Unas vacaciones diferentes...

Aún me estremezco al recordar, cuando aquel viejo canoso y bigotudo, me decía... ‘Te voy a comer todo el coñito, y después te voy a follar a pelo’, y asustado decirle... ‘Pero si soy un chico’, y este mirándome con esa cara de vicioso, responderme... ‘Por esa razón te voy a follar a pelo.

Unas vacaciones diferentes...

Es una de mis primeras experiencias en el transporte, una de esas que no olvidas pero que quedan inmortalizadas, que no cuentas, ya que deseas que permanezca aun dentro de uno. En aquel año, tuve unas vacaciones muy diferentes, podría decir que se generó por mi culpa. Ya que una serie de circunstancias hicieron de esas vacaciones distintas, ya no solo porque mis padres prefirieron cambiar el lugar de las vacaciones, sustituyendo la costa gaditana por la costa de Málaga.

Lugar que no era de mi agrado, no porque no me gustaba, sino que no sabía moverme ahí (obviamente mis paseos por las dunas, mis amigos de Rota, mis escapadas por Zahara o Tarifa, et.), además había otra circunstancia que la repudiada también. Ya que ese año me quedaron dos asignaturas pendientes para septiembre, no soy mal estudiante, sino que mi profesor particular se empeñó en mostrarme otras ‘asignaturas’.

Y aunque mi padre era de esos que me quería dejar en Sevilla sin vacaciones, estando en casa de uno de mis tíos o abuelos, debiendo de ir a clases particulares. Mi madre en cambio, prefería que fuera con ellos, pudiendo estudiar por la mañana y descansar por las tardes, pues mi año había sido muy duro. Cosa que al final, mi madre gano...

Pues eso, nos marchamos a una zona costera de Málaga, y mi padre para joderme un poco más, me busco una academia donde ir, pero en vez de ser de la zona, fue una que estaba a 25 kilómetros. Pero como soy muy mañoso y listo para algunas cosas, me dio por indagar como poder ir más cómodo y rápido, encontrando un medio de transporte. Era un viejo autobús, destinado a realizar cortos recorridos, pues se dedicaba a realizar viejas rutas entre pueblos (línea que unía varios pueblos), ruta de acceso más dificultoso.

Y encima, fue llegar enterarme de cómo debía de viajar, acabando por cabrearme y echarle en cara al encargado (cabreo y quejas que debían de ir a mi padre), quejándome de las condiciones e incluso llegando amenazarle con denunciarlo. Y ahí estaba yo con esa ‘maravillosa’ idea de quejarme, cuyo encargado me informo que cumplen con todas las normativas del ‘Reglamento General de Circulación’. Especificándome este no solo los anexos, sino incluso el articulo donde lo específica, haciéndome saber que... ‘este establece que, si el autobús viaja pasajeros a pie, fuera de poblado no debe de superar una velocidad máxima’. Dejándome más calladito que unas ‘castañuelas’...

No quedándome más remedio que quedarme a esperar el bus, acabando por acercarse algunas personas, donde unos me informaban de algo que bien sabia, diciéndome... ‘chico debes saber que viajar de pie es lo más habitual, no solo en las líneas habituales de autobuses urbanos, sino también de autobuses interurbanos’.

Comenzando una conversación con algunas personas, pasajeros que la gran mayoría era gente mayor, personas que por sus ropas di por hecho que eran de pueblos. Personas que habían venido a la capital, seguramente a tramitar alguna documentación, o médicos especialistas, tramites que en el pueblo no se puede hacer.

Otros, me daban la razón en mis quejas, diciéndome una mujer mayor... ‘tienes razón chica, el viajar en estas condiciones es una situación incómoda, no solo por no intentar perder el equilibrio, agarrándose una a donde puede, pudiendo molestar a veces a más de un pasajero sin desearlo, pero un inesperado frenazo o una curva cogida mal, nos puede hacernos caer’.

Y ese día como el resto de la semana, me lo pase de lo más normal, tomando está línea como uno podía, entablando conversación con personas mayores en vez de mi edad. Tomando mayor confianza a la hora de hablar, perdiendo el ‘usted’ por ‘tú’, pero siempre con respeto. Y cuando llegas a la academia, intentar aplicarme, acabas y toca regresar, siendo peor la vuelta que la ida, pues va el autobús más cargado, donde siente por el olfato la ‘humanidad’.

Era lunes de nuevo, levantándome temprano para desplazarme coger el autobús para ir a la academia, tras una noche bochornosa di por sentado que el día se presentaba bastante caluroso, cosa que mi madre había predicho. Pues está me dejo las prendas y una nota, nota donde leí... ‘te he dejado la ropa preparada, son prendas para que estés fresco para este día, dúchate, desayuna y te marchas, no llegues tardes. TQ’. Prendas que eran unos pantalones cortos de algodón blanco (muy cortos), una camisa de mangas corta de color azul claro, una prenda interior bastante rara por cierto (una mezcla entre un bóxer y un tanga, pero sin costura, cosas de mi madre de comprar en los mercadillos).

Pues eso, tras ducharme, desayunar y vestirme, salí y me dirigí hacía la estación para coger el autobús, llevándome la primera sorpresa del lunes, no siendo este que estaba lleno de gente. Siendo el viaje bastante pesado, pero que suelo llevarlo meramente bien gracias a la radio, pues me coloco mis auriculares y que paso de todo. Tras llegar y dirigirme hacia la academia, realice las tareas de las dos asignaturas, acabando por acabar a eso de las dos del mediodía, tocando el regreso. Y como mencione anteriormente, los viajes de ida no son lo malo sino los de vuelta, pues son más de horas puntas que otra cosa, ya que todos deseamos regresar.

Llegue compre mi billete y entre en el autobús, desplazándome hacia el fondo como así nos hacía saber el conductor, colocándome detrás del último asiento, agarrándome en la barra horizontal que se encuentra en los respaldos de los asientos. Me ubique cerca de la ventanilla, no solo para poder ver el paisaje sino para que me diera el aire. Esperaba un viaje tranquilo a pesar de ser lunes, me situé haciendo esquina, detrás de los asientos y pegado a la ventanilla, estaba escuchando música.

Comenzando los empujones, ya que la gente no dejaba de entrar, ya que se escuchaba al conductor decir... ‘Por favor pasen al interior, vayan al fondo que hay mucho sitio aún, seamos respetuosos los unos con los otros’. Y yo miraba de un lado hacia el otro, pensando donde coño había visto esta persona sitio, volviendo a los pocos segundos a lo mío.

Y entonces es cuando ocurrió, pues en eso unos de los empujones fue diferente, pues me dio la sensación que fue más un puntazo que un simple empujón. Ni me inmute, no deseaba hacer un escándalo, antes deseaba contrastar eso, un nuevo empujón hizo que alguien acabara literalmente pegado a mi espalda. Sentí algo duro presionar mi culo, aquella sensación me dejo en blanco, tragué saliva, pero no hice nada, tampoco había hecho esta persona nada. Y en minutos, noté como está persona comenzaba a moverse, movimientos que no eran otra cosa que restregarse con su miembro entre mis nalgas.

Quedándome aún más sorprendido, no dije nada, me mantuve callado, deseaba saber hasta dónde llegaría, pues un escándalo por una simple refriega, no era motivo. Con cierto temor, gire mi cara hacia la ventanilla, pudiendo ver el reflejo de esta persona en el cristal. Viendo que se trataba de un señor mayor, rostro que de alguna manera me era conocido, pero que no atinaba de que. Pero esta persona, tras darse cuenta que lo había descubierto, no solo no se apartó, sino que continuo con sus movimientos obscenos, no dejando de sonreírme.

Mire con cierta precaución a mi alrededor, dándome cuenta que el resto de los pasajeros, ni se percataba de lo que ocurría, aunque tampoco es extraño, ya que íbamos pegados como ‘anchoas dentro de una lata’. Esté iba a lo suyo, restregándome su miembro por mis nalgas, cambiando los movimientos, ya no eran puntazos sino movimientos rítmicos. Me explico, eran movimientos medidos de arriba hacia abajo, ¡haciéndome notar esté la dureza de su glande... uuuffff!!, pero la verdad más que dureza, aquello me hizo sentir un calor bastante sofocante. Dándome por volverlo a mirar, ya que deseaba saber cómo coño era está persona, viéndolo de nuevo reflejado, mirándolo hacia abajo, como si estuviera disfrutando de lo que estaba haciendo (cosa que no me extraña).

Por su físico (rostro) le eché unos cincuenta y tantos años, persona madura, alta ya que era me sacaba unos centímetros al menos, por su cuello deduje que debía de ser corpulento (quizás esta persona trabajaba el campo), canoso y con abundantes cabellos y bigote. Y esté encima ni se ‘coscaba’ que le estaba mirando, continuaba con su mirada baja y mordiéndose el mentón inferior, mientras me marcaba su miembro entre mis glúteos... uuummm!!. La situación se me estaba haciendo cada vez más excitante, la verdad no sabía ni dónde mirar, y en ese momento, se pudo escuchar nuevamente al conductor del autobús, decir...

  • “Señores por favor, váyanse al fondo que aún hay sitio, tenemos que tener cabeza y mirar un poco por las demás personas”.

Y recuerdo que medio otra vez por mirar de un lado hacia el otro, no viendo que hubiera sitio la verdad, pensando que donde habrá visto el conductor hueco, pues no cabe ni un alfiler, pero a su vez comprendiendo que los demás desean subir, pero donde coño se iba a colocar.

Y en ese momento noté, como unas manos se posaron en mi cintura, una por cada lado, dándome por mirar de un lado hacia el otro bastante asustado. Y escuchar tanto detrás de mí como desde la puerta, decir...

  • “Señores por favor, sí no les queda más remedio, agárrese donde puedan ya que, al viajar de pie, no está de más tomar todas las precauciones posibles, por favor es de sentido común”.

Y al momento, esa otra voz del fondo, desde las puertas decir...

  • “Por favor, no se apoye en las puertas durante la marcha, no tengamos la tragedia que estas debido a los baches se puedan abrir, o que den un susto cuando se abran”.

Y ves como las personas se agarran tanto a las barras horizontales como a las verticales, viendo como algunas personas han creado un estado de miedo, ya que algunas que se encuentran en medio les da por agarrarse a otras, todo por evitar caerse en caso de movimientos o giros bruscos del vehículo. Y es cuando siento como esté señor maduro, tomándome por las caderas me atrae hacia él, notando de forma descarada la totalidad de su empalme. Longitud y dureza que di por hecho que, este degenerado se la había sacado del interior de su pantalón. Y acercando su rostro a mi cuello, pude escucharle decirme...

  • "Sabes me tienes muy caliente, desde que te vi el primer día, pensé que me tenías que sentir, me gustas mucho y hueles muy bien".

Dijo mientras sentí como empezaba a acariciarme con sus manos, vientre una y el muslo la otra... uuummm!!. Quise apartarlo de mí, pero me era imposible moverme, ya que otro señor a mi derecha me imposibilita mis movimientos, y me daba vergüenza decir algo. Además, no sé porque motivo, me corte muchísimo, debería de estar acostumbrado por mis experiencias, pero no sé por qué, esta vez lo veía diferente, quizás fuera por ser a la luz del día.

Su respiración en mi cuello... me hizo estremecerme, simulaba que aquello me molestaba, pero lo cierto es que me tenía muy excitado. Sentí como su mano izquierda abandonaba mi vientre, ascendiendo por el interior de mi camiseta hacia mi pecho muy lentamente, aprovechándose del espacio que tenía entre el asiento y mi cuerpo... uuummm!!. Sentía como esa mano áspera y rugosa me rozaba suavemente, calentándome cada vez más, y sintiéndome incluso mareado, cuando esos dedos bastos pellizcaban mis pezones... ooohhh!!.

Momento en que sentí su otra mano ascender por mi muslo, cuya palma acabo directamente en mis nalgas, sintiendo como me palpaba directamente y acababa por magreármelas después... ooohhh!!. Volviéndome a decir...

  • "Veo que te gusta... verdad, percibo que esta situación es nueva para ti, quizás sea por el morbo o que se yo, pero tu cuerpo me dice que estas caliente y excitado, pero bueno... haré que la notes aún más".

Su mano izquierda descendió de mi pecho hacia mi vientre nuevamente, mano áspera y rugosa que se divertía como acariciar mi joven cuerpo, volviendo a acariciar mis tetillas, ¡con las cuales empezó a jugar... uuuffff!!. Su otra mano no dejaba de acariciar mis glúteos, dirigiéndose poco a poco hacia adelante, acabando por agarrar mi miembro por encima del pantalón. No dejando en todo momento de respirar de forma agitada e incluso suspirar, mientras me decía toda clase de obscenidades... uuummm!!.

Y es cuando percibo como desabotona el botón de mi pantalón, baja la cremallera e introduce su mano dentro, echando aún lado la tela de mi ropa interior y acabar por cogérmela... aaahhh!!. Mi miembro estaba para esos momentos morcillón, no soy de los que se empalma con facilidad cuando estoy con un hombre, pero llevaba de abstinencia al menos una semana, y este me iba a coger facilón. Sentí como esa mano basta magreaba mi verga, como me descapullaba mi glande, no quedándome otra que morder mi brazo para acallar mis gemidos... ooohhh!!. Sintiendo como lame mi cuello, acabando en mi oreja y decirme...

  • “Creo que voy por buen camino... eeehhh!!, noto como te vas animando”.

Dice y siento como mi pantalón corto de algodón cae por si solo hasta mis pies, prenda que, al mirar hacia abajo, veo como este pisa al colocar su pierna entre las mías, cuya rodilla golpea las mías e indicándome que separara mis piernas. Sintiendo esté mi excitación, pues de mi verga comenzaba a emanar precum, debido a mi estado y separe mis piernas, acabando por sacar uno de pies de mi pantalón sin que, esté me hubiera dicho nada. Y no me quedaba otra que dejarme hacer, comenzando a disfrutar de esa morbosidad... uuummm!!.

No sabía ni como ponerme, acabe por apoyarme con ambas manos sobre la barra superior del asiento con ambas manos, mientras echaba mi cuerpo hacia atrás. Y notar como esté hombre, apartaba su mano izquierda, descendiéndola hasta mis nalgas, sentir como pellizcaba mi prenda interior y echarla aún lado. Acabando esté por decirme...

  • “Qué coño es esto, no son ni un slip ni un bóxer, que tipo de prenda es está”.

Avergonzado calle, obviamente no era plan de explicar que es mi madre quien me compra la ropa interior, prenda que suelta y tras cogerla nuevamente, noto que en vez de echarla de nuevo aún lado, esté coge y tira hacia abajo. Sintiendo como introduce su miembro entre mi prenda y mis nalgas... uuummm!!, sintiendo como desliza su verga por mis nalgas, notando no solo como emana calor sino como impregna mis glúteos... uuuffff!!. Y sintiendo como en esos momentos, como a esté le da por morderme el lóbulo de mi oreja, soltándome después...

  • "Creo que desde hoy vas a disfrutar del viaje conmigo, vas a coger como siempre esta línea, vale...”.

Y siento como su verga recorre mi entrepierna, como desciende por mis nalgas y vuelve a ascender hasta golpear mi miembro, sintiéndome asustado y al mismo tiempo muy excitado, mezcla difícil de explicar. Notaba como me impregnaba de su precum, incluso como llegaba a golpear en más de una ocasión mi orificio... ooohhh!!, apartándola y continuar con su labor... uuummm!!. Volviéndome a decir...

  • “No quisiera hacer algo que no deseas, no quisiera obligarte si no quieres, pero que vamos a disfrutar ambos, verdad...".

No dije nada... ni me inmute, deje que este continuara con su ‘labor’, acabando por dirigir de nuevo su mano hacia mi miembro, sintiéndolo ahora no tan ‘bravucón’ como antes, pero aun así, comenzó a magreármelo y juguetear con mi glande... ooohhh!!. Y en minutos sin poderlo evitar acabe por correrme, soltando apenas nada, pero que este mismo acabo por apartar la mano. Diciéndome...

  • “Te has corrido muy pronto, no habrás ni tan siquiera haber disfrutado, bueno otra vez será, por cierto, tu leche sabe muy bien”.

Comentario que me hace entender que se aprovechara más veces, eso y que llevo sus dedos impregnado en mi semen a su boca, llegándolos a chupar y degustar. Decir y hacer eso, cuando comento... ‘ya nos falta poco’, pensando que por fin llegaría a casa, pero en vez de eso, siento como esta descarga. Notando como esa gran cantidad de esperma, deja impregnado mi entrepierna, sintiéndome pegajoso, dejando esa acumulación en mi prenda interior y mi cuerpo. Sacándola, diciéndome...

  • “Súbete el pantalón de prisa que, pronto llegaremos a la estación, no querrás que te vean así”.

Y hay estaba yo, intentándome subir mi prenda, acabando por subírmela con mucha maña, para volver a este decirme...

  • “Cuando bajes del autobús no te vayas directamente a casa, coge y te vas a los aseos, para que puedas limpiarte allí... vale”.

Y eso hice, no solo porque él me lo hubiera dicho, sino que era lo más razonable, no era plan de llegar a casa con ese ‘pastel’. Como olvidar cuando bajas del bus con cuidado, caminando como si me hubiera ‘cagado’, cuando la ‘carga’ en verdad era otra cosa. Entre en la estación y busqué los aseos, entre y tuve la suerte que no había nadie, quizás por la hora, pues era hora de almorzar. Cogí y me metí en una de las cabinas vacías, entornando la puerta y bajarme mis prendas inferiores, llegando a pasarme por la cabeza el tirar mi prenda inferior a la basura, pero luego recapacité al pensar en mi madre (ya que está se hubiera extrañado al no encontrarla, cuando lavara).

Y en minutos escuche un ruido, dándome por cerrar la puerta al estar todavía entornada, cuando algo o alguien me lo impidió, siendo más bien alguien, pues hay apareció aquel maduro bigotudo. Echándose encima y decirme... ‘lo guapo y hermoso que soy’, mientras me magreaba mis nalgas. Sacándose del interior de su pantalón su miembro, enseñándomelo y decirme...

  • “Mira cabrón como me la tienes, está así por tu culpa”.

Y sin avisarme, conducir uno de sus dedos a mi orificio, presionar e introducirme con mucha facilidad la mitad de su dedo corazón... uuummm!!. Y tras sacarlo con cuidado y volverlo a introducir de nuevo, repitiendo esto por un par de veces, mientras me acaricia el pecho con su otra mano, besando y chupando mi oreja. Dándome por decirme...

  • “Te voy a comer todo el coñito, y después te voy a follar a pelo”.

Y asustado decirle...

  • “Pero si soy un chico”.

Y esté mirándome con esa cara de vicioso, responderme...

  • “Por esa razón te voy a follar a pelo, pues sé que a los nueve meses no traerás regalito”.

Quedándome bastante asustado la verdad, pero siendo interrumpidos por unos ruidos de afuera, ruido que me dio la oportunidad de subirme el pantalón y salir de la cabina. Encaminándome a toda prisa hacia casa, cayendo que no llevaba mi prenda interior, pero como ni se me paso por la cabeza regresar a por ella. Pero bueno, viendo que me he excedido demasiado, mejor dejarlo aquí y continuar en otra ocasión, os lo prometo. Bueno, aquí os lo dejo, y lo dicho, agradecer a todos aquellos que me seguís y leéis, deseando que os haya gustado, espero que no os hayáis manchado demasiado. Si queréis saber más de mí, me lo hacéis saber a mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo).