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Continuación. Sexo anal. Juegos previos. Exhibicionismo
Baje al harén tras despertarme sola en la cama de mi hermano. Mi cuerpo me dolía de una manera horrible y apenas me sentía las piernas. La puerta se abrió y entraron tres sirvientas que se ocuparon de vestirme y de acompañarme. El harén estaba triste y en silencio. Ya solo quedaban unas pocas de las antiguas concubinas, las que estaban embarazadas. El resto eran mis hermanas y se veía que todas ellas se habían pasado la noche llorando.
La más joven era aun un pequeño bebe en su cuna.
Pero, las nuevas incorporaciones, las siete candidatas, salieron de sus habitaciones poco después. Vi marcas de chupetones y mordiscos en sus cuellos, y andaban raro. Vaya… mi hermano debía de haber bajado nada más acabar conmigo.
Me metí en mi dormitorio y antes de que acabase de sentarme en una silla entraron varios de los criados y empezaron a recoger las cosas.
-¿Qué ocurre?
-La trasladamos a las habitaciones de la reina, princesa Liam
Las habitaciones de la reina se encontraban en una torre sobre el harén y estaban comunicadas por un pasillo privado con las habitaciones del rey. Subí lo mejor que pude las escaleras y vi como rápidamente colocaban mis cosas en los muebles. Cuando la reina moría se hacían muebles nuevos para la siguiente, y hacia tres años que no había una reina nueva.
Deslice el dedo sobre la mesa y comprobé que estaba limpia
-Hola…-susurro una voz en mi oído
-Hermano-dije sintiendo como sus brazos me envolvían
-Date la vuelta-dijo deslizando sus labios por mi cuello muy lentamente
Me gire y me beso con delicadeza. Su boca me besaba lentamente mientras su lengua me acariciaba con cuidado el interior de la boca. Sus manos agarraron mis nalgas y me subió sobre la mesa. Se arrodillo y me subió el vestido
-¡Hermano!-exclame mientras agarraba su pelo entre mis manos
-No hagas ruido, si haces un solo sonido te castigare-dijo con una sonrisa picara antes de empezar a succionar mi clítoris con fuerza
Agarre su cabello fuertemente mientras me mordía mis labios para evitar gemir. Dio un par de lametones a mi clítoris mientras notaba su sonrisa antes de introducir su lengua, muy adentro, de la abertura de mi cuerpo. Su mano empezó a pellizcar y a retorcer mi clítoris mientras la otra subía, por debajo de la ropa hacia mis pechos.
Sentí el sabor metálico de la sangre en mi boca mientras sentía como la lengua de mi hermano embestía una y otra vez contra mi cuerpo. Su mano empezó a pellizcar la piel de mis pechos mientras su otra mano me atraía aun más contra él.
Se separo un momento y miro mis ojos llorosos y mi respiración acelerada antes de sonreírme con sus labios completamente brillantes por mis jugos. Su boca volvió a caer con fuerza sobre mí y sentí su risa en mi cuerpo
Mi orgasmo se acercaba, estaba cerca. Ya llegaba…
-Mi rey tiene que…- el pobre guardia se puso totalmente rojo al ver la escena y yo chille mientras intentaba taparme y mi hermano se separaba de mí
-Ahora voy, espera en el pasillo-el guardia asintió y salió corriendo. Mi hermano se giro hacia mi-Una lástima que hayas chillado
-Pero, yo…-dije mientras me recolocaba el vestido
-No, ahora te tengo que castigar-sentí un escalofrió de pánico recorrerme. Y otro de impaciencia, todavía estaba al borde del orgasmo-No puedes correrte
-¿Qué?
-Ese es tu castigo, no puedes correrte hasta que yo venga por la noche. No te harás acabar a ti misma ni acabaras ahora. Pasa un buen día-dijo saliendo con una sonrisa
Sentí la frustración crecer en el interior de mi cuerpo. Mientras él se marchaba
Me removí inquieta en la silla mientras intentaba cenar
-¿Le ocurre algo princesa?-dijo la criada que me acompañaba
-No, es el vestido-mentí sonrojándome
-¿La tela es demasiado áspera para vuestra piel? ¿Demasiado suave?
-No, solo es que no estoy acostumbrada a llevar esta clase de prendas-le dedique una sonrisa. Ella asintió con la cabeza y volvió a ponerse en la esquina
¡Maldito hermano! Llevaba todo el día excitada y frustrada por no poder satisfacer ese deseo. Ni siquiera sabía por qué estaba obedeciendo esa orden. Si me tocaba él no se enteraría. La puerta de la habitación se abrió y le vi entrar. La criada se marcho con un gesto de su cabeza
-¿Has pasado un buen día? El mío ha sido maravilloso-Le fulmine con la mirada y él me agarro de la barbilla y me beso con dureza. La humedad entre mis piernas aumento y empecé a gemir como una gata en celo contra su boca-Veo que no te has tocado. Buena chica. Esta noche nos divertiremos mucho calmando a la fiera que llevas todo el día alimentando
-¿Cómo hiciste anoche con las nuevas incorporaciones al harén?-dije antes de poder morderme la lengua
Él sonrió y me tendió la mano para ayudarme a levantarme mientras me llevaba a la cama. Con la otra mano cogió la bandeja de comida y la trajo con nosotros.
-¿Estas celosa?-dijo mientras me depositaba delicadamente sobre la cama-Ellas fueron decepcionantes, yo prefiero a las mujeres como tu-me sonroje mientras descubría mis pechos con movimientos lentos-Desde que naciste te han adoctrinado para que cumplas todos mis deseos, ni siquiera piensas en oponerte a mí. Te han criado para que satisfagas en todo lo posible a tu pareja sexual y ese soy yo
No podía negarlo, las niñas del harén eran criadas única y exclusivamente para servir sexualmente a su rey. Sus dedos me sacaron de mis pensamientos cuando entraron profundamente en mi vagina causándome un orgasmo al instante
-Pues si que estabas caliente-dijo él riéndose-Esa es tu recompensa por cumplir tan bien el castigo. Ahora si me disculpas quiero comer un poco antes de empezar
Vi como cogía el bol de sopa y derramaba un poco en mi ombligo. Me intente enderezar con un gemido pero sus manos me retenían contra el colchón mientras su lengua recogía el liquido derramado.
-Deliciosa-dijo cuando acabo de lamer. Me arranco cinco orgasmos solo lamiendo mi cuerpo allá donde derramaba sopa o dejaba algún pedazo de carne o queso. Cuando acabo sentía mi cuerpo recubierto de saliva y de sudor. Mi vagina se sentía completamente empapada y resbaladiza y mi cuerpo estaba completamente entumecido por el placer.
Vi como se alzaba sobre mí y se introdujo en mí con movimientos rápidos y duros
-Hermano… no… puedo… respirar… -dije sintiéndole tan profundamente dentro de mi cuerpo que todo mi ser se estremecía. Pero había tenido los orgasmos suficientes como para que mi cuerpo estuviese un poco insensible a sus caricias
Sus labios se pegaron a los míos mientras sus caderas giraban y me transportaban al paraíso. Baje mis manos a sus nalgas y clave mis uñas en ellas. Escuche una risita y como decía “Salvaje” antes de acelerar sus embestidas aun más
Se corrió en el interior de mi cuerpo de manera explosiva y yo contuve un grito ahogado en su cuello. Sentí como cinco chorros me golpeaban por dentro antes de que él se retirase. Me sentía exhausta y agarre la almohada clavando mis uñas en ella cuando sentí como me daba la vuelta. Sentí sus manos sobre mis nalgas y como las masajeaba.
-¿Hermano?-dije enderezándome un poco con mis pocas fuerzas
-Calla-me mordió una nalga de tal manera que caí otra vez sobre el colchón. Sentí su lengua recorrer mis nalgas y sus dientes morderme repetidas veces- Ahora me entregaras lo último de ti que queda puro.
-¿Qué…?-solté un grito cuando sentí uno de sus dedos introducirse en mi ano. Mordí la almohada para contener el dolor mientras sentía como vertía un aceite sobre esa parte y empezaba a bombear lentamente-Hermano… no creo que sea buena idea…-solté un gemido de dolor cuando un segundo dedo se introdujo dentro de mi cuerpo
-Cállate-gruño su voz mientras movía sus dedos más rápido
-Pero tú eres tan grande… me romperás…-solloce mientras unas lagrimas de dolor se deslizaban por mi rostro. Me agarro la barbilla y me lamio las lágrimas
-Eso me ha halagado. Buena chica-dijo mientras bajaba por mi espalda dejando una estela de suaves besos. –Pero no te romperás, por eso te estoy preparando.
Sentí el dolor irse poco a poco y volver cuando introdujo un tercer dedo y empezó a moverlo dentro de mí como si fuese una tijera. No pude soportarlo y empecé a sollozar con más fuerza
Sentí como sacaba los dedos de mi interior y antes de que pudiese darme cuenta puso su falo contra mí y me empalo la mitad de un empujón
Mi grito debió de oírse en todo el castillo e intente alejarme del dolor que sentía atravesarme. Pero, solo conseguí introducirme más esa cosa dentro de mi cuerpo. Al final me quede quieta y deje que mi hermano se fuese introduciendo con suaves y lentas embestidas hasta el final. No creí que fuese posible que pudiese albergarle entero por esa parte de mi cuerpo, pero cuando sentí sus caderas rozarme supe que lo había conseguido
-Dios…, estas incluso más estrecha y caliente que por delante-susurro en mi oído antes de darme unas pequeñas y ligeras embestidas-No durare mucho
Me sentía incomoda y quería hacer fuerza para expulsarle de mi cuerpo cuando oí sus gemidos de placer. Era la primera vez que los emitía. Normalmente, pese a lo apasionado que era, se contenía mucho. Nunca le había visto soltarse tanto, nunca. Le mire y vi como tenía los ojos entrecerrados y una expresión de placer en su rostro. Yo siempre me descontrolaba y disfrutaba de lo que me ofrecía pero, hasta ahora, nunca le había visto mostrar tan abiertamente su placer.
Emití un jadeo cuando le sentí derrumbarse sobre mi espalda. Se deslizo a mi lado jadeando y le mire cuando cerró los ojos y se durmió profundamente. Tampoco le había visto nunca tan relajado. Me intente mover pero sentí un fuerte dolor recorriendo mi trasero. Mire y vi varias manchas de sangre en las sabanas y su miembro también estaba manchado de sangre.
Con mucho esfuerzo cogí un trapo y lo moje en agua antes de pasarlo por su miembro y después limpiar mi trasero de sangre y la que se había deslizado por mis piernas. Me tumbe a su lado cuando acabe y sentí como me rodeaba con sus brazos y ponía su cabeza sobre mis pechos para dormir sobre ellos
Así casi parecía un ángel
Era un demonio.
Sujete su mano fuertemente por debajo de la mesa para evitar que subiese más arriba de mis muslos. Estábamos en el gran salón comiendo y había aprovechado la altura de la mesa y el mantel para empezar a tocarme.
-¿Os encontráis bien, princesa?-dijo mi criada
-Si, tranquila-dije lo más calmadamente que pude
-Tenéis el rostro muy rojo
Mi hermano soltó una risita y su mano ascendió más. Uno de sus dedos se coló en mi interior. Empezó a bombear lentamente mientras los ministro hablaban sobre nuestra boda y su organización
-Los preparativos no estarán listos hasta dentro de un mes, como poco-dijo uno de ellos-¿Le parece bien, majestad?
-Por supuesto, ¿a ti que te parece?-dijo girándose hacia mí
Le fulmine con la mirada
-Es una buena fecha-dije intentando que mi voz sonase normal, algo que mi hermano no puso nada fácil. Porque su pulgar empezó a masajear mi clítoris en el mismo momento que el ministro le pregunto
Seguí escuchando voces, pero tuve que callarme para evitar que mis gemidos saliesen a la luz. De golpe les vi a todos mirándome
-No estaba atenta-dije-¿Qué ocurre?
-Preguntaban sobre tus preferencias para el vestido de novia-dijo mi hermano introduciendo otro dedo en mi interior
-Preferiría comentárselo solo a las costureras para que sea una sorpresa llegado el momento-dije sintiendo el placer recorrerme al acabar. Sentí que todo se emborronaba y volvía negro
Me desperté sobre mi cama y vi al médico sobre mí
-¿Qué ha pasado?
-Os desmallasteis. ¿Habéis bebido algo hoy?-negué con la cabeza-Debéis beber más, sobre todo agua, estamos en medio de una ola de calor y os habéis desmayado por eso. Sois delicadas, debéis cuidaros.
Asentí con la cabeza y el médico se marcho dejándome con las mejillas totalmente rojas. No había sido el calor