Vacaciones a los 40. Cuarto día.
Tenía miedo y tenía dudas, pero mis deseos lo superaban. Mis ganas de seguir experimentando fueron mucho más grandes que las barreras psicológicas. Cuando se dan las las circunstancias adecuadas hay que tomar decisiones, y las ocasiones que presentan se toman o se pierden.
Después de desayunar montamos en el bmw de Carlos y vamos hasta el puerto privado donde tiene el yate, de unos 20 metros de largo. De diseño imponente, todo un lujo. Allí nos esperan Rosa y Fran, una pareja de amigos que tienen 25 años él y 20 años ella, guapos y con unos cuerpos esculturales.
Nos presentan y a la marcha, me sentía la reina de España allí sentada, en la cubierta con sillones de piel, y bebiendo moet chandom de selección como si fuera agua del grifo. Todo cuanto comíamos o bebíamos era carísimo y eso me ponía cachonda.
Hicimos una leve parada en una cala muy pequeña, pero discreta, no había nadie, el agua era cristalina y había parado el yate en un claro que parecía una piscina. Allí fue Rosa la primera en quitarse la ropa quedándose en bikini, que era muy pequeño en el sujetador y con un tangazo minúsculo abajo. Me parecía increíble que una niña de 20 años mantuviera ese desparpajo y naturalidad al quedarse en esa prenda, pero mi sorpresa no fue nada cuando se retiró un poco hacia la parte trasera y dejó caer la parte de arriba, tumbándose en topless en la cubierta del yate con la más absoluta tranquilidad. Los únicos que nos quedamos sin palabras fuimos Fernando y yo, estaba claro que en aquella isla, en aquel contexto, eso era de lo más normal del mundo.
Las carnes de esa chica eran memorables, firmes, duras, preciosas por la edad, con un culo redondo y durísimo y unos pechos de tamaño mediano que se mantenían tiesos por sí solos.
Arantxa no tardó en acompañarla, manteniendo la misma pose, y Fernando me miró resignado, esperando que yo las siguiera. Aun así me costó y no lo hice rápido. Me acerqué junto a las chicas con mi bikini brasileño y con la parte de arriba puesta y allí, conversamos nosotras mientras los hombres bebían en la otra punta y hablaban de sus cosas.
Reanudamos la marcha, y éstas dos se movían entre todos con total naturalidad. Al llegar a la cala Pregonda vi de fondo dos casas entre un paisaje desértico, que a veces simulaba el viejo oeste o restos de otro planeta, por sus formas y color rojizo.
Permanecimos una hora en el yate antes de ir a visitar la casa. Las chicas a nuestro aire y los chicos al suyo. Cuando fuimos para la casa, en una embarcación auxiliar pequeñita, no se vistieron. Amarra la embarcación en unas escaleras privadas que dan acceso a la vivienda, vaya lujazo, estaba alucinando. De aspecto tradicional por fuera y sorprendentemente moderna por dentro, con todo tipo de tecnologías y muebles sofisticados. En la cocina había comida, habrían estado allí recientemente y después de enseñarnos la lujosa casa, las mujeres nos disponemos a prepara algo para comer. Arantxa para ese momento se había puesto una camiseta de tirantes y había sacado otra para rosa, no obstante los culos seguían al aire, no les tapaba el ombligo.
En esa tesitura vamos preparando un picoteo y Rosa sale fuera para llevar unos platos permaneciendo en el salón. Arantxa aprovecha para preguntarme cómo estábamos después de lo que ocurrió días atrás. Le cuento que bien, que lo hemos asumido con normalidad, al principio mi marido se mantuvo confuso pero que yo le quité hierro al asunto y nos había venido muy bien su ayuda. Que seguramente sin esa ayuda no avanzaríamos. A Arantxa le brillan los ojos satisfecha y me susurra que para eso está, que si necesitamos más ayuda podemos contar con ella.
¿Carlos lo sabe? Sí, responde segura.
¿y no le importa? No, él es muy liberal en ese aspecto. Lo único que pide es higiene, lógicamente, pero no solo no le importa que haga esas cosas, sino que es él quien me inició y quien me anima a seguir. De otra forma no podría hacerlo.
Eso despejó muchas dudas en mí. Seguimos hablando y me pregunta por mi culo. ¿Finalmente te partió el culo?
No, aún no.
¿Pero que pasa? ¿Tú no quieres?
Realmente sí, respondí, pero eso lleva su tiempo.
¿Tiempo? ¿Para que dilate dices?
No, para que se atreva.
Bueno, entonces seguís en las mismas. Hay que ser más claros y saber decir y proponer lo que cada uno quiere, que el tiempo pasa y luego nos vemos viejos y sin ganas de hacer nada.
Ya, pero hemos avanzado mucho, aún así supongo que hay cosas que van paso a paso, primero una cosa y después otra.
Joder no, esto hay que dar caña o la cosa se enfría, creo que al final la ayuda del otro día resultó poca. ¿Quieres más viagra?
¿Tienes?
Claro, las que quieras. Aparte tengo más cosillas. Mira por lo pronto vamos a tirar una viagra en la cerveza de Fernando, que se empalme bien, y luego sobre la marcha vemos si necesita algo más. Hay que ser consecuentes e ir poco a poco, pero sin dejar de hacer cosas. Por cierto, si no quieres que participe lo entiendo, que el otro día me emocioné. No tranquila, me vino genial tu ayuda, a mi no me molesta en absoluto.
Mientras preparábamos todo no podía sacarme de la cabeza las drogas de las que hablaba Arantxa. ¿Qué más tendría?
Fernando bebió su cerveza con viagra, y a lo tonto llevaba ya bastante alcohol en el cuerpo, se le estaba notando más alegre de la cuenta. Dios solo quería que se emborrachara, que se desinhibiera, o que me dejara sola allí. Mi mente se nublaba por momentos.
Después del postre y unos chupitos Carlos se queda traspuesto en el sofá, Rosa y Fran van a tomar el sol a la playa, ella ya sale solo con el tanga puesto, esos chicos daban mucho morbo por su juventud y su libertinaje. Arantxa me llama para enseñarme algo.
Mira, quiero que veas un pasaje de esta casa, es como una habitación del pánico. Me lleva a una despensa que hay en la cocina y acciona un mecanismo. Se abre la estantería accediendo a una habitación grande, con un cristal de fondo que me explica que es como el de las ruedas de reconocimiento. Desde aquí se ve la habitación principal, pero quien está ahí no te puede ver a ti. A veces me he divertido viendo como la gente folla ahí.
Después de explicarme como funciona y cuando pienso que ya nos vamos, me giro para avanzar y me aborda por detrás, con gesto sutil me coge de los hombros y me susurra al oído, ¿de verdad que aún no te han follado el culo? Si tuviera polla te lo reventaba aquí mismo. Al tiempo que dice esto hace el movimiento de caderas como si me follase por detrás, golpeando mi culo con su coño.
Tú ya me lo follaste con la lengua, repliqué. Sí parece que la única forma que tengo de follarte, una lástima. Me tienes muy golfa desde que te conocí.
¿Ah si? Me hago la sorprendida.
Sí, tu inocencia me enciende. Ojala pudiera follarte.
Bueno, tienes tu lengua.
Arantxa se desespera y me besa con pasión, me quita el bikini y me desnuda. Me chupa las tetas totalmente fuera de si. Se abalanza sobre mi coño, que dejo que lo devore y me gira para lamer mi culo. Quiero follar éste culo, dice mientras pasa su lengua. Yo estoy sometida y solo me dejo hacer hasta que me corro, lo hago con su lengua dentro de mi culo y sus dedos en mi coño. Mis contracciones sacan su lengua de mi culo y ella se incorpora. Has durado poco, se ve que te gustan los juegos anales. Te gusta que te follen por detrás.
Aun no lo he probado replico.
Oímos un ruido y salimos fuera. Carlos se había incorporado y nos vamos a la playa. Cuando salimos encontramos a esa pareja de jóvenes completamente desnudos y verlos así, tan confiados, tan naturales me dieron ganas de sacar fueras mis instintos más ocultos.
Arantxa y Carlos hicieron lo propio, sólo quedamos Fernando y yo.
Fernando ya estaba empalmado por la viagra, y fue reacio a desnudarse, yo sin embargo me quité la parte de arriba, iba un paso por detrás. Me quedé dudando pero finalmente no me atreví.
Después de un tiempo jugando bajo el sol, entrando y saliendo del agua, Arantxa se acerca y me comenta que aún ve a Fernando cohibido, y eso que está empalmado. Quizás quieres un poco de ayuda.
Sí, claro, contesto pensando que se trata de alguna droga y Arantxa se incorpora para pedir a Fernando que la acompañe dentro, dice que lo necesita para mover un mueble y entran en la casa.
Pasan unos 10 minutos y no salen, yo esperaba ansiosa pensando que saldría puesto, colocado con alguna sustancia y dispuesto para follarme salvajemente o quizás para proponerme cerdadas en compañía.
Al ver que no vienen decido entrar y no los encuentro, así que me voy a la entrada que me había mostrado Arantxa y me veo allí sola, en topless, y con el corazón encogido por la incertidumbre.
Por el cristal veo a Fernando, está de pie, desnudo, y Arantxa de rodillas le chupa la polla enloquecida. Desnuda y acariciándose el coño mientras fela.
Me quedo paralizada, no reacciono, no sé qué pensar, si está bien o por el contrario es algo que puede destrozar mi matrimonio. Solo me quedo ahí mirando.
Arantxa se incorpora y es ahora Fernando quien le come el coño y el culo. Ya se ha aficionado a ésta práctica y está dominando la técnica. Arantxa parece que se está corriendo y yo comienzo a lubricar. No sé porqué me está excitando ésta situación.
Arantxa saca un condón y se lo coloca con rapidez para montarse encima y follárselo. No se lo piensa y comienza a follarlo duro. No se escucha nada pero en sus labios se interpreta el vocabulario grosero que está empleando. Yo comienzo a tocarme, meto la mano en el bikini y me acaricio. Lo hago hasta que el ruido de la trampilla abriéndose me saca de ahí.
Es Carlos que entra conmigo para observar lo que hace su mujer. No dice nada, solo observa con naturalidad y cuando me ve inquieta me tranquiliza.
Tranquila, dice. Me ha dicho mi mujer que os está costando un poco quitaros las cadenas psicológicas. Me contó además cómo os intentaba ayudar. Ahora sólo quiere que Fernando se acostumbre a follar culos. Luego no podrá dejar de hacerlo con el tuyo.
Eso me tranquilizó. ¿a ti no te molesta lo que están haciendo? Pregunté.
No, para mi no es importante. No se va a gastar, y el sexo es para disfrutarlo, no entiendo porqué deben haber limitaciones.
Se hizo un silencio mientras miramos como nuestras parejas follan y Carlos se acerca a mí. Estaba desnudo, tal y como venía de la playa, y el nabo se le había empalmado. Me dice, no solo no me molesta, sino que mira que gorda se me ha puesto.
Tímidamente le miro, y aparto la mirada aunque no desea hacerlo. Él se acerca coge mi mano y la guía hasta su polla invitándome a tocarla. Mira, tócala, verás que dura. La toco unos segundos y me excito. Pero vuelvo a dudar y aparto mi mano.
Carlos se gira y saca de un cajón un fajo de billetes. Coge 500 euros y dice mira. ¿lo quieres? Sólo tienes que tocarla.
Dudo, pero pone el dinero frente e mí y casi sin mucho pensar comienzo a masajear su pene, notando cómo va aumentando su respiración. Desde luego esta gente sabe cuáles son mis puntos débiles.
Tras unos minutos él mismo me baja el bikini dejándome desnuda. Todos estamos desnudos dice mientras acaricia mi culo suavemente.
Vuelve a coger dinero, esta vez saca 1000 euros y dice, para ti. Solo tienes que chupármela. Miré al frente y vi como Fernando follaba a Arantxa haciendo mil cerdadas, ahora se la sacaba del coño para chuparla, y fijaba la mirada en el cristal, ella ya sabía que la estábamos observando.
Me agaché y comencé a chuparle la polla, sin confianza al principio, pero después de lo que veía y el incentivo del dinero me volví loca chupando, parecía una actriz porno, hasta lo miraba fijamente mientras le escupía el capullo y le susurraba cerdadas.
Carlos me incorpora, me invita a que vea lo que hace la otra pareja de baile, y observo como Arantxa se la está metiendo en el culo. Lo veo de plano. Fernando se está follando un culo por segunda vez en su vida. Y lo que me faltaba es ver a Carlos acercarse con 2000 euros más en la mano para decirme que ese era el precio por mi culo.
Eso no puedo hacerlo repliqué. ¿No? ¿Por qué?
Nunca me han follado el culo, y creo que eso le pertenece a mi marido.
No esperaba que tú pusieras las limitaciones. De Fernando lo entiendo, le costará un poco más asimilar el cambio. Pero pensaba que tú tenías más deseos de experimentar.
Sí, así es. Yo sí quiero experimentar, y supongo que él también aunque no se atreve a expresarlo, necesitará un poco de ayuda.
Carlos se acerca a mi oído. Los dos de pie y desnudos, acaricia mi pelo dulcemente y yo de forma sutil acaricio su polla. Me susurra al oído… mira cómo tu marido se folla un culo. Lo está disfrutando. Está sintiendo mucho morbo. No lo ha pensado, simplemente ha cogido su premio cuando pudo. Tranquila, tú no te vas a desgastar, no pasa nada porque te liberes.
En la otra parte del cristal se puede ver a Fernando tumbado en la cama y Arantxa encima de él follándoselo lentamente con su culo, y ofreciéndome un espectáculo porno.
Carlos continúa susurrándome cosas al oído mientras le pajeo y nota que la piel se me eriza, bajando su mano a mi coño para tocarlo y sacándola impregnada en jugos que me da a probar. Lamo sus dedos mientras me describe sus deseos por follar mi culo. Se retira y vuelve con 3000 euros más. Dios esto ya era demasiado, quería darme 5000 euros por follarme por detrás. Aparte de las ganas que ya tenía yo, de la falta de remordimiento porque mi marido ya lo estaba haciendo, se suma el incentivo económico. Sí quería que me follara allí mismo, y quería hacerlo observando a Fernando y su amante, no aguantaba más, esto era demasiado. Saqué fuerzas de donde no me quedaban para decirle que no lo haría por 5.000 euros. ¿Cuánto quieres? 10.000 acerté a decir sin mucho convencimiento.
En ese momento tras unos segundos de silencio se vuelve a abrir la trampilla, entrando Fran también desnudo que se sorprende al vernos en actitud cariñosa y al ver lo que pasaba en la habitación contigua. Se me encogió el corazón por momentos pensando que todo se iba a la mierda. Sentí que todo terminaba ahí. Pero a Fran se le escapa una leve sonrisa y Carlos se acerca a por el dinero. Vale, aquí tienes tu dinero, pero por 10.000 euros él se queda, puede mirar y participar. ¿participar? No, mi culo solo para ti. Ok, egoísta.
Tras abordarme por detrás y pasar la lengua por todos los rincones de mi entrepierna, escupe y comienza las labores, metiéndome la punta lentamente mientras yo me inclino ligeramente hacia delante. Despacio fue entrando y yo sólo quería gritar, pero no de dolor. La situación de morbo era incontrolable, estaba desatada, deseaba tenerla entera dentro. Mientras Fran se empalma mostrando una polla más grande y gruesa que los demás, tenía al menos 22 cm y un grosor muy proporcionado al tamaño, era recta y sobre todo era joven, una polla joven que él acariciaba y que a mí cada vez me costaba más dejar de mirar, y esto lo sabíamos todos.
Carlos fue entrando despacio en mi culo hasta que estuvo completamente dentro y confiado para empezar con los vaivenes, un ritmo que se aceleraba por momentos para aminorar en intervalos dejando escapar gemidos de placer incontrolables. En esta situación tenía fuego en mi interior, una lujuria jamás experimentada. Tócate, ordenó Carlos, y así lo hice. Mientras me follaba yo acariciaba mi coño e introducía mis dedos. Mi boca se abría dejando escapar gemidos y mis ojos se debatía entre aquel joven con buena polla que se masturbaba delante y la pareja que cambiaba de posturas follando delante mía.
Fran se acerca, el chico no aguanta mas y yo agarro ese pene grande y tieso para masturbarlo con la mano que me queda libre, voy a correrme, no aguanto más, y con tanta excitación me llevo ese falo a la boca, lo chupo todo lo cerdamente que puedo mientras mis espasmos reflejan un orgasmo olímpico.
Me recompongo un poco y veo cómo Fernando se incorpora para llenar la cara de Arantxa de semen. Me cuesta fijar la vista por las embestidas que me están proporcionando. No quiero que ese momento acabe nunca, pero soy consciente de que queda poco tiempo, Fernando saldrá de la habitación y me echará en falta así que apremio a Carlos a que se corra. Aún tardaré unos minutos, déjame disfrutar de éste culo. Me encanta follarlo.
Mis tetas botan acompañando las embestidas, Fran intenta que vuelva a chupársela, y yo me muestro cada vez más nerviosa porque veo que Fernando va a salir de la habitación, cuando agarra la puerta me giro zafándome del dueño de mi culo, quiero salir de allí y lo intento, pero Fran me impide el paso. Tranquila me dice, Rosa lo va a entretener.
No entendía nada, pero al girar mi cara veo como Fernando vuelve a entrar en la habitación con la chica de 20 años, desnuda, y se sientan a hablar con Arantxa en la cama. Me siento confusa, pero más tranquila. Me queda aún más claro que ninguno de mis amigos tienen trabas mentales con respecto al sexo y que si no sabían lo que estaba pasando dentro de la habitación del pánico se lo imaginaban, y conspiraban entre ellos para facilitar las cosas.
Arantxa se limpia, los tres están hablando con tranquilidad, no se de que, y a mí vuelven a ponerme en la misma posición para continuar. Carlo vuelve a metérmela en el culo y mi grito era de placer eso lo notó, así que de vez en cuando la sacaba por completo para volver a metérmela hasta el fondo. Fran acariciaba mis pechos y poniendo su pene a la altura de mi boca me ordenó, tienes que agradecerme el favor que te hice. Estaba deseando metérmela en la boca, que esa polla me llenara y mis gritos se apagaran por su carne. Me sentía en el séptimo cielo mientras uno me follaba todo lo cerdo que podía por el culo y el otro intentaba atravesar mi garganta produciendo mis arcadas. Jamás había tenido dos pollas dentro y jamás había sentido tanto deseo de ser atravesada, ya estaba desatada y pedía más, le pedía a uno que me follara el culo más fuerte y gemía sobre la polla del otro, impregnándolo de lujuria.
Carlos no aguanta más y se corre dentro de mí, por completo, gime y se vacía todo lo profundo que alcanza. Permanece unos segundos dentro deleitándose conmigo y tras sacarla se limpia con unas toallitas y me limpia a mí también para, sin decir nada, dejarnos allí e irse. El corazón me dio un vuelco al verme sola con Fran. Si sabía jugar sus cartas haría conmigo lo que quisiera. Yo estaba completamente entregada y mis deseos superaban ya cualquier atisbo de cordura.
Fran me aborda por detrás. Y me la mete en el coño. Tenía la necesidad de que me follara, quería esa polla dentro, la necesitaba y la recibí agradecida. Empieza a agitarse provocando mi locura, se mueve intensamente y me da la sensación de que se va a correr así que pego mi culo todo lo que puedo para reducir sus movimientos, quería prolongar mi locura. Ahora soy yo quien marca el ritmo y él se pega agarrando con fuerza mis tetas y metiendo su lengua en mi boca. Se le escapan gemidos y un hilo de saliva que devoro lasciva. El se ha dado cuenta y deja que más saliva salga mientras yo la absorbo. Lo noto muy agitado, tengo que cambiar de postura o se correrá. Me giro, la saco, la dejo fuera y la observo imponente, brillante por los jugos, necesito chuparla y me arrodillo metiéndola en mi boca todo lo adentro que mi garganta lo permite. No uso las manos para que ese gesto no acelere su orgasmo y me muevo lo mínimo para saborear el miembro sin miedo. Tras varios segundos me levanto y le beso con la polla pegada en mi barriga meto la lengua hasta su garganta, quiero disfrutar de ese joven que el azar ha puesto en mi camino. Tiro de él hacia abajo para que ahora sea él
quien me devore a mí, y lo dejo chupando mi coño hasta que mi instinto animal me hace girarme, de cara al cristal donde veo a Fernando otra vez empalmado hablando con dos mujeres y exponiendo mi culo ante la cara de Fran, que saca su lengua para continuar con una lamida de coño que me hacen sentir afortunada. Me corro en la boca del joven, espasmos espontáneos que me hacer gritar. Cuando me recompongo Fran se incorpora y me penetra de nuevo, sin tregua, está muy salido. Pongo mi mano en su abdomen, parándolo y retirándolo, agarro su polla y la apunto hacia mi culo. La quiero dentro, quiero saber lo que es tenerla dentro y poco a poco avanza buscando que sus huevos choquen con mi coño. Cuando está toda dentro mi boca comienzo a proferir obscenidades sin control. La situación me desborda.
Ahhh! Que polla tienes, follame, follame el culo, ¿te gusta mi culo? Pártemelo, métemela entera guarro, Eres un guarro, dame fuerte cerdo, follame bien. Ahhhh! La quiero entera en mi culo, más, más, dame más, Ábreme el culo entero, párteme en dos, Ahhhhh! que polla tienes, la quiero entera, Ahhhhh!, follame!.....
Un grito dejó claro que Fran se estaba corriendo, llenando mi culo con su leche. Leche que habría deseado tragar. Cuando la sacó dejó mi culo completamente dilatado. Tuve que apretar para que no se escapara lo que había dejado allí.
Nos besamos, y como venía siendo de costumbre me tranquilizó, quiso transmitir normalidad en todo aquello, y por supuesto confidencialidad. Esta gente además de dinero tenía educación.
Me puse la parte de abajo del bikini y salí de allí, para ir a la playa. Fran permaneció y me dijo que ahora rescataba a Fernando, para que no hiciera nada sin que yo lo supiera.
10 minutos después todos estábamos en la playa en la misma situación de antes. Yo hablaba con mi marido de forma natural, pero no podía evitar sentirme nerviosa e inquieta. El seguía empalmado, efecto de la viagra. Aproveche para decirle que no se quitaba el bañador porque estaba empalmado, y tras varios minutos de risas y nervios se lo quitó, mostrándose desnudo y empalmado. Todos reímos, y yo me quité también la prenda que me quedaba.
Quise dar un paseo con mi marido, alejar mi mente de los pensamientos anteriores, buscar un poco de calma en aquella agitación. Al llegar a la otra punta de la playa nos bañamos. El permanecía casi todo el tiempo empalmado, ni siquiera el agua le bajaba aquello, pero mi culo sí agradeció el agua. Allí empezamos a juguetear. Le hacía bromas con respecto a su polla. Nos relajamos y nos besamos. Había tenido dos pollas en mi boca antes, y que me besara ahora parecería algo repulsivo por mi parte, pero no era así. Me excitaba. Yo sabía lo que el había hecho y el no sabía lo que había hecho yo. Me transmitía pasión, estaba muy salido y me puse a horcajadas para que me follara con el agua por la cintura. Tras varios minutos nos apartamos un poco, detrás de unas piedras podríamos resguardarnos un poco de las miradas. Si alguien acudía por allí pues nos veía, que mas da.
El se recostó en la roca y yo lo cabalgué lentamente. Le estaba haciendo el amor. Nos besábamos con ternura, hasta que él empezó a abrir mis nalgas con sus manos, y a la vez que su fogosidad aumentaba fue tocando mi ano con sus dedos. Haciéndome la despistada le pregunté. ¿te gustó follar el culo de Arantxa la otra noche? Quedó confundido, y bajó el ritmo, pero mi mirada transmitía paz y le invitó a sincerarse. Sí respondió. Haciéndome la tonta le pregunté ¿Qué tenéis los hombres con los culos? No lo se, da morbo.
Sin más la saqué de donde estaba, y como quien lo hacía por complacer al otro, lo apunté en mi agujero, y lentamente la fui metiendo. Libremente habría trasmitido lujuria, pero por la situación mi gesto era de esfuerzo. Como quien lo hace por el placer del otro y no por el propio. Una vez dentro me moví torpe intencionadamente. Fernando estaba desencajado, muy cachondo y confuso al mismo tiempo, pero no hizo el más mínimo ademán de parar, y cuando se vio con fuerza tomó la iniciativa para cambiar de posición. Me puso a cuatro y la volvió a meter en mi culo. Me follo el culo pensando que era el primero, y en vez de sentirme dolida por eso me puse tan cachonda que habría hecho cualquier barbaridad que me hubiese pedido. Aceleró el ritmo, y se corrió en mi culo soltando un gemido. Nos recompusimos y permanecimos abrazados en aquella roca. Abrazados como novios. Y contra todo pronóstico en paz.
Volvimos junto al grupo, eran ya más de las seis de la tarde y pronto empezamos a recoger. Entramos en la casa y propusieron quedarnos allí para cenar y empezamos a ducharnos. No teníamos ropa, pero Arantxa sí, y también para los chicos. Después de la ducha yo me encontraba vestida con un tanga de hilo diminuto y una camiseta de tirantes que cubría poco más que mi culo. Me sentía muy femenina y fogosa así.
Pronto llegamos a casi las 9 y estábamos sentados dispuestos para cenar. Ligeros de ropa y mirándonos después de lo vivido en el día ahí si empecé a avergonzarme. Arantxa que intuía muy bien mis pensamientos me lo notó, y aprovechaba cada situación para acercarse a hablar conmigo y trasmitirme paz. Cuando recogimos los platos, cuando preparamos la copa de después, siempre me hablaba a solas y me relajaba.
En la segunda copa, Rosa nos pide a las chicas que la acompañemos a fumar, y un poco más alejadas Arantxa me intimida. Me dice ¿Qué tal tu culo? Y un escalofrío recorre mi cuerpo. Mi botón de star se enciende y con mucho morbo le cuento acerca de mi experiencia.
Arantxa me recuerda que tiene algunas drogas. Una es especial para aflorar la lujuria, la piel se eriza y se dilata todo. Entras a un nivel sensitivo nuevo. Esa va bien para hombres y mujeres. Creo que puede ser una buena guinda para tu día.
Ya me había encendido nuevamente. Y mi curiosidad era insoportable, haciéndole saber a mi mentora que estaba deseando de probarla.
Muy bien, ahora te doy. ¿Fernando también querrá?
Me llené de dudas y desistí. NO, no lo se, eeeee, supongo que sí. Puf.
Bueno, tranquila. Ahora lo decides. Yo te digo donde está y tú decides quien la toma. Además te diré donde guardo los barbitúricos. Un par de valium y a dormir como un roble. Y tras decir esto las tres reímos a carcajadas.