Unas vacaciones inesplicablemente placenteras 2

Sigo descubriendo el placer con esa maravillosa familia, que creia conocer desde siempre.

Estoy de pie ante la cama, mientras Luisa completamente desnuda me desnuda sin dejar de acariciarme, yo acaricio su piel blanca y suave, cuando aparece Julio a mi espalda.

-hola preciosas, puedo quedarme?

-claro, siéntate en el sillón –le dijo Luisa-

El obedece, se sienta, cruza la pierna mientras ella sigue besando cada rincón de mi piel, de rodillas en la cama, me da la vuelta y saca mi camiseta del todo, dejando mis tetas al aire, mis pezones se endurecen bajo la mirada de Julio, que se pasa la lengua por los labios mientras Luisa pellizca mis pezones para él, para excitarle, yo echo la cabeza hacia atrás y me besa, me chupa los labios, solo se separa para bajarme el pantalón corto junto con mis braguitas.

-mira que buena esta Julio, este chiquilla esta riquísima.

-ya Luisa túmbate en la cama ahora, quiero ver como andas de mojada.

Ella mira a un Julio sorprendido por mi voz de mando y sobre todo por los movimientos sumisos de su mujer. Se tumba en la cama y abre las piernas.

-así te gusta nena?

-si zorra, abre bien las piernas y dile a ese que se acerque si quieres que vea bien como te comen el coño.

Su voz y su expresión cambian al dirigirse a él.

-ven Julio, siéntate en la cama y mira como me come el coño, mira que bien lo hace, la otra vez hizo que me corriera mil veces.

Empiezo a lamerla y el sentado a nuestro lado no pierde visión de nada, mis dedos separan sus labios vaginales y mi lengua busca su cueva, la pongo dura y la penetro con ella, luego busco su clítoris y lo mordisqueo, para terminar lamiéndolo, succionándolo hasta que se corre en mi boca.

-putita pídele que limpie bien tu coño

Él se arrodilla entre los muslos de su mujer y baja a lamer sus jugos mezclados con mi saliva, yo al lado de él, saco su polla del pantalón y empiezo a acariciarle, su polla está ya muy dura.

-chupa cabrón no dejes de lamerme hasta que te diga que pares.

Es increíble mi perrita obediente, tiene a su vez al perro de su marido que obedece a todo lo que ella le pide. Lo supuse desde que los vi discutiendo el otro día, me di cuenta enseguida que ella era la que dominaba.

Él, sumiso lamia mientras yo con desdén le meneaba la polla. Luisa se corrió de nuevo y le dije.

-putita ahora te toca a ti, ven ponte de rodillas y metete la polla de tu marido en la boca

Ella lo hizo apartándolo de su coño, se arrodillo a mi lado y empezó a tragarse su polla.

-así putita despacio, muy despacio, quiero ver cómo te la tragas por completo.

Me ponía a mil tener el control, ordenar a esa mujer y que ella me obedeciera. Él estaba de espaldas jadeando mientras toda su polla estaba en la boca de Luisa.

-muy bien putita mamona, me coloque sobre él y puse mi coñito en su boca, el no hizo nada hasta que le dije a ella.

-perrita pídele a este que me lo chupe a mi

-Julio chupa a mi nena, cómele bien el coño, lo tiene muy bueno. Ya lo sabes no?

Su lengua acaricia toda mi raja, estoy tan mojada que noto el chapoteo en su boca, el traga con glotonería, mientras ella no deja de lamerle, yo le aparto la cabeza

-putita, móntalo, metete su polla bien adentro de tu coño

Ella poniéndose frente a mí se la clava, el jadea contra mi raja, noto sus gemidos en mi sexo y agarrándola la beso, los tres estamos unidos, le agarro las tetas y bajo mis labios para lamerlas, esa lengua en mi coño está volviendo loca, muerdo fuerte y ella jadea, yo me corro, jadeo y ella subiendo mi cara me besa, absorbiendo mis jadeos y corriéndose también, ahora soy yo quien absorbo sus gemidos en mi boca.

-déjame esa polla putita, baja de la cama, siéntate en el sillón y mira como monto a tu maridito.

-si cariño

Sumisa se sienta en el sillón, Julio me mira con ojos de salido, agarro su polla y la llevo a mi entrada, me clavo lentamente en ella y me corro enseguida, no dejo de mover las caderas.

-Elsa no pares, muévete cariño. –Me dice julio-

Follamos largo rato, me corro dos veces más y veo que Luisa también se corre tocándose ella misma. Dejo salir su polla y poniéndome a su lado la llamo.

-ven puta, hagamos que este cabrón se corra

Una a cada lado lamemos esa polla, que nos ha hecho correr a las dos, nos besamos, succionamos, ella se la mete por completo, yo succiono sus testículos y sin dejar de acariciarlo, subo de nuevo a su polla, la chupo junto a los labios de ella, nuestras lenguas juegan sobre su polla y veo como se agarra a las sabanas y dos largos chorros de semen salen de su polla.

-sí, chupadme así

Dos chorros más, y seguimos lamiendo, limpiando cada gotita del rico manjar. Nos tumbamos cada una a un lado y abrazadas a él nos acariciamos ambas.

-esto es inconmensurable preciosas. –Dice Julio-

Descanso unos minutos, me visto y ella me dice:

-no te vayas mi niña –me dice ella-

-si me voy, ya nos veremos

Quiero irme ya, necesito huir ahora de esos dos. Me inclino en la cama y primero beso a Julio y luego beso a Luisa.

-gracias a los dos.

Salgo de la habitación y me dirijo a la cocina fingiendo que llego, mi madre da los últimos toques a la comida.

-hola cariño, si me esperas termino la comida y ya estoy -me dice mi madre-

-bien, estás sola?

-no ellos ya están. Hoy han venido tempranísimo.

Al día siguiente por la mañana como cada día me pongo el bikini y me voy a la piscina, me relaja nadar temprano cuando aún no hay ni sol. Llego, dejo la toalla y me quito la camiseta.

Algo que siento más que veo llama mi atención, me siento observada. Busco en todas direcciones y veo las cortinas de la casa de la piscina moverse.

Mis pezones se endurecen con la excitación de sentirme observada y los nervios, junto con el frio de la mañana. Decido darme un paseíllo ante la ventana. Camino despacio contoneándome y sé que me mira, sé que observa mis movimientos. Me echo al agua y doy unas brazadas cuando Julio me saluda desde fuera.

-que haces tan temprano?

-me gusta nadar a esta hora, si molesto puedo venir luego –le digo con prudencia-

Se lanza al agua, aparece a mi lado y me coge del pelo con suavidad mueve mi cabeza y busca mis labios tiernamente. Julio es tierno y cariñoso con cada una de sus caricias. Yo no puedo evitar mirar con disimulo la ventana, la cortina en un lateral está ligeramente movida. Me dejo besar, dejo que Julio explore mi boca, chupe mis labios y me excite lentamente.

Me quita el sujetador y acaricia mis pechos en el agua.

-me encantan tus tetas

-a mí me encanta que las toques

-pues estas de suerte

Me acaricia tan suavemente que mi piel se eriza, busca mis pezones y los frota levemente, baja su boca y los chupa.

-sabes Elsa ayer hicimos el amor dos veces más, una justo cuando te fuiste y otra por la noche, siempre deseamos esto, pero jamás nos atrevimos a meter a nadie.

Sigue con las caricias y yo busco de nuevo a mi mirón particular. Esta ahí lo sé. Meto la mano en su bañador y saco su polla ya erecta, el meneo fuerte, está acostumbrado a que le den caña. Suspira y le digo al oído:

-Julio fóllame

Y Julio me folla, me abraza la cintura y yo abrazo sus caderas con mis piernas, el empuja la cabeza de su polla y me la mete lentamente, haciéndome gemir, jadear y dar un pequeño gritito cuando me llena por completo. Tengo su polla dentro y me muevo, meneo las caderas moviendo el agua a mí alrededor. El me coge fuerte de la cintura y me empuja más hacia él.

-que coñito más rico tienes, me encanta follarte, no dejes de moverte así princesa

Me besa y me dejo besar busco de nuevo la ventana y el final de la cortina y de nuevo sé que sigue ahí. Me agarro a su cuello, muerdo sus labios y le digo junto a su boca:

-dámelo todo ahora

Me clava los dedos ligeramente, y se mueve conmigo hasta que los dos jadeamos  y nos corremos juntos. Cuando nos relajamos bajo las piernas entumecidas y nado un poco, el conmigo.

-me voy a trabajar muñeca, Luisa me ha dicho que te diga que estará en la habitación hasta las diez, si quieres sube.

-bien, sabe que estas aquí follándome?

-sí, no me daba tiempo a esperarte en la cama con ella y le dije que venía a nadar a ver si tenía suerte. Y la he tenido.

Me deja sola y decido salir sin ponerme la parte de arriba, le enseño los pechos a mi mirón y me contoneo hasta la toalla, me seco y sin vestirme me dirijo a la casa, subo las escaleras sin ser vista, abro la puerta y me acerco a la cama.

-despierta zorrita

Ella se despereza, se estira y la sabana se escurre, dejando a la vista su torso desnudo. Me excita esa mujer, es el conjunto de lo que representa y su cuerpo delicado, suave y bien cuidado. Me encanta dominarla y saber que hará lo que le pida porque me desea. Eso me enloquece.

Rápidamente me desnudo y me meto en la cama a su lado, la abrazo y me abraza, la empujo hacia mis pechos, saca su lengua y los lame, empujo más y baja lamiendo mi estómago, empujo más y se sitúa entre mis piernas.

-te he traído una sorpresa

Abro las piernas y me siento pegajosa, ella se acerca y enseguida sabe lo que es, lame gustosa el semen de su marido que aún queda en mi coñito.

-te gusta?  Lo he guardado para ti, cada vez que empujaba dentro de mi soñaba con morder tus blancas tetitas y succione con mi coñito su polla para que me dejara llena de semen para ti. Te gusta perrita?

-me encanta, sabe mejor aquí

Lame mi coño hasta hacerme correr, me agarro a su cabeza, tiro de su pelo y me corro dos veces más.

La tumbo en la cama y empiezo a lamer sus blancas tetitas, ella jadea:

-como debes estar putita?

-callada

-pues obedece o dejare de darte placer

-si cariño, me callare no pares

Succiono sus pezones pequeños y rosas y los mordisqueo sin piedad, ella arquea el cuerpo, pero calla, mirándome orgullosa por contenerse.

Me enciende esa mirada sumisa, pellizco fuerte sus tetas con ambas manos, me pongo abierta sobre ella, pegando mi pubis al suyo, el mío completamente depilado, el suyo no, sus rizos son rubios y suaves. Sigo con sus tetas

-saca un preservativo putita

Ella obedece y me lo da, yo lo desenvuelvo sobre el pepino que he cogido de la nevera. Ella sonríe

-abre las piernas, separa bien los muslos, que voy abrirte el coño ese de puta que tienes.

Enseguida lo hace y espera que empiece a penetrarla, no empiezo, busco la entrada y lo meto de un empujón, ella chilla de dolor y sorpresa. Lo saco del todo y gime

-o te callas o no lo volveré a hacer

Me mira con ojos suplicantes, me encanta reñirla. La beso en la boca agradeciéndole su sumisión y me devuelve el beso amorosa, aprovecho el despiste para penetrarla de nuevo, esta vez reacciona pero no dice nada, lo saco y lo meto sin piedad, la follo brutalmente veinte minutos negándole el orgasmo, cada vez que lo noto llegar paro, ella llora con desesperación, con ojos suplicantes y la llevo de nuevo al borde sin dejarla caer, estoy excitadísima. Me arrodillo entre sus piernas, lamo toda su raja y justo cuando está a punto y cree que parare no solo no paro de lamerla sino que la vuelvo a penetrar. Noto los jugos de su corrida en mi lengua, sus dedos se aferran a las sabanas y se corre, mueve las caderas y la follo, entro, entro y salgo, entro y vuelve a correrse, la muerdo y llora un tercer orgasmo. La dejo descansar, la abrazo y beso sus lágrimas, la acuno mientras se relaja.

-gracias mi niña ha sido maravilloso, creí que no paraba, que me moría.

Mientras me hablaba su mano rozaba mi raza, mi clítoris y me corrí en su mano besándonos las bocas.

Baje las escaleras feliz media hora después, me fui a casa y más tarde regrese a por mi madre, pase por la piscina y allí estaba Luisa, en bañador tomando el sol, alguien debía estar a su lado, pero ahora no estaba.

-hola mi niña, estoy aquí con mi padre, ha entrado al baño, vas a buscar a tu madre?

-si

-esta mañana has estado soberbia

Mientras me decía eso acariciaba con el dorso de su mano mis tetas sobre la camiseta, el pezón se marcó enseguida en la tela.

-sabia que no llevabas sujetador

Me había sentado en su tumbona, me levante y luego agachándome la bese en los labios un segundo

-mañana te castigare por tocarme sin mi permiso puta

-sí, esperare con ansia tu castigo

La deje allí

No sin antes comprobar que él también había visto esa escena, la cortina estaba de nuevo movida y aplastada al cristal indicándome que había alguien detrás mirando. Caliente de nuevo me dirigí a por mi madre.

Al día siguiente mi madre me pide ir a llevarle la una cesta con cosas a la casita de la playa, me alegro por fin conoceré al mirón.

Toco la puerta y una voz me invita a entrar, lo hago y me encuentro con unos ojos azules y la mirada más fría que he visto jamás.

-puedes dejarla allí. Gracias

Me deja allí en la entrada; cuando desaparece dejo salir el aire que no sabía estaban reteniendo mis pulmones.