Vacaciones al desnudo
Dos hermanos se van de vacaciones juntos a un complejo nudista.
Soy un chico de 26 años, llamado Gabriel, dicen que bastante atractivo, y debe ser cierto porque tengo mucho éxito con las mujeres desde que era muy joven, la verdad, es que me cuido un poco y la genética también ayuda. Soy alto, o eso creo yo, ya que mido 1,85cm, estoy delgado, tengo la tableta de chocolate un poco marcada, llamémosla tabletilla. El gimnasio, al que dedico unas horas a la semana me ayuda un poco a mantenerme en forma, pero no soy un producto de gimnasio. Tengo el pelo castaño, y los ojos verdes, y como he dicho antes, dicen que soy atractivo, la verdad es que no me puedo quejar, ya que las chicas se me acercan y me lo ponen fácil por así decirlo, y también debe ayudar el que soy bastante extrovertido y nada tímido, y en confidencia, me encanta exhibirme.
Por desgracia, mi vida tampoco se puede decir que ha sido fácil en los últimos años, mis padres fallecieron en un accidente de tráfico, un conductor drogado se los llevó por delante cuando yo tenía 22 años, y mi hermana 3 años mayor que yo tenía 25 años. El seguro del accidente fue generoso, y la indemnización mayor aún, por lo que, desde entonces, tanto mi hermana como yo no hemos tenido problemas económicos. Aunque devolvería ese dinero, por la oportunidad de volver a tener a mis padres conmigo, y me consta que mi hermana piensa de la misma forma. Como podréis comprender, no soy muy tolerante con las drogas, no me gustan, y no me gusta la gente que las toma, incluso los porros, por lo que después de todo me puedo considerar una persona muy sana. Nuestros padres eran unas personas excepcionales, siempre fueron claros con nosotros y muy pacientes, sobre todo durante los años de la pubertad, nos explicaron sin tapujos cualquier duda que tuviésemos en relación al sexo, y las relaciones entre las personas. Yo desde muy joven, he sido un poco exhibicionista, y me ha encantado el sexo y el morbo. A pesar de eso, tampoco he probado todo, las relaciones gays no son lo mío, me gustan las mujeres demasiado como para fijarme en los tíos. Tanto es así, que desde que tenía 15 años, era normal que, si me encontraba con la oportunidad, me metía en el baño cuando mi hermana se duchaba, o en su habitación cuando se cambiaba. Nuestros padres eran bastantes liberales y era normal que nos viéramos desnudos unos a otros en la casa, mientras nos bañábamos o nos cambiábamos. Y sinceramente, yo me aprovechaba de ello, y es que mi hermana, era y es un auténtico pibón.
En la época del accidente, mi hermana ya vivía de alquiler con su novio, un tío bastante engreído que no me ha gustado nunca, no sé si por celos, o porque, realmente es un gilipollas redomado. Yo vivía en casa de nuestros padres todavía, y me vi solo de buenas a primeras. Gracias a dios, nunca me faltaron amigos e incluso familiares que se ofrecieron a quedarse conmigo para hacerme compañía. Un año después del accidente recibimos el dinero, mi hermana decidió comprar un piso con su novio, y yo creí que lo mas justo es que vendiésemos la casa de nuestros padres, y nos repartiésemos el dinero, ya que la casa era demasiado grande para mi solo. Yo también, me compré un pequeño apartamento en la ciudad en la que vivimos, y al poco conseguimos vender la casa y nos repartimos el dinero. El dinero, que tenía por aquel entonces para un chico de mi edad era considerable. Como ya he comentado, me encanta exhibirme, y por aquel entonces andaba tirándome a una chica 2 años mayor que yo, y a la que le encantaba ir a playas nudistas, por lo que decide probar y la acompañé unas vacaciones de semana santa a una de esas playas, y la verdad, es que la experiencia me encantó, el sexo fue genial, e incluso participamos en un intercambio de parejas, el primero para mí. Al volver a nuestra ciudad, la relación con esa chica tampoco fue a más, aunque de vez en cuando quedamos para follar, y en un par de ocasiones me invito a fiestas liberales en casa de uno de sus primos, en las que nos pasábamos follando todo el fin de semana con diferentes parejas, y esa fue mi primera aproximación al incesto, ya que esta chica se tiraba a su primo, o al revés. Y eso, me pareció muy excitante. El caso, es que, las vacaciones que habíamos pasado en la playa nudista me incentivo, para buscar un pequeño apartamento en un complejo nudista en dicha playa, el cual compré. El siguiente verano, ya lo pude pasar allí, y aunque fui solo, no me faltaron invitadas casi todas las noches en dicho apartamento. Mi hermana al enterarse de donde me había comprado el apartamento me dijo que estaba salido. No se lo negué, y la verdad, tenía razón. Pero la dije, que me lo estaba pasando genial, que era joven y que era la época perfecta de mi vida para experimentar, y que lo seguiría haciendo siempre que pudiese, ella por más respuesta, se rio. Incluso la llegue a ofrecer el apartamento para que fuera con el capullo de su novio, pero me dijo, que su novio jamás la dejaría ir en pelotas enfrente de otras personas, pero pude apreciar que a ella no la desagradaba la idea de estar desnuda enfrente de desconocidos, no se como decirlo, pero tenia un cierto brillo en sus ojos que me dio a entender eso. Incluso cuando éramos jóvenes y me colaba en su habitación cuando estaba desnuda no se cubría y siempre me pareció que le gustaba que la viese desnuda. Sincerándome con vosotros, en más de una ocasión cuando era un chaval las pajas que me pegaba iban en honor a mi hermana.
Mi hermana Ana, es una auténtica belleza, 1,73cm de estatura, castaña clara de mi pelo largo y ondulado, con el mismo color de ojos verdes que yo, muy guapa de cara, y un cuerpo para el vicio, que el subnormal de su novio no sabía aprovechar. Tenía unas tetas en pera impresionantes, ni muy grandes, ni muy pequeñas, de esa clase de tetas que cuando andan van votando a la perfección, simétricas, con unos pezones rosaditos medios, y un culo redondito y duro, debido al ejercicio en el gimnasio y a la genética, para azotarla durante horas.
Siempre estuvimos muy unidos, y tras el fallecimiento de nuestros padres, a pesar de vivir en casas distintas y no muy cerca el uno de otro, siempre hacíamos para vernos todas las semanas y nos contábamos como nos iban las cosas. Los dos primeros años de huérfanos, los pasamos sin más, a ella la iban bien las cosas en el trabajo, pero no tan bien con el tonto del bote de su novio. Y yo por mi parte, termine la carrera, con más pena que gloria, pero no me fue difícil encontrar trabajo, en cuanto a mujeres, iba de flor en flor, o de flores en flores, jajajajaja, según se me diera el fin de semana. Al vivir solo, no tenía reparo en pasearme desnudo por mi piso, y ver porno cada dos por tres, por casualidad encontré esta página y empecé a leer relatos de incesto, en especial aquellos en los que dos hermanos acababan follando me ponían muchísimo, aunque en cierto modo a mi hermana la respetaba lo suficiente para no hacer nada ni intentar nada con ella, a pesar de lo atractiva que era. Entonces poco antes del verano en el que cumplí 25 años, mi hermana rompió con su novio, al parecer el muy imbécil la puso los cuernos con una compañera de trabajo. Ella pasó unas semanas muy jodida, no salía por ahí de marcha, el se fue del piso que ella había comprado, el muy tonto todavía debe estar dándose cabezazos contra la pared. Y entonces llegó el buen tiempo, y el puente de mayo, por lo que yo decidí ir a mi pequeño apartamento de la costa. Se lo dije a mi hermana, y la ofrecí que se viniese conmigo, que necesitaba cambiar de aires, y que lo mismo hasta encontraba a alguien que le cambiara el aire, ella en un principio se negó, a pesar de las risas que se pegó con mis comentarios, lo que más reparo la daba es que apartamento solo tenía una habitación, pero le dije que yo dormiría en el sofá cama del salón. El caso es que, pasaron los días, y el día antes de marcharme, me dijo que, si la oferta seguía en pie, yo le dije que sí, al día siguiente después de trabajar, me pasaría por su trabajo a recogerla, y nos iríamos directamente a la playa. Durante el viaje en coche, fuimos hablando, se la veía nerviosa, pero la conversación y la música la fueron relajando:
- Ya verás, te lo vas ha pasar genial, los vecinos del complejo son geniales, gente muy agradable, y de muy buen ver - Y según le decía eso la guiñe un ojo.
- No lo discuto, pero lo que me da un poco de corte en verte todo el rato en la playa desnudo, y que me veas todo el rato desnuda, que al fin y al cabo somos hermanos, y como se enteren todos los vecinos, se van a escandalizar – me contesto Ana.
- Si es por eso, es fácil, no le decimos a nadie que somos hermanos y ya está.
- Será lo mejor – pareció quedarse más tranquila con aquello.
El resto del viaje lo hicimos hablando de distintas cosas, y le dimos un buen repaso a su ex. Mi imagino que le estuvieron pitando los oídos, por un largo rato. La música hizo mucho más llevadero el viaje, y a eso de las 9 de la noche llegamos a nuestro destino, aparcamos el coche en la calle junto a la playa, en el que todavía había una pareja a lo lejos, y nos dirigimos al apartamento. Según estábamos esperando el ascensor, aparecieron una pareja de vecinos, que venían de dar una vuelta por la playa, como es de esperar, venían completamente desnudos, son una pareja muy maja con la que me llevo muy bien. Según me vieron, nos saludamos y empezamos a hablar. Les presente a mi hermana como si fuera una amiga.
- Esta es Ana, una amiga que necesita un cambio de aires y despejarse un poco de la vida en la ciudad.
- Joder Gabriel, como te lo montas, todas tus amigas necesitan un cambio de aires – me dijo Juan riéndose de su propio comentario.
- Compórtate Juan – le dijo María su mujer. Mientras yo me reía mirando a mi hermana que no sabía donde meterse, ni a donde mirar.
Tanto Juan como María tienen 33 años, no son los más guapos del lugar, pero no están nada mal, y Juan tiene una buena herramienta, la cual, estoy seguro de la que mi hermana no se perdió detalle a pesar de que no sabía a donde mirar. María tiene muy buen par de tetas y un bonito culo. En el ascensor seguimos con la conversación.
- ¿Vas a quedaros todo el puente? – me pregunto María.
- Si, tenemos que aprovechar, que parece que va ha hacer muy buen tiempo – le contesté yo.
- Genial, entonces nos iremos viendo por aquí, estos días – dijo Juan.
- Eso espero – les contesté, mientras mi hermana se mantenía al margen de la conversación observándonos. Llegamos a su piso y se despidieron.
- Bueno, hasta mañana, y no hagáis mucho ruido esta noche – nos dijeron mientras se cerraban las puertas del ascensor.
- Lo mismo digo – les contesté yo. Cuando se cerraron las puertas todavía se pudo escuchar a Juan como le decía a María “Joder este chico cada vez trae a chicas que están más buenas, menudo bellezón”.
- Vas a ser toda una sensación Anita – le dije a mi hermana, lo que provocó que me diera una pequeña colleja, riéndose.
- No te pases – me contestó.
Llegamos a mi apartamento, y tras abrir, le dejé pasar primero, una vez dentro lo miro todo desde la distancia.
- ¡Joder hermanito! Como te lo montas, esta genial el nidito de amor que te has montado aquí – me soltó.
- No esta nada mal, pero de nidito de amor nada de nada, polvera de playa más bien – le contesté entre risas.
- ¿Dime donde puedo dejar mis cosas? – me pregunto.
- En la habitación, aunque no creo que vayas a necesitar mucho – le contesté yo.
Ella se dirigió a la habitación, para sacar sus cosas de la pequeña maleta que trajo, traía un poco de ropa, y cremas y colonias varias. Yo la acompañé para indicarle, donde podía dejar sus cosas.
- Si que tienes buen gusto, pequeñajo. Lo tienes muy bien montado, si señor – me dijo Ana, dándome su aprobación por la decoración.
- Gracias, hermanita, ¡Anda vamos a ponernos cómodos! Que aquí hace demasiado calor, para estar tan abrigados – dije para ver como reaccionaba.
- Pero, ¿vas a ir desnudo en el apartamento también? – me pregunto.
- Pues claro, se está muchísimo más cómodo, además es algo que tarde o temprano va ha tener que pasar, ya que mañana en la playa no vamos a tener ninguna escapatoria – le contesté yo.
- ¡No jorobes! ¿Aquí delante de mí? – me pregunto.
- Pues claro, que más da, se trata de cuerpos desnudos, además ya te he visto un montón de veces desnuda, y tu a mí también – comenté.
- Pero de aquello hace más de 10 años, y eran situaciones momentáneas cuando nos cambiábamos – trato de salir al paso.
- Bueno tú, haz lo que quieras, pero yo voy a ir desnudo todo el rato – le hice saber.
Sin más, empecé a guardar la poca ropa que también había llevado al apartamento, y después de colocar mis cosas en su sitio, me empecé a desnudar. No lo he comentado antes, pero puede ser que me guste exhibirme, porque la verdad, es que, no ando mal dotado, la polla me mide unos 23cm y el grosor no esta nada mal, y todas las chicas me dicen que la tengo muy bonita.
Mientras yo me desnudaba, mi hermana guardaba sus cosas muy lentamente, cuando terminé de desnudarme y guardar mis cosas me dirigí al salón.
- Bueno, yo voy para el salón y voy sacando alguna pizza del congelador, para cenar algo – le dije a mi hermana mientras, pasaba a su lado. Siempre guardo un par de pizzas en el congelador, para cuando llego la primera noche, y no tener que ir a comprar algo corriendo. Cuando pasaba, junto a su lado, mi hermana me miro, y se le escapó la mirada a mi polla.
- ¡Joder! Esto va ha ser cuando menos raro – comentó cuando yo estaba saliendo de la habitación – Y, por cierto, Gabrielito, has crecido un poquito en los últimos años.
Yo me empecé a reír con su comentario, me giré me volví a meter en su habitación y le pregunté:
- ¿he crecido o me ha crecido? Que no te he oído bien – le dije. Ella se empezó a reír, y sin, cortarse un pelo, me miró de arriba abajo, y me contestó.
- Ambas – y, se rio.
Salí de la habitación y me dirigí a la cocina, para sacar las dos pizzas del congelador y meterlas en el horno. Cuando todavía estaba esperando a que le horno se terminara de calentar para meter las pizzas, apareció mi hermana, pero no lo hizo como yo esperaba, sino que se presentó, con las bragas y el sujetador todavía puestos.
- ¡Venga ya, hermanita! No seas tímida, que nunca lo has sido, déjate llevar por la naturaleza – intenté convencerla.
- Que me da un poco de reparo, tío. Que al final y al cabo no dejamos de ser hermanos, y me da cosa – se justificó, la muy capulla.
- Tampoco voy a saltar sobre ti. Si es eso lo que te preocupa. Relájate, y déjate llevar, verás lo cómodo que se está – intenté convencerla de nuevo.
- No sé – dudaba todavía.
- Tu verás – dije un poco defraudado, ya que esperaba, poder volver ver ese pedazo cuerpo en todo su esplendor después de unos cuantos años.
Abrí el horno, y me dispuse a meter las pizzas en el horno, mi hermana se sentó en la mesa, y empezamos a hablar los dos sentados en la mesa, mientras esperábamos a que se hicieran las pizzas. Me preguntó, con cuantos de los vecinos me lo había montado, la dije que con unos cuantos, y la dije que, con los que nos habíamos montado en el ascensor lo único que había tenido había sido sexo oral. Me preguntó que, si se lo había hecho yo a ella, o ella a mí, a lo que, yo contesté, que nos habíamos contado nuestras pequeñas victorias. Se empezó a reír diciéndome que era un cabrito. La verdad es que nunca me lo había montado con ellos, no sé si porque no quieren ir más allá, o porque no ha surgido, a pesar de que me llevo muy bien con ellos. Le conté a mi hermana, que con los que más me lo montaba era con una pareja de primos que se hospedan en el apartamento de enfrente al mío. Se quedó un poco alucinada, al decirle que eran primos, pero le conté, que esa pareja, ven sus cuerpos como una herramienta para cuidarlos y disfrutar de ellos, y no ven nada de malo en disfrutar. Con todas estas historias, las pizzas se terminaron de hacer, y mientras las sacaba del horno, mi hermana se levantó, y puso los cubiertos, y un par de cubremanteles, para no manchar mucho. Al abrir el horno, la cocina se calentó, mucho, y no sé si por eso, o por las historias que la estuve contando, el caso es que mi hermana. Antes de sentarse dijo:
- Pues si que hace calor aquí – Y sin más, se llevó las manos a la espalda, se desabrochó el sujetador y se lo quitó, dejando sus dos preciosas tetas al aire, según terminaba de quitárselo, la iban votando de esa forma tan peculiar que he comentado antes. Por lo que, lo único que salió de mis labios fue un silbido.
- Yo también, he crecido un poco – me dijo con una sonrisa nerviosa.
- Y, te han crecido un poco – le comenté totalmente alucinado con el pedazo par de tetas de mi hermana, - son preciosas tía.
- No están mal – y me guiñó un ojo, mientras se agachaba y empezaba a quitarse la braguita que llevaba. Termino de quitarse la braguita, las cogió se levantó dejándome ver su conejito totalmente depilado, cogió el sujetador que había dejado en la silla, y salió de la cocina, moviendo ese precioso trasero que mi madre la proporcionó, para dejar sus cositas en el dormitorio. Yo estaba todavía alucinado cuando volvió de la habitación, con la boca abierta.
- Ya puedes cerrar la boca hermanito – se mofó de mí.
- ¡Tía! Tienes el cuerpo mas bonito que he visto en mi vida, y la verdad que me he tirado a tías que están muy buenas, pero lo tuyo no es de este mundo – comenté siendo totalmente sincero.
- JAJAJAJAJA, gracias, ahora no te empalmes, trata de controlarte – me advirtió.
- Trataré de no hacerlo, pero va a ser complicado.
Entre unas cosas y otras empezamos a cenar, y seguimos comentando cosas acerca de la vida en la zona, porque zonas se podía ir desnudo, y porque zonas no era recomendable hacerlo, para no ofender a los lugareños.
Todo el complejo de apartamentos y los alrededores, eran nudistas, y para ir a la zona en la que teníamos que vestirnos habría que coger el coche. En el complejo, también había una piscina, por si no nos apetecía ir a la playa nos quedábamos en la piscina. En la playa, hay ocasiones en la que hay mucho mirón, y no es muy agradable, ya que les gusta ver, pero no se dejan ver, y es en esos casos, cuando muchos de nosotros preferimos volvernos a la piscina de los apartamentos. Gracias a dios, esas situaciones no se dan muy a menudo. Sólo de vez en cuando algún viejo verde mirón, al que la mujer no le da la suficiente caña.
Terminamos de cenar, y recogimos los platos. Mi hermana recogió los platos y los metió en el lavaplatos, por lo que al agacharse me dejo una vista espectacular de su culo, y su coñito, mientras yo guardaba los cubremanteles, y las demás cosas en su sitio. Con la vista, que me dio, se me empezó a poner morcillona la polla, y claro, ella, se dio cuenta.
- Veo que te han gustado las vistas, guarro – se cachondeó de mí.
- Y que esperas, y eso que me estoy controlando, que, con cualquier otra, ya estaríamos por el tercer polvo – le contesté yo.
- ¡Anda, no seas exagerado! – suspiró ella, - pues nada esta noche, te haces tres alemanitas, y tan contento.
- No me quedará otra – comenté, desangelado.
- JAJAJAJAJA, pobrecito él, que le van a salir callos esta noche de tocar la zambomba – siguió con su burla.
- Y tú deja el mango del cepillo del pelo limpio, que luego huele raro – salte al ataque, ella se quedó parada, y de repente empezó a reírse.
- JAJAJAJAJA, estas enfermo. Pero gracias por la idea – y continuó con sus carcajadas.
Nos dirigimos al salón, encendimos la televisión y el Disco duro, y para corroborar la opinión de mi hermana, y para mi vergüenza, apareció la imagen de una película porno que tenía puesta en el Disco duro, y que se me había olvidado que estaba allí. Cuando fui a quitarle el mando, para quitarla antes de que se diese cuenta, pero fue demasiado tarde.
- Muy lento, hermanito. Tranquilo que te la dejo por si quieres desahogarte, y yo me voy a la habitación – siguió provocándome, con sus burlas.
- Pues déjala puesta, quédate, y desahógate tú también que seguro que lo necesitas más que yo – contraataque, a sus burlas.
- La verdad, y es que probablemente lo necesite más que tú – se resignó.
- Eso seguro – dije convencido.
- ¿Cómo te pueden gustar estas películas? Si no tienen argumento, solo es follar, follar, y follar, las conversaciones son ridículas, y el argumento para que contarte – me medio regaño.
- Yo que sé, algunas de las historias tienen mucho morbo, o, por ejemplo, ahora están haciendo parodias de series de televisión o de películas famosas y tienen su gracia, ya que, las hacen con mucha coña – le comenté.
- Bromeas – se sorprendió.
- No, te lo prometo – le contesté.
- ¿a ver, De que va esta película que tienes puesta? – me preguntó.
- Creo que va de niñeras, no recuerdo bien – mentí, ya que sabía que era de incesto, iba de unos hermanastros, que apuestan por un partido de baloncesto, y la chica pierde, pero no tiene dinero para pagar, por lo que tiene que hacer el pago en especia. Me apetecía ver la reacción de mi hermana ante ese tipo de historias.
- ¿Venga, quieres que la ponga? – me preguntó, aunque me dio la impresión que ella estaba tan cachonda como yo, y quería ver la película porno.
- Adelante, por mi no hay problema, ya sabes que estoy muy salido – le animé.
Ana pulsó el play, y la película o la escena, empezó de cero, al poco de empezar, ya se vio de que iba la historia en realidad, ya que, la primera parte de la película transcurrió muy rápida.
- Serás capullo, pero si va de hermanos, como te puede poner esto – me regañó ella, pausando la película.
- Hermanastros – me defendí yo – no están relacionados sanguíneamente, por lo que en realidad no es nada malo, solo la sociedad esta es lo que lo ensucia.
- Pero no sé tío, parece enfermo – dudó mi hermana.
- De eso nada, no tienen relación ninguna. Es solo la sociedad que lo ve como prohibido, pero en realidad no tiene nada de malo. Y como te he dicho antes con lo de los primos, se trata de sexo solamente. Dos cuerpos sanos y bonitos que quieren disfrutar y pasárselo bien, tiene mucho morbo porque, desde mi punto de vista, la sociedad lo tiene como prohibido, y siempre el saltarse las normas, hacer aquello que parece estar prohibido o que es irregular, es muy excitante, te dispara la adrenalina – le di un discurso sobre la liberación sexual.
- Entiendo lo que quieres decir, pero parece un poco amoral – seguía dudando ella.
- ¡Ponla de nuevo! Y al final de la escena me dices si te ha puesto o no te ha puesto la escena – le intenté convencer para que volviera a poner la escena.
- ¡Bueno! La pongo de nuevo, pero si no me gusta, la quito – me amenazó. Pulsó el play, de nuevo, y la escena comenzó de nuevo. Al poco rato, la chica estaba de rodillas, y le estaba empezando a chupar la polla a su supuesto hermanastro. Yo me empecé a empalmar, la verdad es que estar viendo una película de esta temática con mi hermana en el sofá de al lado, me puso muy cachondo. Pero me daba, reparó empezar a pajearme delante de Ana, no quería que saliese huyendo. La escena siguió, y se levantaron los dos actores, se desnudaron, y esta vez fue la chica la que recibió un oral de fábula por parte del chico. Me giré hacía mi hermana, y se la veía muy concentrada en la escena, y bastante acalorada. De repente, el chico se incorporó, le puso la polla a la chica en la entrada de su coño, y la empezó a penetrar. Yo estaba que no me subía por las paredes.
- Por mí, no te cortes. Que, si no, te va ha estallar la polla de dura que la tienes – Me sorprendió mi hermana – llegados a este punto, creo que puedo soportar viendo como te haces una paja. De todas formas, ya te oía de adolescente en tu habitación. Tampoco creo que vaya a ser mucho peor.
- Pues si no te importa – me lancé, y sin más me agarré la durísima polla que se me había puesto y empecé a pajearme, mientras en la pantalla se veía como el actor empezaba a follarse a su supuesta hermanastra, desde atrás, mientras ella se encontraba en la posición del perrito.
- ¡Joder, que bueno, que cachondo estoy! – se me escapo, mientras me masturbaba. Miré hacía mi hermana, y vi que ella estaba muy colorada, lo que denotaba que estaba muy cachonda – Tu estas, tan cachonda como yo, y por mi no te cortes, si quieres masturbarte, hazlo.
- ¡Joder, esto es de enfermos! – se levantó y se fue a la habitación, mientras lo hacía no quise hacer ningún comentario más, ya que, pensaba que la había cagado. La dejé que se fuera sin más. Me concentré en la escena en la que ahora se veía a la chica, sentada a cuchara sobre el chico y metiéndose la polla de este en el coño, mientras saltaba sobre el pollón, siendo sincero, del actor. Cuando pensaba que me iba a pegar el homenaje yo solo, mi hermana me volvió a sorprender y volvió al salón.
- No vas ha ser tú el único que se lo pase bien esta noche. Y, por cierto, gracias por la sugerencia – me enseñó el cepillo del pelo, que tenía un mango considerable, se sentó en el otro sofá, subió las piernas, las abrió y cogió el cepillo y se fue metiendo el mango poco a poco. A mí la película, ya me la traía floja. Estaba completamente concentrado en el espectáculo, que mi hermana me estaba ofreciendo.
- ¡OOOOHHHHHH! Que cachonda me he puesto, joder. Si es que llevaba mucho tiempo sin sexo. ¡AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH! – empezó a decir mi hermana, metiéndose el mango del cepillo todo lo que podía.
- ¡UUUUMMMM! Sigue Ana no te cortes, que buena estas hermanita, metete el cepillo todo lo que puedas, córrete, mira que dura me estas poniendo la polla – le animaba yo a que siguiera.
- ¡SSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIII! Me voy a correr, córrete conmigo hermanito, déjame ver esa lechita – empezó a decir totalmente descontrolada. Lo que provoco que mi corrida fuera inminente.
- ¡OOOOHHHHH! Me corro, me corro, mira toda la leche que me vas a hacer echar – le advertí a mi hermana que no quitaba ojo de mi polla. Mientras ella gritaba que se corría, empecé a soltar una cantidad de leche fuera de lo normal, me llené todo el pecho de leche, me puse perdido. Mi hermana, tras el corridón, que ella también se había pegado, me miró sonriendo.
- ¡Joder, que bueno, ha sido genial masturbarse los dos aquí! Me ha puesto muy cachonda, y menuda corrida me he pegado, hacía tiempo que no me corría así – y no hacía falta que lo jurara, la mancha que había dejado en el sofá lo corroboraba – Madre mía, como he dejado el sofá, perdona hermanito.
- No te preocupes, eso se secará rápido con el calor que hace, mañana si acaso lavamos las fundas, y, adiós al olor – ella se rio, y asintió totalmente relajada.
- Como te has puesto, menudo corridón te has pegado – me dijo mirándome.
- Esto es, incluso, más fácil de limpiar. Una duchita y como un bebé – contesté yo, y siguiendo con las coñas – A no ser, que quieras leche calentita para el café de la mañana.
- JAJAJAJAJAJA. Que cabrón eres, no te cortas ni un pelo – soltó, sentándose de forma mas natural en el sofá – Tranquilo que mañana, si la necesito te dejo que me la des recién ordeñadita.
- JAJAJAJAJA. Eso está hecho – nos reímos los dos.
- La verdad Gabriel, es que ha sido la mejor corrida que he tenido en años, ha sido genial. Ahora me alegro de haber dejado al subnormal ese – me confesó, mientras subía las piernas al sofá y las cruzaba, me encantaba verla tan relajada, hablando de lo que había pasado con tanta naturalidad.
- Y yo me alegro, de que le dejaras, primero porque no le aguantaba, y segundo porque menudo espectáculo me has dado. Como ha dicho el vecino antes, eres un auténtico bellezón Ana. Yo te puedo asegurar, que hacía tiempo, que no echaba tanta leche, me he puesto muy cachondo cuando has aparecido con el cepillo, y te los has metido – me sinceré con ella.
- Si, ha sido la leche, nunca mejor dicho. Y gracias por la idea, me he dejado a Lucas en casa – me confesó, dándome a entender que Lucas era su consolador.
- Uno, que está lo suficientemente salido, y tiene sus amigas, que le dan ideas – reconocí que la idea, en realidad, no era del todo mía.
- Pues las das las gracias – dijo agradecida – deberías ir a limpiarte eso antes de que acabe chorreando por todos lados.
- Si debería – Me levanté, y me dirigí al baño para pegarme una ducha, limpiarme y refrescarme.
Mientras yo me duchaba, mi hermana se quedó en el salón, recogiendo un poco, a los pocos minutos y cuando estaba a punto de salir de la ducha se metió en el baño, y se puso a limpiar el cepillo del pelo.
- ¡Joder, lo he dejado todo pringado! – me confesó.
- Déjalo, si a lo mejor esta noche lo vuelves a usar – le dije medio en broma, medio en serio.
- No me provoques – me contestó ella.
Yo me sequé, y ella terminó de limpiar el cepillo, nos fuimos al salón de nuevo, pusimos la televisión, y empezamos a ver una película bastante aburrida.
- ¿Has visto? Menudo tostón de película, para eso te puedo asegurar que mejor es el porno que hemos visto antes – le comenté, riéndome.
- Tras ver esta basura de película, eso no hay quien lo discuta, pero ahora en serio, la mayoría de las películas porno son ridículas – me contestó.
- Es verdad, pero tiene dos cosas buenas, primero, o te hace ponerte muy cachondo con las escenas de sexo, segunda, te descojonas con lo ridículos de los diálogos, por lo que, jamás te vas a aburrir viendo una porno – sentencié yo.
- JAJAJAJAJAJAJA, visto así, poco puedo decir. ¿Bueno, que película quieres ver ahora? – me preguntó mientras iba cambiando de canal, tratando de dar con alguna película interesante.
- ¿Qué, que quiero ver? Pues está claro. Otra porno. Menudas preguntas mas estúpidas me haces – le dije, riéndome.
- JAJAJAJAJA, la verdad, es que, sí que es estúpida la pregunta – se resignó, y de repente, puso otra vez el disco duro – ¿A ver, en donde tienes el porno? Le indique la carpeta donde las guardaba, la cual abrió – Veamos que títulos, por aquí.
Mientras iba buscando iba leyendo los ridículos nombres de algunas de las películas que tenía allí almacenadas. Las cuales no eran pocas. Había escenas de una media hora de duración, y había películas enteras. Nos estábamos partiendo de risa, cuando de repente dio con la parodia de BATMANXXX.
- La versión porno de BATMANXXX, esta seguro que es mejor que cualquiera de las versiones que han hecho de cine convencional – comentó.
- Eso no es difícil, en particular esta película esta bastante bien filmada, las chicas son espectaculares, y los tíos, tienen unos señores pollones – le expliqué.
- Pues a por ella – dijo, y la puso. Tras ponerla, se levantó y salió del salón.
- ¿Me dejas solo? ¿Qué yo ya la he visto? – protesté.
- Tranquilo, ahora vuelvo – me contestó. Y volvió, en menos de 30 segundos con el cepillo – yo me voy preparando, por si acaso, así no me pierdo ni un segundo de metraje de película.
- JAJAJAJAJAJAJAJAJA, y luego soy yo el salido.
- Desde luego, mírate, ya estas empalmado – me señaló la polla, y sí, ya estaba empalmado, solo de pensar, que iba a volver a pajearme enfrente de mi hermana, me puso a cien.
- Si nos vieran, pensarían que estamos locos tío – me dijo ella, riéndose mientras se sentaba en el sofá, subía las piernas y las abría mientras se empezaba a tocar el coño – estoy otra vez muy cachonda y todavía estamos en los créditos.
- Que te voy a contar, mira como tengo la polla. Espera levanta un momento vamos a mover los sofás, y así nos vemos pajearnos el uno al otro mientras vemos la película sin tener que girarnos tanto – le propuse. Ella estuvo de acuerdo. Nos levantamos los dos y empecé a colocar los sofás, uno a cada lado de la TV, y en frente el uno del otro, lo que nos hacía tener una perfecta visión el uno del otro mientras nos masturbábamos sin tener que girarnos. Según terminé, de colocar el sofá de mi hermana, pasé junto a ella, y la di un buen azote.
- ¡Oye tú!
- Que ganas tenía de hacer eso, menudo culo tienes – confesé, ella se rio, y cuando me alejaba me devolvió el azote. Nos reímos y nos sentamos cada uno en su sofá.
La película comenzó, el argumento como buena película porno era un poco ridículo, y parecía estar hecho con mucha mofa, pero las escenas de sexo, eran muy buenas. Las chicas eran bastante naturales, y el sexo era muy bueno. Yo me masturbaba, muy lentamente, mientras mi hermana hacía lo propio, mientras se tocaba las tetas, y el coño, pero sin meterse el cepillo todavía. Yo no perdía detalle de mi hermana, y de la película, y ella tampoco se perdía detalle de cómo me masturbaba yo.
- ¡Me estoy poniendo muy cachonda otra vez! Me encanta verte la polla así de dura – me confesó.
- Y está así de dura, por ti. Menudas tetas tienes. Venga Ana, coge el cepillo y vuelve a metértelo – le animé – corrámonos otra vez al mismo tiempo.
- Pero no llevamos ni media película, y me apetece verla entera, me está gustando – me confesó.
- Tranquila, que te crees que no nos vamos a volver a poner cachondos otra vez – insistí.
- De acuerdo, pero solo porque tienes razón – y agarró el cepillo y volvió a pasárselo por el clítoris.
Yo, ya me masturbaba a muy buen ritmo, y en este momento de la película me enteraba poco, aunque miraba de reojo también, en esa escena tenían una buena orgía montada entre tres parejas, con dobles penetraciones. Mi hermana, tampoco quitaba ojo de mi polla y de la película.
- Pero que buena estas, me va ha explotar la polla de dura que me la estas poniendo – le decía a Ana.
- ¡Joder, como me pone follarme con el cepillito de las narices! – me decía con toda la empuñadura del cepillo metido en su coño. Al ver la doble penetración que estaban haciendo en la pantalla, levantó un poco el culo, y se empezó a meter un dedo en el culo.
- ¡OOOOHHHHH! Si hermanita metete el dedo en el culo mientras te follas con el cepillo, vas a conseguir que me corra enseguida.
- ¡AAAAAAAAHHHHHHHH! Si córrete, córrete conmigo, que yo también me corro ya – y se empezó a convulsionar mientras se corría. Aquello fue demasiado para mí.
- ¡SSSSSSIIIIIIIII! Toma mi leche, es toda por ti cariño – y empecé a correrme de una forma tan espectacular como hace un par de horas. Me volví a llenar el pecho de leche, y encima, mi polla seguía dura. Me seguía tocando mientras me corría, y después de hacerlo.
- Ha sido tan bueno como la anterior – me confesó Ana – Estoy muy cachonda, no sé qué me pasa hoy.
Ana se sacó el cepillo del coño, pero siguió acariciándose, tanto las tetas como el coño, y seguimos cada uno con sus caricias, mirando la película. La cual estaba siendo mejor de lo que nos esperábamos, a Ana le estaba contando.
- Recuérdame que no vuelva a decir chorradas de las películas porno, esta película esta muy bien. Y las escenas de sexo me están poniendo mucho – comentó mi hermana.
- Si la verdad, es que es una de las mejores películas porno que he visto. Las parodias en general están bien, son graciosas y muy cachondas. La de piratas del caribe también esta muy bien. Otro día la vemos.
- ¿Me lo prometes? – me preguntó.
- Solo si dejas que me corra sobre sus tetas, con la siguiente paja – me aventuré.
- JAJAJAJAJA, Tú no te cortes. Pero todo será por ver una buena película – me sorprendió con su respuesta.
- ¿En serio, me dejas que me corra en tus tetas? – aluciné.
- Qué remedio, si quiero ver la versión porno de Piratas del caribe, con lo que me gusta esa película – se sinceró ella – además estoy tan cachonda, que lo estoy deseando.
- Vas a conseguir que me corra ahora mismo – confesé.
Nos empezamos a masturbar en serio los dos, mientras la película llevaba a su última escena, pero yo, ya solo me centraba en la paja que se estaba haciendo mi hermanita. La polla me iba a estallar de lo cachondo que estaba, y que me había puesto el saber que me iba a dejar que me corriera sobre sus tetas. Pero mi intención era, que, alguno de mis lechazos le dieran en la cara. Uno que esta salido, que le vamos a hacer.
- ¡UUUUUUMMMMMMMMM! Que cachonda estoy me voy a correr muy rápido, vete preparando – me advirtió mi hermana. Que seguía metiéndose el cepillo a toda velocidad, y había vuelto a meterse un dedo en el culo - ¡AAAAAAAHHHHHHH! Cariño que cachonda estoy. Me voy a correr.
- ¡OOOOOOOOHHHHHHHHH, AAAAAAAAHHHHHHHHHH! Joder, que buena estas, que cachondo me tienes, me vas a reventar hoy – le dije mientras me levantaba de mi sofá y, me iba acercando a ella para correrme sobre ella.
- ¡SSSSSSSSIIIIIIIIIIIIII! Me corro, me corro, que pasada, que pasada, menuda corrida, venga hermanito lléname las tetas de leche.
- ¡SSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIII! Hay la tienes, toda para ti, toda mi lechita para ti – y sin más, me empecé a correr sobre ella, la corrida fue tan abundante como las dos anteriores, el primer lechazo le dio en la teta derecha, el segundo lo apunté a la izquierda, y el tercero directo a su cara.
- JAJAJAJJAJAJAJA, que capullo eres me lo debería haber esperado – me salvé, menos mal que se lo tomo bien, y tanto el cuarto como el quinto, como los siguientes, se los tiré directamente en la cara. Ella para mi sorpresa, incluso abrió la boca y se tragó un par de buenos lechazos.
- Ha sido una pasada, menudo corridón, y perdona por correrme en tu cara, no lo he podido evitar – le confesé.
- No te preocupes, si te soy sincera, lo estaba desando. La leche, te sabe muy bien, Sr. Capullo – y empezó, a coger toda la leche que tenía por las tetas y la cara, y se la llevó a la boca - ¿quieres probar?
- Te iba a decir que mejor no – contesté.
- Es decir, que me la echas en la cara y te da asco tu propia esencia – se cachondeo de mi – Te dejo chuparme las tetas, si me limpias la leche.
- La miré – pensando en lanzarme sobre sus tetas.
- Eres increíble, JAJAJJAJAJAJAJA, no tienes limite. Te lo decía de coña – se burló de mí.
- Bromas así, las justas – le contesté.
- Pues nada hijo, todo tuyas, pero esto es lo último que vas a hacer hoy – me animó. Me lo pensé, la miré, la vi en la cara que lo decía en serio, y que narices, era mi propia leche que había de malo en ello.
- Me voy a poner las botas – le agarré las tetas, y empecé a comerle los pezones, dejándoselos bien limpios, fui de una teta a la otra, y se las fui dejando lo mas limpias que pude y sin rastros de leche. En el proceso me volví a empalmar, menudas tetas tiene mi hermanita, aquello era una pasada. Y ella se empezó a meter un par de dedos en el coño otra vez.
- Eso, así, así, así, déjame las gemelas bien limpias – me animaba – me estas poniendo cachonda otra vez. Sigue no pares ahora.
Yo me agarré la polla y me empecé a masturbar de nuevo mientras, le iba comiendo las tetas, ya las tenia más que limpias, y yo seguía yendo de un pezón al otro, los cuales estaban duros como piedras, mi hermana ya llevaba tres dedos metidos en el coño.
- Me voy a volver a correr como una estúpida. Me corro, me corro, no puede ser, como puede ser que este tan cachonda, que bueno Gabriel, no pares – me animaba mientras se corría. Se terminó de correr, y se fue relajando poco a poco, pero yo estaba a punto de explotar. Cuando estaba a punto de correrme, dejé de comerme sus tetas, me levanté, le puse la polla delante de la boca, la cual ella abrió, y me corrí, en su boca, casi toda mi leche le entró en la boca.
- Vamos hermanita trágatela toda, toma mi corrida, que cachondo me pones, mira que corridón te llevas otra vez, traga, traga, AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH – me terminé de correr, y sin previo aviso, me agarró la polla y se metió el capullo en la boca, no se metió más, pero me lo chupo bien, y me lo dejó como los chorros del oro.
- Bien limpito hasta la última gota – me dijo, me guiñó un ojo, y me dio un azote en el culo, para que la dejara moverse.
- Muchísimas gracias hermanita, han sido las mejores y mas morbosas pajas de toda mi vida – le confesé, diciendo toda la verdad, y sinceramente fueron las mejores pajas de mi vida.
- Ha sido una locura, no me explico como me he dejado arrastrar a esto – me dijo un poco arrepentida.
- Pues porque te gusta el sexo tanto como a mí, y necesitabas alguien que sacara lo mas guarro de ti, y el marica de tu ex, no te daba caña – le dije.
- Debe ser, pero si te soy sincera, cuando llegue aquí solo tenía intención de hacer topless, en ningún momento tenía intención de quedarme totalmente desnuda – me confesó.
- ¿Y ahora? – pregunté
- Tu que crees. Ahora lo que me echen – se sinceró.
- Es lo que te explique, se trata de disfrutar de nuestros cuerpos. No nos drogamos, no bebemos, no fumamos, y encima nos cuidamos. Pues tendremos que disfrutar del sexo y de nuestros cuerpos – le animé.
- Ya, lo entiendo, pero tampoco podemos ir mucho más allá – me cortó las alas.
- Como quieras, pero ha sido el mejor sexo de mi vida, y estoy seguro que también lo ha sido de la tuya – le rebatí.
- Si tienes razón, pero ir mas lejos sería demasiado, pajearnos esta bien, incluso pajearnos el uno al otro estaría bien, sexo oral sería ir demasiado lejos, pero se podía aceptar de la misma forma que ahora, pero no podemos follar, eso sería ir demasiado lejos – me contestó.
- De acuerdo, me imagino que tienes razón, que eso sería ir demasiado lejos – le di la razón. Me levanté, y le ayudé a que se levantará, fuimos al baño, y ella se empezó a duchar, mientras yo meaba, y después de mear, me lavé la polla en el bidel y la boca para limpiarme posibles restos de mi propia corrida.
- Que buena está el agua – me dijo Ana desde la ducha.
- Si la verdad es que después de sexo así, sienta de fábula una buena ducha – le contesté – Bueno me voy al salón a preparar mi camita.
- Déjalo, después de esto creo que podemos dormir juntos, lo único, trata de mantener alejado tu juguetito de mi cuevita, y todo arreglado – me dijo.
- No te importa, ¿de verdad? – le pregunté.
- En absoluto – me corroboró.
- Entonces, me voy yendo para la cama, allí te espero – me fui a la habitación, y me tumbé en un lado de la cama boca arriba. La polla se me quedó apoyada en el estómago, pero ya había tenido trajín suficiente, y necesitaba descanso.
- ¿Espero que eso no esté duro? – me preguntó Ana, según llegó a la habitación y me vio tumbado.
- Tranquila, necesita descanso – le confesé, y me dispuse a dormir, ya que, entre el viaje, y el sexo, estaba destrozado
- Seguro, antes lo compruebo – me agarró la polla y comprobó que eso no se levantaba más – Así me gusta, tranquilita toda la noche.
- JAJAJAJAJAJAJA, Y soy yo el salido – le dije. Me dio un beso en la mejilla, y se tumbo boca abajo para dormir.
- Buenas noches – le desee.
- Inmejorables – me contestó, y me deseo también buenas noches.
Dormí, de fábula, cuando me desperté, mi hermana ya no estaba en la cama. Como es de rigor, y a pesar de toda la actividad de la noche anterior, cosas de la edad me imagino, mi polla estaba dura como una piedra. Las mañanas tienen estas cosas. Sin cortarme lo más mínimo, me levanté y me dirigí al salón, y allí me encontré a mi hermana como dios la trajo al mundo.
- Buenos días hermanita – le sorprendí.
- Buenos días semental – me respondió ella, señalándome la polla.
- Tranquila, esto no es por ti, lo creas o no, ocurre cada mañana, cosas de la edad me imagino – argüí.
- Bendita juventud, tranquilo que no juzgo. ¿Bueno cual es el plan para hoy? – me preguntó.
- Pues pasar el día en la playa, y ya surgirán cosas, si tienen que surgir – le informé.
Desayunamos juntos ya que ella se había despertado poco antes que yo. Seguimos hablando de lo que había pasado la noche anterior. Los dos estábamos de acuerdo, en que nos lo habíamos pasado genial, pero en lo que no estábamos tan de acuerdo, es en ir más lejos, ella seguía diciendo que pajearnos estaba bien, incluso un poco de soft sexo oral, pero ir mas lejos ella de momento se negaba. Veríamos lo que deparaba el fin de semana, yo no perdía esperanza, decidimos que era hora de ir a la playa a ponerse morenitos. Después de desayunar, Ana se dirigió al baño para darse una ducha mientras yo terminaba de recoger el desayuno, cuando recogí todo me dirigí también al baño. Mi hermana estaba metida en la ducha, y decidí unirme a ella.
- ¿Me haces un hueco? – pregunte según me metía en la ducha, ella se estaba terminando de enjabonar.
- Desde luego, así me ayudas – y me pasó el gel de ducha, para que se lo extendiera por la espalda, empecé a enjabonarla la espalda, al llegar al culo, metí bien la mano, y llegué hasta el coño – tampoco te pases.
- Venga, relájate – le metí un dedo en el coño y tras un par de suspiros se lo saque, y se lo metí en el culo, un poco de limpieza y listo – venga todo limpito, te toca.
- Date la vuelta – me pidió, me empezó a enjabonar la espalda y la muy cabrona me metió la mano en el culo, y me metió un poco del dedo en el culo.
- ¡Ey!, contrólate que por ahí no ha entrado ni entrara nadie – le advertí, y se empezó a reír. Me di la vuelta, pero ella se empezó a aclarar pasando de mí – Oye, que las manos no me llegan más allá de la barriga.
- JAJAJAJAJA, la verdad es que tienes buenos puntos. ¿Qué necesitas? – Cogió el gel y se puso de cuclillas, me enjabonó las piernas, y fue desde los tobillos a los muslos, pero ni me toco la polla, que la tenía a reventar.
- Se buena – supliqué.
- Entonces ahora si que es por mí – me dijo agarrándome la polla y enjabonándomela.
- Desde luego que ahora es por ti – le di la razón.
- No te hagas ilusiones, mejor lo dejamos para luego o para otra. No vaya a ser que luego no des la taya y me lo echen en cara – me informó, dándome a entender que no iba a seguir y de que me iba a dejar con todo el calentón – la verdad, es que tienes un buen pollón hermanito, muy bonita.
- Pues es, toda tuya – se la ofrecí.
- Tendrás morro – pero la estuvo sacudiendo un poco, aclaró el jabón que tenía en ella, y para mi sorpresa se agachó, y se la metió en la boca, yo la agarré la cabeza he intenté empezar a follarme su boca, pero se apartó – Tampoco te pases, un poquito está bien, además esta bien que los dos nos vayamos con un buen calentón a la playa.
Yo estaba flipando, mi hermana estaba resultando ser mucho más cachonda de lo que yo me hubiese podido imaginar jamás, sabía como calentar, y llevarte al límite. He de decir, que por muy mal que me cayera su ex, le estaré eternamente agradecido, ya que, sin esa rotura, nada de esto hubiera sucedido. Gracias, Gracias, y mil gracias, donde quiera que estés.
Salimos del baño, nos secamos, nos aplicamos crema solar el uno al otro con todo el morbo que ello supone, tocando y dejándonos tocar a conciencia, yo aproveche para masajear sus tetas a conciencia, los pezones se la pusieron como piedras, y al mismo tiempo, ella me agarró la polla que llevaba como una piedra un buen rato, y me la embadurno bien de crema solar. La escusa era que no se quemara.
Cogimos dos toallas y nos dirigimos a la playa. En la playa nos encontramos, con los vecinos que coincidimos en el ascensor el día anterior, nos invitaron a tumbarnos con ellos. Había no demasiada gente, para esas fechas cosa sorprendente. Los vecinos nos comentaron que muchos de los vecinos o todavía no habían llegado, o no iban a venir. Sabían de varios, que habían decidido pasarse el puente viajando por el extranjero, por lo que, mi gozo en un pozo, ya que, algunos de ellos eran aquellos con los que mejores orgias había tenido. Juan estaba boca abajo, y no se giraba en ningún momento, hasta que su mujer le dijo:
- Cariño, como no te gires te vas a achicharrar la espalda, y no te preocupes, si todos sabemos que estas empalmado, y no precisamente por mí.
- María coño, no me delates de esa forma – contestó este. Nos seguíamos riendo cuando se dio la vuelta dejándonos ver una polla bastante grande. Me cuesta reconocerlo, pero era incluso mas grande que la mía.
- Madre mía, menuda herramienta, ¿y todo esto es por mí? – preguntó mi hermana, sin quitar los ojos de semejante trasto.
- Por desgracia, debe ser por ti cariño, porque, ya no se le pone así de dura por mi – confirmó María.
- Hija pues aprovéchate de las circunstancias, o si no lo haré yo – amenazó mi hermana. Yo estaba que no me lo creía, la misma hermana que me confesó la noche anterior que en un principio, solo iba a hacer topless, prácticamente estaba proponiendo montárselo con el vecinito.
- Mujer, todo es hablarlo, me dejas al semental este, que se ha tirado a casi todo el complejo, y a mi todavía, no me ha chupado ni las tetas, y te dejo la herramienta de mi hombrecito – le dio por respuesta nuestra vecina.
- Por mí no hay problema – se apresuró a decir Juan.
- Por mi tampoco, ya me conocéis, y si no te he comido ni las tetas, es porque pensaba que no os iban las fiestecitas, como sois tan discretos siempre – les contesté, alucinando con lo que estaba pasando, porque parecían personas que les gustaba el nudismo, pero tampoco pensaba fueran mucho más allá.
- Pues estamos tardando – se apresuró a decir Juan, no fuera a ser que se le pasara la oportunidad de follarse al pibón que es mi hermanita – venga vamos para nuestra casa.
- Tranquilo cariño, o te va ha estallar la polla – le avisó María.
- JAJAJAJJJAJAJA, la verdad es que, si que la tienes durísima, mira cómo te brilla – le dijo Ana.
- Venga vamos a movernos – anime yo también. Empezamos a recoger y nos dirigimos a los apartamentos - ¿A cuál vamos?
- Al nuestro que es mas grande, es de dos habitaciones, el tuyo es de una – dijo María que se la veía muy organizada.
- Es verdad – contesté – Y ahora, me tenéis que explicar es como no os he visto en ninguna de las fiestas que hemos organizado alguno de los vecinos.
- Verás nosotros normalmente, venimos con compañía. Mi hermano suele venir con su mujer, como bien sabes, y las fiestas nos las montamos entre nosotros – nos contó Juan.
- Ahora entiendo – atiné a decir – además tu cuñadita está bien buena también, menudas fiestas os tenéis que montar.
- Pues sí, la verdad, mi cuñadito folla de miedo, pero este viaje no han venido porque se iban fuera, pero mi hermano viene con su mujer esta noche, por lo que o nos montamos una fiesta ahora o nada de nada – nos contó María.
- Mujer, pues porque no quieres, te follas a tu hermano y punto, todo queda en casa – le dije para tratar de escandalizar a mi hermana, y para ver su reacción.
- No lo digas delante de él, que con lo salido que está seguro que dice que adelante – y se empezó a reír, mientras me contestaba. Mi hermana me miraba como si me fuera a matar.
Llegamos al ascensor, y ya dentro de él, Juan no pudo aguantarse más, y se abalanzó sobre mi hermana.
- Madre mía que tetas más bonitas tienes – dijo agarrándole las tetas a mi hermana, yo no me quedé corto he hice lo propio con las de María.
- Pues estas no están nada mal – Mientras decía eso vi como mi hermana le agarraba la polla a Juan y yo me moría de envidia, a pesar de que me apetecía follar un montón con María.
- Menuda pedazo de polla, madre mía que dura esta. ¿Tanto te pongo Juan? – le preguntó mi hermana.
- No lo sabes tu bien, llevo toda la noche y el día de hoy soñando con esto, estas buenísima – le corroboró.
- Y este también está buenísimo, que llevo años deseando que me de caña. Que dura la tienes tu también – me dijo María.
Y según llegábamos a su piso se agachó y me empezó a chupar la polla dentro del ascensor. Juan se lanzó a comerle las tetas a mi hermana, estábamos desbocados todos, mi hermana y yo nos mirábamos, y las puertas se abrieron y se volvieron a cerrar, estuvimos un par de minutos así, y de repente, el ascensor se empezó a mover, pero no nos dimos cuenta, hasta que sonó el pitido de que llegábamos a otro piso, y nos repusimos a toda velocidad María me la dejo de chupar y se puso de pie. Se abrieron las puertas y nos encontramos con unos vecinos que llegaban. Yo apenas los conocía, venían vestidos, pero se les veía jóvenes, y de buen ver.
- Os hemos bajado, perdonar, una pena que no entremos también – dijo el chico fijándose en las chicas.
- No os preocupéis – les respondimos, volvimos a pulsar el piso de Juan y María y se cerraron las puertas. Según se cerraron Ana se arrodilló y fue ella la que se metió la polla de Juan en la boca, mientras yo me comía las tetas de María.
Al llegar al piso de ellos, esta vez si que salimos del ascensor, llegamos al apartamento, y empezó un poco la locura.
- ¿Nos vamos cada uno a una habitación? – preguntó Ana, un poco temerosa de que acabásemos follando.
- Para que, vamos a una habitación y nos montamos los cuatro una buena orgía – contestó María.
Nos llevaron a la habitación más grande, y tiramos las toallas al suelo, nada más entrar, Juan tiró a mi hermana sobre la cama y empezó a comerle las tetas, poco a poco fue bajando hasta que la empezó a comer el coño, yo por mi parte tumbe a María en dirección contraria a Ana, y con la cabeza al borde de la cama, y empecé a comerme sus tetas también, pero poco me fui acercando a su coño, y cuando más me acercaba a su coño más se acercaba mi polla a la boca de María. Al final, se la metí en la boca mientras me comía esa almejita, le sabía de maravilla, mi hermana no paraba de gemir con la comida de coño que le estaba proporcionando Juan, este ya no pudo aguantar más sin follarse a mi hermana, se levantó, se metió entre sus piernas, y empezó a ensartarla con semejante pollón. Yo al ver aquello, cogí a María, le di la vuelta, le puse a cuatro patas encima de la cama me subí, y empecé a follarla.
- ¡AAAAAAHHHHHHHHH! Que pollón tienes Juan, fóllame, no pares, no pares, sigue, métemela hasta el fondo.
- Toma polla, toma polla, mira que dura me la has puesto, pero que buena estas Ana – le iba diciendo Juan a mi hermana, mientras se la follaba a muy buen ritmo.
- Fóllame Gabriel, fóllame, no sabes la de tiempo que llevo deseando meterme tu polla, que dura la tienes – me decía María.
- Pero que buena estas María, si lo llego a saber quedamos antes, que coñito más calentito tienes, me estas poniendo a mil. Toma polla, Toma, mira lo dura que la has puesto tú también.
- Me encanta, me encanta, esto es una pasada – decía, Ana – no pares, por favor, no pares, dame duro, que polla por dios.
- Pero que coñito María, y que tetas, como se mueven mientras te follo que duros tienes los pezones – le decía mientras la ensartaba mi polla, todo lo duro que podía,
- ¡SSSSSSSIIIIIIIII! Que pollón tienes Gabriel, me corro, me corro, me corro – me dijo, para mi sorpresa María, le saqué la polla a María del coño, y con todo el calentón que llevaba ni me lo pensé. Me la agarré y sin más se la metí en la boca a mi hermana, y por allí, me la empecé a follar, y ella tragaba sin rechistar, yo creo que del calentón que tenía tampoco podía más.
- ¡AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHH! ¡Joder, me corro! Me voy a correr, no aguanto, más, me voy a correr – dijo Juan – deja que me corra en la cara de esta zorrita.
Me aparté y le dejé sitio a Juan, que se subió a la cama y poniéndole el pollón a mi hermana en la cara empezó a masturbarse, ella se incorporó un poco, y empezó a chuparle la polla. Yo mientras tanto cogí a María la volví a bajar de la cama la puse a cuatro patas, al borde de la cama y me la empecé a follar de nuevo, por el coño. Juan mientras tanto, se empezó a correr dentro de la boca de mi hermana mientras, esta se iba tragando toda la leche que Juan descargó que no fue poca. Según termino de correrse, y después que mi hermana le dejara la polla bien limpita, este se bajo al pilón y empezó a comerla el coño en condiciones, cosa que mi hermana ya no pudo aguantar mucho más y empezó correrse.
- Me corro, si cómeme el coño, cómeme el coño Juan, que bien lo haces, pero que ganas de polla tenía yo hoy, que cachonda estoy – le dijo mi hermana, corriéndose en la boca de Juan y llenándole de sus jugos. Yo por mi parte, seguía follándome durísimo a María, pero al ver correrse a mi hermana ya no iba a aguantar mucho más.
- Que pollón, que pollón, Gabriel, me encanta, me encanta – me decía María.
- ¡AAAAHHHHH! Me voy a correr, me voy a correr – empecé a decir. Juan se estaba levantando de terminar de comerla el coño a mi hermana. Yo la cogí, de los sobacos y tiré de ella hacia mí, y según estaba mirando al techo, cogí mi polla y se la metí en la boca, y allí me corrí mientras me la follaba la boca. Ella me miraba, y se la veía encantada. Cuando terminé de correrme se la saqué de la boca.
- Esto ha sido una pasada, jamás me había montado una orgía – nos confirmó mi hermana – Esto tenemos que repetirlo chicos.
- Dame un minuto – dijo Juan mientras cogía a su mujer, se la llevaba a su lado de la cama y le metía la polla en la boca. María empezó a comerle la polla como si no hubiese un mañana. Mi hermana me miró.
- ¿Cómo vas? – me preguntó.
- Yo estoy a cien – respondí.
- Yo también – y se tiró de la cama a devorar mi polla, me empezó a comer la polla, de una forma impresionante. Yo la agarraba la cabeza y me follaba literalmente su boca. Juan por su parte hacía lo propio con su mujer.
Al final Juan decidió tumbarse en la cama boca arriba, y María se subió encima de él, y se ensartó su polla en el coño. Yo le saqué la polla de la boca a Ana, me puse de pie en la cama, e hice que María me chupara la polla mientras se follaba a su marido. Ana se subió a la cama, y sentándose sobre la cara de Juan le ofreció su coño para que se lo comiera. Así estuvimos un buen rato, la escena era espectacular, de auténtica película porno. Al final, María quería más:
- Follarme los dos, cabrones que estoy muy cachonda. Gabriel fóllame el culo por favor – me pidió. Se la saqué de la boca. Ana se tumbo al lado nuestro y se metió dos dedos, por el coño, y yo me baje y me puse detrás de María, poco a poco empecé a acercar mi durísima polla al culo de María, y es que, cuando una tía me pide que la folle el culo me pone a mil.
- Prepárate putita, que allá te va – y tras decirle esto, poco a poco empecé a meter mi polla por su culo. Me costó un poco, y cogerle el ritmo a Juan también me costó, pero al final conseguimos nuestro objetivo.
- ¡SSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIII! Me corro, me corro, me encanta tener dos pollones como los vuestros perforándome, me encanta. Me corro, me corro – gritaba prácticamente María mientras se corría y se dejaba caer sobre su marido.
Le sacamos nuestras pollas a María que dejó su sitio a mi hermana.
- Te toca cariño – le dijo María a mi hermana, yo al ver su angustia, ya que, pensaba que al final me la iba a follar, fui un caballero muy a mi pesar, y salí en su defensa.
- No te preocupes María, que, a Ana, el anal no es que le gusta mucho, prefiere no hacerlo – Solté, mientras me miraba agradecida.
- Pues tu te la follas y yo se la meto en la boca, que ahora es tu turno de follarte a semejante pibón – dijo Juan, saltando todas las alarmas en el cerebro de mi hermana.
- Anda tonto, este ya me folla siempre que quiere, ahora disfruta tú, y déjame disfrutar de semejante pollón – salió al paso rápido Ana.
- Si a Gabriel no le importa, por mi encantado – contestó Juan.
- Para nada – le dije todo jodido, porque en verdad me moría por follarme a mi hermanita, pero ella misma tenía que estar decidida.
La pusimos a cuatro patas sobre la cama, y Juan se la empezó a meter por el coño, mientras eso pasaba me acerqué a ella, que me miraba fijamente con una sonrisa en los ojos, que venía a decirle, lo mucho que me estaba aprovechando de la situación para follarle la boca. María estaba en un lado tratando de reponerse del último orgasmo que la había dejado derrotada. Yo agarré el pelo a mi hermana, y con cada embestida que le daba Juan, le metía mi polla hasta la campanilla.
- ¡UUUUUUUUUUMMMMMMMMMM! - Eran todos los sonidos que salían de la boca de mi hermana. Y poco más podía decir.
- ¡AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH! Me corro, que culo, que trasero tienes Ana, que pena que no me dejes follártelo. Me corro, me corro – y tras sacar su polla de su coño se acercó a su mujer le metió la polla en la boca y allí que se corrió – toma mi leche cariño, mira lo dura que me ha puesto la polla esta vecinita, toma leche, toma leche.
- ¡OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH! Yo también me corro, me corro – empezó a decir mi hermana, que se empezó a convulsionar mientras se corría también. Y yo no tarde en seguirla.
- Toma leche, toma leche, trágatela toda putita mía, trágate toda la lechita de tu hombrecito – la empecé a decir sabiendo que eso la iba a hacer gracia.
Durante unos minutos nos quedamos todos rendidos sobre la cama, nos mirábamos unos a otros, con sonrisas bobas, y dándonos a entender que había sido una pasada y que había que repetirlo.
- Ha sido genial, esto lo tengo que repetir mucho – dijo mi hermana.
- A tu disposición – le contesté yo con una medio sonrisa que me devolvió.
- Contad con nosotros – contestó Juan – Que pedazo de polvo chicos, ha sido una pasada, que no llega a ser mi cuñado el que viene, que llega a ser mi hermano y de aquí no te mueves. Estas tremendamente buena Ana.
- Gracias. De todas formas, si tu hermano quiere fiesta me lo mandas – le dijo Ana a María.
- Tranquilo que a tu cuñadita nos la follamos entre tú y yo Juan – comenté yo.
- ¿Y, a mí? Que me den por culo – dijo María.
- Pues eso, pregúntale a tu hermano que te lo folle, que ese seguro que encantado y tú también – se burló Juan de ella.
- Un día de estos pasara – se cachondeó María.
- Bueno habrá que recogerse antes de que lleguen, no vaya ha ser que al final con toda la coña al final nos pillen aquí – Dijo Ana.
- Venga a moverse – la secundé, y según estábamos cogimos las toallas, y tras despedirnos de nuestros nuevos amigos, nos subimos a nuestro piso.
Al llegar a nuestro piso, en un principio ninguno de los dos dijo nada, después fuimos a ver en la cocina si se había descongelado la carne que había sacado para comer, la cual estaba lista para cocinarse. Dejamos las toallas en el tendedero. Y según volvía a meterme en la cocina, le pregunté:
- ¿Te lo has pasado bien?
- Ha sido genial, menuda dos corridas me he pegado, menudo pollón tiene. El problema es que se ha corrido las dos veces un poco pronto, pero me lo he pasado genial – me explico mi hermana.
- La verdad es que los dos se han corrido enseguida, ella también se corría muy pronto, yo creo, que estaban demasiado cachondos, y no me extraña hermanita, si es que estamos muy buenos.
- JJAJAJAJAJJAJJAJAJA, En eso te doy toda la razón – me contestó.
- Pero, ¿te ha molado participar en una orgía? – le pregunté.
- Me ha encantado, ha sido la ostia. Estaba super cachonda, ya desde la playa – me comentaba – Y tu cabrón, bien que te has aprovechado para follarme la boca.
- Algo tenía que hacer, sino acabarían sospechando – me justifique con una sonrisa – además te ha encantado. Y te mueres de ganas de comerme la polla ahora mismo, mientras nos damos una duchita para relajarnos.
- No te mal acostumbres – me contestó mientras se dirigía hacía al baño. Abrió la puerta se metió en la ducha, y esperó a que llegará por detrás, sabiendo que ya iba todo palote – madre mía, que dura se te pone la polla, pero, si solo te la voy a chupar.
- Ya, pero me pone mucho, que me propia hermana me coma la polla y se trague mi esencia, como dices tu – me justifique.
- ¿Sabes qué? Siempre soy yo la que te come la polla, así que te toca bajar al pilón – y mientras me decía eso, subió una pierna al borde de la bañera y me ofreció su coño - ¿a qué esperas?
Literalmente me tiré sobre su coño, se lo abrí bien y me lo empecé a comer lo mejor que sé, ella se empezó a retorcer, y a los pocos minutos la tenía tirada en el suelo de la bañera, con las piernas abiertas, chupándole el clítoris y metiendo dos de mis dedos en su coño.
- ¡Joder, que bien lo haces! Me vas ha hacer correr, que bien lo comes, sigue no pares, no pares, me corro, me corro, me corro – y me soltó un manantial de flujos sobre la cara. Yo me quedé totalmente satisfecho solo de ver su cara de placer.
- Tu turno – le dije poniéndome de pie, y dejándole la polla a la altura de la cara. Me la agarró, y empezó a besarla.
- Que dura la tienes, te pone mucho jugar con tu hermanita, guarro – me iba diciendo ella, mientras me besaba la polla por toda su longitud.
- Voy a reventar, métetela en la boca por el amor de dios – le suplicaba.
- ¿Cómo se pide? – me preguntó
- Por favor, cómeme la polla – repetí más educadamente.
- No. Así no.
- De acuerdo. Venga putita comete el pollón tan duro que me has puesto zorra – probé.
- Así me gusta – y se metió mi polla en la boca casi hasta los huevos. Me hizo una mamada salvaje, se la metía en la boca hasta el fondo, se la sacaba me chupaba los huevos se la volvía a meter, esta vez, fue ella la que se folló mi polla con su boca.
- Me corro, sigue no pares, zorra, pero que guarra que estas hecha hermanita. Come polla, cómele la polla a tu hermanito pequeño, mira que dura se la pones. Toma polla, trágate mi leche puta, traga, traga – y según la iba diciendo eso me corrí dentro de su boca, llenándosela con mi leche, por enésima vez en las últimas horas.
- Me encanta tu leche. En verdad, me encanta tu polla, el tamaño, la forma, lo dura que se te pone – me fue explicando.
- Por eso me deberías dejar que te folle – le dije.
- Que espabilado eres. De momento sigamos como hasta ahora.
- Joder, que no hay forma de convencerte – me quejé.
- No, pero sigue insistiendo – se burló de mí.
Terminamos de ducharnos, nos secamos, el uno al otro, fuimos a la cocina donde son preparamos algo de comer.
- Espero que no se me corte la leche y me siente mal – soltó mi hermana, sin más.
- JAJAJJJAJAJAJAJAJJAJAAJJA, que cabrona, si tú también tienes buenos golpes y todo – le contesté sin poder para de reírme.
Terminamos de comer recogimos, y nos fuimos a ver la tele, pero no había nada interesante, y hacía demasiado calor para bajar a la playa, a esa hora. Por lo que, yo me fui a la habitación, para descansar y echarme una buena siesta. Mi hermana se quedo medio dormida en el sofá y no quise despertarla, ya que se la veía muy a gusto. A eso de las 9 de la noche, noté movimiento en la cama y me desperté.
- Gabriel despierta ya dormilón, que llevas casi 5 horas durmiendo. Venga levanta – me intentaba desperezar.
- Joder, con lo a gusto que estaba – protesté.
- Si sigues durmiendo, no vas a dormir por la noche, y mañana vas ha estar todo el día jodido, y hay que buscar a alguien para otra fiestecita – me trataba de convencer.
- Lo que tu digas – contesté de mala gana, me había jodido un poco que me despertara, si os soy sincero.
- Venga no te mosquees, es por tu bien – insistía ella.
- Que ya lo cojo no te preocupes, pero estaba en la gloría. ¿Qué quieres hacer, quieres salir a cenar por ahí, o prefieres cenar en casa?
- En casa, ya estoy acoplada y prefiero no salir, pero vamos ayer me prometiste que me ibas a poner una película muy simpática – me pidió. Yo que no sabía a que se refería, porque seguía medio dormido, no me enteraba
- ¿De que hablas? – le pregunté escéptico
- Los Piratas del Caribe, claro está, versión porno – me sonrió, y en ese instante me di cuenta de que estaba juguetona, por eso me despertó.
- Para eso te tenías que portar bien, y me has despertado, a ver como recuperas dicha falta – traté de chantajearla.
- JAJAJAJAJAJAJAJAJA, que cabrón eres, si ayer ya dejé que te corrieras en mi cara, y mira, la de corridas que me has echado hoy. Llevó todo el día tragando leche – se quejó.
- Pero es que, el interrumpirme el sueño ha sido muy grave – insistí.
- Eres un cara dura – dijo, pero se le veía con ganas de sexo – tu ganas, ¿Qué quieres?
- Deja que te folle el culo, eso no es tan peligroso como metértela en el coño – Me miró sorprendida y me dijo:
- Ni de coña, elige otra cosa – me desangeló, pensé que aceptaría. Pero insistí un poco más.
- Venga tía, solo un poquito.
- La tienes muy grande, ni de coña, me destrozarías – me soltó, por lo que no era un no.
- Te lo preparo bien – volví al ataque.
- Que he dicho que no. Si quieres hacer un 69 genial, y si no te pajeas tu solo, tu verás – me dio un ultimátum.
- Mira que eres dura – le contesté.
- Y tu mira que ere cabezota – me soltó. Y se levanto de la cama como para irse.
- Vale, tu ganas, no te vayas. Un 69 está bien, ya que, me has despertado – me queje amargamente.
- Pobrecito él, que sufrido – y se volvió a subir a la cama, me miró la polla, y yo sabía que estaba muy cachonda y lo estaba deseando tanto como yo.
- Si a ti, te apetece tanto como a mí cabrona, mira como tienes los pezones de duros – le dije agarrando una de sus tetas con mi mano derecha.
- Pues sí, para que engañarnos. Que dura se te pone la polla tío, me encanta – y sin más, pasó una de sus piernas por mi cabeza y me planto su coño en la boca – come hermanito come, no te deshidrates.
- JJAJAJJAJAJAJJAJAJA, Que guarra te estas volviendo – le dije.
- Que guarra me has vuelto, mejor dicho. Y ahora a comer pollón – y se metió mi polla en toda la boca, me empezó a hacer una mamada genial.
Estuvimos comiéndonos el uno al otro alrededor de 10 minutos, yo aguantaba como buenamente podía, sin correrme. Y, aproveché a empezar a meterla un par de dedos en el coño, ella gemía lo suyo, lo que me envalentono a meterle un dedito en el culo a la par de los otros dos en el coño, se retorcía, pero no se quejaba.
- Joder, no te corres hermanito, estas aguantando como un campeón – me dijo como un poco impaciente.
- Tu tampoco, te has corrido todavía – repliqué.
- Estoy cerca, sigue por ahí, joder que bueno, me encanta, eres un capullo, méteme otro dedo en el culo.
- Así te gusta, ya sabía yo que te ponía eso – me relamí – traga polla hermanita, traga polla dura, mira cómo me pones de dura la polla.
- ¡AAAAAAAAAHHHHHHHHHHH! Eres un capullo insistente – me dejo de comer la polla, se levantó, y me dijo – yo me la meto, no empujes que la tienes muy grande y puedes hacer daño, me voy a meter solo el capullo en el culo, así que tampoco te hagas muchas ilusiones.
- Gracias Dios – es lo único que pude decir.
Se empezó a sentar de cara a mí, se puso de rodillas y pegó su coño a mi polla y empezó a restregarse mi polla por toda la longitud de su coño. Yo la acariciaba las piernas, cuando me quedaban a tiro las tetas se las intentaba agarrar.
- Joder, que cachonda estoy. La verdad es que sabes como calentar a una tía, enanito – me dijo mientras seguía con el bailecito – que polla mas dura tienes. Venga vamos a ello.
Se abalanzó un poco hacia adelante, me agarró la polla con su mano izquierda, y la dirigió a su culo. Poco a poco intentó a empezar a meterse el capullo en el culo.
- Ni se te ocurra empujar – me amenazó – Joder no es normal, que cachonda estoy.
- Tú mandas – yo me acerqué a sus tetas que ahora me quedaban a tiro y se las empecé a chupar – los pezones los tienes durísimos, me encantan tus tetas Ana.
- Y a mi me encanta que me las comas, sigue así – decía suspirando, estaba realmente cachonda, si jugaba mis bazas bien, acabaría follando con ella.
- Empuja un poco más, que ya casi está dentro – le animé. Me miró sonrió y por fin entró. Solo se metió el capullo, pero que sensación, casi me corro de la impresión.
- Joder que polla más grande – era ella la que se movía un poco para arriba o para abajo, pero no se sacaba el capullo, ya que la costaría volver a meterlo con lo dura que la tenía – hermanito por fin te estas follando a tu hermanita disfruta, porque jamás te hubieras imaginado que esto podría pasar.
- La verdad es que no. Muchísimas gracias – le agradecí y me volví a comer sus tetas.
- De momento no me la puedo meter más. La tienes realmente grande y demasiado dura – y empezó a moverse poco a poco.
- Me voy a correr enseguida, no creo que pueda aguantar mucho más. Me estas poniendo muy cachondo – fue decirla eso y se levantó, sacándose mi capullo del culo.
- NO por favor, no te la saques deja que me corra dentro – le suplique.
- No quiero que te corras todavía – me miró fijamente – Joder no puede ser, estoy muy cachonda. Probablemente me arrepentiré de esto, pero que le vamos a hacer.
- Soy todo oídos ahora mismo – le dije siendo lo más sincero que podía.
- Voy a dejar que me la metas tú, como me lastimes te mato, ¿me has entendido? – me soltó. Casi se me saltan lágrimas de los ojos.
- Gracias Ana, muchísimas gracias – le decía yo, mientras me levantaba de la cama. Ella se puso a cuatro patas, y se abrió el culo. Si os soy sincero, desde mi punto de vista me parecía que lo tenía bastante abierto, por lo que, pensé que lo mismo estaba fingiendo un poco, para darme a entender que me estaba haciendo un gran favor cuando en realidad estaba tan cachonda como yo.
- Ves con mucho cuidado – me advirtió mientras ella misma se abría el culo para que me fuera más fácil llegar a mi objetivo.
- Joder que culazo tienes Ana, muchas gracias por dejarme follártelo, esto no tiene precio – le iba diciendo yo. Puse mi polla en la entrada de su culo y presioné. Entró fácil. Lo que me sorprendió que ella se quejara un poco.
- Con cuidado, métela un poquito más – por miedo, fui siguiendo sus instrucciones, pero yo no encontraba mucha resistencia – ahora sácala y vuelve a meterla un poquito más que antes.
- Como tu digas cariño. ¿Estas bien? – La pregunté.
- Estoy en la gloría, joder, que cachonda estoy - Al quinto mete saca ya tenía ¾ de polla metida en su culo, y yo veía que no tenía resistencia, y aquello cada vez estaba mas húmedo y mi hermana cada vez gemía más mientras se tocaba el clítoris, por lo que de perdidos al río. En la última embestida se la metí toda.
- ¡AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH! Joder – pensé que le había hecho daño, y se la saqué.
- Perdona, no quería hacerte daño – dije acojonado.
- ¿Qué haces? Vuelve a meterla y a follarme en condiciones que ya no aguanto más – me dijo, por lo que procedí. Como me imaginaba le estaba echando cuento, mi hermana estaba tan cachonda como yo.
Se la metí hasta el fondo, de golpe, y empecé a follarla con ganas, ella recibía las envestidas sin problema y me pedía más caña, le daba azotes, y la follaba duro, mientras ella se empezó a meter un par de dedos en el coño.
- Joder hermanito, que bien follas, dame duro, me corro, me corro, me corro. Que pollón más duro que te gastas, dame fuerte por dios, que corridón me estoy pegando – gritaba ella, mientras yo seguía a un ritmo frenético.
- Me corro, me corro, no aguanto más, me corro – y solté toda mi carga dentro de su culo.
- Que bueno ha sido. Muchas gracias Ana, tienes un culo espectacular, que corridón me he pegado.
- ¿Te has corrido dentro guarro? – me medio regaño.
- No lo he podido evitar, perdona – me disculpe.
- Tranquilo, no pasa nada, me ha encantado. En realidad, me encanta el sexo anal, he estado jugando un poco contigo, para ponerte lo más cachondo posible – me confesó.
- Pues te ha funcionado, jamás había tenido la polla tan dura, ha sido genial. De hecho, sigue dura – le dije señalándome la polla.
- Joder tío, eres incansable. Venga túmbate boca arriba – me ordenó. Yo obedecí, y viendo lo que se me venía encima mi polla se volvió a poner en su máximo esplendor.
- Ahora voy ha ser yo, la que te va a follar – me dijo, y se sentó como a la sillita la reina sobre mi polla, y se la metió de un golpe, en el culo - ¡OOOOOOOOHHHHHHHH! Pero que pollón más duro tienes, me encanta, a partir de ahora tu y yo vamos a follar mucho – me dijo mientras empezaba a saltar sobre mi polla, y cuando digo saltando digo saltando.
Tras varios minutos saltando sobre mi polla, me di cuenta que empezaba a cansarse y que no tardaría mucho en cansarse, por lo que, era mi turno de tomar un poco la iniciativa. Me la quité de encima, la tumbé boca arriba, agarrándola de los tobillos con una mano, la levanté culo, y apuntando mi polla con la otra mano, se la empecé a meter en el culo, en ese momento le cogí un con cada mano y la empecé a follar lo más fuerte que sabía.
- Me corro, me corro, empezó a gritar, sigue, sigue, no pares, que pollón, me encanta – prácticamente estaba llorando cuando me decía eso.
- Córrete, todas las veces que quieras cariño – le seguía metiendo mi polla todo lo duro que podía. Yo de pie al borde de la cama y ella ofreciéndome toda su majestuosidad para mí, deleité por más de 10 minutos follándome ese manjar de dioses. Ella se corrió otra vez más, y a la tercera ya lo hicimos juntos.
- Me corro Ana, Me corro, ¿Dónde quieres mi leche, hermanita? – le pregunté.
- En la boca métemela en la boca, que recibir tus lechazos en mi boca, quiero saber como sabe tu leche después de haberme follado el culo de una forma tan salvaje – me suplicaba prácticamente. Yo la hice caso, se la saqué del culo, me subí en la cama y prácticamente tirándome encima de ella, se la metí en la boca, donde me corrí de una forma salvaje. Ella tragaba leche y tragaba leche sin parar, cuando conseguí dejar de correrme, se la saqué de la boca, y me quedé con una pierna a cada costado suyo, donde puse mi polla entre sus tetas, y mientras se me iba bajando la hinchazón, yo me hacía un pequeño masaje en la polla con sus tetas.
- Ha sido el mejor polvo de mi vida, y eso que solo me has dado por el culo – me dijo cuando empezó a recuperarse de las sensaciones.
- También lo ha sido para mí, esa era la sensación del morbo de lo prohibido que trataba de explicarte ayer. Eso consigue unos niveles de excitación que probablemente, no conseguirías con otro tipo de sexo.
- Ahora entiendo a lo que te referías – me contestó ella.
Seguimos hablando durante un buen rato, de las sensaciones que habíamos tenido ese día tan extraordinario. Que cosas nos habían gustado, y que cosas no. Le empecé a preguntar más por sus preferencias y se abrió totalmente a mí.
- Bueno, ahora solo queda saber, cuando me vas a dejar que te follé por el coño – le dije.
- Jamás – me contestó y se empezó a reír.
CONTINUARA………..
P.D.: Si queréis que continúe, por favor, mandar comentarios y sugerencias. Muchas gracias y disfrutar.