Universitarios

Hola soy una chica de 26 años, nacida en Costa Rica y residente de la Ciudad de México a donde llegué debido a que me matriculé en la Universidad Nacional de este maravilloso País, por lo que desde hace 7 años vivo en esta enorme y bella Ciudad de México.

Hola soy una chica de 26 años, nacida en Costa Rica y residente de la Ciudad de México a donde llegué debido a que me matriculé en la Universidad Nacional de este maravilloso País, por lo que desde hace 7 años vivo en esta enorme y bella Ciudad de México.

Sucedió hace varios años, cuando cursaba los primeros semestres en la Universidad. Yo ya había tenido la oportunidad de montar mi apartamento muy cerca de la Uni. En ese entonces una compañera me pidió le permitiera vivir conmigo a cambio de una mensualidad para ayudar a los gastos del Depa, me caía bien y gustosa la acepté. La chica guapísima, Colombiana por cierto, como se imaginarán viviendo juntas y a la edad que teníamos  casi no nos ocultábamos nada, de tal forma que podíamos andar por todo el apartamento desnudas si así lo deseábamos e incluso nos bañábamos y hacíamos nuestras necesidades sin nunca cerrar la puerta del baño ni de ninguna habitación. La verdad sin embargo, yo si le ocultaba mi gusto por las chicas y muchas veces tuve que refrenar mi deseo a tocarla, confesarle que me fascinaba y tener una relación con ella pero jamás me atreví.

Al final del ultimo semestre nos pidieron como trabajo escolar, desarrollar un proyecto en equipo, el cual conformábamos nosotras dos y un chico también compañero de clase, quien nos parecía además de guapo, bastante listo y pues no dudamos en invitarlo y hacer el trabajo con su participación. El lugar ideal resultaba ser mi Depa, ya que nadie nos distraería ahí.

Desarrollamos el trabajo durante un par de semanas y un viernes por la noche nos propusimos terminarlo, así lo hicimos hasta terminarlo ya entrada la madrugada del sábado. Cuando concluimos nos pusimos felices, decidimos celebrarlo entre nosotros, pusimos música, Oscar salió a conseguir algo para beber, cantamos y por supuesto bailamos. La felicidad de haber terminado, nuestra condición de jóvenes, el licor, la música y hasta un churro de mariguana que entre los tres fumamos creó por supuesto euforia y desinhibición. Nosotras, provocativas y traviesas comenzamos a quitarnos prendas y a competir por el chico, ya sabes como somos las chicas en ese plan.

Le quitamos e él también su ropa y entre las dos lo empezamos a cachondear, el por supuesto gozaba la competencia, feliz de ser el centro de esta. Ahí mismo en el Living las cosas llegaron al extremo de ya no poderlo detener. Lo desnudamos completamente al igual que nosotras lo hicimos, su hermosa erección y su cuerpo atlético obviamente nos calentó y volvió locas. Convenimos entonces por comodidad irnos a la recamara y consumar lo que ya era irrefrenable. Con mi compañera ya no hubo ocultamientos, nos tocamos, besamos, chupamos, acariciamos y todo lo que puedas imaginar. Entre las dos nos queríamos comer al chico y por supuesto competíamos por tenerlo dentro de nosotras, si por ejemplo yo lo tenía dentro de mí, la otra chica aunque besándome y acariciándome me pedía y hasta exigía que lo dejara para que la penetrara a ella y viceversa.

Hubo un momento cuando me tenia totalmente cogida hasta el fondo de pronto salió de mí, estaba al punto de estallar y ella de inmediato le montó, yo un tanto molesta porque no permitieron que alcanzara mi orgasmo, me separé de ellos y decidí observar como se lo hacía y masturbarme con la escena. Me senté en el banquillo del tocador a observar el espectáculo. Nunca había tenido una experiencia así, había visto desde luego en un montón de películas XXX la misma escena pero nunca de tan cerca en vivo y a todo color, incluso podía percibir los olores que esto producía. El bien formado cuerpo de Silvia, su espalda hermosa así como el delicioso y envidiable trasero que poseía, además de ver el poderoso y gruesísimo miembro de Oscar que penetraba hasta el fondo las entrañas de ella y salía empapado jalando hacia afuera parte de su vagina color coral en medio de sus gemidos y gritos de placer de ella, que producían en mi, tremenda excitación mientras me masturbaba de lo mas rico. De repente los gritos y gemidos se incrementaron, señal inequívoca de que alcanzaba el clímax viniéndose deliciosamente, mientras yo con mi propio dedo excitada por la escena y los ruidos que producían también alcancé mi propio orgasmo.

Después de unos momentos de quietud y silencio salió el pene de Oscar empapado y seguido de los fluidos de ambos, la cuca de ella nuevamente se volvió estrecha y el enorme pedazo de carne de él ya no se veía tan increíblemente duro y poderoso.

Se separaron rendidos, quedaron uno al lado del otro acostados con brazos y piernas abiertas de par en par. Aproveche para que hincada sobre la cama acercarme al hermoso cuerpo de Silvia y besar sus rozados pezones, lo hice con mucha suavidad apenas acariciando con mis labios las pequeñas aureolas todavía con los botones erguidos de placer, pase mi lengua alrededor, bese con mucha suavidad sus deliciosas tetas, le besé el cuello y fui bajando hasta su vientre que nuevamente palpitaba de deseo, ella quería mas, mucho mas al igual que yo, de tal manera que me permitió hacerlo quedando inmóvil en espera de mas placer. Cuando pasé con mis labios con besitos por el ombligo, unos centímetros abajo sentí en mis labios sus primeros vellos púbicos, los besé también y pronto llegé a sus labios vaginales, olían a semen y a los fluidos de ella, esa mezcla de olores me excitaron aun mas, abrió sus piernas invitándome, flexioné sus rodillas e hincada me coloqué con la cara frente a su vagina que aun emanaba calor que percibía en mi cara. Con mi lengua recorrí de abajo a arriba toda su raja color coral, me detuve en su clítoris y dio un ligero brinquito, mi lengua suavemente se posó ahí y empezó a juguetear con él, pronto se le irguió y puso duro y durante varios minutos estuve chupando esa deliciosa parte de ella, nuevamente fluían de ella sus jugos calientes que sentía en mi lengua con un especial sabor agridulce, denotaba que gozaba al máximo mis chupadas y pronto de nuevo llegó a un nuevo clímax y no se hicieron esperar nuevos orgasmos. Levantó mi cara de entre sus muslos y quedándose recostada en la misma posición pidió me colocara de rodillas montada en su cabeza con su boca en mi cuca, me dio la misma aplicación, besó mi vagina, me chupó los labios, jugueteo con mi clítoris, me penetró con la lengua deliciosamente, logrando que a los cuantos minutos yo también alcanzara sendos orgasmos encima de su cara.

Extasiadas e insaciables como buenas mujeres, cambiamos de posición ante los ojos atónitos de Oscar quien nuevamente mostraba una fenomenal erección, ahora quería conmigo, pero en ese momento ya solo me interesaba ella, nos colocamos con las piernas entrecruzadas en posición de tijera y nuestras cucas una frente a la otra, las pegamos y frotamos con rítmicos movimientos de cintura, sentía la suya en la mía caliente y suave, cosquilleándome con sus vellos en mis labios internos, supongo yo le provocaba lo mismo, nuevos orgasmos mientras Oscar observando la escena se masturbaba excitadísimo, cuando se vino y roció con su semen los cuerpos de las dos mientras nos decía obscenidades tales como…así, así, pinches lesbianas dense duro culeras, al fin a las dos ya me las cogí. Jajajajajaja….estallamos en risa los tres.

Nos colocamos sentados los tres sobre la cama con las piernas entrecruzadas en posición india a comentar y reír sobre la experiencia, los tres coincidimos que había sido nuestra primer experiencia en trió, Silvia confesó haber sido su primer experiencia lesbiana, por un momento se sonrojó y quedo meditabunda, yo le confesé que siempre me había gustado y nunca me atreví a confesárselo, Oscar también dijo haber sido su primer experiencia con dos chicas y que ambas estábamos buenísimas, se levantó y fue al living por la botella, lamentamos ya no tener churro, les comenté lo excitante que me había resultado verlos coger, a Oscar se le puso duro otra vez y propuso hacerle el mismo show conmigo a Silvia, lo hicimos pero ya sin tanta excitación, terminó en mi sin poder yo hacerlo, cuando salió seguimos en la platica tocándonos unos a otros jugueteando y bromeando diciendo que íbamos a tener ambas un hijo de Oscar de la misma edad. Decidimos volver a poner duro a Oscar, lo hicimos y se la mamamos alternadamente, a mi me tocó recibir su escasa venida en la boca, finalmente ya casi con el amanecer quedamos dormidos hechos bola, yo con las hermosas nalgas de Silvia en mi vientre y a su vez con el pene de Oscar ya sin fuerza alguna en mi trasero.

Así nos alcanzó la tarde de aquel sábado inolvidable.