Universidad (4): sueño hecho carne.

4 parte de este relato.

Primero de todo quiero pedir perdón por la tardanza, ha habido fiestas en mi pueblo y no he tenido tiempo de escribir. Os dejo aqui un nuevo capítulo de Universidad, espero que os guste. He de dar las gracias a todos aquellos que me mandan ánimos y me felicitan por los relatos. Espero que os sigan gustando. Aún no he introducido sexo SEXO pero... ya aparecerá no sean impacientes ;)


César

Después de ese sueño me veía incapaz de mirar a los ojos de Abel sin morirme de la vergüenza. No podía soportar su mirada, ni su olor ni verlo… AGH!!!! ¿Por qué me tiene que estar pasando esto a mi? Lo peor es que no puedo hacer nada, ya que está sentado a mi lado en clase. No deja de mirarme, me estoy agobiando, ¡¡me pone de los nervios!!

Cuando el profesor termina salgo corriendo al cuarto de baño tropezándome con una mesa y oyendo las risas de mis compañeros. Me la suda. Solo quiero salir de ahí.

Abel

No sé que le pasa a César, está rarísimo conmigo. Apenas me habla y veo que trata de evitarme, pues sale corriendo o me responde con evasivas cada vez que me acerco. No se que le puede estar pasando. Pero yo lo tengo que averiguar. Así que cuando llegó a clase y se sentó, me enfrenté y le dije:

-César, ¿qué te pasa? Te noto muy raro conmigo últimamente y no creo que haya hecho nada malo para que estés así.

-No, Abel, tranquilo no has hecho nada malo. Me caes muy bien y lo sabes, pero ni yo mismo se lo que me está pasando. No hace falta que preguntes gracias por preocuparte.

-De nada, pero ya sabes que me tienes aquí para lo que sea- esto último lo dije con doble intención pero solo para mis adentros.

-Ya, ya lo sé eres un gran amigo.

Dicho esto entró una nueva profesora a la clase, era una mujer guapísima, alta, pelirroja, vestida de blanco y muy voluptuosa. Avisé a César para que mirase.

-Hola chicos, soy Lily y os voy a impartir a partir de ahora pues el profesor Rueda ha tenido un desafortunado accidente. Espero que nos llevemos bien y que haya buen ambiente en clase.

Esa mujer era impresionante, incluso yo que soy gay no podía apartar la mirada de ella, algo hipnótico. Pero hubo algo que me llamó mucho más la atención, César estaba blanco como una pared, parecía que estaba en shock.

César

Abel es adorable, ha visto que estoy extraño y ha venido a preguntarme que me pasa y a preocuparse por mi. Eso me convence de que es un buen amigo, pero precisamente a él no puedo decirle que lo que me pasa es por él, porque si estoy a su lado me siento extraño.

Noto que la gente empieza a entrar en clase, por lo que el profesor va a entrar. Yo no lo soporto así que como estaba en la última fila podía enterrar mi cara en la mochila que el profesor no me vería pues solo presta atención a lo que está a dos centímetros de su gigantesca nariz. De pronto noto dos codazos en el costado, es Abel que me hace señas para que mire hacia adelante. Y entonces la veo, no puede ser, sencillamente no puede ser. ¿Qué coño está pasando? Es la mujer de mi sueño. No puedo creérmelo estoy en shock me quedo boquiabierto y cuando noto que quien sea como se llame esa mujer me sonríe empiezo a balbucear cosas sin sentido.

-César vale que está buena, pero cierra la boca que te van a entrar moscas- me regaña Abel.

-Esto… no es posible. No puede estar pasándome a mi.

-¿Qué te pasa?

-Ehm… no nada, tranquilo, ha sido un lapsus jeje- Uf he conseguido reponerme a tiempo.

Esa extraña mujer empezó a dar clase, pero no podía parar de pensar que me sonreía y me guiñaba el ojo sin que mis compañeros se diesen cuenta de ello. Yo lo veía, me daba cuenta, pero no podía decir nada o me tomarían por loco.

Cuando más empanado estaba (algo que tenemos en común Abel y yo, escapamos con frecuencia a otro mundo), noté otro codazo de Abel. Al preguntarle que quería, vi que miraba hacia adelante y que ese ser, pues no sabía que era, que tenía por profesora me preguntaba mi nombre. Así que yo con mi desparpajo habitual dije:

-Ehm… Si, mi nombre. Me llamo César. César González, profesora.

-Hola César. Bienvenido a la Tierra.- mis compañeros se reían mientras ella sonreía, vaya zorra

-Bueno, pues creo que ya vamos a tener un voluntario a hacer la primera exposición del año ¿no os parece?

-¿QUÉ? Yo no he dicho nada de eso, no por favor yo no.

-¿Y porque no? Todos tenéis que hacer la exposición, y ya que tu estabas tan concentrado seguro que no te importa hacerla el primero. Es más puedes hacerla por parejas. Hazla con tu compañero, el de al lado, que por cierto… ¿se llama?

-Abel Díez, profesora- respondió Abel.

-Muy bien, pues ambos haréis la exposición de los 5 primeros temas la próxima semana. Quedad juntos y prepararla bien

No… esto no. Joder. Esa maldita zorra me conoce bien, muy bien, sabe que los estudios son algo que nunca puedo dejar atrás, me ha dado donde más duele.

Encima me sonríe y me guiña un ojo cuando salgo de clase. LA ODIO.

Abel

¡¡¡¡Estoy súper feliz, estoy súper feliz!!!!

No solo me voy a quitar la exposición el primero con los temas más fáciles, sino que encima la hago con él, la hago con CÉSAR. No puedo creerme esto que me está pasando. A esa mujer le hago un monumento o algo. Lo único que me echa para atrás es que soy tímido, y me cuesta mucho hacer exposiciones pero es algo que debo superar.

Pues nada, a preparárselo bien. No veo a César muy contento pero creo que ha sido sobre todo porque ha sido un poco humillado en clase.

En cuanto llego a mi piso me encuentro con que salen gemidos de la habitación de Toni. Estará follándose a alguna guarra, algo normal, está tan bueno que cualquiera cae en sus pies. Isaías se ríe cuando le digo que escuche, y me dice que llevan dos horas dándole. Que barbaridad.

-Por cierto Abel, esta noche no duermo aquí así que no os preocupéis si no llego después de clase. Se lo iba a decir a Toni pero está muy ocupado como ya oyes jajaja.

-Jajaja pues si, vale tío no pasa nada. Pero ¿y eso? ¿Cómo es que no duermes aquí?

-Pues que voy a ir a casa de una amiga y como tengo que hacer trabajos estaremos hasta tarde. Vive en un pueblo cercano, mañana vuelvo en cercanías y ya está.

-Bueno, pues pásalo bien haciendo “trabajos” jejeje

-¡¡Que mal pensado eres tío!! Tienes la mente sucia

Después de reírnos un rato juntos, Isaías se despidió. Podía haber elegido una excusa mejor, esa no había quien se la tragase. Así que como buen cotilla e investigador nato, le dije a otra amiga suya que si necesitaba ayuda para los trabajos (asignaturas ya cursadas por mi) contase conmigo que no me costaba nada. Esta me dijo que no sabía de que hablaba que aún no habían mandado ningún trabajo para entregar ni hacer en casa. Y así es como descubrí que Isaías ocultaba algo, que no nos quería mostrar, después de pedirle a su amiga que olvidase lo que le había dicho, que no lo comentase a nadie y su extrañada respuesta afirmativa.

César

Tenía que hablar con ella, debía pedirle explicaciones… pero ¿y si era una mujer normal y corriente? ¿Y si me tomaba por loco?

Así que decidí verla igual que la había visto la vez anterior. Soñando.

“De nuevo me encontraba en esa sala blanca, y apareció ella. Pero esta vez era diferente, esta vez yo la estaba esperando.

-Eh, tú. ¿Se puede saber qué coño haces metiéndote en mi vida?

-¿YO?- me dijo ofendida- No he hecho nada caramelito, solo he acelerado lo que estaba destinado a pasar. Además nunca habéis estado totalmente a solas, no me digas que no es una oportunidad única- Me dijo con esa sonrisa suya. Y encima me había llamado caramelito WTF?

-¿Y por qué quieres ayudarme?

-Digamos que me gusta jugar… y ahora sois mi atracción favorita.

Dicho esto desapareció, dejando un aroma a rosas… y a podredumbre”

Vaya, esto me había dejado mucho más confuso. Pues si cree que puede hacer conmigo lo que quiera va lista. No soy el juguete de nadie.