Unos tejanos rotos
Una abuela con su nieta cierran una tienda y entonces...
Eran las nueve de la noche, en la tienda solo estábamos mi nieta de dieciséis años y yo, se había empeñado en unos tejanos de ultima moda,de esos que pagas por unos pantalones rotos como si fueran de oro, pero que le iba a hacer, mi única nieta, lo peor era que no se decidía por unos, habían dos dependientes una chica llena de tatuajes y un chico apenas tendrían veinte años, yo me veía fuera de juego pues a mí cincuenta no entendía nada en absoluto de aquella moda.
-Pruébate estos ya veras como te gustan.-Le decía el chico, que de paso estaba de muy buen ver, cosa que a mi nieta no le pasó desapercibido, en el fondo creo que no se decidía por uno porque estaba más pendiente de él que de los pantalones.
-¿Tú crees?-Decía poniendo voz de pava.
-Pruébatelos y vemos.
Al final decidió probarse unos que menos tela tenían cualquier cosa, vamos que una vez puestos se le podía ver el color de las bragas, lo malo era que llevaba tanga con lo cual la nalga quedaba a la vista, una vez dentro se cambio yo me quede fuera pues quería que fuera ella quien escogiera.
La chica de los tatuajes cerró la tienda pues eran más de las nueve, me sentía violenta el hecho de que tuvieran que aguantarnos a esas horas.
-¡Susana! Vamos que estos chicos tienen que irse.-Grite apurándola.
-No se preocupe señora, hay tiempo.-Dijo la joven poniendo una mano sobre mi hombro, le note una mirada rara.
-Voy abuela.-Dijo desde dentro, me di cuenta que en unos de los viajes que el muchacho había echo llevándole diferentes tallas no había salido, estaba tan preocupada por estar con la tienda cerrada que no me di cuenta, empezaron unos susurros que no podía distinguir, cosa que me extraño pues pasaron de hablar normal a susurrar y encima como se estaba vistiendo con el dentro, la cortina no estaba del todo pasada faltaba unos cuatro dedos, no se pero me acerqué a ver qué hacían, al mirar me quedé de piedra, mi nieta estaba arrodillada desnuda chupando polla, el le tenía sujeta la cabeza para follarsela a su gusto, las manos de mi nieta estaban apoyadas en las piernas de este, de su boca salía un hilo de baba que le mojaba toda la barbilla, la verdad es que hacía mucho que no tenía relaciones y aquello me estaba calentando, cuando sentí que me agarraban por detrás, no se pero supongo que al estar tan cachonda ni me inmute, las manos de la chica se dividieron una sobándome las tetas por encima de mi camisa mientras la otra se coló por debajo de la falda bajando las bragas hasta las rodillas de un tirón.
-¿Te gusta lo que ves? Pues no te preocupes también habrá para ti.
Estaba tan mojada que ni siquiera contesté, el muchacho giro la cabeza y al ver lo que pasaba dibujo una sonrisa y aumentó la velocidad de la follada a mi nieta, esta estaba toda colorada por el esfuerzo que estaba haciendo, las manos de la chica se movían rápido, sin saber cómo tenía la camisa abierta y mis grandes pechos caídos al descubierto, mientras tenía tres dedos dentro de mi coño follandome, me comenzó a dar azotes en mis pechos quedando rojos, lejos de dolerme me excitaron más , mis piernas me fallaron quedando de rodillas, el muchacho al verme me agarró por los pelos y haciéndome caminar a cuatro me llevó hacia su polla quedando al lado de mi nieta, se la saco y me la metió en la boca dejando a mi nieta como espectadora de lo que hacía su abuela, una mano agarro a mi nieta de los pelos y la obligó a colocarse detrás de mí, sentí una nalgada fuerte que hizo que abriera las piernas para que mi nieta metiera su cabeza entre ellas y comenzará a chupar mi coño y mi culo, mientras aquella polla me llegaba hasta la campanilla,me estaba corriendo con el trabajo de mi nieta, el muchacho hizo que me diera la vuelta quedando cara a cara con mi nieta, no sé el porqué pero comenzamos a besarnos como dos putas, sentí el capullo apuntando a mi culo, y de golpe me la clavó hasta el fondo, un dolor me llego hasta la nuca pero una vez superado eso empecé a gemir, la chica había desparecido, pero al momento vi que llegó con un consolador sujeto a un arnés, hizo que mi nieta lo chupara como una polla para lubricarlo, una vez que lo tubo a punto se colocó y comenzó a follarsela, mientras las dos nos comíamos la boca, mi culo me ardía pero también hacía mucho que no me había corrido tantas veces, saco la polla de mi culo y lo metió en mi coño que estaba empapado con lo cual entro como un cuchillo caliente en la mantequilla, nos agarrábamos de la mano siendo folladas las dos a cuatro patas, note como empezaba a bufar entonces se salió y poniendo su polla sentiré las dos se corrió en nuestras caras, se la chupamos y dejándosela limpia nos quedamos tumbadas en medio de la tienda.
Nos vestimos y salimos de la tienda sin comprar ningún tejano y por supuesto no dijimos ni una palabra de lo que había pasado.