Unas mini vacaciones en pareja (parte 2)
Las aventuras de esta curiosa y morbosa pareja siguen sin cesar siendo cada vez más atrevidas.
Buenas ^^ seguimos con la segunda parte. Para los que no leyeron la primera recomiendo que la lean antes de leer esta pero no están del todo relacionadas asique no pasa nada por leerlas por separado.
Como siempre espero que os guste y comentadme lo que os parece. Gracias ^^
Eran las 6 de la tarde y tras una siesta reconfortadora nos levantamos para aprovechar las horas de sol. Hacía calor, pero era soportable bajo la sombra. Decidí llevar solo la parte de arriba de mi bikini azul marino y un short que definía mi culo y los movimientos al andar.
Decidimos ir a pasear por el pueblo y alrededores. Siendo verano, mucha gente de las ciudades venía a pasar su tiempo aquí por lo que había mucho ambiente.
Después de una hora de caminata, llegamos a un camino estrecho en el que a la izquierda veías vacas y ovejas y a la derecha olivos e higueras. Nos encontramos un
parque un poco más adelante medio oculto por zarzales y arbustos. Estaba bastante olvidado, pero aún quedaban intactos el columpio y un banco de madera medio roído.
Nos sentamos como unos adolescentes en el banco, mi chico debajo y yo encima de él dándole besos y chupetones por el cuello. La idea de jugar arriesgándonos a que
alguien nos viera otra vez me puso caliente por lo que bajaba mi mano hacia el paquete de mi chico que parecía que me leyó el pensamiento. Él ya me empezó a
desabrochar mis shorts dejándome con la parte de arriba de mi bikini. No llevaba nada debajo ya que los pantalones eran bastante cómodos.
Mi chico me sobaba las tetas, mordiendo mis pezones y azotándome en el culo y cada vez me mojaba más llegando a calarle sus pantalones. Le desnudé entero y al ver su polla que estaba morcillona la cogí por la base, me la acerqué a la boca para chuparla y mojarla y con la otra mano frotarme el clítoris y pellizcarlo.
Me caían babas por la comisura de los labios al notarla bien dura y a punto de correrse, pero pretendiendo que durase me incorporé y le pedí que me tocara el a mí.
Pero mi chico había tenido otra idea mejor. Se acercó al columpio y consiguió enrollar uno de ellos en forma de soga que colgaba de la barra.
Me acercó y me ató bien fuerte para no soltarme, con su camiseta me tapó los ojos y dándome un beso casto en los labios me separó las piernas bien abiertas. Escuché
como cogía algo del suelo y de repente noté un latigazo en el culo. Me había dado un azotazo con un palo fino por lo que eso picaba, pero daba gusto después de cinco
más.
Gemido tras gemido mi coñito estaba mojadísimo y mis flujos se resbalaban por mi pierna; decidió meterme cuatro dedos a la vez y del tirón. Y sintiéndome muy apretada empezó a moverlos con ganas, su polla que estaba cerca de mi culo estaba durísima y con ganas de follar.
No pasaron ni diez minutos y sentía que me corría, y más placer que me dio al notar la lengua de mi chico chupándome el coño entero absorbiendo todos mis fluidos. Y sin dejarme descansar aprovechando mi humedad noté como se restregaba por mi culo, pellizcándome los pezones, provocando otro mini orgasmo.
Su polla estaba palpitando entre mis cachetes, pero aún no se había corrido, pues de una embestida me la metió entera por el culo. Mi gemido resonó sonando más fuerte
de lo normal pero aun así seguimos follando cada vez más fuerte y rápido notando lo llena que estaba.
Mi chico me agarró poco después por el cuello apretando mientras me lo mordisqueaba con fuerza y con la otra mano tiraba de mis pezones y de mi clítoris
alternándolos. Yo mientras con los ojos casi en blanco del placer y la lengua fuera,gimiendo sin parar, acercaba mi culo a su polla para metérmela en cada embestida más al fondo.
Una oleada de placer me invadió por todo el cuerpo, mis piernas empezaron a temblar y mi clítoris bombeaba muy rápido. Su polla me follaba más rápido ahora sintiendo
como al final, tras llamarme putita calientapollas se corrió dentro de mi culo dejándome exhausta y llena.
Nos estábamos vistiendo ya cuando un niño pequeño se asomó al parque y viéndome el culo se fue riéndose gritando a su madre que había visto una chica guapa y desnuda. Riéndonos nos fuimos corriendo a casa. El sol estaba a punto de esconderse y una ducha calentita y relajante nos esperaba.
Continuará...