Una violación universitaria

Un empresario disfrutar desvirgando y violando a un univesitaria con cara de niña.

Hay días en esta vida que es mejor no levantarse de la cama y hoy empezaba a parecer uno de esos días. Suerte que el final cuando uno menos se lo espera se arregla todo y acaba siendo un hermoso y maravilloso día.

Permitirme que me presente, soy un respetable hombre de negocios, de 40 años, "felizmente" casado y con 3 hijos. Vivo en Madrid en una preciosa casa a 30’ de la ciudad. Como podéis ver un clásico clase media de la sociedad de consumo actual. Todo perfecto y fácil menos por una cosa, me encanta el sexo y las perversiones, sobre todo con jovencitas, chiquillas de 18 años recién cumplidos y con el aspecto más infantil posible. Pero como comprenderéis no tengo ningún interés en amarlas y respetarlas, sino en cogerlas y usarlas como cualquier pañuelo de papel para después dejarlas tiradas. Por mi profesión viajo mucho, por lo que no tengo problemas en presentarme en sitios donde nadie me conoce y esperar mi oportunidad para una buena caza. Vaya donde vaya, esté donde esté, siempre me acerco a alguna universidad, entro en su biblioteca y mientras me distraigo ojeando cualquier libro sin el menor interés para mí, observo a todas las mujeres que allí puedo encontrar. Siempre voy por la tarde, a ultima hora, esperando a encontrar una de mis presas favoritas, la empollona de la clase (nunca las soporte), la que está en la biblioteca hasta ultima hora, con el pelo recogido en una coleta, las gafas siempre en su cara, devorando libros y tomando notas sin parar. Aislada del cruel mundo que hay en el exterior. Siempre van solas y en la oscuridad del campus a la salida de la biblioteca son presas fáciles durante los meses de invierno.

Hoy ha sido un mal día de principios de primavera, lluvioso y frío en una ciudad del norte de España, los negocios no han sido todo lo fructíferos que cabía esperar y la pesada comida de negocios en una típica sidrería ha sido como una losa para mí estomago. Para rematar la faena en la biblioteca de la fantástica universidad del Opus que hay en esta ciudad, no había ninguna chica sola, todo eran grupos y más grupos de estudiantes y las 2 únicas mujeres solitarias que podía encontrar eran 2 mujeres entradas en carnes y en años. Ya pensaba que comería filete viejo en vez de un buen y tierno solomillo. Pero todo ha cambiado de repente. A punto de cerrar la biblioteca y cuando todo parecía perdido he tenido una aparición. Una preciosa niña, de no más de un metro sesenta de alto, con un culo redondo y pequeñito, delgada con unos hermosos pechos de una talla 90 bien marcados debajo de su jersey blanco ajustado de cuello alto. Tenía una cara angelical, unos bellos ojos de color avellana y una boca pequeña con unos labios que se dibujaban en una fina línea. Completaba su vestimenta con unos pantalones ajustados, que marcaban sus redondeadas formas. Era preciosa y no aparentaba tener más de 15 años, aunque por los libros de 3º de carrera que llevaba, estaba claro que tenía más de 20. Pero esto es igual, mis ojos me decían que iba a humillar y hacer mía en breve a una preciosa y tierna adolescente.

El día empezaba a mejorar, fuera estaba diluviando. Esperé que cerraran la biblioteca y salí prácticamente el último, ya que la última fue ella. Estuve perdiendo el tiempo y abrochándome el abrigo en la puerta esperando que ella se acercara. Al ir a salir, trabé la cremallera de mi abrigo y le pedí por favor si podía ayudarme, ella en un principio me ha mirado con desconfianza, pero después de dibujar una sonrisa en el rostro:

Por supuesto, déjeme probar a mí- diciendo esto, se ha acercado a mí y a probado de correr la cremallera.

Por favor, ¿tan mayor te parezco para hablarme de usted? – le he dicho yo con coquetería.

Noooo, jajaja – ha reído ella con coquetería – es solo por costumbre y educación. Nunca le había visto por aquí, ¿es un profesor nuevo?.

No, que va, solo estoy de paso, pero con un día tan malo como hoy, la biblioteca es un lugar perfecto para pasar una tarde lluviosa.- Poco a poco ella se fue relajando y hablaba conmigo más distendida.

Bueno, esto ya está – había conseguido desenganchar la cremallera por fin.

Muchas gracias, ¿cómo puedo agradecértelo? ¿Vas a algún sitio? ¿Necesitas que te lleve?

Voy a mi apartamento de estudiantes, está en el centro, no se preocupe, ya cogeré el autobús.

¿Cómo?, ¿Con este diluvio y sin paraguas? No lo permitiré, tengo mi coche al otro lado del campus y este paraguas para guarecerte hasta él. Te llevo donde quieras. – Al principio ella ha dudado pero después de mirar al cielo y dando un suspiro.

Vale, me fiaré de usted por que tiene un aspecto noble.

Perfecto, jajaja, seguro que así mañana no tendrás una pulmonía.

Dicho esto, he abierto el paraguas y ofreciéndole mi brazo hemos empezado a caminar atravesando los jardines del campus. La lluvia caía cada vez con mas intensidad y no se veía a nadie alrededor, era ya de noche y solo algunos pequeños focos iluminaban el camino. En un recodo, detrás de los árboles he visto mi oportunidad. Mientras nos acercábamos a esta zona, he deslizado mi brazo alrededor de su cintura, para acercarla más a mi cuerpo con la excusa de que no se mojara, al principio a opuesto un poquito de resistencia, pero poco a poco se ha relajado e incluso se ha acurrucado en mi abrazo. Al llegar a los árboles, he parado y...:

¿Qué pasa? ¿Por qué te detienes? – ella me sonreía con dulzura, pero yo mirándola a los ojos y con el tono más serio y grave que he podido.

Mira, pequeña. Eres un bombón y yo soy un hombre muy hambriento de dulce. – su cara ha cambiado, mostrando miedo en sus ojos – estoy muy caliente y me gustas muchísimo, ósea que ahora vas a ser mía, hagas lo que hagas no te servirá de nada. Puedes hacerlo fácil y disfrutar o ponerlo difícil y sufrir las consecuencias.

Noooo!!, por favor.. – grito con una mirada de pánico, en ese instante intentó salir corriendo, pero no sabe con quien está jugando, una patada en los tobillos por detrás ha servido para que cayera rodando por la hierba. En ese mismo instante he saltado sobre ella y de un puñetazo en la boca del estomago he impedido que pudiera seguir gritando.

Bueno, zorra, veo que escoges el camino difícil, me encanta, sabía que no me ibas a defraudar. Vamos a pasar un rato maravilloso.

A partir de este momento ha empezado la fiesta, lo 1º que he hecho ha sido amordazarla con un pañuelo, me hubiera gustado que me la chupara pero alguna zorra de estas me ha hecho daño con los dientes por los nervios y el pánico y prefiero no correr riesgos innecesarios. Después he sacado mi pequeña pero útil navaja Suiza y he cortado el jersey para dejar al aire esos preciosos pechos. Realmente eran mejores de lo que imaginaba, grandes y duros, con una aureolas rosadas y pequeñas y la punta del pezón del grosor de mi dedo meñique. No paraba de moverse con lo cual he tenido que darle dos sopapos en la cara para que se relajara, estaba histérica.

Con mis dos manos he empezado a acariciar sus pechos, a amasarlos, a masajearlos hasta que sus pezones han empezado a ponerse tiesecitos. La lluvia nos empapaba y su piel brillaba en la noche. He acercado mi boca a esos deliciosos pezones y mientras los besaba con mis labios y los succionaba mis manos se dedicaban a apretar y ha estrujar sus tetas. Primero con suavidad, pero aumentando la intensidad.

Ella poco a poco ha ido de la relajación, a suspiros de placer ha cada vez más y más espasmos de gusto. Pero no sabía lo que le esperaba. La intensidad ha ido subiendo hasta que literalmente estrujaba y retorcía sus pechos como si quisiera arrancarlos y mis dientes se han clavado en sus pezones hasta que han sangrado, mordiendo y estirando sin piedad, mientras mis uñas se clavaban en sus tetas hasta que se ha desmayado de dolor. Tengo que reconocer que mientras he hecho esto mi polla estaba a reventar dentro de los pantalones, no he podido más y aprovechando su desmayo, le he quitado la mordaza, he metido mi polla en su boca y me la he follado hasta la garganta y en dos envites me he corrido con tal fuerza que ha debido ir a parar directamente a su estomago, ya que no se ha derramado ni una gota.

Después de un breve descanso por mi parte, y aún sin sentido ella, he quitado sus pantalones y sus bragas, la visión de su culo era espectacular, era hermoso, muy hermoso, no tenía otro deseo que fallármelo sin piedad y clavarle mi polla de 30 cms en ese vergel. La verdad es que la muy mierda era virgen por el culo y por el coño, pero este ultimo era muy normalito y no me ha atraído para nada, solo pensaba en ese maravilloso culo.

Tengo que reconocer que soy un poco burro a veces y he intentado clavársela sin lubricante ni nada, pero me ha sido imposible, la tengo demasiado gorda y ella era demasiado estrecha. Pero bueno no me ha importado. Ella se ha despertado justo en el momento que no había podido clavársela, supongo que por el dolor. No ha sido consciente de lo que le pasaba, hasta que mi boca, mis labios y mi lengua estaban trabajando en el agujero del culo para lubricarlo bien. Ella se ha puesto a gemir como una loca, pidiendo por favor que la dejara, gritando que era virgen, que no le hiciera más daño.

Me ha obligado a darle dos puñetazos en los riñones para que se callara. He puesto la mordaza de nuevo. Mis dedos han empezado a abrir camino en su culo, primero el dedo índice, entrando y saliendo con facilidad gracias a la lubricación de mi saliva, luego el pulgar, girando y retorciéndose para ensanchar más el camino, ella solo podía gemir de dolor aunque parecía que empezaba a disfrutar, cosa que no soporto y me he hecho enfurecer, por lo que le he metido los cuatro dedos de mi mano de golpe y sin piedad, ella casi se desmaya de dolor.

Después de esto he visto que estaba a punto para mi polla. Me he puesto detrás de ella y la he apoyado en la puerta de su coño para comprobar como estaba, la verdad es que la muy puta estaba empapada, a pesar del dolor estaba llena de fluidos. No me lo he pensado dos veces y le he clavado mi polla por su coño de golpe.

Del primer empujón el himen se ha desgarrado saliendo un hilillo de sangre que se ha mezclado con el agua de lluvia, del segundo empujón mi gran polla ha desaparecido en su interior. Que gusto, como se retorcía de dolor la muy puta. Pero eso no era lo que yo quería después de romperle el virgo su coño ha perdido todo el interés para mí. He sacado mi polla de golpe y la he apoyado en la puerta de su ano. Estaba llena de sangre y jugos de ella, perfectamente lubricada, perfecto, he podido romperle el culo como a mi me gusta. De una sola vez. He metido el capullo despacio, poco a poco, para sentir perfectamente como se rompía su aro, y sin dejar de empujar no he parado de meterla hasta que mis huevos han tocado su almeja, toda dentro, que gusto, ella lloraba, intentaba gritar, se retorcía pero yo le tenía firmemente agarrada y empotrada contra el tronco de un árbol cortado.

A partir de aquí, la locura, he empezado a meterla ya sacarla toda entera cada vez, sin parar en un ritmo frenético, bombeando en su interior mientras mis manos arañaban su espalda, estrujaban sus nalgas hasta dejarlas rojas y tiraban de su pelo hacia atrás para escupirle en la boca hasta que casi le partía el cuello. Así hasta que no he podido más y clavándole mi polla lo máximo posible he descargado toda mi leche en su reventado culo.

Ella se había desmayado de nuevo, allí la he dejado, tirada y desnuda en medio del campus, he cogido su cartera para ver sus datos, su número de teléfono móvil, etc... Cuando ya estaba a salvo en mi coche a los 5’ he llamado a su móvil para despertarla y como siempre para avisarla de que si me denunciaba la próxima vez no seguiría con vida ya que tenía sus datos.

Como podéis ver a terminado siendo un maravilloso día.