Unas mini vacaciones en pareja
Tras una temporada de estrés y poco tiempo para los dos, una pareja va a su pueblo a relajarse. Donde experimentarán nuevas sensaciones y aventuras.
Buenas, este es mi tercer relato ya. Al ver el éxito de mis dos anteriores, seguiré con esta serie de relatos. Esta es la primera parte y espero que os guste.
Dejamos las maletas en la entrada y revisamos que el chalet esté en orden. Abrimos los ventanales y preparamos todo para darle vida a las estancias. Nos hemos dado unas mini vacaciones en mi pueblo cerca de la sierra ya que estos días no hemos tenido tiempo de vernos ni aprovecharnos. Cerca hay un río para poder bañarnos aunque tengamos piscina en el jardín.
Antes de todo empezaré describiéndome; soy una chica joven, bajita y amable, morena con pelo largo y liso. Mi cintura es estrecha y realza mi culo y mis tetas. Llamo mucho la atención por la calle pero tengo carácter y eso hace que la gente me respete.
Siendo ya julio, hace mucho calor; llevo puesto un top blanco y una minifalda roja, dejando al descubierto mis piernas y parte de mi culo tapado por un pequeño hilo del tanga. Pero decido cambiarme y ponerme el bikini para refrescarme antes de comer.
Me meto en el agua y nado un poco para relajarme cuando oigo una voz grave a causa de una excitación clara.
-Vaya, que sexy estás con ese conjunto que te regalé- dice mi chico con una mirada lujuriosa.-Diría que quieres provocar al vecino de en frente.
Divertida por ese comentario me subo al primer escalón y haciendo un pequeño striptease me quito la parte de arriba dejando al descubierto mis tetas mojadas por el agua y mis pezones duros y grandes sin dejar de mirarle a los ojos.
-Oh ¿sí? Entonces que disfrute de las vistas.- digo mirando hacia el vecino y sonriendo al ver que he llamado su atención.
Mi chico se mete conmigo y poniéndose por detrás de cara al vecino me rodea y empieza a tocarme las tetas apretujándolas entre sus dedos y pellizcando los pezones poniéndolos aún más duros. Con la otra mano, que la baja despacio acariciándome por la tripa, acaricia mi clítoris húmedo e hinchado por la excitación. Con dos dedos lo frota despacio haciéndome gemir lo suficiente como para que solo me oyera el vecino de en frente y éste empezase a tocarse por debajo de los pantalones babeando por la escena que presenciaba.
Hago una pausa y mi chico y yo nos deshacemos de las prendas que llevamos. Me arrodillo en un escalón y le empiezo a chupar la polla. Saco la lengua para mojar la puntita primero y saborear las primeras gotas que salen y me la meto a la boca un poco. Con una mano la agarro tocándole acompañando los movimientos de mi boca y con la otra me meto dos dedos en el coño haciéndome gemir por la espera.
Sintiéndola cada vez más grande y mojada en mi boca por las babas, retiro mi mano y la trago hasta la garganta dándome arcadas.
-Mmm que bien se siente. Ahora te voy a follar la boquita. Eres una putita caliente y me obedecerás, a que sí.- dice mi chico cogiéndome de la cabeza y el pelo. Yo solo puedo gemir mientras sigo tocándome fuerte y consigo decir. –Mpfm sii, soy tu putita, fóllame la boca. Tras varias embestidas noto que convulsiono y del placer me trago más su polla haciendo que me asfixie y la sensación sea mayor.
El vecino que ya estaba a punto de correrse, pidió que cumpliéramos su fantasía ya que él no podría al no tener mujer; ver a una pareja follando en una piscina. Mi chico al ver que me recuperaba de ese primer orgasmo me pone a cuatro patas para que nuestro vecino pudiese ver mi culo y mi coñito bien mojado.
-Prepárate zorrita, te voy a follar el coñito debajo del agua para que notes como hace presión y se hincha haciéndolo más apretadito-. De una sola vez mi chico mete su polla bien fuerte llegando hasta el fondo de mi interior. Ambos jadeamos por ese contacto que tanto ansiábamos y sin esperar nos empezamos a mover. El agua se movía a nuestro compás y el chapoteo de mi culo con su abdomen sonaba más fuerte y excitante.
En mi interior notaba como me llenaba de agua presionándome al fondo, gemía ahora sin control dejándome llevar por el placer y el orgasmo que ambos íbamos a alcanzar. Eché un vistazo a mi vecino y viendo que se corría me apreté las tetas y los pezones para darle uns mejor sensación.
-Mmm putita me voy a correr, y no pienso parar. No desperdicies ni una sola gota.-dice mi chico follándome más fuerte y acelerando el ritmo.
-Sii córrete en mí. Por favor, hazlo ya. Yo también voy a correrme.- Bajo mi mano tocándome el clítoris, gimiendo y dejándome llevar hasta alcanzar nuevamente el orgasmo al notar cómo me llenaba de semen en mi interior.
Ya secos y vestidos nos preparamos para comer. Nos besamos y nos miramos. Esas mini vacaciones iban a ser bastante divertidas.
Continuará…