Universidad

Lo que deja dar clases en la universidad.

Me presento, mi nombre es Leo Absalóm, y hace algún tiempo trabaje en la ciudad de Guadalajara, Jalisco (México), como profesor interino en clases de informática. Comenzaba el periodo de exámenes. Aquello parecía un infierno. Aquella Universidad parecía cualquier otra cosa que una escuela. Me dirigí al laboratorio de sistemas para preparar mi clase, ya que cubría un interinato de un amigo. Después de cómo media hora de espera, una plaza quedó vacante, aunque no lo crean, a pesar de ser profesor teníamos que esperar un espacio para trabajar. Me acomode y empecé a expandir todo mi material y a poner en funcionamiento mi laptop. Cuando ya me disponía a empezar, miré de reojo a la persona que estaba enfrente de mí. Ella me miró y sonrió, correspondí de igual forma. No le di la menor importancia.

Mientras me peleaba con algunas notas, noté como una mirada me estaba presionando. Cambié la vista y me di cuenta que ella no dejaba de mirarme. Era bonita. Su pelo largo que le llegaba por la mitad de la espalda y unos ojos castaños preciosos. Sus senos eran pequeños pero firmes y sus pezones se podían distinguir tras su playera, ya que al parecer no usaba sostén. Después de un rato tiempo viéndonos, se acerco y en voz baja me dijo:

  • te he visto desde hace tiempo, das clases en informática, me llamo Isabel.

  • hola me llamo leo. Mucho gusto.

Empezamos a conversar sobre lo que estábamos haciendo. Deduje que era joven por sus libros ya que eran materias de semestres de inicio. En medio de la conversación, noté como su pie iba haciendo contacto con mi pierna, hasta subir a la altura de mis rodillas, buscando entrar entre las dos y tocar mi miembro. No tarde en reaccionar pese a la sorpresa que me había llevado. Ella me miró y sonrió. Me dijo

  • ¿te molesta?

  • No, adelante.

Ella siguió y cada vez estaba más excitado. Me pidió que yo hiciera lo mismo, me daba un poco de sentimiento hacerlo pero pudo mas el deseo y no tardé en comenzar a tocarle. Llevaba una falda holgada me bote el zapato y mi pie se fue abriendo camino entre sus piernas. Noté cómo se humedeció mi pie, lo cual indicaba que ella también estaba excitada. Su semblante cambió a la vez que yo iba recorriendo con mi dedo del pie su clítoris. Podía verse que realmente estaba disfrutando. De repente me quitó el pie, se levanto y se acerco a mi oído.

  • sígueme

Salimos y nos dirigimos al edificio de enfrente, que casi no es usado por ser aun nuevo. Entramos en el baño y empezamos a besarnos. Ella bajó su mano hasta mi miembro y lo empezó a tocar por encima de mis pantalones. Los dos estábamos muy excitados. Sus pezones estaban duros se notaban a través de su ropa, y no pude resistirme en empezar a comérselos por encima de su playera. Su respiración se hizo más profunda. Mientras hacía esto, le desabroché la falda y pase mis dedos por su entre pierna, noté cómo sus bragas estaban empapadas de flujo. Empecé a masturbarla por encima de su ropa, ella siguió rítmicamente con movimientos de cadera. Me aparto de comerle los duros pezones y se agachó para quitarme los pantalones. Mi miembro salió disparado después de tanta opresión. Ella lo miró, empezó a acariciarlo, se lo acerco a la boca para darle besos de manera delicada y pasar su lengua por mi glande. Comenzó a chuparlo pausadamente mientras miraba mi cara de placer. Fue aumentando el ritmo mientras yo la iba siguiendo el ritmo con mis manos en su cabeza. Estaba a punto de correrme y ella lo notó. No paró y descargué dentro de su boca. Ella me correspondió con un caricias y chupadas a mi miembro.

Se levantó y se quitó su tanguita empapada. Su vagina no paraba de emitir fluidos, humedad. La cogí por la cintura y la di la vuelta. Ella se apoyó en la pared y el lavabo, la penetré por detrás. Soltó un gemido de placer. Mi pene entraba y salía, deslizándose por sus lubricados labios vaginales. A la vez que la penetraba, ella se masturbaba jugueteando con su clítoris y acariciándome. Nos podíamos ver reflejados en el espejo que teníamos delante mientras yo arremetía contra ella cada vez con más fuerza. Noté como estaba a punto de correrme por segunda vez. Ella estaba a punto de llegar al orgasmo y cuando gritó de placer, llegó el mío. La descarga fue impresionante.

Saqué mi pene y ella se dio la vuelta pidiéndome más. Se sentó en el lavabo apoyó las manos detrás y abrió sus piernas. Su clítoris destacaba al igual que los abultados labios de su vagina. Le comencé chupar su vagina pasando mi lengua por cada parte de ella, saboreando nuestros líquidos mezclados, con un dedo le acariciaba su anito.

  • ¡!!haaaaaaaaa!!!!

Le sobrevino otro orgasmo, mas intenso que el anterior. Me cogí mi miembro y lo empecé a rozar con su sexo. Ella gozaba con esos roces y en uno de esos momentos la volví a penetrar con tal fuerza que no le dio tiempo mas que arañar mi espalda. Mientras la estaba penetrando con fuerza, la cogí sus pechos y los empecé a tocar con movimientos circulares. Sus pezones seguían duros desde el primer momento, lo cual hacía que mis manos se recrearan más aún. Ella llegó a un orgasmo más y me susurró al oído que yo le diera el mío en su boca el mío. Estando a punto de correrme, saqué mi pene de su vagina y se lo introduje entero en su boca. Descargué lo que me quedaba y ella lo lamió todo hasta dejarlo casi como estaba en un principio.

Nos vestimos y salimos del baño en dirección a nuestros respectivos lugares. Nos sentamos y nos miramos. Ella recogió sus cosas y se levantó. Antes de irse me dio un beso y una nota:

"Ha sido la mejor experiencia, nos vemos el fin de semana en mi casa"

Salio del laboratorio, y el fin de semana fue excitante, aunque fue la última vez que nos vimos.