Unas vacaciones muy masculinas (11)

El fantasma de los celos se apodera de mi al ver a mi padre despuesto a entrar en los juegos eróticos de su primo. Pero conocer a éste y a sus amantes desvelará mis dudas.

UNAS VACACIONES MUY MASCULINAS.

Capítulo 11: Cuento de Nochebuena

Y de repente, al ver a papá desnudándose para abandonar la habitación y meterse en esa piscina con siete hombres deseosos de su cuerpo perfecto, apareció en mí el fantasma de los celos lo que provocó nuestra primera pequeña crisis de pareja.

Papá, lo mires por donde lo mires esta situación es dantesca –exclamé- Tu primo es un descerebrado que solo piensa con la pene.

Aleix, ¿pero que tonterías dices? –dijo papá como si hubiera dicho una majadería.

¿Tonterías? –grité acaloradamente- Por favor, Kaleb es su esclavo sexual y lo comparte con todos los demás mientras el debe estar dándose el lote con ese tipo de la elefantosis y los otros cinco. ¿Crees que eso es normal?

Es mi primo y no pienso juzgarlo. –gritó ahora papá-

¿Pero no lo ves? Esa piscina parece un prostíbulo gay y Julián una madame de tres al cuarto.

Sabes muy bien que ese no es el problema –gruño mi padre- No pienso discutir por un infundado e infantil ataque de celos sin ningún fundamento. Digas lo que digas, bajaré y si tú no quieres hacer lo mismo puedes quedarte leyendo, mirando lo tele o haciendo lo que té de la gana

Por favor, papá. –sollozé como una criatura- Regresemos a la Habana y podemos

Basta ya, Aleix, deja de comportarte como una criatura y haz que regrese ese hombre maduro del que me he enamorado. –dijo conciliador mientras me abrazaba muy tiernamente- Querido, hemos venido aquí para estar con Óscar y vamos a hacerlo. No hace falta que aceptes su modo de vida; pero es nuestro único pariente vivo y no tenemos ningún derecho a juzgarlo.

Pero papá

Sabes que contigo tengo todo lo que necesito y mucho más. Y si para estar unas horas con mi primo he de participar en una orgía desbocada, lo haré sin dudarlo porqué eso no cambiará nada lo que siento por ti. –dijo mientras me atusaba el pelo- Respetaré tu decisión si decides perderte la oportunidad de conocer a un hombre que se ha atrevido a vivir una vida que muchos se limitan a soñar, a novelar o a plasmar en guiones de cine y que lo haga sin hacer daño a nadie, pasando de convencionalismos y lejos de las miradas de la sociedad. Si lo deseas nos iremos después de la cena, que para tu información será a las 10 y es una de las pocas ocasiones en que Isla Lujuria exige ir vestido y de etiqueta. Pero por favor, no me niegues pasar un par de horas con él.

Tienes razón papá –dije secándome las lágrimas - Lo siento soy un estúpido.

No cariño, no eres tonto. Sencillamente eres un hombre enamorado. Bésame, cielo.

Me desnudé a toda velocidad, agarré a mi padre del pene y lo conduje hasta la piscina. Al vernos aparecer, Óscar abandonó su felación subacuática a los más de 30 cm. de pene erecto de Leo y salió del agua con su nabo de 21 cm. totalmente empalmado al tiempo que decía:

Gracias por bajar queridos. Y siento mucho haber sido el causante de vuestra pequeña bronca de hace unos minutos. Perdona Aleix –continuó ante mi cara de extrañeza- una de vuestras ventanas da a vuestra habitación y sin poder evitarlo lo hemos oído todo.

Lo siento Óscar. –me excusé- No pensaba sinceramente nada de lo que estaba diciendo. La verdad es que yo solo

No digas nada Aleix –dijo Óscar mientras me abrazaba muy tiernamente y se dirigia a papá- Ernest, eres un hombre muy afortunado por tener a tu lado a alguien tan especial. Y, ¿Por cierto, os gustaría ver la puesta de sol en el embarcadero con nosotros? Leo y yo os queremos hacer una propuesta que creo que os parecerá interesante.

Nos fuimos los cuatro al embarcadero, delante Óscar y papá hablando de sus cosas y tras ellos Leo -que resultó ser una persona muy amable, abierta y un gran conversador- y yo, y cerrando el grupo Kaleb con un carrito de bebidas.

Pocos metros antes de llegar al muelle nos desviamos hacía una glorieta en la que había una mesa de cristal, media docena de sillones de mimbre y diversas tumbonas distribuidas alrededor de ésta. Papá y Leo se sentaron cara al mar y Óscar y yo frente a ellos.

¿Os parecen bien unos Dry Martíni –dijo mientras discretamente acariciaba sus testículos tras el carrito- o preferís algo más fuerte?

Perfecto Kaleb -le dije mientras alargaba mi mano para sobar pícaramente su apetitoso culo mientras los demás esbozaban una sonrisa - Creo que tienes razón papá, ésto me va a gustar.

Kaleb sirvió las bebidas y proseguimos con la conversación en que las bromas y anécdotas sexuales se alternaban con abrazos, caricias y sutiles tocamientos cada vez más subiditos de tono.

Leo, creo que es hora de ir al grano –empezó a hablar Óscar- Se lo cuentas tu mismo, por favor.

Hasta que decidí instalarme definitivamente a vivir con él. La situación de Isla Lujuria era crítica, la renta que tú le pasabas cada año apenas duraba unos meses. Hacía tiempo que los 1000 millones habían pasado a mejor vida a principios del segundo año y durante el tercero esto naufragaba con las deudas. Kaleb y yo, a espaldas de Óscar, invertimos todo nuestro dinero para intentar salvarle de la ruina pero al cabo de unos meses la cosa estaba de nuevo para irse al garete. Hablamos con Óscar y le informamos de nuestra situación financiera real: si en dos meses no ocurría un milagro nos veríamos en la ruina

¡Pero, joder Óscar! –intervino papá enfadado- ¡Te paso un millón de euros al año, ostia!

Bueno, pues a eso vamos, primito, tranquilízate, y deja que te cuente el resto. Me encerré en mi ala privada de la casa y estuve días sumido en una profunda depresión, hasta que se me ocurrió la salvación más fácil: ¿si hasta entonces había sido el putero, porqué no podía ser la madame?. Cerramos la isla unos meses y pasamos con lo justo hasta que llegó tu nueva asignación anual y la invertimos toda en promocionar en los círculos gays del mundo entero nuestro club vacacional solo para hombres. Y, oh sorpresa, al cabo de un par de meses, cuando ya lo dábamos todo por perdido, empezaron a llovernos solicitudes. La gente se pegaba por estar aquí y eso que fijamos la tarifa inicial en 25.000 dólares por persona y noche. Al cabo de unos meses, y al no poder responder a la oferta, Kaleb creó una página web y subastamos las reservas. Te escandalizaría saber las millonadas que es capaz de pagar la gente por vivir sus fantasías más escondidas en el rincón paradisiaco más discreto de la tierra.

En definitiva –aclaró Kaleb- el dinero entraba a espuertas y decidimos invertirlo y ahí va la sorpresa: nuestra inversión fue una empresa que seguramente conoces muy bien, Ernest, ANDROS INTERNACIONAL

¿Será una broma verdad? –exclamó papá mirando fijamente a Óscar.

No, no lo es. –contestó Leo- Tienes delante de ti a los propietarios de tu directo competidor en el mundo de la hotelería y la restauración

Pero, ¿Cómo es posible que…?

Calla y escucha. –prosiguió Óscar- Según mi testamento, el 33% de ANDROS, mi fortuna personal, la isla y otras propiedades repartidas por todo el mundo pasarán a mi muerte a manos de Aleix.

¿Cómo dices? –repliqué- ¿Pero, si hasta hoy, ni me conocías?

Te conozco mucho más de lo crees –contestó- Eres la viva imagen del primer hombre al que quise de verdad aunque siempre me negué a aceptarlo. Y precisamente, a ese hombre es a quien quiero proponer la fusión de ANDROS y BARDHOTELS y la creación de uno de los primeros grupos hoteleros del mundo.

Joder, Óscar –dijo aún sin creérselo, papá- me acabas de dejar de piedra. La oveja negra de la familia se ha convertido en un crack de los negocios y además lo ha hecho a mis espaldas.

Perdona querido, pero el mérito es de los tres –agregó Óscar señalando a sus socios- Sin su ayuda continuaría siendo el baldragas de siempre. Bueno, ¿que te ha parecido la oferta?

Deberíamos consultar los términos de la fusión con nuestros abogados. –continuó papá con una teatral cara que quería ser seria- Hablar de la situación de los empleados,

Hombre no creo que vaya a haber ningún problema por nuestra parte –replicó Kaleb sorprendido-

Vamos, papá, -corté la intervención del árabe- no seas borde y dile la verdad.

La verdad es, la verdad –empezó a decir papá intentando introducir el factor sorpresa- La verdad, es que estaríamos encantados de ser vuestros socios, ¿verdad Aleix?

Si, Óscar –dije levantándome y besándolo- De verdad que te agradezco todo. Aunque espero no heredar nada hasta dentro de un montón de años.

Eso mismo esperamos todos –replicó papá- abrazando también a su primo.

Vamos primos, dejaros de tonterías y vayamos a vestirnos para la cena. Kaleb, quiero verte sentado en la mesa y con el esmoquin que te regaló Leo. Sabes que no pienso aceptar un no por respuesta.

Lo haré pero pienso vengarte de que me obligues a ir disfrazado.

Vete acostumbrando a eso Kaleb –dijo papá mientras saltaba divertido a su espalda- Estoy pensando en ti como director general de I+D de nuestra nueva empresa y no pienso dejarte andar por las oficinas centrales como dios te trajo al mundo.

La verdad, Ernest –dijo Kaleb riendo- estoy pensando que lo de fusión no es tan buena idea.

Lo siento querido pero creo que tienes las de perder –dijo Leo mientras le daba una sonora nalgada a su socio- somos 4 contra 1.

Y así, entre bromas, subimos hasta la mansión. 10 minutos más tarde estábamos los cinco elegantísimos en el comedor privado de Óscar, Kaleb y Leo. Tres de los cinco chicos que vimos en la cocina ejercieron de camareros y los otros dos eran el cocinero y su pinche.

La cena trascurrió entre bromas, comentarios, chistes y juegos cargados de dobles intenciones. Dos horas más tarde nos sentábamos los cinco en el salón para continuar nuestra conversación. Pasadas las doce de la noche, y después de desearnos una feliz navidad, pasamos al salón de invitados mientras Kaleb daba permiso a los camareros para retirarse.

Lo ves Kaleb –ataqué- estás impresionante con este chaqué.

No mientas Aleix –contestó con una sonrisa maliciosa- tal como tu padre y tu mirasteis mi culo esta tarde al salir de vuestra habitación, tengo muy claro que os gusto mucho más totalmente desnudo.

No te diré que no. –respondió papá- Pero vestido tampoco estás nada mal.

Por favor, Ernest, esto es humillante -dijo Kaleb sobándose ostentosamente el paquete- Además me pica todo y sobretodo los huevos.

A ver Kaleb –dijo Leo- Te compré dos docenas de calzoncillos, dos de tangas y dos de bóxer. ¿No te ha gustado ninguno?

En mi vida he llevado ninguna prenda que oprimiera esto –replicó el árabe mientras señalaba su entrepierna - y te dejé muy claro que no pienso hacerlo a partir de ahora.

Eso… ya lo veremos –se rió papá.

Eso ya está visto para sentencia –replicó Kaleb- Tema cerrado.

Por cierto, primo –aventuré a decir- Hay algo que me intriga de tu vida: ¿Por qué decidiste aislarte del mundo? Y, lo más importante, ¿De donde has sacado a dos tíos tan especiales?

Bueno –contestó el Óscar- la verdad es que fueron una serie de afortunadas coincidencias todas ellas relacionadas con el sexo y la lujuria.

No hace demasiada falta que profundices en los detalles –dijo Kaleb- No creo que a Aleix le importen nuestras intimidades

¿Bromeas? Eso es precisamente lo que deseamos saber –contestamos al unísono papá y yo.

Leo, querido –añadió Kaleb entre sonrisas- ahora somos ambos quienes tenemos las de perder; recuerda: son 3 contra 2. Además, siempre es tranquilizador descubrir que la afición a todo lo morboso de Óscar no es para nada enfermiza; más bien diría que tiene algo que ver con sus genes.

Pues vamos allá. Tras descubrir, casi al mismo tiempo, mi homosexualidad y que mi tercer divorcio me había dejado arruinado, me vi obligado a vender mi participación en BARDHOTELS a mi querido primo que, con muy buen tino, me aseguró una renta vitalicia y me ofreció vivir en su casa en vez de darme el dinero para que lo dilapidara en cuatro días y, así además, tenerme bajo sus alas protectoras. Su gesto me hizo descubrir que siempre amaba con locura a ese hombre maravilloso y entonces… -se cortó y miró a papá con dulzura- Perdona Ernest, creo que estaba a punto de contar algo que puede resultarte muy doloroso. Si quieres….

Ya, no querido –le interrumpió el implicado- Hace un par de días, y gracias a Aleix, enterré finalmente todos los fantasmas de mi pasado.

Me alegro de eso, Ernest. –continuó su primo mientras le daba un tierno abrazo- Pues, continuando, estaba locamente enamorado de tu padre y me dediqué en cuerpo y alma a intentar acostarse con él aunque fuera una sola vez: use todas mis armas de seducción, me paseé desnudo ante él, empecé a hacer deporte para coincidir con él en su gimnasio, me humillé mil y una veces… pero no conseguí nada de él.

"Así pues, y con el corazón hecho trizas por los desaires de Ernest, hice lo que mejor he hecho en mi vida, evitar el problema y darme la juerga padre para olvidarlo todo. Fui a una agencia de viajes y contraté un largo y lujosísimo crucero por el Caribe. Y como siempre, la cagué, me gasté una fortuna en un crucero y un dineral en sexo insulso con hombres por los que no sentía nada en absoluto y en los que únicamente buscaba un parecido a Ernest."

"El mismo día en que regresé, falleció Klaus, el asistente e íntimo amigo de Ernest, tras una larga enfermedad. Mi primo cayó en una honda depresión y me convertí en su consuelo en esos duros momentos. Y, tras su entierro, Ernest me confesó su "relación especial" con el fallecido. A medida que éste profundizaba en su relato me di cuenta de que yo nunca podría ser el hombre especial que mi primo deseaba. Él creía en el verdadero amor y yo no hubiera podido prometerle ni un mes de relación estable."

"Puse tierra de por medio, una vez más, aceptando la invitación de un amigo mío para pasar unos días en una isla caribeña propiedad de su nuevo amante, Douglas, el fingido marido de una estrella de cine en declive y totalmente arruinada y, tras un par de buenos orgasmos con el maridito, me hice con la isla por un precio módico y urdí mi nuevo plan de vida haciendo realidad Isla Lujuria."

"Tras unos meses de sexo indiscriminado y de vivir en mi mundo gay sin tapujos seguía sin poder olvidar Ernest, y entonces decidí jugar mi última carta con él, lo invité a mi nueva casa y le monté la orgía gay más lujosa que he organizado nunca. Ernest, como el hombre valiente y decidido que siempre ha sido, asumió mi juego sin condiciones, se convirtió en el alma de la orgía y se acostó en mi cama."

"Nunca había tenido una relación sexual tan deliciosamente tierna como la que tuve esa noche con él, nos acariciamos, nos abrazamos, nos besamos, nos lamimos y me penetró con toda su dulzura. Por primera vez en mi estúpida vida, y entre sus brazos, me sentí totalmente feliz y realizado. Ernest se durmió como un niño mientras mi mente planeaba un futuro delicioso a su lado, cuando mis peores pesadillas se hicieron realidad, acaricié a Ernest y él se desperezó un instante y emitió un casi imperceptible "Te quiero Klaus" que me devolvió a la cruda realidad. Me puse de espaldas a él y pasé el resto de la noche sin poder dejar de llorar. Ahora lo sabía, me podía acostar millones de veces con el hombre al que amaba pero debía aceptar que su corazón nunca me pertenecería."

"Y, aunque nunca lo supo, Ernest creó a este monstruo lujurioso capaz de hacer cualquier cosa por puñetero despecho, ja, ja, ja, -se rió Óscar mientras lanzaba un cómico beso a papá- Lo siento, querido, es una broma muy cruel. Hasta que, unos meses después, un hombre maravilloso aterrizó en mi isla.

O sea, un servidor –aclaró Leo-

No seas pamplinas, Leo –le cortó Óscar- Vereis, el trato de compra de mi propiedad incluía implícitamente las visitas periódicas de Douglas, el exmarido de la anterior propietaria, y de sus guapísimos amantes masculinos. En esa visita me sorprendió con un tipo de lo más normal, que se presentó como "Leopold Bouvieux, de Nueva Orleáns" y ante mi cara de extrañeza, mi invitado me susurró: "Espera a verlo desnudo y ya me contarás".

"Pero no tuve que esperar tanto, mientras subí a su lado hasta la casa, descubrí que tras esa fachada de absoluta normalidad se ocultaba uno de los hombres más maravillosos que había conocido Dejamos a Douglas en la piscina divirtiéndose con los chicos y continuamos hablando mientras le mostraba la habitación y le ayudaba a deshacer el equipaje y puedo prometer, y de hecho os prometo, que antes de que se desnudara y me descubriera sus encantos ocultos, me enamoré como un pardillo de mi Leo."

"Hablando y hablando, le expliqué las normas de la casa, y Leo sin tapujos dejó caer al suelo sus ropas y soltó ante mis incrédulos ojos su increíble pene en estado de erección. Y entonces ocurrió algo maravilloso, mis ojos no se concentraron en su miembro, sino en su mirada tierna y taciturna. Sin saber el motivo me dirigí hacía él y lo besé apasionada y tiernamente y tras eso, salí corriendo y me encerré en mis aposentos privados para asimilar todas esas sensaciones olvidadas que Leo había despertado en mí"

"Al cabo de mucho tiempo salí a ejercer mi papel de anfitrión y mi estómago se revolvió al ver los 32 cm. de Leo como protagonistas de una orgía desbocada que se desarrollaba en mi piscina. Deseaba arrancarle de todo eso y continuar hablando con él y conocerlo totalmente. Y volví a hacer lo que siempre había hecho. Inventé una excusa, cogí mi helicóptero y desaparecí de la isla hasta después de su partida"

"Regresé unos días después y me sumí de nuevo en mi soledad hasta que, un mes después y sin previo aviso, me informaron por radio de que helicóptero de Douglas aterrizaría en mi isla en un cuarto de hora. No me molesté ni en ir a recibirle. Me encerré en mi habitación y volví a deshacerme en lágrimas hasta que sonó el timbre de mi puerta. Miré por la mirilla y me encontré con Leo totalmente diciéndome "si me quieres tanto como yo a ti, por favor, déjame pasar"