Us I (BDSM)
AVISO: UNO DE LOS CHICOS ES TRANS. SI VAIS A HACED COMENTARIOS TRANSFOBICOS NO LEAIS. GRACIAS El comienzo de una historia D/s. La pareja estará formada por dos chicos; uno trans y el otro no. Nos sitúan en el metro acompañados por su tensión sexual
El comienzo de otra pareja D/s cualquiera.
Se sentía dominado de manera involuntaria por aquel hombre. Notaba como le clavaba una mirada seria; por desgracia no podía saberlo a ciencia cierta dado que había bajado la cabeza; avergonzado. Humillado siendo conocedor de su mal comportamiento.
Por un instante sintió los ojos curiosos de los desconocidos de aquel vagón de metro. Seguramente se encontraban confusos y excitados de alguna. Atraídos por cómo se había dado la situación o contraste entre ambos chicos; uno pequeño y de aspecto infantil junto al otro; grande, fuerte y atractivo.
El punto y la "i" por ser más específicos.
O es lo que puedo intuir el pequeño de la mujer que fingía leer pero encontraba el espectáculo, que sucedía entre la puerta y varios asientos, más interesante que su actual relato.
Su aspecto sonrojado y claramente acalorado la delataba por mucho que quisiera, aunque dudaba mucho llegar al nivel del joven quien de manera inesperada fue consciente de la humedad de su entrepierna y rezó a los dioses, maldiciendo a su Señor, que su ropa interior aguantase el chorreo que le venía encima y no traspasara a los pantalones cortos que no hacía tanto vio como una buena opción.
En realidad no era algo nuevo. Siempre se sentía algo cachondo al estar junto a él aunque no hiciese nada sexual.; pero la situación actual le estaba pasando factura.
Le escuchó reírse antes de que le diese un tierno beso en la cabeza.
Hizo que se relajara un poco. Suspiro y después de pensarlo, durante lo que a él parecieron años, levantó la cabeza y se apoyó en su pecho evitando seguir llamando la atención.
- Debería dejar de abusar de mi poder sobre tí- sus fuertes manos acariciaron su pelo mientras él sentía como le ardían las mejillas. Un escalofrío recorrió su espalda y se mordió el labio tímidamente antes de pasar a la acción.
El pequeño le miró desafiante y le sacó la lengua como muestra de rebeldía, como un acto de que aquello no era verdad, que no tenía ninguna autoridad sobre él solo le había pillado muy sumiso, demasiado, tal vez.
De nuevo la misma escena, la misma mirada cortante y la vista clavaba en el suelo seguida de una disculpa en voz baja.
No podía negarlo aunque quisiese. Era su sumiso por mucho que intentase retarle y tenía el cierto control sobre su cuerpo y mente. Debía prepararse para lo que se le venía encima.