Una viuda y una infidelidad
Dos relaciones inesperadas, sobre todo la última. De parecer imposibles a hacerse una realidad
Ya estoy más relajado que el inicio del 2021 ha sido anárquico. Ya estaba trabajando a tope y sin parar. Con Alba y Celina no había podido verme otra vez, quedamos dos veces, pero al final por algo, se nos estropeo. Con Paquita la viuda me paso igual, era remisa a dar el paso de conocernos porque primero quería verme la cara. Trabajaba en unas oficinas alquiladas temporales, con poco personal y esperando dos cosas, que las obras donde iban las oficinas se acabaran y que se finalizase la selección, que iba más lento por culpa mía, tampoco era necesario correr mucho mas, porque hasta que no tuviéramos un espacio físico adecuado no se harina los contratos. Las seis primeras personas iban a ser, auxiliares administrativos que Marcelo mi sustituto en la otra empresa los había despedido y como me contaron Alba y Celina, lo hizo de la peor manera. Le habían dicho que tenía que echar a seis y en vez de preguntar a ellas por ejemplo, no se le ocurrió que hacer el mismo un sorteo en su casa y al día siguiente se los cargo. Mal empezaba porque había otras personas más indicadas para tirarlas a la calle.
Con los que hacían la selección hablaba todos los días y me remitían CV seleccionados por ellos y a falta de mi aprobación. Hablaba con los hermanos Rosario y Nicolas, pero nunca con Beatriu que desde que la vi estaba dispuesto a intentar algo con ella. Estaba revisando CV y recordé el de la mujer de Marcelo, estuve cerca de romperlo pero siempre hay que tener amigos en todos los sitios y que menos que ver el suyo. Me extraño que no llevara ninguna foto, pero los datos profesionales eran difíciles de superar y con experiencia. Marcelo físicamente no era muy agraciado y aunque no hacía deporte, en su peso se solía mantener bien, la cuarentena le había pasado factura, se había puesto con bastante sobrepeso y si ya antes no estaba muy bien, no sé porque asocie que su mujer seria por el estilo. Le llame por teléfono para decirle que me gustaría hablar con su mujer para ver si encajábamos y le propuse hacerlo por Skype si no podía ser presencial. Me propuso que ese viernes por la tarde podrían venir ellos donde quisiera y le respondí que me venía bien, pero que era preferible que fuera ella sola. Marcelo me decía que no me preocupara que lógicamente el no estaría presente en la entrevista.
Durante estos días me hablaba con una mujer que era la responsable del diseño de las nuevas instalaciones, era una empresa de arquitectura seleccionada por Fernando desde la central y por medio del correo electrónico, me enviaron el primer proyecto y sobre ese proyecto hice peticiones de cambios, peticiones porque no sabía si se podrían hacer, ya que podían aparecer muros de carga, pilares, todo lo hacíamos por móvil y ordenador, hasta que llegamos a un punto en el que no nos aclarábamos y ella dijo de vernos en mi despacho o en el suyo, quedamos en el suyo porque era más adecuado por tener allí toda la documentación, planos, videos, etc. siempre pensé que tenía que ser agradable, no físicamente, pero por la voz se la veía amable, una voz dulce. Llegue el día que quedamos y cuando la vi alucine. Isabel era rubia, con pelo largo y sujeto con una coleta, llevaba pantalón elástico ajustado, que le hacia un culo respingón, ojos azules, pecho mediano y en un momento que se cambió de mascarilla, unos labios y una boca muy sensual. Se que desde que nos vimos se produjo algo entre los dos, las miradas lo decían todo. Cuando terminamos salió de ella decirme que la próxima vez, me visitaría ella.
Una noche mientras esperaba a que se conectara Paquita, que debía estar “castigándome” para que cediera en lo de dejar ver mi cara, me puse a buscar a Isabel para saber más de ella. No tarde en encontrarla en los típicos sitios de la red. Estaba tremenda y le gustaba exhibirse, aparecía en muchas fotos con un tío con un gran bigote. Los dos eran de la misma edad los 40. Eran fotogénicos y estaba claro que eran pareja y que se cuidaban físicamente de una forma seria. Aproveche para ver si encontraba algo de Beatriu y no encontré nada interesante, nada a nivel personal y ya estaba cansado de esperar y se conectó Paquita.
---Has cambiado de opinión?
---No.
---Entonces que hacemos?
---Pues quedamos en un sitio en el que tu estés cómoda, que te sientas segura y si después de tomarnos algo, no quieres nada, te vas tranquilamente.
---Ummmm
---Que quieres decir?
---Estoy pensándolo.
---Pues no lo pienses mucho, que están diciendo que cierran la hostelería por completo. Tu misma.
---Venga, mañana a las 5 en la cafetería XXXX, que está junto al Corte Ingles y por favor se puntual, no juegues conmigo.
---Seré muy puntual. Es una buena cafetería?
---Siempre que voy a Valencia paso por ahí, porque tienen una bollería muy rica y ya aprovecho y me llevo algo.
Después de quedar quise excitarla un poco para que al día siguiente estuviera mas predispuesta, pero no quiso y dejamos la conexión. Por la mañana se presentó Beatriu, quería hablar porque de todos los CV que me habían mandado ni había aceptado ni rechazado ninguno y la habían mandado a ella para saber que sucedía. Para que viera que si los había visto, que si estaba pendiente, le enseñe anotaciones y que los había separado en distintas carpetas. Le explique que no quería descartar a nadie hasta que no lo tuviera claro, ni tampoco aceptar a cualquiera sin ver los siguientes, pero para que me viera buena voluntad, le di unos que había separado descartándolos definitivamente y estaba escrito los motivos, diciéndole que lo que me extrañaba es que me los hubieran mandado y quise saber si eran amigos, conocidos o recomendados, se puso colorada y no me contesto. Ahora me entendió porque no les había dicho nada, me pidió disculpas y que no volvería a suceder. Fue un atrevimiento por mi parte pero se lo dije, “no tienes por qué disculparte, si tenéis a alguien muy especial, me lo decís y ya se verá, además me gustas mucho” y ella que estaba apurada no se enteró bien lo que le dije, “gracias y disculpa de nuevo, tú me caes también muy bien” y con una sonrisa maliciosa le dije, “no, no me has entendido, no he dicho que me caigas bien, te he dicho que me gustas mucho”
Se quedo muy cortada, pero no me mando a la mierda, era demasiado correcta para hacerlo, aunque tampoco me recrimino nada. Aguanto bien el envite y me pregunto seria, “eso se lo dirías a mi marido?”y no tuve dudas, “imposible que a tu marido le dijera que me gustaba, porque no me gusta nada y no hace falta que se lo diga porque se dio cuenta el primer día y em lo podrás negar, pero estoy seguro de que lo habéis hablado”se quedó callada termino diciéndome que subsanarían los errores que habían cometido. Se levanto para irse y de pronto se volvió a sentar.
–No me parece nada correcto lo que me has dicho.
–Puede que tengas la razón y por eso discúlpame. En lo de que tu marido no me cae bien, no me disculpo.
–Tienes razón, pero porque os habéis caído tan mal sin conoceros?
–Y tú me lo preguntas? Tu marido es de los que ven a uno más joven y se cree que es tonto o lo van a poder manejar. Conmigo ha metido la pata, sé muy bien en el mundo que me muevo.
–Podías buscar un punto de encuentro.
–El punto ese ya lo tenemos los dos, seremos profesionales y sin mas historias. Ahora te hago una pregunta, cuantas veces te han mandado a ti sola a solucionar algo? por tu cara ya se la respuesta, y no te jode que te hayan utilizado?
Ahora si se levantó y no se volvió a sentar. Era una mujer seria, era difícil tener algo con ella y si ocurría era porque ella quisiera o porque su marido le tocara mucho las narices y la hartara. Llegaba el momento de ir a la cita con Paquita donde podía ocurrir de todo, como el Corte Ingles quedaba cerca, fui a comprar un libro que Paquita comento que quería ir a valencia y entre otras cosas comprarlo, el libro de título AQUITANIA, lo compre, me lo envolvieron para regalo y un detalle para tener con ella. Llegue con tiempo y no había llegado ella. Paquita al entrar me vio a la primera y se puso nerviosa, se hizo la loca y alce mi mano para que me viera, se acercó y lo primero que me dijo, “que casualidad encontrarte aquí…” sin acabar la frase y cunado le dije, “como veras he sido puntual y no me rio de ti, espero reírme contigo” se sentó de golpe como si le hubiera dado un vahído. Decidí seguir hablando, pero no de lo que nos había reunido, le di el libro, lo abrió despacio, lo vio puso una sonrisa de compromiso y me dijo que le había leído el pensamiento, porque era una de las cosas que tenía previstas comprar, ya ni se acordaba que lo comento.
Un rato de silencio, removió el café hasta cansarse y hasta que el recordé que no había puesto el azúcar, eso le hizo reírse. Después de remover tanto el café, la encontré tranquila, “menudo compromiso, no sé qué decir y tú, sabes que decir?”me lo dijo seria y mirándome fijamente, no tenía que decir mucho, porque resumiendo me había contado lo mas intimo en nuestras conversaciones (le ataría el sexo duro, le llamaba la atención el sexo anal, aunque no lo había probado con un hombre y muchas más cosas que le atraían del sexo, pero eran fantasías no realizadas) y mi contestación fue segura, tranquila y directa al corazón, “todo está en tu terreno, tú serás la que decidas. Si quieres continuar iremos a mi casa y ahí quien decidirá seré yo y tú te convertirás en mi puta, como estas noches lo eras sin saber quién era yo”no dije nada mas, bebió su café, con la servilleta limpio la taza de pintalabios. Ahora desafiante y después de un momento de silencio dijo, “pues paga y vamos a ver si eres como me has dicho o eres un suflé” pague y nos fuimos. Nos encaminamos hacia mi casa, la conversación era fluida y parecía eso, que nos acabábamos de encontrar y nos contábamos los últimos acontecimientos.
Quiso ver mi piso, iba haciendo comentarios y no se había quitado el abrigo que llevaba ni dejo el bolso en ningún sitio. Trataba de entrar en ambiente y ella seguía dándome opiniones para terminar de decorar mi casa, pequeños detalles que faltaban según decía ella. Dejo la conversación y me dijo si no la iba a ofrecer nada para tomar. Tenía una extensa variedad de bebidas alcohólicas más que de no alcohólicas. Después de muchas dudas quiso tomar un vino y la verdad que no soy mucho de vinos y menos en mi casa, pero recordé que esta navidad me habían regalado alguna botella, que supuse por quien me las regalo que estarían por lo menos pasable y así fue, porque le gustó mucho. Antes de lo del vino, le ayude a quitarse un abrigo fino, que era como una capa. Se quedo con una falda negra corta, por encima de la rodilla, sin ser minifalda. Una blusa blanca escotada y estaba muy bien, se había vestido adecuadamente para ese momento. Se sentó mientras preparaba el vino y en cuanto le di su copa, me empalme, tenía cruzadas las piernas y podía ver que llevaba medias, porque se veían perfectamente sus muslos.
Termino su copa de vino y me pregunto que ahora que iba a hacer, si le guste esas noches que habíamos estado escribiéndonos, era por mi “dominación” por ser quien dirigía esos momentos y tenía que ser así, por eso le conteste, “ahora te vas a levantar y te vas a ir desnudando lentamente para mi” ella se negó y mi respuesta fue rotunda, “pues te puedes ir yendo, porque no vamos a perder el tiempo” y se quedó de pies parada y luego me dijo “me cuesta verte tan así, con lo dulce que siempre me has parecido y ahora…”y le dije interrumpiéndola que no me contara sus penas, que se podía ir tranquilamente. Si la primera vez fui serio esta lo fui mas, lentamente se empezó a desabrochar la blusa. No se la quitó la dejo abierta del todo y lo que veía superaba a lo esperado. Se llevo las manos atrás y desabrocho su falda y la dejo caer al suelo. Medias hasta arriba de los muslos, bragas negras de encaje, de tamaño reducido. Ahora se quitó la blusa y el sujetador era del mismo color, trasparente y se le marcaban y veían los pezones nítidamente. Le ordene que se quitara el sujetador y la veía obediente, se desabrocho el sujetador, pero de forma rápida se dio la vuelta y se lo quito del todo. Me fije mas en el culo, un culo grande aparentemente duro y las bragas metidas entre sus nalgas. Se dio de nuevo la vuelta tapándose las tas con un brazo, algo que era difícil por el tamaño, tapaba lo que eran los pezones.
Quito su brazo y aunque estaban un poco caídas eran unas tetas de categoría y estaba cachonda porque los pezones estaban totalmente erectos. Se quiso quitar las bragas y no la deje, me empecé a desnudar y me desnude del todo, mostrando con mi rabo como me había puesto, ojos golosos los suyos que miraban mi rabo. Se me olvido que era la viuda Paquita y ahora era mi zorra particular y la trataría de esa forma, como a ella le gustaba. Me acerque hasta ella y nos dimos el primer gran morreo. Mi rabo era aprisionado por su cuerpo y luego deje el morreo y le dije, “vamos a ver cómo se comporta esta boquita de zorra que tienes” Paquita con cara de salida me respondió “espero hacerlo bien y si no es así es por falta de práctica, que llevo mucho tiempo sin un hombre” desde el principio supe que iba a ser una mamada muy buena, aunque no se lo reconocía, llevaría tiempo sin comerse un rabo, pero lo hacía con máxima pasión y deseo. Estire mi brazo para que mi mano pudiera acariciar el culo y después de acariciarlo un poco, le solté un buen azote, soltó un lamento de reproche para decirme que eso no, ni caso, seguí dándole azotes y logre trasformar los reproches en leves gemidos.
Nos fuimos a mi cama y allí me desquite con una buena tanda de azotes, era muy puta, se metió la mano por debajo y se tocaba mientras seguía dándole. Me agache y le comía el culo y el coño, mientras me colocaba un condón. Fui a clavarle el rabo y salto como una fiera, para que me pudiera algo, que ella no tomaba nada, se fijó en mi rabo y vio que ya me lo había colocado, se dio la vuelta y levanto un poco el culo para que la follara. No había dado nada más que dos empujones cuando se corrió, quede alucinado, me consideraba bueno follando pero no hasta ese extremo y mezclaba sus alborotados gemidos, con sus palabras diciéndome que siguiera que lo necesitaba. Los movimientos de Paquita eran de acróbata, lo que era dar más felicidad a mi rabo. Llego a correrse tres veces y no quiso quedarse descansando estaba deseosa de seguir, quiso sentarse encima y montarme, era fabulosa montando, pocas mujeres podían decir lo mismo, sus movimientos eran perfectos y contra mas cachonda estaba mejor besaba. Esta vez nos corrimos los dos y ella se quedó tumbada sobre mi pecho sin sacarse mi rabo. Su boca estaba junto a mi oído y me susurraba, “creía que ya no iba a disfrutar de algo así, has sido el mejor antidepresivo, me puedes hacer lo que quieras, como ya sabes no seré tu zorra, seré tu puta y no tienes ningún compromiso conmigo”
Se echo a mi lado, la abrace y estaba relajada. Tuvimos un tiempo de silencio y Paquita al sentir mi mano acariciando su culo, se movía suavemente. Con un dedo inicie un “juego” en su ano y me dijo, “nunca lo he hecho por ahí, pero si tú quieres será mi regalo por lo que me has hecho sentir” le puse en duda que nadie le hubiera dado por culo y ella me lo juro varias veces, tan seria lo dijo que me la creí. Me levante de la cama saque lubricante anal que me trajo un amigo de Alemania y me decía que era lo último. Lo iba a estrenar con ella, le prepare bien el culo y ya se lo podía follar, sus nervios ya me indicaban que era verdad que era su primera vez y luego lo justo que entraba mi rabo, era la prueba clara, solo se le acapararon algún “ay” suave y admitió mi rabo entero, lo siguiente que dijo cuando ya lo tenía todo dentro, que me quedara quieto. Pensaba hacerlo y dejar que ella se empezase a mover, pero tardaba mucho, así que hice unos movimientos prácticamente mínimos, después de varios intentos, ella empezó a moverse. Cinco minutos después le follaba el culo de forma feroz. Se corrió y decía que le había gustado mucho, que lo había sentido de otra manera y como yo no me había corrido, seguí follándoselo hasta que ella empezó de nuevo a moverse y nos corrimos a la vez.
Nos quedamos muy relajados, ella se había quitado la necesidad de mucho tiempo y yo el morbo que siempre me había dado Paquita. Se fue al aseo y desde allí me hablaba y me pregunto si íbamos a volver a repetirlo, mi respuesta fue que por mí no había problema, que me gustaría, pero que no sabía cuándo pasaría por el pueblo y al terminar le pregunte el motivo de su pregunta, “pues que no me gustan los preservativos, me gusta hacerlo sin nada y si vamos a tener cierta continuidad por tomar algo para no quedarme embarazada y no tener sustos” aunque esta vez no me pregunto le dije que sí, que fuera tomando algo. No quiso quedarse la noche, porque no quería habladurías en el pueblo. Trate de que viera que eso era una tontería, pero para ella no lo era, quería seguir guardando esas apariencias de mujer seria, recta y viudísima. Me había supuesto un buen relax que me había desestresado un poco con mi nuevo trabajo, no hay nada como un buen polvo para conseguirlo, hubiera estado mejor, que hubiera sido con una pareja afín, con complicidad, porque hay mas morbo.
Al día siguiente llegue con más fuerza al trabajo, precia una maquina trabajando y me llama Isabel la arquitecta. Habían surgido unos contratiempos y había que hacer alguna modificación el proyecto inicial o las obras se retrasarían cerca de los dos meses. Me venía mal acercarme a su despacho de arquitectura y mirando el día que podría ir, la arquitecta se ofreció a venir ella, que tenía que pasar cerca y no le costaba nada, se lo agradecí y como seria cerca a la hora de comer, le dije que la invitaba a comer, que pediría la comida y lo haríamos aquí, ella decía que le parecía muy bien, le pregunte que tipo de comida le apetecía y después de insistir porque decía que le daba igual, su elección fue cocina libanesa, un tipo de cocina que no había probado nunca y no tenia ni idea donde conseguirla, pero al final encontré donde comprarla. Compre comida para un regimiento, porque compre un poco de todo para no fallar. Los pocos empleados que había, se marchaban a la hora de comer y las horas que le quedaban por trabajar lo hacían ya desde su casa. Llego a la hora que dijo, llevaba una falda ancha, por debajo de las rodillas, roja con cuadros negros, botas y un jersey (que se que tienen otro nombre pero no sé cuál) amplio de color negro. Ni pregunte ni le di tiempo a nada, dije de comer para que no se enfriara mas la comida. Al ver la cantidad riéndose me pregunto que cuantos íbamos a comer y le explique el motivo.
Mientras comíamos hablamos mas de nosotros que de trabajo, le gustaba andar por la montaña, el mar, deporte al aire libre, etc. era habladora y agradable. Antes de acabar de comer se quito el jersey porque tenia calor y llevaba debajo un top blanco, que apretaban dos tetas medianas que se le marcaban, haciéndolas atractivas. Ella se había comprometido a traer el postre y no trajo nada, se lo reproche en broma y ella me dijo, “por que dices que no hay postre? Si digo que traía el postre es que traía el postre”, se puso de pie se aparto de la mesa y giro 360º abriendo los brazos, “EL POSTRE SOY YO”, ante la duda de que estuviera de cachondeo, que pocas dudas tenia de que iba en serio, me reí. Apoyo su culo en la mesa y una mano a cada lado. Me miro retándome y su cara había cambiado, tenia cara de mujer fatal. Me arrime a ella y nos besamos, mi cuerpo se apretó contra el suyo y empalmarme fue instantáneo. Isabel era una mujer lanzada y decidida, puso la palma de sus mano sobre mi rabo, la paso varias veces y mordiéndome el lóbulo de la oreja, “esto promete” demostró una habilidad especial, me desabrocho el pantalón en decimas de segundo, apretó mi rabo y me hacia una suave paja.
Busque donde tenia el cierre de su falda y ella misma se la soltó, no la dejo caer, porque se abrió por completo y la dejo sobre una silla. La subí a la mesa, me agache y aparte sus bragas y me puse a comerle el coño, era muy ardiente se mojaba a raudales, se movía para quitarse el top y el sujetador, se acariciaba sus tetas, se apretaba los pezones mientras seguía comiéndole el coño. Gemía decía cosas que no entendía y ahora si la entendía, “eres una maravilla, que bien lo comes, sigue, no te detengas, que llego”su orgasmo fue clarísimo, la manera de moverse fue bestial. Se bajo de la mesa, me quito los pantalones y me termino de desnudar el resto. Me empujo a una silla, me puso ella misma un condón y luego como si se relamiera, “me tengo que meter todo eso, que es una preciosidad y…” no dijo mas se sentó sobre mi rabo. Quiso imprimir sus movimientos, lo hacia suavemente, me comía sus tetas, me apretaba la cabeza contra ella. Fue aumentando y agarraba sus nalgas, todo su cuerpo estaba apretado, era una deportista. Mis dedos fueron a su ano, lo empecé acariciando y me di cuenta rápidamente que le gustaba, porque me lo facilitaba y aumentaba sus gemidos. Pase de acariciar sus nalgas, su ano, a darle un azote suave y al morderme los labios, la azote mas fuerte, le iba, porque mas cachonda se ponía. Follábamos en plan fiera, la manera de movernos era a toda prisa, hasta que estiro las piernas y nos corrimos los dos. Nos quedamos acoplados.
Se reía y decía que le gustaba ese tipo de ejercicio mas que salir a correr. Me reí también, se levantó, fue a por su bolso y saco unas toallitas húmedas, se limpio un poco y mientras me colocaba otro condón, ella lo vio y exclamo, “otra vez te has empalmado? Joder que vigor” me acerque a ella, la cogí y la apoye sobre la mesa de espaldas, quería follarme su culo, no se dejo y me dijo que para ser la primera vez estaba bien como lo hacíamos, la folle en esa posición y esta vez lo hice poniendo el ritmo, la follaba con deseo, con potencia y no dejaba de gritar, me empezó a “insultar” y entre en su juego, la “insulte” yo también, “vamos puta muévete mas, que puedes. Que putón que eres poniéndole los cuernos a tu marido” ella a todo me daba la razón y me decía que le gustaba ponerle los cuernos a su marido. Se corrió rápido, era una mujer con facilidad para los orgasmos. Sonó su móvil y me llamo la atención que el móvil decía quien era, “LLAMA MAMA” me pidió perdón, se quito rápido y fue a por el móvil. Lo que hablaron era sobre unas pruebas medicas y que todo había ido bien. Su cara fue reflejo de mucha alegría.
--- Perdona, pero estaba esperando la llamada que tenían que darle unos resultados y como no dejan que se acompañe a nadie.
--- Lo entiendo, toma bebe algo.
--- Gracias. Sabes que, no es que este todos los días me este acostando con otros hombres y se que no tengo obligación de contártelo, pero me apetece, eres con el único que me he sentido bien. Es mas si quieres podemos repetir otro día y serás con el único que he repetido.
--- Y eso?
--- Tienes algo especial, las pillas al vuelo, sabes lo que buscaba, te has dedicado mas a mí que a ti y no te has acojonado cuando te he entrado, al contrario se te ha puesto cara de gustarte.
--- Pues si me ha gustado que me entraras y como tu eres la que tienes pareja, cuando te venga bien estaré dispuesto.
--- Estupendo, pero me tienes que hacer un favor.
--- Cual?
--- Quiero que te hagas unas pruebas para saber que no tienes ninguna ETS y poder hacerlo libremente sin gomas ni nada. Te parece bien? Puede ser?
--- Por mi no hay problema, buscare un sitio donde hacérmelo y en cuanto lo tenga te aviso.
Se le noto la alegría y se acerco a mi y me gusto la forma en que me empezó a hacer una mamada, como al principio, lenta, su lengua pasaba por todo mi rabo, se comía mis huevos, los lamia dentro de su boca. Difícil mejorar esa mamada y hasta ese día la mejor, me corto varias veces la corrida y se metía el rabo de una manera especial, porque empezó que parecía que no era capaz nada mas que meterse un poco, a tragarse el rabo casi al completo, ni una arcada, mi capullo notaba el roce con su garganta, era una fuera de serie, cuando estaba por correrme le avise, saco la lengua y mirándome a los ojos me dejo ver como mi corrida entraba en su boca, como caía sobre su lengua y después relamió bien el capullo. Se vistió con la misma tranquilidad que demostraba en ella. Nos besamos y se fue. Me llego un WhatsApp a los pocos minutos, “QUE NO SE TE SUBA A LA CABEZA, HAS SUPERADO MUY POR LO ALTO LAS EXPECTATIVAS QUE TENIA CONTIGO, EN UN SITIO CON MEJORES CONDICIONES QUE PODRÁ PASAR?” era una demostración mas de que no se cortaba y que era una mujer libre, directa y sin problemas, tarde un poco en contestarla porque quería medir mucho lo que iba a responderle, “LO QUE SE ME SUBE ES ALGO QUE NO TE IMPORTARA Y PUEDES TENER RAZÓN, EN OTRO SITIO ADEMÁS DE ESTAR MAS CÓMODOS, TE TRATARE COMO SE DEBE DE TRATAR A UNA PUTA COMO TU, TE CASTIGARE BIEN EL CULO Y LUEGO MI RABO LO `VIOLENTARA´” vi que lo había leído y no llegaba respuesta hasta que vi que ponía escribiendo. Respuesta, una cara de mujer tapándose la cara y el texto, “ME GUARDARE EL WHATSAPP PARA RECORDÁRTELO SI NO CUMPLES”