Unas vacaciones distintas
Un extravio, provoca unas vacaciones distintas.
Unas vacaciones distintas.
A mis catorce años, vivíamos en un barrio de Montevideo, donde nos habíamos mudado luego de la separación de mis padres, a mi el cambio no me había sentado bien, y se podría decir que era el muchacho mas revoltoso de la clase, mis notas eras pésimas, sobre todo en matemáticas, y mi conducta peor, mi madre había sido llamada en el transcurso del año unas siete u ocho veces al colegio y me había llevado 9 de 12 materias, las cuales debía rendir en marzo a fin de no repetir el año, pero le habían advertido que no tolerarían mi conducta un año mas así, mas allá de los resultados de mis exámenes de marzo. A mi la verdad todo me importaba bastante poco. Era Diciembre y el calor era insoportable, cuando mi madre me dijo que había llamado a mi abuela a fin de que yo pasara las fiestas con ella y el mes de enero en su casa de las sierras cordobesas, ya que mi madre tenía que viajar por trabajo y estaría hasta entrado el mes de Enero fuera del país. Yo por supuesto dije que no me interesaba, ya que la verdad que el verano en casa de mi abuela era un embole, no había nada que hacer, y ya el año anterior había estado unos días y mi abuela me había mandado de vuelta luego de haber roto unos adornos que parecen ser eran unas antigüedades familiares, además de haber tenido problemas con una vecina por una pelota y unos vidrios. La verdad es que cualquier programa resultaría mejor que ir con mi abuela, pero mi madre se puso muy firme, y por su viaje de trabajo la opción era quedarme solo, lo que de ninguna manera era opción para mi madre, o ir con mi abuela. Así las cosas, me pidió que prepara una valija con mi cosas y a mediados de diciembre me saco un pasaje a Buenos Aires, en barco que luego haría combinación con un avión que me llevaría a Córdoba, donde me separaría mi abuela para viajar a las sierras. Así fue como llegue de noche a Buenos Aires, hice la combinación con el avión a Córdoba, y a la madrugada del otro día estaba llegando a Córdoba Capital, donde me separaba mi abuela y la hermana menor de mi madre que tenia diez años menos que ella. A esa hora, y luego de esperar por mas de treinta y tantos minutos a que llegaran mis valijas, las mismas no aparecieron nunca, luego de innumerables reclamos y varios formularios, nos explicaron que posiblemente se habrían quedado en Buenos Aires, o habrían sido embarcadas por error hacia otro destino, que deberíamos esperar 72 horas mas, hasta tanto sepan cual era la situación y que no nos preocupáramos ya que si no aparecían nos darían el dinero del seguro, que obviamente no alcanzaba para comprar la ropa que yo llevaba en las mismas, nos dieron un teléfono para reclamos y a otra cosa. Así las cosas emprendimos el viaje a las sierras donde tenía mi Abuela su casa, la cual quedaba a dos horas de auto. Cuando llegamos amanecía. En la casa de las sierras además de mi tía estaba mi prima, la hija de mi tía, que tenía un año más que yo, y con quien nunca me había llevado bien. Durante ese día me dedique a maldecir la suerte que había corrido con las valijas, y a mi prima a quien molestaba con cualquier pretexto, ya que siempre le había hecho la vida imposible ya que me parecía una consentida y nena de mama, mire televisión todo el día y solo me levante para almorzar y cenar. Luego de la cena, mi abuela me dijo que me había preparado el mismo cuarto que el año anterior que era un dormitorio que quedaba frente al baño, y que si me quería dar un baño había toallas en el cuarto. Tome algunas toallas y me fui al baño ya que estaba bastante sucio del viaje y de todo el día, de vuelta en el cuarto y luego de secarme cuando me disponía a acostarme, me encontré con la desagradable sorpresa de que mis pantalones, calzoncillos y la remera con la que había viajado y que era la única ropa que tenia no estaban donde las había dejado. Llame a los gritos a mi abuela maldiciendo a quien había tocado mis cosas, y la misma apareció en el cuarto explicándome que la ropa estaba muy sucia y que se la había llevado para lavarla, y ahora que me voy a poner le dije sorprendido y ella me dijo que le había pedido a Julieta, así se llamaba mi prima, que me prestara algo para dormir, por lo que me traía un camisón rosa y unas braguitas de color crema. Le dije que de ninguna manera me pondría eso para dormir, que cría yo que era, y me dijo que lo mejor seria hacerle caso ya que de noche hacia frió y que de no hacerlo debería dormir desnudo, me dejo solo no sin antes dejar todo lo que había traído y una salto de cama también rosa con unas pantuflas haciendo juego sobre la silla del cuarto y salio cerrando la puerta. Ya solo me fui a acostar desnudo, pero la verdad es que hacia un frió de locos, ya que en el clima de las sierras de DIA hace calor y de noche mucho frió, y por otro lado me entro cierta curiosidad que trate de reprimir por ponerme la ropa que me había dejado mi abuela. Luego de un buen rato de pasar frió opte por ponerme las bragas y el camisón que había dejado mi abuela y la verdad sentí una sensación agradable entre el calor que me daba aquella ropa y la suavidad de la misma al contacto con mi piel. No podía creer estar así vestido, pero la verdad era que lo estaba y para colmo ya dentro de la cama estaba bien empalmado por lo cual tuve que hacerme una buena paga, que lamentablemente ensucio el camisón de mi prima. Al otro día mi abuela me despertó y me dijo que me esperaba para desayunar, yo sin tener otro remedio que usar el salto de cama, ya que no tenía otra cosa que ponerme y además para tapar que el camisón esta sucio, me lo puse, me puse también las pantuflas y me fui a desayunar. Desayunamos en silencio, luego de lo cual, mi abuela me dijo que las cosas debían cambiar para bien de todos y que yo debía colaborar en el aseo y tareas de la casa y en el mío propio. Y que mientras esperábamos que nos dijeran que pasaba con las valijas, ya que no podía salir de la casa así vestido, que aprovechara para estudiar. Yo me negué y les dije que era una barbaridad, y que en mi casa no hacia nada de eso, pero las tres se pusieron firmes y además mi prima me dijo que lamentablemente debía hacer lo que ella quisiera ya que al no tener que ponerme estaba en sus manos y era ella la que debía prestarme algo que usar así que mas vale que me hagas caso me dijo. Enojado me fui a mi habitación y cuando entre encontré sobre la cama un pantalón de Jean de mujer, que debería ser de mi tía o prima, con una blusa blanca y un conjunto de ropa interior femenina. Llame a mi abuela, a los gritos para preguntarle que estaba pasando con mi ropa, y ella me contesto muy calmada que estaba muy sucia y transpirada y que todavía no estaba seca, y que además no gritara mas ni a ella ni a ninguna de las mujeres de la casa, ya que si no, no iba a volver a ver mis cosas. Tómatelo con calma me dijo, ahora aprenderás a ser bueno, ya que muchos problemas nos has dado a nosotras y a tu madre, ponerte un poco en nuestro lugar te hará bien, desde ahora lavaras tu ropa, cocinaras, plancharas y ayudaras en la casa y además estudiaras a fin de no repetir el año. Tu prima te traerá algo para ponerte y no quiero problemas con ella, sino las ocazas se pondrán peores. En ese momento me di cuenta que me encontraba acorralado, que me convenía no confrontar la situación ya que de otra manera se pondría peor, y una vez con la cosa mas calmada volvería a las mías. Mi abuela le pidió a mi prima que me buscara la ropa mas apropiada que encontrara, y que no debía ser tan desagradecido ya que de otro modo no tendría que ponerme, que no diera tantas vueltas y que me estaría esperando para estudiar matemáticas. Como no tenía otro remedio, me puse la bombacha que había dejado mi prima, el Jean y la blusa, las pequeñas medias y las zapatillas que me habían dejado. Cuando estaba terminando de cambiarme entro mi tía y me dijo que estaba segura que me entraría todo, ya que mas o menos teníamos el mismo talle con mi prima y si no ella me prestaría algo suyo, el problema era el Jean, del cual no me cerraba el cierre, a lo que me dijo que me tenia que acostar en la cama como hacían las mujeres, meter la panza para adentro y abrocharlo y de paso comer un poco menos, hice como me indico mi tía y pude cerrar el cierre, no sin sentir que estaba aprisionado dentro del mismo y que se me había metido en el culo. Al rato entro mi prima, me vio y me dijo, que me había buscado las cosas mas apropiadas, y que seguramente su ropa me entraría casi toda, ya que ella era un poco gordita. La verdad ese Jean te queda mejor que a mi, y que linda colita te hace, la mire con desagrado, y nos fuimos al comedor, cuando pase por el espejo que había sobre el pasillo, no pude evitar mirarme, de lo que mi tía se dio cuenta y comento que con un buen peinado y un poco de cosmética, quedaría como una hermosa jovencita. Le dije que no me molestaran mas, y me puse a estudiar con mi abuela, que había sacado unos libros de matemáticas de cuando daba clases, me observo detenidamente pero no dijo nada. Mi abuela había sido profesora de varias materias durante muchos años en secundarios y se había propuesto el firme proposito de sacarme bueno para el estudio, tarea quimérica. Al mediodía llamamos al Aeropuerto y nos dijeron que todavía no había novedades. Mi abuela me pidió si la ayudaba a preparar el almuerzo y como no había otra cosa que hacer y la verdad no quería estudiar le dije que si, pero para no ensuciar la poca ropa que estaba usando, me dijo que debía ponerme un delantal. Debo decir que del desagrado que me provocaba toda la situación al principio, la cosa me empezaba a resultar divertida, hasta me encontré pensando como me vería con el pelo recogido, ya que yo tenia el pelo medianamente largo. Comimos y sin que me lo pidieran levante los platos y los lave, mi tía me ayudo a guárdalos y luego me puse a hacer la tarea que me había quedado. Luego miramos una película durante la tarde hasta que de pronto tocaron siempre y mi tía al mirar por el presillo de la puerta vio que eran unos amigos de mi abuela, Yo corri a mi cuarto y ellos pasaron, ya en mi cuarto, me sente a esperar que se fueran, lo que tardo bastante tiempo y esa noche no comi hasta bien entrada la noche. Luego de cenar, llego la hora de ir a dormir, para lo cual mi tia me presto un camison blanco que tenia, ya que el otro estaba sucio, y me dijo que a la mañana tendria que lavar el sucio y que mejor no diria nada a la abuela de como pensaba que se habia ensuaciado, sino me iria mucho peor, la verdad a esa hora ya estaba entregado, me puse el nuevo camison y me fui a dormir. Me acoste a dormir, y la verdad no podia parar de pensar en lo que habia vivido durante el dia, a la mitad de la noche me levante al baño y me puse el desabille y las pantuflas y cuando me vi en el espejo me empalme tanto que tuve que hacerme una buena paja en el baño, esta vez cuidando de no ensuciar el camison. Al día siguiente mi abuela me desperto y me dijo que la ayudara a preparar el desayuno, pero que antes me diera un baño, y que ella me esperaria, cuando volvi a la habitación y como hacia mucho frio me dio unas bombacha color blanca y un pan de pantys, me dijo que me las probara a ver como me quedaban, yo le dije que no, pero ella insitio así que me las puse, y note una suavidad y un calor en mis piernas muy agradable, luego me dio un vestido color verde largo hasta las rodillas que se prendia por atras, al que me ayudo a poner pasandomelo por la cabeza y luego le prendio el cierre trasero. La verdad el juego me estaba justando mucho y ya no queria detenerlo. En eso entro mi tia y dijo: pero que linda sobrinita tengo, dejenme hacer una prueba, ya que en un rato volveran los amigos de tu abuela y no quiero que te pases todo el dia encerrada, (me estaba tratando de mujer, y yo no dije nada), por lo que me sento en una silla y me dijo que intentaria hacerme pasar por una niña, yo me negue una vez mas, cada vez con menos fuerza, pero ella me dio su palabra de que si yo no estaba conforme con el resultado, buscaria otra alternativa y me quedaria encerrado hasta que se fueran. Asi las cosas, primero me depilaron los pocos pelos que tenia, luego delinearon suavente los ojos, colorearon mis cachetes muy suavemente, y me recogieron el pelo en una coleta. Por ultimo me pasaron un esmalte suave en las uñas, luego sin que yo tuviera tiempo de nada me desprendio el vestido y me paso sus manos por delante y me puso un corpiño al que relleno sus copas con algondones y abrocho por detras. A esta señorita le falta un par de aros dijo, a lo que mi prima respondio trayendo unos suyos de apretar y me los colocaron en las orejas. Luego de eso mi tia trajo unas sandalias de ella, que tenian muy poco taco, me hizo parar y me enseño a caminar. Al verme en el espejo no lo podia crer, era una jovencita de 14 años. Mi tia me miro satisfecha y me dijo que desde la primera vez que me habia visto con el camisión sabia que podria pasar por su sobrina. Al rato llegaron los amigos de mi abuela, y mi tia me empujo a salir, me dijo que no hablara mucho y que ella diria que estaba disfonica. Era una pareja de gente mayor como mi abuela, a la que salude como me indico mi abuela presentandome como su nieta Carla, en verdad yo me llamaba Carlos, y luego lo hizo tambien mi prima Julieta, no nos prestaron mayor atencion salvo comentarle a mi abuela que tenia unas hermosas nietas muy educadas. Llego la hora de comer, y como esta pareja no se iba, mi abuela los invito a almorzar a lo que aceptaron encantados. Mi abuela me pidio que la ayudara en la cocina asi que juntas preparamos el almuerzo que realmente estuvo delicioso. Luego del cafe y como el sr. tenia un auto grande propuso ir a dar una vuelta al pueblo, yo me negue pero todos insistieron, por lo que tuve que aceptar. Me moria si alguno de mis amigos del verano anterior me veian y reconocian con esa facha, pero por suerte no vi a nadie y cuando paramos en una heladeria para tomar un helado y vi a uno de los que habia estado conmigo el verano pasado, pero por suerte el mismo no me reconocio. De vuelta en la casa de mi abuela, mi abuela me agradecio lo bien que me habia comportado y la habia hecho quedar, y me dijo que un poco de femineidad me estaba haciendo muy bien, ya que estaba mas aplicada, ordenada y pulcra. Al dia siguente llamaron de la Aerolinea para avisarnos, que lamentablemente a mi valija se la habia llevado alguien por error, quien a la fecha no la habia devuelto, por lo que pasaramos a buscar el cheque por el valor que establecia el seguro. Mi tia me dijo que ella iria a buscarlo, me compraria algunas cosas y lo traeria. Luego de desayunar y ordenar la casa, ya que aquel dia me tocaba ordenar a mi, llego mi tia llena de paquetes. Por lo que fui a mi cuarto corriendo a ver que ropa me habia comprado, ya que yo habia sido muy especifico respecto del tipo, marca y forma de pantalones, camisas y remeras que queria, sin olvidar por supuesto calzoncillos y medias y zapatillas. Pero una vez mas grande fue mi asonbro, cuando empece a desembolver los paquetes, y era toda ropa de mujer, corpiños, bombachas, pantymedias, soquetes, vestidos, pantalones, blusas y zapatos, hasta unos zapatos de tacon alto. Me dio ganas de gritar, pero en vistas a los acontecimientos que podrian venir me tranquilice, y lo mas calmado posible pregunte que que eran esas cosas y porque no me habian comprado lo que yo necesitaba. A lo que mi abuela me respondio, que habia sido idea suya, ya que yo era un muchacho malo y rebelde y que vestirme y sentirme como mujer me estaba ayundando mucho, para enteder a mi madre y a ellas, y que durante mi estadia en esa casa me vestiria con dichas ropas y luego cuando llegara la hora de volver, ella misma me compraria ropa de hombre y me daria la que me habia quedado del primer dia, que tenia escondida. Yo me large a lllorar, como toda una señorita, a lo que mi tia y mi prima se sentaron y me consolaron. Mi abuela me dijo que me diera un baÑo y no me secara el pelo ya que mi tia me lo cartaria un poco, ya que esa noche vendira gente a comer a la casa. Mi abuela me preparo un baño de inmersión al que le puso unas sales, que me hicieron sentir muy bien y dejaron mi piel muy suave, luego de eso me paso una depiladora por mis piernas, brasos y panza. (la verdad es qeu tenia poco pelo) y sobre todo debajo de las axilas. Luego de esto mi tia me corto un poco el pelo dandole una forma femenina. Despues me dieron para que me ponga un corpiño con unos encajes de color blanco y unas bragas haciendo juego a la que rellenaron una vez mas con algodones y luego de esto me pusieron un vestido azul, de tiro alto y pollera acampanada y unos sapatos de tacon rosas, haciendo juego con unas hebillas en el pelo del miismo color. Mi pintaron suavemente los labios, los ojos y me pusieron brillo en las uñas. Finalmente mi abuela trajo de su alajero una cadenita y un par de aros pequeños que mi tia me ayudo a prender. Cuando me mire al espejo estaba alucinado era una deliciosa jovencita a quien me gustaria tomar entre mis manos y comer a besos. Mi tia me dijo que debia caminar suavemente moviendo ligeramente las caderas, lo que hice y luego de hacerlo un buen rato, los zapatos dejaron de molestarme un poco. Mi abuela me dijo que estaba muy hermosa, que era mucho mas linda como señorita que como muchacho y que para que no me desarregle ese dia cocinaria mi prima, y yo en vez pusiera la mesa. Yo pregunte quien vendria y me dijo que los amigos de siempre. Al sonar el tiembre mi abuela me pidio que atendiera y al abrir me lleve una nueva sorpresa eran los amigos de mi abuela pero venian acompañados de dos de sus nietos de 16 y 17 años. Los salude a todos y note la mirada lividinosa de los chicos, como la que yo acostumbraba a hacer a las chicas. Los muchachos empezaron a hablarnos a mi prima y a mi, el menor no me sacaba lo ojos de encima y mi prima una vez que cenamos tuvo la mala idea de que fueramos todos a su cuarto a hablar. En el cuarto mi prima puso musica y el mas chico de los muchachos que se llamaba pablo me invito a bailar, yo me negue pero ante la insistencia le dije que si, el me tomo de la cintura y me apreto contra sí. la verdad es que me gustaba sentirme asi tratada. Yo a esa altura no sabia ya que me pasaba, la verdad lo estaba disfrutando pero me lo reprimia. Luego de un rato, llego mi tia y les dijo que sus abuelos se estaban llendo pero que podrian venir a visitarnos mañana. Cuado se fueron, mi tia, mi prima y mi abuela no pararon de cargarme, ya que la amiga de mi abuela le habia dicho que su nieto estaba loco por mi A los dos días los chicos nos llamaron por telefono para invitarnos a ir al cine que habia en el pueblo, yo dije que no, pero mi tia, prima y abuela, me dijeron que no habia saldio casi nada y que me haria bien salir un poco. Yo les dije que me daba mucha verguenza que alguien se diera cuenta y me reconociera, y ellas repitieron al unisono, que nadie podia reconocerme con los cambios que habia experimentado. Por lo cual luego de pensarlo mucho con mi prima aceptamos la invitación. Mi tia me ayudo a cambiarme, me puse un conjunto interior muy femenino color crema, un pantalon pinzado blanco, una camisa blanca floreada un sueter rosa y un par de zapatos del mismo color, mi tia ayudo a pintarme, pero dejo que lo hiciera yo, así aprendia. Una vez que terminamos estaba esplendida y ya me sentia toda una señorita, mi tia me dijo que tenia que tener cuidado ya que muchos chicos, tratan de propasarce con señoritas como nosotras, salimos y la pasamos barbaro, no nos dejaron pagar nada y hasta nos invitaron un helado a la salida del cine, los depedimos con un beso y volvimos a casa de mi abuela. Asi fueron pasando los días, y yo mejore mucho mis estudios, mi caligrafia, mi abuela me enseño a cocinar, lavar y planchar, ya que yo debia limpiar la casa y lavar la ropa de todas dos veces a la semana. Los chicos siguieron viniendo, cada tanto, y la verdad me gustaba mucho ser tratada como toda una mujer. Mi prima me cargaba diciendome que me gustaba Pablo y que el estaba loco por mi, a lo que yo le decia que no me molestara mas. A esa altura, me cambiaba, peinaba y arreglaba sola, y mi tia y mi abuela me dijeron que el fin de semana iriamos a la capital a comprarme ropa ya que en pocos dias debia volver a mi casa. Esa tarde nos preparamos para ir a la ciudad, mi tia , luego de que me bañara me indico que me pusiera el corpiño y la bombacha blancas, una pollera con flores que aun no me habia estrenado y un blusa blanca con el sueter rosa, que hacia juego con mis zapatos rosas, Me hizo una trensa, me enseño a pintarme los labios sin parecer una cualquiera y me pinte los ojos, me puse unas pantys con los zapatos y ya estaba lista cuando mi tia me dijo que toda señorita debia llevar una cartera y me presto una pequeña cartera para pusiera mis cosas, entre las cuales no debian faltar nunca las pinturas. Asi fue que como tres mujeres de compra fuimos a la capital, al entrar en los locales de ropa de hombre, las vendedoras me preoguntaban si era para regalar a lo que respondia que eran para mi novio. Luego de esa salida, mi abuela me entrego la ropa mia, del primer dia, y toda la que habiamos comprado de hombre. La ropa de mujer preferi dejarla en dicha casa, ya que no la iba a necesitar mas, por lo menos eso creia yo. Asi fue que volvi con mi madre a Montevideo, Mi madre me fue a esperar y me saludo como siempre, me pregunto como la habia pasado y le conteste que muy bien. Me dijo que me veia cambiado y para bien, esa noche la ayude a cocinar y luego de comer levante la mesa y lave los trastos, mi madre no lo podia creer y me abrazo y se largo a llorar. Demas esta decir que rendi todas las materias bien y continue mis estudios aplicadamente.