Unas vacaciones en la montaña (3)

continuo narrando mi encuentro con Juanito

Unas vacaciones en la montaña (3)

Continúo con el relato de mi aventura con Juanito.

Después de habernos satisfecho ambos. A mí quitándome lo virgen y a Juanito quitándole varios centímetros cúbicos de semen. Procedimos adormirnos.

Por la madrugada me despierta un leve dolor en la colita. Por lo que me la toco con los dedos de mi mano derecha y siento húmedo. Pensé que era sangre, ya que me acababan de desflorar. Pero al acercarlo a mi cara me dio un olor especial. Y al probarlo, supe inmediatamente que era el néctar de los dioses, el semen de mi Juanito. Esto me excitó demasiado.

Entonces me cambie de posición y veo el hasta bandera de Juanito dormida tan plácidamente como él. Tuve un deseo irrefrenable de besar todo su cuerpo, pero en especial mi amigo el enojón. Así que en forma delicada bese su cuello, su tórax. Mordí sus pezones, con mucha delicadeza, pase mi lengua por los mismos, describiendo círculos y luego prenderme para mamarlos con todas mis fuerzas hasta ponerlos erectos, duros de rocas.

Luego continuar bajando mi lengua hasta ese orificio perfecto que era su ombligo. También pasarle mi lengua en círculos.

En ese momento, Juanito, cambio de posición y me dio la espalda. La cual bese y pase mi lengua por toda se extensión hasta llegar al coxis. De ahí, pase mi lengua por entre las nalgas y al intentar paladear su culito con una mano me retiró. Entonces lo que hice fue seguir hasta llegar a sus tremendos testículos, los cuales saboree como si fueran unos duraznos en almíbar.

Cuando paso mi lengua por ese tronco poderoso que era su verga, la siento palpitar, muy gorda y con las venas como si fueran las ramas de un tronco. Subí mi lengua hasta sentir la monstruosa cabeza y estaba con gotas de ese líquido que aparece cuando se está excitado y las chupe como un hambriento.

Continúe pasando mi lengua por tremenda cabezota hasta que con un gran esfuerzo la introduje toda en mi boca e inicie una movimiento de mete y saca hasta que conseguí una eyaculación abundante que ahora si toda me trague. Y pude paladear su sabor que me volvía loca.

Como mi Juanito aun no se despertaba entonces. Continúe mi labor con la lengua, pero como que el enojón no se quería poner en plan de pelear. Pero después de insistir un poco se volvió a poner en erección, no tan grande como hubiera deseado, pero lo suficiente para ser la admiración mía. Así que inicié mi labor con las manos bajando y subiendo su pellejo con un ritmo que ahora si logré ponerlo en su punto, con el hasta bandera bien rígida, dura como roca y con la cabeza en su máxima expresión.

Continué por un rato jugando con esa maravilla de aparato de placer. Sin saber que más hacer con él. Ya lo había mamado, tragado todo el semen que había querido. Se me ocurre ahora ser yo el que dirigiera la maniobra. Así que muevo a Juanito y lo dejo acostado de espaldas, y me quedo extasiada viendo la maravilla que había sido mía y continuaría siendo mía. Luego me siento arriba de él decidida a cabalgarlo como toda una vaquera. Y para sentir lo que iba a recibir únicamente lo lubrique con abundante saliva. Y me di un masaje en mi culito con mis dedos, después fui metiendo de uno en uno los dedos hasta que pude abrir mi colita y prepararla para recibir tremendo pollón.

Entonces me hinqué sobre su vientre quedando mi culito muy cerca de la cabezota, el unto con mi saliva la dirijo hacia mi hoyito e intento meterla. Mi culito se opone a esa proeza. Pero continuó luchando contra lo imposible y al fin siento como se restira mi ano al máximo y deja pasar apenas la puntita. Prosigo con mi tarea y con un máximo estiramiento, siento la desaparición de las arrugas de mi culito y como este se abre, deja pasar la tremenda cabezota.

Después de haber hecho lo más difícil el tronco va desapareciendo poco a poco atreves del túnel de mi ano. No dejo de empujar hasta sentir su mata de pelos en mis nalgas. Siento que la punta de su verga llega hasta mi abdomen bajo. Y al tocarlo el abdomen bajo puedo sentir la cabezota palpitante.

Como estoy ensartada hasta su pubis, no puedo moverme hacia los lados, únicamente me queda hacerlo de arriba hacia abajo. Como estoy frente a él veo su cara con una sonrisa de satisfacción y como empieza a respirar en forma ruidosa e intensa. Siento que estoy haciendo bien mi trabajo.

Al hacer que casi salga su verga y volverla a meter en forma enérgica hasta el fondo, siento un placer indescriptible. Y vuelve a iniciar esa sensación de contracción y relajación de mis esfínteres, como si quisiera morder la cosota que tenía introducida en el ano.

Esa sensación me vuelve loca y hace que en forma refleja tome mis pezones y los comience a masajear, apretar. Hasta sentir una conexión entre mis pezones y mi colita. Y al meter la verga hasta el fondo siento como mis pezones se ponen erectos. Al acariciar los pezones. Hace que una corriente eléctrica atraviesa todo mi cuerpo de mi culito a los pezones y que a medida que aumento el ritmo del mete y saca aumenta de intensidad y ocasiona esa sensación orgásmica, en mi culo abierto por esa verga hermosa.

Sigo sintiendo esa sensación de contracciones convulsivas en mi culo y como va en aumento. Esto me hace que produzca una secreción abundante que alcanza a salir por los lados de mi ano obstruido por el pollo. Pienso que es una de esas venidas de mi Juanito, pero se me hace extraño que no haya sentido el aumento de tamaño de la verga que es premonitorio de una eyaculada. Al tomarlo con mi mano, la secreción está muy espesa y al probarlo tengo un gusto como de leche agria. Pero no me disgusta este sabor al contrario me excita aun más.

Minutos después siento que la cabezota y el tronco, de esa verga maravillosa, crece hasta su máxima expresión y posteriormente la siento como convulsiona para arrojar ese semen espeso y en cantidad comparada con un enema. La sensación al recibir esa leche caliente, me vuelve loca y aumento el ritmo del mete y saca. Y quedo rendida, todavía ensartada, me recuesto en el cuerpo de mi Juanito que lo hace despertar. Y empiezo a soñar que soy su mujer y que le daré todo el placer que se merece.

Cuando saco la verga de mi culo, hay salida de una abundante cantidad de leche caliente y para refrescarme la tomo con mi mano y la como si fuere el mejor de los platillos del mundo. De hecho lo es.

No me levanto hasta después de tomarme esa lecha, mezclada con mis secreciones intestinales que hace se sepa distinto, pero creo yo, que mejor.

Después de ese transe Juanito me en sus manos y me besa en todo mi cuerpo. Me besa en la boca, por primera vez y entrelazamos las lenguas como dos seres vivos. En forma ansiosa y hambrienta para apagar un poco el fuego que aun nos quema.

Me recuesto en su pecho y hasta entonces me doy cuenta que lo que tengo entre las piernas no ha sufrido modificaciones; no ha crecido ni arrojado semen. Es en ese momento que veo la realidad que ese pedazo de carne, hasta ese momento inerte, nuca me dará el placer que conseguiré con mi culo. Por lo que ahora en adelante mi preocupación es mantener mi cola en las mejores condiciones de salud.

Los siguientes días fueron como el primero. La única diferencia fue que ahora si anduve vestida de mujer todo el tiempo y mi comportamiento con Juanito fue de una esposa con su esposo amado.

Después de este encuentro con Juan no hubo oportunidad de un nuevo encuentro como el que vivimos en la montaña. Hubo encuentros ocasionales, pero ninguno parecido como loa anteriores.

Después les confiaré otros pasajes sobre mi vida. Pero eso será en otras ocasiones…. Por lo pronto y adiós. Espere que disfruten estos relatos…. Besos a Alexia