Universitaria se la chupa al negro de clase

Una chica universitaria en busca de su primera polla negra

Me llamo Sara, estudio psicología en Barcelona. Siempre me ha gustado mucho el sexo, aunque no lo he podido practicar mucho ya que me crie en un pueblo muy pequeño de Cataluña y en los pueblos pequeños ya se sabe, la gente es muy cotilla y enseguida te llaman puta si te follas a más de uno.

Para mí, ir a la universidad en una gran ciudad como Barcelona era toda una liberación. Ahora era libre y podía hacer lo que me diera la gana sin el miedo al “qué dirán”. Yo no era virgen, pero solo me había follado a mi novio del pueblo y no era un gran follador que digamos, era un perdedor bastante flojo en la cama. Ahora quería experimentar el sexo auténtico y para ello necesitaba encontrar a un buen follador, a un tío de verdad que me haga gritar como una loca.

Una ciudad del tamaño y población de Barcelona era todo un mundo lleno de posibilidades o de pollas jajja. El primer lugar donde iba a buscar tíos era la universidad, ya que pasaba allí todas las mañanas, tenía tiempo de observar a mis compañeros para ver si alguno me ponía. Había varias opciones, pero había uno que destacaba por encima de todos, se llamaba Darius.

Darius era un estudiante afroamericano, muy alto, 1,90 bastante cachas, marcando siempre sus músculos con camisetas ceñidas. Había venido desde Detroit para estudiar un en Barcelona este curso. Alguna vez había coincidido con él en el gimnasio de la uni y era todo un espectáculo. Verlo levantando pesas, totalmente cubierto de sudor y con un gran bulto marcándose bajo sus pantalones ajustados. Definitivamente, tenía que follarme a ese negrazo.

Iba a ser fácil calentarlo, él solía sentarse en última fila, así fui a clase a primera hora y cuando se sentó, fui directa a sentarme junto a él.

-Hola Darius, ¿qué tal? -Le dije con una sonrisa-

-Hola Sara, dormido, a ver si pasa rápido la hora, que esta asignatura es royo.

-Bueno, no creas, ya verás como acaba siendo interesante -Le dije entornando los ojos de forma sexi.

La clase comenzó y el profesor inició su interminable y soporífero discurso. Yo me había vestido para la ocasión. Llevaba una minifalda negra muy corta sin bragas que si me descuidaba un poco mostraba todo mi coñito.

Le puse una mano sobre su pierna y le dije susurrándole al oído:

-Si que es aburrido este hombre -susurrándole casi tocando su oreja con mi boca.

Pude notar como todo su cuerpo se estremecía y se ponía tenso. Para calentarlo aún más le pedía a una compañera de la fila de delante un bolígrafo. Para ello tuve que echarme hacia delante recostándome sobre la mesa. Un movimiento bastante habitual pero que dada la minifalda que llevaba, le daba a Darius una vista perfecta de mi coñito y mi culito.

Al volver a sentarme en la silla, él paso a la acción y comenzó a acariciar el interior de mis muslos, subiendo lentamente hacia mi ardiente y húmeda entrepierna.

-Ya veo a qué te referías cuando me dijiste que iba a ser interesante -Me susurrando y manoseándome bajo la mesa.

Con su enorme manaza libre, agarró mi mano y la llevo a su entrepierna y joder, allí se estaba preparando algo gordo. Noté un bulto caliente, duro y super grande. Nunca he estado con un negro, pero he visto porno y parece que este también la tiene grande. Se la apreté y noté como se ponía aún más dura, menudo rabazo de negro.

Sus mano ya había abandonado mis muslos y se centraba en mi rajita, usando mis flujos vaginales para lubricar bien mi clítoris. Yo ya estaba empezando a suspirar cada vez menos discretamente, si continuaba a ese ritmo, los compañeros de clase se iban a dar cuenta de lo que estaba pasando.

De repente y sin avisar, cuando ya estaba super cachonda, dejó de tocarme y me dijo:

-Me has puesto muy cachondo, y lo que empiezas lo vas a terminar. Quedamos en el baño de tíos en cuanto termine la clase, en el último cubículo.

Buaa yo estaba super cachonda, notaba hasta la silla húmeda por mi coño. Al terminar la clase él se fue de los primeros. Yo tardé un poco más en recoger mis cosas. Salí al pasillo que estaba en esos momentos llenos de gente. Me dirigí a los baños y esperé cerca hasta que se despejó un poco de gente ya que no quería que me vieran entrando en el baño de los tíos.

Abrí la puerta y por suerte no había nadie. Me dirigí al fondo, y abrí la puerta del último cubículo. Allí estaba Darius, con los pantalones en los tobillos y su polla negra y enorme como una manguera colgando. Me metí y cerré la puerta.

-Venga guapa que tenemos poco tiempo, chúpamela.

Me puse de rodillas y contemplé ante mí la polla más grande que había visto en mi vida, un monstruo negro muy gorda, no la podía agarras entera con las dos manos de lo gorda que era. Debía medir unos 23cm, super dura y llenas de venas gordas por toda su longitud. Estaba culminada por un glande enorme, más gordo que el resto de la polla, como si fuera una gran seta. Al cogerla con la mano me sorprendió su gran peso. No era como otras pollas que había tenido en mis manos, esta pesaba mucho, parecía mucho más densa. En definitiva, un pollón de verdad.

Empecé a versarla en la cabeza, succionando tímidamente, después lamí sus laterales, babeándolos bien para lubricarla y poder meterla y sacarla mejor de mi boca. Empecé a meterla en mi boca mientras con otra mano la iba pajeando.

-No, sin manos, mámala, tócala solo con la boca -Me dijo apartado mis manos-

Yo le hoce caso y comencé la mamada sin manos, intentando meterla cada vez más en mi boca, pero solo me entraba un poco y me daban arcadas.

-Pon las manos a la espalda que vamos a ver hasta donde entra.

Yo puse mis manos a la espalda y abrí la boca todo lo que pude. El colocó la punta de su polla sobre mis labios y me agarró la cabeza con sus dos manos y comenzó a clavármela primero despacio y cuando encontró resistencia la clavó de un solo golpe hasta que noté como sus enormes pelotas chocaban contra mi barbilla. Mis ojos se abrieron de par en par, saliéndome lágrimas. Notaba como mi boca estaba completamente llena, no podía respirar y tenía la nariz aplastada contra su vello público.

-AAJJJ que buena boca, “balls deep baby” -Me dijo-

La sacó con la misma brusquedad con la que la había metido, saliendo junto con su polla una gran cantidad de babas. Yo estaba en shock, super cachonda por cómo me habia metido ese pedazo de rabo negro. El con cara de cabrón empezó a darme pollazos en la cara. Dado el peso de esa polla eran golpes que se notaban y sonaban bastante pero que me ponían aún más cachonda.

Como veía que el tío se estaba poniendo dominante, decidí imponerme yo, y dejarle claro quien usaba a quién. Le quité las manos de mi cabeza de un manotazo y le dije:

-Ahora prepárate, que vas a ver lo que es una mamada española, no me vas a durar ni dos minutos -Le dije agarrando su polla con una mano y sus huevos con la otra.

Comencé una brutal mamada, o más bien una auto follada de boca, mientras no dejaba de apretar sus pelotas. Me metía esa polla cada vez más fuerte y profundo. Podía oír sus gemidos por encima del ruido de mi boca. Cada vez la tenía más gorda y dura, sus venas se hinchaban más.

Solté la mano que agarraba su polla y mientras me follaba la boca, mojé mi dedo índice con las babas y lo fui acercando furtivamente a su culo. Él estaba en otro mundo, sudando y gimiendo como un animal, como un toro antes de envestir. Puse mi dedo sobre su ano, él lo notó y se sobresaltó.

-Eii que haces -dijo-

No le di tiempo a más, de un golpe le clavé mi dedo en su culo y comencé a moverlo mientras me clavaba su polla en lo más hondo de mi garganta. Al instante noté como su polla se convulsionaba a la vez que su culo no paraba de apretar mi dedo en un intento inútil de expulsarlo. Su pollón comenzó a disparar enormes churros de lefa que inundaron mi garganta yendo directos a mi estómago. El no paraba de gemir como un animal.

Cuando los últimos espasmos de su polla cesaron, me la saqué de la boca, sacando también mi dedo de su ano. Podía ver en su cara como estaba casi en trance.

-Guauu ha sido increíble tía -Dijo entrecortadamente- pero eso del culo no lo hagas sin avisar cabrona.

Yo me incorporé le di una buena palmada en el culo y me fui diciéndole:

-Ya has visto lo que es una buena mamada española, la próxima vez quedamos en tu casa y me enseñas como folláis los negros -Le dije guiñándole el ojo y dejándole allí con los pantalones bajados y su pollón morcillón goteando lefa.

A eso se le llama aprovechar bien un descanso de clase.