Urgencias a media noche

Michelle se siente un poco dispuesta y cree que el amargado mozo de una gasolinera cercana puede ser una compañia adecuada por la noche

Eran las 12 AM y Michelle tenia casi 2 horas masturbándose, sus dedos estaban acalambrándose y y brazo comenzaba a sentir que se quemaba, ni todos los objetos fálicos en su departamento se acercaban a la sensación de un caliente y hediondo pene erecto y ninguno lograba atenuar su lascivo calor, por lo que no pudo mas, se decidio a hacer algo al respecto. Penso y pensó y recordó la vieja gasolinera que estaba cruzando el periférico de la ciudad, a esa hora sin trafico en la motoneta serian a lo mucho 5 minutos de camino, ya casi nadie iba ahí debido a su fama por ofrecer gasolina de mala calidad y a altos precios, además el mozo que atendia siempre estaba malhumorado y era grosero con los clientes, si, era el plan perfecto.

Entonces la chica se puso su sudadera con capuchón morada favorita, la cual abria con cremallera, sin ponerse brasier ni blusa por debajo, solo la confortable tela calida separaba su increíblemente suave piel blanca del abdomen y pechos del exterior, se acomodo sus shorts de mezclila mas cortos y entallados, sin tomarse molestia de ponerse calzon o tanga por debajo, y se calzo un par de sandalias de pata de gallo rosas, su tierno casco de gatita y se monto en su fiel vespa dirigiéndose a toda velocidad a esa gasolinera, esperando que hubiera algún hombre mayor afortunado que le tocara disfrutar de la mamada mas espectacular de su vida.

El corazón de la pálida chica latía cada vez más fuerte entre más se acercaba a la gasolinera, cuando la divizo y vio que las luces estaban encendidas y no había ni un solo automóvil requiriendo servicios, por lo que al llegar se acomoda de inmediato en una de las tomas de gasolina, pero para su sorpresa (O no) no había ni un alma despachando, todo estaba tan silencioso como en su casa mientras se tocaba, por lo que impaciente comenzó a tocar el agudo clacson de su pequeño vehiculo, al par de minutos un hombre sale a regañadientes, con paso torpe y brusco como si le hubieran interrumpido a medio sueño, llega junto con la chica con visible actitud pesada y descontenta, y de forma brusca le dice –que? Cuanto va a querer de gasolina?- se nota que el hombre ya esta entrado en los 50 años tal vez cerca de los 60, tiene un incipiente bigote lleno de canas y lo que le queda de cabello apenas alcanza la mitad de la cabeza, tiene un aroma fuerte a cigarro barato con gasolina, una complexión delgada y bajita, solo un par de centímetros más alto que Michelle, y en su cara amargada se nota que no estaba aun completamente despabilado, no hasta que voltea a ver bien la complexión de la mujer que tiene enfrente, entonces sus ojos se abren bien.

Primero mira con detenimiento las anchas piernas de la chica acomodadas a los costados de la coqueta vespa azul pastel, pero después mientras habla con ella puede notar que debajo de ese casco de gatita y debajo de ese cuello delgado y blanco, la sudadera morada tiene la cremallera abierta a medio pecho denotando un escote precioso, la silueta de dos enormes pechos es más que evidente, y es una vista fenomenal, un poco menos evidente pero también apreciable son las marcas de los pezones demichelle que completamente erectos sobresalen en dos puntos deliciosos en  la sudadera por encima de cada seno de la joven.

¿Sin quitarse el casco la chica le pide al maduro 10 pesos de gasolina para lo que el hombre confundido reprocha, -Ya me despertó nomas por 10 pesos de gasolina? La chica suelta una risita muy aguda,  y sin quitarse el casco se desabrocha aún más la cremallera hasta le punto en el que ambos pechos son visibles – 10 pesos y una lubricada de tetas por favor ;)- , el hombre queda anonadado, nunca en su vida había tenido cerca un par de pechos tan apetecibles, redondos y de apariencia tan pesada, se veian húmedos, pálidos y más suaves que la fruta más suave del verano, su par de pezones rojizos como la sangre estaban húmedos y lubricados, y la chica comenzó a sentir como el corazón se le salía del pecho al exhibirse de esa manera con ese hombre mayor, completamente desconocido y que antes varias veces había sido grosero con ella, el hombre le pregunto que que estaba haciendo hacia el inexpresivo casco, y la chica con los brazos se junto los pechos y le repitió –Quiero que me chupe las chichis, no se puede?-

el hombre de inmediato asintió, volteando a todos lados guio a la joven a un punto detrás de las oficinas de la gasolinera  en la parte más oscura, acomodaron la vespa a un lado, y Michelle aun con el casco puesto se acomodo en contra de una pared de frente a el ansioso hombre, quien sin decir palabra se abalanzo a mamar el enorme y erecto pezón izquierdo de Michelle, tenía un sabor exquisito, un poco dulce y un poco salado y tal vez un poco amargo por el sudor que había estado expidiendo la chica, era el pezón mas aceitoso que había probado nunca, pero eso lo hacía mucho mas delicioso, el hombre se estaba dando un festín con ese seno y al momento cuando lo sacio, se separo y comenzó a mamar el otro.

Michelle no podía controlar los gemidos que se oian dentro del casco, el ímpetu que el hombre mostraba para con sus pechos era extasiante, sumado con el olor tan sucio y masculino que despedía y la forma en la que apretaba sus nalgas y panocha sobre el short de mezclilla mientras mamaba, -Ah Ahh Ahhh Ahhhhhh, sii asii, mámamelas, AAAHHHHH-, el hombre se abrió los botones del pantalón y con una mano se saca el pene para comenzar a masturbarse, Michelle sentía que iba a explotar, justo era eso lo que necesitaba por suerte venia preparada, se saca del pequeño bolsillo del pequeño short un preservativo de color plateado, separa al hombre de sus tetas un poco y se agacha con intenciones de colocárselo, sin embargo es demasiado tarde el hombre también sentía que explotaba y exploto en un torrente enorme de semen blanco, espeso y caliente, Michelle enseguida apunto el miembro hacia sus tetas, procurando que todo el meco cayera sobre ellas, y asi fue, sus pechos quedaron barnizados de semen y con una mano comenzó a embarrarse lo que quedo en el glande contra sus pezones rojizos, el hombre estaba temblando de éxtasis pero Michelle aun no estaba satisfecha.

Sin quitarse el casco toma una de sus pulseras elásticas y hace un nudo hábilmente en la base del pene del maduro, ¡¿-Que estás haciendo morra?!- le pregunta el hombre, Michelle le die –No hay que terminar aun, le pagare propina, por favor- le acomoda el condón, se levanta y se voltea, se baja el short hasta las cuclillas y colocando las palmas de sus manos contra la pared para bien el culo –por donde quiera señor, por favor- El hombre saca fuerzas de flaqueza e inmediatamente toma esas caderas regordetas con sus manos callosas, nunca había tocado una piel asi de suave y nunca había tenido en esa posición una mujer con semejante silueta, acomoda el pene con el condón lubricado en la entrada del ano rosado e hinchado de la chica y con mas fiereza que cuidado lo penetra –AHH AHH AHHHHHHH- Michelle gime al sentir su ano separándose por un pene viejo y extraño, el hombre también hace muchos ruidos, la sensación del apretado ano en su pene recién venido es fuertísima, pero pese a todo las penetraciones continua por varios minutos que se hacen eternos.

Al finalizar la acción Michelle se incorporó, tomo su pulsera y se la acomodo de nuevo en la muñeca, saco del diminuto bolso del short un billete de 100 pesos y se lo entrego al mozo, -muchas gracias señor – el pobre hombre aun temblando con el pene latiendo y el condón a medio poner se veía a ese culo delicioso largarse rápidamente por la carretera sobre una vespa, sabia que decirle a todo el mundo sobre lo que había pasado, pero también sabia que nadie se lo creería.