Usada, abandonada y sin nombre

La historia de una chica que no le gusta a nadie, pero que puede ser útil para divertirse un rato.

El frío acero del collar en el cuello, saliva cayendo por los labios rojizos, la mirada rabiosa, enfadada. Tiene prohibido cerrar la boca, pero tampoco puede hablar. Sólo se necesita de ella que babee, arrodillada en el suelo. Ropa no lleva, porque no la merece (además, nadie quiere que sienta que su desnudez está sexualizada, porque no es el caso). Tiene un cuerpo normal, sin ningún defecto, pero sin ningún atractivo. Su nuevo Dueño la mira, sin sentir interés. Coge el cabello rubio de su nueva cerda y le folla la boca, aumentando la velocidad, escuchando cómo se atraganta. Ahora sí que babea.

Mientras le folla la boca con fuerza, ella piensa en su anterior Dueña, la primera persona a la cual perteneció. Cuando la conoció se hicieron amigas, y comenzó a ponerle retos (que no eran sino órdenes) como un juego, hasta que le preguntó si era virgen. La pobre chica, de apenas diecinueve años entonces, respondió que sí. Le presentó un chico, y le preguntó si le ponía. Ocurrió lo siguiente: el chico no sentía especial interés por la "niña" (así la llamó), pero la aceptaría como "extra" si ella, la mujer de verdad -la Dueña de la niña- también participaba. Así fue, la futura esclava perdió la virginidad en un trío por compromiso; un chico, que ella consideraba muy atractivo, la folló porque era la condición que le puso la otra si quería llegar a ella. Y eso fue todo, jamás volvió a ser follada, al menos por la vagina. Al menos con placer.

Desde ese momento, su Dueña sólo le dejó utilizar su boca para complacerla, dejando claro que ella jamás le iba a dar placer de vuelta. Esa experiencia, por supuesto, hace que siempre sienta deseos de ser follada de nuevo.

-No cierres los ojos -le ordena su Dueño, dándole una bofetada.

Lo mira, dándose cuenta de que se había olvidado de que le estaban follando la boca. Está acostumbrada.

-No me gusta tu boca, no consigues darme placer.

Está acostumbrada, pero no se le da bien.

Hace que se dé la vuelta y se la mete en el culo. Cambiando sólo el agujero, sigue follándosela al mismo ritmo.

Al sentir cómo le folla el culo, le viene más vergüenza. Es igual de denigrante que ser follada por la vagina, pero sin el placer. Nunca hay placer. Cuando su

Dueña la cambió por otra esclava, cual objeto, le había pedido a él que nunca le diera placer. No tenía prohibido masturbarse, pero nadie lo haría por ella.

Sí, la cambió. Su antigua Dueña y su nuevo Dueño (el que ahora le estaba follando el culo) se conocían desde hacía tiempo, y ella (la Dómina) siempre veía a su colega con una sumisa que le apetecía mucho. Él no quería soltarla, la quería para él solo, porque era "maravillosa", pero una vez le desobedeció, y la dejó ir. La Dómina, por supuesto, dejó ir a su sumisa sin pensárselo dos veces, porque no le importaba lo más mínimo, y la otra le interesaba mucho.

Su Dueño vuelve a interrumpir los recuerdos:

-¿Sabes? Prefiero tu culo que tu boca, pero vaya un mal trato he hecho. Me gustaba más "su" culo que el tuyo.

No lo dice para humillarla, lo cree de verdad.

La esclava siente cosquillas en el estómago, y un poco más abajo, sin duda provocadas por la rabia que siente. Cuando se hizo el intercambio, quisieron juntarlas un rato. Tuvo que darle placer a la otra sin recibirlo, ahogándose en la rabia (y en su coño), mientras los Dueños se reían, precisamente, de lo bonita que estaba comiéndoselo con

enfado (sólo así podía considerársela atractiva).

Desde entonces, ha intentado mostrarse rebelde y desobediente muchas veces; llora, grita, intenta soltarse de las ataduras, pero nunca se va (porque es libre de irse cuando quiera). Quizá lo hace para que, decepcionado, su Dueño vuelva a cambiarla. Es molesta la idea de regresar con su Dueña como segunda opción, pero estaría dispuesta a ello. O, tal vez, lo hace sólo para llamar la atención.

El Dueño ha terminado con su culo por hoy.

-No es que sea nada del otro mundo, pero el anal es lo único que puedo aceptar de ti. Cuando venga a verte te pondrás algo para taparte la cabeza y el resto del cuerpo. Sólo quiero expuesto tu culo, ¿Lo has entendido?

Asiente con la cabeza. Lo ha entendido. Hay que comprobarlo todo porque no es muy lista.

Ya no tiene nombre, ya no es una sumisa, ni siquiera una chica. Es un culo, lo demás ni sirve ni gusta a nadie.