también afectada por el alcohol- No te preocupes, a mi no me ha molestado, sé que es un juego y ya está. Quise evitar una discusión y mi cerebro tampoco estaba para argumentar mucho, así que decidí reírme también de la situación. -Ahora toca que adivines quien era tu novio- dijo Laura, que no solía hablar mucho. -El primero-dijo Clara, convencida. ¡Jaja!- volvimos a reír todos pues había fallado. Ahora tocaba un rosco con los demás, ya que había fallado la respuesta, eso no me gustó mucho pero acepte que era el juego. Fernando volvió a ser el primero y se controló bastante. Luego Alejandro la empezó a meter la lengua todo lo que pudo, y volvió a sobarle el culo, sin yo decir nada para que no me abroncaran otra vez llamándome celoso. Y finalmente, Carlos también empezó a sobarle el culo subiéndole la faldita dejando ver su tanguita blanco y sus bonitas nalgas redonditas, le metía toda la lengua y cuando acababa aprovecho para tocarle otra vez las tetas. A todo esto Clara había metido la lengua también a todos, había cerrado los ojos y ni se había quejado de la sobada que había recibido. Con la excusa del juego y la prueba se habían regalado sobando a mi novia. La situación era superior a mí, por un lado me sentía humillado y por el otro la situación del juego me había excitado un poco. El juego siguió y para mi desgracia, la botella volvió a girar hacia a Clara, gracias a mis insistencias evité otra prueba para ella. No me apetecía ver como sobaban el culo y las tetas a mi novia con la excusa de la prueba. Así que tuvo que quitarse prenda y la votación salió la camiseta. Por un momento me alegré pero luego recordé que ya se había quitado el sujetador y que quedarían sus tetas al aire. Cuando Clara se quitó la camiseta todos aplaudieron, ella se medio tapó pero iba tan bebida y sus tetas eran tan grandes que apenas se las podía tapar. La siguiente partida Laura se quedó en braguitas diminutas y sostén, dejando disfrutar a todos de su cuerpecito. Solo de mirarla me entraban calores, la cara se me ponía roja y no pude evitar una erección. Quería que por un instante no fuera solo mi novia el centro de atención. Se giró la botella un par de veces más y nos quedamos Carlos y yo en calzoncillos y sin camiseta. Pensé que mi novia a lo mejor se pondría un poco celosa por estar yo en calzoncillos al lado de Laura, que también estaba solo en ropa interior, pero la verdad es que no estaba nada celosa. En su estado se olvidaba que no llevaba nada arriba y apenas se tapaba, dejando las tetas al aire. Además Carlos y Alejandro no paraban de hacerle bromas y cosquillas, y Clara tenia que utilizar sus manos para defenderse dejando sus grandes pechos botando con libertad al descubierto. Entre los tres se lo estaban pasando bomba con las tetas de mi novia.

¡Enséñanos tus bonitas y grandes tetas, Clara!- decía Alejandro, repetidamente, mientras ella solo se limitaba a sonreír.

Yo miraba a mi novia mover sus maravillosas tetas al aire y me estaba poniendo bastante cachondo, mi novia estaba realmente muy buena, y olvidaba que había otros tíos delante mirándola también. -Nos vamos a dormir- dijo Fernando refiriéndose a él y a Laura, su novia. No podía ser, me iba a quedar con las ganas de verle a Laura sus maravillosas tetas o hacer alguna prueba con ella. Nosotros también, ¿Verdad Clara? -dije yo, ya que sin Laura para mi no tenia gracia el juego y estaba bastante cansado y bebido. -¡Yo me lo estoy pasando muy bien, y no me voy todavía a dormir!- me dijo Clara con los ojos brillantes y la sonrisilla, por culpa del alcohol. -Podéis quedaros a dormir aquí, ahí tenéis un sofá libre que es bastante ancho.- dijo Fernando amablemente. -¡Que buena idea, muchas gracias!- dijo Clara- así podemos jugar un rato más, y si tú estás cansado puedes echarte a dormir ya, Raúl. ¡Pues me voy a dormir ya!- dije, esperando que ella se viniera conmigo, ya que no creía que me dejara ahí solo en el sofá. Ella se levanto, vino hacia mi, me dio un beso y me susurro al oído: -Buenas noches amor, yo todavía no me acuesto, pero en unos minutos vengo a dormir contigo que necesito mimos, que voy un poco cachonda. Aquellas palabras me dejaron súper cachondo, pero estaba tan tocado por el alcohol que me quede recostado en el sofá. -¡Continuemos jugando!-dijo Alejandro. Hicieron girar la botella y toco a Alejandro. A todo esto, yo estaba en el sofá en un estado de borrachera bastante alto pero todavía despierto observando todo. Alejandro se quito los pantalones quedándose en calzoncillos. Ahora estaban Alejandro y Carlos en ropa interior, y mi novia con la faldita y sin nada arriba. Sabía que esos tipos se querían aprovechar del estado de mi novia, pero supuse que ella sabría poner límite al juego.

La siguiente partida le toco a Clara. Se bebió el vaso que le habían llenado hasta arriba del todo, pues se notaba que la querían dejar bien borracha. Y le hicieron quitarse la faldita. Se la quitaba con dificultad por su estado y Alejandro ofreció ayuda para quitársela. El tío aprovechó para tocarle el culo descaradamente, ya solo llevaba el tanga blanco. Creí que en ese momento mi novia pararía de jugar, pero no fue así. Siguieron jugando y le toco a Carlos, este se bebió su vaso y le hicieron quitarse los calzoncillos. El tío ni corto ni perezoso, se los quitó y dejo a la vista una buena polla, yo aproveché para mirar a Clara y vi como se reía por la situación y como los ojos se le iban a aquella polla. Yo medio borracho en el sofá  prefería hacerme el dormido. La siguiente ronda le toco otra vez a Clara. Como solo eran tres, aquello cogía demasiada velocidad. Se bebió el vaso como pudo.

Los muy cerdos pusieron como prueba que con los ojos vendados con una servilleta debía adivinar otra vez, quién la besaba entre los dos. Y si fallaba debía dejarse tocar durante 10 segundos.

Fue Carlos quién se aproximó y empezó a besarla, y sus manos empezaron a recorrer su culito y luego sus tetas sin dejar de besarla.

¡Has sido tu, Carlos!- dijo ella sin quitarse la servilleta de los ojos.

Lo siento te has equivocado- dijo Alejandro con una enorme sonrisa en la cara.

Vaya par de tramposos- pensé. Y Clara ni se había dado cuenta.

Has fallado y ahora toca que te toquemos un poco- insistieron Carlos y Alejandro.

Te ha tocado prueba y son las normas del juego.- dijo Carlos.

Bueno, pero no os paséis mucho y no vale tocar donde ya sabéis- dijo Clara con cara de víctima.

Tranquila seremos buenos. Además tu novio duerme y no se enterará-dijo Alejandro con una sonrisa.

Clara no se opuso, iba demasiado bebida y es demasiado inocente. Yo no sabía si intervenir, cerrar los ojos o ver hasta donde llegaba el juego. Decidí solo mirar para poder echar la  bronca a Clara con pelos y señales por lo que se había dejado hacer. Se pusieron Carlos delante y Alejandro detrás. Las manos de Alejandro se fueron directamente al culito que solo llevaba el tanguita y lo empezó a sobar, se agacho y lo empezó a dar besos y bocados como loco. Carlos empezó a sobarle las tetas y a darle besos y mordisquitos en los pezones. Eran tan grandes sus tetas que parecía que Carlos no daba abasto con ellas, a todo esto Clara se limitaba a reír. Cuando quedaban unos tres segundos las manos de Carlos y Alejandro se deslizaron hacia abajo por la barriguita de Clara hasta llegar al tanguita, le abrieron ligeramente las piernas y le dieron una buena sobada por encima del tanga a su concha que provocó en ella un grito de sorpresa y gusto. Tenía las manos de dos desconocidos tocándole allá donde solo tocaba yo. No podía creerlo, Clara y esos tíos se habían pasado tres pueblos, ese juego se me estaba escapando de las manos. Hasta que punto era juego y hasta que punto no. Además estaba demasiado bebido y ella también, como para tener una discusión y montar un espectáculo. Yo continué haciéndome el dormido.

Después de la gran sobada de tetas, culo e incluso concha, que le habían hecho a mi novia delante de mí, continuaron con el maldito juego. Ahora fue Alejandro quien se quitó los calzoncillos y le pidió a Clara que le ayudara a quitárselos, esta aceptó y mientras se los quitaba notaba como sus ojos se dirigían al miembro que tampoco era pequeño. Lo tenia erecto gracias a las sobadas que le habían metido al bombón de mi novia. Pude ver como se le medio abría la boquita a Clara sorprendida por su estado y tamaño, mientras miraba fijamente ese gran miembro.

-¿Has visto que cachondo me has puesto? ¡Vamos dale una chupadita! -Le dijo sonriendo Alejandro a Clara.

-¡Es bastante grande!-dijo ella sonriendo tímidamente, mientras volvía a su silla rechazando su oferta, por suerte para mi.

  • Has ganado pero ahora tú eres la única que tiene prenda, deberías quitártela, sino seria injusto.- Dijo Carlos a Clara, que ya había de dejado de taparse las tetas desde hacia un rato.

Bueno…tenéis razón, no seria justo, pero aquí acaba el juego.-dijo Clara.

Se puso de pie y empezó a quitarse el tanguita medio tambaleándose, mientras Carlos y Alejandro se miraban sonriendo.

-¡Espera que te ayudamos!- dijo Carlos.

Entonces se acercaron a ella y volví a ver una autentica sobada de culo, tetas y concha, sin reparo alguno y con la sonrisilla tonta de mi novia. Se había quitado el tanguita pero ellos continuaban sobándola todo lo que podían pues ella no se quejaba. Finalmente ella los apartó y pararon de manosearla. Ahora estaba a la vista de ellos su conchita bien depilada con ingle brasileña que dejaba ver una hilada de bello que subía por su parte más intima. Se tapó como pudo su parte más intima dejando sus grandes pechos a la vista.

¡Mirar que sois malos! ¡Creo que os habéis pasado un poco tocándome!-dijo con su vocecilla de borrachilla.

-Tranquila, solo era parte del juego, además seguro que te ha gustado.-dijo Alejandro sonriendo.

¡No te tapes y dejarnos ver lo bien que te has depilado tu conchita! ¡Mira! Nosotros no nos tapamos.-dijo Carlos sonriendo y enseñándole su enorme polla erecta.

Bueno...-dijo Clara, poniéndose de pié, subiendo los brazos como si estuviera haciendo poses de modelo de Playboy y dejando ver su magnifico cuerpo totalmente. La imagen de mi novia haciendo posturas me excitó muchísimo, con ese cuerpazo parecía una autentica modelo de revistas porno.

Ahora si que me voy a dormir ya, el juego ha acabado y Raúl está solito en el sofá, además tengo ganas de un poco de roce con él que estoy un poco caliente- dijo con tono de culpabilidad.

Se puso el tanguita y la camiseta, y se dirigió hacia el sofá donde yo me hacia el dormido. De camino al sofá, Carlos y Alejandro le dieron otra buena sobada de tetas, culo y chochito, alegando que era la despedida el juego. Clara parecía hacer esfuerzos por no dejarse sobar más, el juego y el alcohol la habían puesto muy cachonda. Se limito a sonreír y decir que se habían pasado un poquillo con ella. Se sentó a mi lado y me dio un beso. Se iba a tumbar cuando interrumpió la voz de Carlos.

-Ahí, no hay mucho sitio, y no vais a dormir muy a gusto, además tu novio está bastante cansado. ¿Porque no te vienes al sofá-cama con nosotros? Hay más sitio, así nos reímos un rato más. – preguntó Carlos.

  • ¡Es verdad!- dijo Alejandro.

Clara se levantó y se aproximó hacia ellos, que no se habían vestido. Apagaron las luces del comedor y se tumbaron los tres, mi novia se quedó en medio.

Se dejaron encendida la luz de la cocina, que dejaba el salón un poco iluminado. Yo estaba totalmente mareado por el alcohol pero era consciente de la situación, me moví como pude en el sofá para tener controlada la situación y saber lo que pasaba en esos colchones.

Estaban los tres tumbados boca arriba, y la mano de Carlos empezó a deslizarse por las piernas de Clara hasta llegar a su tanguita, metió la mano por dentro del tanga y empezó a masajearle la concha, que seguro que estaba humedecida.

-Eh, esto ya no es juego y no puedo hacerle esto a Raúl- dijo Clara con vocecilla de bebida y con sentimiento de culpabilidad.

-No te preocupes, si no se entera no le haces ningún mal, además él tampoco ha sido muy generoso, cuando le ha apetecido se ha ido a dormir sin contar contigo. Y he visto como miraba mucho las tetas a Laura.-dijo Alejandro.

-Tiene razón Alejandro, Raúl ha sido un egoísta y viendo como se le iban los ojos con Laura seguro que cuando tú no estás él se lo pasa bien con otras chicas. Así que no hay nada de malo con que hoy seas tú quien se divierta un poco.- le apoyo Carlos.

No podía creerlo, le estaban poniendo en mi contra.

-Es verdad- se dijo ella –he visto como se le iban los ojos con Laura, y ni siquiera me ha esperado para ir a dormir juntos. Y además por que nos toquemos un poco, no pasa nada, simplemente es continuar el juego. Seguro que él haría lo mismo. Pero solo caricias ¿eh?

Iba tan borracha que la habían convencido con dos argumentos estúpidos, y yo que también iba tocado por el alcohol y tenía la autoestima por los suelos, no era capaz de intervenir, solo me limitaba a mirar y hacerme el dormido.

Las manos de Carlos volvieron a desplazarse por las piernas medio abiertas de Clara que empezó a respirar profundamente, se giró y empezó a besarle la boca apasionadamente a Carlos. Ese beso fue para mi como recibir un puñal, estaba besándolo como me besaba a mí al principio de nuestra relación, sin duda ella había perdido la pasión conmigo. A esto, Alejandro pasó sus manos por encima de la espalda de Clara, le quitó la camiseta y le empezó a tocar sus grandes y espectaculares tetas. Yo estaba fuera de mí, ahora ya no había ni juego, ni bromas, me estaban poniendo los cuernos. Simplemente tenia la esperanza de que fuera un toqueteo tonto y que ella se controlara, pero tan borracha como estaba parecía difícil.

La idea de emborrachar a Clara para ponerla cachonda me había funcionado como siempre, pero me había salido el tiro por la culata. El alcohol despierta en ella un enorme apetito sexual, pero en lugar de disfrutar yo de ese bombón con hambre de polla, eran dos tipos los que estaban disfrutando de lo lindo con ella, y lo que era peor, lo estaban haciendo delante mío. La situación se me había escapado de las manos por temor a que Clara se enfadara por mis celos y por mi falta de autoridad por culpa del alcohol. Una bronca en la discoteca lo hubiese evitado, ahora ya era tarde. Además por culpa de su inocencia y de dejarse tocar más de la cuenta, aquellos tipos se habían empalmado mucho y ahora no se iban a conformar con tocarle un poco el culo y las tetas.

El alcohol parecía que todavía le subía. Estaba tan bebida y cachonda que seguro que ni se acordaba que tenía novio.

Clara empezó a besar el pecho de Carlos, que continuaba tumbado boca arriba, y se puso de rodillas enfrente de él con las piernas abiertas. Se deslizó por su cuerpo hacia abajo dándole besos en sus pectorales y sus abdominales, y guiada por las maños de Carlos sobre su cabeza. En ese momento me temí lo peor, estaba siguiendo el mismo procedimiento que hacia conmigo. Y efectivamente, su cabeza llegó a la altura de la polla erecta de Carlos, la cogió con fuerza y se la metió lentamente en la boca. Le estaba haciendo una autentica mamada, como las que me hacia a mi, y alzaba sus ojos de cachonda para cruzarse con la mirada de gusto de Carlos. Cuando sus miradas se cruzaron Clara sonrió con complicidad pues sabía que Carlos se moría de gusto con su mamada. Su polla se había agrandado notablemente, ello parecía gustarle más a Clara, que con su lengua bien afuera lamía lentamente la punta de ese miembro enorme y gemía por el placer. Mientras, Alejandro no estaba dispuesto a quedarse sin trozo de pastel, y se puso también de rodillas detrás de Clara. Empezó a sobarle el culo y a quitarle el tanguita, y continuó metiéndole su mano derecha entre sus piernas y acariciándole su coñito que ya estaba más que húmedo. En cuanto noto su mano, Clara soltó varios gritos de placer y de gusto. Ella mientras, no paraba de chuparle la polla a Carlos con unas ganas terribles. Estaba motivadísima con la mamada y parecía como si chuparle la polla a ese rompeparejas fuera lo mejor que hubiera hecho en mucho tiempo.

Desde mi posición podía ver como Carlos aguantaba la cabeza de Clara y le sujetaba el pelo acompañando el ritmo de aquella espectacular mamada. Carlos se moría de gusto y él tampoco podía evitar dejar escapar algún suspiro de placer. Clara agarró su polla con la mano derecha, y la empezó a pajear suavemente mientras ella sacaba su lengua para darle una chupada a sus testículos. Fue ahí cuando Carlos se dio cuenta que mi novia era una autentica maestra haciendo mamadas, que no la comía como las demás, sino que a esa chica realmente le encantaba hacer eso. Su polla entera estaba brillante por la saliva de Clara, que se la había relamido bien, por todos lados y con mucho entusiasmo.

-¡Me estás haciendo la mejor mamada de mi vida! ¡Se nota que te gusta hacerlas!- le dijo Carlos.

-¡Es la polla más grande que me he comido nunca y me encanta!- dijo ella llevándose rápidamente otra vez la polla a la boca.

A todo esto, Alejandro se puso debajo de las piernas abiertas de Clara y empezó a hacerle una comida de coño. Esto excitó muchísimo a Clara, que ni corta ni perezosa empezó a chillar de gusto, olvidándose que yo, teóricamente, estaba al lado durmiendo. Además, Alejandro parecía hacerlo muy bien, porque Clara tenía que quitarse la polla de Carlos de la boca para poder chillar de placer. Disfrutaba tanto con ambas cosas que enseguida llegó al orgasmo. Eso no acababa ahí, solo acababa de empezar, ella siempre tiene varios orgasmos seguidos y cada vez más espectaculares, antes de sentirse saciada de sexo.

Ven aquí Alejandro, que te has portado muy bien y ahora tendrás tu premio- dijo Clara.

Se pusieron los dos de pié enfrente de Clara, como si la jugada fuera ensayada, y ella de rodillas empezó a chupar la polla de Alejandro. Y mirándole a la cara y con sonrisa de picara le dijo: -¡Nunca te harán una mamada como esta!-

Fue alternando polla con polla, se metía las dos hasta el fondo y con una velocidad increíble, no sabia decir con cual disfrutaba más. Era como ver una película porno donde una tía buena chupa hasta más no poder las pollas enormes de dos tíos, solo que esa tía buena era mi novia que estaba borracha, y donde yo era un espectador de lujo, que sin saber porqué, estaba también excitado, aunque aquella situación suponía una humillación para mí.

Carlos se apartó para dirigirse detrás de Clara, pero está le pidió que se quedará un rato más.

-Todavía no te vayas. Nunca he hecho un trío, y chupar dos pollas a la vez me pone muchísimo. Así que dejadme chuparos un ratito vuestras enormes pollas -dijo ella rápidamente para meterse otra vez una polla en la boca. Disfrutaba como si comiera dos helados enormes sin saber cual de los dos le gustaba más.

Después de un rato chupando las dos pollas, Alejandro se tumbó boca arriba y Clara continuo chupándole la polla con las mismas ganas. Carlos se puso detrás de Clara, abrió sus piernas y le metió la polla sin apenas dificultad pues estaba más que húmeda. La posición era perfecta para Clara, le estaban dando a su cochito por detrás, como más la gustaba, y tenía la boca bien entretenida con una buena polla. Eran las dos cosas que más le gustaban.

¡Ah!¡Más fuerte, Carlos! – dijo chillando Clara. Su chillido fue increíble, seguro que hasta los vecinos se habían despertado. Pero ella estaba tan excitada que ya le daba igual que me despertara yo y la viera penetrada y chupando una polla.

¡Si! ¡Si!- volvió a chillar Clara, mientras llegaba al orgasmo.

¡Estoy a punto de correrme!- dijo Alejandro mientras sujetaba la cabeza de Clara. A sus palabras, Clara decidió chupar con más ganas si cabe, mientras le miraba a los ojos y con la mano masajeaba sus testículos. Alejandro no aguantó más y empezó a correrse muriéndose de placer dentro de la boca de mi novia Clara, que no había sacado la polla de la boca en todo momento. Disfrutaba con los chorros calientes de semen que le entraban a presión en su boquita. Se lo estaba tragando todo y continuaba relamiendo la polla de Alejandro que estaba brillante y disminuía de tamaño lentamente. No había salido ni una gota de semen de la boca de Clara, que parecía como si quisiera dejarle la polla bien limpia a Alejandro. Era increíble, conmigo nunca había hecho nada similar y estaba viendo algo casi nuevo en ella, sus instintos sexuales al máximo nivel.

La corrida de su amigo en la boca de mi novia había excitado también a Carlos, que sin pedir permiso se empezó a correr dentro del chochito de Clara. Ahora Clara tenia la concha llena de leche de Carlos y la boca llena de leche de Alejandro. Enseguida se giró, cogió la polla de Carlos que todavía echaba algún chorro de semen y decidió dejarle bien limpia la polla, restregando su lengua por toda ella.

Mi novia estaba exhausta de la dosis de polla que había recibido y descansaba tumbada disfrutando, todavía, de las secuelas que le había dejado el último orgasmo y acabándose de tragar el semen de Carlos.

Yo había sido testigo de una autentica follada, mejor que muchas películas porno. Y los protagonistas habían sido mi novia desde hacia cuatro años y dos desconocidos.

Tenía la autoestima por los suelos y decidí cerrar los ojos aun sabiendo que no iba a dormir. Con los ojos cerrados podía oír como Clara se levantaba y se iba al lavabo a limpiarse de las corridas de esos dos cabrones.

¡Creo que me he equivocado! Me lo he pasado muy bien pero teniendo novio no debería haber hecho esto.- dijo Clara todavía borracha a los dos tíos. Estos la ignoraban y estaban chocándose la mano y felicitándose mutuamente por la jugada magnifica que le habían hecho a mi novia. La habían sobado todo lo que habían querido, la habían acabado de emborrachar, me habían dejado al margen, habían disfrutado de sus espectaculares mamadas y se habían corrido en su cochito y en su boca.

Ahora llegaba el arrepentimiento de Clara, que se había dejado llevar por sus instintos sexuales ensalzados por el alcohol, y por la habilidad de dos tíos cachondos.

Noté como se vestía a mi lado, se tumbaba, lloraba y se me abrazaba. Yo continué haciéndome el dormido.

Durante lo poco que quedó de noche apenas pude dormir. Por la mañana, los besos de Clara me despertaron diciéndome que me quería mucho y que sentía que no se hubiera acostado conmigo. Me decía que se quedó con ganas de haber hecho el amor conmigo, y que iba muy borracha la noche anterior. También me pidió disculpas por haberse dejado sobar el culo y las tetas por esos tíos delante de mí. Pero del polvazo que se había montado con esos dos no me dijo nada, y mucho menos de las mamadas a las dos pollas. La muy falsa no pensaba contármelo o simplemente ni se acordaba. Después de un día de borrachera se olvidan muchas cosas, pero esa no podía olvidarse.

Cuando regresamos a nuestro hotel decidí acabar con la relación. No le conté que había visto como se corrían en su boca y ni como la habían penetrado. Ella no acabó de entender la decisión, alegó que solo la habían sobado un poco en un simple juego y que no era motivo para dejar una relación tan estable y de tanto tiempo. Pero yo no quería mantener una relación con una chica que con dos copas de más se mete en la boca la primera polla que ve.

Ahora, cada vez que recuerdo esa noche me entristezco mucho por la humillación que sufrí. Pero sin saber porque, el recuerdo del espectacular polvo del qué mi novia fue la principal protagonista, me excita y me deja con las ganas de haber participado en ese trío.