Urgencias 24 Horas

(Ilustrado). Versión libre del comic del mismo titulo publicado por Al García & Roger. Acompañado con viñetas de este.

Urgencias 24 Horas

(Ilustrado). Versión libre del comic del mismo titulo publicado por

Al García & Roger. Acompañado con viñetas de este.

Santi y Pepe caminaban despreocupadamente por una calle de la parte alta de Barcelona ataviados con el escueto uniforme típico de cualquier empresa de servicios. Pepe, un poco regordete, había cruzado hace años la barrera de los treinta, tenia una entrada sobre la frente que le llegaba a la coronilla, y por si eso fuera poco, no llegaba al metro sesenta de estatura.

Él era el que iba mirando los números de las porterías al pasar ante los altos edificios de apartamentos de lujo ubicados en aquella zona. Cuando encontró él numero que buscaban se limito a pulsar con desinterés uno de los timbres superiores del dorado tablero que destacaba en un vestíbulo completamente revestido de azulejos de granito.

¿Sí? – Sonó a los pocos segundos una melodiosa voz por el interfono.

Los Profesionales, señora. – Contesto Pepe con prontitud mostrando una forzada sonrisa a su compañero de faenas.

Ya en el interior del edificio, tuvieron que esperar unos segundos hasta que uno de los ascensores abrió sus puertas ante ellos. Santi, delgado, rubio y con barba de varios días, entro delante y espero que su acompañante pulsara el botón que los subiría hasta el ático.

¡Joder, tío! Este trabajo no es lo que yo me imaginaba. – Comento Santi mirándose en el espejo del ascensor y pasándose los dedos por el pelo alisándoselo un poco. – Todos los días llego a casa hecho polvo.

Venga, chaval, no te quejes tanto. – Respondió Pepe sin desviar su mirada del indicador luminoso que mostraba los pisos que iban ascendiendo. – Te sacas un buen sueldo, ¿No? Alegra esa cara y vamos por la faena.

Nada mas abrirse las puertas del ascensor, al otro lado del pasillo vieron una puerta entornada tras la cual unos ojos negros vigilaban impacientes. Cuando vio a los operarios abrió la puerta de par en par y los dos hombres pudieron ver a una explosiva morena de pelo liso y grandes tetas vestida únicamente con un sencillo conjunto de sujetador y tanga de seda negro que hacia un ademán con la cabeza a modo de saludo.

Pasen, por favor. – Les indico la mujer con una sonrisa de sus carnosos labios y apartándose un poco del umbral de la puerta. – Menos mal que han venido, hace días que los esperaba.

Sentimos mucho la espera, señora. – Se apresuro a contestar Pepe, que parecía ser la voz cantante del dúo. – Es que en las ultimas semanas estamos a rebosar de trabajo, ¿sabe usted?

Tras volver a cerrar la puerta, la morenaza los condujo a traves del moderno y amplio apartamento hasta una habitación sin ventanas donde estaba colocado el aparato principal que hacia funcionar los distintos equipos de aire acondicionado del ático. Tanto Santi como Pepe la siguieron con los ojos clavados en el culo de la chica que se contorneaba tanto que parecía que estuvieran viendo un partido de tenis.

Una vez en el cuartito, la semidesnuda fémina comenzó a subir los peldaños de una corta escalerilla de aluminio apoyada en la pared hasta que su generoso culo quedo aproximadamente a la altura de los ojos de los dos hombres, que en ese momento miraban con descaro la fina cinta de tela que separaba las nalgas de la morenaza.

¿Lo ven? Creo que es justo esto de aquí. – Les decía la clienta señalando con el dedo a la parte superior del aparato de refrigeración. – Lo tocas y se pone todo para arriba, y no veas como se calienta.

Claro, claro. – Atino a balbucear Santi sin quitar los ojos de las posaderas de la chica.

Lógico, con este tiempo y semejante maquinaria... – Se apresuro a contestar Pepe al tiempo que daba un suave codazo a su compañero para sacarlo de su ensimismamiento.

La chica volvió a descender la pequeña escalerilla de aluminio y poniéndose frente a los dos operarios adopto una sensual pose que permitía que estos se deleitaran observando los atributos de la moza, y tras unos segundos en los que la chica los recorrió de arriba abajo con su mirada prosiguió:

Confío en ustedes. – Les dijo melosamente pasándose la punta de la lengua por entre los labios y apoyando su brazo izquierdo en la escalerilla para realzar aun más si cabe sus firmes pechos. – No saben como necesito quitarme estos calores de encima.

Tranquila, señora, que esta usted en buenas manos. – Le contesto Pepe al tiempo que daba una rápida mirada a su compañero, que seguía tan embobado como antes. – Por cierto, veo que allí esta el teléfono, con su permiso...

Mientras Pepe se dirigía al teléfono y marcaba un numero que parecía saber de memoria, Santi y la mujer se miraron fijamente a los ojos durante unos instantes y a continuación cada uno de ellos dio un paso hacia el otro quedando separados por menos de medio metro entre sus cuerpos.

Si, aquí hay mucha faena. – Pudieron oír los dos que Pepe decía a su interlocutor telefónico. – Mejor nos pasamos mañana... sí... de acuerdo... Adiós.

Un trabajo muy duro. – Repitió Santi cuando su compañero colgaba ya el aparato y el se pegaba a la clienta y le plantaba sus dos manazas en el culo con todo descaro.

La mujer se dejo arrastrar hasta el y emitió un pequeño suspiro mientras Santi le manoseaba obscenamente las nalgas y restregaba su paquete por el bajo vientre de la chica, al tiempo que ella también lo rodeaba con sus brazos.

Lo que noto entre tus piernas si que esta duro. – Le dijo la clienta a Santi mordiéndose el labio inferior y pegándose aun más a su bragueta, dándole pie para que continuara con el manoseo.

En ese momento Pepe se acerco por detrás de la chica y con toda naturalidad desabrocho el escueto sujetador y comenzó a masajearle los senos, mientras con su boca pegada al cuello de la morenaza le confirmaba: - Vamos allá, manos a la obra. –

¡ Mmmm... ¡ - Gemía la clienta entre los dos operarios mientras se apresuraba a desabrochar con manos ágiles la bragueta de Santi. – Veamos esas herramientas –

Al tiempo que los dedos de Pepe recorrían toda la entrepierna de la chica y comenzaban a introducirse entre sus labios vaginales, esta se apresuro a amorrarse a la polla de Santi, y sin hacer el mínimo comentario respecto a las inusuales dimensiones de la misma, comenzó a chupar el enorme miembro con una avidez salvaje.

¡ Calma, calma... ¡ Se apresuro a reprenderle el joven en vista de tal apetito oral de la clienta. – Así, cariño, suave.... – Le iba repitiendo cuando la morenaza acompasaba el ritmo de la felacion al movimiento de caderas de Santi.

Mientras tanto, Pepe seguía deleitándose con el trasero de la chica, el cual había recorrido en repetidas ocasiones con su húmeda lengua al tiempo que sus dedos índice y corazón recorrían el lubricado coño que tenia delante.

Habrá que sanear bien esta zona. – Comento Pepe mientras se despojaba de toda su ropa para dedicarse por completo al trabajo.

¡ Madre mía ¡ Qué pedazo de rabos. – Comentaba la clienta pajeando al mismo tiempo las dos vergas que tenia frente a su rostro sin poder decidir cual de las dos vergas imponía más.

Como si de antemano hubiese estado preparado y sincronizadamente, Santi se despojo de la poca ropa que le quedaba y se tumbo en el suelo con el rabo mirando al techo, mientras su compañero se volvía a colocar detrás de la morena con la polla totalmente erecta.

La clienta no necesito ninguna indicación de los operarios y rápidamente se arrodillo sobre el bajo vientre de Santi, y acto seguido, sin la menor perdida de tiempo, agarro por la base el grueso cipote del operario y se lo hundió hasta que sus labios vaginales chocaron con las ingles del muchacho.

Apenas tuvo tiempo de cabalgar un par de veces sobre el miembro que acogía en su coño, cuando noto las manos del otro operario sobre sus nalgas y la punta del rabo de Pepe presionando con fuerza y firmeza el agujero de su culo.

La chica se detuvo unos instantes para facilitar la penetración de su retaguardia, esperando sentir de un momento a otro como la herramienta de Pepe se abría paso a través de su ano.

¡ Ssiiii..... ¡ - Grito la morenaza cuando más de medio cipote había invadido ya su agujero posterior y continuaba con firmeza su avance. - ¡ Taladradme, cabrones, llenadme por todas partes ¡ - Les decía con rabia y los dientes apretados sintiendo las dos pollas dentro de su cuerpo.

Espatarrada como estaba sobre Santi, la chica intento abrir aun más sus piernas hasta que empezó a notar un leve dolor en las ingles. Luego se tumbo completamente sobre el operario que tenia debajo y se apoyo en los codos, ocasionando que sus enormes pechos se acomodaran a los lados del rostro del operario, que se afanaba en chupar y mordisquear los apetitosos pezones alternativamente.

Verdaderamente, no tuvieron los muchachos que emplearse a fondo en la tarea que les ocupaba, ya que fue la clienta la que haciendo fuerza con brazos y piernas, comenzó un frenético vaivén que hacia que las dos trancas le llenaran por completo ambos agujeros con violencia.

¡ Así, así..... Vais a reventarme, Ssiiii..... ¡ - Vociferaba la clienta entre largos chorretones de sudor, al tiempo que los genitales de los dos operarios casi chocaban entre sí a causa de las frenéticas sacudidas de que eran objeto por parte de la morenaza. - ¡ Venga..... Vamos..... Mas fuerte..... Ssiiii.... ¡

Pasados unos minutos, y como si previamente lo hubieran establecido, los dos operarios al mismo tiempo cesaron el frenético mete saca y rápidamente cambiaron sus posiciones, y apoyando las manos en la abultada panza de Pepe, la chica se apresuro a rellenar su lubricado coño con la verga del gordito.

Esta vez, con su agujero trasero ya bien dilatado, adopto una posición prácticamente vertical sobre el chico de la generosa barriga, esperando ansiosa a que Santi le metiera su gruesa polla desde su espalda.

¿Disfruta la señora? – Le decía el muchacho al oído mientras su rabo se abría paso con facilidad hasta hundirse en las entrañas de la clienta al tiempo que le magreaba las tetas casi con saña. - ¿Cómo van esos calores, golfa?

¡ Calla y bombea ¡ - Contestaba la morenaza entre jadeos y moviendo las caderas con toda la violencia de que era capaz entre los dos operarios. – ¡ Vamos, dadme mas caña ... Joder ... Esas pollas que no paren ... Hostia ¡

Cada uno de los jóvenes podía notar la tranca del otro a través de la delgada pared que separaba el coño y el ano de la chica, que cada vez sentía mayor excitación y su mirada se tornaba más salvaje a cada embestida que propinaba contra las herramientas de los dos jóvenes.

¡ Ssiii..... Quiero mas.... Jodedme a fondo, hijos de puta... ¡ - Continuaba gritándoles la clienta entre chorretones de sudor y los "Flap, Flap, Flap" que sonaban al chocar los cuerpos entre ellos. - ¡ Hundirme vuestras trancas al máximo, cabrones ¡

Acto seguido, y como los dos operarios estaban dispuestos a darle a la clienta el servicio más profesional posible, Santi le saco la impregnada polla del culo y se situó al lado de la morena dándole a entender que era el momento idóneo de que le propinara otra profunda mamada.

La chica entonces se coloco de costado y sin darle apenas tiempo de reacción, agarro con firmeza el rabo de Pepe que ya estaba tumbado a su espalda, y volviendo a colocársela en el agujero del culo, animo a este a que se la ensartara de un solo empujón, lo que el chico hizo sin ninguna dificultad.

¡ Hhmmmm..... No ha estado mal.... pero hay que seguir.... ¡ - Les animaba la clienta pajeando con ímpetu la polla de Santi frente a su cara y con el agujero trasero ocupado ya con el rabo de Pepe. - ¡ Vamos, gordo, empuja fuerte, gante el sueldo ¡

Apenas tubo tiempo la morenaza de terminar la frase, ya que el pollazo de Santi se hundió en su boca hasta casi llegarle a la garganta, para sin darle un momento de respiro, comenzar a follarle la boca con movimientos de cadera tan bruscos, que la nariz de la chica llegaba a contactar con el bajo vientre del operario.

Lejos de resistirse, la dueña de la casa se afano en chupar con avidez el rabo que se le ofrecía, al tiempo que dedicaba su mano izquierda a masajearse el clítoris a una velocidad de vértigo mientras la gruesa polla de Pepe la penetraba por detrás hasta que los huevos chocaban con las nalgas de la chica.

¡ Vamos.... Assiiii.... Seguid asiiii.... ¡ - Exclamaba la morena con rabia en los pocos segundos en que la tranca de Santi liberaba su boca para rápidamente volver a hundirse en ella en toda su longitud. - ¡ Quiero carne dentro de mis agujeros.... Vamos... Mas... ¡

Un desgarrador grito mezclado entre rabia y placer indico a los operarios que la clienta estaba experimentando un profundo orgasmo, aunque esta continuaba frotándose la entrepierna con frenesí e incluso ella misma se penetraba el coño con dos de sus dedos hasta que los nudillos topaban en sus labios vaginales.

¡ Quiero toda vuestra leche en mi cara ¡ - Les soltó la clienta cuando consiguió que su agitada respiración volviera a un ritmo un poco más normal. - ¡ Esto aun no ha terminado, capullos ¡

Los dos jóvenes se colocaron obedientemente a ambos lados de la morena y esta comenzó a pajear las dos pollas al tiempo que soltaba lengüetazos y chupetones a izquierda y derecha, restregándose de tanto en tanto las dos vergas por el rostro y masajeando los genitales de los dos muchachos.

Como no podía ser de otro modo, en breves instantes las dos pollas comenzaron a expulsar largos borbotones de semen sobre la cara de la morenaza, que los recibía con la mirada más lujuriosa que podía restregando los impregnados miembros por sus mejillas.

Tras media docena de jeringazos de leche sobre el rostro de la clienta por parte de cada operario, con una sonrisa forzada los dos chicos dieron por terminado el trabajo, y con una actitud plenamente profesional comenzaron a vestirse con su ropa de trabajo mientras la chica se entretenía en lamerse dos de sus dedos tras ir recogiendo con ellos el producto de la corrida que permanecía en su cara.

Pepe y Santi se despidieron de la clienta amigablemente y salieron del lujoso ático, dejando a esta totalmente desnuda aun, y recostada en el cuidado sofá de cuero que había en el salón al lado de la mesa del teléfono.

Ya en la calle, los dos operarios caminaron en silencio en dirección contraria por la que habían venido hasta una cafetería a escasas tres manzanas de la vivienda de la morenaza y decidieron entrar para reponer fuerzas con un par de cervezas.

Ni siquiera se inmutaron cuando al entrar los dos observaron que en el gran televisor de pantalla plana se estaba emitiendo un conocido concurso de preguntas y respuestas, sin lugar a dudas grabado de antemano, cuya explosiva presentadora era la misma que acababan de dejar en su casa con el cuerpo cubierto de semen.

Estoy hasta los huevos de viejas aristócratas, artistas creídas y políticas viciosas. – Comento Santi ya en la barra del establecimiento y dando la espalda a la televisión.

Es parte del juego, amigo, quien paga manda. – Le contestaba el gordito llevándose el vaso de cerveza a los labios.

Yo me imaginaba otra cosa, no sé.... esto es muy estresante – Continuo susurrando Santi mas para sí mismo que para su compañero. – En cuanto acabe los estudios abandono.

Si, claro, eso decimos todos. – Fue la escueta respuesta de Pepe.

En esos mismos instantes, en el ático que los dos operarios acababan de dejar, la morena de las tetas grandes, completamente desnuda y con los restos de la frenética follada aun sobre su piel, marcaba un numero de teléfono y esperaba que al otro lado de la línea respondieran.

Cuando la otra voz femenina contesto y apenas sin saludarse, la morena no perdió el tiempo en explicarle a su amiga en que había ocupado la ultima hora sin omitir el más mínimo detalle.

¡ Que par de tíos ... Una faena finísima .... Si señor ¡ - Comentaba la famosa presentadora notando que la excitación volvía a su entrepierna. - ¡ Olvídate de esos modelos y esos macarrillas .... Estos si son tíos de verdad, querida ... Contrátalos y ya me contaras ... ¡

Apenas un par de horas mas tarde, en un lujoso edificio de oficinas del centro de Barcelona, una famosísima actriz rubia mantenía una amigable conversación profesional con la agencia de servicios 24 horas.

Seguro que nuestro equipo le encontrara la solución mas adecuada. – Estaba comentando una atractiva morena que desempeñaba las funciones comerciales de la empresa.

Eso espero. – Contestaba tímidamente la actriz. – Mi amiga me aseguro que eran ustedes unos grandes profesionales.

La plena satisfacción de nuestra clientela es nuestro mejor aval. – seguía explicándole la comercial mientras sacaba de uno de los cajones de su mesa lo que parecía un álbum de fotos y lo tendía frente a la nueva clienta. - ¿Si es tan amable de revisar nuestra oferta...?

Con solo una ojeada a las primeras paginas del álbum, la estilizada rubia no pudo evitar llevarse una mano a la boca con un gesto de asombro por lo que contemplaba. - ¡ Santo cielo, que material ¡ - Exclamo casi para sí misma reprimiendo un súbito impulso de llevar su mano a uno de sus pechos.

Con todo lujo de detalles, el álbum mostraba las fichas de los operarios que la empresa ponía a su disposición, indicando en el caso de cada uno las dimensiones de las herramientas que estos portarían en el caso de ser requeridos por la clientela. Al final de cada ficha, sé hacia constar también el escandaloso precio de cada servicio, punto que no inquieto lo mas mínimo a la adinerada actriz.

Cada vez mas excitada, fue pasando lentamente las paginas hasta detenerse en un equipo formado por dos operarios que llamo especialmente su atención, ya que parecía coincidir con las explicaciones que horas antes le había dado su amiga presentadora:

PEPE : Lampista. Altura 1’59. 33 años. 27 Centímetros.

SANTI : Estudiante. Altura 1’81. 21 años. 25 Centímetros.

Precio : 1.200 €.

Sin dudarlo un momento, la nueva clienta indico a la comercial que la atendía que ese dúo parecía ajustarse a las necesidades y expectativas que tenia, y tras acurdar tanto la forma de pago como la fecha y hora en que se haría el servicio, abandono la lujosa oficina notando una extraña humedad en su entrepierna.

Frente al edificio la esperaba el coche de lujo propiedad de la empresa de su marido con un chofer que estaba a su entera disposición. Cuando se introdujo en el vehículo con cara de satisfacción y le indico al conductor que la llevara rápidamente a su domicilio, este dedujo fácilmente las intenciones de su pasajera.

Si la señora me lo permite... – Le dijo el experimentado chofer mirándola por el retrovisor una vez se había mezclado con el intenso trafico. - ...ya sabe que puede contar conmigo para cualquier urgencia que se le presente. –

Por favor, Néstor. – Contesto la rubia al tiempo que marcaba en el móvil él numero de su marido. – Lo que necesito yo son unos profesionales.

Sin lugar a dudas, a Pepe y Santi aun les quedaba una larga jornada de trabajo.

FIN

Si os ha gustado este relato, o si no os ha gustado, agradecería comentarios en mi dirección de correo. Prometo contestar a todos y todas.

v_galan_g@yahoo.es

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Saludos, Víctor Galán.