Uno de mis jefes me quiere acaparar

Este es el primer relato que publico ya con mi usuario; agradezco a mi amiga Dulce zorrita por dejarme publicar un par de relatos en su cuenta. Aquí les platico cómo uno de mis jefes (clientes) quiere acapararme para trabajos especiales.

Para que sepan de mi les recomiendo leer los relatos https://www.todorelatos.com/relato/146148/ y https://www.todorelatos.com/relato/146175/. Algo que no les he platicado, es que actualmente me encuentro entre trabajos (salí de uno y estoy en espera de que se concrete entrar a otro) por lo que me estoy dedicando a dar asesorías legales a diversas empresas, en su gran mayoría de amigos y algunos “amigos” míos. Con estos amigos tenemos además otro acuerdo paralelo al laboral, si me porto bien (o mal, jejeje) en horas extras o en actividades complementarias, pues ellos se portan bien conmigo en mis depósitos; así la paso bien y gano un dinerito extra. Entonces pues voy a sus oficinas y después de los que tenga que hacer, nos vamos por ahí y pues… La mayoría son clientes de hace muchos años, de hecho algunos fueron mis jefes (uno fue el primer jefe que tuve, en mi último año de la carrera) pero otro es nuevo, y de él hablaré este ocasión.

Gabriel (Gabo) es hermano de un “amigo” y cliente de hace varios años, de hecho es amigo desde la prepa, pero con Gabriel no había tenido tanta relación como con su hermano (Héctor). Hace unas 3 semanas Héctor me dijo que su hermano también quería que le ayudara con unos trámites –es la misma empresa, pero áreas diferentes- y pues accedí; en ese momento no sabía que también quería lo otro y ni me lo imaginé, porque así como Héctor es mujeriego, Gabo es muy serio y formal. Total que unos días iba con uno y otros con el otro. Noté que Gabo me veía como no lo hacía antes, se fijaba más en mi, en mi caminar, en mis nalgas, en mi escote…Finalmente la semana pasada me dijo que pasara a su despacho en la tarde antes de irme y así lo hice; creí que querría que le reportara sobre los pendientes, pero de hecho sólo quería relajarse, platicar y tomarse unos whiskitos conmigo. Nos sentamos en el sillón, abrió una botella, sirvió un par de vasos y así estuvimos un muy rato, bebiendo y platicando. Hablamos de muchas cosas, de mi divorcio, cómo iba mi vida, su matrimonio, el cual va bien, pero me decía que él necesitaba algo que lo sacara de la rutina pero que no lo comprometiera y que de hecho comenzaba a entender al mujeriego de su hermano, pero con reservas. Luego de algunos whiskies, me dijo: “Yo no quiero enamorar a nadie, sólo quiero divertirme…que sea algo mutuamente acordado, una mujer que entienda, no una chavita…esas están medio pendejas todavía”, me dijo Gabo. “Pues sí, una con experiencia”, le contesté, “además pues siempre es necesaria esa travesurita, ese escape, esa pimienta en la vida, no? Un rico relax”, le dije guiñándole el ojo”; “A ti no te deben faltar opciones para echarte un buen relax, Paty”; “Ay, por qué lo dices?”; “Pues porque eres muy atractiva”; “Te parece?”, ya para ese momento se me había abierto un poco más mi escote, se me había subido la faldita que llevaba dejando ver la superior de mis muslos y probablemente el color de mi calzoncito en algún descuido, “Por supuesto, es difícil quitar la mirada de varias partes de tu anatomía, Paty”; “Ah, sí? Cómo cuáles? A ver”;  “Pues tienes una delantera muy atractiva y apetitosa…y con esos escotes, se asoman unas muy ricas amigas; y ni hablar de tus piernas, ah, qué ganas de ver lo que hay arribita”; “Ver?”; “Y tocar”, me acarició las piernas con la punta de sus dedos, desde la rodilla hasta la parte superior del muslo subiendo un poco más mi faldita, “qué suavecitas están, Paty”; “Gracias”, yo me estaba calentando casa vez más; subió su dedo lentamente hasta mi cara, “Tienes una cara preciosa…y unos labios suculentos”, entonces me besó y le correspondí jugueteando con su lengua; él me apretó de la espalda con ambas manos, pero luego de unos segundos fue bajando una de sus manos hasta mi cintura y luego a mis nalgas, “Estás muy rica, Paty, me encantas”, “No vaya a entrar alguien”; “No te preocupes, ya se fueron todos”; “Seguro?”; “Sí…le dije a Perla (la secretaria) que a las 6 se fueran todos”; “O sea que lo tenías bien planeado, eh?”, “Por supuesto, preciosa”, seguimos fajando bien rico; él me agarraba las nalgas subiéndome las falda a la cintura, abriéndome la blusa y agarrándome las tetas, sacándolas casi del brassiere; llevó mi mano a su paquete, estaba durísimo, se sentía grande su verga; después de juguetear con ella sobre el pantalón, me dijo, “Sácala, Paty…sácamela…”; “Seguro que estamos solitos?”; “Por supuesto, linda…completamente solitos”, entonces le abrí el pantalón y le saqué la verga del bóxer, se veía deliciosa aunque no se recortaba ni nada los vellos púbicos; “La tienes muy rica, Gabo…”, lo masturbaba, “quieres que te la mame?”, “Sí, Paty”, entonces me incliné sobre él casi acostándome en el sillón y empecé a mamársela, “Mmmmmmm…mmmmmmm…”, “Ay, qué rico, Paty…aaahhh…qué ganas tenía de que me la mamaras…”, “Mmmmmmm…mmmmmmmm…”, él me levantó la faldita para agarrarme bien las nalgas, después me metió la mano en mi calzoncito blanco hasta alcanzar con sus dedos mi conchita, me los metía bien rico a diferentes ritmos; “Quiero que vengas todos los días a la oficina, Paty…quiero que seas mi relax…quiero que vengas con escotes, con falditas…que vengas coqueta, sexy…que me dejes admirarte, que me alegres el día…que vengas a hacer esto…”; “Pero esto no es parte de las asesorías, eh…mmmmmmmmm”, él sonrió, “Claro que no, linda…ya me explicó Héctor…de hecho hace rato de deposité para que te vayas animando”;  volteé a verlo, “Y no te molesta que haga lo mismo con tu hermano?”; “No te preocupes, sé que tienes otros clientes, linda…sólo me interesa que vengas a relajarme…como ahorita; además mi hermano ya tiene sus viejas, yo sólo te tengo a ti, Paty”; “Entonces quieres que venga diario?”, “Sí”, “A mamártela diario?”, yo lo masturbaba, “Sí…o a coger o…”, seguía masturbándolo y sentía cómo palpitaba su verga en mi mano, “Lo voy a pensar, todos los días es mucho”, “Te conviene, linda…me vas a hacer acabar, Paty”, “Quiero sentir tu semen en mis manos”, “Síguele”, “Y si te aburres de mi?”, él estaba cada vez más excitado, “de mis tetas? De mis nalgas?...de que te haga esto?”, le di un par de mamadas cortas y rápidas, “o esto?”, se echó para atrás y en pocos segundo se vino en mis manos. Le embarré su verga con su propio semen y luego le di unas mamadas saboreándolo. Luego de unos minutos le dije que lo iba a pensar y me fui a casa. Mañana será mi primer día, pero no iré diario.