Vacaciones al desnudo 2a parte

Las aventuras en el fin de semana de vacaciones de los hermanos siguen.

-          Bueno, ahora solo queda saber, cuando me vas a dejar que te follé por el coño – le dije.

-          Jamás – me contestó y se empezó a reír.

-          Mira que eres cabezota, si te encanta el sexo que estamos teniendo, ¿Por qué no cedes de una vez? – insistí de nuevo

-          Porque me encanta hacerte sufrir – me contestó – venga levántate, que, con tanta actividad, ahora si que tengo hambre. Tenemos que cenar algo.

Me levanté de la cama, al igual que había hecho mi hermana, y nos dirigimos a la cocina, miramos en la nevera, que nos podíamos hacer, y la verdad es que no había mucho, por lo que decidimos, acercarnos a un supermercado al lado del complejo, para hacer compra en condiciones para el resto de los días que íbamos a estar allí. Nos dimos una ducha rápida, y nos fuimos corriendo al supermercado, ya que lo cerraban a las 11 de la noche, e íbamos muy justitos de tiempo. Salimos del apartamento, en el edificio no nos cruzamos con nadie, y por la calle solo con otra pareja, que al igual que nosotros venían del supermercado, tardamos 2 minutos en llegar.

-          Llegáis por los pelos, que ya casi iba a cerrar – me dijo Mario, el dueño del establecimiento - ¿Qué tal estás Gabriel, cuando has llegado?

-          Muchas gracias, Mario, llegamos ayer y la verdad es que la nevera está vacía, y necesitamos algo para estos días – le contesté, mientras yo le respondía el no quitaba ojos de mi hermana – Bueno, te presento, esta es Ana, una buena amiga de la ciudad.

-          Encantado de conocerte Ana – Le saludo, acercándose a ella, y le dio dos besos.

-          Encantada – respondió mi hermana, y le dio dos besos.

-          Cogemos algo rápido, y dejamos que cierres el chiringuito – le dije.

-          No te preocupes, tomaros vuestro tiempo, yo voy echando el cierre, y cuando acabéis cierro del todo – nos dijo, mientras iba saliendo para cerrar todo.

-          No está mal – me dijo mi hermana, mirando a Mario cuando salía de la tienda.

-          ¿Estas de broma, no? – le pregunté a mi hermana alucinado.

Ya que Mario, es muy majo, pero es un señor de unos 50 años, que no se conserva mal pero que ya empieza a tener su barriguita de la felicidad. Lo que, si destaca, es que, la polla la tiene bastante larga, incluso en reposo, pero muy fina. Hasta la fecha, no le he conocido pareja estable, aunque se por algunos amigos que no deja pasar la oportunidad de meterse en una buena fiesta.

-          Para nada, siempre me ha puesto el tirarme a un hombre mayor entradito ya en años. Me da mucho morbo, no sé porque – me contó mi hermana – Y mira que polla más larga tiene, imagínate cuando se empalme.

-          Pues nada chica, pídele que te haga descuento – contesté yo, todavía alucinado por el comentario de mi hermana.

Empezamos a dar una vuelta por la tienda, cogimos varias cosas, que necesitábamos, y otras que tampoco necesitábamos tanto, como un poco de refrescos, y tras dar, un par de vueltas más por los pasillos, por si veíamos algo de lo que nos estábamos olvidando, nos dirigimos a pagar.

-          ¿Ya lo tenéis todo? – nos preguntó según le dejamos la cesta en la caja, para que lo fuera pasando por el escáner.

-          Eso creemos. ¿Bueno, cuéntame como te va el negocio? – le pregunté, siempre me he llevado bien con él. Es un tío que me cae genial.

-          Ya sabes como va esto Gabriel. El invierno, mucho europeo del norte y muy tranquilo, y ahora empieza el movimiento. Pero sigo sobreviviendo, la verdad, es que cada año me va mejor – nos fue contando.

-          No me extraña, que cada año te vaya mejor, todo el mundo te aprecia un montón, y no creo que ninguno de los que vivimos alrededor nos vayamos a los grandes almacenes a comprar. Principalmente, porque no lo podemos hacer desnudos – le respondí.

-          JAJAJAJAJAJA. Esa sería buena te imaginas todos por allí en pelotas, y las cajeras, con lo buenas que están la mayoría – saltó.

-          Pues sería una buena estrategia de mercado, tendrían el sitio lleno todo el tiempo – dijo mi hermana.

-          ¿No querrás trabajar aquí? Porque me ibas a llenar el local a mí tú solita con lo buena que estas – no se cortó en decir Mario.

-          JAJAJAJAJAJA, lo pensaré si me quedo sin trabajo – contestó mi hermana.

-          Lo único que a lo mejor te pide que le pagues en especia – solté yo. Por lo que me gané el codazo de mi hermana.

-          Joder, Gabriel. No se te puede decir nada.

-          ¿Qué pasa? – preguntó Mario, que no se enteró muy bien de la indirecta.

-          Nada, que antes le he comentado al imbécil este, que no estas nada mal, y que me dan mucho morbo los hombres como tú – le contó mi hermana.

-          Hija, pues si quieres te puedes servir tu misma, si ha Gabriel no le importa, que con lo buena que estas, yo encantado – y según decía esto, se agarró la polla, y la dejó sobre el mostrador. Nos empezamos a reír, y mi hermana se puso roja como un tomate.

-          Joder, que corte. No te vuelvo a contar nada Gabriel – se hacía la inocente ahora.

-          De corte nada. Tu sírvete si quieres – le di vía libre para que se lanzara si le apetecía.

-          Mirar, porque no nos vamos a la trastienda que es mi apartamento. Además, está una amiga sueca quedándose unos días conmigo, que seguro que también estará encantada de hacerle un favor a Gabriel – nos ofreció.

Nos miramos mi hermana, y yo, ella estaba roja como un tomate, pero creo que por lo cachonda que iba, y yo me estaba empezando a empalmar, ya que, si la sueca de la que hablaba Mario era quien me imaginaba estaba muy buena.

-          ¡UUUUFFFF! No sé qué decir – contestaba mi hermana.

-          Pues pídele que nos guarde la compra en la nevera para que nada se ponga malo con este calor, y vamos para la trastienda – le animé yo.

-          Eso, chica, venga yo os guardo la compra – dijo Mario cogiendo la bolsa con nuestra compra y metiéndola en una nevera que tenía detrás del mostrador, antes de que mi hermana se lo pensase más y dijera que no.

-          Vale, venga vamos – cedió finalmente mi hermana.

-          Esperar que termino de cerrar la puerta, y nos vamos al apartamento – cosa que hizo. Y nos fuimos por una parte trasera que parecía que daba a un pequeño almacén, y de este salía otra puerta que lo comunicaba con el apartamento de Mario. Al entrar al apartamento lo hicimos directamente a la cocina, no muy grande, pero tampoco pequeña, y por lo que parecía ser, alguien había estado cocinando hace poco. Nos dirigimos al salón y allí estaba la chica totalmente desnuda viendo la televisión.

-          Hola Camila. Mira traigo a unos amigos que han venido a última hora a comprar algo a la tienda – le dijo señalándonos.

-          Pues yo solo he hecho comida para nosotros dos. Me tenías que haber avisado antes – se quejó un poco Camila, mientras se levantaba del sofá para venir a saludarnos.

Como he comentado antes, en efecto, Camila era la chica con la que le había visto en alguna ocasión a Mario, tiene unos 35 años, es rubia natural de Suecia, eso no lo puede negar, un pelo muy clarito y largo, y unos ojos azules muy intensos. Es muy delgadita, y un poco más baja que yo, medirá cerca de 1,78cm, las tetas no las tiene muy grandes y los pezones son muy pequeñitos y rosaditos, a pesar de lo morena que estaba, se debe pasar el día en la playa. Y el culo, que siempre es lo que más me había llamado la atención de ella, lo tiene precioso. Habla español como si fuera de la zona, ya que siempre a veraneado allí desde que era muy pequeña.

-          Tranquila, que vienen a por otra clase de cena, si a ti te apetece – le comentó Mario a Camila.

-          ¡UUUUUUMMMMM! Genial ya sabes que me encanta probar salchichas nuevas – se apresuró a decir con una sonrisa, mientras se presentaba, y nos daba dos besos.

-          Yo creo, que tú y yo nos hemos visto mucho por aquí – le dije – en verano sueles estar con tu familia, y con unos amigos.

-          Si, es posible. Y yo también me acuerdo de ti. Como para no hacerlo con lo buenorro que estas – me dijo, agarrándose de mi brazo – Pero, vamos, ¿contarme que tenéis pensado?

-          Pues teníamos pensado follar, que aquí Ana se ha encaprichado de mi polla – le informó Mario muy orgulloso de sí mismo.

-          Te va a encantar – le dijo Camila a mi hermana.

-          Aún así, podríamos cenar algo, que yo si que voy muerta de hambre – dijo mi hermana – ¿si os parece bien a todos, claro?

-          Me parece genial, así reponemos fuerza y luego aguantamos más – comentó Mario, a lo que yo estuve totalmente de acuerdo.

Fuimos a la cocina, repartimos en cuatro la comida que había hecho Camila, y preparamos unos canapés, y otras cosas varias para picar, nos sentamos a la mesa y empezamos a cenar, mientras nos contábamos un poco acerca de nuestras vidas, nosotros mentimos un poco, para no delatar que éramos hermanos, pero en general nos mantuvimos fieles a nuestras historias. Mario nos contó que vivía por la zona, y que le encantaba hacer nudismo de joven, y que una tía suya, tenía el local, pero no lo utilizaba, ya que era una mujer con más prejuicios, y al final, le convenció para que le traspasara el local. Camila por su parte, nos contó que desde que tiene conocimiento habían venido a veranear al pueblo, que sus padres eran nudistas y muy liberales, y que siempre se los habían llevado con ellos, a ella y a sus dos hermanos. Solían venir con unos amigos, de sus padres y sus dos hijas, a las que sus hermanos se tiraban siempre que tienen oportunidad, pero que ella tenía que conformarse con mirar, o elegir entre el ganado que se ofrecía por la zona, en los distintos viajes. Y que, a Mario, le conocía de hace un montón de años, y una vez se vino ella sola de vacaciones a pasar unos días, y acabó acostándose con él. Y que, desde entonces, siempre que puede se hace una escapadita. Les pregunté que, si eran pareja, pero me dijeron que no, que simplemente les encanta follar juntos, que se lo pasan genial en la cama, pero creen, que se acabarían matando el uno al otro si viviesen juntos durante todo el año. Terminamos de cenar, recogimos y nos sentamos en los sofás con una copa de vinito cada uno. Yo estaba en un sofá junto a mi hermana, y en el otro estaban la sueca y nuestro dependiente favorito. Seguíamos hablando de muchas cosas, pero parecía que nadie se atrevía a dar el paso, para empezar la fiestecita. Por lo que, me decidí a hacerlo, ya que, me apetecía montármelo con la rubia.

-          Bueno, mucho comer, mucho hablar, pero aquí habíamos venido a follar, y de eso todavía muy poquito – les solté, un momento en el que vi la oportunidad de lanzarme.

-          Pero mira que eres bestia – me recriminó mi hermana.

-          Si tiene razón, yo no sabía por donde abordar el tema, que solo de verte las tetas me estoy poniendo enfermo. Menudo par tienes chica – salió en mi ayuda Mario.

-          Venga Mario te cambio el sitio – le ofrecí, y nos levantamos, para intercambiarnos los sitios. Yo me senté en el sofá, y cuando me iba a lanzar al cuello de Camila no me dio tiempo. Fue ella, la que se me tiró encima comiéndome la boca.

-          Joder, pero que buena estas, chica – le dijo Mario a mi hermana, mientras este se sentaba junto a ella, y la empezaba a besar, agarrándole las tetas.

-          Pues soy toda tuya – contestó mi hermana, y mientras se besaban le agarró la polla, la cual empezó a crecer entre sus manos.

Es curioso, pero de largo no fue a mucho más según me informó mi hermana después, pero se le puso dura y más gorda, lo que en general, le convertía en una señora polla para tener en cuenta. En el otro sofá, mientras, se me subió encima la sueca, yo me agarraba a su precioso culo, el cual tenía duro de narices, me encantaba la forma y la dureza de este, y ella me agarraba la polla que se me había puesto dura a más no poder. Mi hermana, en el otro sofá se subió encima de Mario, en la misma postura que estaba Camila encima de mí, pero le puso las tetas en la boca a Mario, para que se las chupase. Y poco a poco, se fue dejando caer metiéndose la polla de este en el coño.

-          Joder, que polla más larga y grande tienes, ¡OOOOHHHHHHH! Me encanta – iba diciendo mi hermana, mientras ella misma se metía la polla de Mario por el coño.

-          Venga Camila, metete mi polla, que mira que dura me la has puesto – le pedí a la rubia.

-          Pero que bueno estas, me encanta tu polla – me contestó, y se empezó a meter mi polla de la misma forma que lo había hecho mi hermana con Mario.

Estuvimos un buen rato, en esa postura, con una follada lenta y pausada, en la que tanto Mario con mi hermana, como yo con Camila, les chupábamos las tetas y les sobábamos el culo.

-          Al final, me voy a correr enseguida – dijo Camila – y eso no puede ser. Se levantó sacándose mi polla del coño, y se arrodilló delante de mí, y me la empezó a chupar.

-          ¡UUUUUUUUUMMMMMM! Si Camila así, pero que bien la chupas, no pares, métetela entera en la boca – le pedía yo, a la sueca, mientras me la chupaba, y la verdad, es que lo hacía muy bien.

-          Levanta Ana, que, si no, te voy a durar una mierda, con lo buena que estas, estoy demasiado cachondo. Que tetas por dios – le pidió Mario a mi hermana. Cuando esta se levantó, Mario hizo lo propio, y se arrodilló delante de mi hermana, le abrió de piernas y se empezó a comer su coñito.

-          ¡OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHH! Si, pero como me gusta que me coman el coño – decía mi hermana, mientras Mario le comía el coño con dos dedos metidos en él.

-          Espera Camila, deja que me tumbe y te subes encima de mí, que yo también, me quiero comer ese coñito, y ese culito tan duro – le sugerí a Camila. No tardamos ni diez segundos en estar en posición.

-          Eso hagamos nosotros un 69 también Mario – le pidió mi hermana – que yo también tengo ganas de probar si me entra una polla tan larga entera en la boca. Se puso Mario boca arriba, y mi hermana se sentó sobre su cara, para echarse para adelante después y empezar a meterse el largo rabo de Mario en la boca.

-          Sigue así, sigue así, Gabriel méteme un dedo por el culito, prepáramelo bien que te he visto las intenciones desde el principio – me decía Camila, que me había cazado rápido. La verdad es, que desde el principio mi objetivo era follarme el culo de Camila, que me estaba poniendo cardiaco, y ella se había dado cuenta.

-          Prepárate, que te lo voy a follar bien follado este culito – le fui informando.

-          Y yo que lo estoy deseando – me contestó.

Desde el otro sofá nos llegaban las arcadas de los intentos, que mi hermana estaba haciendo, para tratar de meterse toda la polla de Mario en la boca. Lo cual, no conseguía hacer.

-          Joder, es demasiado larga. No me entra entera. Y encima con lo dura que la tienes, la noto en la garganta completamente. A esto si que se le puede llamar una follada de boca – hablaba para ella misma, mi hermana.

-          Que coñito mas jugoso tienes Ana, que mojadito y que bien sabe – le decía Mario.

-          Levanta Camila, que necesito follarte de nuevo – nos levantamos los dos del sofá, al mirar hacia mi hermana, la visión era espectacular del 69 que estaban montando – ponte a cuatro patas en el sofá, que te voy a follar desde atrás.

-          Eso espero – me suplicó ella, poniéndose como le pedía. Una vez estuvo colocada, llegué por detrás, y tras apuntar mi durísima polla, a la entrada de su coño, por allí que se la empecé a meter.

-          ¡AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH! Que polla más dura tienes Gabriel, no pares de follarme – me decía Camila, cuando ni siquiera se la había llegado a meter hasta el fondo, pero es que se le veía que estaba muy cachonda. Poco a poco se la empecé a meter hasta los huevos, y los gritos de placer de ella, eran increíbles, en un momento dado, aproveché para meterle un dedo en el culo, mientras me la seguía follando.

-          Ves como Gabriel se está follando a Camila, pues así quiero que me folles tu ahora – le pidió mi hermana a Mario. Se levantaron, y mi hermana misma fue la que se puso en el mismo sofá que estaba yo con Camila.

Mi hermana, se puso al lado de Camila, y espero a que Mario llegase por detrás para follársela. Este no tardó mucho en hacerlo, apuntó su larga polla, a la entrada del coño de mi hermana, y se la empezó a follar bien duro, le metía toda su larga polla hasta los huevos. Los gritos de mi hermana se confundían con los de Camila, pero mi hermana había girado su cabeza hacía mi lado, y no dejaba de mirarme, mientras era follada por Mario, y yo me follaba a Camila. Como tratando de provocarme, cosa que consiguió.

-          Métele un dedo en el culo, a esa zorra, Mario, y prepara ese culo para follártelo, como voy a hacer yo ahora mismo con el culo de Camila – le dije.

-          Eso fóllame ya el culo, que lo estoy deseando – me pidió Camila, mientras le sacaba la polla del coño, y apuntaba a su agujerito negro para enterrar mi más preciado órgano dentro de él.

-          Toma polla por el culo Rubia. Toma polla – Le iba diciendo mientras le iba metiendo milímetro a milímetro toda mi polla en su estrecho culo.

-          ¡AAAAAAAAAAHHHHHHHHHH! Pero que pollón, como la estoy sintiendo, me vas a partir en dos, cabrón – me decía ella.

-          Vamos Mario, fóllame bien el culo tú también – le suplicó mi hermana, este que estaba cachondo perdido, se la sacó del coño, que no paraba de emanar jugos vaginales, y se la ensartó en el culo, y cuando digo ensartar, digo ensartar. De un solo golpe, se la metió hasta los huevos.

-          ¡AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH! Cabrón con cuidado – se quejó mi hermana, que se apartó un poco.

-          Perdona Ana, pero no querías polla en el culo, pues ahí la tienes – y prosiguió metiéndole la polla hasta los huevos. Al principio mi hermana trataba de contenerle, un poco, pero se fue adaptando a las envestidas de Mario, mientras me seguía mirando, como me follaba a la sueca.

-          Dale fuerte, que en el fondo es lo que más le gusta – le animaba yo a Mario.

-          Tu haz lo mismo con esa putita, dala bien fuerte – y en eso estaba, le estaba dando lo más rápido y fuerte que podía a Camila.

-          ¡SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII! Que polvo más bueno, me encantan tus clientes Mario, tienes que traer más clientes así – le decía Camila.

Estuvimos un buen rato follándolas por el culo en esa posición, y así estábamos, y con las vistas me apeteció darle una lección a mi hermanita.

-          Vamos a cambiar, ¿os apetece? – les pregunté a todos.

-          Si, porque no – dijeron Camila y Mario, por lo que a mi hermana no le quedó más remedio que sumarse a la propuesta, sin rechistar.

Yo le saqué mi polla del culo a Camila, y Mario hizo lo propio con mi hermana. Nos cambiamos las posiciones, mientras ellas seguían a cuatro patas en el sofá. Me puse detrás de mi hermana, y empecé a pasar mi polla por toda la longitud de su coño, ella no paraba de mirarme con cara contrariada, por lo que al final, decidí no arriesgarme, y se la metí directamente en el culo. Mario por su parte se la metió un poco en el coño a Camila, pero al ver que yo se la metía en el culo a Ana, el acabó haciendo lo propio con Camila.

-          ¡OOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH! Pero que culo tienes, como me gusta follártelo – le decía yo a mi hermana cuando le metí toda mi polla hasta los huevos.

-          ¡SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIII! Y a mi me encanta que me lo folles pervertido cabrón, que mira lo que me estas haciendo hacer este fin de semana. Que nunca había participado en una orgía y hoy llevo dos.

-          Camila, pero que culo tienes, que estrechito, me encanta follar contigo – le decía Mario.

-          Vamos viejo verde méteme esa larga polla tuya hasta los huevos – le pedía Camila que se la veía fuera de sí.

Estuvimos un par de minutos así, hasta que Camila empezó a gritar que se corría que no aguantaba más, y que se corría.

-          Me corro, me corro, no puedo más, que cachonda estoy, me corro ¡OOOOOOOOHHHHHHHHH! – Y se dejó caer sobre el sofá.

-          Yo estoy casi a punto – decía Mario.

-          Espera no te corras todavía Mario, que como he dicho antes esta es mi segunda orgía, y nunca me han follado por mis dos agujeritos a la vez, y quiero probarlo – nos pidió mi hermana. Al final, se me estaba convirtiendo en una auténtica guarra, hasta pidiendo dobles penetraciones.

-          Por mi genial – dijo Mario, sacando su larga polla del culo de Camila, el cual, seguía taladrando. Yo hice lo propio con el de Ana, y nos levantamos los tres, mientras Camila seguía tratando de recuperarse del orgasmo.

-          Venga túmbate en el suelo Mario – le pidió, y una vez este lo hizo, se empezó a sentar sobre su polla metiéndosela por el coño, entonces me miro, y me dijo – ahora tu métemela por el culo cariño.

-          ¿Quieres mi polla ahora por el culo? – le pregunte.

-          Me muero de ganas – me contestó.

-          Pues le vas a tener que limpiar el coño a Camila, mientras te follamos si quieres que te la meta por el culo ahora – le dije desafiándola, porque quería ver hasta donde era capaz de llegar, y mientras le iba pasando mi polla por la entrada de su culo. Me miró, sonrió y asintió.

-          Ven aquí Camila, deja que te limpie el coñito – soltó. Casi me corro ante la respuesta de mi hermana. Camila se bajo del sofá se puso a cuatro patas, abriendo bien las piernas, delante de mi hermana y sobre la cara de Mario.

-          Come cariño, come – le dije a mi hermana animándola a empezar a comerse el coño de Camila. Sacó la lengua y empezó a lamer, se veía que era la primera vez que lo hacía, pero no le hacía ascos. Apunté mi polla a su culo y empecé a penetrárselo.

-          ¡AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH! Que bueno, que bueno, me encanta, como no he hecho esto antes – estaba gritando mi hermana que con las envestidas que las estábamos dando, ya no podía seguir chupando el coño de Camila, pero esta se había sentado sobre la cara de Mario y este se estaba encargando de ella.

Empezamos a acompasarnos realmente bien, en la follada, yo se la metía hasta casi los huevos, y Mario hacia lo propio. Un par de minutos después nos empezamos a correr los tres.

-          Me corro, me corro, que corridón más bueno, que bien me estáis follando, esto me encanta, que cachonda estoy, me encanta – y mi hermana se corrió, dejándose caer sobre el pecho de Mario.

-          Me corro, yo también – dije sacando mi polla del culo de mi hermana, y me levanté, cogí a Camila, le levanté, le puse a cuatro patas en el sofá se la metí en el culo, y allí dentro que me corrí, tras dos envestidas.

-          ¡AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH! Que bueno, que bueno, que culazo tienes Camila, como me ha gustado follarte por ahí.

-          Si Gabriel, lléname el culo de tu leche de macho español – me provocaba ella, y eso hice, se lo dejé bien lleno.

-          Yo también me corro, me corro – empezó a decir Mario, con su polla todavía metida en el coño de mi hermana, que se la sacó se arrastro hacia abajo, y se trago la polla de Mario, y toda la leche que le echó este dentro.

-          ¡UUUUUUUUUUUUMMMMMMMMMMMMM! Me encanta que se corran en mi boca – nos informó a todos mi hermana.

Nos quedamos tirados todos en el salón durante unos cuantos minutos, tratando de recuperar el aliento, lo cual fuimos haciendo poco a poco.

-          Gracias, chicos, por darme la primera doble penetración de mi vida, ha sido algo increíble que jamás olvidaré. Me lo he pasado de fábula – nos agradeció mi hermana.

-          Chica, estamos aquí para cuando quieras y lo que necesites – le contestó Mario – a mi me tienes a tu disposición cuando quieras, con lo buena que estás. Madre mía, que suerte tienes Gabriel, menudo pibonazo te estas beneficiando.

-          Si tú supieras – le dije sonriendo, y guiñando un ojo a mi hermana, que se reía.

-          Hacía tiempo que no follábamos como hoy – dijo Camila – y la verdad, es que, me encanta el sexo guarro como el de ahora.

-          A mí también – dijo mi hermana

Decidimos que era hora de irse, que eran casi las dos de la mañana, Mario tenía que trabajar al día siguiente, aunque no ha primera hora, ya que su prima le abría el local, y se encargaba de él, a primera hora de la mañana.

-          Es decir, que, pervirtiendo a la familia, espero es que el jefe les de a los empleados todo lo que le pidan – me cachondeé de Mario, que se apresuró a decir, que jamás se había tirado a su prima, sino que eran muy buenos amigos, y que, sí que iban a la playa juntos, y se veían en pelotas, pero que nunca se había acostado con ella.

-          Tranquilo hombre, y si te la has follado, pues eso que te llevas, que aquí se trata de disfrutar de nuestros cuerpos, nadie juzga a nadie – le dije, y le saqué la lengua a mi hermanita.

Nos fuimos despidiendo, nos pasamos a la tienda a por la compra que le habíamos hecho antes, y salimos de allí por la puerta principal de la casa, que estaba en la otra parte del edificio. Fuimos andando hasta nuestro apartamento, sin decir nada y sin cruzarnos con nadie. Al llegar al complejo, oímos un par de gemidos, y parecía que venían de la piscina, pero tampoco se veía nada. Cogimos el ascensor y directos al apartamento.

-          Eres un capullo, como les tiras de la lengua a todos, y como les provocas, y un día con la coña se te va ha escapar que tu y yo somos hermanos y veras – me recriminó mi hermana.

-          Tranquila, que de momento me controlo bastante, es solo para escandalizarte un poco, que me pone muchísimo las caras que pones – le tranquilicé, mientras le daba un buen azote en el culo – bueno voy a darme una ducha rápida, ¿me acompañas?

-          Si, que voy toda pringada y sudada – me contestó ella.

Nos metimos los dos en la ducha, nos estábamos enjabonando y de repente, me entraron unas ganas tremendas de mear.

-          Joder me estoy meando ahora, voy a tener que salir a mear y lo voy a poner todo perdido.

-          Mea aquí – me ofreció mi hermana – si al final se va por el mismo sitio, y nosotros nos lavamos después los pies y ya está.

-          ¿No te importa? – le pregunté.

-          Para nada – me confirmó.

-          ¿Y me dejarías que te mee las tetas y el culo? – pregunté, la verdad, es que nunca lo he hecho, pero me daba cierto morbo intentarlo.

-          Que guarro eres, me estas diciendo que te pone la lluvia dorada – me dijo.

-          Nunca lo he probado, y esta es la primera oportunidad que se me presenta.

-          ¡UUUUUUFFFFFF! No sé qué decirte, la idea tampoco me da tanto asco, pero es raro.

-          Venga déjame probar y si luego me lo quieres hacer tú a mí, me dejaré sin problemas – le medio supliqué.

-          El caso es que yo también me estoy meando – me dijo – ¿me dejas que te mee yo a ti primero? – me la había jugado, estoy seguro de ello, yo creo que ella lo quería probar, y yo caí en su trampa como un imbécil.

-          Vale, venga – le dije, me tumbé en el suelo de la bañera entre sus piernas. Ella se abrió el coño y se preparó para mearme.

-          Allá va – me avisó, y se empezó a mear sobre mí. Fue una larga meada, y se iba moviendo y la iba dirigiendo lo que podía, me la tiró por la polla, el pecho hasta que llegó a mi cara y me la meo también, al verla que lo iba a hacer cerré la boca y los ojos. Y allí terminó de mearse.

-          ¿Qué tal? – me pregunto.

-          Es raro, pero da morbo, sientes todo el liquido calentito, y no sé, al ser algo diferente me ha gustado – le conté – Bueno venga que me toca.

-          ¿Dónde me pongo? – me preguntó.

-          Ponte de rodillas ahí – le indique delante del sumidero. Ella se arrodilló, y yo que ya no podía más, apunté mi polla a sus tetas, y en ellas me empecé a mear, al igual que la suya, fue una meada larga, y se la dirigí a las tetas, al coño, y tal y como había hecho ella, a la cara, la embadurne toda la cara con mi meada, y me dejo alucinado, cuando de repente, abrió la boca, y empezó a dejar que le meara allí dentro. Fue escupiendo todo el líquido, y allí terminé de mearme.

-          ¡Joder tía! ¿a que sabe? – le pregunté.

-          No se decirte, pero no sabe bien, en fin, me apetecía probarlo y ya está. Ahora a lavarse. Se lavó y enjuago la boca lo primero, incluso con jabón, nos enjabonamos el uno al otro, y con el morbo de la lluvia dorada, yo me había puesto un poco palote, y al enjabonarnos de nuevo me empalme del todo, se me puso dura a rabiar.

-          Joder, no me puedo ir a dormir así – le dije.

-          Será mejor que no – Se giró se agachó un poco, se abrió el culo, y me dijo – venga soy toda tuya, pero date prisa que estoy cansada y tengo ganas de dormir, y solo por el culo, no te aproveches ahora.

-          Gracias hermanita – le dije acercándome a ella, y metiéndola mi dura polla en el culo, empecé a bombear, y ella se empezó a tocar el coño mientras me la follaba. No lo quería reconocer, pero ella también estaba cachonda.

-          Me corro Gabriel, córrete conmigo cariño, me corro. ¡SSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIII! Que día más increíble – me dijo mi hermana mientras se corría.

-          Me corro, joder, que culo tienes, que tetas, es que me pones la polla dura, con solo mirarte las tetas Ana, toma polla – le saqué la polla del culo y me corrí en su espalda.

Tras eso nos volvimos a limpiar y ya totalmente relajados nos fuimos a la cama a descansar. Nos tumbamos cada uno en su lado, y mi hermana me dijo:

-          Gracias por invitarme a venir aquí, me lo estoy pasando genial, están siendo las mejores vacaciones de mi vida, y el sexo esta siendo increíble. Si lo llego a saber dejo antes al gilipollas de mi novio, y había aceptado la invitación de utilizar el apartamento mucho antes.

-          No hay de que, se trataba de eso, de que te relajaras, ya que últimamente te veía muy tensa, y me alegro de estar consiguiéndolo. Además, yo creo que el sexo te gusta incluso más que a mí, y eso es decir mucho.

-          Eso es demasiado, que yo no estoy tan salida, aunque a este paso, me pondré a tu nivel rápido.

-          Cuando me dejes que te folle por el coño lo estarás – le solté.

-          JAJAJAJAJJAJAJA, eso va a ser difícil que pase – me contestó riéndose.

-          Buenas noches hermanita del alma, y nunca mejor dicho.

-          Buenas noches picha brava – a los pocos minutos debimos quedarnos dormidos.

Con todo el esfuerzo físico, del día anterior dormimos un montón de horas, la verdad, que entre lo relajados que estábamos, y lo cansados, estuvimos durmiendo hasta la 1 del medio día. Yo fui el primero en despertarme, mi hermana estaba encima de mí con una pierna sobre mi cintura, su cabeza apoyada en mi pecho, y yo con mi mano apoyada en su culo. No me quise mover para no despertarla, pero tras 10 minutos, estaba un poco cansado e incomodo con la postura, por lo que empecé a tratar de moverme sin despertarla, pero fracasé. Se empezó a desperezar.

-          ¡OOOOOOOHHHHHHHHH! Jo, no te muevas con lo a gusto que estaba – me pidió mi hermana.

-          Necesito ir al baño, perdona – me disculpé, por despertarla, y era verdad, me estaba meando. Se movió y me dejó escapar. Fui al baño, y tras pasar por el salón y comprobar la hora, me fui a la habitación para tratar de que mi hermana moviese el culo.

-          Venga dormilona, vete levantando, que ya son la una de la tarde, y al final no vamos a aprovechar nada la playa – le traté de animar, para que se levantase.

-          ¡UUUUUUUUMMMMM! Es que estoy muy a gusto, déjame un poquito más – protestó.

-          Venga Ana, que si no se nos junta la comida con la cena, y nos dormiremos otra vez a las tantas – le apresuré, pero no parecía que me hiciese mucho caso, por lo que, me senté en la cama, y empecé a tocarle el culo, pero no reaccionó mucho, por lo que le di un beso en cada nalga – necesitas que te espabile, te puedo asegurar que mi técnica es fantástica.

-          Vale, sigue – me contestó ella picarona. Me puse encima de ella, me senté en su culo, y empecé a masajearle la espalda – Sigue, que gustito, que bien lo haces, eres todo sorpresas hermanito.

-          Hoy en día, tienes que estar preparado para cualquier cosa – le dije, mientras iba bajando por su espalda masajeándola. Llegué hasta su culo, se lo masajeé a conciencia, y descendí por sus piernas, las cuales masajeé también. Ella ronroneaba, mientras yo seguía con mis maniobras. La separé las piernas un poquito, y empecé a subir por sus piernas, dándole besitos, al volver a llegar a su culo, le separé las nalgas, y metí mi lengua en su culo, y se lo empecé a chupar.

-          ¡OOOOOOOOOHHHHHHHHHH! Que buen despertar, si sigue – parecía que, por fin, le había conseguido desperezar del todo. Seguí un poquito más y me separé, levantándome – capullo, no me dejes así, además mira como llevas la polla.

-          Como dijiste, tu ayer, mejor que bajemos a la playa con un buen calentón, así luego el sexo lo cogemos con más ganas – le sonreí, devolviéndole la jugada de la mañana anterior.

-          JAJAJAJAJAJA. Aprendes rápido capullín – me respondió, y por fin se levantó – esta te la guardo, que lo sepas – me amenazó cuando pasaba por mi lado. La cogí desde atrás, agarrándole bien las tetas, y la pegué contra la pared, pegando mi polla bien a su culo.

-          ¿Es esto lo que quieres, hermanita? – le pregunté empezando a pasar mi polla por todo su culo.

-          Ahora te aguantas – me contestó mientras se soltaba, y se dirigía al baño. Se lavo la boca, cosa que yo ya había hecho, se arregló el pelo, cogió la crema solar – me ayudas, o te vas a quedar hay mirando sin más.

-          Dame anda – le quité el bote de la crema solar, me unté bien las manos, y se lo empecé a esparcir por todo el cuerpo. Cuando terminé, ella me quitó el bote, y repitió el mismo proceso conmigo, agarrándome bien la polla y dejándome más duro todavía.

-          Ya estamos listos – se lavó las manos, cogió una toalla de playa, y se dirigió a la puerta - ¿vienes o te quedas?

-          Voy cabrona, voy – contesté cogiendo también una toalla, y siguiendo a mi hermana con un soberano empalme de polla, el cual, no se me bajaba.

-          Vas a ir dando la nota por la calle – me advirtió.

-          Me importa una mierda – contesté todo orgulloso de mi herramienta – el que quiera mirar que mire y se deleite.

-          JAJAJAJAJJAJA. Ya veremos si sigues con la misma actitud en la calle – me retó.

-          Te lo puedo asegurar – me envalentone.

-          Mira el gallito – se mofó de mí. Salimos del complejo de apartamento, y según nos empezamos a meter en la playa, vimos que un grupo de vecinos, entre los que estaban Juan y María, se volvían.

-          Prontito os volvéis – les dije yo.

-          Es domingo del puente de mayo, esto esta lleno de mirones y viejos verdes, nos vamos a la piscina. Aunque si quieres darles un buen espectáculo, ves para allí – me dijo María, señalando la playa – con el empalme que llevas, vas a ser toda una sensación.

-          Mejor nos vamos con vosotros – dijo mi hermana, y nos volvimos para el complejo, que está más protegido, y la piscina no se ve desde fuera, ya que está muy bien resguardada.

-          Bueno, este es mi hermano Iván, y su mujer, Sofía – nos presentó María, les dimos dos besos a ambos. Con ellos venían, otras dos parejas de vecinos que yo conocía muy bien. Carlos e Irene, un matrimonio joven de 29 años ambos. Y una pareja mayor que ellos, de 31 años de la misma ciudad que nosotros, llamados Alicia y Gonzalo. Se los presenté a mi hermana.

-          Esta es Ana, una amiga – se saludaron todos, el cabrón de Carlos me miro a los ojos, como diciéndome la suerte que tenía.

Pero el tampoco se puede quejar, ya que Irene es muy atractiva, bajita ya que medirá 1,62cm, perlo rizado negro, unos ojos negros preciosos, y un culo que quita el hipo. Carlos por su parte, y por lo que, me decían las chicas amigas mías que le habían conocido, no es que fuera guapo, pero era muy simpático y ese le hacía ser mucho más atractivo de lo que era en realidad, además se cuidaba bastante, tenía muy buen cuerpo, eso hay que decirlo, a pesar de ser bajito, ya que debe medir 1,71cm más o menos. Yo le devolví, la mirada sonriendo. Con Carlos siempre me he llevado de lujo. Es un tío, al que aprecio muchísimo, ya que fue el primero que trató entablar amistad conmigo, cuando me compre el apartamento. E Irene es del mismo carácter que él, por lo que siempre que coincidimos pasamos mucho tiempo juntos. Alicia y Gonzalo, como ya he comentado antes, son de la misma ciudad que nosotros, son muy majos también, pero más serios que la otra pareja, y van un poco más a su rollo, aunque de vez en cuando también les gusta montarse sus historias, con el resto de los vecinos. Alicia, es bajita también pero un poco más alta que Irene, morena de pelo liso, con los ojos marrones, está un poco más rellenita, tiene sus curvas, que la quedan bastante bien, y es que, tiene un par de tetas descomunales, a mí en particular me encanta cuando me hace una cubana, lo que ha ocurrido en varias ocasiones. Gonzalo por su parte es un par de centímetros más bajo que yo, también moreno, pero no se cuida mucho, por lo que la tripilla se le está empezando a notar, pero su mejor atributo es que tiene una polla muy gorda, no la tiene larga, pero el grosor impresiona. El hermano de María parecía ser bastante más joven que ella, tendría mi edad, lo que me sorprendió mucho, y su novia, debía de ser de la misma edad.

-          Vosotros sois más jóvenes que la pareja de carcas estos. Os sacáis, una buena diferencia de años – les dije en broma, tratando de tirar de la lengua un poco a María.

-          Que capullo eres Gabriel – me soltó Juan – ya te quisiera ver yo a nuestros años, y estar de tan buen ver como nosotros dos.

-          Pues a lo mejor, pero el problema es que cuando tengamos vuestra edad, vosotros seguiréis siendo 10 años mayor que nosotros – me secundo Carlos con el cachondeo.

-          JAJAJAJJAJAA, sois imposibles vosotros dos cuando os juntáis – nos dijo exasperada María – y sí, aquí el yogurín tiene vuestra edad, por lo que congeniaréis bien, o eso espero, que me les tenéis que cuidar.

-          Eso está hecho – saltó Irene. Sonriendo en dirección a Iván.

El hermano de María, como había dicho ella, es de mi edad, y se le veía un tipo majo, y eso que no sabía a donde mirar, porque sus ojos iban de las tetas de una, al culo de la otra, no debe haber hecho mucho nudismo antes, y el chico estaba un poco desarbolado, era rubio oscuro, por no decir castaño, llevaba el pelo bastante largo y ondulado, los ojos marrones, y era delgado, sin mucha musculatura que digamos. Su novia Sofia, estaba muy bien, rubia clarito de pelo ondulado, ojos marrones, una estatura media, no llegaría al 1,70cm, un culo bonito a pesar de tenerlo un poco ancho, y un buen par de tetas, casi tan bonitas como las de mi hermana.

-          Tu contrólate, cariño. Que te conozco – soltó Carlos, y haciendo aflorar los colores a Iván.

-          No os paséis, que es la primera vez que hacen nudismo, y están un poco cortados todavía – nos pidió María.

-          Vale, seremos buenos – me hice el santo – entonces, ¿es la primera vez que hacéis nudismo, o es eso, lo que les habéis contado a estos dos?

-          JAJAJAJJAJAJA, es la primera vez, en serio – contestó Sofía – yo sí que he hecho toples en la playa y en la piscina, pero ir completamente desnudos, es la primera vez.

-          Y que mejor, que ir con la hermanita mayor para que os enseñe y os de lecciones – les dijo Carlos, descojonándose un poco de risa.

-          Nada mejor – respondió Iván – quién si no. Además, si de pequeño era ella la que me bañaba casi siempre, así que, yo ya estoy acostumbrado a estar desnudo delante de ella.

-          Y hay confianza suficiente – dijo Juan – que, si necesitan algo o tienen cualquier problema, solo tiene que preguntar o pedírnoslo.

-          Pues tener cuidado con lo que os pide – saltó Carlos, quitándome las palabras de la boca. Nos empezamos a descojonar los dos, mientras María trataba de darnos una colleja a ambos. El resto nos miraba divertidos, incluso la parejita. La única que se hacía la escandalizada era María.

Con todo esto ya habíamos llegado a la piscina, del complejo, donde no había nadie más, extendimos las toallas en el poco espacio de césped que tenemos y nos tumbamos allí. A mí, ya se me bajo el empalme con el que había bajado. Estuvimos hablando y jugando a las cartas, nos lo pasamos genial, con risas y piques de buen rollo mientras jugábamos a las cartas. En un momento dado hacía mucho calor, y decidimos que iba siendo hora de probar el agua de la piscina, nos fuimos zambullendo en el agua, uno por uno, para refrescarnos.

-          ¿De donde has sacado a semejante pibón? – me preguntó Carlos en un momento en el que nos quedamos solos.

-          Ya ves, uno que tiene sus contactos – le contesté sonriendo, y orgulloso de mi hermana, los tenía a todos locos, con lo buena que está – es una amiga, que lo dejo no hace mucho con el novio, el muy gilipollas le ponía los cuernos, ¿te lo puedes creer?, además en la cama es super cachonda, ya lo comprobarás luego.

-          Hay que ser gilipollas para dejar escapar algo así – me respondió él.

-          Lo es, yo no le aguantaba – terminé la conversación, ya que Irene se acercaba a nosotros, y en vez de abrazarse a Carlos, se abrazó a mí.

-          ¿De que estáis hablando? – nos preguntó.

-          De lo mucho, que te he echado de menos, a ti, y a tu culo – le dije, metiendo mi mano debajo del agua y tocándola el culo a conciencia. Ella no se quedó corta, y me agarró la polla.

-          Cortaros un poquito, que los novatos se van a escandalizar – nos advirtió Carlos.

-          Lo dudo mucho, Iván no le quita ojo a Ana, y su novia, no se aparta de su cuñada, ya que te tiene miedo Carlos – le contesté, riéndome de él. Por lo que empezó a perseguirme por la piscina, para tratar de hacerme una aguadilla, pero me moví muy rápido, y me escapé a donde estaban el resto, con el detrás, me puse detrás de Alicia, y María, buscando su protección - socorro, que el loco este me quiere ahogar.

-          Algo habrás dicho, venga cuenta – me acusó Alicia.

-          Lo único que he dicho es que Sofía no se aparta de su cuñada, porque le tiene miedo, porque no le quita ojo de las tetas – confesé.

-          JAJAJAJAJAJAJA. Algo de razón tiene – me ayudaron las chicas. Irene que estaba justo al lado oyendo la conversación, se empezó a reír también.

-          Tranquilos, que si no me aparto de ella es para controlarme yo misma, que con lo buenos que estáis todos, me voy a tirar a por vosotros – nos confesó.

-          Pues no te cortes, nosotros encantados – contestó Carlos.

-          No me los pervirtáis, a las primeras de cambio – nos regañó María.

-          Tranquila de eso os encargáis tú y Juan – les contestó Iván, con una sonrisa – que hay que joderse hermanita, me parece que no es solo nudismo lo que hacéis, viendo la complicidad que tenéis entre todos vosotros.

-          JAJAJAJAJAJAJA, te acaban de pillar María, haber como sales de esta – le dijo Ana, que se acababa de unir a nosotros seguida de Juan, que parecía estar tocándole el culo, por debajo del agua.

-          Madre mía, que situación. Tú de esto, no cuentes nada capullo – le advirtió a su hermano – es cierto, que nos montamos nuestras fiestecitas, pero nosotros somos muy discretos, y en general solo nos lo montamos con mi cuñado y su mujer. No somos como el resto, de estos salidos, que no paran de follar unos con otros.

-          Eso te lo recordaré la próxima vez, que estés saltando sobre mi polla como una loca, como hiciste ayer por la mañana – le contradije, se empezó a reír y puso los ojos en blanco.

-          No tenéis remedio, con vosotros no se pueden tener secretos – se rindió María, mientras todos nos íbamos riendo.

-          No te preocupes cariño, si me parece que el golfo de tu hermano es lo que andaba buscando, un poco de fiesta, y a Sofia también se la ve muy predispuesta – salió a defenderla Juan.

-          Eso hermanita, que ya me parecía a mí, muy sospechosa la carita de satisfacción que llevas siempre en la cara – se rio de ella su hermano.

Las risas, y el cachondeo de la situación se fue sucediendo, por un buen rato, en el que, todos fuimos objetivo de mofa en un momento determinado. A eso de las tres del medio día, ya hacía demasiado calor, y estábamos muertos de hambre la mayoría. Por lo que, decidimos subirnos cada uno a su casa para comer algo, y luego quedábamos a las 6 de la tarde otra vez, en la piscina todos juntos. Fuimos recogiendo todo, y nos empezamos a dirigir cada uno a su apartamento.

-          Veniros con nosotros – me ofreció Carlos – al fin, y al cabo estamos solos, y tenemos comida y sitio de sobra.

-          Por mí, no hay problema, ¿tú que dices Ana? – le pregunté a mi hermana.

-          Genial, así no estamos solitos – contestó ella, y se le veía en la cara que tenía ganas de fiesta.

-          ¿Y nos dejáis solos a nosotros? – soltó Alicia para nuestra sorpresa, ya que, como he dicho antes normalmente van un poco más a su bola, pero estaban más sociables de lo habitual.

-          Pues apuntaros también, como ya he dicho antes, hay comida y sitio de sobra – comentó Carlos, y es que, el apartamento de Carlos es de los más grandes, se lo puede permitir económicamente, ya que, los negocios le van de maravilla. Y siempre, tiene la nevera llena de comida preparada, que le encarga a una empresa local, para que se la llene, su teoría, es que, cuando vienen de vacaciones, no se trabaja nada.

-          A las 6 nos vemos, no os lieis mucho, que luego nos dejáis solos – se quejó Juan.

-          De momento, os dejamos en muy buena compañía – le contesté yo – vosotros veréis como usáis esa compañía.

-          Que cabrón – se empezó a reír Iván, con mi comentario.

-          Venga luego nos vemos – medió mi hermana, y cada uno salió por su camino.

Nosotros llegamos al portal de Carlos, y nos metimos los seis en el ascensor, un poco justos, pero entramos, y subimos hasta su planta que era el ático. Entramos en el apartamento, e Irene se llevó a mi hermana, para enseñarle la casa, Alicia ya la conocía por lo que se quedó con nosotros, nos dirigimos a la cocina, y empezamos a sacar cosas de la nevera. Decidimos poner el toldo en la terraza, para resguardarnos del sol, y comer allí, que hacía una brisa muy agradable y se estaba de maravilla, abrimos las puertas que comunicaban el salón y la terraza, y la verdad que la estancia que queda es enorme. El apartamento que tiene es espectacular. Empezamos a preparar la mesa, y fuimos sacando cosas de la nevera, en general ensaladas y cosas de picoteó.

-          Joder, menudo apartamento tenéis chicos, es una auténtica pasada – les alabó mi hermana cuando se unió al resto de nosotros en la cocina para ayudarnos a sacar cosas.

-          Es la leche, ¿verdad? – confirmó Alicia – ya lo quisiéramos para nosotros.

-          Es precioso – sentenció mi hermana.

-          Venga vamos a empezar a comer, que yo ya estoy muerto de hambre – dijo Carlos, a lo que yo secundé, seguido de Gonzalo.

Nos sentamos todos, en la terraza y fuimos comiendo, contándole ellos a mi hermana acerca de sus vidas, al parecer, Alicia trabajaba en la misma calle que mi hermana, en uno de los edificios de grandes oficinas de su zona, por lo que era normal que no se conocieran de nada. Ya que, el número de gente que trabaja en ellos es enorme. Gonzalo por su parte, trabaja en el negocio familiar, y no les va mal, aunque para tener éxito deben de echar muchas horas. Carlos por su parte, tiene vista para los negocios, es un buen inversor, y el padre ya lo era de por sí, por lo que, fue mucho más fácil, para él, empezar a invertir en proyectos con el soporte de su padre, y como es un relaciones públicas excepcional, los negocios le van de lujo. Irene por su parte, conoció a Carlos en la universidad, y allí se liaron, trabaja en una oficina, pero no muchas horas, y puede dedicarse un poco más a sus cosas, y cada vez necesita días, para acompañar a Carlos en viajes de negocios se los coge, tiene un buen acuerdo con su empresa. Probablemente, uno de los socios sea Carlos, para poder conseguir dichas ventajas.

-          Vamos a recoger esto y sacamos el postre – dijo Irene, cuando terminamos de comer.

-          Yo pensaba, que el postre, ibas a ser tú – contestó Gonzalo.

-          Tranquilo, que luego dejo que me comas enterita – le guiñó un ojo esta todo picarona y moviendo el culo exageradamente, cuando encabezaba la comitiva que se dirigía a la cocina.

Recogimos todo rápidamente, y sacamos unos helados. Irene sacó un par de botes de nata montada, los cuales, dejó sobre la mesa de la terraza. Cuando terminamos los helados, Irene se levantó de la mesa, cogió uno de los botes de nata, le pidió sitio a Gonzalo y sentándose en la mesa, delante de él, se empezó a llenar los pezones y el coño, con la nata, cuando acabó le dijo:

-          ¿Creo que tenías ganas de más postre, no? – subió las piernas al reposabrazos de la silla de Gonzalo, ofreciéndole su dulce postre – chicas vosotras ir haciendo lo mismo.

-          Dame un bote – dijo mi hermana rápidamente, que se levantó corriendo, y repitió el proceso enfrente de Carlos, que alucinaba con el espectáculo, e imaginándose el atracón de pibón que se iba a dar – Carlitos, aprovéchate, que voy muy caliente hoy.

-          Pues si tú vas caliente, yo no soy menos, que ya tenía ganas de volver a tirarme al buenorro este – comentó Alicia, repitiendo el mismo proceso que las otras dos.

Los tres chicos, ya estábamos empalmados, yo al ver a Irene lo que se proponía, me puso a cien, por lo que, cuando Alicia termino de ponerse toda la nata por el cuerpo estaba que me subía por las paredes, me tiré a por sus enormes tetas, y esos pezones que me encanta comerla, los tenía durísimos, y me entretuve un buen rato en ellos después de limpiárselos.

-          Cómeme el coño de una vez, que ya no puedo más me pidió – Me bajé hasta su coño, y empecé a limpiarle el coño, y cuando no quedaba nada de nata, le metí dos dedos en él, y me centré en su clítoris.

Por el otro lado, Carlos había seguido el mismo procedimiento que yo, se acopló a las tetazas de mi hermana, cosa que entiendo perfectamente, porque a pesar de que las tías con las que estábamos coincidiendo este fin de semana, estaban muy buenas, mi señora hermanita es cosa aparte, y sus tetas son espectaculares, una vez terminó con sus tetas, se bajo al igual que yo para comerla el coño, como se merece mi hermanita. Gonzalo al contrario que nosotros, se tiró a por el coño de Irene, se lo estuvo comiendo un buen rato, cuando creyó que la tenía lo suficientemente cachonda, se levantó, para limpiarla los pezones de la nata, que le quedaban, los pezones los tenía durísimos lo que hacían resaltar las pequeñas pero preciosas tetitas de Irene, una vez terminó de limpiárselas, le bajó de la mesa, le giró le puso a cuatro patas, cogió el bote de nata, y le llenó el culo de nata.

-          Esto es lo que quería comerme yo desde el principio, menudo pedazo de culo que te gastas Irene me encanta – le dijo Gonzalo, agachándose y empezando a comerse toda la nata que le había rociado por todo el culo.

-          Pues yo me he quedado con ganas de dulce – dijo mi hermana, que cogió el bote de nata hizo a Carlos levantarse y le apoyo en donde había estado sentada ella. Se sentó en la silla, en la que estaba Carlos, y le llenó la polla de nata por todos lados – que gorda la tienes, espero que me entre toda en la boca.

-          Eso espero yo también – le contestó Carlos, mientras mi hermana le empezaba a lamer toda la longitud de su polla y sus huevos, limpiándole toda la nata que le había puesto en la polla.

-          Mi turno, Gabriel, ya va siendo hora de que me vuelva a dar un atracón de polla – me dijo Alicia, que siguiendo el mismo proceso que había seguido mi hermana con Carlos, me llenó la polla de nata, y me la empezó a chupar. A los dos minutos, ya se la estaba metiendo hasta la campanilla, y es que se veía que venía muy caliente.

-          Joder, que bien me la estas chupando Alicia. Trágatela entera cariño – le pedía yo.

Gonzalo, seguía a lo suyo comiéndose el culo de Irene, que no paraba de gemir con el trabajito que le estaba dedicando Gonzalo. Este se levantó, y sin dejar que Irene se moviese de donde estaba le empezó, a restregar la polla por su coño, y allí que se la empezó a meter.

-          ¡AAAAAAAAAHHHHHHHH! Si fóllame, méteme la polla en el coño, dame caña, Gonzalo, que estoy muy caliente – le pedía Irene, mientras este se la follaba, aumentando el ritmo y metiendo su polla hasta los huevos en el coñito jugosito de Irene.

-          Yo también necesito polla – me pidió – que estoy muy caliente, méteme la polla de una vez.

-          Y yo me muero, por meterte la polla, que con lo dura que me la has puesto, te voy a reventar – le dije yo a Alicia, le baje de la mesa, la puse en la misma posición que estaba Irene al lado nuestro, y se la empecé a meter en el coño, agarrándome bien a estas tetas – que tetazas por el amor de dios Alicia, como te pesan, son enormes, me encanta agarrártelas mientras te follo.

-          Si fóllame duro, Gabriel – me empezó a decir, según iba aumentando el ritmo, yo empecé a pellizcarla los pezones, que los tenía como piedras de lo cachonda que estaba – que dura tienes la polla, me encanta sentir una polla así de dura.

-          Pues yo no voy a ser menos, y con las ganas que tengo de meterte mi gorda polla, desde que te he visto esta mañana – sentención Carlos a mi hermana, y repitiendo el proceso, le puso en la misma posición que a las otras, y por el coño se la empezó a follar.

-          ¡OOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH! Pero que polla más gorda que te gastas Carlos, como me está llenando el coño, fóllame duro, lléname con tu polla – le pedía Ana a Carlos, que le estaba empezando a dar unas embestidas espectaculares, y el movimiento de las tetas de mi hermana, según se la follaba era digno de admirar.

Las chicas estaban de cara, las unas a las otras mientras nos las follábamos, los gritos de placer de los 6 recorrían toda la terraza, y puede ser que un poco más allá, al otro edificio cercano al nuestro y un poco más alto, vimos como una pareja nos miraba, y se ponía a follar con el espectáculo que les estábamos dando.

-          Y pensar, que antes de este fin de semana, yo no había participado en ninguna orgía, lo que me he estado perdiendo estos años – nos dijo mi hermana.

-          Pues veras ahora. Vamos a ir cambiando chicos – les dije a todos. Y le saqué, mi polla durísima a Alicia, y me dirigí a por Irene, Gonzalo se fue a por mi hermana, y Carlos muy a su pesar dejo de follarse a mi hermana, y se fue a por Alicia.

-          Joder, me quedo sin follarte por el culo, de momento Ana, pero ya te cogeré luego – se quejó Carlos.

-          Te estaré esperando - le contestó mi hermana, toda solicita, se estaba descubriendo que era toda una bomba sexual, le encantaba follar en plan salvaje.

-          Pues contrólate, Carlitos, que ya sabes que a mi el culito ni tocarlo, como mucho un dedo, y gracias – le dijo Alicia.

-          Tranquila que ya lo sé, mira que eres estrecha – y se empezó a reír de su propia respuesta.

-          ¿Estrecha yo?, te vas ha enterar tu ahora. Vamos túmbate en el suelo – Carlos no se atrevió a rechistar, se tumbó en el suelo boca arriba, y Alicia se puso en cuclillas encima de él, y se dejó caer sobre su polla, metiéndosela de un solo golpe hasta los huevos, y empezó a saltar sobre su polla – que gorda la tienes, cabrón. Ves lo estrecha que soy.

-          Pero que tetorras tienes, venga sigue follándome así Alicia, fóllame duro. Como te botan las tetas, que pasada – y la verdad es que era digno de admirar.

-          Vamos Irenita, que no sabes lo mucho que te he echado de menos, tanto a ti como a tu culito – le dije, mientras le daba un par de azotes, y apuntaba mi polla a la entrada de su coño, y se la metía de un solo golpe en él.

-          Eso méteme esa dura polla por el coño, Gabriel. Como me gusta tu polla dura, y grande, me encanta como me follas – me decía Irene.

-          Pero que buena estas Ana – le decía Gonzalo a mi hermana, mientras la giraba, la tumbaba en la mesa boca arriba, y le abría bien de piernas – ¡UUUUMMMMM! Que coñito más calentito te gastas preciosa. Que ganas de follarte desde que te he visto esta mañana preciosa.

-          Y que ganas de que me follaseis todos, que llevo todo el fin de semana en celo – le contestó ella – me apetece probar todo.

-          Pues toma polla, toma polla – le daba duro Gonzalo mientras la mantenía bien abierta de piernas, y le seguía chupando las tetas.

Estuvimos un buen rato follando en esa postura, Alicia, estaba fuera de sí saltando sobre la polla de Carlos, Gonzalo no paraba de comerle las tetas a mi hermana mientras se la follaba, y yo empecé a meterle un par de dedos en el culo a Irene, que lo que realmente me apetecía era rompérselo en condiciones. Y ella se percató de ello, girando su cabeza, y sonriéndome.

-          Pero que guarro eres Gabriel, te he visto venir desde la playa – me dijo la chiquitita – pues nada si el niño quiere romperme el culo, adelante, todo tuyo que te está esperando.

-          Y que esperas, si es una joya, con lo estrechito que lo tienes – y empecé a meterlo dos dedos en el culo mientras seguía follándomela por el coño. Al par de minutos, ya creía yo que lo tenía suficientemente dilatado, y me lancé a por él.

-          ¡AAAAAHHHHH! Vamos toda tuya, venga ábrete el culo que te lo voy a reventar Irene. Por dios, pero que estrechito lo tienes, me encanta follarte el culo – le dije yo, mientras la iba metiendo la polla en su agujerito negro, eso sí, con sumo cuidado ya que no quería hacerla nada. Tras meterle el capullo, en cada embestida trataba de meter mi polla un poquito más fondo, y así conseguí clavársela entera.

-          ¡SSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIII! Me partes en dos cabrón, me encanta, dame polla por el culo, fóllame el culo – me decía Irene, que a pesar de lo pequeñita que es, aguanta la caña por el culo de maravilla, y os puedo asegurar, que es una auténtica pasada ensartársela en el culo.

Gonzalo al ver la oportunidad que se le había brindado, al mi hermana decir, que le apetecía probar de todo, le preguntó:

-          Ya has oído a mi mujer, que por el culito no se la mete nadie, pero ¿me dejas que te lo folle?, que si no es por estas fiestecitas me quedaría a dos velas con el sexo anal – se hizo la víctima Gonzalo.

-          Todo tuyo, que a mi me encanta recibir una buena polla dura por el culo, me pone muchísimo – le autorizó mi hermana. Gonzalo no perdió el tiempo, le sacó la polla del coño, se agachó, y se lo empezó a comer de nuevo, mientras empezaba a meterle un par de dedos en el culo para preparárselo – eso dilátamelo bien antes de meterme tu dura polla por ahí.

-          ¡OOOOOOOOHHHHHHHHHHH! Que polla más gorda tienes Carlos, me encanta ensartarme tu trasto en mi coño, como me llena entera – seguía diciendo Alicia, mientras seguía saltando sobre la polla de Carlos, pero había bajado el ritmo, ya que era difícil mantener esa intensidad.

-          Levanta y deja que te folle yo ahora – le dijo Carlos. Se levantaron los dos del suelo la puso en la misma posición que tenia Gonzalo a mi hermana, y abriéndola bien de piernas la metió la polla, mientras la estrujaba las tetas, y la pellizcaba los pezones.

-          Gabriel, que bueno, que pollón más duro tienes, dame fuerte – me pedía Irene, que estaba disfrutando tanto o más que yo de la enculada que la estaba dando.

-          Dame por culo de una vez Gonzalo, necesito tu polla en mi culo ya – le suplicó mi hermana fuera de sí. Este no se hizo de rogar, y a la tarea que se lanzó, se metió entre sus piernas, y apuntado su polla a la entrada del culo de mi hermana, por allí que se la empezó a meter.

-          ¡OOOOOOOOHHHHHHHHHHHH! Pero que culo más abierto tienes guarra, como se ha tragado mi polla sin ningún esfuerzo – le decía Gonzalo, con toda su polla, metida hasta los huevos en el culo de mi hermana. Y empezó a follársela con verdaderas ganas – menudo pibón eres, y que bien follas, es una pasada.

-          Calla y reviéntame el culo – le exigió mi hermana.

La situación era muy excitante, nos mirábamos unos a otros mientras nos follábamos, y los gritos y las caras de placer eran increíbles. Si los vecinos nos estaban oyendo se lo estarían pasando en grande. Y me juego el cuello, que más de uno se pondría a follar solo del calentón que se pillarían solo de oírnos.

-          Joder, como siga así me voy a correr otra vez enseguida, y necesito que me folléis dos tíos al mismo tiempo – dijo la guarra de mi hermana, que se había vuelto adicta a la doble penetración de repente.

-          Carlos vente aquí, que nos vamos a follar a esta zorra entre los dos – le dijo Gonzalo. Carlos no tardó nada en sacarle la polla a Alicia, e irse a hacer compañía a los otros dos.

-          Túmbate en el suelo boca arriba Gonzalo, que yo me siento, encima de ti, y así le dejamos a Carlos que me folle el culo que antes se ha quedado con las ganas – les organizó mi hermana.

-          Como desees – le contestaron. A los pocos segundos, mi hermana ya estaba saltando sobre la polla de Gonzalo.

-          Venga échate un poco para adelante que te vamos a reventar entre los dos – le dijo Carlos a mi hermana. Esta le obedeció, y Gonzalo aprovechó para comerle las tetas a mi hermana, mientras Carlos se fue acoplando detrás de ella, y se la empezó a meter por el culo.

-          ¡OOOOOOOOOHHHHHHHHH! Que polla más gorda tienes Carlos, como la noto en el culo, meterme las pollas hasta el fondo, me encanta esto, me encanta, que me metan dos pollas a la vez – estaba fuera de sí mi hermana, no creo que tardase mucho más en correrse.

Por otro lado, Alicia se había venido con nosotros, y se subió a la mesa, le puso el coño delante de la cara a Irene, y esta, empezó a comerle el coño, lo mejor que sabía. Mientras yo seguía metiendo mi polla en el culo de Irene, y la estaba follando con verdadero ímpetu.

-          Cómeme el coño, Irene, que se enteren estos hombrecitos como hay que comer un coño en condiciones – estaba diciendo Alicia, que yo nunca la había visto, tan desatada, se le notaba que estaba con muchas ganas de sexo fuerte.

-          Me corro, me corro, no aguanto más, esto es una gozada, ¡OOOOOOOOOHHHHHHHHHHH! Que corridón me estoy pegando otra vez – les decía mi hermana corriéndose con los dos pollones de Carlos y Gonzalo, clavados hasta los huevos.

-          Pues si ya te has corrido, es mi turno – dijo Irene que se le veía con ganas, de recibir el mismo tratamiento que mi hermanita. Se la saqué del culo, y la dejé que se levantara.

-          Venga dejarme salir, y ocuparos de Irene ahora – les pidió mi hermana, que estaba totalmente agotada del corridón que se acababa de pegar, le sacaron las pollas de sus agujeritos, y como buenamente pudo se levantó.

-          Cariño, hay tienes a Alicia, tu ocúpate de ella, que estos dos se van ha encargar de mi – le dijo Irene a Carlos que sin rechistar se fue a por Alicia.

-          Hay que dar prioridad a los invitados – y sin más cogió a Alicia y le metió de nuevo la polla en el coño, volviendo a comerse sus tetas mientras se la follaba.

Irene por su parte se sentó sobre la polla de Gonzalo, y me dejó a mi que siguiera dándola por el culo, empezamos un mete saca, muy bien compasado y a muy buen ritmo. Mi hermana se acerco a Carlos y Alicia, y empezó a morrearse con los dos mientras Carlos se follaba a Alicia. Estuvimos un par de minutos así, y yo ya no iba a aguantar mucho más sin correrme, gracias a dios el resto estaba igual que yo.

-          Me corro, me corro, empezó a decir Alicia, fóllame fuerte que me estoy corriendo de maravilla – le animaba a Carlos a darla más duro cuando estaba corriéndose. Carlos, por su parte tampoco aguantó más y empezó a correrse.

-          Me corro, me corro, que pedazo corridón me voy a pegar, quien quiere mi leche – les dijo a mi hermana, y a Alicia. Y tras sacarle la polla a Alicia del coño, las dos chicas se arrodillaron delante de él, y le comieron la polla hasta que se corrió sobre sus caras. Las puso perdidas de leche, luego ellas se dedicaron a limpiarse la corrida de la cara, la una a la otra, hasta que quedaron completamente limpias.

-          Me corro, cabrones, que bueno, que bueno, que ganas tenía de polla hoy – empezó a decir Irene, que se empezó a correr con nuestras pollas metidas en sus dos agujeritos, cuando se termino de correr, yo estaba que ya no podía más. Me apetecía correrme, se la saqué del culo a Irene, me di la vuelta, y vi a mi hermana que se empezaba a levantar después de limpiarle la polla a Carlos, la cogí, la apoyé en la mesa y se la empecé a meter en el culo.

-          ¡AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH! Cabrón que no me lo esperaba – se quejó ella.

-          Deja que me corra en tu culito, que me encanta hacerlo hay – le pedí, se relajó y me dejo acabar, a las 3 envestidas, ya le estaba llenando el culo de leche – me corro, me corro, Ana, me encanta llenarte el culo de leche, me pone muy cachondo meterte mi polla en el culo.

-          Joder me lo vas a inundar – se quejaba con sorna ella.

-          Yo también me voy a correr, me voy a correr – nos avisó Gonzalo, Irene se sacó su polla del coño, se bajo hasta su polla se la metió en la boca, y le pidió que se corriera en su boca.

-          Córrete en mi boca, llénamela de leche, que estoy deseando tragarme una corrida desde esta mañana bien temprano en la playa – nos contó Irene, Gonzalo se empezó a correr dentro de la boca de Irene, y se quedó totalmente relajado al igual que todos.

Nos quedamos tirados en las sillas de la terraza, hacía una brisa cojonuda en la terraza, y como estábamos debajo del todo el sol no nos abrasaba, ayudamos a Carlos a quitar la mesa del centro e hicimos hueco para unas hamacas que sacó, nos tumbamos en ellas para descansar y echarnos una siesta, después de que fuéramos pasando todos por las duchas para refrescarnos, después del ejercicio realizado. Nos fuimos quedando dormidos echando la siesta, y gracias a dios, alguien puso una alarma, para despertarnos a las 6 y bajar a la piscina.

Conseguimos desperezarnos como buenamente pudimos, y bajamos a la piscina sobre las 6:20, tan solo 20 minutos tarde de la hora a la que habíamos quedado con Juan, María y compañía. Al llegar, María se tocó la muñeca dándonos a entender que llegábamos muy tarde.

-          Vergüenza os tendría que dar, que llevamos 20 minutos esperando – se quejó – además menudo espectáculo sonoro que nos habéis pegado a todos los vecinos.

-          ¿Tanto se oía? – preguntó Alicia preocupada.

-          Un poquito, pero solo un poquito – nos confirmó Sofía – teníamos que prestar atención, pero sí que se oía.

-          Y claro nos habéis puesto, muy cachondos a todos – confirmó Juan.

-          Espero que os hayáis desahogado – les dijimos todos.

-          Desde luego – nos corroboraron todos, con una sonrisa.

Como a nosotros nos habían estado oyendo, tampoco les tuvimos que dar ninguna explicación de lo que habíamos estado haciendo y como, se lo podían imaginar claramente. Pero ellos, si que nos contaron en lo que habían empleado el tiempo. Nos contaron que, según terminaron de comer, se tumbaron en los sofás para ver una película y echarse la siesta, pero al poco empezó nuestro espectáculo, y se empezaron a excitar, los chicos se empalmaron enseguida, y María propuso irse cada pareja a una habitación, a desahogarse, pero los chicos y Sofía dijeron, que, porque no se lo montaban todos allí en el salón, cada uno con su pareja. A María le daba mucho corte follar delante de su hermano, pero le dijeron que con la fiesta que nos estábamos pegando el resto, a ellos también les apetecía un poco de morbo, y hacer algo más excitante, que simplemente echar un polvo. Al final, la convencieron, y se quedaron los cuatro en el salón, Juan cogió a su mujer y empezó a comerla el coño tras abrirla de piernas, cuando la sentó de nuevo en el sofá, por su parte Sofía se tiró sobre la polla de Iván y se la empezó a chupar allí en el otro sofá. Los hermanos se miraban el uno al otro, mientras María decía que eso era una locura, Iván decía que era super excitante, que se relajara y disfrutara. Cosa que acabó haciendo poco a poco, al rato era ella la que le chupaba la polla a su marido, e Iván el que le comía el coño a Sofía, para acto seguido sentar a los dos chicos en los sofás, y las dos chicas se pusieron a cuchara, y se metieron los pollones de los dos chicos en el coño, mientras se miraban unos a los otros, como follaban. María le preguntaba a su hermano, si era eso lo que quería, ver como se follaban a su hermana mayor, a lo que el le contestó que sí, que le ponía muy cachondo ver como se la follaban delante de él, mientras el se follaba a su novia. Estaban los cuatro muy cachondos y se corrieron al final todos, casi al mismo tiempo, María después de correrse ella con la pollaza de Juan en el coño, se la tragó, y toda la corrida que le este en la boca. Sofia hizo exactamente lo mismo con la polla de Iván y su corrida, cuando se terminaron de correr los dos chicos, las dos chicas se fundieron en un buen morreo, por lo que María probó, el semen de su hermano como la recalcamos todos. Se justificó diciendo que simplemente fue un acto reflejo, y que no creía que eso volviese a suceder, fue simplemente la excitación del momento. Todos nos reímos, y yo miraba a mi hermana y ella me miraba a mí. Si el resto de los allí presentes supiesen los jueguecitos que nos traíamos los dos, fliparían.

CONTINUARA……………………………

P.D.: Gracias por los comentarios, animan a seguir. Si tenéis cualquier comentario, para como continuar, se aceptan sugerencias, al igual que las correcciones. Gracias a todos.