Unas copas bastaron para ser una puta cualquiera.

Yo me puse bellísima esa noche y acepté salir con un nuevo amigo a ver una película y tomar algo a su casa. Comenzamos a apostar prendas y gané más de lo que perdí esa noche.

Cierto miércoles decidí pasar tres días vestida de nena. La primavera había llegado y no contenía las ganas de hacerlo. En la universidad había descanso y aproveché quedarme en el departamento. Como estudio una carrera, vivo con 3 chicas y un chico en el depa, nadie pasa de los 21 años, pero ese periodo ellos tenían que irse de viaje y me quedaría yo solita. Soy travesti de closet, aunque mi cajón de ropa interior esté más lleno de tangas, medias y brasieres, procuro ser discreta en clases y siempre usar lencería bajo mi ropa de hombre. Usualmente mis fragancias son femeninas así como mis artículos de uso personal, mi mejor amiga que vive conmigo lo sabe y con ella siempre voy a comprar ropa, tacones, maquillaje, lencería, juguetes sexuales.... En fin.

Era la oportunidad perfecta para comenzar a ser yo misma, ya llevaba más de 2 meses tomando hormonas, no aguantaba. En cuanto ellos cerraron la puerta, corrí a mi cuarto y saqué todas mis prendas, accesorios, zapatos. Era muy temprano en la mañana de ese miércoles, prácticamente tendía hasta el sábado. Las horas pasaron, modelé ante mi cámara las cantidades más posibles de ropa que tenía guardada, medias, ligueros, tacones, blusas, vestidos, faldas, accesorios, aretes de todo.

Después de depilarme todita, el área del bikini, las piernas, las cejas, eliminar imperfecciones, pintarme las uñas y quedarme en un short muy corto, una blusa rosa de encaje y unos tacones abiertos, dispuse a prepararme de comer algo muy ligero. Como mi complexión es muy delgada, piel blanca, mi cuerpo es muy femenino y con las hormonas más, no pude evitar pasar horas frente al espejo.

Al caer la tarde, abrí mi facebok, siendo mi cuenta de nena, tenía muchos amigos que me conocían como Sofi Nena, entonces, me comenzaron a hablar varios, debo aceptar que nos que son muy jóvenes no me dan gracia, prefiero hombres maduros. Decidí subir en un grupo de la red social una foto donde estoy sentada en un banquito con las piernas cruzadas vistiendo un vestido muy CORTO con lentejuelas de color negro. Al momento recibí muchos halagos referentes a mi belleza en la foto. Entonces un hombre me comenzó a hacer la charla en el chat. Debo aceptar que ya había salido otras veces con varios amigos por separado, y no pasaba siempre de un buen faje, nos besábamos e íbamos a un motel a rematar la noche, eso me aburrió pues sólo buscaban sexo y ya terminaba todo, reconozco que es delicioso, pero yo buscaba algo más formal. Era un hombre de 36 años, de nombre Rubén, su charla me agradó, comenzamos a las 6 pm y cuando vi eran las 10 pm, él me preguntó si me podría conocer, era la primera vez que conocía a una travesti como yo y pensé que sería buena idea. Pasaría por mí a las 11, eso me daba tiempo para maquillarme y cambiarme de ropa. Le advertí que no me interesaba tener sexo, él aceptó. Decidí ponerme una falda ligera, tableada, unas medias en red color piel, unos tacones altos rosas y una blusa rosa con negro con transparencias, me veía hermosa, me solté el pelo que llegaba abajo del hombro. Él llegó con 5 minutos de retraso, al asomarme por la ventana lo vi en su camioneta BMW, muy lujosa por cierto. Cuando bajé me vieron unos vecinos, que no me reconocieron (eso creo) y al pasar junto a ellos, me sonrieron y dijeron: -Buena noche señorita-

Al entrar a su auto, Rubén quedó perplejo, vi que su boca quedaba abierta mientras tímidamente comenzaba a decir: -Hola Sofi-, al darme cuenta de esto, como toda mujer, dominé la situación y le di mi mano y me acerqué a darle un beso en la mejilla. Vi como cerró sus ojos cuando olía mi perfume. Me dijo, vamos a mi casa, veremos una película.

Me comenzó a excitar, era muy atractivo, era alto, medía más que yo con tacones, debía medir 1.85m o más, era robusto, de piel bronceada, con barba y muy velludo, su voz era gruesa y sus hombros muy varoniles, sus manos gruesas, olía muy rico y vestía muy bien. Al ver que seguía tímido, por ser la primera vez que salía con una TV, le dije que se relajara.

Al llegar a su casa, en un lugar muy exclusivo, subí las escaleras, fingí tropezarme, así sentí sus musculosos brazos y dejé que me abrazara por un instante, rocé su entrepierna y noté que estaba durísimo. Lo pasé por alto, sólo quería ser tratada como dama, no como puta.

Me mostró su casa, me contó que era ingeniero y se acababa de divorciar, me sirvió un trago de tequila. Era muy tímido aún, entonces, le pregunté, no tienes una baraja, y apostamos para ver qué película vemos. Comenzamos a jugar, gané la apuesta, le dije, si gano otra vez, te tomas un fondo sólo. Aceptó y así pasaron varios tragos entre los dos. Con el calor y las risas, cambiamos, era apostar prendas.

Mi suerte era mucha, le quité la camisa, el pantalón y los boxers, ya animada por los tequilas, no tenía más ropa que quitarle, entonces, comencé a perder a propósito, me quité la falda y la blusa, sólo quedé en liguero y bra.

-Si ganas esta me haces lo que quieras- Dijo Rubén, y Le gané.

No lo aguantaba más, se sentó en sillón blanco frente a la enorme pantalla. -Soy todo tuyo- Dijo.

Me mostró su enorme pene erecto, le pedí que se dejara tapar los ojos y lo recosté completamente, le besé el cuello lentamente, mientras me iba subiendo sobre su cuerpo acostado, inmediatamente sentí sus manos buscando mi cadera, mis nalgas y mis piernas, su boca buscó mis labios y nos besamos apasionadamente. Me abrazó y metió toda su lengua en mi boca, estaba completamente enloquecida.

Mi deseo era probar esa enorme verga que parecía explotar, gruesa y venosa, se sentó mientras yo de rodillas le daba la más deliciosa mamada, succionar y lamer sus huevos era muy placentero, estaba exquisita, él comenzó a dar bruscos movimientos en mi garganta, mientras lo miraba a los ojos me decía:- chúpala princesita zorra-. Después de un rato, de probar ese maravilloso sabor, decidí que era tiempo de entregarme. De mi bolsa saqué el lubricante, él me puso contra la pared, mientras besaba mi nuca, bajó por mi espalda, abrió mis nalgas y pasó su lengua por mi culo mientras con las manos acariciaba mis piernas enfundadas en las medias de red.

Me puso lubricante, me metió los dedos, cuando estaba dilatada me cargó y me llevó al comedor, me recostó ahí boca arriba, puso mis piernas en sus hombros, y me comenzó a penetrar con furia, sentir dentro de mí su enorme pene era delicioso, le pedía que no parara. De repente se oyó entrar en la casa un grupo de personas.

-Hermano, venimos a seguir acá la fiesta, para que no estés so.....-Al oír esto, vimos frente a nosotros a 3 de sus amigos, igual de varoniles y atléticos que Rubén, iban en estado de ebriedad, al ver mis piernas sobre los hombros de Rubén y ver mi cara dijeron entre bromas, -Pero es que no invitas a tus amigos a degustar ese manjar-

Rubén me vio con una cara de cómplice, tratando de darme a entender si aceptaba que ellos se sumaran. No pensé más de 1 segundo para decir que sí.

Ellos inmediatamente, se despojaron de sus ropas, todos estábamos ebrios, fuimos a la sala de juegos, era el objeto de esos 4 hombres de barba y pelo en pecho.

Me pusieron de perrita, mientras uno me penetraba se la mamaba a los otros 3. El primero en venirse fue Rubén, lo hizo en mi boca y me obligó a tragármelo, fue delicioso, después Héctor, su amigo más peludo se vino en mi culo, al final quedé con Octavio y Carlos. Uno de ellos se acostó y me senté sobre su pene erecto, mientras yo daba bruscos sentones en su pene, el otro me metía hasta la garganta su falo. Los dos se vinieron de forma simultánea.

Al terminar, quedé feliz y extasiada, me vine de sólo sentir escurrir su semen en mi ano.

Después de terminar y tomar otro trago, Rubén cayó en un profundo sueño, sus amigos me pidieron estar conr cada uno a solas en un cuarto. Por gusto me despaché a todos.

Ese día terminé muy agotada.

Al día siguiente, Rubén me fue a dejar a mi casa después de desayunar. Yo seguí con mi plan de seguir vestida de nena hasta el sábado, era jueves. Esa misma noche, reibí un regalo, en un sobre, me dieron un bono de regalo por una cantidad generosa para comprar en una tienda exclusiva de ropa de mujer.

Hasta la fecha, sigo viendo a Rubén, de hecho soy su novia, y se pone celoso cuando se acuerda como fui poseída por sus amigos cuando él se quedó dormido, y sí, me encanta la verga.

Más adelante les contaré cómo empecé a ser travesti.

Besos