Uniones (4)

Un beso, sabor tic-tac de naranja.


"¿Y las clases?"

"pienso entrar la próxima semana, ahorita no hay mucho problema porque eran exámenes y la mayoría de las materias las excente"

"Mariana, ¿estás segura de esto?"

"¿Puedes dejar de preguntarlo? Estoy segura"

"¡Es una decisión difícil!"

"¿Y tu insinuas que renuncie ante la idea?"

"Pareces mi padre"

"No me has contado, ¿qué pasó con él?"

"Por favor no quiero hablar de ello"

Ximena salió de la habitación un tanto dolida, llevaban dos semanas viviendo juntas. Cada una en su habitación. Karla venía al menos una vez al día, estaba con Mariana mientras Ximena estaba en el trabajo. Era la segunda vez esta semana que saldrían a cenar las tres y Ximena no podía evitar sentirse como el clásico mal tercio.

Mariana la contemplo salir, sabía que la había herido de algún modo aunque no entendía que fue lo que había hecho. Ximena no había sido sincera con ella desde el principio, la ofendida debería ser ella.

Un tanto molesta le llamó a Karla, le conto lo sucedido y ésta a su vez le dijo que no le tomara importancia, que al rato saldrían y se le olvidaría. Mandandole un abrazo se despidió para media hora más tarde estar en la puerta del edificio.

Ximena iba seria, por mucho que intentase relajarse no lo conseguía, en cambio, Mariana se encontraba como si nada y eso era lo que más le incomodaba a Ximena; que ella se estuviese comiendo el coco por dentro y Mariana gustosa de todo.

En un momento dado su sentido común quedó en otra parte y se encontró tomando a Mariana de la mano y apartándola de Karla para arrinconarla contra la pared y besarla.

Karla intercedió entre las dos. Jaló a Ximena y sin darle tiempo de nada se echó a correr con Mariana. Ximena se quedó sola a la mitad de la calle, con las lagrimas instaladas en sus ojos y sintiendo el corazón en la mano.


Karla llevó a Mariana hasta llegar a un callejón. La abrazó cuando los ojos de Mariana se redujeron a las lágrimas. Susurró en su oído que lo lamentaba, que no debieron llegar a ese punto, y a su vez, Mariana expresó el deseo de no haberse emocionado por el hecho de vivir con la persona que quería, que le gustaba.

Inconsciente de sus acciones comenzó a caminar hasta toparse con una persona que resultó ser su hermano. Ni siquiera se sorprendió cuando éste en lugar de decir alguna clase de saludo comenzó a insultarla. Karla le vio con asombro y lo abofeteo cuando dijo algo que no le agrado ni para mantener un poco la serenidad.

El hermano de Mariana (que para estas alturas necesita un nombre…) aprisionó a Karla entre sus brazos, con el brazo alrededor de su cuello y sin dejarla respirar.

Mariana al borde del de nuevo llanto y desesperación siento unas manos que la agarraban, los amigos de su hermano. Buscó algo en los ojos de Karla que no encontró, no sabía que les pasaría ahora. Tenía miedo de lo que eran capaces de hacer esos hombres.

Entre sollozos le pidió a su hermano que se detuviera, que dejara a Karla en paz. Éste con sus aires de grandeza empujo a Karla y se acercó a la que llamó "su hermanita" y golpeando su vientre le dijo que hasta cuando seguiría siendo una desviada.

Presa del dolor que le propició cayó inconsciente.


Despertó en una cama del hospital con la cabeza con ganas de explotar y sin poder respirar con tranquilidad. A cada inhalación que daba el dolor la hacía ver estrellas y la exhalación quería que no llegase.

Con los ojos entrecerrados fuertemente, el modo en el que había dejado de sentir tanto dolor se disipó al tener unos labios fundiéndose con los de ella. Eran suaves y ese sabor a naranja (causantes por los tic-tac) la estaban haciendo delirar.

El momento fue cortado cuando una de las manos de Ximena rozó el abdomen de Mariana. Un dolor punzante recorrió todo su cuerpo para terminar ahogado en un gemido de dolor entre aquel beso.

"¿Cómo siges?"

"¿Qué te pasó?"

"Nada mujer, yo no importo. ¿Cómo te sientes?"

"Como si me hubiese pasado un tren encima, ¿segura que nada?"

"Un pequeño accidente al chocar con ese tren" dio Ximena mientras le guiñaba un ojo.

Mariana intentó levantarse un poco y como pudo pregunto por Karla mientras unas lágrimas fugitivas escapaban de su ojo izquierdo. Karla se encontraba bien, un par de magulladuras pero Mariana se había llevado la peor parte. Dos costillas fracturadas y una muñeca esquinzada.

Mariana contempló de nuevo a Ximena. Parecía que los cardenales que tenía en su rostro no le dolían. También alcanzó a distinguir un corte largo a la altura de la clavícula. Preocupada de nuevo intentó levantarse para caer sobre la cama con las clásicas estrellitas blancas que intentas seguir con la mirada pero evaden la misma.

"¿Qué te pasó?"

"Nada grave corazón. ¿Por qué no descansas?"

"¿Por qué no quieres decirme?"

"Mejor piensa que tú estás bien y es lo que me importa"

Ximena le dio un beso suave en la frente antes de salir por la puerta de la habitación donde se encontraban.

Mariana estaba con otras dos personas. Un joven al que parecía habían operado del corazón y un señor al que la peritonitis casi le quita el rastro de vida que estaba dejando para su familia.

Karla la iba a visitar mientras se encontraba Mariana ahí. Aún tenían que hacerle ciertos estudios, una astilla de la costilla (:o eso rimó :p) se encontraba en una zona peligrosa al casi tocar el pulmón. Tenían que ver que tan grave podría ser eso. Por el momento le pedían que no se moviese mucho.

Pasados unos días salió y se dirigieron al departamento de Ximena. Tomás, el tío de Ximena se encontraba en la puerta esperándolas. Mariana no lo conocía muy buen pero le agradecía demasiado el hecho de haberla ayudado.

Karla también se encontraba ahí. Karla fue la única que le había dicho enteramente lo que había pasado y Mariana se encontraba un poco defraudada por el hecho de que Ximena no le dijese algo.

Los pensamientos de Mariana se vieron interrumpidos cuando Tomás preguntó sobre la escuela; "Y dale con ese tema" dijo Mariana para sí.

Tenía cierto miedo al regresar a ella. Su familia sabía que y donde estudiaba. No quería sucediese otra vez lo de su hermano. Sin embargo no tenía otra opción. Estaba a un año de terminar.

Se sentía curioso, tener una familia que se preocupaba y la veía más allá de un estorbo en la cocina y economía del hogar. Y luego estaba Ximena, bueno, Ximena era alguien más, mucho más.


Ximena le estaba dando vueltas a su idea. Eran las vacaciones de diciembre, quería hacer algo especial para Mariana pero en realidad no se le ocurría mucho (o posiblemente era que a cada cosa que se le ocurría le encontraba un pero).

Estaba ansiosa y nerviosa. Las cosas entre Karla y Mariana habían terminado (decir terminado me refiero más bien a las intenciones de Karla de ser novia o algo así de Mariana, al menos eso le habían dicho, no por ello la amistad y confianza que se tenían). Así que Ximena esperaba poder tener su primer cita, cita verdadera y personal con Mariana.

Tenía mucho que decir y mucho que hacer si quería que todo saliese perfecto, pero por alguna extraña razón temía que Mariana quisiese ver a su familia ese día. Idea que Karla se encargaba de hacer desaparecer, al menos a momentos.

Una parte de ella decía que estaba loca por pensar que Mariana querría ir a ver a su familia, pero otra parte no se podía evitar preguntar si Mariana tendría rencor para no verlos.

Se sorprendió cuando Mariana llegó al apartamento. En ese momento se atrevió y le preguntó si no tenía nada que hacer la semana antes del día de navidad.

"¿Ah?"

"Que……… ¿Sinotienesnadaquehacerlasemanadenavidad?" No es mi error (bueno, si, es a propósito :p) es que así de atropelladas le salían las palabras ;)

"Jaja. Más despacio, ¿si corazón?"

"…"

"¿corazón?"

"¿Quieres salir conmigo unos días antes de navidad?"

"¿Contigo?"

"Lo siento, lo siento. No debí preguntar eso"

Mirando al suelo no se percato del momento en que Mariana se encontró a su lado. Sus dedos algo fríos por el clima la derritieron cuando tocaron su barbilla, haciéndola levantar la mirada hasta encontrarse con la de ella.

"Me encantaría" dijo Mariana con una sonrisa grabada en su rostro. Sonrisa que hizo volar a Ximena y olvidarse de donde estaba. "Hey, ¿vas a mirarme? ¿Sabes que me gusta cuando pierdes la mirada por mi?"

El color del rostro de Ximena, ya algo sonrojado de por si, tomó un tono casi violeta e intento sonreir algo sin parecer una boba. Al parecer la habilidad desarrollada para dar clases se había esfumado en un santiamén.

Los labios de Mariana se acercaron a los suyos. Ximena intentaba no parecer muy sorprendida pero se había quedado congelada en su lugar, ni siquiera se percato cuando los dedos de Mariana dejaron su rostro y estaban entrelazados con los suyos.

En un absurdo intento cerró los ojos, deseando sentir una vez más aquellos suaves y delicados labios. Casi sin respirar temiendo que el momento se rompiese sintió el cálido aliento de Mariana en su rostro.

Mariana unió su frente con la de ella. Cerró los ojos, deseando probar una vez más aquel sabor naranja. Podía sentir sus labios rozandose.

La beso. Se besaron.

Y desde ese momento es difícil decir que sucedió. Alguien llamó al celular de Ximena, que empezó a vibrar entre ellas. Ximena no quería separarse pero Mariana se hizo a un lado, para que pudiese al menos ver quien llamaba. Cuando vio quien era le dijo que la dejaba hablar y antes de que Ximena pudiese replicar, Mariana se había marchado a su habitación.


Estaba tirada en la cama. Karla la veía, preguntándole la razón por la que la había sacado de su casa esa fría tarde. Al menos había agradecido que Ximena pasara por esa habitación llevándoles chocolate caliente. No es que Karla fuese muy fanática del chocolate caliente, al menos no como Mariana, pero agradecía tener algo caliente que beber.

Contra el marco de la puerta vio a Mariana levantarse con una sonrisa en los labios y la mirada perdida. De verdad ya no entendía que estaba pasando hasta que de los labios de esa chica sonriente salió:

"La besé"

"¿Ah?"

"La besé."

"Hablas de… ¡¿Ximena?!"

"Si, si, y fue… ahhhh"

"Si sigues suspirando así te vas a acabar el aire."

"Es que… sus labios, ese sabor a tic-tac, sus ojos cerrados y como agarraba mis dedos como si temiera que me marchase."

"Si, si… mucha miel para mi. Par de melosas. ¿Qué pasó después?"

"Su teléfono sonó"

"¿Y?"

"Era Tomás, así que la deje contestar y me vine aquí."

"Déjame adivinar, ¿no has salido para nada? ¿No has hablado con ella?"

"No hay más que decir. Digo, vivimos en la misma casa, nos vamos a cruzar en algún momento. Esto no está tan grande."

"¿Por qué la besaste?"

"Me invitó a salir"

Karla contempló a su amiga antes de soltarse a reír un tanto desquiciadamente (aquí podría referirme a desquiciada como sin control :p). Mariana ofendida le arrojó una almohada antes de sonreír por lo que le sucedía a su amiga quien, con un hilo de voz y entre jadeos post-risa descontrolada, le dijo que se le notaba que estaba completamente enamorada.

Mariana decidida le arrojó otra almohada, que chocó contra la puerta de la habitación y levantándose salió del cuarto, llevando su taza vacía a la cocina.


Ximena se encontraba arreglando los últimos detalles. Ese día era su cita con Mariana. Pensaba que podían salir a un museo que posiblemente le gustaría. Después, podrían regresar a casa y comer mientras veían una película en su recamara.

Ya se le había hecho algo tarde a Mariana pero no importaba. Ximena estaba muy ansiosa. Por una parte quería decirle que le gustaba y por otra, sólo le interesaba estar junto a ella sin que nada interfiriese.

El frío llegó a Ximena, quien al girarse se encontró con una Mariana con ojos rojos, que no se atrevía a verla de frente y que cuando se acercó lo suficiente se arrojó a sus brazos sin dejar de llorar.

La llevó a su cuarto. Acomodándose en su cama la siguió abrazando hasta que el llanto se convirtió en una respiración tranquila. Mariana se había quedado dormida.

Con cuidado de no despertar, Ximena apartó un mechón del rostro de Mariana, encontrando un cardenal rojo que se estaba haciendo algo morado. La vio con más atención, descubriendo manchas de sangre seca en su ropa.

Con miedo, angustia y enojo la acomodó entre las sábanas y salió del cuarto. Tomó el celular y le llamó a la única persona que sabía podía ayudarla en ese momento.


Perdonen la tardanza.

Muchas cosas, exámenes, pareja, trabajo, pareja.

Creo que muestro mis prioridades ;)

Delicioso Triunfo! Siempre serás la mujer que amo. Mi inspiración y por quien estaré dispuesta a dar la vida entera.

En otras noticias (ja! Eso se escuchó curioso) felicito a dos personas importantes :D

El 8 fue el "soñaelpmuc zilef" de DT Feliz cumple cariño!

Y por otra parte en un día de septiembre que aún no me dice cual fue cumple de una lectora :p

Felicidades @befree! Ya ‘tas viejita!

Alguna vez han pensado en corregirme? La verdad, me gustaría tener sus criticas, buenas y malas todas son recibidas ;)

Buen día! Noche o el momento del día en que hayan leído esto… por el momento, creo que debo hacer un ensayo sobre los alimentos orgánicos :p

[Awuelita/Dynx]

[Que nadie te entienda no significa que no seas un artista]

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