Unas vacaciones muy masculinas (12)
Tras la cena de nochebuena prosigue la narración de Óscar y Leo hasta que me ofrecen someterme a una muy especial orgia sexual con nabos de 32 cm de por medio ¿Quieres averiguar si afronté el reto?
UNAS VACACIONES MUY MASCULINAS.
Capítulo 12: Reencuentros y otras ceremonias homosexuales
Óscar paró su narración un momento, se levantó y sirvió otra ronda de bebidas mientras decía:
Me parece que nunca había hablando durante tanto rato.
Juraría que sí, la última vez esta mañanarío Kaleb mientras recibía un cojinazo en la cara de parte de Óscar- Por cierto, ¿Puedo por lo menos quitarme esa pajarita tan estúpida?
¡¡¡Noooo!!! -respondimos los cuatro al unísono.
Por favor Leo, -dijo Óscar- continúa tú con la historia mientras voy a buscar un poco de hielo y algo de cicuta para la copa de nuestro socio, el chistoso.
Yo también te quiero, cariño contestó el aludido mandándole un tierno y a la vez cínico beso.
Por favor Kaleb, deja de meterte con él y deja que continúe. Vamos a ver, ¿por donde íbamos? A si, debéis permitirme un pequeño salto hacía atrás en el tiempo. Yo era un chico bien de una célebre familia de Nueva Orleáns venida a menos. Mi única herencia, gracias también a la ayuda de diversas becas, era una licenciatura en ciencias económicas. Hasta que mi familia descubrió mi homosexualidad y entonces decidí pagarme diversos master en dirección de empresas en las mejores universidades de mi país con los 32 cm. de carne que Díos puso en mi entrepierna. Durante el día me convertí en un afamado actor porno, primero en lo que saliera y después dedicándome en exclusiva al cine gay, y por la noche en un aplicado estudiante de postgrado.
"Cuando acabé mis estudios descubrí que un pasado de actor porno es difícilmente olvidable por muchos títulos universitarios y tras cientos de entrevistas de trabajo lo único que conseguí fue convertirme en el acompañante sexual más cotizado en la historia de California. Mi último cliente fue Douglas Hant quien se gastó parte del dinero de su millonario divorcio en disfrutar durante un mes, y en exclusiva, del puto de moda de la ciudad. Al tercer día, intentó impresionarme, trayéndome a Isla Lujuria. Él me asqueaba tanto como la mayoría de mis clientes pero pagaba muy bien y por adelantado y la idea de participar en una de esas orgías de Óscar que Douglas me relató parecía, por lo menos, divertida.
Y entonces sucedió, al bajar del helicóptero, descubrí al hombre más atractivo que había conocido nunca. Subí a su lado hasta la casa y se ofreció a acompañarme a nuestra habitación. Continuamos hablando mientras a cada minuto me convencía más de que Óscar podía ser el hombre de mi vida hasta que viví el momento más mágico de mi vida. Me desnudé ante Óscar y él, en vez de perderse en mi entrepierna- me miró con ternura a los ojos y me besó como nunca lo habían echo antes y salió corriendo y asustado de mi habitación. Lo seguí hasta que se encerró con llave en esta habitación; escuché tras la puerta y oí su llanto desconsolado. Deseaba abrazarlo, mimarlo y consolarlo hasta que oí la voz de Douglas llamándome a gritos. Decidí cumplir mi acuerdo, y como buen actor, me convertí en el amante sumiso que éste había contratado. Al cabo de unas horas, Óscar salió de a la piscina mientras yo me dedicaba enteramente a mi trabajo y pude ver nuevas lágrimas en sus ojos vidriosos. Tres días antes de la finalización de nuestro acuerdo comercial, Douglas me regaló un par de grandes maletas, las cargó en su Porsche junto al resto de mis pertenencias y me dijo:"
"- Tienes la noche libre, cielo, la necesitaras para preparar tu equipaje
¿Maletas, equipaje, de que va esto Douglas? pregunté aturdido- Ya hice mi equipaje esta tarde
Sé que quieres a Óscar Bardagós y creo que él está también enamorado de ti, Leo. Lo supe cuando cruzásteis esa mirada en la piscina, cuando él se fue de improvisto, cuando esa noche al hacer el amor perdiste tu mirada hacía el retrato de él que había en la habitación. ¿Me equivoco?
Lo siento, Douglas respondí azorado- Creí que podría disimularlo. ¿De verdad se nota tanto?
Nunca fuiste tan buen actor como creías, Leo. me reprendió Douglas- Mañana a las nueve salimos hacía Isla Lujuria. Yo no pienso quedarme allí. Pero creo que tu si lo deseas.
Gracias Douglas añadí- Siento no haberme dado cuenta de lo especial que eres. Deseo que algún día puedas encontrar finalmente al hombre de tu vida..
Le encontré, querido contestó con voz entrecortada mientras las lágrimas recorrían sus mejillas- Pero, con todo el dolor de mi corazón, mañana le reuniré con el hombre de su vida. Supongo que algun día seré capaz de alegrarme por vosotros."
Por favor Leo le cortó Óscar mientras servía finalmente las bebidas- resume o nos saldrá el sol.
Esta bien, querido. Como ya sabéis tan pronto como llegué, y tras despedirme de Douglas, subí corriendo hasta la habitación de Óscar y tras llamar al timbre y decirle que lo amaba y saber que él sentía lo mismo, lloramos, nos besamos, tuvimos una sesión de sexo impresionante y nos juramos amor eterno. Pero creo que esos detalles no os interesan, ¿verdad?
A mí si querido replicó Kaleb- juraría que conocer todos los detalles de ese día ha de ser excitante en una noche tan calurosa como esta.
Kaleb, por dios contesté- ¿De verdad no te ha emocionado su historia?
A decir verdad, a la duodécima vez de escucharla, pierde mucho aclaró Kaleb- No, en serio, es una historia maravillosa. Pero de verdad, ¿soy el único que se está asando de calor?
Realmente y ahora que lo dices añadió papá- Me estoy asando. Y por lo que veo, Leo y Aleix también.
¿Y alguien se acuerda de que tenemos una piscina olímpica convenientemente iluminada donde podríamos continuar esta conversación más fresquitos y sin sudar como pollos? dijo kaleb-
De acuerdo, socio. Lo mejor seria darnos un buen baño y continuar allí con la historia dijo Óscar- ¿Te parece bien Aleix?
Te asegura que a estas alturas, nada me encantaría más primito respondí mientras le guiñaba un ojo- Pero, sinceramente, espero que sea algo más que un baño.
Pues vamos a ello. dijo Leo mientras se arrancaba de un golpe la camisa y la chaqueta- El último en llegar paga la próxima ronda.
Y así fue. En cuestión de segundos habíamos olvidado la formalidad de la cena y nos convertimos en cinco hermosos hombres desnudos que atravesaban la mansión corriendo como locos hasta el trampolín para tirarnos de cabeza a la piscina. El orden de llegada fue el siguiente, primero papá seguido de cerca por Kaleb y un servidor, Óscar y tras él Leo.
Poco a poco, el ambiente en la piscina se fue caldeando y los típicos juegos acuáticos se convirtieron en sensuales tocamientos, abrazos, manoseos y besos de toda índole de explícito carácter sexual y cuando nuestro baño nocturno estaba a punto de convertirse en una desenfrenada orgía, Kaleb trepó a la tarima del centro de la piscina, emitió un fuerte silbido que nos hizo prestarle atención y dijo algo que me descolocó por entero:
Creo que uno de los presentes no está bautizado.
El bautizo de Isla Lujuria, Dios mío se sorprendió papá- ni me acordaba de él.
Alto gritó Leo- Creo que debemos preguntarle a Aleix si desea someterse a eso.
¿A mi? respondí anonadado- ¿Alguien puede explicarme de qué va eso del bautizo?
Muy bien querido sugirió Kaleb tras zambullirse de nuevo- acompáñanos a la capilla y allí te ponemos al corriente de todo.
Kaleb me cogió en brazos y me llevo como si de una novia me tratara hasta una habitación cerrada al fondo de la piscina. Mientras los demás nos adelantaban para abrir la puerta el árabe me besó dulcemente en la mejilla y me susurró: "Es mucho más excitante de lo que parece, querido, pero no quiero que te sientas obligado a hacerlo por mi culpa. Si no lo deseas o no lo ves claro, yo mismo te sacaré de allí"
Estaba iluminada con haces de luz de tonalidades rojas y azuladas y la única decoración de la misma eran diversas cadenas y arneses que colgaban del techo.
Verás querido, al principio cuando la isla era de uso gratuito respondió Óscar- Todos mis invitados, en su primera visita a la isla, debían someterse a una prueba iniciática consistente en entregarme su cuerpo a mí y a cuatro de mis chicos durante una hora. Atado a estos arneses y cadenas que lo dejan totalmente suspendido a la altura necesaria para que los demás puedan disfrutar de su cuerpo con total libertad.
No parece nada del otro jueves responí con chulería- Vamos a ello.
No querido. Espera contestó papá agarrando una especie de cinto de cuero ajustable y un especie de minúsculo alternador eléctrico- Colocaré este sofisticado artilugio eléctrico rodeando la base de tu pene y mediante impulsos eléctricos por control remoto impedirá tu eyaculación.
Esa es la peor parte de la tortura continuó Kaleb- Tus huevos estarán a punto de explotar, tu pene podrá ser acariciado y lamido hasta llegar a su estado máximo de erección y sensibilidad. Tu prepucio arderá ante cada lamida, puede que llores de dolor con cada caricia, pero te puedo prometer que cuando prescindas de ese dolor te entregarás a un placer indescriptible. ¿Aún estás tan seguro, Aleix?
Los cuatro habéis pasado por esto, ¿verdad? respondí agarrando y oprimiendo con fuerza el escroto de mi interlocutor- ¿Qué te hace creer que yo no voy a ser capaz?
Ahhh.. Ahora mismo te creo capaz de todo -gimió Kaleb con voz de soprano mientras los otros tres se partían de risa-
Me puse enteramente en manos de los cuatro hombres. Me tendieron en el suelo y colocaron cuatro argollas de piel mis tobillos y en las muñecas. Ataron una especie de arnés como de escalador a mi cintura del que salían unas finas cintas que rodeaban cada una de mis ingles, y otro en la parte alta de mi pecho oprimiendo el contorno de mis pezones y resaltando éstos cuatro argollas más oprimieron mis rodillas mi antebrazo. Óscar apretó un botón y mi cuerpo ascendió algo más de un metro, otro botón hizo elevar y separar mis piernas hasta dejar mi culo y mi sexo totalmente expuestos y en pompa, un tercero elevó mis brazos dejando mis axilas totalmente expuestas y el último alzó ligeramente mi pecho dejando mi cabeza ligeramente balanceada hacía atrás.
Mi padre, con mucho ceremonial colocó y ajustó la especie de pulsera a mi pene y encendió el alternador. Tras lo cual Óscar, conectó un gran cronómetro que había sobre la puerta y dio por iniciada la sesión.
Kaleb empezó a pasear lentamente sus casi 20 cm. de sexo por cada orificio de mi cara, papá se colocó cerca de mi pene y empezó a lamerlo muy lentamente de arriba abajo sin llegar a mi prepucio, Óscar se arrodillo tras mi ano y empezó a penetrarlo con su lengua y, finalmente, Leo empezó a lamer mi axila derecha para pasar después a mordisquear mis tetillas con la suavidad y la ternura que le caracterizaban.
Este juego siguió unos minutos y entonces Óscar empezó a penetrarme mientras los 32 centímetros de Leo se convertían en objeto de mis lamidas, y conseguía introducirlos, solo en parte, hasta que rozaron mi campanilla y Kaleb se colocaba ante papá y entre ambos se dedicaban a comerse con glotonería mi pene y
Al cabo de un rato oleadas de placer empezaron a invadir mi cuerpo y supe que me iba a correr como nunca lo había hecho Y entonces lo sentí: era como si miles de pequeños aguijones se introdujeran en la base de mi pene. Fue solo un instante pero bastó para que mi semen retrocediera de golpe hacía atrás. Me contorsione violentamente, escupí el pene de Leo y levanté como pude la cabeza esperando ver mi pene en su más lastimoso estado de reposo. No era así, mi pene conservaba una erección impresionante y desaparecía y aparecía entre los labios de Kaleb al tiempo que notaba un ligero y cada vez más agudo escozor en la punta del glande.
Te sientes bien se preocupó Leo acariciándome la cara- ¿Ha sido demasiado fuerte el calambrazo?
No. No ha sido el calambrazo es un piercing o algo así en la lengua de Kaleb dije mientras agarraba e introducía de nuevo el pene de Leo en mi boca.
Querido replicó Óscar- Kaleb no lleva nada en la boca es tu glande que se siente tan sensible como si acabaras de eyacular. Esa sensación irá cada vez en aumento.
Prométeme que no te harás el fuerte y que nos pedirás que paremos si te encuentras molesto me susurró papá al oído mientras reemplaza a Leo quien ocupaba su sitio.
Sin secretitos chicos, solo quiero oírlos gemir de placer dijo Óscar mientras dejaba mi ano a Kaleb y ponía se arrodillaba a un lado de mi cara para besar mi cuello y mis lóbulo y discretamente me decía- No quiero que te hagas el héroe.
Vale, tios, -chillé- Ya está. No soy una criatura. Leo deja de sufrir cada vez que me contorneo. si quiero parar serás el primero en saberlo papá. No voy a hacerme el héroe con vosotros, primo. Y por favor, Kaleb deja esa sonrisa maliciosa y concéntrate en follarme en vez de en hacerme o no daño. Y ahora que todo está aclarado, ¿podemos continuar?
Se produjo un silencio sepulcral y todos reemprendimos la actividad aprovechando que tenía a la misma altura los penes de Óscar i mi progenitor empecé a lamerlos a turnos hasta que ambos juntaron sus penes a la altura de mi boca para facilitarme el trabajo. Leo estaba comiéndose la mía con su dulzura habitual pero trabajando deliciosamente toda la zona de mi glande que aún notaba molesto mientras Kaleb reemprendía con mucho ímpetu su cogida a la vez que cortaba la tensión con una de sus charadas.
Realmente este niño no ha heredado nada del carácter de su madre. Es un Bardagós de la cabeza a los píes sobretodo en lo del centro entre ambos.
Nos reímos todos un minuto mientras de nuevo sentía que mi pene palpitaba de nuevo a punto de desbordarse. Leo lo notó y dejó de succionarme al tiempo que un segundo calambrazo tenía el mismo efecto en el que el anterior y de nuevo mi cuerpo se convulsionó. Esta vez, ninguno de los chicos hizo nada y yo continué jugando con el pene de mi padre mientras Óscar me besaba y lo compartía conmigo, Kaleb pareció no darse por enterado y Leo paseó de nuevo su lengua sobre mi glande como hacía antes pero esta vez el hormigueo se convirtió en un dolor agudo y su lengua me pareció una pesada losa pero me negué a dar orden de parar aguanté como en verdadero hombre y asumí y me concentré en el placer que me estaban proporcionando y lo conseguí hasta que Kaleb y Leo decidieron cambiar sus puestos y a un nuevo calambrazo y al fuerte escozor tuve que sumar el miedo a que éste me desgarrara con tan impresionante con tan impresionante pedazo de carne. La lengua de Kaleb sobre mi polla, al que se acababa de unir Óscar me mordisqueando mis testículos que parecían querer explotar, me producía un dolor casi insoportable y casi de inmediato se produjo otro calambrazo y sentí como con cada lengüetazo me despellejaran el pene y los testículos. El dolor parecía lo más insoportable del mundo hasta que al cabo de un par de minutos sucedió de nuevo y me sentí morir. Kaleb a quien casi arranco el prepucio de un mordisco me susurró al oído:
Concéntrate en el placer y olvidarás el dolor. Yo miraré de olvidarme del riesgo de que puedes arrancarme el nabo de cuajo tras el próximo calambrazo.
Intentaré recordarlo dije con la boca llena.
Y lo hice, miré a mi alrededor, detrás de mí estaba Kaleb, delante mi padre, un hombre maravilloso que estaba penetrándome con cara de dulzura sin perder de vista el reloj y alentándome con gestos discretos, Leo y Óscar se peleaban como niños por lamer mi pene mientras se cruzaban tiernas miradas entre ambos y con Kaleb a la vez que procuraban ser lo más tiernos y cariñosos del mundo conmigo. Pensé en todo lo que había pasado en los últimos tres días, en la parodia de boda y en lo que quería al hombre con quien había jurado compartir mi vida. Todo eso me permitió concentrarme en el placer que sentía en cada poro de mi piel, mientras lentamente ese dolor que ahora ya recorría todo mi cuerpo fue desapareciendo y dejé incluso de sentir el efecto de los calambrazos mientras gemía cada vez que Kaleb dejaba libre mi boca. Empecé a sudar como un condenado mientras mi cuerpo ahora únicamente recibía calambrazos de placer. Y de repente, los cuatro rodearon mi abdomen y mi entrepierna y se corrieron más o menos (más bien menos) al unísono sobre mi dejándolos convertidos en un espeso río de semen al tiempo que me liberaban del arillo de piel y de sus electrodos y mi pene abocaba trece colmados trallazos que se perdieron sobre mi cuerpo y por el resto de la habitación. Cuando acabé de desfogarme Óscar hizo que me girara hacía el cronometro mientras los cuatro aplaudían y papá me besaba orgulloso. Miré el resultado: 1 hora y veintisiete minutos.
Por cierto, chicos pregunté emocionado- ¿Cual era el premio?
De momento una buena ducha respondió papá besándome mientras los otros me deataban- Te la has ganado, cariño. ¿Te he dicho nunca que me sentía muy orgulloso de ser tu padre?
Si, Ernest repliqué mientras me incorporaba y el semen de todos caía caía por mis piernas hacía el suelo- ¿Y aparte de la ducha habrá un premio?
De entrada mi historia contestó Kaleb- y después ya hablaremos de premios, cielo.
Por cierto Kaleb. le comenté en privado mientras salíamos de la habitación- Gracias. No lo habría conseguido sin tí.
¿Cómo dices? teatralizó gritando mientras pellizcaba mi culo- Creo que me estoy quedando sordo, cielo. Por cierto, yo ya me acostumbré a esto, pero continúa gustándome.