Unos señores hospitalarios
Los papas de mi amigo me enseñaron a dar y recibir.
Hace tiempo tenia un amigo con el cual iba a todos lados, era para mí como el hermano que nunca tuve, jugábamos todo el día, y cuando no se quedaba a dormir en mi casa, yo me quedaba en la suya.
A mi me gustaba mas quedarme en la suya, ya que su padrastro tiene mucho dinero, y su mama lo consiente mucho además, y pues tiene de todo, juguetes, dulces, de todo.
El esposo de su mamá tiene tres hijos y una hija que es hermosa, ya es algo grande. Pero bueno, eso no viene al caso.
Lo interesante de esta historia es su mamá, que es una señora gorda y muy ruidosa cuando habla. Mas que gorda, tiene un culo enorme, lo que hace que se vea gorda, además de unos senos inmensos, todo eso junto le da un aspecto, yo diría desagradable. Por supuesto su marido no piensa igual.
Pues bien, en una ocasión que me quedé a dormir en su casa, estábamos jugando cuando su mamá nos llamó, para que fuéramos a su cuarto, cuando entramos la señora estaba acostada con su marido, estaban ya tapados y enseguida me di cuenta de que ella estaba desnuda, ya que en un movimiento vi uno de sus inmensos pechos escaparse de las cobijas, y vi su pezón enorme, erecto. Nos habían llamado para que viéramos una película con ellos, para que fuéramos los meseros, de las palomitas y los refrescos, etc.
Pasó un rato y la película era palo tras palo, cogida tras cogida, y los papás de mi amigo se besaban cada ves mas ruidosamente, se empezaron a reír así que vimos que hacían, estaban desnudos, cubiertos solamente por una sábana bastante transparente, por lo que se veía todo el cuerpezote de la señora. No les importó que los viéramos y se quitaron la sábana riéndose de nuestra cara. El señor le daba unas nalgadas bastante fuertes, y sus nalgas se sacudían, de repente la señora me dijo que le diera una nalgada, y pues se la dí. Debo confesar que fue agradable. El señor le besaba los enormes pechos, y la señora me dejó tocarle uno, y me encantó. Después la señora se puso a cuatro patas y el señor le abrió las nalgas con las manos, enseñándonos el culo de su mujer. Y empezó a darle besos en su culo, y la señora se reía a carcajadas, yo ya estaba mudo y mi amigo mas. El señor la penetró ante nosotros con el mayor de los descaros, la cogía de a perrito, y gemían fuertemente, todo el cuerpo de la señora se movía como gelatinota, y sus tetas se mecían de un lado a otro, por su pedo parecía que se le iban a caer. Cuando el señor la apretó, se vino dentro de ella y se taparon. Nos dijeron que debíamos aprender acerca del sexo pero nos corrieron de la habitación para seguir cogiendo ruidosamente.
Salimos del cuarto sorprendidos y excitados, así que inmediatamente nos chaqueteamos, recuerdo que nos ayudamos con todo, incluso con muñecos, con un hoyo que nos cogimos varias veces. Incluso experimentamos mamarnos el pene mutuamente. La idea de penetrarnos pasó por nuestra cabeza, pero nos negamos rotundamente.
Mas tarde, después de venirme varias veces, y con mucho calor, bajé las escaleras, y en la cocina me topé con la señora, completamente desnuda, que también tomaba agua. Me vio y se rió, y fuimos a la sala, donde inmediatamente se apoyo en un sillón y me preguntó si quería meterle el pene, que si nunca lo había hecho ella me daba permiso, como estaba muy caliente accedí sin dudarlo, y en unos minutos tenía mi erección dentro de su vagina, que estaba bastante abierta y aguada, pero aún así me excitaba muchísimo, me vine en muy poco tiempo, pero ella hacía que recuperara mi erección rápidamente, chupándome el pene y sobándome los testículos como toda una maestra.
Cuando se lo volví a meter me abrazo, y mientras me decía que me pusiera flojo, me metió un dedo en el culo, me dolió y quise zafarme pero estaba tan caliente que no pude, así que dejé su dedo, y ella lo empezó a mover en círculos, sentí un escalofrío y tuve que detenerme para no venirme. Me dijo cierra los ojos y obedecí, ella apretaba mi pene con sus músculos de la vagina, que movía a voluntad a diferentes ritmos, de repente, sentí presión en mi ano, pensé que me estaba metiendo otro dedo, o el pulgar tal vez. Me relaje y respiré hondo, para aguantar y disfrutarlo. Y comencé a gozarlo, pero me quedé helado cuando unas manos se apoyaron en mi espalda. Era su marido, y me había metido su enorme pene hasta los huevos.
Me apretó contra la señora y me dijo, creíste que te podrías coger a mi mujer de a gratis o que? Empezó a moverse adentro de mí con increíble velocidad, y debido a que soy bastante nalgón su cuerpo rebotaba contra mis nalgas a cada empujón que daba.
Yo me venía dentro de su esposa y recuperaba la erección inmediatamente, mientras el me daba con fuerza. La señora se quitó y así el pudo agacharme, hasta que quede completamente doblado, y así cada ves llegaba mas adentro de mi culo. Me dio tres empujones fuertes mientras descargaba su esperma dentro de mi ano. Lo sacó de un tirón y los dos subieron a su habitación dejándome ahí, con el pene irritado de tanto coger y el ano abierto por aquel pene enorme.
Subí y toqué en su habitación, me acosté entre los dos, y ahí pasé la noche, con mi pene adentro de la señora y mi ano llenito de la carne del señor. Aún cuando me quedé dormido, el señor me colocó boca abajo para colocarse encima de mí y cogerme toda la noche. Cuando desperté mi pene estaba dentro del culo de la señora. Apenas abrió los ojos empezamos a movernos. Nos levantamos y después de desayunar, me llevaron a mi casa, diciéndome que me esperaban el otro fin de semana.