Unos ripios (muy) subidos de tono

La danza del sexo, cuando hay buenos bailarines, es sin duda un espectáculo altamente estético.

UNOS RIPIOS (MUY) SUBIDOS DE TONO

Composición totalmente pornográfica

sin demasiado cuidado por eso de la metáfora.

Cocida en su propio caldo

me ofreces de saldo

tu carne morena.

Y yo, que nunca rehuso,

bendigo al que puso

mi vado en tu acera.

Y te acercas con requiebros...

¡no existen cerebros

que entender pudieran

las mil y una maravillas

que tus pantorrillas

anuncian y esperan!

Mi cuerpo, que es de carne,

está ya que arde,

preparado y listo

a romper tu sensual baile

-tu cuerpo hecho aire-

al que mudo asisto.

Mas yo no lo rompo y crece

mi sexo. ¡Empiece

la danza conjunta!

Pero eres tú la que baila,

morisca en tu jaima,

mirando mi punta.

Llegas a ella y la besas,

pues eres de esas

que gozan comiendo...

Y la lames, y la tragas...

(Recorro las bragas

que ya no están siendo).

Entra dentro de tu boca

y se equivoca

uno de mis dedos.

Mientras la comes entera

se llena la acera

de gemidos quedos.

Tu locura de mí mama

y se desparrama

tu caldo en mi mano.

Siento que el final va a llegar:

por no terminar,

de mí te separo.

Beso tus pezones. Vibran.

Mis manos calibran

volumen y peso.

Tu mano me la machaca

y casi me saca

un semen espeso.

Te tumbo sobre la cama...

Tu pasión se inflama:

los muslos separas.

Tu mojado coño ofreces:

sé que te mereces

lo que me reclamas.

Mi glande frente a tu vulva:

deseas que se hunda

mi polla bien hondo.

Te la meto con dureza.

Pierdes la cabeza

al llegar al fondo.

Comienzo lento a moverme:

no quiero correrme

sin volverte loca.

Tu cuerpo arqueas queriendo

que siga metiendo.

Me besas la boca.

Uno de tus pechos chupo:

te cojo y te aúpo...

Caes sobre mí a peso.

Gritas en la madrugada

siendo penetrada.

De nuevo, te beso.

Dueño de ti, el espasmo

anuncia al orgasmo,

al placer amigo.

Empujo más, te taladro...

Hacemos buen cuadro:

me corro contigo.