Unos días con mis primos (por Jaime)

Fran le dio el bote de aceite a su hermano que se puso de rodillas a uno de los lados de Ana y le empezó a echar aceite en la espalda. Yo me puse al otro lado y empecé a esparcir el aceite por su cuerpo. Le estaba tocando la espalda pero mi polla saltó como un resorte al contacto con mi prima y por

Mi nombre es Jaime. La historia que os voy a contar sucedió en el verano de 2016.

Para empezar haré una pequeña descripción de mi familia, imprescindible para que conozcáis a los protagonistas de mi historia.

Mis abuelos tienen un restaurante en un pueblo de Burgos y viven allí en una gran casa con piscina. Tuvieron 3 hijos y una hija. El mayor fue mi tío Carlos que tuvo 2 hijos, mis primos Fran, que en aquel verano había cumplido los 18 años, y su hermano pequeño Juan al que yo solo le llevaba unos meses. Ellos vivían en Madrid con mi tía Mónica. Después de mi tío Carlos el siguiente era mi padre Javier que vivía en Valladolid con mi madre María y conmigo. Luego estaba mi tío Pablo que se había casado con un monumento de mujer, mi tía Sara, y que eran los padres de mi preciosa prima Ana, un par de años mayor que yo. Ellos vivían en Valencia. Por último estaba mi tía Nuria, la pequeña de los hermanos, que vivía en Toledo con mi tío Pedro y que es la madre de David, el pequeño de mis primos.

Normalmente todos veraneábamos en casa de mis abuelos, mi padre y mis tíos habían nacido allí y aunque todos se habían ido a otros lugares a vivir, allí tenían amigos y les gustaba ir al menos una semana en vacaciones, aunque como mis abuelos todavía trabajaban en el bar y para no darles mucho trabajo, nunca solían coincidir más de 2 hermanos juntos en verano. En invierno para las fiestas navideñas se hacía una excepción, mis abuelos cerraban el restaurante 15 días y si nos solíamos juntar toda la familia. Pero ese verano mis padres y mis tíos habían planeado un viaje todos juntos de poco más de una semana y para librarse de nosotros, hablaron con mis abuelos Carlos y Pili y les pidieron que nos cuidaran durante esos días. Ya no eramos unos niños pequeños y mis abuelos les dijeron que podrían quedarse con los 5 sin problema. Todos los primos nos llevábamos muy bien y Fran y Ana podrían cuidarnos y vigilarnos mientras mis abuelos trabajaban, así que no veían problema.

El primer día que nos reunimos fue un jueves. Yo y mis padres llegamos los primeros por la mañana ya que eramos los que vivíamos más cerca y madrugamos para llegar pronto y poder ayudar a mi abuela a preparar la casa para esos días. Durante el día fueron llegando mis tíos y mis primos, los primeros justo antes de comer fueron la familia de mi tío Carlos. Después de comer mis primos Fran, Juan y yo fuimos a la habitación que compartiríamos esos días y colocamos nuestras cosas. Allí teníamos una TV y mis primos conectaron la Play que habían llevado y estuvimos jugando hasta que casi a las 7 llegó mi tía Nuria con el pequeño David y salimos al jardín para estar con los demás y ponernos al día de nuestras cosas. Más bien lo que hacíamos era jugar y hacer el tonto mientras eran nuestros padres los que hablaban.

A eso de la 8 llegaron mi tío Pablo con su familia y todos fuimos a recibirlos. Mi prima estaba espectacular y para nada aparentaba su edad, o por lo menos eso pensaba yo. Hacía deporte desde hacía años, jugaba a voley en un equipo femenino de su ciudad de bastante nivel, medía más de 1,65, tanto como Juan o yo, y sus curvas me dejaban sin palabras. Con el pantaloncito que traía se apreciaban perfectamente sus firmes piernas, su trasero respingón que desafiaba la gravedad y su camiseta amplía no disimulaba del todo su 2 grandes tetas, más propias de una chica de 22 o 23 años. Mis primos David y Juan estuvieron casi todo el rato hasta la hora de cenar abrazados a ella contándole su año desde las navidades, la última vez que se habían visto. Mi prima era muy buena con ellos y conmigo y le gustaba cuidarnos. Esa noche cenamos juntos y nos acostamos pronto, alguno estaba cansado con el movimiento del día y al siguiente los mayores tenían que madrugar para irse de viaje y nos dijeron que durmiéramos y no encendiéramos la consola para no hacer mucho ruido. En la casa de mis abuelos había 7 habitaciones, todas bastante amplias y con baño, una para ellos, otra para cada uno de sus hijos y otras 2 en las que nos repartimos los primos. La más grande que quedaba, con 3 camas individuales, ya la habíamos cogido los primos mayores antes, y Ana dormiría con mi primo pequeño David en la otra habitación que quedaba con cama de matrimonio.

Mi primo Juan era unos mese más pequeño que yo pero era mucho más trasto, más inquieto y gamberro y aquel verano descubrí que mucho más salido sexualmente. Nos pusimos los pijamas y en cuanto nos metimos en la cama empezó a hablar.

  • Que buena se ha puesto la prima, hay que turnarse para dormir con ella uno cada día, mañana voy a decir que me toca a mi - dijo.

  • Cállate - le dijo su hermano mayor que normalmente le consentía en todo - Vamos a dormir.

  • Bueno, pues si vosotros no queréis una noche que duerma conmigo y otra con David.

  • Yo también quiero - dije. La verdad es que mi prima era un monumento vista desde cualquier edad, y para mi era una diosa. Estaba seguro que sus tetas y su culo serían protagonistas de mis sueños y de mis pajas todo el verano, como ya lo habían sido muchas veces antes. Llevaba 2 veranos sin verla en bañador, y aunque siempre me había gustado, en estos 2 años el cambio había sido brutal. En Navidad y con mucha más ropa me seguía pareciendo preciosa pero no tanto como esa tarde cuando la había visto llegar.

  • Normal - dijo mi primo Juan - Si Fran no quiere el se lo pierde pero yo quiero dormir con ella a ver si consigo verla desnuda y tocarle el culo toda la noche.

  • Ten cuidado - le contestó Fran - Ya he visto como la abrazabas mucho hoy y como le tocabas el culo, suerte has tenido de que no te ha dado una bofetada ni te han visto papa o uno de los tíos.

  • También la abrazaba David -protestó.

  • Si, pero no igual que tu.

  • Jajajaja - se rió - No me dijo nada porque seguro que le gusta. Cuando se lo toco a las chicas del colegio alguna me da una torta pero otras se ríen. Y no tiene que ser lo mismo tocárselo por encima del pantalón que por la noche en la cama. Mañana voy a dormir con ella y voy a hacerme una paja mientras le toco el culo. Jaime seguro que también se va a hacer alguna paja pensando en Ana - dijo.

  • Que te calles ya y te duermas - le mandó su hermano.

Por la mañana mi abuela nos despertó a eso de las 10. Al levantarnos pude ver que los 3 teníamos la polla dura pero la de Fran que solo dormía con los calzoncillos y sin pijama, se veía enorme. Fuimos al baño y después nos pusimos un bañador y bajamos a desayunar. En la cocina ya estaban Ana, que llevaba un vestido de verano que le quedaba precioso, y el pequeño David. Nuestros padres ya se habían ido y mi abuelo solía irse al restaurante a eso de las 9 de la mañana menos los lunes que era el día que descansaban y cerraban, así que para el desayuno solo quedaba nuestra abuela. Nos pusimos morados con todo lo que nos había preparado la abuela que después de recoger todo se vistió para ir a trabajar al restaurante. Tenían mucho dinero pero seguían trabajando sin descanso, el restaurante les iba muy bien pero ellos sentían la responsabilidad de tener que estar siempre al frente.

  • Bueno chicos - nos dijo antes de irse - Vuelvo sobre las 2 para traer la comida pero ahora en verano sabéis que el restaurante está a tope y tenemos mucho trabajo, así que Fran y Ana tenéis que ser un poco responsables de vuestros primos que para eso sois los mayores.

  • Tranquila abuela - le dijo Fran - Yo les vigilo y si se portan mal les doy una paliza.

  • Me fío de ti. Y vosotros canijos ser buenos y hacer caso de Fran y de Ana - le contestó mi abuela que se despidió de todos dándonos 2 besos.

Cuando nos quedamos solos mi prima Ana se fue hacia su habitación.

  • Voy a ponerme el bañador para ir a la piscina - nos dijo mientras se iba. Nosotros 4 ya teníamos los bañadores puestos.

  • Nosotros vamos por las toallas y te esperamos allí - dijo Fran - David, entra primero a coger tu toalla y sal con nosotros.

Los 4 primos cogimos las toallas y salimos a la piscina corriendo a jugar y a meternos en el agua, era todavía pronto pero ya hacía bastante calor a esas horas. Fran intentaba hacerse el responsable y nos mandaba tener cuidado pero le gustaba jugar y hacernos aguadillas tanto como a nosotros. Después de más de 10 minutos vimos salir a mi prima y Fran, Juan y yo nos quedamos congelados mirándola. Normalmente siempre la había visto en verano con bañadores o cuando eramos más pequeños, con bikinis de niña con dibujos y muy grandes, pero nada parecido a lo de ese día. Llevaba un bikini blanco que seguro que no era de su talla, sus tetas casi se la salían y la parte de abajo le quedaba bastante apretada. Se veía ya algo morena y con el blanco del bikini lucía espectacular.

  • Ven al agua con nosotros - le dijo Juan. Ella se rió, cogió carrerilla y se tiró de bomba a la piscina. Ninguno podíamos apartar la mirada de sus tetas mientras ella corría. Se sumergió entera en el agua y cuando sacó la cabeza, se sacudió el agua y nos miró sonriendo y luego empezó a salpicarnos.

  • Venga, que parece que todavía estáis dormidos - el primero en reaccionar fue Juan que corrió en su dirección y luego salto hacía ella para intentar hundirla en el agua.

Los 2 luchaban jugando y se reían. David se acercó para ayudar a Juan que más que intentar hundir a Ana se dedicaba principalmente a meterle mano. Fran y yo no nos movíamos, solo mirábamos la escena con la esperanza de que a mi prima se le saliera algo de ese pequeño bikini pero no tuvimos suerte. Después de un rato mi prima se cansó y dijo que salía a tomar el sol. Cuando salió de la piscina con el bikini mojado, la parte de abajo se le pegaba mucho, su culo lucía totalmente espectacular y por delante se le notaban los labios del coño perfectamente mientras que los pezones parecían querer rasgar la tela de la parte de arriba. Nosotros nos quedamos en el agua, porque nos gustaba más que tomar el sol y porque nos daba vergüenza que nos viera salir de la piscina empalmados. Pasamos casi toda la mañana mirando a Ana tomar el sol desde dentro.

A la 1 y media en punto llegó la abuela para darnos la comida. Ana se levantó y fue a la habitación a cambiarse y después comimos todos juntos. La abuela volvió a irse y nos dijo que no fuéramos al agua hasta que no hiciéramos la digestión y mandó a Fran que nos vigilara. Para pasar el tiempo Fran nos propuso jugar a la Play pero Ana prefirió irse a la habitación a hablar con sus amigas por el móvil y nos dijo que la avisáramos cuando saliéramos a la piscina.

Cogimos la consola de la habitación, la llevamos al salón donde la TV era mucho más grande y los 4 chicos nos pusimos a jugar aunque lo que realmente queríamos era que llegaran las 4 y media para ir otra vez a la piscina y ver a Ana con su bikini. A la hora en punto Fran apagó la Play y nos dijo que ya podíamos bañarnos y mandó a David que avisara a Ana. Nosotros 3 salimos corriendo y nos lanzamos a la piscina esperando desde allí a nuestra prima. Al poco rato Ana apareció de nuevo con su bikini blanco de la mano de David y volvió a repetir la carrera de la mañana para lanzarse al agua y Juan no perdió de nuevo su oportunidad de saltar sobre ella a sobarla lo máximo posible. Juan y yo nos moríamos de las ganas de hacer lo mismo pero no nos atrevíamos. Esta vez ella aguantó menos jugando y se salió a tomar de nuevo el sol a la toalla. Mi primo Juan se quedó algo triste por que se le hubiera acabado el juego pero fue poco tiempo, se acercó a la orilla y le dijo a Ana:

  • Te vas a quemar Ana. ¿Por qué no vas por crema para no quemarte? Te la doy yo si quieres.

  • Tengo yo un bote en mi habitación - le dije.

  • Vale - contestó ella que se puso de pie luciendo su cuerpo frente a nosotros - Tengo yo la mía, vengo ahora.

  • Te la doy yo si quieres - le dije instintivamente. Me daba vergüenza meterle mano en la piscina pero darle crema era la disculpa perfecta para poder tocar ese cuerpo que me volvía loco.

  • Me lo pedí yo - dijo Juan mirándome enfadado.

  • Podéis dársela los 2 - sentenció Fran - Uno por cada lado.

  • Vale - dijo Ana mientras caminaba a su habitación por la crema sin que nosotros le quitáramos los ojos de encima.

Salimos del agua los 3 menos David que se quedó nadando. Juan se le notaba que estaba empalmado y su hermano que le vio le dijo.

  • ¿No te da vergüenza? Ana te va a ver y no te va a dejar que le des crema.

  • Le da igual, me he puesto así de tocarle las tetas en el agua y le he frotado la polla para que la notara y no me ha dicho nada. Menudas ganas tengo de hacerme una paja - dijo.

  • Eres un guarro - dijo su hermano riéndose igual que yo.

  • Y mejor si me la hace ella - y nos reímos los 3 todavía más.

Al poco rato Ana volvió y le dio a Fran un bote de aceite corporal, no de crema.

  • Esto no es crema - dijo Fran mirando el bote y abriéndolo.

  • Yo no me quemo, me hecho aceite para hidratar. Al principio del verano si me doy mucha crema pero ahora ya estoy morena - Ana se tumbo boca abajo dejándonos ver su culo que quería escapar de ese pequeño bikini, y se desató la parte de arriba dejando su espalda al aire - Así no me mancháis el bikini - tumbada boca abajo las tetas de Ana aplastadas contra el suelo le sobresalían por los lados.

Fran le dio el bote de aceite a su hermano que se puso de rodillas a uno de los lados de Ana y le empezó a echar aceite en la espalda. Yo me puse al otro lado y empecé a esparcir el aceite por su cuerpo. Le estaba tocando la espalda pero mi polla saltó como un resorte al contacto con mi prima y por las vistas que se me ofrecían. Mi primo Fran fue por una silla de jardín y se sentó frente a Ana mirando como la untábamos de aceite. Yo notaba como Ana de vez en cuando levantaba la cabeza y miraba para él. Mi primo Fran tenía ya 18 años pero aparentaba incluso más. Practicaba mucho deporte, como todos en la familia y se le notaba el cuerpo bastante más musculado que a los chicos de su edad. Yo me moría de ganas de tocar el pedazo de pecho que le sobresalía a mi prima por uno de los costados pero no me atreví.

Cuando ya teníamos la espalda totalmente untada, Juan se movió para echar aceite en las piernas de Ana y empezar a masajearla, y yo le imité. Empezamos por el talón del pie y poco a poco fuimos subiendo. Cuando llegamos a sus muslo yo estaba ya punto de correrme. Juan no se conformaba y siguió subiendo y empezó a tocarle el culo. Yo me temí la reacción de mi prima pero ella no hizo nada así que él siguió. Tiró de la parte de abajo del bikini de Ana hacia arriba haciendo que esa parte se introdujera entre sus nalgas y empezó a sobarle el culo de forma descarada.

  • Para que no te quede la marca del sol - le dijo, aunque para lo morena que estaba casi no tenía marca. Noté como ella se reía y nos dejó seguir con el masaje sin decir nada.

Yo no quería perder una oportunidad como esa, así que hice lo mismo y tirando de la otra parte del bikini hacia arriba deje casi todas las nalgas de Ana al aire y empecé también a magrearlo copiando lo que hacia mi primo. Juan tiraba de su nalga hacia un lado y yo haciendo lo mismo le ayudaba a separar sus glúteos abriéndole el culo, si no hubiera sido por esa fina tela estaría viendo el coño de mi prima totalmente abierto y tendríamos una vista perfecta de su ano. Miré a Juan que no apartaba la vista de ese pedazo trasero, cubierta de aceite brillaba al sol y era lo cosa más erótica que había podido imaginarme en la vida. Luego miré a Fran que tenía las manos encima de su paquete, imagino que intentando disimular su erección al ver como magreaban y untaban el cuerpo de su prima. Ana separó un poco sus piernas y levantó la cabeza mirando a Fran mientras gemía suavemente. No se el tiempo que estuvimos así hasta que Ana nos mandó parar.

  • Por detrás ya vale - yo paré al momento y Juan siguió sobándole el culo todavía un rato más. Cuando paró, ella se agarró la parte de arriba del bikini que lo tenía desatado, y se dio la vuelta poniéndose boca arriba - Ahora darme por delante - nos ordenó abriendo un poco las piernas. Se colocó bien el bikini sobre las tetas tapando lo que podía aunque dejando una buena parte a la vista, y puso las manos debajo de su cabeza a modo de almohada.

Juan y yo nos lanzamos a darle aceite por la piernas y fuimos subiendo, yo al ritmo de mi primo. Cuando llegamos al bikini pasamos a su barriga y Juan sin perder mucho tiempo metió una mano por debajo y empezó a tocarle una teta. En ese momento Ana se movió rápidamente, quitó las manos de su cabeza y se las puso en las tetas sujetando la tela.

  • Ya es suficiente chicos, muchas gracias. Lo habéis hecho muy bien - nos dijo con una sonrisa. Juan se levantó de un salto y salió casi corriendo hacia la casa.

  • Voy al baño a hacerme una paja - gritó mientras entraba en la casa. Miré a Fran que tenía la misma cara que yo, no sabíamos como reaccionar a eso, pero por suerte nuestra prima nos sacó de esa situación.

  • Que loco está el pequeñajo - dijo riéndose y nosotros hicimos los mismo haciendo que se nos fueran un poco los nervios. Yo me puse de pie notando la polla dura como nunca antes en mi vida, miré a mi prima y vi como me miraba a los ojos con una sonrisa que no supe descifrar pero que me hizo ponerme rojo como un tomate. Me giré y corriendo me tiré al agua y me siguió mi primo Fran.

Al poco rato volvió Juan y mi prima riéndose, le preguntó:

  • ¿Has quedado a gusto? - Juan agachó la cabeza y no le contestó, tal vez pensó que se había pasado dejando tan claro su actuación. Los abrazos y caricias a mi prima se notaron, si no se había notado antes, que no eran por amor fraternal sino una disculpa para meterla mano. Ella se rió y mi primo se tiro al agua con nosotros.

Después de un rato mi prima se levantó y se fue a su habitación mientras nosotros no podíamos quitarle los ojos de encima.

  • Voy a la habitación a mandar unos whatsapp a mis amigas a ver que están haciendo, nos vemos para la cena.

  • Vale - le contestamos al unísono los 4.

  • Peque - le dijo señalando a David - Ven conmigo y me peinas mientras.

El pequeño por fin salió del agua y siguió a Ana corriendo.

Cuando nos quedamos solos Fran le dio una colleja a su hermano.

  • ¿Tú estás tonto o qué? - le preguntó después.

  • ¿Pero qué he hecho?

  • Si quieres ir a hacerte una paja pues vas, pero no hace falta que se lo digas.

  • Ella no se ha enfadado, a las chicas les gusta.

  • Tu que sabrás. Si les gusta ¿por qué han llamado 3 veces a papá y a mamá para que fueran a hablar con el director?

  • Va, déjame - respondió Juan que salió de la piscina y se tumbo en la toalla. Al rato Fran y yo también nos salimos del agua, nos secamos y fuimos a jugar un rato más a la consola.

Serían casi las 8 cuando llegaron mis abuelos. Mi abuelo se sentó con nosotros en el sofá, quitamos el juego y estuvimos viendo un rato un partido de fútbol amistoso mientras mi abuela acababa de preparar la cena que había traído del restaurante. Al rato Juan entró de la piscina y mi abuelo nos mandó a mi y a él a montar la mesa mientras seguía viendo el fútbol y hablando con Fran. Cuando todo estaba listo mi abuela nos llamo a todos y Ana apareció en el comedor acompañada de David.

La cena fue muy tranquila, mis abuelos nos preguntaron que habíamos hecho toda la tarde y les dijimos que estuvimos en la piscina. Ellos creían que más bien habíamos pasado toda la tarde jugando a la consola pero que estábamos de vacaciones y que podíamos hacer lo que quisiéramos. Después de cenar nos pusimos a ver todos una película con mis abuelos y a eso de las 12 cuando acabo la película se levantaron para acostarse.

  • Vamos a la cama chicos, mañana tenéis todo el día para jugar a la consola. Vuestra abuela os va a despertar a las 10 como hoy que luego tiene que ir a ayudarme al trabajo - dijo mi abuelo.

  • Vale - le contestamos levantándonos todos.

  • Yo hoy duermo con Ana y tu David duermes con los chicos - dijo Juan que no perdía oportunidad.

  • No - le contestó Ana - Yo duermo con el pequeñajo que me gusta como me abraza por la noche - dijo abrazando a David que sonreía como si hubiera ganado un premio.

  • Venga Juan, no andes con tonterías - le dijo mi abuelo - Ya me parecía que estabas enfadado con tu hermano cuando llegué y estabas solo en la piscina, pero vete a dormir con ellos y hacer las paces.

Nos fuimos cada uno a nuestras habitaciones y Juan volvió a hablarnos.

  • ¿No os habéis hecho una paja todavía? No se como aguantáis, no imagine que en bikini Ana estuviera tan buena.

  • La verdad es que si, está riquísima - le dije yo.

  • Si, y bien que lo habéis aprovechado. Tu Juan en la piscina no has parado de meterle mano y luego los 2 con el tema del masaje os habéis puesto las botas.

  • Y tu no quitabas ojo - le dijo su hermano - Tu amiga de Madrid es 2 años mayor pero yo creo que Ana está más buena - por lo visto Fran tenia una novia o algo parecido.

  • Tu que sabrás, anda cállate.

  • Mañana anímate y dile que le das tu el masaje, seguro que te deja. Vas a flipar lo duro que tiene el culo, y las tetas super suaves aunque no me ha dejado tocárselas ni un minuto.

  • Ya veremos - dijo Fran que apagó la luz y nos mandó dormir. En cuanto pensé que mis primos dormían, me levanté y fui al baño a hacerme una paja pensando en mi prima y en como le estuve sobando esas preciosas posaderas que tenía. Cuando salí mi primo Fran estaba en la puerta esperando para entrar.

  • Venga, vete a dormir que ahora me toca a mi - me dijo sonriendo y acariciándome la cabeza. A mi me dio mucha vergüenza que mi primo supiera que hace nada había estado haciéndome una paja en el baño, aunque el fuera a hacer lo mismo y se hubiera portado muy bien conmigo no dándole importancia ni riéndose de mi. Fui a la cama corriendo a intentar quedarme dormido antes de que el volviera.

A la mañana siguiente mi abuela nos volvió a despertar a las 10 con el desayuno ya preparado. Nos levantamos de un salto para acabar lo antes posible y volver a la piscina con nuestra prima. Estábamos en la mesa sentados cuando Ana apareció con un vestido de verano y el pelo en una coleta. Después de desayunar mi abuela volvió a recoger todo y se fue a trabajar. Nosotros volvimos a la piscina mientras Ana se iba a la habitación a cambiarse como el día antes. Los chicos nos metimos en la piscina, David incluido, y los 4 esperábamos para ver la entrada de Ana sin perder un detalle.

Al rato Ana salió de la casa con el bañador del día antes haciendo que a todos nos diera un brinco la polla. Se tumbó en la toalla y nos dejo a los 4 con las ganas de verla mojada.

  • Métete en el agua con nosotros - le dijo Juan.

  • Ahora no me apetece, porque me haces muchas aguadillas - dijo ella haciendo morritos - Igual luego.

  • Tu te lo pierdes - le dije yo y empezamos a salpicarnos los unos a los otros.

Al rato nos aburríamos un poco, sin Ana era bastante menos divertido, y salimos a tumbarnos junto a ella y Juan empezó con el interrogatorio.

  • ¿Me dejas que hoy duerma contigo? - le preguntó.

  • No, me gusta dormir con David, me gusta como me abraza.

  • Yo también te puedo abrazar.

  • Si, eso seguro - dijo ella riéndose.

  • ¿Tienes novio? - el seguía con las preguntas mientras mi prima le respondía tumbada boca arriba y nosotros no le quitábamos el ojo de encima.

  • ¿Por qué lo quieres saber? ¿quieres ser mi novio?

  • Claro que si, me encantaría.

  • Me gustan los chicos más mayores, con experiencia y hacer lo que me piden para aprender cosas - yo en aquel momento no entendía del todo la respuesta pero de todas formas la polla me daba saltos debajo de mi bañador.

  • Si yo fuera tu novio estaría todo el día tocándote el culo - Ana se rió y yo para intentar romper la tensión que sentía, también me reí. Fran estaba callado mirando a Ana sin perder detalle de la conversación.

  • Ellos también lo hacen, y más cosas.

  • Yo también te haría más cosas - oímos que le decía Juan.

  • Seguro que si, eres pequeño pero me parece que sabes bastante - le guiño un ojo a Juan y yo sentí muchos celos en ese momento.

  • Déjanos verte las tetas - le dijo casi en un susurro.

  • JUAN - gritó Fran que se levantó a darle una patada a su hermano pequeño mientras Ana se empezó a reír. Juan se levantó de un salto y echo a correr.

  • Vaya lo salido que está mi primo - dijo Ana con una sonreía mientras le miraba el paquete a Fran. Yo no sabía a quien de los 2 hermanos se refería.

Fran vio que Ana le miraba el bulto de su bañador y le sonreía y él fue caminando despacio hasta la piscina para luego lanzarse al agua. Yo y David le acompañamos mientras Ana se daba la vuelta en la toalla y Juan se volvía a tumbar.

  • Ven al agua Ana - le dijo Fran. Ana le miró y negó con la cabeza.

  • No me apetece.

  • He dicho que vengas - le dijo él cambiando el tono y siendo mucho más autoritario.

Entonces ella sin dejar de sonreír se levantó y se lanzó al agua. No tardó ni 5 segundos en lanzarse Juan y entonces todos fuimos a por mi prima. Todos jugábamos a hacerle cosquillas pero en realidad hasta David estaba aprovechando para tocarle todo lo posible. Ana entonces hacía como que se defendía y saltó sobre Fran haciéndole caer bajo el agua y ella tirándose encima. Después de un rato con los juegos, Ana se colocó un poco el bikini, con tanto magreo casi tenía las tetas fuera, y se fue a una esquina de la piscina desafiando a Fran con la mirada. Juan no captó el mensaje y como siempre fue el primero que se le acercó.

  • Déjame dormir contigo esta noche. Podemos dormir cada noche uno contigo para ver con quien duermes mejor.

  • No, me gusta dormir con David y además los abuelos sino igual se enfadan.

  • Vale - dijo algo resignado pero sin perder del todo la esperanza - ¿Luego me vas a dejar que te vuelva a dar aceite?

  • Vete a su habitación a por el aceite y le vuelves a dar un masaje ahora - dijo Fran. Su tono nos dejo a todos cortados, incluso Juan se quedó quieto mirando a su hermano.

  • Veta anda - le dijo Ana a Juan rompiendo el silencio y entonces el salió de la piscina corriendo y se metió en la casa. Yo estaba un poco perplejo con el nuevo rol de mi primo mayor, así que fue a él y no a Ana a quien le pedí permiso.

  • ¿Puedo ayudarle?

  • Si - me dijo él y todos menos David nos salimos del agua. Nos sentamos en las toallas mientras Juan volvía excepto Fran que volvió a coger una silla de la terraza y la colocó para ver el masaje que le hacíamos a Ana sin perder detalle. Juan estaba tardando bastante, y yo me entretenía viendo como mi prima miraba a Fran sentada con las piernas cruzadas y sin parar de sonreír excepto para morderse el labio inferior.

Por fin volvió Juan y nos llamó para que le miráramos y mostrarnos lo que llevaba en la mano.

  • Mirar esto - dijo mientras nos enseñaba un tanga.

  • ¿Has estado mirando en mis cosas? Te voy a dar una paliza - le dijo Ana, aunque la verdad es que por su tono no parecía muy enfadada y más bien se lo decía en broma.

  • Estaba buscando el aceite y encontré esto. ¿Es tuyo?

  • Claro, es un bikini tipo tanga. Lo compré para ir a la playa, en Valencia lo llevan muchas chicas.

  • Ponlo por favor - le pidió Juan casi nervioso.

  • No, jajaja, lo pongo para ir a la playa, no a la piscina.

  • Déjalo ahí encima - le ordenó Fran señalando a una silla del jardín - Luego por la tarde se lo pondrá. Ana miró entonces a Fran y con un tono de voz diferente contestó.

  • Vale

  • Venga, darle aceite por la espalda - nos mandó Fran.

Ana se tumbó boca abajo mirando hacia Fran y volvió a soltarse la parte de arriba. Juan y yo nos situamos a ambos lados de ella igual que el día antes mientras David salía del agua y se sentaba en la toalla también cerca nuestro. Juan le echo aceite en la espalda y pronto empezamos a magrearla. Después de un rato, Juan fue directo, cogió el bikini de Ana y tiro hacia arriba de él dejando sus nalgas al descubierto. Le echo aceite en las piernas y empezamos de nuevo a sobar a nuestra prima. Empezamos por sus gemelos y no tardamos mucho en llegar a sus glúteos repitiendo las maniobras del día anterior.

De repente oímos la voz de nuestra abuela llamándonos y nos quedamos congelados, no sabía como la mañana se había pasado tan rápido. Ana se levantó agarrándose la parte superior del bikini, se lo ato y se lanzó al agua. Nosotros le seguimos excepto Fran que se quedó en la silla sentado.

  • ¿Qué tal chicos? ¿pero seguís en el agua? Vais a acabar arrugados.

  • Hace mucho calor abuela - le contesté.

  • Si, hoy el sol está apretando mucho, luego daros crema. Venga, ir saliendo y secaros que he traído la comida. Fran, ayúdame.

Fran se levantó y fue con mi abuela a ayudarla a poner la mesa mientras nosotros nos secábamos y Ana cogí su tanga de la silla para luego ir a la habitación a cambiarse. Volvió al comedor con el vestido que se había puesto por la mañana y después de comer, mi abuela le pidió que recogiera todo ella porque había mucho trabajo en el restaurante y tenía que volver pronto.

Cuando mi abuela se fue, Fran nos dijo a David, Juan y a mi que recogiéramos la cocina, que Ana fuera un rato a la habitación si quería hablar con sus amigas y que el estaría en el salón con la Play mientras nos hacía la digestión. Todos hicimos lo que decía, Ana se fue a su habitación mientras nosotros recogíamos la cocina metiendo todo en el lavavajillas y mi primo se ponía a jugar. Cuando acabamos fuimos al salón y empezamos a jugar con él aunque lo que de verdad nos apetecía era volver a salir al jardín a admirar a Ana.

  • Podemos salir al jardín con Ana y darle aceite aunque no nos metamos en la piscina - dijo Juan.

  • No seas ansioso - le dijo Fran - Déjala hablar con sus amigas, luego podrás darle aceite si ella quiere.

Eran casi las 4 y media cuando Fran dijo por fin que ya habíamos hecho la digestión.

  • Vamos a la piscina. David, avisa a Ana de que ya podemos meternos en el agua.

Salimos los 3 a la piscina y nos lanzamos al agua, hacía mucho calor. Al rato llegó David y se tiró con nosotros. Estábamos expectantes por ver a mi prima y si se ponía el tanga. Cuando salió de la casa casi nos quedamos sin aire, estaba increíble y la parte superior a juego con el tanga apenas eran unas tiras que le tapaban los pezones. Ana se tumbó en la toalla boca abajo mirando hacia nosotros.

  • Métete - le pidió Juan.

  • Con esto no puedo - dijo ella sonriendo y señalando su nuevo “bikini” - Si empezamos a jugar en el agua seguro que me lo rompéis e iba a quedar pronto con todo al aire - dijo riéndose - ¿O no tengo razón? - preguntó mirándonos.

  • Si, yo no podría aguantarme - dijo Juan y todos nos reímos.

Nosotros estuvimos un rato más en el agua jugando pero sin quitar ojo de ella por si se movía y podíamos ver algo más, aunque ya solo tuviera ocultos sus puntos más “sensibles”.

Fran salió de la piscina y volvió a sentarse en “su silla” desde donde podía ver perfectamente el cuerpo de nuestra prima. Ella le miró y sonrió orgullosa de captar la atención de su primo 2 años mayor. Juan también salió de la piscina, cogió agua con las manos y fue corriendo hacia Ana para tirársela en la espalda.

  • Te voy a matar- dijo Ana y todos nos reímos.

  • Inténtalo - dijo Juan que se volvió a lanzar a la piscina. Ana siguió tumbada mirando alternativamente a mi primo mayor y a nosotros en la piscina.

Al poco rato Juan volvió a salir del agua y mojado del todo se tiro encima de Ana.

  • Quítate que estás empapado - dijo Ana mientras los demás no parábamos de reír.

  • Déjale - dijo Fran. Ana levantó de nuevo la cabeza para mirarle. Vi desde la piscina como ella se mordía de nuevo el labio inferior sin apartarle la mirada. Juan empezó a frotarse con mi prima, primero todo el cuerpo y luego se centró descaradamente en frotarle el paquete en el culo.

  • Tienes un culo de 10 prima.

  • Gracias.

  • Podemos jugar a frotarnos así, ¿qué te parece? - le preguntó a Ana. Yo si creí que en ese momento se iba a ganar una bofetada, pero su hermano mayor le salvó.

  • Esta bien - intervino Fran mientras Ana no decía nada - Que empiece David.

David y yo salimos disparados de la piscina. Juan se retiró de encima de Ana y él y yo nos sentamos en la toalla cerca de ella para no perdernos detalle. Mi primo pequeño se tumbo encima de Ana y empezó a frotar su paquete contra ese increíble trasero. No pasaron ni 3 minutos cuando notamos los espasmos de David, se acababa de correr en su bañador frotándose con su prima. Me fije en como Ana sonreía mirando a Fran orgullosa de como su primo se había corrido con su culo. David se levantó y todos pudimos ver la mancha en su bañador pese a lo mojado que lo tenia del agua. Se movió un poco y se sentó cerca para poder seguir viendo el espectáculo.

  • Ahora me toca a mi - dijo Juan que no perdió ni un segundo en lanzarse sobre nuestra prima. Empezó a frotarse contra el trasero de Ana, lo hacía despacio para no correrse muy rápido. Miró para su hermano y para mi y riéndose, se bajo un poco el bañador con las manos poniendo directamente su polla entre las nalgas de Ana y siguió con el movimiento de arriba abajo. Pesé a que iba muy despacio no iba a aguantar mucho. Fran vio como le cambiaba la cara.

  • Como se te ocurra correrte encima de ella te doy una paliza - le avisó. Entonces Juan dio un salto, se puso de pie y se sacudió la verga 2 veces justo antes de correrse en el césped. Puso los ojos casi en blanco mirando al cielo.

  • Increíble - fue lo único que pudo decir y luego se sentó de nuevo en su toalla.

Ana seguía sin retirarle la mirada a Fran mientras sonreía y le dedicaba a nuestro primo sus caras más sexys. Yo me levanté y directamente me quité el bañador. Me senté encima del culo de Ana en lugar de tumbarme encima. Coloque mi polla que estaba dura como una piedra en medio de sus nalgas, que las apreté con mis manos para que me presionaran la polla. Empecé a moverme poco a poco sin apartar la vista de ese culo que me iba a exprimir los huevos. Noté como Ana gemía y eso me hizo sentir orgulloso, aunque puede que lo hiciera para excitar a Fran a mi me daba igual y me sentía el hombre más viril del mundo.

  • Uff primo, que bien lo haces - me dijo al tiempo que levantaba el culo apretándolo contra mi y haciendo que no aguantara más.

Me deje caer a un lado y me empecé a correr llenándome el estomago de mi propia leche. Cuando acabe me levanté, miré a Ana que me lanzó un beso y luego me acerqué a mi toalla para coger mi bañador y limpiarme con el. Al acabar volví a sentarme mirando a Ana, más feliz de lo que había estado nunca en la vida.

Entonces Fran se puso de pie y se bajo el pantalón dejándonos ver su polla en todo su esplendor, creo que le debía de medir más de 20 centímetros. A Ana la sonrisa se le borro de la boca y su gesto cambió, era todo lujuria.

  • Dios mio - suspiró.

Fran cogió el bote de aceite que estaba en el suelo y se situó al lado de mi prima. Le empezó a echar aceite en el culo y a expandirlo poco a poco. Vimos como metía sus dedos por debajo del hilo del tanga de mi prima y empezaban a entrar en su coño. Después de un rato de magreo en el que solo oíamos el chapoteo de sus dedos y los gemidos mi prima, le echo un gran chorro de aceite en las nalgas y tiro el bote.

  • Levanta el culo y ponte de rodillas - Ana obedecía sin rechistar.

Desde que mi primo empezó a ordenarle cosas nunca le decía que no, y yo pensé que después de que hubiera visto esa polla no iba a cambiar. Fran se puso detrás de ella con su polla entre sus nalgas y empezó a frotarse contra ella. No tardó mucho en cambiar de posición, apartó la tira del tanga a un lado, agarró su pollón con la otra y sin mucho esfuerzo se la metió en el coño. Empezó poco a poco mientras mi prima no paraba de gemir, luego él siguió acelerando el ritmo y los gemidos de mi prima se convirtieron en gritos mientras esa verga se clavaba entera dentro de ella y el no paraba de envestirla. Sus tetas se movían de manera hipnótica pero sin escaparse de esas tiras que tapaban sus pezones. El sonido de ese coño empapado, los gritos de mi prima y el golpeteo de el cuerpo de Fran con el culo de Ana era lo más excitante que había oído nunca.

Mi primo seguía sin bajar el ritmo, le puso una mano a Ana en la espalda y la empujo contra el suelo, apretando sus tetas y su cara en la toalla dejando su culo a su merced mientras que por los gritos de Ana supuse que se estaba corriendo. Por fin mi primo freno un poco, le dio un fuerte azote a Ana en el trasero, sacó su polla y se corrió llenando la espalda de Ana de semen. Ella se dio la vuelta poniéndose de nuevo a 4 patas y se lanzó sin miramientos a comer la polla de mi primo y dejarla reluciente.

Fran había estado más de 15 minutos follándosela y nosotros 3 ya teníamos la polla otra vez dura viendo semejante show. Juan se puso de pie al ver como le comían la polla a su hermano.

  • Yo también quiero que me la chupe.

  • Y yo - añadí poniéndome también de pie y con la polla apuntando al cielo.

Ana seguía como una perrita con la polla de Fran en su boca y levantó la cabeza para mirarle a los ojos esperando su siguiente orden.

  • Vete a ducharte y a quitarte ese bikini - la ordenó. Ana hizo lo que le mandó Fran mientras Juan y yo mirábamos a nuestro primo enfadados - De momento se acabó el juego - dijo muy serio devolviéndonos la mirada - Si os portáis bien os dejaré que os hagáis una paja mientras me la follo o mientras la miráis desnuda, pero no se si os dejaré que os la chupe, ya veremos.

  • Venga ya - dijo Juan - Eso no es justo, tu te la has follado y no dejas que nos la chupe a nosotros.

  • Dejarlo ya, limpiaros un poco y preparar esto que van a llegar los abuelos - nos dijo poniéndose el bañador y colocando la silla en su sito - Y tu, vete dentro a limpiar tu bañador - me dijo y luego se tiró de nuevo a la piscina.

Hicimos lo que dijo porque en aquel momento vimos que había poco que hacer para que cambiara de opinión. Juan se metió también en el agua sin protestar más y yo fui al baño a limpiar el bañador que lo había dejado pringado de mi leche. El pequeño David se levantó del suelo y se metió en la casa corriendo y adelantándome.

Limpié el bañador como pude y aproveche para ducharme. Luego me puse otro bañador seco y salí al jardín donde Fran estaba tumbado al sol y Juan en el agua. Me tumbé yo también pensando en lo que había pasado y noté como se me volvía a poner dura, tenía que haberme hecho una paja en la ducha, pero como no había sido así me puse a pensar en otras cosas para conseguir que se me bajara. Al rato oímos a mis abuelos llegar y nos levantamos a saludarles y a ayudarles a preparar las cosas para la cena. Fran se sentó otra vez con mi abuelo a ver la TV, era el mayor de todos y creo que era su preferido.

Para la cena Ana salió de la habitación con un pantalón vaquero corto y con David abrazado a ella. Estuvimos hablando de nuestros estudios y de lo que haríamos el año siguiente. Fran empezaría la universidad y para nosotros eso nos parecía impresionante. Después recogimos todo para que la abuela se sentara un rato a descansar con el abuelo y a eso de las 12 nos mandaron a todos a la cama. Después de ir al baño y de ponernos el pijama, nos acostamos y Juan volvió a la carga. Encendió la luz y se puso a hablar.

  • Fran, tienes que dejar que Ana me la chupe por favor. Tu ya te la has follado, yo solo te pido que me la chupe.

  • Yo no tengo que dejar nada, es ella la que decide lo que quiere hacer.

  • Ya, pero si tu no se lo pides no va a querer.

  • Pues entonces no hay nada que hacer, si ella no quiere...

  • Hagamos una cosa - yo conocía a mi primo, sabía que casi siempre se salía con la suya y que Fran le consentía mucho, así que no se iba a rendir de ninguna manera - Convéncela de que mañana me deje dormir con ella, solo eso, y no te volveré a molestar, ya sabes que no miento - eso era verdad, era un salido y muy pesado pero solía cumplir lo que decía.

  • Si dejas de ser tan pesado hablaré con Ana a ver si mañana duerme contigo, pero eso no quiere decir que vayas a hacer nada con ella.

  • De acuerdo, con eso me conformo, muchas gracias - dijo Juan con una cara de felicidad como no le había visto en la vida. Yo iba a hablar entonces pidiendo lo mismo pero no me dio tiempo, Juan apagó la luz y Fran nos mandó dormir.

El resto de las vacaciones podéis imaginar como pasaron. Juan consiguió dormir la noche siguiente con Ana pero no nos contó que pasó. Fran hacía que Ana tomara siempre el sol con el tanga puesto y que hiciera topless para que le pudiéramos ver sus increíbles tetas, que al sol eran mucho más bonitas de lo que había imaginado. Nos dejaba que Juan y yo le diéramos aceite en todo el cuerpo, las tetas y el culo incluidos, y a veces nuestros dedos se deslizaban bajo su tanga intentando tocar el coño de mi prima, pero entonces Ana nos mandaba parar de hacer eso o dejar de darle aceite, por lo que nos conformábamos con seguir sobando el resto de su cuerpo. Algunas veces también ella nos daba aceite a los chicos, nos desnudábamos y nuestra cola saltaba en cuanto ella empezaba con el masaje, pero no llegaba a tocárnosla, excepto a Fran, al cual normalmente le empezaba a hacer una paja y acababa comiéndosela entera. Era increíble como conseguía que ese pedazo de carne le entrara entero en la boca.

Aunque la mayoría de las veces Fran y Ana se iban a la habitación a follar, alguna vez lo hacían en el jardín y nos dejaban que nos masturbáramos mientras les mirábamos. No volvió a dejar que nos corriéramos frotando su culo, ni que nos masturbara o nos la chupara, cosa que propuse yo después de que Juan después de haber dormido con Ana, cumpliera su palabra y dejara de pedir cosas a su hermano.

Para mi fue un verano fantástico aunque creo que de los 4 primos fui el que menos “recompesa” se llevó. En estos años hemos vuelto a coincidir pero no ha pasado nada más, por lo menos que yo sepa. Veo como se miran Ana y Fran pero no se si han vuelto a follar alguna vez. Yo no pierdo la esperanza y no pienso desaprovechar una oportunidad si la vuelvo a tener.

Desde el verano del 2019 y por el tema de la pandemia los primos no nos vemos. Hemos empezado a hablar mucho más por WhatsApp y a hacernos video-llamadas y yo he cogido más confianza con mi prima, atreviéndome a decirle cosas que en persona no le hubiera dicho. Un día saqué como tema de conversación lo que paso aquel verano y Ana se rió mucho y antes de colgar, me guiño un ojo y me dijo que iba a desahogarse. Hemos vuelto a tener alguna conversación caliente, pero no hemos llegado a hacer nada más aunque yo se lo he propuesto, que me dejara verle las tetas como aquel verano para masturbarme, pero ella siempre me ha dicho entre risas que no, y diciéndome que estaba peor que Juan.

En una de nuestras conversaciones calientes descubrimos que los 2 eramos lectores de todorelatos y eso me dio la idea de escribir lo que pasó aquel verano. Antes de publicarlo se lo he mandado a ella y le he preguntado que le parecía. Ella me ha dicho que le gustó mucho y que se masturbó varias veces mientras lo leía, que lo publicara y que ella se animaría a contarlo desde su perspectiva, así que estoy expectante de leer su relato, para descubrir más cosas de lo que sucedió aquello días. Espero que os guste.