Unas ricas chupadas en viernes (2)

La segunda parte de las mamadas deliciosas y algo mas...

UNA RICAS CHUPADAS EN VIERNES II

Después de la primera sesión de ricas chupadas de verga que me dio Fernando, quise repetir la experiencia, así que un par de semanas después le pregunté:

  • ¿Qué te parece que el viernes vayamos a tomar una copa?

  • Soy materia dispuesta, no solo me gustaría sino que lo deseo – fue su respuesta.

Entonces es un hecho, nos vamos el viernes a la salida y a ver que sucede… - contesté maliciosamente.

Pasó la semana sin que volviéramos a hablar del asunto, ese día como a las 2 de la tarde fue a recordarme lo convenido:

  • No se te vaya a pasar que hoy nos vamos al bar, así que prepárate – comento viendo mi entrepierna.

  • Te voy a dar lo que te gusta – comenté tocándome el bulto -, así que no vayas a salir con que tienes trabajo pendiente.

  • Para nada, ya todo está terminado y mi jefe salió de viaje, tengo el día prácticamente libre.

Reímos los dos por la broma y continuamos con lo que quedaba de trabajo, al sonar las 4 de la tarde, nos dispusimos a irnos rápidamente, ya que en ambos no había ni la más mínima intención de desperdiciar el valioso tiempo.

Nos fuimos al mismo bar de la vez anterior, comimos y tomamos varios tragos antes de retirarnos a su casa, en el trayecto me dijo:

  • Acabo de conseguir nuevas películas, espero que te pongan tan caliente como la vez anterior - lo comentó mientras me acariciaba por encima del pantalón.

  • No te adelantes que quiero disfrutarlo al máximo

  • le dije mientras apartaba su mano de mi verga.

Mi acción no le pareció del todo, pero no volvió a sobarme la reata hasta que llegamos a su casa, al entrar me ofreció servirme otra copa, a lo cuál accedí con agrado, realmente era un anfitrión atento, tomé asiento mientras regresaba, llegó con las dos copas y varias películas, obviamente todas eran de temas pornográficos, me decidí por una que se llamaba "mamadas profundas", en la portada aparecían varios hombres chupando enormes penes, se la entregué y me acomodé para disfrutar de lo que vendría a continuación.

En la pantalla se iniciaron las escenas, cada una más caliente que la anterior, poniendo completa atención, pude ver que uno de ellos se tragaba casi completo un garrote como de 20 centímetros, eso me calentó lo suficiente puesto que recordé la forma en que Fer me lo había chupado, giré mi cabeza para mirarlo y le susurré quedamente al oído:

  • Así me gusta que me mames el pene, cuando te lo tragas todo me haces gozar al máximo.

  • Pues no pierdas el tiempo y déjame mostrarte que me como toda tu espada – dijo mientras se apoderaba de mi erecta verga.

Sacó mi herramienta rápidamente y empezó a lamerlo como si fuera un dulce, pasó su lengua por toda la enrojecida cabecita, para luego hacerlo a todo lo largo y grueso del tronco, lo hizo lentamente como paladeando lo que su lengua tocaba, ya que había ensalivado mi garrote, entreabrió sus labios para ir metiendo mi virilidad en su cavidad bucal, realmente sabía proporcionar placer con su boca y lengua, mientras iba introduciendo el ardiente camote, su lengua recorría todo el trozo de carne sin omitir parte alguna, lo tomé por los cabellos para ir haciendo más profundas sus chupadas, mientras mi espada desaparecía dentro de él, lo fui despojando de la camisa, deteniéndose por unos instantes me preguntó con voz entrecortada por la excitación:

  • ¿Quieres verme desnudo?

  • No solo te quiero ver, también me gustaría que te pusieras algo de ropa femenina – mi tono era de exigencia.

El asombro se dibujó en su rostro, parecía que lo había descubierto en algún secreto celosamente guardado y que no podría ocultar por más tiempo.

  • Pero… cómo sabes que… es decir… ¿sabías que soy trasvesti? – su semblante cambió, la voz sonaba dudosa.

  • No se necesita mucho para imaginarlo, después de que supe que te gustaba mamar vergas, lo supuse, quiero verte transformado en mujer.

Con la vista baja, se levantó con rumbo a su recámara, cerró la puerta tras de sí y me dejó viendo el filme, mi calentura no disminuyó, al contrario, se acrecentó pensando en la sorpresa que Fer me estaba preparando, tardó unos 15 o 20 minutos en regresar, pero la espera valió la pena, peluca castaño oscuro, maquillado de ojos y labios, blusa roja ajustada, un sostén que evidentemente había rellenado con algo, ya que se le notaban los pechos abultados, minifalda negra, medias del mismo color, zapatillas haciendo juego con el tono de la blusa, la transformación era genial, sus ademanes cambiaron de la tosquedad masculina a la delicadeza femenina, hasta sería capaz de llevarlo así a algún bar, quizá al cine

  • ¿Cómo me veo? – preguntó girando lentamente para que pudiera apreciar su atuendo.

  • La verdad, te ves muy bien, hasta se me antoja hacerte el amor –respondí con agrado.

  • ¿En serio te gustaría cogerme? – preguntó con cara de satisfacción.

  • Si te gusta tanto lamer reatas, supongo que también eres capaz de hacer desaparecer todo esto en tu culo – dije mientras sacudía mi verga frente a él.

Su vista no se apartó de mi hinchado garrote, al contrario, se hincó a mis pies y repitió las deliciosas mamadas que sabe dar, disfruté las mamadas de mi ¿compañero? de oficina mientras le decía:

  • Que putita tan rica me voy a coger, te voy a meter mi garrote hasta que mis bolas choquen con tus nalgas.

  • ¿De veras me atravesarías por el culo? – preguntó al tiempo que dejaba de saborear mi macana.

  • Si tienes condones dalo por hecho – respondí con la excitación al máximo.

Como impulsado por un resorte, se levantó y casi corrió para traer lo que le había pedido, regresando me entregó un paquete de condones mientras me decía:

  • Espero que estos te proporcionen el placer que necesitas, son de los mejores.

Revisé la envoltura y me di cuenta que eran texturizados y con sabor a cereza, asintiendo con la cabeza le respondí:

  • Espero que con estos también tú disfrutes de lo que te vas a comer.

  • Solamente te voy a pedir algo… - hizo una pausa y continuó -, que me dejes beberme toda tu leche, es algo que me causa inmenso placer.

Ante tal oferta, no pude negarme a su petición, así que, abriendo el paquete, le ordené:

  • Quiero que me hagas un "table dance" y te vayas desvistiendo como las mejores bailarinas eróticas.

  • Tan solo de pensar que me voy a comer toda tu verga, soy capaz de hacer lo que me mandes – respondió pasando su lengua por los labios.

Le di una nalgada y me senté para disfrutar del espectáculo que iniciaría en breve, bajó el volumen de la televisión, puso música suave y, con tono fingido hizo una presentación de su acto:

  • Y ahora con ustedes, la reina del desnudo… Déborah.

Me quedé pensando en el nombre que había elegido, Déborah, sería mejor "devora-vergas", reí para mis adentros mientras la danza se iniciaba, comenzó tocándose por todos lados, y girando para que pudiera ver lo que hacía, luego se despojó de la blusa dejándome ver un sostén del mismo color que la falda y las medias, luego, bajó lentamente la minifalda descubriendo que debajo llevaba un liguero que sostenía las medias a la altura de sus ingles, la minúscula tanga apenas podía contener su pequeño miembro, cuando estaba frente a mí, sacaba la lengua como paladeando un invisible pene, o invitándome a que me acercara para lamer el mío, se acercó a mí para ofrecerme sus falsas tetas, se las acaricié como si fueran reales, de repente, dio la vuelta y me acercó tanto las nalgas que estuve a punto de meterle la lengua en la rajada que las dividía, estando así, se agachó y se quitó la tanga, dejándome apreciar su oscuro anillo posterior, no me pude aguantar más, lo tomé de la cadera y lo senté encima de mis piernas, quedando mi reata en medio de su trasero, con rápidos movimientos se acomodó para que la punta de mi verga quedara exactamente en la entrada de su culo, deteniéndolo le dije:

  • Si voy a cogerte por el ano, es mejor que me ponga la funda de látex.

Se levantó un poco para que mi camote quedara cubierto, en cuanto estuve preparado, escupió sobre mi virilidad para que quedara listo para la batalla, nuevamente se sentó teniendo especial cuidado en que la cabecita quedara en la entrada de su orificio posterior, lo tomé por la cadera para que no pudiera zafarse de la inminente ensartada, de un rápido movimiento, le ensarté hasta la mitad de mi estaca en su estrecha abertura, un quejido brotó de su boca, pero se repuso al instante, ahora fue él quién se dejó caer nuevamente sobre mí y logró que su culo se llenara de mi carne, inició una cabalgata que revelaba su grado de excitación, como no estaba muy cómodo en esa posición, lo hice que se tirara sobre el brazo del sillón con el culo hacia arriba, pude sentir que mi reata palpitaba por el placer, así que, tomándolo en mi mano, lo dirigí hacia el palpitante esfínter que esperaba ser poseído, en cuanto la penetración fue total, Déborah apretó el culo para aumentar el goce de ambos, me lo estuve cogiendo lentamente, como si quisiera que mi venida no llegara, cada vez que mis bolas tocaban su trasero, apretaba el culo como si quisiera dejar dentro de su ser, tanta calentura me obligó a anunciar que pronto saldría el torrente de leche, sin darme tiempo a reaccionar, Fer se sacó mi ardiente estaca del ano y me mamó hasta que la leche brotó a borbotones llenándole la boca, no detuvo sus chupadas hasta que exprimió toda mi crema, la cuál paladeó como si fuera un elíxir divino.

La experiencia resultó fabulosa, me cogí un buen culo y me dieron unas mamadas deliciosas, pero poco me duró el gusto, fui transferido por mi compañía a la capital del país, en dónde ahora radico, y no volví a ver ni a disfrutar con "la reina del desnudo", lástima

Espero sus comentarios en mi correo.

Don Pato

fotografo7@yahoo.com.mx