Unas tetas de locura
Lo de que la buena teta en la mano quepa, es un rollo, no hay tetas feas, ni tetas malas, hay que saber disfrutar de ellas.
Durante bastantes días estuve pensando en Mª Ángeles y que aparecía para hacerme una visita, unas veces venia sola y otras con Pedro su marido, pero en todas acabábamos follando. Si no se cumplían mis deseos, me tocaría hacer una visita al pueblo y ver el ambiente.
Era un día normal y con algunos compañeros del trabajo salió la conversación de una carrera que había el domingo, una carrera solidaria, como no hacía falta mucho para liarme, quedamos en ir a la carrera y después unas cervezas.
El domingo temprano fui a un bar donde había quedado con los que íbamos a la carrera para desayunar. Al llegar vi que faltaban dos, faltaban porque habían quedado con otra gente y nos veríamos junto a la salida para ir todos juntos. Como siempre el más joven con diferencia era yo y al llegar y ver a los que faltaban, eso seguiría siendo así, porque eran de la edad de ellos, los que se unían a nuestro grupo. Vinieron las presentaciones y entre ellos había uno que conocía, Ramon que pasaba bastante los 40, pero se le veía en una condición física impecable, media 1,72, soy tan exacto porque hablaron algunos de la estatura, por lo de las zancadas.
Ramon era del pueblo y hacía muchos años que se había ido. Iba muy poco por el pueblo y recuerdo que los comentarios o cotilleos en el pueblo, eran de todo tipo. Según quien contara, oías una cosa o lo contrario. Que si se había casado con una lagarta o con una mujer que era casi una monja. Que ella era un monumento de mujer o un adefesio. A él le hizo mucha ilusión verme. Se intereso que como estaba allí y le explique que vivía en Valencia, le dije donde trabajaba y entonces se le iluminaron los ojos. Pidiéndome que al terminar no me marchara, que quería hablar conmigo. En lo que si coincidía todo el pueblo, es que Ramon era muy blandito, muy buena gente, pero tanto que a veces era tonto. Algo que de momento a mí no me lo parecía.
Acabo la carrera y cuando nos juntamos todos, nos fuimos a tomar unas cervezas. Después de unas cuantas cervezas, se empezaron a marchar algunos, hasta que nos quedamos pocos y al despedirnos, Ramon se vino conmigo. Una vez que estábamos solos, me conto que su mujer estaba a punto de hacer una inversión que él no veía muy segura y que de salir mal, les dejaría con un serio problema.
- ¿De qué se trata esa inversión?
- Es montar una sociedad con una amiga, para montar un negocio de “XXX” (No pondré de que, para que nadie pueda hacer cábalas de quien puede ser)
- Pues no es mal negocio si se sabe llevar. Es algo que se está poniendo en auge. Yo le veo futuro a ese tipo de negocio.
- Pues podías revisar el proyecto y decir como lo ves, que tú de eso sabes mas que nosotros y también te puedes informar.
- No sé si podré ser de mucha ayuda. Lo que sí puedo comprometerme es a ver si se puede hacer algo.
- Con eso me conformo. Que llevo ya mucho tiempo tratando de encontrar a alguien que conociera a alguien que supiera de esto y fíjate que casualidad.
- Haz una cosa que mañana después de almorzar, a eso de las 11 de la mañana que se pasa a verme y que me traes la documentación y la echamos un vistazo y ya te digo algo.
- Que peso me has quitado de encima. Y a todo esto, se te ve en muy buena forma. Te preparas tu solo o vas a un gimnasio.
- Voy a un gimnasio, en mi casa no hay sitio para tantos aparatos, Jajajajaja, suelo ir todos los días un rato.
- ¿A cuál vas?
- Voy al “XXXX”
- Me han dicho que es bastante bueno y que tienen en otras ciudades.
- Si, es verdad y lo bueno, que puedes hacer uso de ellos.
- A mí me vendría bien, porque viajo bastante.
Al día siguiente me llama temprano Ramon, para decirme que él no podrá acercarse, que si no me importaba se acercaría su mujer Olga. No veo ningún inconveniente y le digo que sí. Llega su mujer y me avisan. Nada más verla se me corto el habla. Era de su misma estatura. Rubia llamativa y unas tetas monumentales. Una exageración. La boca se me hizo agua. Fui a darla dos besos, pero ella antes de que pudiera hacerlo extendió la mano. Era una madura vistosa y muy apetecible. Estaba potente pero no gorda, se veía un cuerpo duro y con mucho ejercicio detrás. Se sentó y no me daba los papeles que traía.
- Ya me dijo tu marido sus dudas o las vuestras. Si me dejas la documentación te podre decir algo.
- Claro, perdona, toma todo. (Le di un vistazo por encima mientras ella me miraba en silencio y me examinaba)
- Esto es bastante más complejo que lo que me había dicho Ramon. Porque la inversión va a ser cuantiosa.
- Pero lo ves viable.
- Viable es de momento, pero hay que verlo con más detenimiento. Aunque de entrada ya te puedo decir, que como si esta puesto aquí tu aportas la mayor parte de la inversión, a la hora de los beneficios, también debe llevarte la misma proporción, como pasara si hay perdidas y lo mismo debe de suceder con la capacidad de decisión.
- Si pro es que Lucia, que es mi amiga de toda la vida, es el cerebro y la que sabe, yo me dedicaría mas bien a la parte de la administración. Vamos que ella seria el cerebro y yo el musculo.
- Esta bien, si te parece déjame que lo revise bien y en cuanto lo tenga claro llamo a Ramon.
- Me parece bien, pero si te parece a ti bien, cuando lo tengas nos reunimos todos y lo vemos.
Lo dejamos así y los dos días llame a Ramon y quedamos el sábado a comer en su casa, pero antes quería que nos viéramos nosotros a solas. Nos vimos el viernes a última hora, porque el saldría tarde de trabajar. Venía de una comida reunión y se le notaba algo pasado de copas.
- Perdona la tardanza y haberte enredado para estar aquí ahora y siendo viernes.
- Nada, no pasa nada. De que querías hablar a solas.
- Quiero saber si ves con posibilidades el negocio en el que se quiere meter mi mujer.
- Como negocio lo veo muy bien, ya te lo dije. Lo que hay que saber si serán capaces, porque aquí lo único que he visto son números y los números están bien. Son realistas, como también son realistas con que el primer año estarán en perdidas, el segundo cubrirán gastos y al partir del tercero beneficios. Lo que no quiere decir que no arranquen bien desde el primer año.
- DÉJATE DE ROLLOS (Se le veía muy lanzado por la bebida) lo que quiero saber al 100 por ciento es si va a haber beneficios y lo demás que me digas son GILIPOOOOOLLECES.
- Oye Ramon, a mí no me hables así, que te has creído. Que el que te está haciendo el favor soy yo y mírame bien, conmigo no te pases ni un pelo. ¿ME HAS OÍDO BIEN? (Se quedo flipando y bajo los hombros)
- Perdona, perdona, es que todo esto me trae muy nervioso. Que no quiero hacer una inversión ruinosa, que es mucho dinero. Es que no conoces a Olga, cuando se le mete algo en la cabeza, no hay quien le haga cambiar de opinión. Es que tiene muchos cojones, mas que yo. Es tremenda. (Lo expresaba con desasosiego)
- No sé si tu mujer tendrá cojones, pero lo que si tiene son unas buenas tetas. (No sé cómo salió esa salvajada de mi boca) Ahora el que me tienes que disculpar eres tú a mí, que me he pasado un montón.
- Jajajajaja, te tenías que haber visto la cara. No te disculpes, por lo menos hasta hoy has sido el único que ha tenido las narices de decir algo que es obvio, porque los demás, miran como si no miraran y se lo callan. Jajaja. (Como vi que se lo tomaba bien y que estaba alegre seguí con el mismo tema para saber más de su mujer)
- Si cuando la vi, me quede mudo y quise darla dos besos como saldo y rápidamente me dio la mano.
- Jajajajaja, muy propio de ella.
- Ahora sí que tienes suerte, te lo debes de pasar de miedo, Jajajajaja.
- Que va, eso solo al principio. No parábamos, pero ahora nada de nada y con los hijos por medio menos.
- Dicen que los hijos comen mucho tiempo e intimidad.
- Que va después de cada parto se volvió más “divertido” todo y sobre todo después del segundo. Pero de pronto un día se fue enfriando poco a poco. No ella sola, también he sido yo un poco pasota. Pero siempre ha sido muy activa en la cam, pero mucho y no sé porque te estoy contando esto, porque si me oyera me mataba, Jajajajaja.
- No me puedo creer que no hagas nada.
- Hombre claro que si hacemos algo, pero no como antes. Que también es normal, no me mires así. Que llega el momento más temido y no sabes cómo evitarlo, lo retrasas pero llega.
- ¿El que llega?
- La PUTA RUTINA, que es una GRAN CABRONA. (Lance un “torpedo” en profundidad para ver como respondía)
- Ah eso. Pues he conocido y conozco a muchas parejas que le echaron pelotas y acabaron con la rutina.
- ¿Siii? ¿Cómo?
- Buscando a un tercero o a una pareja. No me mires ahora tu así. Que yo he estado con muchas parejas y ahora les va muy bien. Te lo cuento a ti ya que tú has tenido la confianza de contarme cosas tuyas.
- No jodas, ¿en serio que te has acostado con parejas?
- Pues sí y me lo paso muy bien.
- Me dejas descolocado. Porque lo veo difícil. Porque lo mismo yo sería capaz, pero mi mujer, ni drogada. Jajajajaja. Que aunque es muy caliente, eso no lo haría nunca.
- Jajajajaja. Ahora el que se ríe soy yo. Con el ambiente adecuado y con la colaboración del marido, se puede lograr todo.
Nos fuimos y vi que Ramon llevaba un brillo distinto en sus ojos, el gusanillo ya lo llevaba dentro. El sábado cuando llegue a la casa de Ramon y Olga, ya estaban los otros amigos. Lucia y su marido. Fue Ramon quien me los presento. Lucia de 1,60 muy buena forma física, tetas medianas, culo respingón. Su marido Santiago, mas de 40 años, pero peor conservado que su mujer y sus amigos, un poco panzón. Ellas eran de la misma edad, pocos meses de diferencia y me sacaban 16 años, pero ninguna aparentaba su edad y mucho menos Olga.
Lo que si me di cuenta es que desde que entre tanto Olga como Lucia me miraban como a un enemigo. No me gustaban para nada sus miradas. De Olga pensé que lo mismo Ramón le había dicho lo que me conto y por eso me miraba con esa rabia. Para Ramon, Santiago y para mí, la comida fue muy futbolera porque solo sacaban ese tema de conversación y las mujeres, con mala cara, algo que entendía porque el tema no era muy entretenido, intente cambiar varias veces de conversación, pero ellas tampoco me siguieron, por lo que no lo intente mas y seguimos con el fútbol.
Nos pusimos a tomar café y una copa. Ellas pasaban un poco de todo, hasta que inicie la conversación que les interesaba. Para no escribir todo, lo dejare en lo esencial. Dije que el negocio era viable, con buenas perspectivas y solo incidí en la parte que ya le dije a Olga. Lucia que pensé que sería la más crítica, me daba la razón para añadir, “Es que el tacaño de mi marido no quiere poner más. Que se lo quiere llevar todo a la tumba” a eso no dije nada, pero si lo hicieron Olga y Ramon, que se metían con él, porque por lo que se veía era tacaño.
Ahora las mujeres empezaron a estar muy amables conmigo. Siendo los hombres los que ahora no tenían buena cara. Olga me miro con una sonrisa para decirme, “Eso lo podías haber dicho antes de comer, que no me enteraba nada. Que Ramon me dio a entender que estarías en contra” me eche a reír y no dije nada. Acabaron los maridos diciendo que cada uno aportaría la mitad si yo por lo menos al principio las asesoraba. Acababan de meter al zorro en el gallinero. Santiago mirando siempre el euro, pregunto que cobraría yo y en plan de broma Ramon dijo que me lo pagaran en carne, a lo que las dos mujeres dijeron riéndose que si tenían que sacrificarse se sacrificarían. Todos nos reímos. Aunque mi risa era malvada. Cuando me comprometí a ayudarlas al principio, Olga se levantó y vino a darme dos besos, acompañado de un fuerte abrazo, note sus tetas en mi pecho y mi rabo salto como un muelle.
Lucia hizo lo mismo pero con mucho menos énfasis que su amiga. Al principio veíamos martes, miércoles y jueves por la tarde, Olga, Lucia y yo, siempre en casa de Olga. Conocí a sus hijos adolescentes, que siempre que llegaban se iban a sus habitaciones y la verdad que no molestaban mucho. Llegamos a tener mucha complicidad los tres y pronto aparición las conversaciones más “intimas” con doble sentido y muchas bromas. Con Santiago la relación era más escasa, porque nos veíamos de tarde en tarde y con Ramon se hizo más fluida, hasta el punto que se dio de alta en mi gimnasio. Donde pude ver que era un hombre fuerte y muy preparado físicamente.
También me di cuenta de que cuando acabábamos y nos duchábamos, aunque disimulaba me observaba cuando estaba desnudo. Una tarde que fui a su casa estaban ellos y Lucia no había podido ir, esa tarde no haríamos anda, porque los hijos estaban de exámenes y ella se fue a ayudarles en el estudio. Ramón insistió para que me quedara a tomar un whisky con él y aunque me hubiera venido bien irme a hacer otras cosas me quede.
- Llevo muchas semanas dándole vueltas una y otra vez, en la cabeza a lo que me contaste de lo que hacías con parejas. ¿es verdad lo que me contaste?
- Totalmente verdad.
- Nunca has tenido ningún problema, celos, que algún marido quisiera algo contigo, ya me entiendes.
- Jajajajaja, claro que se pueden dar situaciones “peculiares” pero nada que sea insalvable.
- Ya, ya, pero tu imagínate que alguien quiere que le comas ya sabes o comértela el a ti. Es una situación comprometida.
- Jajajajaja, que no es tan comprometida. Yo desde luego no me como un rabo, pero que me lo coman no me importa, si la pareja me cae bien.
- ¿Lo dices en serio? ¿Te loa han comido?
- Si más de una vez y no sabes bien como se ponen la pareja,
- Porque a las mujeres aunque digan que no les pone muy cachondas ver a su marido hacerlo y compartiendo con ellas.
- Y solo por curiosidad, ¿Quién lleva la voz cantante en esas situaciones?
- Si es una pareja primeriza, la llevo yo. Sin perder de vista a la pareja y ver que siempre estén cómodos. Mas adelante, la confianza y el conocerse hace el resto. (Veía el interés en sus ojos y que estaba excitado)
- Otra curiosidad, eso de irte con todas las parejas que quieren, ¿No te causa en ningún momento complejo o incomodidad?
- ¿A ti te gustan todas las mujeres que ves?
- No, todas no.
- Pues a mí lo mismo. Primero me tiene que gustar la mujer y luego el caerme bien.
- Ya y ¿Cuál es tu prototipo de pareja? (Cuando contestara vería si se enfadaba, no se enfadaba o que pasaba)
- Es difícil de contestar algo concreto. Pero te voy a poner un ejemplo y sin que te ofendas. Tu mujer es de las que ves y dices me la follaría, porque está muy bien y su marido es simpático. (No se esperaba esa contestación)
- Me has dejado sin palabras. Lo mismo me has entendido mal, que el hablar de esto no quiere decir que te esté proponiendo nada, no quiero que llegues a ninguna conclusión errónea. Porque no sé el motivo de que pudieras pensar que quisiéramos nada. (Se “olía” miedo y excitación)
- Ya sé que no insinúas nada, ha sido solo un ejemplo, por eso te dije que sin mosquearse. Es una conclusión mía sin mayor importancia.
- ¿Por qué esa conclusión?
- Otra vez te digo que sin enfadarte, es solo una opinión que no trata de ofenderte. Pues tu mujer, que no quiere decir que la falte al respeto con esto que diga, tienen pinta de necesitar muuuucha marcha con ese cuerpazo que tiene y esa cara… y tú que eres muy majo, tienes cara de que te gustaría ver a tu mujer de otra forma, ya me entiendes. (Hubo un silencio grande y me limite a mirarle)
- La verdad, no sé qué decir. No me esperaba ese tipo de contestaciones. No sé, no sé qué decir. Salvo que no es así. No sé. No sé porque llegas a esas conclusiones. (Bastante nervioso)
- Ramon, no poder ser más sincero. No sé si tu mujer sabe algo de lo que hablamos, no sé si quiere lo mismo que tú. Lo que si se, es que lo podemos pasar muy bien los tres, tengo muchas ganas de follarme a tu mujer delante de ti y contigo participando. Se que tú también lo quieres, porque si no, no hubieras sacado esta conversación y si te hubiera molestado ya me habrías mandado a la mierda. ¿Tu mujer también quiere?
- Que dices, si se lo digo me mata. Pues menuda es ella. (Esta contestación fue rápida, impulsiva y se dio cuenta de que lo había pillado)
- Pues no hablemos mas, tú quieres, yo quiero, ahora solo falta el cuándo y el donde. Eso te lo dejo a ti.
- Falta algo mas importante, el cómo lograrlo.
- Busca un sábado noche en el que tus hijos no estén para que ella no se preocupe. Juega a tener fantasías con ella metiéndome a mí y me vas contando. Pero todos los días, al principio te dirá que estas mal, etc., pero ves si le va gustando.
- Lo intentare. (No muy convencido)
Ramón llamo a su mujer porque yo me iba y como ya nos dábamos dos besos siempre que nos veíamos, en la despedida, fui descarado dándoselo casi en los labios y vi que se quedó desconcertada. En la siguiente visita la bese de la misma forma descarada y ella no dijo nada. A los días ya era una costumbre. Ramón un día me dijo que el siguiente sábado estaban solos, tuve que decirle que no porque me parecía muy pronto. Se quedo como desilusionado. Le pregunte por sus avances y me confeso después de mucho insistir, que cada vez que empezaba con las fantasías conmigo, acababan follando.
De varias cosas me di cuenta con Olga. Cuando estábamos sin nadie externo a su familia, era muy reservada, tal vez hasta tímida. Era una mujer controladora, aunque lo hacía con mucho tacto. Lo ideal sería salir a cenar, luego a tomar algo y crear un ambiente adecuado, pero en público iba a ser muy conservadora. Por lo que solo quedaba que fuera en su casa o en la mía. Aunque haría un intento para que saliéramos a cenar. Ese intento aunque sería infructuoso porque lo hable con Ramón y me dijo que en público sería imposible ningún avance lo hice una tarde que Lucia se fue antes.
Como si fuera algo muy normal les dije ante la sorpresa de los dos, porque Ramón no sabía nada. “He pensado que este sábado podíamos salir a cenar y luego a bailar. ¿Qué os parece? Invito yo” Ramón que se le vio muy nervioso soltó, “Es que no nos gusta dejar a los niños solos, ya sabes y no sé, lo mismo otro sábado. ¿Qué te parece Olga?” y ella más tranquila que su marido respondió, “Por los niños no hay problemas que se pueden quedar en casa de mis padres. La pega está en lo de bailar, porque a este marido mío, poco le gusta, jajaja”
Ramon se quedó más tranquilo y se sintió más animado ya quería el organizar todo y fue Olga quien el corto. “Tu tranquilo. Vamos a cenar a “XXXX” que me gusta a mí y ese sitio que tú dices no me va. Además invitamos nosotros y si no es así no hay cena. Luego para tomar la copa vamos a…” en ese momento la corte yo con cierta brusquedad, “Ahora tranquila tu. Lo de la cena lo acepto pero el sitio de las copas lo elijo yo, si o si y si no el que no va a cenar soy yo”, ella cedió y le dijo a su marido que menudo carácter tenía yo.
El sábado por la mañana me llamo Ramón y bastante nervioso, me quería dejar claro que tuviera mucho cuidado que Olga podía parecer otra cosa, pero que en realidad era una mujer muy tímida, que si veía cualquier cosa que ella se incomodara, aunque fuera poco, había que abortar lo que queríamos. Cerca de 20 minutos tranquilizándolo y me costó pero lo logre.
Estaba esperando en el restaurante y los vi llegar, ella sonriendo y el con cara de susto. Olga venia muy elegante, sin vestir demasiado provocativa, pero si con un punto morboso, sin necesidad de enseñar nada excesivamente. Una falda de cuero negra ajustada, una blusa de seda granate casi abotonada hasta arriba y unas botas negras con tacón fino. Traía un abrigo fino color marrón claro. Ramon y yo íbamos mas de sport. La melena rubia no la traía suelta pero tampoco del todo recogida. Iba despampanante. Cena distendida, Ramón quería hacerla beber y ella apenas probo la primera copa de vino, se limitó mojarse los labios como quien dice.
Luego fuimos al sitio elegido por mi para bailar. Lo había escogido a conciencia, quería un sitio donde se encontrasen a gusto y que no salieran corriendo asustados por el ruido. El lugar era lo que se dice una discoteca de baile. Con sus lugares oscuros y un lugar entretenido. Al ser sábado había mucha gente, estaban los que iban a bailar y luego los que iban a tomar una copa tranquilamente y ver como bailaban las parejas. Porque siempre había auténticos portentos bailando. No pude escoger el sitio que me hubiera gustado, pero tampoco estaba mal el sitio que nos tocó.
Al rato de estar y como no bailaban, les pregunte porque no lo hacían. Ramon fue el que me contesto, “es que no me encuentro bien del todo y no me apetece” Olga con un “JA” que soltó dijo, “No le hagas caso es que no baila nunca y menos baile, baile. Todavía si es dar saltitos si, Jajajajaja”, eso me permitió decirle que si quería bailar conmigo y con cara de espanto me respondió, “¿Qué dices? NO, que va. Pues con lo celoso que es Ramón, Jajajajaja” y Ramon en su papel de ofendido le dijo, “No sé porque dices que soy celoso, eso son imaginaciones tuyas, ¿Alguna vez te he reprochado algo?” y ella un poco más seria “Vale no te enfades, nunca me has dicho nada, pero te conozco” tuvieron un pequeño encontronazo con el que sí y el que no. Al final se vino a bailar.
Prácticamente desde el primer momento la entre de una manera u otra. Cuando estábamos en el campo de visión de Ramón, Olga se tensaba y no me daba pie, cuando no nos veía, ella se dejaba pegar y rozar como si fuera cosa del baile. Mi empalme era del 15, cada vez más brutal. Así estuvimos toda la noche, bailábamos, descansábamos y nos sentábamos con Ramón. Ella de su ron cola solo había bebido un dedo. Pero se le habían subido los colores. Hice la seña acordada a Ramon y algo nervioso y expectante nos dijo, “ya estoy aburrido de estar aquí, podíamos ir a tomar la ultima a nuestra casa, ¿Qué os parece?”, los dos esperábamos para ver lo que decía Olga, como no decía nada, di yo la respuesta, “Por mi sin problema, si queréis o si tu mujer quiere, porque no la veo muy animada” fue cuando reacciono y dijo que era una buena idea.
Porque no decirlo en los tres había un punto de nerviosismo. Olga y yo íbamos completamente serenos y Ramón llevaba mas bebido de lo recomendable. Por eso no dejamos que el condujera su coche. Olga no conducía, así que dejamos mi coche allí aparcado y llevamos el de ellos, porque Ramón no se atrevía a dejar su magnífico coche aparcado en la calle, parecía en ese momento más importante que su mujer.
Ramón se quiso sentar delante, pero Olga le dio dos voces para que fuera detrás, que decía que ya sabía que ella se mareaba si iba detrás. Ramon disgustado se montó detrás. El coche era automático y una vez que arranque mi mano derecha quedo tocando la separación de los asientos. Ramón iba recostado en el asiento de atrás y el alcohol hacia su efecto, empezaba a decir alguna tontería subida de tono. Olga puso morros de enfado y se giró un poco hacia mí, para que su marido la viera bien, porque le empezó a recriminar su actitud. En ese momento paramos en un semáforo y vi que al estar de lado, enseñaba más de lo que ella hubiera querido y aproveche para acariciar su rodilla hacia arriba del muslo, diciéndole que tranquila, que era por la bebida.
Me miro intensamente a los ojos, dejo de hablar a su marido y no hizo nada por impedir que mi mano siguiera allí. Pero cuando puse el coche en marcha de nuevo, ella con mucha suavidad y sin brusquedad quito mi mano de su rodilla. En el siguiente semáforo que paramos intente tocar de nuevo la rodilla, pero esta vez ella estaba preparada y no me lo permitió. Al aparcar en el garaje fue como si resucitara Ramón, que salió bastante fresco del coche o eso parecía. Subimos a la casa y lo primero que hizo fue servirnos las bebidas a Olga y a mí.
Olga nos dejó solos un momento y Ramón me preguntaba que como lo veía. No le dije nada salvo que pusiera música. Puso música para bailar lento. Seguimos hablando y a él había algunas veces que se le trababan las palabras, hasta él se dio cuenta, porque dijo que no quería beber mas, que si pasaba algo no se enteraría. Cuando volvió Olga, se veía que se había retocado el maquillaje, al entrar en el salón, encendió un par de luces mas, porque la verdad que Ramón lo había dejado casi a oscuras.
Poco tardamos en ponernos a bailar, costo un poco pero ante mi insistencia y el apoyo de Ramon, Olga se autoconvenció. Ella se mantuvo separada de mí y yo fui reduciendo distancias, hasta quedar de la misma forma en la que bailamos antes. Mi calentura era notable y ella la tenía que notar contra su cuerpo. Según en la posición que ella se encontrase se dejaba mas o menos. Empecé a sobar sus nalgas, al principio con cautela y después con mas atrevimiento. Su respiración estaba como la mía, a tope. Ramon se levantó y salió, ni idea a donde fue y Olga aprovecho para regañarme por lo que hacía. Bese su cuello, lo lamí y me apodere con mis labios de él.
Tuvo un momento de debilidad porque se dejó, pero pasado ese momento, se echó para atrás y mirándome me dijo, “¿Qué quieres que nos pille mi marido y acabéis a guantazos? ¿Eso es lo que quieres? Pues eso me traería muchos problemas a mi así que POR FAVOR, ¡YA VALE!” me eche a reír y ella me miro asombrada y le dije, “Que poco conoces a tu marido, si esta mas cachondo que nosotros dos juntos viéndonos” y me respondió, “Tú estás loco. Se te ha ido la cabeza” al oír que volvía Ramón le dije que durante 10 minutos me siguiera el juego, por lo menos un poco. No le dio tiempo a decirme nada.
Ramón se sentó de nuevo y se puso a beber una coca cola sin nada más. Nos miraba como acabábamos de bailar la canción que sonaba. Bailamos la siguiente canción y fui bastante atrevido, Olga no cooperaba mucho, pero tampoco me impedía nada, por lo menos de momento. La siguiente canción, me moví, la abrace desde atrás y me puse a bailar con ella así, que se quedó completamente fuera de juego y sin saber que hacer. Porque quedo de cara a su marido. Mis manos estaban en sus costados, agarrando su cintura, mi rabo pegado a su culo. Mis movimientos eran descarados y su marido que no decía nada, solo nos miraba cachondo.
Lo siguiente era lo decisivo de esa situación. Mis manos fueron subiendo hasta sobar esas inmensas tetas. En ese momento ella se quedó como una estaca, sin moverse, aguantaba la respiración. Después de unos instantes se relajó un poco y seguro que no entendía nada. Un extraño sobándola delante de su marido y este sin decir nada. El momento iba a ser inolvidables para ellos. Se empezó a mover y ya echaba el culo para atrás para notar mejor mi rabo. Baje mi mano derecha hasta tocar su muslo, fui metiendo mi mano por debajo de su falda hasta llegar a sus bragas, que estaban mojadas. Con mis dedos las aparte un poco y me encontré con un coño con bastante pelo. Cuando empecé a hacerle el dedo, ya se relajó del todo. Su respiración era cada vez mas fuerte y sus gemidos empezaban a sonar. Le lamia el cuello se lo besaba y ella se dejaba. Le dije muy bajo que me besara, giro la cabeza y nos morreamos de forma exagerada. Después le dije que se quitara las bragas, sin dejar de tocarla, ella metió sus manos por debajo de su falda y empezó a quitárselas, intento quitarse para poder hacerlo mejor y fue cuando hice participar a Ramón.
“Coño Ramón, haz algo joder. Ven y ayuda a tu mujer a quitarse las bragas, ¡VAMOS A QUE ESPERAS!” Ramon vino veloz y con cara de vicioso, era más vicioso de lo que imaginaba. No tardo nada en quitarle las bragas y se iba a ir cuando le ordene que le comiera el coño a su mujer, que lo preparara para mi rabo. Olga en cuanto su marido empezó a comerle el coño, aumento sus gemidos. “Ramon que no se corra, te lo aviso. Y tú zorra, a que no te imaginabas a un marido cornudo” ella gimiendo me contestaba “Que va, si AAAHHH, pensaba que era celoso, aaahhh, que pervertidos que sois, me encanta, seguir así”
Fui desnudándola empezando por la parte de arriba. No quise quitar su sujetador, eso lo quería dejar para el momento más cachondo. Ramon mientras yo la desnudaba de arriba el hizo lo mismo con la falda. Como pude me fui desnudando mientras su marido seguía comiéndole el coño. Cuando me quede desnudo me puse de nuevo detrás de ella, me agache un poco para colocar mi rabo entre sus muslos y cuando me eche para adelante, mi rabo recorrió toda su húmeda raja, hasta dar en la barbilla de Ramón. Ramón dijo, “¡JODER MACHO! LO QUE CALZAS” pensaba que se quitaría pero no, siguio y sin cortarse agarro mi rabo y lo pego mas contra la raja de su mujer.
Mi rabo quedo en la entrada de su coño y Ramón seguía apretando, hasta que entro un poco y la que exclamo ahora fue su mujer. “AAAAGGGGG, madre mía, que bicharraco” hizo quitar a su marido que se puso de pie y ella se apoyo en el y se agacho dejando el culo hacia atrás, para que le metiera el rabo hasta el fondo. Inicie el folleteo a buen ritmo y ella que le costaba hablar, le repetía una y otra vez a su marido, “No entiendo nada, no te entiendo, pero gracias, que placer mas grande, no quiero que acabe nunca” y su marido la animaba, le decía que lo disfrutara.
Estaba agarrada al cuelo de su marido, quien la aguantaba bien ante los meneos que le daba. Nos avisaba de que si seguía así ni iba a poder aguantarse y me menee con mas rapidez, hasta que la oímos correrse, algo contenida pero una buena corrida. Nos fuimos para los sillones, porque aunque ramón quiso ir a la habitación ella soltó un, “EN NUESTRA CAMA ¡NO!” y nosotros lo hicimos así. Me senté en el sillón y ella no lo pensó, se sentó sobre mi metiéndose mi rabo. Ahora si se quito el sujetador y menudas tetazas tan enormes, con unos pezones con una aureola gigante, aunque lo que era el pezón en sí, no era muy prominente.
Al verlas le dije, “Tenia muchas ganas de verlas y comérmelas” ella solo me dijo que a que esperaba y me puso una en mi boca mientras se movía. Otra vez estábamos los dos super cachondos. La agarraba bien de las nalgas y metí un par de dedos en su culo y le dije, “También deseo mucho follarte este culo” y me miro con picardía diciéndome, “Majete con un instrumento como el tuyo nunca he tocado un concierto, jejeje, antes hay que prepararlo” y muy decidido me moví, mire a Ramón que no se perdía nada de lo que hacíamos y le dije, “Vamos consentidor, prepara el culo de la zorrita de tu mujer” ella se freno en seco y muy seria y mirándome me dijo, “Como te atreves a llamarle a mi marido eso, ¿Qué te has creído?” lo que pensé es que se había cabreado por lo de zorrita.
Tuve un momento de duda y Ramón dijo, “Olga no te enfades que no tienes motivo, que encima de que ha sido delicado diciéndolo, porque no ha mentido en nada” ahora fue Olga la que se quedo descolocada y le dijo, “Entonces el que tu seas cornudo y lo quieras, que me convierte a mí, en vez de en zorrita en ¿una PUTA?” fui yo el que respondí a esa pregunta con un buen azote en el culo diciéndola, “Vamos PUTA, sigue follándome y tu cornudo, ponte un condón y folla su culo, que no follo sobre corridas, TU SI; pero yo no”
Olga se puso a moverse, me sonreía y me decía que tenia mucha jeta. Ramón venia empalmado y loco por follarse el culo de su mujer. Fue un poco brusco porque casi se lo metió de una vez, la mujer se quejó, le llamo burro y mas cosas. El ni puto caso. Se puso a follarla con frenesí, mientras le decía, “Sabia que eras muy puta, que te la has clavado muy rápida. Ya veras cuando te folle el culo con ese pollón, estas echa una perra. Si PERRA, MAS QUE PERRA, FURCIA, PUTA QUE ME CORRO, JODER QUE ME CORRO, AAAHHHHHHH” menudas voces que dio y como se corrió.
Lo que llevo a hacerse correr a su mujer, que estaba también demasiado cachonda. Se levanto y ella misma se coloco de rodillas sobre el sillón, era una invitación a follarme su culo. Le dije que se pusiera de rodillas sobre la alfombra y que su marido se pusiera debajo, que hicieran el 69, que le gustaría mas así y que así el cornudo tendría una visión perfecta. No hubo que insistirle a Ramón, se tumbo boca arriba al segundo y Olga con media sonrisa me decía, “Lo conoces mejor que yo, que barbaridad que vicioso que es mi cornudín”
Primero la estuve follando un poco para que mi rabo estuviera lubricado de forma natural. De paso hice como si mi rabo se saliese de forma casual y diera en la cara y boca de Ramon. Que no se quejaba y hacia como un buen cornudo, agarraba mi rabo y lo colocaba en su sitio de nuevo. Después de hacerlo tres veces, saque mi rabo y empecé a follarme su culo, menuda tía, como se tragaba su culo mi rabo. Ni una queja y sentía a Ramon como se comía mas rápido su coño. Entro en el culo mejor de lo que pensaba y se lo folle sin descanso, hasta que empecé a correrme y lo hice tan exagerado como Ramon.
Al sacar mi rabo parte de mi corrida empezó a salir poco a poco y bajar por su raja hasta el coño que se estaba comiendo Ramón. Se quiso quitar y Olga que se estaba comiendo el rabo de él, paro y le dijo, “Si paras ahora que estoy a punto TE MATO” y Ramón volvió al ataque comiéndose parte de mi corrida sin decir nada. Se corrieron ellos también y lo único que dijo Olga fue, “Que pelos de loca que debo de llevar” se levantó y nos dejó solos. Oímos como Olga llamaba a Ramon, fue a ver que quería y al poco volvió y me dijo, “Discúlpame, pero te tienes que marchar, ya hablaremos, cosas de la vida, ya sabes, las vergüenzas” como es natural lo entendí y como le vi cortado por lo que me decía le dije, “No te pongas así hombre, estas cosas son normales que sucedan. Date cuenta que ahora, una vez que ha pasado todo, ella estará pensando que coño he hecho. Así que por mí no te preocupes. ¿Tu bien?” y ahora le apareció una sonrisa y me dijo, “¿Qué si bien? Para mi ha sido de PUTA MADRE, mucho mejor de lo que pensaba y si quieres podemos repetirlo ya con mas confianza, ¿No te parece?” le dije que primero hablara con su mujer y que no tratara de forzarla a tener un segundo encuentro si ella no quiere.
Tuve claro que a él le había gustado. Había roto sus miedos y estaba muy lanzado. Si a Olga le pasaba lo mismo, seria una pareja interesante de seguir tratando.
Si no me da tiempo a escribir otro relato en lo que queda de año, que paséis ¡¡FELICES NAVIDAD Y PROSPERO AÑO NUEVO 2020!!